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En el plano nacional para la década de los 40, en Colombia no existía personal calificado
para asistir al cirujano, por tal razón en 1943, nace la idea del doctor Pedro Nel Cardona, de
formar en la Universidad Femenina de Medellín, auxiliares de Cirujano, a quienes se les exigía
sexto de Bachillerato y un año de capacitación Universitaria, pero se puede afirmar que la
Enfermera Instrumentadora existe en Colombia desde 1.938, cuando el Dr. Enrique Torres
Herrera, comenzó la Instrucción de las enfermeras de la Universidad Nacional en el Hospital San
José de Bogotá, donde las enfermeras instrumentadoras practicaban y aprendían en las salas de
Cirugía, durante sus tres (3) años de entrenamiento. A partir de la década de los 50 se puede
afirmar que se da vía libre a la formación y profesionalización de la instrumentación quirúrgica
en Colombia gracias a las propuestas de los Doctores Jorge Suarez, presidente de la Sociedad de
Cirugía del Hospital San José de Bogotá y Belisario Calderón Meléndez, Director del Hospital
San José de Bogotá, siendo aprobada la Escuela de Instrumentación del Hospital de San José, y
posteriormente surgir otras instituciones de formación.
Así las cosas, el instrumentador quirúrgico ante la percepción social es una profesión
“invisible”, ya que no logra el reconocimiento de tan importante labor. En la actualidad la
demanda de procedimientos quirúrgico ha crecido exponencialmente debido entre otras cosas a
las enfermedades, los malos hábitos de las personas que contribuye al detrimento de su estado de
salud, los constantes accidentes laborales y automovilísticos, pero sin lugar a duda las cirugías
estéticas son las que han acrecentado la demanda quirúrgica en las últimas décadas. Pero sin
importar del tipo de cirugía ya sea médica o estética, el paciente post-operatorio agradece común
mente al cirujano y en segundo plano al hospital, centro especializado obviando el papel del
instrumentador quirúrgico y su vital importancia en cualquier cirugía. Muy probablemente se
podría realizar una encuesta a las personas que por cualquier circunstancia fue intervenida
quirúrgicamente, y seguramente la mayoría recordaran el nombre del cirujano, el centro donde
fue atendido y dará reconocimiento y gracias por su labor, pero escasos por no decir ninguno
recordara a aquella persona que aseguro la calidad del proceso antes durante y después de la
cirugía cumpliendo con los procesos de esterilización entre otras funciones de vital importancia.
Bibliografía.