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de la
Iglesia Nacional Presbiteriana de Mexico, A.R.
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Publicaciones el Faro SA de C.V.
Libro de Disciplina de la
Iglesia Nacional Presbiteriana de México, AR.
ISBN 968-7197-03-X
de la
Iglesia Nacional Presbiteriana de México, AR.
Contenido
Presentación 11
Prefacio 13
Introducción 19
Conceptos generales 25
Definición 25
Formas de disciplina 25
Finalidad de la disciplina administrativa 25
Finalidad de la disciplinajudicial 26
Quiénes ejercen varias disciplinas 26
Jurisdicción 26
Apéndice 209
Apéndice 1. Declaración Universal de los Derechos Hu-
manos 211
Apéndice 2. De los Derechos de la Mujer proclamados por
la Organización de las Naciones Unidas 219
Apéndice 3. Declaración de los Derechos del Niño de la
Organización de las Naciones Unidas 227
Naturaleza e importancia
de la disciplina eclesial
3
Ante el paso imposible y desesperante del Mar Rojo, la
apertura de un camino seguro en medio de las aguas
embravecidas de dicho mar, muestra una vez más el acom-
pañamiento de Dios.
4
Ciertamente, la disciplina del acompañamiento de Dios,
a pesar de las actividades negativas de los creyentes, no
nos deja solos por ningún momento,
5
También se comete una falta administrativa por parte de
un cuerpo eclesiástico, por ejemplo cuando un presbiterio
rompe la norma de contar con un mínimo de 5 iglesias y 5
pastores y pasan los años, y no se ven intentos de cumplir
con lo estipulado al respecto. En este caso el Sínodo, al
cuál pertenece dicho presbiterio deberá sancionar
administrativamente a dicho cuerpo presbiteria1.
7
como Templanza.
El énfasis que pone el Apóstol es que dicha disciplina
no solo es una fuerza o capacidad de la voluntad humana
sino que se debe más que todo a la obra del Espíritu Santo
en el interior del creyente. No es estoicismo ni capacidad
simplemente humana, es la gracia divina, haciéndonos "cre-
cer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesu-
cristo". La práctica de este tipo de disciplina, evitará de
algún modo la comisión de faltas o delitos graves, que de-
mandan la aplicación de otro tipo de disciplina.
8
Presentación
Respetuosamente,
12
Prefacio
14
Posteriormente, en la XVI reunión extraordinaria de la
R. Asamblea General efectuada los día 13 al 17 de no-
viembre de 1995 en la Iglesia "San Pablo" de la ciudad de
Oaxaca, Oax., fueron discutidos y aprobados los capítulos
de los derechos humanos y la Iglesia, de los derechos hu-
manos de la mujer, de los miembros de la Iglesia, de los
oficiales de la Iglesia, de los cuerpos eclesiásticos y de las
instituciones de la Iglesia, hasta el Seminario Teológico
Presbiteriano de México, una primera parte.
15
Al celebrarse la reunión ordinaria de la Asamblea Gene-
rallos días 22-27 de julio de 1998, en Tejalpa, Mor., tampoco
fue posible dar cima al propósito de ver ya impreso nuestro
Libro de Disciplina; sin embargo, en esta reu-nión ordinaria
de nuestro máximo cuerpo de gobierno, se tomó el acuerdo
de convocar para el siguiente año una reunión del Concilio
General con atribuciones para proseguir los trabajos de la
Disciplina. Tal reunión del Concilio, tuvo lugar en la Iglesia
"Salem" de Morelia, Mich., los días 12 al16dejuliode 1999.
16
y, finalmente, por la XXV Reunión Ordinaria de laAsamblea
General enjulio del año 2000.
17
dua pero efectiva, que nos ocupó varios años de trabajo,
que si este documento cumple su propósito y servicio a la
Iglesia, nos daremos por satisfechos y agradecidos al Se-
ñor que nos permitió llegar al fin de esta responsabilidad y
encargo de nuestro máximo cuerpo de gobierno.
Representantes regionales
Norte: Pbros. Jorge Alemán Zavala, Hilario González y
Al. Teodoro Villanueva Cedillo
Centro: Pbros. Jorge López Pérez, Samuel Trinidad B. Y
Al. Rugo Martínez García
Sureste: Pbros. Pedro Torres Méndez, Andrés Cornelio
Dionisio y Al. Danny Ramírez Celis.
18
Introducción
19
Por esta concepción paulina tan bella acerca de la Igle-
sia, Calvino y detrás de él, sus seguidores han dado un lu-
gar prominente a la disciplina como factor de orden, uni-
dad y santidad con el fin de preservar y salvaguardar la
integridad y pureza de la Iglesia y el honor de Cristo y la
soberanía de Dios.
20
Sin embargo, dado el hecho de que como creyentes en
el Cristo Redentor reconocemos honestamente que nuestra
naturaleza humana es todavía imperfecta, reconocemos tam-
bién que, la disciplina cuya raíz es la misma que el vocablo
discípulo, es un factor que emana de la Palabra de Dios, ya
que, ''toda Escritura es inspirada por Dios, yútil para ense-
ñar, para redargüir, para corregir, para instruir enjusticia, a
fin de que el hombre (y la mujer) de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra" 2a Tim.
3:15-16.
21
"Considerad a aquél que sufrió tal contradicción
de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo
no se canse hasta desmayar.
Porque aún no habéis resistido hasta la sangre,
combatiendo contra el pecado; y habéis ya
olvidado la exhortación que como a hijos
se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies
la disciplina del Señor. No desmayes cuando eres
reprendido por él; porque el Señor al que ama,
disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.
Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos;
porque, ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
Porque si se os deja sin disciplina, de la cual todos
han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.
Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales
que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no
obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus,
y viviremos?
Yaquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como
a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso,
para que participemos de su santidad.
Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser
causa de gozo, sino de tristeza;
pero después da fruto apacible de justicia a los
que en ella han sido ejercitados". Hebreos 12:3-11
17
Conceptos Generales
25
4.- Finalidad de la disciplina judicial. Su finalidad esencial
es vindicar la autoridad y el honor de Jesucristo, Jefe Su-
premo de la Iglesia, mediante el sostén de la verdad, la
remoción y supresión del escándalo, la censura de las ofen-
sas para el bien espiritual de los ofensores, la conservación
y promoción de la pureza de la doctrina y la edificación de
la Iglesia. Por consiguiente, esta forma de disciplina se re-
laciona con el esclarecimiento de ofensas, los sucesos a
que dé lugar, la aplicación de censuras correspondientes y
el ejercicio ordenado de la autoridad que Jesucristo ha con-
ferido a su Iglesia.
26
Los casos que por queja o apelación procedan en orde-
nada sucesión de los cuerpos subordinados, se tramitarán
y resolverán de acuerdo con lo prescrito en la Constitu-
ción. Los casos de funcionarios, instituciones de servicio,
consejos, comisiones, departamentos y representantes de
la Asamblea General son obviamente de la jurisdicción de
este máximo tribunal.
27
Primera Parte
La DisciplinaAdministrativa
CapítuloI
Principio 1
Una administración eficiente
Reconocemos que para el mejor desempeño y funciona-
miento del Pueblo de Dios, y con el fin de que éste cumpla
su misión encomendada por el Señor, es bueno y necesario
que se implemente en la Iglesia una adecuada y eficiente
estructura organizacional de acuerdo con las pautas ynor-
mas de la ciencia y técnicas administrativas más positivas,
reconociendo sobre todo, básicamente, los lineamientos de
las Sagradas Escrituras a este respecto.
* Ex. 18: 13-27; Nm. caps. 2 y3; Mr. 6: 30-44; 1 P.4: 10
Principio 2
Fieles administradores
Reconocemos que en las Escrituras, los creyentes en Cris-
to Jesús y en particular, los oficiales de la Iglesia, son lla-
mados a desempeñar sus funciones como miembros acti-
vos del Cuerpo de Cristo y se les encarga que delante de
Dios, de la Iglesia y de la sociedad sean "Buenos adminis-
tradores de la multiforme gracia de Dios".
* 1. Co. 4: 1: Tit. 1: 7; 1 P.4: 10
31
Por ello, el llamado al desempeño de una buena administra-
ción en la vida y función de la Iglesia se requiere de la
entrega, compromiso y fidelidad de todos los creyentes para
con el Señor y para con su Cuerpo.
* Mí. 24: 45-51,25: 14-30; Ap. 2: 10
Principio 3
Funcionalidad efectiva
Reconocemos que uno de los mejores paradigmas o ejem-
plos que nos proporcionan las Escrituras para enseñarnos
acerca del desempeño de una función óptima administrati-
va, es la figura de la Iglesia como el Cuerpo de Cristo,
tomada ésta a su vez, de la naturaleza, relaciones y funcio-
nes del cuerpo humano como un modelo de organización
perfecta, creado por Dios.
En el Cuerpo de Cristo, como un organismo viviente, la
buena administración, estructura y funcionalidad, son un
llamado constante para que cada miembro, tome su lugar y
cumpla su cometido fielmente para la gloria de Dios y la
edificación del Cuerpo de Cristo, evitando siempre el
atrofiamiento que perjudica la vida de la Iglesia.
* Ro. 12: 3-8; 1 Co. 10:17, 12: 1-31; Ef. 1: 2-3, 3: 6,4: 4
Principio 4
Orden en toda la creación
Reconocemos que el Dios y Señor de la Biblia, de la Crea-
ción, de la Historia y de la Iglesia, es un Dios de orden y
esto se expresa y se percibe en la buena administración,
cuidado y providencia de todo el universo. Con esto reco-
nocemos que el Señor es un Buen Administrador y sus ser-
vidores son llamados a trabajar en su Reino, de una mane-
32
ra ordenada, efectiva y con propósitos bien definidos.
* Gn. caps. 1 y 2; 1 Co. 14: 33-40; Col. 2: 5
PrincipioS
Administración y misión
Reconocemos que la buena administración en el Cuerpo
de Cristo es un medio para el cumplimiento de la misión
integral de la iglesia en el mundo, por 10que la estructura
organizacional no deberá enseñorearse de la misma, sino
por el contrario, servir para la gloria de Dios y lograr los
objetivos de la tarea de la Iglesia que son la esencia y pro-
pósito de todo el Cuerpo de Cristo.
* Lc. 9: 1-6; 19:1-12; Hch. 6: 1-7; Col. 3: 17-23
Principio 6
Orden presbiteriano
Reconocemos y aceptamos que la estructura organizacional
y administrativa de la Iglesia Presbiteriana (proveniente
de nuestra herencia Reformada) y ejercitada a través de los
cuatro cuerpos de gobierno es bíblica, sana, práctica yefec-
tiva para el cumplimiento de la misión de la Iglesia; sin
embargo, se requiere que tanto los miembros de las igle-
sias locales como los pastores y oficiales de las mismas,
estudien, se familiaricen y apliquen, con efectividad los
modos de interrelación, jurisdicción y funcionamiento de
estos cuatro cuerpos ec1esiales, con el fin de optimizar al
máximo los resultados de una buena administración en la
vida y marcha de la Iglesia.
* Hch. 14: 23,15: 1-35,20: 17; Col. 3: 12-17; Tit. 1: 5
33
Principio 7
Proceso administrativo integral
Reconocemos que dentro de la necesidad de una efectiva
administración de la Iglesia es un imperativo el aplicar un
ordenado proceso administrativo funcional que incluya las
etapas de planeación, organización, integración, dirección,
control y renovación constante de los recursos humanos y
técnicas apropiadas como factores necesarios para el logro
de la misión de la Iglesia y todo ello, bajo la dirección
imprescindible del Espíritu de Dios.
* Pr. 6: 6-8; Ec. 9: 10,3: 1-8; Lc. 14: 28-32; In. 16: 5-15;
Hch. 15: 28.
PrincipioS
La administración fiel de los recursos
Reconocemos, de igual modo, que la Iglesia debe integrar,
estructurar y consolidar los recursos materiales y financie-
ros como apoyo para el sostenimiento propio de la Obra
del Señor. Para ello cada miembro y oficial de la Iglesia
Nacional Presbiteriana de México es llamado a ser un cre-
yente activo, efectivo y servicial ante el Señor y su Iglesia,
entregando con toda fidelidad, gozo y generosidad lo que
al Señor le pertenece como son los diezmos, las ofrendas,
primicias y donaciones como expresión de la entrega com-
pleta de la vida para Dios, su servicio y la extensión de su
Reino.
*Lv. caps. 2 al 7; Nm. 7: 3, 31-50; Dí. 16: 17; 1 Cr. 16: 29,
29: 5; Mal. 3: 10; Ro. 12:1; 1 Co. 16: 1-2.
34
Principio 9
Autoridady dirección
Reconocemos que dentro de los principios de orden y dis-
ciplina administrativa y en la relación e interrelación de
los miembros de la Iglesia y de los oficiales de la misma
debe prevalecer y ser una norma indeclinable, el reconoci-
miento del principio de autoridad y de dirección para con
aquellos que han sido nombrados para "Presidimos en el
Señor" siempre y cuando esta autoridad no pretenda reba-
sar la autoridad de Dios y su Palabra. Pero por otra parte,
aceptamos que el reconocimiento de la autoridad, no anula
el derecho a diferir ya que Cristo nos ha "Llamado a la
libertad gloriosa de los hijos de Dios".
* Ro. 8: 21,12: 8, 13: 1-8; Tit. 1: 5; He. 13: 17; 1 P. 2: 11-
17.
Principio 10
Capacitación y superación
Reconocemos que, en consonancia con los principios an-
teriores, se aspira y se demanda que tanto los miembros de
la Iglesia como oficiales, dirigentes y funcionarios de la
misma, se actualicen, se superen y se comprometan a capa-
citarse, adiestrarse y renovarse cada día, tanto en el estu-
dio de las Sagradas Escrituras como en todo aquello que
coadyuve positivamente para su crecimiento integral, con
el fin de evitar improvisaciones superfluas, deterioro y
atrofiamiento en la funcionalidad y realización de propósi-
tos y trabajos para el servicio de Cristo y de su Iglesia.
* Ro. 12: 1-2; Fil. 3: 12-21,4: 8-9; 2 P. 3: 18.
35
Principio 11
Necesidad de supervisión y control óptimo
Reconocemos que la óptima administración de la Iglesia
requiere de parte de los dirigentes de ésta, la necesidad de
supervisión y control, toda vez que el ejercicio de funcio-
nes y logro de objetivos, implica un compromiso serio ante
el Señor y la Iglesia, por lo cual se hace necesario el uso de
estadísticas, organigramas, cronogramas, evaluación, crí-
tica, rectificación, entrega de informes por escrito,
muestreos, censos, encuestas que retroalimenten la super-
visión general de aquellos planes y proyectos trazados en
favor del avance de la Obra del Señor y la óptima fructifi-
cación de los miembros y oficiales de la Iglesia.
* Mí. 25: 14-30; Lc. 12: 41-48,17: 7-10; 1 Co. 4: 1-2
Principio 12
El reconocimiento mayor
Reconocemos que, como resultado de una adecuada admi-
nistración y la fidelidad de los "Buenos administradores"
en el ejercicio y aplicación de sus dones, la Obra del Señor
se verá beneficiada y producirá frutos efectivos para la glo-
ria de Dios y la edificación del Cuerpo de Cristo. Pero por
otra parte, aquellos que administran "La multiforme gracia
de Dios" y todos los bienes encomendados a ellos por el
Señor, recibirán de El, el reconocimiento verdadero a su
fidelidad y gozo en el servicio de su Causa.
* Mí. 25: 14-30; Col. 3: 23-24; 1. Ti. 6: 11-19; 2. Ti. 4: 7-
8; Ap. 2: 10
36
Capítuloll
Función Pedagógica
Artículo 2.- Al reconocer que, en el cumplimiento de la
tarea misionera y evangelizadora, el Señor "Añade cada
día a la Iglesia los que han de ser salvos" nos proponemos
37
también como Iglesia Nacional Presbiteriana de México,
cumplir con la tarea y mandato del Señor de "Hacer discí-
pulos", de aquellos que en fe y obediencia habrán de res-
ponder al llamado salvífico del evangelio, instruyéndolos,
guiándolos, nutriéndolos y edificándolos, "Sobre el funda-
mento de los apóstoles y profetas, siendo la principal pie-
dra del ángulo Jesucristo mismo".
Función Espiritual
Artículo 4.- Considerando que la vida cristiana en su desa-
rrollo normal confronta muchas veces luchas ''No contra
sangre y carne, sino contra principados, contra potestades,
contra gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra
huestes espirituales de maldad, en las regiones celestes".
Un objetivo urgente y permanente será el de fortalecer la
vida en Cristo de los creyentes, con el auxilio de los me-
dios de gracia y el estímulo constante para crecer en la fe
con la ayuda y plenitud del Espíritu Santo "En la gracia y
el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo".
"Añadiendo a nuestra fe virtud; a la virtud conocimiento;
al conocimiento dominio propio; al dominio propio, pa-
ciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto frater-
nal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están
en nosotros, y abundan, no nos dejarán estar ociosos ni sin
fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucris-
to".
* Jn 15: 1-6; Ro. 12; Ef. 6:12; 2 P. 1: 5-8.
Función Mayordómica
Artículo 5.- Considerando que la Iglesia del Señor Jesu-
cristo en el cumplimiento de sus funciones y tareas desa-
rrolla múltiples planes y programas de acción, que requie-
ren del apoyo y generosidad de los creyentes que constitu-
yen la Iglesia, un objetivo constante y definido, será lograr
que el Pueblo del Señor, en uso de una mayordomía res-
39
ponsable y con la convicción y sentido de dedicación al
Señor, responda liberal y gozosamente con la entrega de
sus diezmos, ofrendas y primicias, bienes, talentos, de su
tiempo y de su vida en cumplimiento de su compromiso
con el Señor.
* Gn. 4: 4; Ex. 22: 29, 34: 26; Lv. caps. 1-5; 1 Cr. 16: 29;
Mal. 3: 10; Lc. 8: 1-3; 1 Co. 16: 1-4.
Función Unitiva
Artículo 6.- Uno de los propósitos más necesarios y bené-
ficos para la expresión de la naturaleza y misión de la Igle-
sia, será esforzarnos y trabajar incansable, decidida y fir-
memente por la unidad e interrelación del Cuerpo de Cris-
to, el cual es llamado a estar unido primeramente al Señor
y consecuentemente los creyentes los unos con los otros
por medio del ''Vínculo del amor" y "la comunión del Es-
píritu" para expresar que creemos y afirmamos la realidad
de la "Comunión de los santos", proponiéndonos a la vez,
evitar las rupturas, desgarramientos y divisiones dolorosas
e inútiles dentro del Cuerpo de Cristo.
* Jn. 17: 21-23; 1 Co. 12:12-27; Gá. 5:15; Ef. 3:21-23; 4: 3
Función Fraternal
Artículo 7.- Reconocemos que las Iglesias Evangélicas
parten de un tronco común de la Reforma del Siglo XVI y
basan su fe en el Señor Jesucristo como Salvador y Señor y
reconocen a las Sagradas Escrituras como la única regla de
fe y práctica de la vida cristiana por lo que como creyentes
en el Señor Jesucristo y miembros de la Iglesia Nacional
Presbiteriana de México somos llamados a mantener posi-
tivas relaciones fraternales entre los miembros del Cuerpo
40
de Cristo, proponiéndonos estrechar y sostener relaciones
fraternas, amistosas y respetuosas con otras denominacio-
nes evangélicas y organizaciones paraec1esiásticas evan-
gélicas procurando además, expresar en palabras y accio-
nes de compañerismo, el buen testimonio y relación entre
los cristianos ante la nación, toda vez que creemos en "La
comunión de los santos".
* Jn. 17: 21-23; 1 Co. 12: 12-27; Ef. 4: 1-16
Función Social
Artículo 8.- Nos proponemos en el nombre del Señor y con
su ayuda infalible, alcanzar como Iglesia el propósito de
ser un pueblo servicial, tanto para el Señor, como para la
nación en medio de la cual vivimos, nos movemos yactua-
mos, en reconocimiento al mismo Señor que ''No vino para
ser servido, sino para servir". Por esto, queremos expresar
y dar nuestro servicio en el nombre de Cristo, a los necesi-
tados' angustiados, apesadumbrados, desorientados, des-
poseídos, marginados y desamparados a través de medios
y formas propias que respondan a "Las multitudes... des-
amparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor",
considerando a la vez que "En cuanto lo hicisteis a uno de
estos mis hermanos más pequeños a mí lo hicisteis", "Re-
cordando que, trabajando así se debe ayudar a los necesi-
tados, especialmente a los de la familia de Dios". yrecor-
dar las palabras del Señor Jesús que dijo "MAS BIEN-
AVENTURADO ES DAR QUE RECIBIR".
* Hch. 20:35; Mt.9: 35-36; Mt.25: 40; Ga.6: 10; Mc.l0:45.
Función Profética
Artículo 9.- Dadas las condiciones jurídicas con respecto a
41
las Iglesias consideradas como Asociaciones Religiosas
en nuestro país, será un firme propósito siempre pugnar
por el respeto a los Derechos Humanos, sobre todo, en
aquellos casos en que se atente contra las minorías étnicas
y grupos marginados y desposeídos, y se violen sus dere-
chos como ciudadanos mexicanos.
Por otra parte, se pugnará en favor de la libertad religiosa y
de conciencia, con el fin de que prevalezca siempre en nues-
tro país un clima de justicia social y equidad en todos los
aspectos de la vida de la Nación.
* Dí. 10: 18; Ex. 22: 22; Is. 1: 17; 58: 6-7, 62: 1-2; Jer. 1:
8.19; Am. 8: 4-6; Mí. 5: 17-20
Función Jurídica
Artículo 10.- Dentro de la irrestricta separación entre las
Iglesias y el Estado, de acuerdo a la situación propiciada
por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexi-
canos, (Artículo 130 y Ley de Asociaciones Religiosas y
Culto Público) la Iglesia Nacional Presbiteriana de Méxi-
co' A.R. mantendrá relaciones positivas con el Estado y
las Leyes dentro de un marco de respeto mutuo de acuerdo
con la naturaleza y misión de la Iglesia en la medida en que
tanto gobernantes como las disposiciones legales no con-
travengan la Palabra de Dios.
* Ro. 13: 1-8; 1 P. 2: 11-25
Función Ecológica
Artículo 11.- Considerando que el plan redentor ejecutado
por el Señor Jesucristo, comprende no sólo su aplicación
al género humano, sino también a la creación misma, y
considerando los peligros del deterioro y destrucción de la
42
naturaleza, y la biodiversidad como el hábitat común para
todos los seres vivientes. Uno de los objetivos más defini-
dos, será orientar, exhortar y trabajar como Iglesia en fa-
vor de la ecología responsable y reconstructiva "Porque
también la creación misma será libertada de la esclavitud
de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios".
* Gn. 1 Y2; Job 38 y 39; Ro. 8: 21-22
Función Cívica
Artículo 12.- Como creyentes en el Señor Jesucristo ymiem-
bros de la Iglesia de Cristo, nos proponemos estar presen-
tes en la vida, historia y desarrollo de nuestra Nación, como
testigos de Jesucristo, y participar en todo aquello que re-
dunde para la superación y furtalecimiento de nuestro país,
en los órdenes social, político, cultural y económico; y cons-
cientes de nuestra función patriótica, señalar y denunciar
aquellos hechos que contravengan las disposiciones de la
Palabra de Dios.
* Is. caps. 1 y 5; Jer. cap. 1; Os. caps. 4-7; Sal. 2: 1-11;
Hch.15-22
Función Superacional
Artículo 13.- Puesto que los pastores y ministros de la Pa-
labra y de los sacramentos son los dirigentes, guías y servi-
dores natos del Pueblo de Dios, por lo amplio, exhaustivo
y delicado de su labor, requieren de una seria capacitación
ministerial así como de una revitalizadora actualización y
de fortalecimiento de su ministerio a través de Institucio-
nes Teológicas y/o de estudios superiores, yen este caso,
la comprensión y apoyo de la Iglesia para el logro de este
objetivo, es imprescindible. Por ello nos esfurzaremos cons-
43
tantemente para estimular la capacitación y superación en
todos sentidos del Ministerio Cristiano.
* Mr. 6: 30-32; Ef. 4: 1-16; Fil. 3: 12-16,4: 8-9; 1 Ti. 4:6-
16; 2 Ti. 2: 15
Función Libertadora
Artículo 14.- En virtud de que las Sagradas Escrituras le
conceden un lugar prominente a la necesidad de libertad
de los seres humanos, en lo individual como en lo social y
establecen que el Señor, tanto en el Antiguo como en el
Nuevo Testamento es un Dios que ama y demanda libertad
y El mismo se constituye en el Libertador de los oprimidos
y detesta todo género de esclavitud, servidumbre e injusti-
cia, proveyendo siempre los medios para el logro de la li-
bertad, lo que culmina en la Obra libertadora de Cristo en
favor de todos aquellos oprimidos por el poder del mal.
Función Pacifista
Artículo 15.- Reconocemos que el Señor Jesucristo al ve-
nir a este mundo para cumplir los propósitos y la Obra re-
dentora que el Padre le encomendara en favor de la huma-
nidad irredenta, motivada esta Obra por el amor supremo
de Dios, hizo posible la paz y reconciliación primeramente
entre Dios y los seres humanos y consecuentemente tam-
bién, entre los mismos seres humanos, derribando las ig-
nominiosas paredes y muros de separación y destruyendo
los odios exacerbados por motivos de raza, color, sexo,
religión así mismo por condiciones culturales, sociales,
políticas y económicas, que han causado siempre desave-
nencias, conflictos, crímenes, genocidios y guerras
fratricidas tanto entre los individuos como entre las razas,
pueblos y naciones de toda la tierra.
Función Etica
Artículo 16.- Puesto que la vida cristiana se nutre, desarro-
lla y fortalece fundamentalmente tanto a través de la lectu-
ra y estudio de la Biblia como guía de la fe y la práctica
cotidiana, así como la oración privada y comunitaria, la
asistencia y participación activa en los cultos y actividades
de la Iglesia, tanto en el día del Señor (domingo) como
entre semana y muy especialmente en la participación re-
gular de los creyentes en la Santa Cena como medios de
gracia y crecimiento espiritual. Las mismas Sagradas Es-
crituras demandan por otra parte, la práctica y aplicación
de sus enseñanzas en la vida diaria y personal de los cre-
yentes, en todas las esferas en donde éstos se mueven, ac-
túan y conviven con los demás.
Función Disciplinaria
Artículo 17.- Cuando dentro de la vida, funciones yobjeti-
vos de la Iglesia, los creyentes, tanto pastores, ancianos de
46
iglesia, diáconos así como miembros de la misma, contra-
vienen los preceptos de la Palabra de Dios y atentan contra
la pureza, unidad, armonía y paz interna del Cuerpo de
Cristo, la Iglesia a través de sus tribunales legítimos (Con-
sistorio, Presbiterio, Sínodo y Asamblea General) debe ejer-
cer la disciplina tanto para conservar la estructura y orden
administrativo (Disciplina administrativa) como para co-
rregir y en su momento restaurar a los infractores de los
preceptos prescritos en las Sagradas Escrituras y normas
bíblicas de orden y buen gobierno de la Iglesia, (Disciplina
Judicial).
* Job 5: 17-18; Sal. 39: 11; 94: 12; Pr. 3: 11.13-24,23:13.
29: 17; 2 Ti. 2: 25; Tit. 1:5; He. 12: 3-11
Función Familiar
Artículo 18.- La Iglesia de Cristo es también considerada
como la Familia de Dios, la Familia de la Fe. De este modo,
las Sagradas Escrituras le conceden al tema de la familia,
un lugar prominente y determinante en la vida de la Igle-
sia. Por ello Ypuesto que la Familia de Dios, está integrada
por familias y hogares particulares, una función específica
y de suma importancia de la Iglesia es la de estimular el
fortalecimiento y la dignidad de las familias, a la luz de la
Palabra de Dios, con el fin de mantener la unidad, santidad
y activa participación de las familias en la vida y marcha
de la Familia de Dios.
* Gn. 1: 26 a12: 25; Sal. 127, 128,144: 12-15; Jos. 24: 14-
21; Mt. 19: 1-10; Ef. 5: 21 al 6:1-4; Col. 3: 18 al 4: 1-6.
Función Comunitaria
Artículo 19.- De acuerdo con las Sagradas Escrituras, cada
47
creyente en Cristo Jesús que ingresa a la Iglesia de acuerdo
con las normas establecidas para su recepción, pasa a for-
mar parte de la comunidad cristiana y por ende a vivir una
vida en comunión con otros cristianos y de este modo
interrelacionarse y tratarse con todo amor fraternal, com-
pañerismo (Koinonía) apoyo moral, espiritual y material y
servicio unido para el cumplimiento de la misión de la Igle-
sia y testimonio de unidad ante el mundo y la comunidad
social circundante, con esta última, la Iglesia, vive, se de-
sarrolla, crece, testifica, dialoga y sirve a dicha comunidad
social como parte integral de su propia misión, encomen-
dada por el Señor Jesucristo.
* Sal. 133; Jn. 15: 1-17, cap. 17; Hch. 2: 43-47; Ro. 12, Ef.
4: 1-16; Fil. 4: 8-9
Función Administrativa
Artículo 20.- La Iglesia de Cristo, aunque es de origen di-
vino, dada la Obra redentora del Salvador y del llamamiento
eficaz y la regeneración que opera el Espíritu Santo en la
vida de los creyentes, éstos al formar el Cuerpo de Cristo
y cumplir la misión de la Iglesia, requieren asumir una es-
tructura organizacional, administrativa y funcional para el
óptimo logro de dicha misión, bajo la dirección imprescin-
dible, oportuna y eficaz del Espíritu Santo, ayuda sin la
cual, todas las metas, estrategias, programas y actividades
de la Iglesia resultarán ser un mero activismo infructuoso.
Por el contrario, bajo la inspirada guía del Espíritu todo lo
que la Iglesia realiza buscará sobre todo la gloria de Dios y
el avance de su Reino.
* Jn. 15: 1-8; 1 Co. 4: 1-2; 1 Co. 12; Ro. 12: 5; Ef.4: 16;
Jn. 15: 26; 16: 5-13; 1 P.4:lO.
48
Función Terapéutica
Artículo 21.- Como instrumento de Dios para hacer paten-
te a los seres humanos el amor y la acción salvífica de su
voluntad en toda su extensión, la Iglesia de Cristo, es lla-
mada a cumplir una función delicada pero generosa de ca-
rácter terapéutico al identificarse y acercarse a hombres y
mujeres, tanto niños como jóvenes y adultos marginados,
discapacitados y acosados por lacras fisicas, morales, es-
pirituales y sociales que impiden su autoestima y supera-
ción personal.
49
Capítulo m
56
Capítulo IV
De la familia
63
Capítulo V
67
Capítulo VI
71
No atentar contra la vida misma de ellos, causándoles no
sólo heridas, laceraciones y marcas fisicas sino lo que es
peor, traumas psicológicos, morales y espirituales queper-
duran por toda la vida.
73
Artículo 71.- La Iglesia dará lugar también a los niños para
que sirvan al Señor y a su Iglesia, dándoles tareas de acuer-
do a sus edades, como visitas a personas en necesidad, o
en el Coro Infantil, en la comunicación del Evangelio, en
la participación en dramas de Navidad, Semana Santa, etc.
Asimismo podrán darse oportunidades para que los niños
desarrollen actividades sociales y trabajos comunitarios
para su aprendizaje y práctica de amor al prójimo y la res-
ponsabilidad social de la Iglesia. Recuérdese que el mismo
Señor usó los dones de los niños en su propio Ministerio y
éstos siempre estuvieron dispuestos a responder al llama-
do del Señor. Reafirmamos que los niños también pueden
estar al servicio de Cristo, de su Iglesia y de la comunidad.
75
La Constitución de la Iglesia, reconoce cuatro formas
de recepción de un creyente como miembro en plena co-
munión que son:
l) Por bautismo y profesión de fe (generalmente creyen-
tes adultos)
2) Por profesión de fe (generalmente jóvenes que fueron
bautizados en su niñez)
3) Por carta de traslado
4) Por testimonio
Nota: Para las obligaciones y privilegios de un miembro en plena comu-
nión, consultar este asunto en la Constitución de la Iglesia.
76
Artículo 76.- Por tanto, toda persona, mujer o varón cre-
yente que se recibe en la iglesia, de acuerdo con alguna de
las maneras señaladas por el Libro de Gobierno, (Art. 66)
como miembro en plena comunión, se compromete ante el
Señor a cumplir los deberes indicados en la Palabra de Dios
y que se estatuyen tanto en la Forma de Gobierno como en
este Libro de Disciplina.
80
CapítuloVIll
84
Artículo 99.- En todos los casos en los que se administre el
bautismo a los infuntes, el pastor o el consistorio de la Iglesia
deberán solicitar exigir la constancia o acta nacimiento del
registro civil.
85
Artículo 103.- El miembro de la iglesia que recibe carta de
traslado, continuará sometido a la jurisdicción del consis-
torio de la iglesia original a la que pertenece, hasta que sea
recibido formalmente como miembro de la iglesia para la
cual pidió su cambio. Durante el tiempo indicado, no ten-
drá ni voz ni voto en reuniones oficiales ni podrá ocupar
cargos oficiales. Si por alguna circunstancia devuelve el
certificado o carta de traslado antes de seis meses, el con-
sistorio deberá darle una carta de recomendación la cual
deberá presentar ante la iglesia del lugar en donde piensa
radicar pero no podrá registrarse como miembro regular
con el goce de todos sus privilegios y obligaciones a me-
nos que renuncie a su membresia con su iglesia original y
se llenen los trámites que establece la constitución de la
Iglesia. El consistorio que recibe avisará al otro de donde
procede el miembro.
86
Artículo 106.- Dado que este sacramento es un medio de
gracia que junto con los otros medios, como son la ora-
ción, la lectura de las Escrituras, asistencia a los cultos,
etc. coadyuvan para el crecimiento y fortalecimiento de
los creyentes en la vida cristiana, se espera que se adminis-
tre con la frecuencia y regularidad que cada iglesia local
considere necesario establecer. Se recomienda que cuando
menos pueda celebrarse dicho sacramento una vez al mes.
87
Artículo 110.- A aquellas personas recién convertidas que
están en preparación para recibirse comomiembros en plena
comunión, se les deberá instruir y orientar para que tomen
la Cena, hasta que sean recibidos como miembros en plena
comunión.
94
Capítulo IX
Oficiales de la Iglesia
95
Artículo 137.- Los candidatos electos a oficiales de la igle-
sia, deben ser sometidos oportunamente a una preparación
teórica y práctica de sus deberes y amplio conocimiento de
la Biblia y doctrina fundamental de la Iglesia, Forma de
Gobierno, Disciplina, Libro de Culto y Liturgia y todo lo
que coadyuve a su mejor desempeño. Esta preparación se
hará durante el tiempo de prueba del candidato, según lo
establece la Constitución de la Iglesia.
96
Artículo 140.- Si a un ministro se le concede permiso defi-
nido para trabajar en alguna actividad dejando su ministe-
rio, quedará en receso de todos sus derechos de jurisdic-
ción presbiterial hasta que vuelva a su ministerio. Un mi-
nistro con permiso definido o indefinido, si asiste a la igle-
sia de su residencia, puede aceptar predicar cuando se le
invite. También puede oficiar invitado por el pastor o el
consistorio, de una Iglesia determinada.
97
Artículo 144.- La iglesia o Institución de Servicio que utili-
za los servicios de un ministro, a causa de su ordenación y
con base en la Palabra de Dios y a fin de evitarle preocupa-
ciones económicas que le impidan cumplir totalmente su
ministerio, le cubrirá los honorarios adecuados y aquellas
prestaciones prescritas en la Ley Federal del Trabajo.
3) Pastores oficiantes.
1. Concepto» Pastor oficiante es aquel ministro que su pres-
biterio designa por un tiempo limitado, generalmente de
un año, para atender y ministrar las necesidades de una
Iglesia local (o congregación) que carece de los servicios
de un pastor ordenado.
101
5) Pastores Fraternales.- Son aquellos ministros ordena-
dos que expresan su deseo y voluntad a un presbiterio dis-
tinto al suyo, para colaborar con sus servicios ministeriales
en alguna iglesia o congregación o cumplir alguna función
dentro del presbiterio al cual ofrece dichos servicios. O
bien, un presbiterio puede invitar a un ministro que no es
miembro de dicho cuerpo, para que colabore dentro de su
campo, por un tiempo limitado de tres años, reconocida la
vocación, interés, ordenación, capacidades y servicios mi-
nisteriales de dicho pastor. Si después del tiempo limitado
de sus funciones y dados los frutos de su trabajo, su dedi-
cación y fidelidad, dicho pastor podrá tramitar su ingreso
como miembro pleno u oficial del presbiterio o este cuer-
po puede también tramitar su ingreso oficial si lo conside-
ra oportuno y necesario. Ninguna iglesia (consistorio) o
congregación, debe ocupar los servicios pastorales de un
ministro fraternal, sin la anuencia y autorización del pres-
biterio al cual pertenece dicha iglesia.
104
Capítulo X
Otros ministerios
110
Capítulo XI
112
Artículo 159.- En cuanto a los salarios, honorarios ygrati-
ficaciones que la Iglesia cubra deberán ser justos, equitati-
vos y decorosos, evitando siempre el sentido de explota-
ción e indignidad con respecto a las obligaciones laborales
de la Iglesia.
114
Capítulo XII
3) Ofrendas especiales.
a) Para construcción o remodelación del templo o instala-
117
Clonesanexas
b. Para ayudar a hermanos en necesidad
c. Para algún fin específico urgente
d. Para programas específicos de los cuerpos eclesiásticos
En la iglesia local:
l.- Honorarios justos a pastores y gastos generales, luz,
agua. teléfono, aseo, flores, etc.
2.- Gastos de representación.
3.- Programas de misiones y evangelización, educación
cristiana, publicidad, etc.
4.- Previsión ministerial, retiro, pensiones etc.
5.- Seguro Social, S.A.R. etc.
6.- Gastos administrativos, tales como empleados, con-
serje, secretaria, etc.
123
Capítuloxm
131
Capítulo XIV
133
2.- Por otra parte, también el cuerpo máximo de gobierno, la
Asamblea General para el cumplimiento de la misión de la
Iglesia en toda su extensión, tiene que desarrollar proyec-
tos, programas y actividades inherentes a la naturaleza y
objetivos de la misma, de carácter nacional para el benefi-
cio de un mayor número de iglesias y personas.
Á.- Planeación
Con el fin de evitar improvisaciones o realización superfi-
cial o precipitada de funciones y tareas para el cumplimiento
de la misión de la Iglesia, ésta como un organismo vital
constituida como el Cuerpo de Cristo, en la cual cada miem-
bro cumple una determinada función y tarea, se impone la
necesidad de la ordenada planeación de toda su vida yac-
tividades, tanto a nivel de Iglesia local como de los
presbiterios, sínodos y Asamblea General.
136
B.- La organizacion
Es la etapa siguiente de la planeación en la cual la Iglesia a
través de sus cuerpos de gobierno agrupa todos aquellos
elementos y factores en una unidad lógica de actividades
interrelacionadas y afines para el cumplimiento de los ob-
jetivos de la propia Iglesia.
C.- La integracion
Para que cada uno de los cuerpos de gobierno con los que
la Iglesia cumple su función y con el objetivo de lograr
resultados positivos y permanentes, la etapa de la integra-
ción es clave, toda vez que con ella se hace necesario saber
con qué, donde y cuáles recursos cuenta la Iglesia, tanto
con las personas afines y los recursos materiales y finan-
cieros necesarios para el logro de los objetivos buscados.
137
y aunque reconocemos que todo cristiano profunda-
mente entregado al Señor es llamado a servir incondicio-
nalmente a Cristo, no todos responden con el mismo inte-
rés y capacidad para el servicio al Señor por ello, para es-
tablecer departamentos de trabajo, comités y comisiones
se deben integrar a la tarea de dichos Departamentos, per-
sonas que: 1) Sientan el llamado del Señor, 2) tengan la
visión y sensibilidad del alcance y grandeza de la Obra del
Señor, 3) estén dispuestos a capacitarse lo mejor posible,
y 4) reconozcan que en el servicio al Señor y de su causa,
la remuneración material no está de por medio y dicho ser-
vicio se hace por amor y entrega a El, sabiendo que El es
quien retribuirá a su debido tiempo en la forma que solo a
Elle agrada.
D.- La dirección
Reconocemos que para que todo plan, proyecto o progra-
ma de actividades pueda cumplirse con efectividad, debe
pasarse a la etapa de la dirección e impulso para la ejecu-
ción real de lo proyectado. Debe quedar bien establecido
quién dirige, motiva e impulsa las acciones a realizar. Debe
haber una sola cabeza que dé las instrucciones, junto con
los integrantes del equipo de trabajo quienes deben estar
abiertos para recibir y ejecutar las instrucciones y poner en
ejecución con todo interés y efectividad los programas a
desarrollar.
138
De acuerdo con la Constitución de la Iglesia, los cuer-
pos de gobierno, consistorio, presbiterio, sínodo y Asam-
blea General cuentan con departamentos de trabajo. Estos
a la vez. están constituidos por un director, un secretario y
los integrantes que hayan sido incorporados a dichos de-
partamentos y otras comisiones.
141
Segunda Parte
La Disciplina Judicial
CapítuloI
Concepto
146
Principio 40. Reconocemos que en las Escrituras, tanto
del Antiguo como del Nuevo Testamento, el Dios verdade-
ro, actúa como Juez Justo con su Pueblo, de una manera
justa y equitativa con el fin de reprender, corregir, discipli-
nar y restaurar a aquellos creyentes que caen en faltas y
pecados de omisión o de comisión.
148
Principio 110. Sostenemos que toda persona miembro u
oficial de la Iglesia acusado de la comisión de una ofensa
contra la comunidad cristiana tiene el derecho de ser oído,
y a defender su causa, por sí mismo o por medio de un
defensor relacionado con la misma Iglesia.
149
Capítulo m
Causales:
2. Entre presbiterios.
a) Invasión de territorios y jurisdicción
b) Acuerdos que pueden lesionar a otros cuerpos ecle-
siásticos.
e) Falta de buenas relaciones. Falta de comunicación.
d) Falta de buena voluntad y deseo de servir juntos al
Señor.
154
b) Adulterio. Es la relación sexual que se práctica entre una
persona casada y otra con quien no es su cónyuge, unido
o unida legalmente.
156
De acuerdo con las Escrituras, esta práctica atenta con-
tra la moral, pero también contra la dignidad del cuerpo
humano, que es templo de Dios, y el recato y respeto que
se merece el don maravilloso de Dios, que es la sexuali-
dad.
Lv. caps. 18 y 19.
157
lIoso de Dios, que es el sexo y atenta contra la dignidad
humana, la familia, el matrimonio y la sociedad.
159
Por ello, de acuerdo con la Bíblia, esta relación sexual
no es normal, atenta contra el orden natural, al plan y pro-
pósitos de Dios, yal orden de la sociedad. Por tanto, si se
diere en la comunidad de fe, que es la Iglesia, ésta es lla-
mada a prevenir, orientar y tomar las medidas adecuadas
para que se evite este mal que la Biblia reprueba.
Lv. caps. 18 y 20, Ro. 1:26.
162
Los tribunales de la iglesia deberán considerar y tomar
en cuenta que este grave asunto se da tanto entre los que
consumen alguna o varias drogas de tipo psicotrópico como
entre aquellos que propician y venden o regalan dichas dro-
gas a nivel de narcotráfico.
En ambos casos, los tribunales deberán tomar las me-
didas disciplinarias más urgentes para combatir este mal,
en caso de que se llegare a presentar.
168
Apartado C. Ofensas de carácter eclesial
170
En los casos de abusos de autoridad que se puedan dar
entre gruos contendientes, los tribunales de la iglesia, po-
drán después de considerar los casos disciplinariamente
imponer el correctivo necesario.
173
Artículo 60. Por todo lo expuesto anteriormente, los inte-
grantes de un tribunal eclesiástico, deberán actuar con
madurez, prudencia y equidad y bajo la dirección del Espí-
ritu Divino y su apego a la Palabra de Dios, para no proce-
der con precipitación, superficialidad e injusticia, al juz-
gar los casos que se les llegaren a presentar.
175
Capítulo IV
De las partes
e) Defensor
Es la persona que el acusado o un tribunal designa para tal
efecto con el fin de que presente argumentos legales, lógi-
cos y verídicos fundados en hechos, testimonios o elemen-
tos documentales relacionados con el asunto en el cual se
implica al acusado. El defensor debe ser miembro de la
Iglesia Nacional Presbiteriana de México, y si se requiere
su participación en el caso deberá tener el reconocimiento
y autorización oficial por parte del tribunal que se hace
cargo del caso.
d) Organo judicial
Lo será el órgano de gobierno, siguiendo en orden ascen-
dente jerárquico, el cual se convierte como tribunal judi-
cial, previo acuerdo y declaración, que para tal fin se haga,
en reunión oficial de dicho cuerpo.
177
Capítulo V
179
Capítulo VI
I>elosiEOpediEOentos
180
Capítulo VII
De la investigación
181
CapítuloVIll
De la vindicación
182
infurme y el dictamen oficial sobre el caso, levantándose el
acta correspondiente.
183
Capítulo IX
De la prosecución
186
Capítulo X
188
Capítulo XI
194
Capítulo XII
Á.- Denuncia
195
B.- Admisión
Una vez presentada una acusación por escrito y debida-
mente furmulada ante un tribunal Judicial, éste analizará si
es procedente admitirla o si se desechará.
D.- Audiencia
El tribunal judicial con las pruebas ofrecidas y con las in-
vestigaciones realizadas una vez cumplida la fecha de la
audiencia a la que se citó a las partes, oirá en primer lugar
al acusado y a su defensor y posibles testigos de descargo;
yposteriormente, si la parte acusadora tiene algún alegato
que hacer lo hará en forma breve. Para ello la parte
acusadora deberá presentar también testigos de cargo. En
esta audiencia se levantará un acta en la cual se asentará lo
dicho textualmente por cada una de las partes.
E.-Pruebas
Desde la fecha en que quede notificado a las partes el acuer-
do por el cual se considera procedente la denuncia, se abre
196
la etapa de pruebas, a fin de que las partes ofrezcan las que
estimen necesarias y concluyentes.
K- Resolución
Llevada a cabo la audiencia y no habiendo pruebas que
desahogarse, pasarán los autos del expediente para que se
dicte la resolución correspondiente, dentro de un término
no mayor de quince días hábiles.
G.- Ejecución
Dictada la resolución correspondiente, si el acusado no la
impugna dentro del término de quince días hábiles, se de-
clarará que ha causado efecto y que es una resolución fir-
me y el tribunal eclesiástico aplicará la sanción impuesta.
197
Capítuloxm
De los recursos
2° Recurso de disentimiento
Este recurso se refiere al derecho de disentir o juzgar en
forma diferente u opuesta de una persona o cuerpo que se
le aplicó una sanción disciplinaria de no muy alta grave-
dad. Dicho disentimiento deberá hacerse por escrito.
198
3 o Recurso de protesta
Este recurso se podrá utilizar cuando una persona o cuerpo
eclesial que ha sido procesada; aduciendo razones de abu-
so de autoridad, parcialidad, malas intenciones, superfi-
cialidad e injusticia, verbalmente y por escrito hará saber
su protesta, la cual a su vez pedirá que se asiente en el acta
correspondiente.
199
Capítulo XIV
200
Capítulo XV
De la restauración
202
Forma de restauración. Después de la deposición, la res-
tauración de un ministro depuesto, anciano o diácono, será
por medio de la declaración pública que haga en la forma
siguiente: "Considerando que usted... era Ministro de este
Presbiterio, o Anciano o Diácono de la Iglesia... y que fue
depuesto de su oficio; pero que ahora ha manifestado tal
arrepentimiento que satisface a la Iglesia; por lo tanto en el
nombre del Señor Jesucristo y por su autoridad nosotros
(El Consistorio, Presbiterio, Sínodo o Asamblea General)
ahora le declaramos absuelto de la censura pronunciada en
su contra y además le restauramos a su oficio y al ejercicio
de todas sus funciones inherentes a dicho oficio".
203
Capítulo XVII
205
Capítulo xvm
De las reformas
206
Capítulo XIX
Transitorios
207
Apéndice
Apéndice l.
Artículo 2.-
l. Toda persona tiene todos los derechos y libertades pro-
clamadas en esta Declaración, sin distinción alguna de raza,
color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cual-
quier otra índole, origen nacional o social, posición econó-
mica, nacimiento o cualquier otra condición.
2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la con-
dición política, jurídica o internacional del país o territorio
de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata
211
de un país independiente, como de un territorio bajo admi-
nistración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier
otra limitación de soberanía.
Artículo 3.- Todo individuo tiene derecho a la vida, a la
libertad y a la seguridad de su persona.
Artículo 7.- Todos son iguales ante la ley y tienen, sin dis-
tinción, derecho a igual protección contra toda discrimina-
ción que infrinja esta Declaración y contra toda provoca-
ción a tal discriminación.
Artículo 11.-
l. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se
presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabili-
dad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le
hayan asegurado todas las garantías necesarias para su de-
fensa.
2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el
momento de cometerse no fueron delictivos según el Dere-
cho Nacional e Internacional. Tampoco se impondrá pena
más grave que la aplicable en el momento de la comisión
del delito.
Artículo 13.-
l. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a
elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país,
incluso del propio, y regresar a su país.
Artículo 14.-
l. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a
buscar asilo, ya disfrutar de él, en cualquier país.
213
2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción
judicial realmente originada por delitos comunes o por ac-
tos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones
Unidas.
Artículo 15.-
l. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.
2. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad
Artículo 16.-
l. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil,
tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza,
nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y
disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio,
durante el matrimonio y en el caso de disolución del matri-
momo.
2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futu-
ros esposos podrá contraerse el matrimonio.
3. La familia es el elemento natural o fundamental de la
sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y
del Estado.
Artículo 17.-
l. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y
colectiva.
2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.
Artículo 20.-
l. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de
asociación pacífica.
2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.
Artículo 21.-
l. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno
de su país, directamente o por medio de representantes li-
bremente escogidos.
2. Toda persona tiene derecho de acceso, en condiciones
de igualdad, a las funciones públicas de su país.
3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del
poder público; esta voluntad se expresará mediante elec-
ciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamen-
te, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro
procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.
Artículo 23.-
l. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección
de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de
trabajo, ya la protección contra el desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna,
a igual salario por trabajo igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remunera-
ción equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a
su familia, una existencia conforme a la dignidad humana
y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera
otros medios de protección social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sin-
dicarse para la defensa de sus intereses.
Artículo 25.-
l. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado
que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienes-
tar, yen especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la
asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene
asimismo derechos a los seguros en caso de desempleo,
enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pér-
dida de sus medios de subsistencia por circunstancias in-
216
dependientes de su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y
asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matri-
monio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual pro-
tección social.
Artículo 26.-
l. Toda persona tiene derecho a la educación. La educa-
ción debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la
instrucción elemental y fundamental. La instrucción ele-
mental será obligatoria. La instrucción técnica yprofesio-
nal habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios su-
periores será igual para todos, en función de los méritos
respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la
personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los
derechos humanos y a las libertades fundamentales; favo-
recerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre to-
das las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y
promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones
Unidas para el mantenimiento de la paz.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo
de educación que habrá de darse a sus hijos.
Artículo 27.-
l. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en
la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a
participar en el progreso científico y en los beneficios que
de él resulten.
2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intere-
ses morales y materiales que le corresponden por razón de
217
las proyecciones científicas, literarias o artísticas de que
sea autora.
Artículo 28.- Toda persona tiene derecho a que se esta-
blezca un orden social e internacional en el que los dere-
chos y libertades proclamadas en esta Declaración se ha-
gan plenamente efectivos.
Artículo 29.-
l. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad,
puesto que sólo en ella puede desarrollar libre yplenamen-
te su personalidad.
2. - En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus
libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limi-
taciones establecidas por la ley con el único fin de asegu-
rar el reconocimiento y el respeto a los derechos de los
demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del
orden público y del bienestar general en una democrática
3. - Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso,
ser ejercidos en oposición a los propósitos y principios de
las Naciones Unidas.
218
Apéndice 2.
222
A fin de impedir la discriminación contra la mujer por
razones de matrimonio o maternidad, los Estados Partes
adoptarán medidas apropiadas para:
* Prohibir el despido por motivo de embarazo, licencia de
maternidad o estado civil.
* Implantar la licencia de maternidad con sueldo pagado o
con prestaciones sociales comparables sin pérdida del em-
pleo, la antigüedad o beneficios sociales.
* Alentar al suministro de servicios sociales, especiahnen-
te una red de servicios destinados al cuidado de los niños
para permitir que los padres combinen las obligaciones para
con la familia con las responsabilidades del trabajo:
* Prestar protección especial a la mujer durante el embara-
zo en los tipos de trabajos que se haya probado puedan
resultar perjudiciales para ella.
226
Apéndice 3
231
Esta edición consta de 2000 ejemplares (más sobrantes para
reposición), y se terminó de imprimir en el mes de julio de
2000, en los talleres de hnprenta Ravena S.A. de C.v., Dr.
Jiménez 124-A, Col. Doctores, C.P. 06720, México, D.F. El
cuidado de la edición estuvo a cargo del Ing, Abel Plata
Orozco.