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El Exilio Republicano en Francia
El Exilio Republicano en Francia
Dosier
ANDALUCÍA EN LA HISTORIA
Mujeres y poder
tras las celosías
de la Alhambra
Un canónigo andaluz
frente al cardenal Gomá
Vivir en el Siglo de Oro
Colaboran
Organizan
Rocamar
Asociación de Memoria Histórica Enrique Tapia Herreros
ANDALUCÍA EN LA HISTORIA
Mujeres y poder
tras las celosías
de la Alhambra
Un canónigo andaluz
frente al cardenal Gomá
Vivir en el Siglo de Oro
Colaboran
Organizan
Rocamar
Asociación de Memoria Histórica Enrique Tapia Herreros
E
n 1754, el andaluz Luis José estado felicísimo que tenía España de
DOSIER
Velázquez —II marqués de Val- riquezas y población en el año de 1518”
Museo de la Autonomía de Andalucía
Del 30 de enero al 1 de junio de 2014
ViVir en el deflores— fue el primero que con la penosa situación en la que se
a. Blas Infante s/n. Coria del Río - La Puebla del Río (Sevilla) | www.centrodeestudiosandaluces.es/maa
Siglo utilizó el término Siglo de Oro para re- entró bajo el reinado de Felipe II.
de o ro
ANDALUCÍA EN LA HISTORIA
Un canónigo andaluz
frente al cardenal Gomá
el término con un largo período his- convertirse, según Domínguez Ortiz,
abril
Vivir en el Siglo de Oro
Rocamar
Asociación de Memoria Histórica Enrique Tapia Herreros
AH
abril
2014
Ocurrió hace
doscientos años 74
El canónigo Gallegos Rocafull 62
El canónigo de la catedral de Córdoba José Manuel Ga- El Manifiesto de los Persas
La música antifranquista 82
Libros 90
En 1961 siete jóvenes italianos emprendieron un viaje
semiclandestino por España para recopilar canciones an-
A propósito/ Opinión 94
tifranquistas. Con el material reunido se publicó un disco y
un libro que provocó la inmediata reacción del franquismo. Mujeres en las fosas
H
asta hace pocos años, entre numerosos filó-
Vivir en el
Siglo de Oro Coordinado por Manuel Peña Díaz
Universidad de Córdoba
manos de una pequeña minoría —las elites nobiliarias y ción de programas disciplinantes de la Iglesia y de las au-
eclesiásticas— y de una extendida pobreza, sufrida por la
inmensa mayoría. Desigualdad y polarización, con estos
toridades civiles. No fueron únicamente sujetos pasivos,
adocenados por los discursos oficiales. Fueron individuos
AH
términos resume con acierto Juan Ignacio Carmona la di- activos y pacientes, miembros de comunidades familia-
abril
námica social que agudizó hasta el abismo las diferencias res, laborales, religiosas o estamentales, que aceptaban la 2014
económicas entre ricos, pobres y pobrecillos. Una pobre-
za cotidiana en la que (mal)vivían tantos andaluces, lu-
dependencia y la autoridad, pero que también buscaban
espacios y tiempos para la transgresión, a ser posible lejos
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chando contra la rutina. Es más, lo cotidiano era el único del escándalo. Porque en el ámbito del confesionario, de
lugar real donde podía aparecer lo inesperado. La vida la escritura, de las fiestas, de los cuerpos,... las coaccio-
cotidiana fue, pues, un espacio y un tiempo de supervi- nes impuestas por el orden dominante fueron asumidas,
vencia en los que predominó la expectación entre tantos negociadas o, simplemente, transgredidas. Entre otras
y tantos andaluces. A diario se podía implorar el favor razones porque sólo podían ser aceptadas lentamente si se
divino ante circunstancias climatológicas desfavorables mezclaban en proporciones distintas con prácticas here-
o incluso se buscaba en su normalidad religiosa la explica- dadas de épocas anteriores.
ción a fenómenos extraordinarios. Y todo ello envuelto, Como resultado de complejos procesos de encuentro y
en palabras de Clara Bejarano, por la atmósfera sonora negociación, la vida cotidiana en los principales núcleos
del Siglo de Oro, a veces excepcional otras repetitiva, pero urbanos y rurales andaluces fue más rica y diversa que el
siempre cotidiana. Se esperaban con curiosidad noticias reflejo de una sociedad confesional, presuntamente mo-
de América o se asombraban cada día ante las maravillas nolítica y monocorde en su fe y en sus comportamientos.
que llegaban de Oriente, con una función compesatoria Las prácticas sociales y culturales no tuvieron un sentido
—escribe Carlos A. González— ante la trivialidad y la es- estable y oscilaron entre la disciplina moral y la indiscipli-
casez de aquel tiempo. Noticias que, como tantas otras, na crónica. Y aunque los creadores o las autoridades —ci-
circulaban por doquier en impresos efímeros, menuden- viles o eclesiásticas— intentaron siempre reglar el sentido
cias que —comenta Pedro Rueda— despertaban una enor- y difundir la interpretación correcta de dichas prácticas,
me y cotidiana expectación entre los andaluces, fuese en podían ser ellos mismos —u otros privilegiados— quienes
sus casas, en las calles, en tabernas, bodegas, ventas o cotidianamente las distorsionaran, negociaran o trans-
mesones, donde se reunían no sólo para beber vino y más gredieran. La vida cotidiana en el Siglo de Oro fue, pues,
vino, también para hablar, leer y conocer mundo, aun- una tensión constante entre la tradición y el conflicto, el
que fuese como oyentes. Espacios de sociabilidad, uni- gozo y el sufrimiento, la rutina y la excepción… Y ante un
versos tabernarios que, como demuestra Alberto Ramos, mundo, tan complejo como efímero e inesperado, cada
fueron regulados una y otra vez ante los constantes y rei- día sus habitantes no podían por menos que estar siempre
terados incumplimientos. Y si una práctica cotidiana fue expectantes, en su doble sentido.
transgresora, esa fue la del deleite carnal. María José de La sociedad andaluza del Siglo de Oro fue mucho más
la Pascua explica cómo, frente a restricciones y más res- abierta, a pesar del disciplinamiento de costumbres, im-
tricciones, los andaluces recrearon sus propios escenarios puesto por la Iglesia y controlado por la Inquisición. Inclu-
para la seducción y para las relaciones sexuales, entre el so la opinión pública que podía tener distintos y diversos
consentimiento y la violencia. creadores, terminaba por ser recibida y reelaborada en la
En este dosier ha interesado explorar lo que había de calle, en la plaza, en la taberna... De ahí que el interés de
latente tras las reglas, tras lo aparentemente común o las autoridades por los “rumores maliciosos del pueblo”,
aceptado, o lo que se escondía tras los roles inmóviles y como escribió Juan de Mariana, fuese en aumento a lo
aceptados. En la vida cotidiana todos los andaluces fueron largo del Siglo de Oro, un interés que en el XVIII termi-
los protagonistas de su época al transmitir o rechazar un nó por convertirse en un miedo latente a la multitud, a
conjunto de actitudes, hábitos y conocimientos hereda- la mayoría, a los andaluces, protagonistas de la Historia,
dos o recibidos —directa o indirectamente— de la proyec- día a día.
d o s i e r
La pobreza cotidiana
Esplendor y miseria en el Siglo de Oro
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Vivir en el Siglo de Oro
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D
esigualdad y polarización. Estas A grandes rasgos, el Siglo las ayudas a los menesterosos montaban
dos palabras sirven para explicar de Oro en Andalucía bastante menos de lo que cabía esperar y
las transformaciones que se die- poco servían para remediar la difícil situa-
se caracterizó por un
ron en la estructura social en el Siglo de ción que sufrían los necesitados. Resulta-
crecimiento económico y
Oro en Andalucía. Hubo más gente y más ba evidente que mientras amplios sectores
riqueza, pero ésta no se repartió equitati- un aumento de población. de población vivían precariamente, la elite
vamente. Los principales movimientos en Hubo más gente y más de los poderosos disfrutaba de la abundan-
la escala social en el Siglo de Oro conducían riqueza, pero ésta no se cia y el lujo.
de los grupos intermedios a los inferiores, A pesar de que hacer testamento era una
repartió equitativamente.
de modo paralelo a la creciente acumu- práctica bastante extendida, pues se trata-
lación de la riqueza en los adinerados. El
Anticipándose medio ba en realidad de prepararse al bien morir,
proceso de polarización se explica en parte milenio a lo que de el propio hecho de hacerlo (muy pocos po-
porque mientras los pobres eran víctimas nuevo está sucediendo dían pagar a un notario) y el monto de lo
de la inflación y la carestía de vida, per- en nuestros días, el reparto del que se dejaba reflejaban indirectamente el
diendo poder adquisitivo al bajar los sala- fuerte contraste social existente entre los
bienestar no alcanzó a todas
rios reales (aunque los salarios nominales que tenían más y los que poseían menos.
subieron, los precios lo hicieron más), por las clases del mismo modo y la Basta acercarse a conocer cuántos feligreses
el contrario los ricos veían aumentar sus desigualdad se agudizó. Mientras testaban dentro de una parroquia, el tipo y
ingresos, ya fuese por el auge del comercio que unos se enriquecieron, la cuantía de la herencia, al igual que los
y de la banca, porque sus tierras producían otros se empobrecieron. Es más, motivos que explicaban que un gran nú-
más o por ambas causas a la vez. mero no lo hiciera, para descubrir que sólo
los ricos se hicieron más ricos
La ampliación del caudal de la mino- una minoría restringida podía instituir do-
ría acomodada resultaba espectacular por y los pobres más pobres. Fue naciones para el socorro de los desfavoreci-
su cuantía y notoriedad, al un siglo dorado para las clases dos, mientras que muchos otros no hacían
igual que lo era el despil- altas, pero no para las bajas. testamento por “ser pobres o no tener qué
farro que realizaba en testar”.
Un tanto paradójicamente se
gastos de ostentación. Una de las principales características
ha generado en ambos tiempos
Es verdad que asumiendo de las comunidades tradicionales como la
en cierta forma las prédicas un mayor desajuste social y la andaluza era el desequilibrio existente en
religiosas que exaltaban la distancia que separaba (separa) el reparto de la renta, el contraste que se
caridad cristiana, los pu- a los que más tenían (tienen), daba entre la miseria de la masa de los más
dientes llevaban pobres frente a la magnificencia de un li-
de los que menos poseían
a cabo obras de mitado número de muy ricos. La renta se
misericordia
(poseen) no ha disminuido, distribuía de modo que, en un extremo, la
en auxilio de en realidad se ha elevado. escasa minoría pudiente se beneficiaba de
los desfavo- la mayor parte, mientras que en el otro, a
recidos, la inmensa mayoría le quedaba una peque-
p e r o ña parte. Así lo mostraban los registros de
d o s i e r
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La desigualdad
QQ“La abundancia de uno sume a
muchos en la miseria y la opulencia
de unos pocos supone calamidades
para la masa… Es muy nociva la
miseria derivada de la mala distri-
de Huelva, hacía saber que dicha localidad ma de origen campesino y de una gran común tocada por el infortunio, trabaja-
“tiene de vecindad novecientos vecinos poco variedad de inmigrantes de procedencia dores en paro y jornaleros, inmigrantes y
más o menos, y que si no es algunas pocas más lejana. Por consiguiente, al número transeúntes, pícaros y vagabundos, prosti-
personas que tienen algún caudal, todos de vecinos contabilizados en los registros tutas, delincuentes, libertos y esclavos, se
los demás del pueblo es gente tan pobre que municipales, de los que más de la mitad englobaban en esa población depauperada
para sustentarse se valen de ir a pescar al eran considerados como pobres, había que que tenía aún peores condiciones de vida,
mar, sin tener más bienes y hacienda que lo añadirle una indeterminada cantidad de de alojamiento, comida y vestido que las
que ganan con su trabajo personal”. gente incontrolada, no empadronada, que clases populares asalariadas con las que se
En las zonas rurales las situaciones de constituía una confusa mezcolanza inte- mezclaba y confundía.
pobreza, siendo muy abundantes, resul- grada por personas, de los dos sexos y va-
taban menos llamativas. Era en los nú- riedad de edad, de humilde extracción, con Hambrientos y pordioseros. “Otros
cleos urbanos donde se evidenciaban de pocos recursos económicos, sin trabajo ni muchos viven muriendo acosados de ham-
forma notoria, por el efecto de absorción, ocupación fija en buena parte, y por gru- bre o de enfermedad”, escribió Alejo Vene-
de atracción, que las ciudades ejercían so- pos de transeúntes, vagabundos, pícaros y gas en 1553. Sobre la pobreza cotidiana in-
bre la masa campesina, muchos de cuyos otros marginados sociales en sentido estric- cidían las repetidas crisis de subsistencias
integrantes veían en ellas la posibilidad to, dentro de los cuales también las niñas y que tan frecuentes eran en la época. Si en
de mejorar su nivel de vida o al menos de mujeres estaban bien representadas. tiempos de normalidad la existencia de
subsistir. El movimiento de población ru- En definitiva, el heterogéneo mundo de mucha gente era difícil, la situación em-
ral hacia las grandes urbes se convertía, la pobreza en las ciudades andaluzas tenía peoraba notablemente cada vez que apare-
especialmente durante las grados y abarcaba, además de la moderada, cían las crisis agrícolas, que por lo demás
coyunturas críticas, en más llevadera, la severa o extrema, mucho solían traer consigo el alza del precio de
oleadas de personas ne- más dura. Al vasto colectivo de población los granos y la especulación. En la primera
cesitadas que invadían trabajadora que vivía de forma modesta fase los más perjudicados eran los humil-
sus calles y plazas, mu- o en situación precaria había que añadir des labriegos, que muy pronto comproba-
chedumbre que pululaba toda una multitud abigarrada integrada ban cómo su tradicional pobreza se torna-
por todas partes en busca de por variopintos subsectores de “vergonzan- ba en una completa penuria. Así lo recogía
cualquier tipo de auxilio tes”, desocupados y pordioseros. Personas un cronista en relación con una de las mu-
El contingen- principales venidas a menos, gente del chas que se dieron por tierras andaluzas:
te depauperado
urbano se nu-
tría en efecto
En las zonas rurales las situaciones de pobreza, siendo muy
de población
foránea abundantes, resultaban menos llamativas. De hecho, era en
próxi- los núcleos urbanos donde se evidenciaban de forma notoria
d o s i e r
La pobreza fiscal
QQ“La gente común a quien toca
pagar los servicios está reducida a
tan extrema calamidad y miseria
que muchos de ellos andan desnu-
dos sin tener con qué cubrirse, y es
tan universal el daño que no sólo se
extiende esta pobreza a los vasallos
de Vuestra Majestad, pero aún es
Murillo. Museo Wallraf-Richart (Colonia).
“De la ciudad de Écija se afirma que cual dinero para comprar pan”. Admitiendo la pobres en dos cementerios extramuros, a
si fueran animales inmundos andaban los exageración de la cifra de muertes por in- los que había que sumar los enterrados en
pobres por los molinos de aceite, buscando anición, el testimonio sirve para captar la los camposantos parroquiales y en los de los
hasta el desechado orujo para comer”. intensidad que alcanzó aquella hambru- hospitales. Una buena parte había pereci-
La falta de granos se sintió con espe- na. La crisis desembocó en una revuelta, do en plena calle, al no disponer de ningún
cial dureza durante el bienio de 1521-1522, el denominado motín del Pendón Verde, tipo de refugio ni de ayuda misericordiosa.
hasta el punto de que, según escribía un acaecido entre el 8 y el 10 de marzo de 1521. Ante tanta desgracia, los regidores munici-
coetáneo refiriéndose a la parte occiden- La protesta se inició en el barrio de la Fe- pales elevaron al Consejo Real una petición
tal de Andalucía, “murieron aquí treinta ria y pronto se extendió por toda la ciudad. solicitando ayudas fiscales para costear el
mil personas, y las más de hambres”. La Manuel Chaves Rey describía en sus apun- reparto de pan que se estaba haciendo en-
escasez que se había extendido por el te- tes sevillanos, de comienzos del pasado si- tre los muchos desgraciados que se encon-
rritorio andaluz estaba causando verda- glo, el desarrollo del motín, mencionando traban ávidos de comida. En la solicitud se
deros estragos en numerosas localidades. al respecto cómo aquel alzamiento popular destacaba expresamente “la grande este-
Por aquellas fechas el concejo de Hinojos tuvo por origen la gran carestía de víveres rilidad que había habido en la ciudad y su
informaba acerca de “la gran mortandad que se dejó sentir entre las clases pobres, tierra y provincia de la Andalucía este pre-
que hay, porque es público y notorio que de encareciéndose tanto el pan que el hambre sente año, y que había acudido a la ciudad
hambre se caen las personas en las calles y imperó en los barrios bajos de la ciudad, mucha cantidad de pobres que de noche y
no hallan quién les remedie, por lo que ya llegando a ser verdaderamente desespera- de día estaban las calles llenas de ellos, así
los muertos pasan de 400 personas”. da la situación de multitud de familias. hombres como mujeres y niños que pedían
Las carencias alimenticias iniciadas en 1522 también resultó crítico. La realidad limosnas y que habían perecido de hambre
el ámbito rural repercutían de inmedia- mostraba que no había casi nada para co- y se habían hallado muertos por las calles
to en los núcleos urbanos. En la capital mer y que lo poco que se ofrecía, aunque más de quinientas personas”.
hispalense la situación llegó a ser muy fueran restos de animales y desechos, era Si las décadas iniciales del siglo ha-
crítica, causando una gran mortandad. salvajemente disputado o se vendía a pre- bían resultado calamitosas, las postreras
Según el canónigo y arcediano de Niebla, cios desorbitados. Se produjeron muchos no quedaron a la zaga. Fue 1583 un año de
“fallecieron de esta presente vida en esta fallecimientos por hambre, enfermedad escasez. Preocupados por los muchos indi-
insigne ciudad de Sevilla más de cincuen- o frío. En sólo dos meses, del 23 de febrero gentes que había por todas partes, los ca-
ta mil personas de hambre por no tener al 23 de abril, fueron sepultados casi 1.800 balleros jurados plantearon ante el cabildo
secular hispalense varias propuestas para
enfrentar el problema. Se propuso pedir
dinero al vecindario, pero se desistió por-
Si en tiempos de normalidad la existencia de mucha gente era difícil,
que se sabía de la pauperización que se ha-
la situación empeoraba notablemente cada vez que aparecían las bía apoderado de la población, tal como se
crisis agrícolas, que solían traer consigo el alza del precio del grano comprobó a raíz del último repartimiento
d o s
Ricos y pobres
QQ“Hay que hacer constar que,
Examen
de pordioseros
QQ“Fue el mayor teatro que jamás
se ha visto, porque había más de
dos mil pobres, unos sanos y otros
viejos, otros cojos y llagados, y mu-
jeres infinitas, que se cubrió todo
el campo y los patios del hospital, y
a las dos de la tarde fue su señoría
acompañado de mucha justicia y
con él muchos médicos y entraron
en el hospital y en una sala baja
tenían su asiento, y mandaron
fuesen entrando las mujeres y a las
que estaban para servir les mandó
AH
su Señoría pena de cien azotes no
abril
anduviesen pidiendo por la ciudad, 2014
y a las viejas que podían andar les
dio licencia para pedir, que para
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el efecto tenía Su Señoría más de
cuatro mil tablillas con sus cintas
blancas y en ellas puesto licencia
para pedir y a las que habían de
pedir les daba una de aquellas y se
la echaban al cuello para que por
ella pudiesen libremente andar por
la ciudad pidiendo, y en este día no
se pudo concluir más de con las mu-
jeres, que fue mucho de ver cuando
acabaron ver tantas generaciones
de gentes y otros tantos trajes como
Museo de Bellas Artes de Budapest.
había”.
Más información
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Vivir en el Siglo de Oro
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L
a atmósfera sonora del Siglo de Oro Hoy apenas podemos pregoneros municipales intervenían en las
estaba marcada por un condicionan- imaginar cómo sonaría la ejecuciones públicas, en las proclamacio-
te fundamental: la utilización de nes de fiestas públicas (demandando la par-
vida urbana en ausencia
canales auditivos para difundir la infor- ticipación obligatoria de la población en la
de vehículos motorizados,
mación necesaria para la vida en común decoración de la ciudad), en la prevención y
obligada, de un lado, por el analfabetismo, reproductores de música, contención de las epidemias y en otros mu-
y de otro, por la creciente urbanización. el zumbido de los aparatos chos casos. Pero la mayor parte de los prego-
Cuanto más se concentraba la población eléctricos y los pitidos nes transmitían un mensaje de contenido
en los núcleos urbanos, más necesario se económico: suponían un medio muy usual
intermitentes del tráfico.
volvía el recurso a los medios de comuni- de ofrecer servicios, mercancías y otros ne-
cación sonoros. La mayoría de los sonidos
Podría antojársenos gocios. Constituían el vehículo más corrien-
de la vida cotidiana en el Siglo de Oro no que reinaría un notable te para la publicidad, utilizada tanto por los
eran meros ecos de una actividad, sino que silencio, pero lo cierto particulares como por el poder civil. El caso
eran producidos para desempeñar funcio- es que la atmósfera sonora en la de los bienes de los deudores o condenados
nes específicas sobre la vida colectiva. En rematados en almoneda pública es paradig-
Andalucía del Siglo de Oro tuvo
ocasiones, incluso daban lugar a conflic- mático, como también lo es el alquiler a par-
tos, ya que el auditivo era uno de cauces sus propias señas de identidad ticulares del cobro de impuestos.
a través de los cuales los poderes ejercían acústicas. La vida cotidiana en
su influencia sobre el común, y mediante aquel período estuvo impregnada Los pregoneros realizaban un itinera-
los cuales se expresaba la determinada for- de sonidos, algunos emitidos rio tipificado a través de los puntos neu-
ma de entender el mundo que caracterizó rálgicos de la vida urbana, desplazándose
por la Iglesia, otros por el poder
a aquella sociedad. a mula o caballo y a veces anunciados por
La voz del pregonero constituyó uno de civil, y otros muchos por la trompetas y timbales. Los pregones no
los elementos propios del población, que se entrecruzaban y sólo se leían en público sino que también
paisaje cotidiano. Tanto el complementaban entre sí, incluso se exhibían públicamente en soporte escri-
poder civil como los parti- to, en lugares simbólicos de la localidad.
a veces competían a la hora de
culares emplearon a esta
conformar el conglomerado que
figura municipal para di- Toques de campanas. Las campanas
fundir mensajes de variado podemos llamar paisaje sonoro. eran otro de los medios a través de los
contenido. Los concejos mu- cuales difundían información de interés
nicipales (y a través de ellos público todos los entes sociales de la pobla-
las instancias su- ción. Instrumento de origen religioso que
periores del rei- representaba la voz de Dios, en la menta-
no) difundían lidad aurisecular consagraban el lugar y
disposiciones ahuyentaban a los malos espíritus. No obs-
de naturaleg- tante, su función iba mucho más allá de la
za políti- marcada por la Iglesia. Su tañido poseía un
ca. Los código, un lenguaje, al alcance de la com-
d o s i e r
El silencio
de las campanas
QQEl silencio de las campanas era
algo realmente excepcional. Hasta
el siglo XVIII no se hicieron intentos
por preservar la tranquilidad al me-
nos por las noches y a la hora de la
siesta. Los únicos momentos en los
que enmudecían las campanas eran:
Verano en la
Mirando al cielo
Clima y religiosidad en los siglos XVI y XVII
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2014
Vivir en el Siglo de Oro
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N
umerosos datos confirman que Todos, desde el rey hasta hombre. Las más frecuentes eran las que
desde mediados del siglo XVI se el más pobre, invocaban pedían la llegada de lluvias —pro pluvia— y
inició en Europa una pequeña edad las que solicitaban la calma después de un
el favor divino ante
de hielo caracterizada por un aumento de la período revuelto —pro serenitate—. Fueron
circunstancias difíciles
pluviosidad y el frío. En Andalucía ese pe- una práctica cotidiana muy extendida en
ríodo húmedo comenzó a fines del XVI y se o desfavorables. Las la Andalucía del Siglo de Oro, así se cele-
extendió hasta mediados del siglo XVII. Los desastrosas consecuencias braron también para conseguir librarse o
años más húmedos correspondieron a las de las condiciones atenuar cualquier tipo de calamidad co-
décadas de 1591-1600, 1631-1640 y 1641- 1650. lectiva, fuesen epidemias, plagas, acon-
climatológicas adversas
Destacando, por el contrario, un periodo tecimientos bélicos, etc. Tanto unas como
seco de 1600 a 1617 y de 1651 a 1656. Los histo-
afectaban sobremanera otras, llegado el caso, solían culminarse
riadores de la economía han puesto en duda a una sociedad tan con misas de agradecimiento para celebrar
este enfoque y prefieren hablar de oscilacio- dependiente de la el final que motivó la rogativa.
nes climáticas en ciclos de media duración agricultura. Sin soluciones En general, las rogativas se organiza-
que se sumaron al recurrente impacto de las ban según la gravedad de la adversidad. Un
técnicas alternativas, las
fluctuaciones a corto plazo y de las frecuen- excelente ejemplo fue lo sucedido en Gra-
tes alteraciones en la sucesión anual de las populares rogativas eran las nada a fines de 1604 y comienzos de 1605.
cuatro estaciones. Sea por una razón u otra, prácticas más recurrentes y El año había sido extremadamente seco en
el clima en la Andalucía del Siglo de Oro, en cotidianas para combatir las buena parte de Andalucía. La situación era
contraste con siglos anteriores y posterio- inclemencias del tiempo. En alarmante porque hasta el 15 de diciembre
res, estuvo marcado por la irregularidad y el ni había caído una gota de agua ni se ha-
otras ocasiones, se miraba
extremismo —tanto en agua como en tem- bía sembrado un grano de trigo. El cabil-
peratura—, hasta el punto que las creencias religiosamente al cielo no para do catedralicio pidió al arzobispo Pedro de
y las prácticas religiosas se pedir sino para comprender Castro poder hacer un novenario de misas
vieron condicionadas por los rigores climatológicos o los a Nuestra Señora del Antigua y una pro-
estos rigores meteoroló- cesión general con los santos mártires del
fenómenos extraordinarios.
gicos. Sacromonte. La procesión se organizó para
el 27 de diciembre; durante el recorrido se
Candados del cielo. llevó la imagen de la citada virgen que fue
Las rogativas eran súplicas acompañada, nada más y nada menos que
públicas, con carácter peni- por todo el estado eclesiástico de la ciudad,
tencial, en las que secular y regular.
se pedía la ben- Pese al despliegue de tantísimos cléri-
dición de Dios gos y del impacto sonoro de sus repetidas
sobre los cam- oraciones, la rogativa no surtió efecto, y el
pos y sobre el prelado y el cabildo acordaron el 8 de enero
trabajo duplicar las misas a la Virgen del Antigua
d e l y descubrir el Santísimo Sacramento de la
d o s i e r
Rayos y centellas
en Sevilla (1651)
QQ“Lunes 13 de marzo, como a las
doce de la noche poco más o menos,
empezó a tronar y relampaguear tan
recio, que no me acuerdo haber oído
truenos tan grandes y grandísimos
aguaceros al mismo tiempo, que
parecía se quería anegar esta ciu-
dad. Al fin cayó un rayo o centella
que se dijo entró por una ventana
de la más baja de la torre de la
santa iglesia mayor, y que fue hacia
arriba, por las mismas vueltas de
la torre, y al campanero menor que
estaba tocando a rogativa lo mató
Estampa popular del siglo XVI que representa una rogativa pro pluvia. dejándole un ojo medio saltado, y
Lo maravilloso
y lo exótico
América y Oriente en Andalucía
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Vivir en el Siglo de Oro
22
M
ás allá de los abismos maríti- El descubrimiento y lo viejo y lo nuevo. Una distancia real, ex-
mos y terrestres estaban los conquista de nuevos traña e incomprensible al mismo tiempo,
tesoros, monstruos y prodigios capaz de resolver algunos de los grandes
mundos fue uno de
que, durante tanto tiempo los sabios de arcanos de la vieja Europa. Por tanto, la
los grandes logros del
la Antigüedad, sin llegar a verlos nunca, desenfrenada búsqueda de rutas oceáni-
recrearon y situaron en la remota India. Renacimiento, una cas, continentes fabulosos, portentos y
Como el romano Plinio el Viejo (23-79) en época de cambios tesoros, generó aventuras y trances vita-
su Historia natural, el canon por antonoma- impactantes, novedades les más sorprendentes que los narrados en
sia que perduró y se incrementó durante la los libros de caballería. Pero sus artífices,
y deseos de saber más
Edad Media. Ya sea en las obras de Marco disconformes con la herencia recibida,
Polo (1254-1324), Raimundo Lulio (1232-
sobre el universo. Los quisieron experimentar las cualidades de
1315) o Gervasio de Tilbury (c.1150-c.1228). móviles de una imperiosa lo exótico a través de las misteriosas jor-
Desde el siglo XIII, las ansias de cosas curiosidad hacia lo nadas, rumbo a lo ignoto, que resistieron.
diferentes e inusuales, ventura y gloria alejado, exótico y desconocido, A partir de mediados del siglo XV los
duradera, o el afán de poner en fuga las ru- descubrimientos geográficos empiezan a
que impulsaron la ruptura de
tinas de la vida cotidiana, fueron algunos contradecir la autoridad de los antiguos,
de los incentivos de temerarios viajeros unas fronteras geográficas, sin dejar de ser el referente que subyace en
hacia lo desconocido. Ejecutores de unas hasta entonces insalvables, las pioneras interpretaciones de la realidad
acciones, propias de encantamiento, en donde los clásicos greco-latinos de los nuevos mundos. A ello se debe que los
las que, según sus relatos, creyeron ver: proyectaron un cúmulo de primeros descubridores llenen el vacío de lo
países de oro, islas afortunadas, fuentes desconocido con su imaginario precedente,
fantasía, ilusiones y anhelos.
de la juventud, unicornios, dragones, me- la tradición clásica. Su desmentido era in-
lusinas, sirenas, hadas, amazonas, fau- Andalucía fue un escenario concebible, porque así verificaban viejas le-
nos, hombres con cabeza de privilegiado de aquellos sucesos. yendas de lugares imaginarios, asociando
asno, de perros o pies des- lo extraño con lo sabido. Hasta las fechas,
comunales. Maravillas, los mirabilia se nutrían de seres antropomor-
o mirabilia, de mundos fos inusitados y animales extravagantes
imaginarios ordenados de moda inspirados en los bestiarios me-
alrededor del sentido de la dievales; junto a las gemas curativas men-
vista. Cualquier sociedad cionadas en los textos sagrados y diversos
segrega algo maravilloso productos naturales taumatúrgicos proce-
procedente de vie- dentes de un pasado mítico.
jas maravillas. Si bien, el hallazgo de América auspi-
El Atlánti- ció una diferente noción de “maravilla”,
co, la “mar ahora referida a lo prodigioso e inopinado,
océano”, era característico de un medio asombroso y
el hito sobrecogedor, que, conforme a la mentali-
entre dad mágica imperante, podía ser verdad.
d o s i e r
El descubrimiento y conquista
Nuestra Señora de Guadalupe. Relación de la vida y viajes de Jerónimo Köler (1560-1573).
de nuevos mundos
alimentaron la curiosidad
hacia lo desconocido.
Es el mundo
tan grande
2014
24 nes fantasmagóricas. Además de las vir-
tudes curativas del azogue, el chocolate,
Nada admiraba más a los andaluces de la Modernidad que el maná
el maíz o la grana. Del Maluco, el veneno de oro, plata y piedras preciosas desembarcado en los puertos
de toda la fruta que nace en su banda de atlánticos de la región, “gran suma de millones” aclara Monardes
poniente; y de Ormuz, según destacaban
los portugueses, cangrejos que excitan la manente penuria de la existencia. Es por echa de menos España, y así la gente pobre
lujuria. Al igual, y desde tiempos atrás, ello que nada admiraba más a los andaluces lo pasa mejor en esta tierra, porque man-
las ventajas taumatúrgicas del cuerno del de la Modernidad que el maná de oro, pla- dan siempre y no trabajan personalmen-
unicornio, el rinoceronte, que en la Sevilla ta y piedras preciosas desembarcado en los te”. También la que Francisco Sanz dirige
del siglo XVI, a ciencia cierta, atesoraron puertos atlánticos de la región, “gran suma desde Potosí a su hermano en Cádiz (1587):
algunos médicos, el marqués de Tarifa y la de millones” aclara Monardes. “La carne es de balde, oro y plata no hay
esposa de Hernán Cortés. Incluso el medio Una acostumbrada vía de comunica- que decir que es como tierra. Es una glo-
ambiente de las Indias influía en la condi- ción de dicha prodigalidad pervive toda- ria esta tierra, que no falta más del paraíso
ción de los inmigrantes europeos, como si vía en las cartas que las gentes afincadas para ser cielo toda ella”.
fuese por influencia astral, pues solían de- en el Nuevo Mundo enviaban a sus ami- El mito y la información particular sur-
generar en codicia, vagancia y otros vicios gos y familiares de la península. En ellas tieron efecto, como lo dirime el cronista
execrables. Los criollos, en cambio, acusa- son persistentes los incentivos directos en Gonzalo Fernández de Oviedo (1478-1557)
ban ingenio vivo, trascendido y delicado. forma de cantos de sirenas, reales o fingi- cuando dice: “Hubo muchos que vendie-
dos, o sea, llamadas de atención sobre se- ron los patrimonios y rentas, y haciendas
Paraísos terrenales. Lo maravilloso mejante cornucopia americana. La propia que tenían y heredaron de sus padres; y
también adquiere una función compensa- existencia de las Indias, una maravilla en otros algo menos locos, las empeñaron por
dora ante la trivialidad y la escasez de aquel sí mismas, hubiera bastado para desen- algunos años, dejando lo cierto por lo du-
tiempo. De ahí que se localice en edades cadenar esta ensoñación dinámica de la doso, no teniendo en nada el galardón que
áureas y paraísos terrenales donde rigen la mejora social y la fortuna al alcance de esperaban, en comparación de lo que ha-
abundancia de alimentos, la la mano. Así encontramos en las misivas bían de adquirir y ganar en este camino”.
desnudez de sus habitan- cuantos modelos sean de desear, del tenor La suerte y las capacidades debieron repar-
tes, la riqueza, la libertad de la que desde Lima envía Sebastián Ca- tir, equitativamente, miserias y abundan-
sexual y el ocio: el Dora- brera a su mujer en Sevilla (1576); en la que cias, éxitos y fracasos.
do, islas afortunadas, los escribe: “Es la mejor tierra que calienta Pese a ello aun no deja de admirarnos la
trópicos, el país de las espe- el sol en cristianos, porque no saben qué asiduidad y aparente facilidad de aquellos
cias o las Siete Ciudades de cosa es hambre, que no hay más que derra- desplazamientos intercontinentales, im-
Cíbola. En suma, un mundo mar el trigo y echarle agua, y hacerse un pronta que tampoco pasó desapercibida a
al revés, pero en la cañaveral de grano, que de una fanega co- sus coetáneos, quienes no daban crédito a
vida real, reple- gen cincuenta”. De aquella otra que desde lo que con embelesada sorpresa divisaban.
to de bondades México remite Juan Cabeza a su hermano Tal es, a principios del siglo XVII, la aturdi-
imperecederas Manuel en Córdoba (1590): “En esta tierra da impresión del escritor Cristóbal Suárez
capaces de no se sabe qué cosa es hambre, porque se de Figueroa (1571-c.1644): “Admira la faci-
colmar coge trigo y maíz dos veces al año, y hay lidad con que se embarcan, sin más recá-
la per- de todas las frutas de Castilla, donde no se mara y provisión que una camisa, para tan
d o s i e r
Tierras no ha mucho
descubiertas
QQ“Los habitantes de aquellas tie-
rras, no ha mucho descubiertas por
nuestros reyes, y de donde se trae el
oro, les parece más admirable que
los hombres puedan comunicarse
sus sentimientos a través de una
carta enviada de tan lejanas tierras”.
Bodegas y tabernas
El vino en Andalucía en el Siglo de Oro
AH
abril
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Vivir en el Siglo de Oro
26
B
eber vino a diario, y en cantidades Las tabernas, las bodegas, tado silvestre, y hallazgos palinológicos en
generosas los que podían, no tenía, las ventas y los mesones Mazagón permiten plantear la posibilidad
en el Siglo de Oro connotaciones de que pueblos indígenas tuvieran nociones
eran en la Edad Moderna
negativas, sencillamente porque el vino sobre vinificación, a falta de poderlo ratifi-
espacios de sociabilidad
formaba parte de la alimentación, inclu- car con nuevas investigaciones, podemos
so del sustento más básico. Tres productos muy populares donde continuar pensando que fue a partir de las
constituían la base de la manutención de se reunían todo tipo de colonizaciones fenicia y griega cuando en
los españoles —y andaluces— en los si- gente. Pero también Andalucía comenzó a desarrollarse una cul-
glos XVI y XVII, el pan, el vino y la carne, tura enológica, cultura vitivinícola que se
lugares conflictivos, de
aunque las diferencias en el poder adqui- reforzó en la Bética romana con la creación
sitivo —y, por tanto, en la estratificación
mala fama, pues entre de viñedos comerciales y la elaboración
social— también marcaban las diferencias sus paredes y frente cuidada de vinos, no sólo para el consumo
en la proporción de su consumo: el pan y el a la taza o la jarra de en la península, sino también cara a su co-
vino estaban al alcance de todos, la carne, vino se sentaban jornaleros, mercialización por sus dominios, de lo que
no. Pero precisamente por eso, porque no es evidencia incontestable la obra del gadi-
militares, nobles en busca de
todos podían comer carne periódicamen- tano Columela, quien en De re rustica dedicó
te, el vino, por sus cualidades calóricas, emociones fuertes, gentes de paso un valioso apartado al cultivo de la vid y al
era uno de los alimentos más apreciado y parroquianos, aventureros, vino y a las características modélicas de la
socialmente, y su consumo era incluso jugadores, matones, sicarios, vitivinicultura en la provincia de Cádiz.
recomendado como reconstituyente. Yo lo ladronzuelos, salteadores, Con las invasiones bárbaras el vino an-
hizo Arnau de Vilanova en su Liber de vinis, daluz siguió gozando de aprecio, en parti-
bandoleros, gente de fortuna y
recomendando su consumo, moderado, cular, de los visigodos, y conviene recordar
por sus efectos benéficos para la salud desarraigados, esclavos fugitivos que la conquista musulmana de la penín-
en general, y para el trata- o prostitutas. Por eso la autoridad sula no supuso la desaparición del viñedo
miento de determinados estableció sobre las tabernas una y, aunque en menor medida por la pros-
problemas específicos, y cripción islámica al consumo de alcohol,
estricta regulación a través de
siguió siendo recomen- el consumo también se mantuvo, incluso
las ordenanzas municipales.
dado posteriormente por entre musulmanes.
sus cualidades nutritivas. Pero será con la conquista cristiana
cuando la vitivinicultura se consolide en
El viñedo hasta el XVIII. Andalucía, ya que se alentó el repobla-
Aunque está com- miento sistemático, con gente procedente
probado que en del norte, gracias a los repartimientos de
la Andalucía tierras, entre los que destacaron los re-
prehistórica partos de viñedos. El cultivo de la vid y el
existía la vitis comercio y consumo de vinos se consolida-
vinífera ron en la primera mitad del siglo XIV, y ya
en es- en el siglo XV se puede hablar de una época
d o s i e r
28 En Antequera y Alhama,
en Luque, Cabra y Lucena,
en Vejer, Conil y Chiclana,
vino dan de buena gana,
dad, lo cierto es que las características y las
normas ordenadas eran bastante comunes.
tal me vi después de cena, que en mi vida no vi tal. Por ejemplo, la que afecta a la prohibición
que nunca acerté la cama. Medina, Alcalá y Jimena, del consumo de vino foráneo, mientras no
En El Rincón y Doña Rama, y Tarifa y Gibraltar se hubiera agotado el producido en la loca-
aunque pese a la fortuna, es la tierra tanto buena, lidad, una defensa del vino propio común
de vino hice mi cama, vino dan hasta hartar". en todo el término municipal para favore-
En Alcalá y en Carmona, cer a los cosecheros locales, fuera cual fuese
Gandul y El Viso y Mairena, Coplas hechas por Alonso de Toro, cojo, sobre la la calidad de los vinos. Por lo general, solo
bien podéis tomar la mona abundancia del vino que Dios ha dado, en el año cuando el vino foráneo reuniera unas carac-
con su maza y su cadena. XXXI y en el año XXXII. Sevilla, sin fecha. terísticas que no compitieran con el local,
En Utrera y Los Morales Según Miguel Herrero, de 1533. podían los taberneros, muy excepcional-
en Morón y El Arahal, mente, ofrecerlo a sus clientes.
También se reguló, aunque casi siempre
con escaso éxito, que los vinos servidos tu-
Por eso las tabernas, las ventas, los me- tones, sicarios, ladronzuelos, salteadores, vieran un mínimo de calidad y, sobre todo,
sones, los bodegones, han sido, histórica- bandoleros, gente de fortuna y desarraiga- que no estuviesen “bautizados”, aguados, lo
mente, espacios de sociabilidad de notable dos, esclavos fugitivos o prostitutas. En las que era muy frecuente, tal y como se que-
asistencia de todo tipo de gentes. Lugares bodegas y tabernas del Siglo de Oro el vino, jaba Lope de Rueda cuando escribía “Si bebo
de reunión de gente que trabajaba lejos de en menor medida el aguardiente, se consu- el vino aguado, / berros me nacerán en el costado”.
casa y de solaz para los lugareños. mía en un ambiente ruidoso y promiscuo, Por otra parte, desde el siglo XVI, taberne-
Pero también lugares conflictivos, don- se bebía mucho, se jugaba a naipes y otros ros, pero sobre todo venteros y mesoneros,
de la pendencia y la bronca eran comunes y juegos de azar, se abordaban a las pocas mu- aunque no sirvieran comidas, tenían obli-
frecuentes. La mala fama ha acompañado jeres, “de vida desordenada”, que acudían a gación de proporcionar a los viajeros aceite
siempre a las tabernas y los los locales en busca de un unas monedas o y la sal, también a veces vinagre, precepto
bodegones, pues entre sus de un mínimo sustento…, todo un universo reiterado hacia 1560 a causa de los cons-
paredes y frente a la copa de la marginación que buscaba en las taber- tantes incumplimientos.
o la jarra de vino se sen- nas comida, vino y compañía, aunque fuera Una de las principales restricciones
taban trabajadores, mili- solo accidental, pasajera, por unas horas, afectaba a las mujeres, cuya presencia en
tares y marinos en los mo- un mundo que tan bien conoció el cordobés las tabernas estaba mal considerada, in-
mentos de descanso, nobles Juan Rufo, autor de Las Seiscientas Apotegmas, y cluso prohibida, pues la sombra de la pros-
de alta y baja estofa en bus- gráficamente describió Vicente Espinel en titución, y sus consecuencias en forma de
ca de emociones su novela, cargada de notas autobiográfi- escándalos y atentados a la moral, siem-
fuertes, gentes cas, Vida del escudero Marcos de Obregón. pre se cernían sobre las tabernas. Por eso
de paso y parro- hubo mucho interés en separar el univer-
quianos, aven- La regulación municipal. Por eso ven- so tabernario de las mancebías, también
tureros, ju- tas, tabernas y mesones han sido lugares reguladas estrictamente, como ocurrió
gadores, muy vigilados, muy controlados por la auto- en Carmona en 1501, cuando el concejo se
m a - ridad. Sin tratar de remontarnos en exceso hizo cargo del control del lenocinio, esta-
d o s i e r
De la calle a la alcoba
Efectos y cultura del amor
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Vivir en el Siglo de Oro
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T
odos se casan por el deleite carnal”, escri- La concepción del amor Amén de introducirnos en las contra-
bió Joan Estevan en Avisos de casados en cada época refleja la dicciones observables entre el discurso
en 1581. Así se expresaba un cura sobre el amor de un lado y los hábitos co-
concepción del mundo. En
párroco extremeño, alarmado por la dis- tidianos de otro, en la sociedad hispana de
el Siglo de Oro el amor está
tancia que percibía, a través del confesio- la Contrarreforma, los Avisos de Joan Este-
nario, entre la norma y las prácticas en lo en relación con lo que se van dan pie a una cuestión cuyo plantea-
referente a la vivencia del amor conyugal llama obligaciones sociales miento me parece necesariamente previo.
de sus feligreses. Estevan escribía su Avisos de la persona, de tal modo Acaso no somos muchas veces los histo-
de casados con el objetivo de enderezar lo que riadores presa fácil del discurso, cuando
que las relaciones de
entendía como una perversa interpreta- invariablemente asociamos la vivencia
ción del matrimonio que, de remedio con-
pareja están marcadas por del amor a las transgresiones sexuales. La
tra la concupiscencia, quedaba convertido una concepción patriarcal. pastoral de la época cuando habla del amor
en el día a día en un vehículo potenciador La norma, religiosa y hombre-mujer, de la relación conyugal,
de la misma. No obstante, este confesor jurídica, fijaba las obligaciones apenas refiere algo más que advertencias
se mostraba plenamente consciente de un contra el pecado de la lujuria y la obligada
y los límites del comportamiento
deseo sexual agigantado por la carencia y, direccionalidad del sexo hacia la obtención
de acuerdo con ello, entendía que el sexo de los esposos, entendiendo el de una prole legítima.
honesto salvaba a hombres y mujeres de sexo como un mecanismo para la ¿Pero, se agota aquí el enfoque que los
tentaciones más graves. En su libro, la sen- obtención de una prole legítima. hombres y mujeres de la época tenían de
sualidad y los límites de la sexualidad cons- Pero ¿hemos de entender que sus relaciones de pareja? Tratados de teolo-
tituyen el asunto básico, como en general gía moral, manuales de confesión, sumas
necesariamente estas distinciones
en toda la literatura religiosa y moral de los de casos de conciencia dirigidos a eclesiás-
siglos XVI al XVIII en la que se hablaba de entre una sexualidad tolerable ticos y teólogos, pero también libros de
matrimonio. Sin embargo, —la que se practicaba entre moral y sermones para la población laica
su desarrollo argumental esposos legítimos para tener hablaban con detalle de la sexualidad, de
se desmarca un tanto de la buena —la que se dirigía a la procreación
hijos— y otra considerada como
la opinión de la época al legítima— y de la mala —la encaminada a
pecado —la que se dirigía a la
inscribirse en una pers- la obtención de placer—. Desde esta pri-
pectiva tolerante que trata obtención de placer— guiaban mera distinción básica, sólo la sexualidad
de armonizar las pulsiones las prácticas cotidianas? ¿Qué confinada en el matrimonio era tolerable
primarias, de hombres y ocurría en los espacios secretos, y no sin sospechas ya que, para la mayoría
mujeres, con la de los teólogos, el sexo practicado por los
en el día a día de una relación
obligación de cónyuges sólo era aceptable si se orientaba
templaza y mo-
conyugal o de pareja? a la obtención de descendencia. Restric-
rigeración que ción sobre restricción, queda meridiana-
la doctrina mente claro que el matrimonio tenía para
católica la Iglesia una finalidad eminentemente
exigía. social —y no individual—.
d o s i e r
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La enferma de amor (hacia 1660), óleo de Jan Steen que representa a un médico tratando de diagnosticar un posible embarazo.
¿Pero, hemos de entender que nece- pareja. Esta última es evidente en la pers- en la familia, pero también por un código
sariamente estas distinciones entre una pectiva conformista y benevolente hacia moral propio del Cristianismo que veía en
sexualidad tolerable —la que se practicaba las actitudes masculinas y, por el contra- la naturaleza de la mujer una raíz pecado-
entre esposos legítimos para tener hijos— rio, marcadamente intolerante y prescrip- ra y perversa que sólo podía compensarse
y otra considerada como pecado —la que tiva sobre las conductas femeninas que con una actitud constante de sumisión al
se dirigía a la obtención de placer— guia- toda esta literatura posee. Como en otros marido. Estas consideraciones se vertieron
ban las prácticas cotidianas? Los libros de lugares de la península Ibérica, en la An- en un modelo actitudinal representado en
moral daban cuerpo, a partir de errores y dalucía de los siglos XVI - XVIII, circularon unos tipos femeninos que, inspirados en
aciertos encarnados en estereotipos mas- un buen número de libros de estados. los modelos de la Antigüedad y la Biblia,
culinos y femeninos, a las obligaciones y En ellos la finalidad normativa se cen- resultaban tan planos como extremos en
los límites del comportamiento de los es- traba especialmente en los comportamien- virtudes como la castidad, la obediencia
posos, dentro de esta concepción estricta tos de las mujeres, condicionados por el al esposo o al padre, el trabajo continuo o
de las funciones de la vida sexual y de una marco legal que regulaba las relaciones el ejercicio de la caridad. Esa era la norma
concepción patriarcal de las relaciones de entre marido y mujer y el papel de esta de obligado cumplimiento si se pretendía
d o s
32 ra social.
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La concepción del amor en cada época refleja la concepción del mundo.
"Muger, escribidle
tierno y derretido"
QQUna mujer acudía en la Sevilla de
1606 a uno de aquellos escribanos
de baratillo para que le compusiera
una carta. El escribano le decía:
“Muger, no siendo este hombre
a quien escrivís vuestro marido,
no le avéis de tratar con aspereza;
escrividle más derretido y tierno:
¿Quanto me avéis de dar? Porque
ay cartas de muchos precios, de dos
cuartos, de real y medio y dos reales
si lleva dibujado junto a la firma
algún corazón o saetas, o algunas
dos manos asidas”. A lo que ella
respondía: “Manos, malas se las
deis de palos en pública plaza y a
malas puñaladas lo vean mis ojos
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traer delante, la que bien lo quiere;
abril
corazón y saetas, partido le vea yo 2014
el suio, pues tal tiene apesarado y
marchito este triste mio”.
35
siendo incompleta. Ahora el esfuerzo del contestar, en 1740, desde Buenos Aires a su
investigador se duplica, si el primer paso mujer en Cádiz, como lo hacía Sebastián
—del sexo al amor pasión— puede parecer Marín: “Querida y muy amada esposa mía,
obvio, el segundo que planteo —del amor bien sabe el Cielo que mis continuos deseos
pasión al amor cotidiano— es, frecuente- siempre han sido y son el restituirme a tu
mente, poco comprendido. ¿Es que acaso amada y dulce compañía…”, o más apasio-
se puede llamar amor a lo que existe fuera nadamente, según expresaba en 1738 Cris-
de una pasión romántica?, podrían espe- tóbal Cuvilla, médico en Cádiz, a su novia
Más información
tar algunos. Pues sí, podíamos decir que Teresa Espinosa de los Monteros, vecina de
la pasión romántica es el modelo cultural Sevilla: "Sólo tú eres mi cielo, tú la luz de QQ Candau Chacón, Mª Luisa
y que las vivencias se ajustan a ella más o mis ojos, tú mi corazón, tú mi alma, tú no “En torno al matrimonio: mujeres,
menos, depende, no todo el tiempo, etc. sé que te diga, porque yo quisiera tenerte conflictos, discursos”, en Peña Díaz,
En este caso las cartas, y escritos de tipo junto a mi ahora para darte mil abrazos y Manuel (ed.), La vida cotidiana en el mun-
más personal, pueden guiar mejor nues- comerte a bocados”. do hispánico. (Siglos XVI-XVIII). Abada
tra incursión por esos espacios más secre- Palabras escritas en el convencimien- editores. Madrid, 2012, pp. 97-118.
tos que tienen que ver con las emociones y to que tras ellas, aunque tan codificadas QQ De la Pascua, Mª José
los sentimientos y sobre los que el decoro como algunos gestos (el beso), se expresa- Mujeres Solas: historias de amor y de
social extendía un velo de pudor. Cartas y ban los sentimientos: “Hermana, amante abandono en el mundo hispánico. Centro
billetes de amor circularon en la España de y querida mía, con mucho sentimiento de Ediciones de la Diputación de
los siglos modernos y en ellas se hablaba de pongo estas letras en este papel para que Málaga. Málaga, 1998.
sentimientos como proponía María de los lleguen a tus manos” (Andrés Losada en QQ Otte, Enrique
Reyes, desde Sevilla, a su marido Francisco Panamá a Maria Josefa Rodríguez, en Cá- Cartas privadas de emigrantes a Indias,
Riberos, en Veracruz, cuando al pedirle so- diz, 1785). Pero los sentimientos también 1540-1616. F.C.E.. México, 1988.
corros para ella y su hijo, añadía que calla- se esconden en las cartas tras el lenguaje QQ Ruiz, Marta
ba lo que sentía porque la carta la escribía cotidiano: el que refleja otras preocupa- Matrimonio, moral sexual y justicia ecle-
por medio de otra persona, que “como otro ciones y a través de ellas, la pena de la au- siástica en Andalucía Occidental: la tierra
me escribe supiera yo escribir, os enviara sencia, el miedo a la pérdida, o el deseo del llana de Huelva (1700-1750). Universidad
a decir todo lo que siento en mi alma”. Si reencuentro. Ellas integran ya un corpus de Sevilla. Sevilla, 2011.
ella la hubiera podido escribir de su mano, representativo de documentación epistolar QQ Sánchez, Rocío y Testón, Isabel
podría haber declarado, como Margarita extraída de diversos fondos documentales El hilo que une. Las relaciones epistolares
Oliver hacia en 1751, a su esposo, que se que algunos historiadores, muy especial- en el Viejo y el Nuevo Mundo (siglos XVI-
preparaba para otra boda más convenien- mente Enrique Otte, han ido liberando, y XVIII). Universidad de Extremadura-
te: “que yo hoy día no tengo otro espejo en que nos permiten ir desde la prohibición y Editora Regional de Extremadura.
quien mirarme, si no es en ti y tu no tienes la transgresión sexual, al deseo, al amor y, Cáceres-Mérida, 1999.
que acordarte de nadie si no es de mi”. O también, al desamor y al despecho.
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Impresos efímeros
en la vida cotidiana
Carteles, calendarios, coplas y relaciones
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Vivir en el Siglo de Oro
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unto a las novelas y comedias, los li- En las imprentas además tierras de los gigantes. Estos pequeños impre-
bros religiosos, tratados y disposicio- de los libros destinados sos son los que se encontraba el público en
nes jurídicas, textos científicos y las las calles y las librerías, en puestos fijos o
a los anaqueles de las
obras dedicadas a la historia, la música, en las paredes de algunos lugares de paso.
bibliotecas se publicaron
la literatura etc., las imprentas andaluzas Uno de los personajes de El mesón del mundo
en el Siglo de Oro publicaron otro mate- un gran número de (1631) de Rodrigo Fernández de Ribera halló
rial, de carácter práctico, menor volumen pequeños impresos. una pared “entoldada de ristras de papeles
y fugaz existencia: carteles, almanaques, Entre estas menudencias y rimas de libretes, que al parecer debía ser
relaciones de sucesos, estampas, tarjetas alguna librería vagabunda, en que entran
salidas de los talleres
de visita o juegos de naipes, que satisfa- coplas, relaciones y sus pocas estampas”.
cían las necesidades de ocio, información
encontraremos relaciones Esta oferta de menudencias de bajo pre-
y comunicación de los habitantes. de sucesos, romances o cio expuestas en cordeles en las paredes re-
El impresor cordobés Rafael García pu- comedias sueltas, pero sultaba habitual en los ámbitos urbanos.
blicó una Lista del surtido que en el día tiene en su también una variada tipología Un testimonio excepcional de estos puestos
imprenta con los librillos, pliegos y estampas de venta es la anotación de Francisco de Ari-
de impresos efímeros de vida
que había editado y que vendía al por mayor ño que recogió los sucesos curiosos acaeci-
a otros libreros y a los ciegos que acudían a limitada, como un cartel, y otros dos en Sevilla. El miércoles 22 de junio de
su taller para abastecerse. La oferta com- de más larga duración, como 1594 anotaba como “entre las tres y cuatro
prendía una notable variedad de pequeños un calendario anual de pared. de la tarde, vino tan gran tempestad de aire
libritos morales o educativos, novenas, es- Un sinnúmero de estos papeles y polvoreda, que… a un librero que estaba
tampas y vidas de santos, aventuras caba- con sus libros, coplas y cartillas en la pared
han desaparecido y tan sólo
llerescas y pliegos poéticos. La vida del Em- del castillo [de Triana] le llevó el aire gran
perador Carlo Magno, el relato de los hechos de ocasionalmente reaparecen. copia de ellas por cima de las torres”.
Bernardo del Carpio o las coplas En ocasiones al abrir libros
de Las dos doncellas disfraza- antiguos o expedientes surgen Ciegos y papeles. Los romances y coplas
das debieron satisfacer el se cantaban como reclamo para su venta “en
como un tesoro que recupera
interés de los lectores. En las plazas y calles principales de los lugares
un retazo de la vida cotidiana
estos títulos encontramos grandes destos reinos”, tal como informaba
tanto viejas como nuevas del pasado, en otros casos los al rey Cristóbal Pérez de Herrera en su Amparo
historias, junto a las coplas encontramos reutilizados en de pobres (1598). En su diatriba el arbitrista Pé-
del Marqués de Mantua de larga las guardas, coleccionados por rez de Herrera insistía en que unos eran cie-
tradición editorial gos “y otros que lo fingen por ventura no lo
curiosidad o formando parte de
aparecen algu- siendo”, pero lo que le preocupaba era que se
nas nuevas in-
álbumes. Aunque en su mayor contaran “sucesos apócrifos sin ninguna au-
corporaciones parte tuvieron una corta vida toridad, y aun algunas veces escandalosos,
como el Descu- útil y fueron desechados. imponiendo y enseñando con ejemplos fin-
brimiento gidos a los ignorantes y mal inclinados co-
de las sas de que les resulta atrevimiento”. El éxito
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abril
Primera página del catálogo de venta
2014
del impresor cordobés
Rafael García Rodríguez con la
Lista del surtido que en el día tiene en su imprenta.
37
Librillos profanos
QQJuan de Dios conocido por fundar
la Orden Hospitalaria en Granada
tiene una singular relación con las
menudencias impresas. Pocos saben
que se dedicó durante un tiempo a
vender libros. Al llegar desde el Norte
de África a Gibraltar se desempeñó
como peón en obras y con los dineros
reunidos “compró ciertos libros de
menudencias y cartillas, con algunas
imágenes de papel, para tornar a ven-
der”, como cuenta Alonso de Villegas
en la biografía del santo. El relato de
su transformación a hombre religioso
tuvo, asimismo, una relación con es-
tas menudencias, ya que los librillos
Los papeles impresos de contenido re- pañaron las estrategias de misión y refor- Las menudencias impresas se adapta-
ligioso tuvieron una notable importancia zaban a las autoridades eclesiásticas. El ron al público y tuvieron una estrecha re-
y constituyeron una parte notable de la jesuita Juan de Santiago en sus recorridos lación con los intereses locales, ofreciendo
producción. El día a día de las devocio- por los pueblos andaluces llevaba consigo soluciones para asuntos prácticos, alimen-
nes del santoral venía acompañado de un “estampas, y devocionarios breves” para tado la curiosidad y despertando el interés
sinfín de ofertas devotas impresas, reno- los “estudianticos” que encontraba en sus por la novedad. Un ejemplo sería la tarje-
vadas cada año con nuevos materiales. viajes, y catecismos para “los niños pobres, ta de visita del comerciante gaditano Se-
La devoción de las cofradías y la recogida y gentes trabajadoras” y para “toda esfera bastián Martínez, amigo de Goya y colec-
de limosnas alimentaba este afán de ce- de sujetos el Relox de la Pasión, que instruye a cionista de estampas, que incluye al dios
lebración impresa de la fiesta del santo o meditar por las horas del día, y de la noche Mercurio junto a unos fardos de mercan-
el beato que se procuraba promocionar. los misterios de nuestra Redención”. cías que dan a conocer su oficio de tratante
Aunque en otros casos los reclamos que En otros casos la relación fue compleja, en Indias. En cualquier caso, la escasez de
encendían el interés eran las ocasiones y ocasionalmente turbulenta, ya que las ejemplares que han sobrevivido del Siglo
festivas excepcionales, como un ascenso a oraciones milagrosas, las cedulillas con de Oro no debiera hacernos perder de vista
los altares, que se convertía oraciones protectoras y las estampas de la familiaridad con la que estos impresos
con facilidad en una fiesta “santos” que no habían sido canonizados estuvieron presentes. La relación cotidia-
de celebración con coplas podían generar tensiones y provocar reac- na con los textos e imágenes impresos se
o relaciones impresas, ciones de vigilancia y control de la Iglesia produjo, de manera muy estrecha, gracias
estampas “gastadas” por en las que intervenían tanto el clero como a estos modestos productos tipográficos.
el uso y reimpresas para sa- los agentes inquisitoriales. En una denun-
tisfacer la curiosidad, con- cia del impresor Juan Serrano de Vargas Más información
virtiendo los papeles en una de 1625 se afirmaba que andaba el mundo
reliquia de fácil lleno de “disparates impresos” vendidos a QQ Caro Baroja, Julio
consumo. los “rústicos que con sólo verlos impresos Ensayo sobre literatura de cordel. Istmo.
En los ám- creen y tienen por cierto que trayendo con- Madrid, 1990.
bitos rurales sigo tales papeles no morirán muerte sú- QQ Rickards, Maurice (dir.)
estas menu- bita, ni padecerán en poder de justicia” ya The encyclopedia of ephemera. British
dencias que tienen “semejantes papeles como por Library, 2000.
acom- reliquia”.
Hoy creemos haber descubierto las bondades del campo, su capacidad de regeneración espiritual, de sanar el
cuerpo y purificar el alma. Hablamos de productos orgánicos como una panacea; soñamos con retirarnos a la
naturaleza para respirar aire puro, tomar contacto con los oficios de siempre, disfrutar de la gente y los largos
paseos, o deleitarnos con el goce estético y profundo que produce en nuestros sentidos la belleza. Y, sin embargo,
también esto estaba inventado. Basta retrotraernos al sistema romano de explotación agropecuaria, basado en
una red sin precedentes de asentamientos rurales (villae), para entender hasta qué punto somos poco originales.
La vida en el campo
El mundo rural en la Bética: ocio, representación y negocio
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ablar de villas romanas es hacerlo El ocio en la Bética pesca, orientación, inserción en el paisaje,
del entramado vital de una cultu- organización del conjunto, estructura ar-
ra y un sistema social que basaron
romana se entendía quitectónica, dotación de servicios, mate-
en la agricultura las claves económicas de como un signo de clase riales empleados, decoración…
su propia subsistencia. Roma cimenta so- y Estatus reservado Su combinación convertía a la villa
bre un pueblo de campesinos, que hicieron en algo más que una instalación estric-
de virtudes como el respeto, la fortaleza, la
sólo a aquellos que tamente agropecuaria (que también las
sobriedad, la humildad, la hombría o el podían pagarlo habría) (negotium): era el lugar que ase-
valor, elementos definidores de su idio- guraba a su dominus el disfrute de la par-
sincrasia. Tal es así que una de las razones te más lúdica de la vida (otium), y que le
fundamentales de su enorme expansión permitía recibir a amigos y visitantes en
radicó en la necesidad de nuevas tierras, podían pagarlo. Todo lo relacionado con la una escenografía diseñada ex profeso, en la
pero, al mismo tiempo, la entrega de éstas explotación de la tierra, la rentabilización que a determinados elementos propios de
a quienes un día decidieron abandonar la y comercialización de sus recursos, su uso las casas urbanas más ricas podía sumar
península itálica en busca de un destino como elemento de prestigio, entronca, otros cargados de artificiosidad, preten-
mejor (ya fueran comerciantes, soldados, pues, directamente con la tradición, la for- siones, boato e incluso belleza, al servicio
o simples colonos) sirvió para fijarlos a las mación cultural, el poder adquisitivo, los expreso de su propia dignitas, de la privata
nuevas zonas conquistadas, propiciando deseos de proyección y ostentación social, luxuria. Así, jardines y vegetación; juegos
con ello la hibridación, la integración, el ideario y un a veces escurridizo espíritu de agua; baños y lujos domésticos de todo
la uniformidad cultural, todas ellas cla- de clase por parte de sus propietarios, que tipo (como las salas calefactadas), grandes
ves determinantes en la consolidación, la hoy podemos rastrear a partir de una serie colecciones escultóricas, pictóricas, mu-
grandeza y la unidad del Imperio. de parámetros arqueológicos que les con- sivarias o artísticas con las que presumir
El campo fue un espacio privilegiado dicionaron a la hora de construir, o elegir, de conocimientos sobre mitología clásica
para el recreo espiritual (amoenitas), un coti- cualquiera de estos grandes conjuntos ru- o historia romana —un barniz cultural,
zado escenario desde el que mostrar a los de- rales: ubicación, cercanía a una o varias en suma, que no siempre consigue dar el
más riqueza y capacidad de disfrute, cultu- ciudades y al menos a una vía de comuni- dinero—; integración del conjunto en pai-
ra y posición social, entendido el ocio como cación transitable, extensión y característi- sajes de ensueño, con vistas escogidas a la
un signo de clase reservado sólo a quienes cas de la finca, abundancia de agua, caza o montaña, el mar, o cualquier otro rincón
Mosaico en el que Zeus como Sátiro
está a punto de enamorar a la princesa
tebana Antíope que, ya ganada, baila al son
de su propio tympanon. Torre de Benagalbón
(Rincón de la Victoria, Málaga).
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diendo con ello a este tipo de asentamien- más universalmente aceptado por la comu- que tales asentamientos ofrecen en función
tos rurales un componente de producción nidad investigadora. Todo esto cambiará, de la época a la que pertenezcan, la ubica-
agropecuaria que casa bien con la realidad se enriquecerá, o cuando menos evolucio- ción geográfica elegida y las característi-
hispana, pero no con la itálica, por ejem- nará tras la caída del Imperio, dando ori- cas del fundus (que puede ser sólo terrestre
plo, donde son frecuentes las villae de carác- gen a otros términos —villulae, villare, loci, o incluir también el mar), o la formación
ter estrictamente residencial y recreativo. pretoria, castella… (lo que no implica la des- cultural, la posición ideológica o las preten-
Por fin, el Digesto (L, 16, 211) indica clara- aparición del término original, villa, que se siones sociales, económicas o simplemente
mente que, mientras los edificios urbanos mantiene hasta época medieval, aunque filosóficas del dominus. Como consecuencia,
reciben el nombre de aedes, los rurales se acabe aludiendo a un nuevo tipo de asenta- me limitaré a continuación a comentar con
denominan villae, y una finca con edificios miento que conceptualmente llegará hasta algo más de detalle un yacimiento sobre el
fundus, lo que refleja en esencia el esquema nuestros días— que parecen aludir a reali- que trabajamos actualmente, y que consti-
dades territoriales, sociales, económicas y tuye un paradigma al respecto.
Museo Arqueológico de Córdoba
oficial del Estado e impregnaba los más nerarán, múltiples novedades, sobredi-
diversos órdenes de la vida. Favorecería, mensionadas por el magnífico estado de
como es lógico, esta reivindicación de lo conservación de estructuras y rellenos ar-
clásico frente a la nueva religión emergen- queológicos, y la posibilidad cierta y emo-
te (y dominante) su carácter rural. cionante de convertirse en la única villa
Hasta el momento no hay testimonio romana de Andalucía excavada en su tota-
alguno de cristianos en Fuente Álamo, ni lidad. Protagoniza, además, como conse-
en las zonas de hábitat, trabajo o recreo, cuencia lógica y deseable pero no siempre
Más información
ni tampoco en la rica necrópolis que surgió materializada, un proyecto de museali-
al abrigo del asentamiento. Esto no quiere zación modélico que abrirá sus puertas la QQ Chavarría, Alexandra
decir en absoluto que no existieran. La ar- próxima primavera, en aras de convertir El final de las villae en Hispania (siglos IV-VII
queología es así de imprevisible, y lo que al yacimiento en un centro internacional d.C.), Bibliothèque de l’Antiquité Tardi-
vale para hoy puede no valer para mañana. de referencia para el estudio de las villae ve 7. Turnhout, 2007.
El caso es que, de nuevo en un ejemplo pa- romanas. QQ Chavarría, A., Arce, J. y Brogiolo,
radigmático del papel que las grandes villae Como paso previo, forma ya parte de las J.P. (eds.)
tardías juegan en el final del Imperio ro- redes temáticas más importantes del mun- Villas Tardoantiguas en el Mediterráneo Occi-
mano y el comienzo de esa nueva etapa que do, y ha acogido y acogerá reuniones de dental, Anejos de AEspA XXXIX. Madrid,
acabará alumbrando la Edad Media, entre especialistas relevantes que acabarán por 2006.
los siglos VI y VII el conjunto parece conocer institucionalizarse. Sus instalaciones (cen- QQ Fernández Ochoa, C., García-Entero,
un periodo de lenta descomposición duran- tro de recepción e interpretación, labora- V. y Gil Sendino, F. (eds.)
te el cual, sin embargo, mantiene cierto torio, almacenes, tienda, itinerarios expo- Las villae tardorromanas en el Occidente del
nivel de población fuertemente enraizada sitivos, posibilidades museográficas…) lo Imperio: arquitectura y función. IV Coloquio
en el campo, y acaba acogiendo sin grandes permiten, erigiéndose día a día en un caso Internacional de Arqueología en Gijón. Gijón,
traumas a los nuevos pobladores islámicos. verdaderamente emblemático de cómo un 2008.
Se inicia así un nuevo momento de esplen- pueblo es capaz de apostar por su patrimo- QQ Vaquerizo, D. y Noguera, J. M.
dor que los últimos trabajos arqueológicos nio, hasta convertirlo en yacimiento activo La villa romana de El Ruedo (Almedinilla, Cór-
están dejando claramente en evidencia. de empleo y referente universal del mismo. doba). Decoración escultórica e interpretación,
Fuente Álamo ha sido y es objeto de Déjenme, pues, que termine invitándoles a Murcia, 1997.
excavaciones que han generado, y ge- visitarlo. No les defraudará.
Quienes hemos recorrido la Alhambra, o las páginas de la historia del reino nazarí, seguramente nos hemos
preguntado en más de una ocasión quiénes fueron las mujeres que habitaron sus estancias y rincones, que
disfrutaron de sus palacios y jardines, a pesar de que las crónicas tanto árabes como cristianas decidieran
silenciarlas. Aunque la leyenda fundamentalmente haya perpetuado las conocidas desavenencias entre las
célebres Aisha y Soraya, fueron en realidad numerosas las mujeres de esta dinastía que influyeron en los
designios políticos del emirato granadino, desde sus mismos orígenes en el siglo XIII hasta su colofón en el XV.
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no de los rasgos más conocidos, y principio a fin, rodeó la existencia de este
universalmente aceptados, de la emirato por su constante confrontación
historiografía medieval es el hecho con el ámbito cristiano peninsular. Ambas
de estar escrita por y para hombres. Sin em- coyunturas convirtieron, con el tiempo,
bargo, esta coyuntura, determinada por los a algunas de estas mujeres en cabezas de
parámetros sociales y religiosos varoniles familia, obligándolas a velar por el prós-
que rigieron la propia Edad Media, no logró pero futuro de sus hijos primogénitos y a
anular el protagonismo que, en la Historia, cubrir, en definitiva, el vacío de autoridad
llegaron a tener destacadas mujeres. Este Tras las celosías dejado, al menos parcialmente.
fue, precisamente, el caso del reino nazarí habitaron mujeres que El peso de esta realidad fue tan evidente
de Granada. Es cierto que siempre hemos que ni siquiera los cálamos de los autores
vieron pasar la historia
conocido la historia de esta formación po- más comprometidos con la corte alham-
lítica a través del hilo conductor de las vi- y llegaron a tomar breña, como lo fuera el gran visir y secreta-
das de sus emires, como los célebres Yusuf parte en ella desde la rio Ibn al-Jatib (m. 1374), pudieron, o qui-
I (1333-1354), Muhammad V (1354-1359; 1362- sieron, silenciarla, llegando a salpicar las
sombra del poder
1391), Muley Hacén (1464-1482) o el desven- páginas de sus obras con curiosas anécdo-
turado Boabdil (1482-1483; 1487-1492), sien- tas y descripciones de algunas princesas de
do los episodios acaecidos a lo largo de sus la Alhambra. Estas conscientes licencias
gobiernos las únicas ventanas por las que han hecho posible que hoy podamos sa-
nos hemos asomado a su conocimiento. Sin vedados. Entre el abanico de razones que ber algo sobre estas misteriosas mujeres,
embargo, éstos no fueron sus únicos pro- podrían justificar este inusual hecho po- a pesar de que tal conocimiento nunca nos
tagonistas ni su primacía, tan definitiva y demos considerar la ausencia, más o me- resulte suficiente.
absoluta como las fuentes se empeñan en nos prolongada, de una figura masculina
mostrar. Tras las celosías de dichas venta- de poder como la causa más perentoria. Quiénes eran. Debieron de ser nume-
nas habitaron mujeres que vieron pasar la Resulta bastante significativo constatar rosas las féminas que rodearon las vidas
historia sin ser vistas y que llegaron a to- que, de los veintitrés soberanos que rigie- de los distintos sultanes nazaríes y que vi-
mar parte en ella desde la sombra del poder. ron los destinos del reino de Granada, al vieron, en primera persona, las luces y las
Muchos fueron los motivos que lle- menos trece de ellos fueron víctimas de sombras del reino de Granada. Considere-
varon a estos miembros femeninos de la regicidios. La propia realidad demográfica mos que, entre ellas, no sólo figuraron las
estirpe nazarí a cruzar el umbral de sus del reino inclinaba, inevitablemente, la madres de estos soberanos sino también
ocultas vidas para adentrarse en distintos balanza hacia el sector femenino, pues a sus hermanas, primas, hijas y sobrinas
aspectos del ámbito público del reino, tales los frecuentes asesinatos políticos de sul- y, por supuesto, sus esposas. Como en el
como la política, la economía o la diploma- tanes, ya mencionados, habría que añadir resto del mundo musulmán noble de su
cia, unos ámbitos que, por ser privativos la alta tasa de mortandad masculina en las tiempo, los emires nazaríes se beneficia-
de los hombres, les estaban oficialmente guerras a causa del contexto bélico que, de ron de la permisión coránica que legiti-
Mujer con su hijo y marido en la puerta de la Torre de las Infantas de la Alhambra.
Grabado de Gustav Doré de 1881 incluido en el libro Viaje por Andalucía, de Charles Davillier. Editorial Renacimiento/Centro de Estudios Andaluces. Sevilla, 2010.
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Salida de la familia de Boabdil de la Alhambra.
Óleo de Manuel Gómez-Moreno González
fechado en 1880.
La práctica masculina
del derecho de tomar
mujeres de distintos
tipos convirtió al
harén nazarí en un
AH mundo amplio y diverso
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48 maba el poder tomar hasta un máximo de
cuatro esposas legítimas (azway) y un sin-
fín de concubinas (ummahat al-awlad). En
cuanto a las primeras, se trataba de muje-
res nacidas en el seno de la propia familia
nazarí y, dado su origen árabe e islámico,
eran consideradas libres (hurra) en el sen-
tido de “nobles”. Esta condición les confe-
ría, en consecuencia, todas las facultades
que el derecho islámico contemplaba para
sus sujetos femeninos. Generalmente,
los emires nazaríes eran desposados con
sus primas paternas y, en su defecto, con
las maternas, siguiendo en ello el tipo de
unión matrimonial preferencial en la cul-
tura árabe.
Por su parte, las concubinas eran mu-
jeres extranjeras procedentes del área cris-
tiana peninsular que habían sido impor-
tadas a la corte nazarí por dos principales La reiterada práctica masculina, de dad y la preferencia de las unas sobre las
vías: la venta en mercados de esclavos o el generación en generación, del derecho otras. Pon paz entre ellas en los asuntos
cautiverio en expediciones militares. Una de poder tomar mujeres de distintos tipos personales, haciéndote el sordo ante sus
vez en la Alhambra, estas féminas cristia- convirtió al “harén” nazarí en un mundo demandas y mostrando deferencia ante
nas o rumiyyas eran destinadas al concubi- amplio y diverso, al integrar a féminas sus aprensiones. Disminuye tus encuen-
nato debido a sus rasgos exóticos, tan dis- muy diferentes entre sí en cuanto a sus tros con ellas, lo cual debe ser tu preocu-
tintos a los propios de la fisonomía árabe, orígenes sociales, sus confesiones reli- pación permanente (…), teniendo intimi-
y que estaban caracterizados por cabellos giosas, sus rasgos físicos, sus edades y dad con [tus mujeres] sólo cuando reine el
rubios, ojos claros y una tez blanca y su- respectivos lugares de procedencia. Fue, cansancio y el tedio; y abstente de ello si
tilmente sonrosada. La situación de infe- precisamente, la lógica dificultad de tienes mucho trabajo, ira, sueño o desga-
rioridad legal que estas mujeres tenían con mantener un ambiente de mínima ar- na por la fatiga del día”.
respecto a las llamadas esposas legales las monía entre todas ellas lo que llevó al ya
obligaba a luchar, desde su llegada al ha- mencionado visir Ibn al-Jatib a facilitar La sultana Fatima. A pesar de estas
rén, por ascender en la pirámide social de una serie de consejos al emir nazarí Mu- sugerencias, lo cierto es que más de una
dicho microcosmos femenino, meta que hammad V sobre cómo tratar al conjunto princesa logró destacar en la política del
alcanzaban gracias a la maternidad. Al de sus mujeres para que no interfiriesen reino por las circunstancias ya aludidas.
engendrarle un hijo al emir, estas concu- en su gobierno, como podemos leer en El caso más emblemático de este fenóme-
binas alcanzaban la libertad de manos de uno de sus tratados sobre política: “Pro- no fue, sin duda, el de la sultana Fatima
su amo, el sultán, y con ella, la condición híbeles el hacerse guiños entre ellas y el (m. 1349), mujer “única que sobrepasó
libre o hurra de las esposas legales. tenerse celos mutuos, así como la rivali- a las mujeres de su tiempo”. Esta mujer
Sobre el harén nazarí
QQEl célebre visir y secretario
de la corte nazarí Ibn al-Jatib
(m. 1374) fue un privilegiado
conocedor tanto de la Alhambra
como de la realidad femenina del
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reino. Él mismo así lo reconoció
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Copia del fresco de la Sala de los Reyes de Granada. Patronato de la Alhambra y el Generalife.
que llegaron a Granada como esclavas
o cautivas en expediciones militares.
en ocasiones, Se ha
llegado a sugerir
la participación de
Fatima en el plan de
construcción de los
palacios de la Alhambra
sona en las relaciones diplomáticas desa- Los últimos pasos y vestigios del reino
dos primos que tienen la genea-
logía entrelazada, pues él tenía
51
rrolladas desde la Alhambra con la Corona nazarí tendrían finalmente un marcado influencia sobre ella y ella, sobre
de Aragón, cruzando correspondencia con sello femenino. Con su conocida frase de él, por su sincera armonía (…) y el
el propio rey Alfonso V el Magnánimo, “no llores como mujer lo que no has sabido empeño de cada uno de ellos en el
quien se dirigía por escrito a ella como la defender como hombre” rubricó la sultana máximo afán en pro del objetivo
“muy alta princesa”. Aisha el camino de su hijo Boabdil al exilio de su compañero (…), lo cual sólo
tras haber perdido Granada. Triste fue, asi- es posible por remontarse ambos
el declive. El ocaso del reino nazarí es- mismo, para el Rey Chico el abandono de a un origen noble y a una ilustre
tuvo, asimismo, marcado por las intrigas Mondújar tras haber enterrado a Umm al- prosapia. Ella era [mujer] de
y desavenencias de varias figuras femeni- Fath o Morayma, su esposa, quien nunca firmes creencias, juicio generoso,
nas, en parte responsables de acelerar el llegó a acompañarlo en su exilio. Aunque muy entrada en razón y enorme-
curso de su final. Este fue, precisamente, tornada en cristiana, Granada quedaría mente distinguida en un grado tal
el tono que caracterizó el conocido force- por siempre en el imaginario árabe como que sólo lo comparten las hijas de
jeo mantenido entre las populares Aisha “la capital del país de al-Andalus”, retrata- los reyes nazaríes. En los capítulos
y Soraya tanto por asegurar el favor de su da como “la novia de sus ciudades”. de la beneficencia participaba
compartido esposo, Muley Hacén, como el ella por causa de la profusión de
ascenso al trono de sus respectivos hijos, limosnas, el ofrecimiento volun-
Boabdil y Saad. La tradición y la historia
Más información tario de bondadosos obsequios y la
nos han transmitido la gran repercusión aproximación a Dios mediante la
que el antagonismo entre ambas sultanas QQ Arié, Rachel aceptación de buenas obras (…).
tuvo en la política del reino. Encaprichado L’Espagne musulmane au temps des Nasrides [Muhammad IX] —¡Dios lo asis-
de Soraya, una joven cautiva cristiana lle- (1232-1492). De Boccard. París, 1973. ta!— no decidía asunto alguno sin
vada a la Alhambra en calidad de sirvien- QQ Boloix Gallardo, Bárbara ella, ni tampoco le daba de lado en
ta, Muley Hacén no sólo repudió a su pri- Las sultanas de la Alhambra. Las grandes ninguno de los secretos del reino
mera esposa y prima paterna, Aisha, sino desconocidas del Reino Nazarí de Granada (…). Y en esta situación pasaron
que urdió el asesinato de su propio hijo, (siglos XIII-XV). Comares - Patronato los días y se acabaron los años,
Boabdil. Al apoyo y protección de este últi- de la Alhambra y el Generalife. hasta que una noche la muerte lla-
mo se dedicó en cuerpo y alma Aisha, con- Granada, 2013. mó a su puerta y la atrapó la parca,
finada en la mansión de Daralhorra que su QQ Rubiera Mata, Mª Jesús estando ella en la fase más aguda
hijo le había regalado en pleno corazón del “La princesa Fatima bint al-Ahmar, la de la enfermedad (…), a la vez que
Albaicín. Curiosas anécdotas nos ilustran 'María de Molina' de la dinastía naza- el sultán [Muhammad IX] perdió
a esta mujer saliendo a despedir a Boabdil rí”, Medievalismo, 6, 1987, pp. 183-189. en ella el tiempo de reposo y el
a la puerta de la torre de Comares cada vez QQ Viguera Molins, Mª Jesús (coord.) respeto de sí mismo, y también un
que éste partía a una batalla o elaborando El Reino Nazarí de Granada (1232-1492). amante fiel por su inteligencia,
una soga con las tocas y almaizares suyos y Sociedad, Vida y Cultura. Tomo 8/4 de la siendo perfecta la resignación en
de sus sirvientas para descolgarlo de noche Historia de España dir. por R. Menéndez él, y [durando] el continuo recuer-
por la ventana de la misma atalaya y así Pidal. Espasa Calpe. Madrid, 2000. do de ella mañana y tarde".
salvarlo de la ira de Muley Hacén.
La guerra de conquista que supuso el final del último estado islámico en la península Ibérica alteró los patrones
de cautiverio de los siglos bajomedievales. Su extinción dio paso a una época de transición con nuevas formas
de pérdida de libertad y nuevos modos de redención de los cautivos. La financiación de los rescates constituía
la parte más delicada del proceso de liberación de los prisioneros en el norte de África, además de la fuente
básica de información, pues conforma el grueso de la documentación que se refiere a las gestiones proyectadas
para rescatar cautivos.
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a aparición de una nueva fronte- La costa occidental del reino, el obispado
La pérdida de la
ra marítima tras la conquista del de Málaga, más cercana al beligerante rei-
sultanato nazarí de Granada iba a
libertad se producía no de Fez, sufría más ataques que la orien-
cambiar los rasgos generales del cautive- como consecuencia de tal, la costa granadina y almeriense, más
rio, aunque perfectamente continuadores una incursión de moros próxima a un reino de Tremecén, más pa-
del fenómeno presente a lo largo de la Re- cífico. Así, si de una parte las oscilaciones
conquista, si bien con unas características
norteafricanos contra en el número de cautivos son fiel reflejo de
diferenciales propias de la posición fronte- el reino de Granada la situación de la frontera —disminuyendo
riza del territorio y de la presencia de la po- en momentos de mayor control castellano
blación mudéjar, morisca a partir de 1502. de la Berbería de Levante, en torno a 1510—
El proceso repoblador, es decir, la afluen- de otra es lógico que, debido a la situación
cia de nuevos habitantes cristianoviejos de los Reyes Católicos cabe distinguir dos geográfica y la importancia de su puerto,
al nuevo reino conquistado, comenzó an- fases: entre 1487 y 1496, la década posterior la mayoría de los cautivos procedieran de
tes del final del conflicto bélico. Por orden a la conquista de Málaga, se reorganizó el Málaga o de localidades costeras de su obis-
cronológico de conquista la primera zona sistema defensivo, debilitado por la guerra pado, siendo menor el origen externo. El
repoblada fue la occidental, el obispado de granadina. Tuvo lugar la emigración ma- carácter de las fuentes impide hacer una va-
Málaga, convertido en la nueva frontera siva de granadinos al norte de África y se loración absoluta del alcance del fenómeno
terrestre castellana con el reino nazarí de sucedieron los ataques piráticos contra las en la sociedad repobladora granadina, pues
Granada por un breve lustro. En estos mo- costas del antiguo emirato. la documentación se refiere exclusivamen-
mentos el cautiverio cristiano osciló entre La segunda fase tuvo lugar entre 1497 y te a los cautivos rescatados o cuyo rescate se
dos variables: la propia guerra de Granada y 1516: con la ocupación de Melilla se inició tramitaba, aunque no concluyera de mane-
la frontera de allende, la nueva frontera maríti- la presencia española en el norte de África ra feliz. De esta manera, es posible trazar
ma con el Islam que habría de convertirse en y se establecieron las bases de la política los rasgos generales del fenómeno, pero no
la única modalidad una vez completado el futura en el Magreb, siempre condiciona- siempre se puede entrar en detalles.
proceso de conquista en 1492. El estudio de da por las necesidades de la política euro- De manera inversamente proporcional,
los libros de repartimiento del reino, elabo- pea. La rebelión mudéjar de 1500-1501 su- los cautivos del occidente granadino te-
rados entre 1485 y 1497, muestra sin embar- puso un revulsivo que puso de manifiesto nían como destino principal Badis (Vélez
go que el cautiverio apenas afectó al 0’3% de las debilidades del sistema defensivo, que de la Gomera en los documentos castella-
la población asentada, 121 individuos de los se procedió a remodelar. Las brillantes nos), que a imagen de Málaga al otro lado
entre 30.000 y 40.000 que se ha calculado victorias del bienio 1508-1510, con la ocu- de la frontera, desempeñaba un papel cen-
que vinieron a repoblar el territorio. pación de sucesivas plazas en el litoral tralizador en la articulación de los resca-
Para entender la evolución del cautive- africano, no culminaron en un dominio de tes. Por el contrario, la costa oriental sería
rio en este nuevo contexto hay que poner la zona debido al abandono de la política objeto de la atención de la Berbería de Le-
de manifiesto, en primer lugar, su rela- ofensiva, la llegada de las primeras derro- vante, y más concretamente de Argel, foco
ción primordial con la política norteafri- tas y los cambios que se produjeron en los corsario de enorme actividad a partir de la
cana de la Corona. Así, durante el reinado focos corsarios con la llegada de los turcos. llegada de los turcos en 1516.
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San Juan de Mata entrega las cartas del Papa al rey de Marruecos en la primera redención de cautivos fechada hacia 1200.
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54 Entre uno y veinte años. La perma- La mayoría de los tes, los cautivos que llevaban la vida más
nencia en cautiverio dependía de múl- dura, debido a que no eran “de rescate” y es-
cautivos procedían de
tiples factores, destacando tanto la dis- taban remando encadenados en las flotas de
ponibilidad de medios personales para Málaga o localidades los piratas norteafricanos. En todo caso, sólo
poder pagar un rescate como el compo- costeras de su podemos lamentar la ausencia de más datos
nente geográfico, pues las posibilidades que permitieran profundizar en el medio en
obispado, siendo menor
de hacerlo efectivo serían mayores cuanto el que se desarrollaba el cautiverio.
más integrada estuviera la localidad de el origen externo
destino en las rutas mercantiles frecuen- El rescate. La dinámica de los rescates
tadas por alfaqueques y mercaderes. En muestra que la Alfaquequería Mayor de
pocas ocasiones es posible conocer la du- Castilla estaba en franca decadencia tras la
ración exacta; por el contrario, lo habi- Por otra parte, el carácter aleatorio e guerra de conquista. Efectivamente, había
tual es tener datos indirectos a partir de impredecible que presidía las correrías de problemas jurisdiccionales derivados de la
los cuales hacer cálculos aproximados. los norteafricanos hacía que el mayor peli- aparición de la nueva frontera marítima,
En gran parte de los casos estudiados las gro se corriera en los caminos de la costa, así como con la Corona, que no confirmó
gestiones para la liberación de los cau- realizando actividades en campo abierto, al sucesor de Fernán Arias de Saavedra (fa-
tivos comenzaban entre uno y dos años desempeñando tareas de vigilancia y, so- llecido en 1496), Juan de Saavedra, hasta
después de la pérdida de libertad, pero no bre todo, en el mar. Efectivamente, las tra- 1508. Este vacío de poder favoreció la pro-
significa que la liberación se consiguiera vesías marítimas podían desembocar en liferación de alfaqueques particulares que
en poco tiempo; de hecho, hubo cautivos un encuentro de desagradables consecuen- respondían a la demanda de iniciativa
retenidos ocho, quince e incluso más de cias, pero destacaban por su peligrosidad y privada. En consecuencia, la redención de
veinte años, aunque es un dato que desco- el alto número de cautivos las actividades cautivos en el litoral del reino de Granada
nocemos para la generalidad de la pobla- pesqueras. Además, cabe recordar la exis- estaba fundamentalmente en manos de
ción cautiva. tencia de rehenes, algunos de los cuales se marinos, aventureros y comerciantes que
La pérdida de la libertad se producía desplazaban expresamente desde la penín- actuaban al margen de la autoridad de los
básicamente como consecuencia de una sula Ibérica a ocupar el lugar de un cautivo alfaqueques reales y de la propia Corona,
incursión de moros norteafricanos en las mientras éste gestionaba su rescate. a la que se enfrentaron con motivo de la
costas del reino de Granada, pues son po- Son muy escasas las referencias que decisión de restaurar las competencias del
cas las noticias que tenemos a partir de tenemos sobre la vida en cautiverio en el alfaqueque mayor y ampliarlas a la nueva
operaciones de carácter bélico en el norte Magreb, aunque todo apunta a que era pe- frontera marítima en 1512.
de África. También las fugas masivas de nosa en general debido, entre otras circuns- Sin embargo, los intentos por contro-
mudéjares o moriscos que deseaban mar- tancias, a los trabajos desempeñados. Hay lar la situación fueron vanos hasta la dé-
char al Magreb sin autorización de la Co- indicios que dejan entrever un trato áspero cada siguiente. Efectivamente, la pérdida
rona tras la conversión general tuvieron y riguroso. Los cautivos eran retenidos en en 1520 del peñón de Vélez de la Gomera,
consecuencias en este sentido, destacan- mazmorras parecidas a las de la Alhambra la principal base desde la que los alfaque-
do la de los moriscos de Ojén en 1509, que en Tetuán y Fez, en condiciones de salubri- ques privados articulaban sus rescates en
se llevaron un número indeterminado de dad malas, como las de la alimentación. Sin el norte de África, tuvo consecuencias in-
cautivos con ellos. embargo, no tenemos noticias sobre galeo- dudables que terminarían por conducir al
Panorámica de Málaga
a comienzos del siglo XVI
recogida en el Civitates Orbis
Terrarum de Braun y Hogenberg
(1572-1617).
Algunas personas
se desplazaban
desde la península a
ocupar el lugar de un
cautivo mientras se
gestionaba su rescate AH
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Las cautivas me la cifra era más elevada, aunque tam- canje de cautivos cristianos por esclavos
poco hemos hallado una alternativa a este moros no estaba en absoluto extendido en
QQEl estudio del cautiverio en el razonamiento. En sentido inverso, los me- ninguna de sus dos variantes, esto es, a
reino de Granada ha revelado la dios disponibles sí resultaban factores de- cambio de un esclavo cualquiera o de uno
presencia abrumadoramente supe- terminantes en las cantidades facilitadas concreto. Más indicios hay referentes a la
rior de hombres sobre mujeres, que a priori, ya que los contratos suponían en sí relevancia que podía adquirir la caridad
apenas llegaban al 7% del total. Sin mismos un límite que venía definido por cristiana, principalmente a través de las
embargo, este porcentaje no se co- la cantidad suministrada. mandas testamentarias, ya fueran gene-
rresponde con la realidad, más aún La financiación del rescate constituía rales o personalizadas.
si recordamos el carácter aleatorio un problema generalizado, según ponen Efectivamente, como fenómeno que
de las capturas. Para encontrar una de relieve numerosos testimonios. Cuan- afectaba a toda la sociedad, la redención
explicación satisfactoria hay que do no se disponía de liquidez se recurría de cautivos implicaba a todos los grupos
recordar que los datos proceden de al patrimonio propio, aunque la hacienda sociales, e incluso desempeñaba un pa-
las liberaciones que se ponían en de los cautivos con frecuencia corría el pe- pel de representación del estatus, más
marcha, en las que se privilegiaba ligro de ser diezmada en su ausencia. Sin evidente cuanto mayor era la posición so-
al hombre sobre la mujer porque so- embargo, no todos los cautivos podían re- cial, esto es, la Corona y la nobleza, que
bre él recaían las responsabilidades currir a sus bienes, a familiares o amigos; podían financiar grandes expediciones
económicas familiares. Tampoco se en ese caso lo corriente era pedir un prés- imposibles de controlar en su totalidad,
puede olvidar que el rescate de los tamo, opción que conllevaba inevitables por lo que con cierta frecuencia se come-
varones era más bajo que el de las riesgos, pues en caso de no ser devuelto en tían irregularidades. Otra variante de la
cautivas. Pero, sobre todo, hay que el plazo y forma convenidos las consecuen- caridad popular era la limosna obtenida a
valorar la posibilidad de que las mu- cias podían ser muy perjudiciales. través de la mendicidad, actividad no muy
jeres fueran explotadas sexualmen- El rescate de cautivos permitió, asimis- extendida en la documentación, y sujeta
te. En la mentalidad colectiva de la mo, el desarrollo de un tráfico comercial a estrictos controles destinados a prevenir
época queda claro que las mujeres que se habría visto en dificultades e in- el fraude.
eran el máximo instrumento para cluso impedido en otras circunstancias. Naturalmente, siempre estaba la op-
deshonrar al enemigo, y el senti- Entre las mercancías empleadas destacaba ción de la fuga, cuyas probabilidades de
miento de afrenta al honor de la principalmente la seda, protagonista de éxito aumentarían cuanto mayor fuese la
colectividad podría incluso explicar rescates que serían presumiblemente muy cercanía de la localidad de cautiverio a los
conductas de abandono por parte elevados. A mucha distancia le seguían los circuitos tradicionales del comercio y de la
de la sociedad y aun de la familia, paños, aunque en realidad es muy difícil presencia occidental, pues hay que tener
y el silencio de los documentos en conocer qué otros productos se empleaban. en cuenta el entorno hostil y las amenazas
consecuencia. Por el contrario, a pesar de lo que se de represalias. En cualquier caso, la tipolo-
ha venido afirmando habitualmente, el gía de las fuentes impide valorar de mane-
Cronología
QQ1487-1496: en la década posterior
a la conquista de Málaga comenzó a
reorganizarse el sistema defensivo,
debilitado por la guerra granadina.
Tuvo lugar la emigración masiva de
mudéjares granadinos al norte de
África y se sucedieron los ataques
piráticos.
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E
l 1 de septiembre de 1610 Juan de
Saavedra, de 30 años de edad, na-
tural de Sevilla, hijo de Juan de
Saavedra, el Galán, y de Leonor Carrillo
Venegas, solicitaba a Gil Ramírez de Are-
llano y a Catalina Gonzáles de Medina,
su mujer, autorización para contraer
matrimonio con su hija de 16 años, Jua-
na Mª Ramírez de Arellano. Un enlace
cuyo ceremonial (incluyendo una prolija
descripción de los vestidos de los novios
y los invitados) fue recogido en una in-
formación redactada por un familiar que
se custodiada en el Archivo General de
Andalucía.
Según Las Partidas, antes de celebrarse
los desposorios propiamente dichos, se
redactaban una serie de contratos o es-
tipulaciones matrimoniales, entre cuyas
Rodrigo de Villandrado. Hacia 1620. Museo del Prado.
Una boda
en la nobleza en 1610
Pilar Vilela Gallego
Archivo General de Andalucía
del Santo Oficio de la Inquisición de Se- A continuación el padre de la contra- bispo de Toledo, envió los juramentos
villa, gentilhombre de boca de Felipe III, yente, como su padre y administrador, a las iglesias de San Sebastián y Santa
entre otros títulos. Por su parte, el padre aceptaba la petición y se sometía a esa Cruz de Madrid, parroquias respectivas
de la contrayente, Gil Ramírez de Arella- misma promesa y juramento en manos de los contrayentes, para ser publicado
no, era caballero de la orden de Santiago, del conde de Nieva, tratándose todo el en ellas su contenido durante tres días
miembro del Consejo Real y Cámara de acto ante Juan de Santillán, escribano de fiesta, por si alguien conociera algún
Castilla y de la Suprema General Inqui- público, así como otros importantes tes- impedimento de consaguinidad, afini-
sición y Cruzada, presidente del Concejo tigos. A continuación la futura novia dad o espiritual parentesco por el cual
de la Mesta, procurador en Cortes por la consentía o se obligaba al matrimonio. el matrimonio no pudiera ser válido o
ciudad de Burgos, alcalde de la Casa y Di- Efectuado el compromiso se llevaron lícitamente contraído y manifestarlo en
visa Real, entre otros títulos. a cabo las amonestaciones y capitulacio- conciencia.
Juan de Saavedra, por su condición nes o contrato matrimonial. Concluidas las amonestaciones, el 2
de noble tenía obligación de solicitar El 25 de septiembre de 1610 los futuros de octubre de 1610 se firmaba el contrato
del rey su licencia y beneplácito para contrayentes, Juan de Saavedra y Juana o las capitulaciones matrimoniales ante
contraer matrimonio. Concedida ésta, Ramírez de Arellano, solicitaron ante el escribano Juan de Santillán. Entre los
los padres de la novia aceptaron el ma- el vicario general de Madrid, Gutierre múltiples capítulos tratados, Gil Ramí-
trimonio, realizando Juan de Saavedra de Cetina, las amonestaciones o “ca- rez de Arellano, además de instituir ma-
el 1 de septiembre de 1610 la promesa de nónicas moniciones” ordenadas por el yorazgo de todos sus bienes a favor de su
futuro o casamiento, así como el pleitoho- Concilio de Trento para contraer matri- hija, con reserva de usufructo, le concedía
menaje o juramento de matrimonio en monio. Tras jurar su soltería y ausencia 20.000 ducados de dote, en joyas de oro,
manos de Francisco Enríquez de Alman- de impedimento alguno para casarse, el plata, camas, tapicerías, colgaduras, ropa
sa, conde de Nieva, norma establecida vicario, con licencia del cardenal arzo- blanca, vestidos, menaje de casa y dinero,
según su estatus todo ello para ser
social. En el caso vinculados al mayo-
de incumplir su razgo. Además le re-
promesa se obliga- galaba en mano 59.258
En la mano portaba una espada plateada. Sobre la cabeza una
ba a pagar a la no- maravedíes entre
via 10.000 ducados gorra de terciopelo adornada con una cadenilla. Los zapatos, joyas, dinero, ropa,
por el daño ocasio- forrados de terciopelo, estaban adornados con plumas blancas caballos, mercaderías
nado. para la boda, etc. Fue
Retrato de Isabel Clara Eugenia y Magdalena Ruiz.
Obsérvese que lleva el pelo recogido en
un moño rodeado con perlas y un cuello
de mediana “lechuguilla” de encaje de
puntas. La manga es de punta unida en
varios puntos por medio de suntuosas
joyas.
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Alonso Sánchez Coello. Hacia 1570. Museo del Prado. Madrid
Los criados, vestidos con librea de terciopelo negro con
pasamanos blanco y azul sobre pestañas, jubones azules
y “nacaradas” medias, esperaban las órdenes de su señor
exigencia del licenciado Ramírez de Are- Sujetas al jubón, las calzas blancas, ellas, “trencillas” de oro y piedras precio-
llano el que los novios, una vez desposa- con numerosas cuchilladas que dejaban sas. Las “mangas de punta” o abiertas, se
dos, vivieran con él y su mujer en su casa entrever una tela amarilla con irisacio- unían en varios puntos a través de unas
palacio de Madrid o Villaescusa de Haro, nes blancas, como si de ámbar se trata- piezas a modo de corchetes de metal de
por ser su única hija, ya que Guiomar, su ra. Alrededor de la cintura y sujetando gran riqueza (puntas), dejando entrever
segunda hija, había tomado los hábitos ambas prendas llevaba una pretina o co- las manguillas cuajadas de estrechos pa-
en el convento de Santa Mª de Jesús de Vi- rrea con trencillas de plata. samanos o trencilla de oro sobre puntillas
llaescusa de Haro, recibiendo como dote
4.000 ducados. Por su parte, Juan de Sa-
En la mano portaba una espada platea-
da. Sobre la cabeza una gorra de terciopelo
de plata y rica cinta de diamantes.
Por el cuello le asomaba una mediana
AH
avedra se comprometía al matrimonio con adornada con una cadenilla. Los zapatos, "lechuguilla" de finísimo encaje y gran-
abril
8.000 ducados en concepto de arras, en forrados de terciopelo, estaban adornados des puntas. Este mismo adorno remataba 2014
señal de su compromiso. con plumas blancas y "martinetes".
Una vez engalanado partió en un coche
las mangas de la camisa que asomaban
bajo las mangas de la saya. Desde el hom-
61
La boda. Concluidas todas las diligen- a casa de la novia, en la madrileña colla- bro le caía un “cabestrillo” o cadena de
cias previas al matrimonio, el 30 de octu- ción de santa Cruz en el camino de Atocha, oro salteada de diamantes. Sobre el pecho
bre se celebraron los desposorios. La des- acompañado del marqués de Fuentes, el una lujosa joya. El pelo recogido en el vér-
cripción del desposorio que ofrecemos a duque de Osuna y otros nobles. Eran se- tice de la cabeza por un moño de trenzas y
continuación ha sido extraída de una de- guidos por otros dos coches ocupados por cubierto con un “casquete” de perlas.
tallada información, sin fecha, realiza- personas del más alto estamento social. A las ocho de la tarde los novios se diri-
da años más tarde, a nuestro entender, Todas las estancias de la casa se en- gieron al oratorio de la casa lujosamente
por Juan de Saavedra Ramírez de Arella- contraban engalanadas suntuosamente adornado. La mesa del altar estaba ves-
no, hijo de los contrayentes, encabezada para la ocasión. Los criados, vestidos tida con tela de “tabi” azul con “goteras”
como “Relación del casamiento de don con librea de terciopelo negro con pa- o colgaduras de terciopelo bordado. Allí
Juan de Saavadra, mi padre y señor, con samanos blanco y azul sobre pestañas, les esperaba el licenciado Gutierre de Ce-
mi señora Doña Juan Maria Ramírez de jubones azules y “nacaradas” medias, tina, vicario general de Madrid, quien,
Arellano, mi madre y señora”. esperaban las órdenes de su señor. con licencia particular de Bernardo de
El contrayente Juan de Saavedra, tras En la casa de Gil Ramírez de Arellano Sandoval y Rojas, cardenal arzobispo de
comer con el marqués de Fuentes, se en- se encontraban gran cantidad de invita- Toledo y primado de España, procedió a
galanó para la boda. Eligió para el acon- dos integrantes del Consejo Real, oido- la celebración de la ceremonia. La despo-
tecimiento un lujoso atuendo propio de res, así como un nutrido grupo de nobles sada con excelente disposición dijo el sí
la corte de Felipe III. Encima de la camisa y grandezas de Castilla, acompañados tan alto y resolutiva “como si hablara con
llevaba el jubón de raso blanco con boto- de sus respectivas mujeres, entre las que sordos”. No ocurrió lo mismo con el no-
nes de diamantes. Sobre éste mostraba se encontraban la duquesa de Fría, la de vio, que turbándose un poco se disculpó
un "coleto" a modo de casaca sin mangas Alburquerque, Osuna, condesa de Nieva no haberse hallado “en paso semejante”.
con cuchilladas o aberturas, que dejaban y Villalonso, suntuosamente engala- Finalmente el vicario, no observando
entrever un forro de color anacarado, vivo nadas con trajes negros decorados con impedimento canónico desposó, veló y dio
y resplandeciente. Sobre este, la capa de “pestañas” de colores, y adornadas con las bendiciones nupciales de la iglesia a los
terciopelo liso con nueve guarniciones de gran cantidad de lujosas joyas. El último contrayentes, quedando casados y despo-
raso blanco sobre puntillas y sobre el raso en llegar a casa de la contrayente fue el sados legítimamente según la Ley y bendi-
llevaba bordadas dos cadenetas alrededor rey, que acompañado del duque de Alba ción de la Santa Madre Iglesia, en presen-
de un “lomillo” o puntadas cruzadas, fo- y otros títulos, venía de el Pardo. cia de multitud y nobles testigos.
rrado en “velo de peso” como la entretela. La duquesa de Osuna entró a buscar a
A la espalda de la capa, la capilla, ador- la novia a sus aposentos. Juana Ramírez
nada como aquella. Por el cuello de estas de Arellano, vestía una saya blanca de Más información
prendas sobresalía la “lechuguilla”, de “tabi” o tafetán grueso prensado, cuyas
pequeño tamaño, adornada con puntas labores sobresalían haciendo aguas y on- QQ Saavedra. Legajo 3772.38
de Flandes, motivo usado asimismo en das, guarnecida con “pestañas” o ribetes Gómara y Saavedra. Legajos 3772,
las mangas de la camisa. de raso sobre puntillas de plata, y sobre 3774, 5917 y 5924.
La jerarquía de la Iglesia española, a lo largo de la Guerra Civil, mantuvo una posición favorable a los militares
sublevados. En ello jugó un papel clave el cardenal Isidro Gomá, Primado de España, por su condición de
arzobispo de Toledo. Entre quienes se opusieron a esa actitud se encontraba el canónigo de la catedral de
Córdoba José Manuel Gallegos Rocafull, gaditano de origen, que manifestó sus discrepancias con la Pastoral
de los obispos españoles en 1937, lo cual le acarrearía graves consecuencias.
Un canónigo andaluz
frente al cardenal Gomá
Gallegos Rocafull y su labor de propaganda a favor de la República
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E
l día 21 de agosto de 1895, a los seis “Os lo diré de una do de Priego, si bien se trató de algo breve,
meses de iniciada la guerra de Cuba, pues la nueva corporación fue designada en
vez por todas: he
nació en Cádiz José Manuel Gallegos abril de 1925. Otra experiencia política im-
Rocafull. A la muerte de su padre, capitán elegido al pueblo”, portante, poco fructífera pero sin duda in-
de navío, su madre contrajo de nuevo ma- aseguró Gallegos tensa, fue su participación en la campaña
trimonio y se desplazaron a vivir a Marche- electoral de junio de 1931, cuando concurrió
rocafull en Bruselas
na, localidad natal de su abuela materna. en la candidatura de Acción Nacional, jun-
Su infancia en esa localidad sevillana de- en otoño de 1936 to a José Medina Togores, redactor del dia-
jaría grabada en su memoria la imagen de rio católico El Debate. En la provincia de Cór-
los campesinos cuando volvían de su tra- doba se produjo un triunfo aplastante de los
bajo al atardecer, como recogería más ade- socialistas, y Gallegos, con 15.769 votos, se
lante en algunos de sus artículos. Realizó quedó muy lejos del mínimo exigido para
los estudios de bachillerato, con brillantes vidad como conferenciante lo condujo a obtener el escaño. Tras el revés electoral,
calificaciones, en el instituto San Isidoro numerosas visitas propagandísticas por volvió a su labor de apostolado social. En
de Sevilla, y a su finalización, en 1911, soli- buena parte de la provincia. La prensa pro- 1933 participó en la séptima Semana Social
citó el ingreso en el seminario de la misma vincial se ocupó de ellas, y casi siempre con una ponencia sobre La organización obrera,
ciudad, pero ese mismo curso trasladó su los distintos corresponsales destacaban su donde entre otras cosas defendió la necesi-
matrícula al de Madrid. En 1918 obtuvo el gran capacidad oratoria. También fue el dad de una imprescindible formación de los
presbiterado en la diócesis de Madrid y en encargado de desarrollar la idea del obispo propagandistas.
1920 alcanzó el grado de Licenciado en Teo- de llevar a cabo la construcción de casas En 1935 defendió su tesis doctoral en
logía en Toledo y más tarde el de doctor en baratas que remediaran el grave problema Filosofía ante un tribunal compuesto por
la misma disciplina en Sevilla. Asimismo, social que tenían planteado las familias José Ortega y Gasset, Severino Aznar, Juan
en 1918 logró el título de Licenciado en Filo- pobres. En 1923 se inauguraron tres barria- Zaragüeta, Javier Zubiri y José Gaos, con el
sofía en la Universidad de Madrid. das, en total se construyeron 99 viviendas tema: El orden social según la doctrina de Santo
En 1920 obtuvo, mediante oposición, bajo el amparo de una cooperativa, La So- Tomás de Aquino, cuyo texto sería publicado
una plaza de canónigo en la catedral de lariega, cuyo patronato estaba presidido ese mismo año. Unos meses después, so-
Córdoba. Tomó posesión en enero de 1921, por Gallegos Rocafull. licitaba licencia ante el cabildo para tras-
y un año después optaba a la vacante de De aquellos años consta también su pri- ladarse a Madrid con el fin de colaborar en
la canonjía lectoral, cargo que obtuvo por mera experiencia en el mundo de la políti- la cátedra de Encíclicas Sociales de la Junta
unanimidad del tribunal. Su labor en los ca. Se produjo en el inicio de la dictadura de Acción Católica, y además porque iba
años 20, por encargo del obispo Pérez Mu- de Primo de Rivera, cuando se constituyó a iniciar su actividad como profesor ayu-
ñoz, se centró en su actividad como consi- en enero de 1924 una gestora que sustituía a dante de clases prácticas de filosofía en la
liario de la casa social católica, vinculada la depuesta diputación provincial. Gallegos Universidad de Madrid. Había finalizado
a los sindicatos católicos, aunque su acti- fue nombrado en representación del parti- su etapa cordobesa.
Gallegos Rocafull se opuso a la comunión
entre la cruz y la espada. En la imagen,
Franco bajo palio sale de la catedral de
Sevilla en abril de 1939.
© ICAS-SAHP. Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano.
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Ante la guerra. En julio de 1936, cuan- gía otra misiva en la que le sugería
do tuvo lugar el golpe de Estado contra la que “es hora de irle a la mano al Sr.
República, Gallegos se hallaba en Madrid. Gallegos desautorizándole por
Su primera reacción fue la de mantenerse los medios que a usted se le su-
escondido, pero pronto intentaría reanu- gieran”, y le pedía que tomara
dar su labor sacerdotal, cosa que resultó cartas en el asunto “porque
harto difícil. Entró en contacto con el pa- en mi viaje al extranjero he
dre Leocadio Lobo y con el capellán Enrique podido percatarme de que se
Monter, y juntos decidieron dar a conocer está haciendo una labor de-
su posición en un breve folleto titulado Pa- plorabilísima contra el Mo-
labras cristianas (12 de octubre de 1936), que vimiento y contra España”.
seguía unos planteamientos muy diferen- Mientras tanto, ya a
tes a los que ya había decidido buena parte comienzos de 1937, Galle-
de la jerarquía eclesiástica. gos se había trasladado a
Poco después, el ministro Álvarez del París, donde recibiría una
Vayo, les pidió, a él y a Lobo, que acudie- carta del obispo auxiliar de
ran a Bruselas para asistir a un congreso de dicha capital con el ruego
católicos antifascistas, en un país donde el de que acudiera a verlo. Fue
embajador era otro católico, Ángel Osso- la persona encargada de ha-
rio. El congreso se suspendió, pero fueron cerle llegar las indicaciones
invitados a pronunciar unas conferencias de su obispo para retirarle las
en la Casa de España. Allí, Gallegos se ma- licencias ministeriales y se le
nifestará de manera clara con respecto al comunicaba la suspensión. Gomá
conflicto bélico: “os lo diré de una vez por hizo saber al representante de los
todas, abierta y sinceramente: he elegido sublevados en el Vaticano que el
al pueblo. No digo exactamente al proleta- obispo de Córdoba “ya tiene a
riado, aunque reconozco que él constituye ese desgraciado suspendido a
el más grande y sin duda uno de los más
importantes sectores del pueblo; digo,
simplemente el pueblo”. Dibujo de Gallegos Rocafull realizado
La información sobre aquella interven- por Francisco Rivero Gil y publicado
ción en Bruselas llegó hasta el cardenal en el nº 10 de la revista Las Españas
Isidro Gomá, quien la transmitió al obispo (México) el 29 de septiembre de 1948.
de Córdoba, y unos meses después le diri-
“Andalucía se me
presenta como
algo muy serio”
QQ"¿Cómo se nos aparece ahora
la tierra y el pueblo de nuestras
raíces, en nuestro caso Andalucía?
Somos aquí mayoría los andaluces
y no quiero, ni pretendo más que
contrastar o conferir mi visión con
la de ellos. Pero hasta a distancia y
en este estado de ánimo, Andalu-
cía se me presenta como algo muy
serio. En estas honduras, cuando
se la lleva como una espina clavada
en el corazón, resulta intolera-
E
n 2013 se cumplieron tres siglos de
la firma del Tratado de Utrecht por
el cual Gibraltar fue declarado pose-
sión británica. A pesar de los intentos por
recuperarlo, el Peñón continúa estando
hoy bajo el manto de armiño de la Corona
Británica. Con apenas cuatro kilómetros
de largo, una superficie de 584 hectáreas y
una población de poco más de 30.000 ha-
bitantes, Gibraltar es, hoy como ayer, un
melting pot en la que conviven distintas na-
El crimen de la carretera
Málaga-Almería y Norman Bethune
N
orman Bethune es una de esas El Centro Andaluz de la Fotografía, de-
personas que hizo de la ayuda a pendiente de la Consejería de Educación
las víctimas y los desfavorecidos y Cultura de la Junta de Andalucía, ha re-
el motor de su vida. Considerado un genio cuperado esta épica historia en la exposi-
de la medicina en su Canadá natal, un hé- ción Norman Bethune, El crimen de la carretera de
roe venerado y admirado en China donde Málaga-Almería (febrero, 1937), de la mano de
falleció, en Andalucía, donde llevó a cabo Jesús Majada, quien ha realizado una in-
una de las acciones más valientes y gene- tensa labor de investigación durante años
rosas de la Guerra Civil, es, sin embargo, para recopilar los testimonios de las vícti-
casi un desconocido. mas y las imágenes. “Durante tres días sin
Nacido en 1890 en Gravenhurts, On- descanso él y sus ayudantes Hazen Size y
tario (Canadá), Norman Bethune estudió
Medicina y se especializó en la lucha anti-
Thomas Worsley hacen repetidas incur-
siones en la carretera para transportar a
AH
tuberculosa. Militante antifascista, defen- niños y ancianos. Los horrores de estos he-
abril
sor de la sanidad pública y de los derechos chos (la muerte, el hambre, el cansancio, 2014
humanos, propuso al gobierno de Canadá
la implantación de una Seguridad Social
el miedo, la angustia y la desesperación
de los malagueños) quedaron reflejados
67
que alcanzara a todas las personas. Creó en el inquietante relato que escribió el Dr.
una clínica de atención gratuita para ne- Bethune y en las tremendas veintiséis fo-
cesitados y fundó una escuela de arte para tografías de su colaborador Hazen Sise”,
niños pobres. Bethune no dudó en abando- recuerda Majada.
nar su puesto prestigioso en un hospital de ción como de los barcos— Bethune decidió Tras haberse expuesto en otras ciuda-
Montreal para venir a España en noviem- desmontar los utensilios médicos de la des andaluzas y viajado a Canadá y Mé-
bre de 1936, creando el Servicio Canadiense ambulancia del Servicio de Transfusiones y xico, esta exposición puede verse en el
de Transfusión de Sangre y ayudando con utilizar el vehículo para trasladar a los más Parlamento de Andalucía (c\ San Juan de
su unidad móvil en varios frentes como necesitados, especialmente niños. Ribera, Sevilla) hasta el 18 de mayo. La
miembro del Socorro Rojo internacional. Cientos de personas fueron salvadas en muestra, compuesta por 56 imágenes en
En febrero de 1937, ante las noticias del su ambulancia. Además, Bethune fue el blanco y negro de alto valor histórico y
gran éxodo de la población civil que estaba primero en publicar los testimonios sobre documental, se expondrá en China pre-
abandonando Málaga por la única vía libre, la tragedia de la Carretera en un folleto en visiblemente en el segundo semestre de
la carretera de Almería, Norman Bethune, inglés: The crime on the Road Málaga-Almería: 2014. La exposición está acompañada por
que ya se encontraba en España, se dirigió narrative with graphic documents revealing facist una publicación trilingüe (español, inglés
a Almería para socorrer a los refugiados que cruelty, que pretendía dar a conocer la que y francés) que contiene, junto a la imáge-
llegaban hasta allí. Cuando comprobó la di- se consideró hasta entonces “la más gran- nes, las narraciones del propio Bethune y
mensión de la tragedia —la matanza fue te- de y terrible evacuación de una ciudad en de cómo vivió el horror que sufrieron los
rrible, ya que en el recorrido por esta vía la los tiempos actuales” y en el que aparecían civiles malagueños.
población civil, compuesta en gran medida las únicas imágenes conservadas de la tra-
Más información:
por mujeres, ancianos y niños, quedó ex- gedia que fueron tomadas por su ayudante http://www.centroandaluzdelafotografia.es/
puesta a los bombardeos, tanto de la avia- en la ambulancia Hazen Size.
© Norman Bethune. La huella solidaria.
a g e n d a
A
partir de su regreso a España en contra la política del resto de las monar-
1814, la conducta de Fernando quías de la Restauración, al tiempo que
VII, el “Deseado”, fue la de un procuraron sustentar su ideario político
monarca que no está dispuesto a com- mediante el ejercicio de la literatura y la
partir su poder ni a ceder un ápice de su participación en proyectos educativos.
soberanía. El decreto de Valencia de 4 Con el objetivo de analizar, desde un
de mayo, además de ofrecer una visión punto de vista interdisciplinar, el proce-
negativa de las actividades de las Cor- so emprendido tras el regreso del monar-
tes, incluida la Constitución de 1812, y ca para eliminar todo rastro del edificio
anular la totalidad de la obra de los di- doceañista, la persecución, la censura y
putados, no fue más que el comienzo de el exilio, la Universidad de Cádiz organi-
un largo proceso de deconstrucción del za el I Congreso Liberal: La Represión Absolutista
programa de las Cortes de Cádiz. Así, y el exilio entre los días 6 y 8 de mayo.
las propias Cortes fueron disueltas el 10 El congreso, coordinado por los profe-
de mayo, Fernando VII creó la Comisión sores de la Universidad de Cádiz Marieta
E
l pasado enero se inauguró en Má- la Catedral— ayuden a la reflexión y man-
laga un mausoleo en el antiguo tenga el ejemplo de lo que nunca más debe
cementerio de San Rafael en home- repetirse en nuestro país”, escribe sobre el
naje a los fusilados en las tapias del cam- monumento el profesor de Historia Con-
posanto durante la Guerra Civil y la repre- temporánea de la Universidad de Málaga,
sión franquista. Sobre el monumento, con Fernando Arcas.
forma de pirámide de mármol blanco, han En el acto de inauguración del mauso-
sido grabados los nombres de las 4.571 per- leo estuvieron presentes muchos familia-
sonas que, según pruebas documentales, res (hermanos, hijos, nietos y biznietos)
fueron asesinadas en ese lugar desde mar- de los fusilados, agrupados en la Asocia-
zo de 1937 hasta 1957. La pirámide es la par- ción Contra el Silencio y el Olvido y por la
te visible del monumento que alberga en Recuperación de la Memoria Histórica de
Universidad de Málaga
su interior los restos de las 2.840 personas Málaga y representantes de todas las ins-
que pudieron ser rescatadas de las fosas tituciones que han colaborado en esta ac-
abiertas en el cementerio de San Rafael. ción, única en España por las dimensiones
“Este nuevo y sobrio mausoleo añade
un lugar para el recuerdo de la tragedia.
de la exhumación y por la implicación de
instituciones de distinto signo político.
AH
En vez de situarlo —como el monumento a Los trabajos de exhumación han sido Antonio Muñoz, hijo de uno de los fusilados,
abril
Torrijos y sus compañeros— en el corazón dirigidos por el decano de la Facultad de lee un texto de homenaje ante la pirámide
2014
de la ciudad, está en el lugar del sacrificio,
en el de las fosas comunes de los ejecuta-
Filosofía y Letras de la Universidad de Má-
laga, Sebastián Fernández, y ejecutados
de San Rafael.
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dos cuyos restos han tardado en recibir por un equipo de profesionales y volunta-
sepultura digna 77 años. Ojalá que este rios coordinados por el arqueólogo Andrés
monumento —y el de las otras víctimas de Fernández.
t i e m p o p r e s e n t e
Clive Griffin
“Pese a la prohibición, los libros de
caballerías llegaron a América”
AH
abril
2014
D 71
e dónde viene su interés y domi- ¿Cuál fue su tema de tesis?
nio por la lengua, historia y lite- Comencé trabajando sobre el negro
ratura en castellano? como personaje en la literatura hispano-
Empecé a estudiar español en mi cole- americana del siglo XIX, pero lo dejé por
gio con 15 años. Ese mismo verano vine a la dudosa calidad literaria de muchas de
España, aunque a mis padres les dije que aquellas obras. Leyendo a Mario Vargas
me iba de pesca a la costa inglesa con un Llosa, autor que siempre me había fasci-
amigo. Corría el año 1965. Pensábamos nado, me fijé en que decía, y creo que si-
que íbamos a encontrar en España una gue haciéndolo, que la novela latinoame-
dictadura algo exótica y en realidad des- ricana había tenido una historia bastante
cubrimos un país muy pobre. Pero el re- empobrecida porque se había prohibido
cuerdo más vivo que llevamos a casa fue la exportación de libros de caballerías al
de la hospitalidad y calor humano de los Nuevo Mundo. Un norteamericano que
españoles. se llamaba Irving A. Leonard había escri-
to un libro clásico, Los libros del conquistador,
¿Estudió historia en la universidad al sobre el comercio de libros con América,
terminar la Secundaria? pero hablaba poco de qué libros se habían
No, había un sistema en Inglaterra Estudié también literatura francesa exportado desde Sevilla al Nuevo Mundo
que se llamaba Servicio Voluntario en el pero me especialicé en literatura española durante la primera mitad del siglo XVI y
Extranjero. Cuando gané la plaza como e hispanoamericana. En Oxford quien me yo quise investigarlo para ver si se habían
estudiante en la Universidad de Oxford enseñó casi todo fue un profesor brillante, enviado desde Sevilla libros de caballerías.
comuniqué que antes de empezar quería John Rutherford, el traductor al inglés de El
irme un año a trabajar como voluntario Quijote y La Regenta. Se casó con una gallega El impacto de la prohibición de enviar
en un país del tercer mundo. Me destina- y ahora es miembro de la Real Academia libros de caballerías a América ¿fue real?
ron a Camerún porque hablaba un poco de Gallega. Tuve como maestro de literatura La Corona prohibió en repetidas ocasio-
francés. Pero un mes antes de partir me hispanoamericana a David Gallagher, que nes la exportación a América de las “histo-
preguntaron si quería ir a Cuba, ya que dejó el puesto para convertirse en banque- rias mentirosas”. Pero esa prohibición nun-
desde la isla habían solicitado dos britá- ro en Chile. El catedrático que me dirigió la ca fue efectiva. Por ejemplo los mercaderes
nicos para que diesen clases de inglés. Me tesis fue Sir Peter Russell, uno de los hispa- de libros y las personas que trabajaban en los
apunté enseguida. ¡Ir a la Cuba revolucio- nistas más distinguidos de su generación. muelles no obedecieron esas disposiciones.
naria era el sueño de todo joven extran- De la Complutense no puedo citar a nadie;
jero que se considerase progresista! Pasé lo cierto es que, para vergüenza mía, ape- De hecho han aparecido libros de caba-
un año dando clases, aprendiendo algo de nas pisé sus aulas. Por otra parte eran años llerías en las bibliotecas y colecciones
política y mucho castellano, empezando de huelgas casi continuas. Una vez fui a americanas.
a leer literatura latinoamericana y divir- una clase en la que el profesor se limitaba a Sí, pero creo que tenemos una visión
tiéndome mucho. leer una biografía de Cervantes en voz alta algo distorsionada de este tema, porque a
y pensé que un libro así lo podía leer yo solo muchos coleccionistas del siglo XIX les in-
Pero no estudió historia sino literatura. en la Biblioteca Nacional, que se convirtió teresaban esos libros impresos en formato
¿Quiénes fueron sus maestros? en una de mis bibliotecas favoritas. folio y los adquirieron de modo que han
t i e m p o p r e s e n t e
abril en los testamentos, ni en los inventarios ¿Los impresores sufrieron muchas perse-
2014 de bienes de archivos peruanos. Lo que se cuciones inquisitoriales?
Ahora está trabajando en un persona- tenía una “hija” de trece años casada con ¿Llegaron a un acuerdo?
je de vida azarosa, Guido de Labezaris. uno de los conquistadores de las islas. La Sí y no. Para forzar el pacto Ronquillo
¿Cómo lo descubrió y quién era? niña la llamaba “mi madre” y doña Inés la trató de presionar a doña Inés, obligándola
Un verano que estuve viviendo en casa nombraba a aquella como “mi hija”, pero a pagar a un pariente del gobernador para
de Klaus Wagner e investigando en el Ar- es imposible que así lo fueran, porque Inés que administrara por ella sus encomien-
chivo de Protocolos de Sevilla le dije que tenía unos 80 años y la hija sólo 13. De he- das. Ella aceptó a regañadientes y, una
había encontrado muchas referencias a un
tal Labezaris, y le pregunté si lo conocía y
cho, en el proceso aparece citada como “la
vieja”. Es posible que la chica fuera huér-
vez hecho el acuerdo, el proceso de bruje-
ría se suspendió. Pero la presión siguió: el
AH
si le serían útiles. Desapareció un momen- fana y que, como a doña Inés ya no le que- gobernador trató de persuadirla para que
abril
to y regresó con una carpeta llena de otras daban hijos vivos, ella la acogiera antes de se casara con un pariente suyo, sin duda 2014
referencias a esa figura. Quería regalárme-
la para que yo pudiese investigar el perso-
salir de México para reunirse con Labezaris
en Manila. De todas maneras a Inés la acu-
para que él resultara dueño de las enco-
miendas. Cuando Inés se negó, Ronquillo
71
naje. Ninguno de los dos quería trabajarlo saron de bruja y a la niña de hechicera. ideó otras estratagemas para hacerse con
solo y decidimos escribir juntos su biogra- ellas; la última fue obligarla a casarse con
fía. Guido de Labezaris era un joven librero ¿Quién era ella? un joven capitán en México, y para este fin
sevillano que tenía su tienda en la calle de Una sevillana, esposa de uno de los pri- reclutó a varias figuras eclesiásticas que la
Génova. Fue contratado por los Cromberger meros conquistadores de la Nueva Espa- persuadieran. Pero intervino la muerte de
para ser su agente en México y vender sus ña. Quedó viuda en México y se casó con “la vieja”, poniendo fin a todas aquellas
libros allí. Atravesó el Atlántico como su Labezaris en segundas nupcias. En 1570 maniobras. Al final las encomiendas fue-
empleado, pero pronto abandonó su pues- a la edad de 70 años viajó a Filipinas. En ron devueltas a la Corona. No sé si de veras
to y, tras muchos años de expediciones y mi opinión fue una persona intrépida: fue hubo una relación de causa/efecto entre
navegaciones, se encontraba en la cárcel una de las primeras mujeres europeas en el proceso de brujería/hechicería y el trato
de Manila cuando, contra todo pronóstico, pisar las islas. Diez años más tarde, en por las encomiendas pero la coincidencia
pasó de ser preso a verse elevado a gober- 1580, numerosos testigos declararon que de ambas circunstancias resulta muy sos-
nador de Filipinas. Klaus y yo reunimos Inés acostumbraba a untarse y volar junto pechosa (risas).
datos recogidos en los archivos sevillanos, a toda una caterva de brujas. Pero miste-
madrileños y mexicanos, y él publicó un riosamente el caso se paralizó. Se las mul- ¿Qué pasó con la niña?
breve y hermoso artículo sobre Labezaris tó a madre e hija y ahí se acabó el proceso. Ana de Monterrey, así se llamaba, se
para una revista italiana. Cuando falleció creía hechicera. Le incoaron varios proce-
en 2005 no quise seguir con un proyecto ¿Por qué? sos a lo largo de su vida por sortílega, adi-
tan estrechamente vinculado a nuestra Creo que la acusación fue una forma de vina, supersticiosa e incluso bruja que se
amistad. Sin embargo, hace unos cuatro chantajearla para tratar de hacerse con las saldaron con multas leves.
años un amigo australiano me mandó una encomiendas que ella pretendía heredar de El estudio de este caso me va obligando
referencia a un documento sobre un proce- su segundo marido. Un nuevo gobernador, a profundizarme en cuestiones totalmen-
so montado contra la viuda de Labezaris, que se llamaba Gonzalo Ronquillo de Peñalo- te inesperadas, pero hasta cierto punto
doña Inés Álvarez de Gibraleón. Me picó sa y que había llegado a Manila en aquel año relacionadas con mi interés en el mundo
la curiosidad y fui a estudiar el caso en el de 1580, era terriblemente corrupto —todos del libro: Labezaris debe su experiencia de
Archivo General de la Nación en México, lo lo eran pero éste en grado sumo— y quería aventurero en las nuevas colonias a su for-
que volvió a despertar mi entusiasmo por la quedárselas, evitando así que, muerto Labe- mación de librero en Sevilla, mientras que
biografía del antiguo librero y gobernador. zaris, fueran devueltas a la Corona. el proceso de su esposa por brujería tiene
cierto paralelismo con aquellos casos in-
¿En qué consistió el proceso de doña ¿Las encomiendas eran vitalicias y here- quisitoriales contra operarios de impren-
Inés, la mujer de Labezaris? ditarias? ta heréticos en España que he estudiado.
El proceso se inició en Manila una se- La situación en “una tierra tan nueva”, Pero el factor principal que estos varios
mana después de la muerte de su marido, como decían las autoridades, era comple- proyectos de investigación tienen en co-
que había sido maestre de campo y, mu- ja. Algunas encomiendas eran de por vida mún es que son fruto de la desinteresada
chos años antes, gobernador; es decir que y otras además se heredaban en una o dos ayuda y hospitalidad intelectual que me
la acusaron en el momento en el que po- generaciones, pero al final pasaban a la han ofrecido siempre amigos y colegas en
dían someterla a una mayor presión. Ella Corona, por lo menos en teoría. España y, sobre todo, en Sevilla.
o c u r r i ó h a c e . . .
El Manifiesto
de los Persas
El retorno del rey y el fin de la experiencia constitucional gaditana
AH
E
La noticia del retorno de l tratado de Valençay, firmado el 11 Resuelta la incógnita dinástica, y tras
Fernando VII a España generó, de diciembre de 1813, no sólo sellaba más de cinco años de trayectorias diver-
abril la paz entre España y Francia, con gentes, quedaba por conocer tanto la opi-
2014 desde finales de 1813, un clima
la consiguiente retirada de la tropas fran- nión de la Regencia y las Cortes sobre un
de incertidumbre política que
74 tardó en resolverse, puesto que
cesas, sino que también resolvía a favor
de Fernando la grave crisis dinástica que
tratado firmado al margen de su autori-
dad; como la opinión del rey sobre el pro-
la fuerza que había alcanzado había estallado justo antes del inicio de la ceso de cambio político experimentado en
el rey durante la guerra hacía guerra, si bien es cierto que aseguraba a su su ausencia, que lo había transformado de
padre —que no había compartido exilio con rey absoluto en rey constitucional.
que todos quisieran tenerlo de
él y que se encontraba en Roma tras haber La Regencia tuvo conocimiento del
su lado, tanto quienes habían vivido hasta 1812 en Francia—, una renta tratado por una carta enviada por el rey
preparado su transformación en vitalicia suficien- desde Valençay solicitando la ratificación
monarca constitucional, como te para vivir con del tratado. Conocedora de la limitación
la dignidad aso- de sus poderes, la Regencia contestó, el
quienes deseaban verlo en el
ciada a su per- 8 de enero de 1814, remitiendo al rey el
trono absoluto. Este contexto
sona. decreto que habían aprobado las Cortes el
de tensión, incrementado por primero de enero de 1811, que declaraba
el retraso del nulos “todos los actos y convenios del Rey
retorno a Madrid, durante su opresión fuera o dentro de Es-
paña”. La defensa de aquel decreto —que
tuvo su reflejo
no sólo intentaba evitar el cumplimiento
en Andalucía, de las decisiones que el rey tomara falto
donde la fuerza de libertad, sino que trataba además de
del compromiso restar legitimidad a los actos que carecie-
constitucional convivió ran “de la esencialísima e indispensable
circunstancia del consentimiento de la
con el protagonismo
Nación”—, recordaba al rey las nuevas
de algunos diputados reglas del juego político definidas en
andaluces en la Cádiz, y mostraba el deseo del gobierno
redacción del constitucional de cumplirlas más allá de
Manifiesto de que las circunstancias de 1814 no fueran
ya las de 1811.
los Persas.
Si acaso la respuesta de la Regencia
no era suficientemente clara, las Cortes
aprobaron el dos de febrero un nuevo
decreto que regulaba el recibimien-
to del rey y el proceso de entrega del
poder constitucional que le corres-
pondía, y que insistía, en un tono
Fernando VII con manto real. cercano a la hostilidad, en la idea
Óleo pintado por Francisco de Goya de no reconocerlo como libre
y datado el mismo año en el que se firmó hasta que jurara la Consti-
el Manifiesto de los Persas (1814). tución ante las Cortes.
A finales de abril las Cortes se dirigieron por dos veces al rey a través
de sendas cartas redactadas en un tono moderado y conciliador
que llegaron a la opinión pública al ser reproducidas por la prensa
Despejadas las dudas sobre las inten- decisión del rey apelaban al juramento de narquía…”—, fueron también expresadas
ciones de las Cortes, quedaba por conocer mejor morir que vivir como esclavos. de forma oficial tanto por parte de las Cor-
la reacción del rey, que evitó entrar en la En breve, nadie se preocuparía de ocul- tes, como por parte de otras instituciones
dinámica de celoso activismo elegida por tar la desconfianza hacia el rey y, ya en de poder de ámbito provincial y local. En
las autoridades constitucionales y fue ca- mayo, el propio Conciso consideraba abier- este último caso, destacan las promovi-
paz de marcar, desde la ambigüedad y el tamente la posibilidad del alejamiento del das desde Andalucía por la Diputación y el
silencio, los tiempos de su retorno. Rodea-
do de consejeros absolutistas y apoyado
rey de la senda constitucional: “a pocos
días de la morada de S.M. en Valencia se
Ayuntamiento de Cádiz, que se unieron a
las manifestaciones de apoyo al régimen y
AH
además, como señalara Joaquín Varela, muda la escena, entran las dudas; confír- de reconvención al rey.
abril
en la oposición del embajador inglés a la manse las sospechas, y créese por último Las Cortes se dirigieron por dos veces al 2014
Constitución, Fernando guardó silencio y
evitó pronunciarse sobre sus intenciones
que el Rey no jurará la Constitución. Cons-
ternánse todos…”.
rey a través de sendas cartas que llegaron a
conocimiento de la opinión pública gracias
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hasta llegado prácticamente el momento Las pautas marcadas por las opiniones a su reproducción por parte de la prensa en
de entrar en Madrid. particulares recogidas por El Conciso, que el contexto de creciente tensión de princi-
publicaría nuevos artículos en aquellos pios de mayo. Fechadas respectivamente el
El retorno del rey. La actitud de Fer- días que insistían en la reprobación de la 25 y el 30 de abril, ambas estaban redacta-
nando VII generó todo tipo de rumores, in- conducta reservada del rey —“parece in- das en un tono moderado y conciliador que
certidumbres y temores y sentó las bases concebible que después de tanto tiempo refleja tanto una manifiesta voluntad de
de una dura lucha por el poder que, afron- que Fernando VII se halla entre sus leales compromiso, como una conciencia de lo
tada desde posiciones antagónicas y con súbditos, puedan ignorar éstos el modo de necesaria que resultaba la legitimidad mo-
armas completamente distintas, iba a pro- pensar de S.M. sobre el estado de la mo- nárquica para la supervivencia del régimen
longarse durante varios meses. En efecto, constitucional. Ambas cartas coincidían
la estrategia real del mutismo y la reserva en subrayar los problemas generados por
sobre sus intenciones fue contestada con la incertidumbre creada por la prolonga-
una actitud más combativa de parte de los
El temor liberal da presencia de Fernando VII en Valencia,
comprometidos con el régimen liberal, QQ“Como jefe político, como general pues se temía que incluso pudiera provo-
que no dejaron de pronunciarse en todo y, sobre todo, como buen español car la perturbación del orden público. En
este tiempo. En un principio, pusieron que le ama y ama a la nación, me ellas, las Cortes recordaban al rey quiénes
el acento en la presentación del rey como veo en la obligación de decir sin habían luchado para restablecer la Monar-
mal aconsejado, en tanto que más tarde, embozo ni rodeos que la patria está quía borbónica y le transmitían la impa-
realmente preocupados por un vuelco polí- en peligro, y solo la pronta venida ciencia “con que la nación y sus represen-
tico, mostraron menos consideración ha- del Rey a Madrid a hacer el debido tantes anhelan el momento en que venga
cia la figura del monarca. juramento en el Congreso puede V.M. a ocupar el trono que le han rescatado
Buen ejemplo de la primera opción lo re- salvarla, de lo contrario preveo sus pueblos”. Conscientes de no contar aún
presentan las páginas de El Conciso, publica- males que el tiempo acreditará […] con la legitimidad de la Monarquía, las
ción clave del Cádiz sitiado que había segui- que es imposible que seis años tales Cortes se aferraban a la legitimidad de la
do a las Cortes hasta Madrid, que a finales como los pasados desaparezcan de nación, de ahí que pusieran precisamente
de abril de 1814 censuraba el silencio del rey nuestra historia, vuelvan las cosas el acento en la larga, constante y heroica
y defendía abiertamente el carácter cons- al año ocho, sueño que solo puede lucha de los españoles por su rey y contra
titucional de la Corona española frente al imaginar la malicia o la ignorancia. “el usurpador” y se presentaran como las
“estado de duda que la nación se halla sobre Dígase al Rey la verdad sin rodeos ni “felices intérpretes de la voluntad nacio-
la resolución que Fernando VII tomará, y cálculos de la buena o mala suerte nal” a la hora de solicitar al monarca que
que se aumenta cada día más con la demora que ella puede acarrearnos”. acelerara su regreso a Madrid.
de S.M. en el viaje”. En la misma línea que El tono contenido del discurso oficial
El Conciso, pero con algo menos de reserva, Carta de Cayetano Valdés, jefe político emitido desde Madrid se tornaba en ame-
se situaba el granadino El loco constitucional, de Cádiz, al ministro de la Gober- naza velada en el caso de las representacio-
que el 21 de abril expresaba su temor a que nación, Cádiz, 3 de mayo de 1814 nes dirigidas el 3 de mayo a las Cortes por
los malos consejeros evitaran que Fernando (El Conciso, 10/05/1814). la Diputación y el Ayuntamiento de Cádiz,
VII jurara la Constitución, y frente a la in- que trascendieron el ámbito gaditano y an-
o c u r r i ó h a c e . . .
La propuesta
de los “Persas”
QQ“Que se estime siempre sin valor
esa Constitución de Cádiz, y por
no aprobada por V.M., ni por las
provincias: aunque por conside-
raciones que acaso influyan en el
piadoso corazón de V.M. resuelva en
el día jurarla; porque estimamos las
leyes fundamentales que contiene
de incalculables y trascendenta-
les perjuicios, que piden la previa
celebración de unas Cortes especia-
les legítimamente congregadas, en
libertad y con arreglo en todo a las
antiguas leyes”.
daluz, puesto que, al ser ampliamente re- que la inquietud de los pueblos crecía a la to que su deseo de impedir que “seis años
producidas por la prensa, entre ellas el pro- espera de comprobar que el rey se alineaba tales como los pasados desaparezcan de
pio Conciso, tuvieron repercusión nacional. finalmente con la Constitución. En conse- nuestra historia”, se adelantaba al decreto
Las dos representaciones daban cuenta cuencia, el ayuntamiento, haciéndose par- que firmaría el rey al día siguiente, que dis-
de la preocupación por la permanencia del tícipe de la preocupación y el pesar del pue- ponía el retorno a la situación de 1808 como
rey en Valencia y las noticias que llegaban blo de Cádiz —que no entendía que el rey, en si no hubiesen pasado jamás esos años “y se
de aquella ciudad y avisaban, sin cuidado unas circunstancias tan difíciles, dilatara quitasen de en medio del tiempo”.
alguno, que su compromiso con la Constitu- su llegada a la capital—, consideraba que En todo caso, no es solo importante la
ción podía ser mayor que con el rey. La re- las Cortes debían hacer ver al rey lo peligrosa interpretación que podamos hacer ahora
presentación de la diputación, la más breve que era su ausencia de Madrid y anunciaba de estas representaciones, sino también
de las dos, lo exponía con claridad: “Ningún que se sacrificaría “por la observancia de la la que hicieron en su momento, y es que a
pueblo ama con más decisión al Rey que éste Constitución antes que verla degradada en esas alturas la situación era tan tensa que la
[…]; pero ningún pueblo ni provincia está un solo ápice”. sola noticia de la llegada de las representa-
más íntimamente unida a la conservación Junto a las representaciones, llegó a pu- ciones de Cádiz movilizó a la opinión públi-
del sagrado Código que se produjo en su blicarse una carta remitida por Cayetano ca madrileña, que incluso antes de contar
seno”, de ahí que reclamara que el rey apre- Valdés, jefe político de Cádiz, al ministro de con la edición impresa de las mismas, llegó
surara su llegada a Madrid para que “dando la Gobernación que, fechada igualmente el a verlas como una advertencia de Cádiz al
un día de gloria a la nación, tranquilice el 3 de mayo, reiteraba la mayor fortaleza del gobierno: “Por ignorancia o por malicia se
espíritu del pueblo Gaditano, que se halla compromiso gaditano con la Constitución decía que Cádiz se separaba (!!!) del gobier-
agitado entre la fidelidad, respeto y temor”. que con el rey y criticaba igualmente la pru- no”, publicaba El Conciso el 9 de mayo.
En cuanto a la del ayuntamiento, comen- dencia de las Cortes. Para Valdés, no solo es- La tensión y la inquietud estaban, en
zaba dando cuenta tanto de la amenaza de taba en peligro el “extremado” amor que se todo caso, fundadas, y el tiempo daría la
la reacción absolutista —presentada suce- profesaba en Cádiz a Fernando VII, sino que razón a quienes, como denunciaba al día
sivamente en forma de “odiosas contiendas la propia patria peligraba, y lo exponía de siguiente un articulista de El Conciso, dibu-
que suscitan los malévolos” y los “esfuerzos forma clara, valiente y premonitoria, pues- jaban un escenario ensombrecido a partir
de los crueles adula- de los rumores que
dores”—, como de la algunos se compla-
frustración generada cían en propagar
Frente a la exposición pública de las ideas realizada por los
por la dilatada estan- sobre patíbulos, pri-
cia del rey en Valen-
defensores del liberalismo, los absolutistas optaron por la vía siones, proscripcio-
cia, pues apuntaba conspirativa con la esperanza de ganarse el apoyo del rey nes y venganzas.
o c u r r i ó h a c e . . .
El I duque y la guerra
en la frontera
La frontera occidental de Granada en 1448
AH Entre los fondos del Archivo General de la Fundación Casa Medina Sidonia se guarda una
interesante documentación medieval relacionada, en gran parte, con los avatares militares de
abril
2014 la vida cotidiana en la frontera de Granada, especialmente en el sector gaditano-xericense y
atlántico más próximo al Estrecho de Gibraltar. Este es el caso de la interesante bula pontificia
78 de Nicolás V (1447-1455) por la que se le concede a don Juan Alfonso Pérez de Guzmán, VI señor de
Sanlúcar de Barrameda, III conde Niebla y I duque de Medina Sidonia, indulgencias plenarias para
todas las personas que colaborasen militarmente con él en la guerra contra los musulmanes.
D
esde los lejanos tiempos de Al- la monarquía castellana y los condes de propaganda belicista del papa Nicolás V,
fonso Pérez de Guzmán, el Bueno, Niebla, incluso los papas de Roma —se- cuyos ejemplos más significativos fue-
los diferentes señores de San- gún el documento que ahora nos ocupa— ron, entre otros, la bula Dum Diversitas
lúcar de Barrameda siempre se habían siempre coincidieron en la provisión de dada en 1452 al rey de Portugal Alfonso V
destacado, como auténticos señores de la su conquista, defensa y repoblación en la por la que se legitimaba —incluso se jus-
guerra, en heroicos servicios fronterizos Baja Edad Media andaluza. tificaba— el derecho del monarca luso a
a la Corona castellana. Fue este el caso de El diploma en cuestión es una intere- atacar, conquistar y subyugar hasta la
Juan Alonso Pérez de Guzmán, I duque de sante bula pontificia del papa Nicolás V esclavitud hereditaria a los sarracenos
Medina Sidonia, valiente y decidido capi- (1447-1455) por la que se le concede a don que no reconocieran la fe de Jesucristo
tán mayor de la frontera en el arzobispado Juan Alfonso Pérez de Guzmán (1436- como verdadera. Y también la predica-
de Sevilla y el obispado de Cádiz en tiem- 1468), VI señor de Sanlucar de Barrame- ción de una sorprendente y vehemente
pos de Juan II y también Adelantado Ma- da, III conde Niebla y I duque de Medina cruzada por toda Italia y sur de Alemania
yor de Andalucía con Enrique IV; quien Sidonia —“dilectus filius nobilis vir Johannes, para recuperar Constantinopla que ha-
llevaría a cabo —a su propia iniciativa— dux de Medina et comes de Nebula”— indul- bía sido tomada el 29 de mayo de 1453 por
la conquista de la plaza Gibraltar en 1462, gencias plenarias para todas las perso- los turcos otomanos ante la indiferencia
tras el frustrado intento de su padre don nas –clérigos y laicos— que ayudasen y del mundo cristiano occidental.
Enrique de Guzmán en 1436; suceso en asistiesen militarmente al conde en la La cronología del documento que estu-
el que perdería la vida el llamado desde guerra contra los musulmanes grana- diamos —según la portadilla del mismo
entonces “el buen conde de Niebla”. Pues dinos –“paganos et sarracenos regís Granat”— datado erróneamente en la ciudad de Roma
el antiguo monte de Calpe había sido sin incurrir en irregularidades para el 24 de febrero de 1447— presenta algunos
desde la conquista de Tarifa en 1292 no acrecentar la fe verdadera “ad honorem et problemas que los archiveros de la casa
sólo el objetivo militar y económico del gloriam orthodoxe catholice fidei”. de Niebla no terminaron de identificar y
linaje, sino también la guarda del litoral Se trata por tanto de un diploma muy que pueden aun hoy confundir al posible
del Estrecho en el que tantos intereses se- en la línea del pensamiento cruzado y la investigador. Efectivamente, como toda
ñoriales tenían los la documentación
Pérez de Guzmán. pontificia medieval,
Y en este contexto Desde los tiempos de Guzmán el Bueno los señores de Sanlúcar de la bula de Nicolás
geopolítico de la V está fechada por
Barrameda siempre habían destacado como auténticos señores de
frontera granadi- el año de la Encar-
na más occidental, la guerra en heroicos servicios fronterizos a la Corona castellana nación de Nuestro
Archivo General de la Fundación Casa Medina Sidonia. A.G.F.C.M.S 919
AH
abril
2014
Señor Jesucristo, según el cómputo floren- QQ Anno Encarnationis Dominis millesimo Durante estos difíciles años, la gue-
79
tino; es decir, que comienza el año nuevo quadrangentesimo, quadragesimo septimo; rra civil castellana que enfrentaba en
el día 25 de marzo y no el 1 de enero, según 1447, pero al emitirse la bula entre Andalucía, en las grandes ciudades
la cronología del calendario gregoriano ac- el 1 de enero y el 25 de marzo, en este como Sevilla o Jerez de la Frontera, a par-
tual. Por lo tanto, a todos los documentos caso el 24 de febrero, debemos añadir te de la nobleza regional liderada por los
pontificios medievales fechados entre el 1 un año más a la datación del mismo, llamados infantes de Aragón —los hijos
de enero y el 25 de marzo, al menos hasta 1448. Y es en este cómputo en donde de Fernando de Antequera, rey de Ara-
finales del siglo XVI, debemos sumar un yerra el archivero ducal. gón desde 1412— contra el rey y su valido
año más para adaptarlos definitivamente don Álvaro de Luna, se desarrolló parale-
a nuestro cálculo moderno. Por lo tato la fecha correcta de la bula la a las múltiples querellas intestinas y
Asimismo, utiliza la bula el tradicional de Nicolás V es de 24 de febrero de 1448, dinásticas del reino nazarí; por lo que la
sistema de la calendación romana, retró- pues hasta el 6 de marzo de 1448 no co- vida en la frontera se hace ahora peligro-
grada y clásica, que hace arrancar el mes menzaría su segundo año de pontificado. samente azarosa, caprichosa incluso. La
en su primer día; es decir, en las “kalen- Además sería muy difícil la emisión de un guerra y paz se convierten más que nun-
das”, pero realizándose el cálculo del mis- documento de estas características vacan- ca en episodios menudos y vergonzantes
mo hacia atrás, enumerando el primer y te la sede apostólica de Roma, a menos de promoción social y política de algunos
último día del cómputo y señalando, de que fuera falso. Pero no es este el caso. nobles ávidos de poder de lado y lado de
este modo, los días que faltan para llegar a la misma raya fronteriza.
las referidas calendas. Además la datación La bula en su contexto. La con- A comienzos de los años cuarenta del
se completa con el año del pontificado. cesión de la bula se inserta y justifica, siglo XV, Muhammad IX incrimina a los
Vayamos por parte para concretar y por tanto, en los complejos avatares de andaluces de la frontera mas occiden-
analizar la datación completa del texto, la vida fronteriza andaluza de la zona tal al progresivo desencadenamiento de
cuyo tenor dice: “Data Rome, apud Sanctum gaditano-xericense a mediados del si- una guerra abierta, tal vez ya como úni-
Petrum, Anno Encarnationis Dominis millesimo glo XV, en tiempos del monarca Juan II ca salida para salvar la unidad interna y
quadrangentesimo, quadragesimo septimo, sexta de Castilla (1405-1454) y también en los la supervivencia del propio reino nazari-
kalenda primo martii. Pontificatus nostri prime”. dos últimos y turbulentos mandatos del ta. Una actividad bélica sólo atemperada
emir de Granada Muhammad IX, lla- por la iniciativa particular de municipios
QQ Pontificatus nostri prime; sabemos que Ni- mado en la fuentes cristianas “el Zurdo” como Sevilla, Jerez de la Frontera, Jime-
colás V comenzó su pontificado el 6 de (1432-1445 y 1447-1453), separados por pe- na de la Frontera y Écija, y especialmen-
marzo de 1447, estando vacante la sede riodos en los que la intervención militar te por el liderazgo militar de algunos
apostólica desde la muerte de su antece- castellana colocaría en la Alhambra a nobles andaluces, auténticos señores de
sor Eugenio IV el 23 de febrero de 1447. efímeros sultanes vasallos de los cris- la guerra como Juan Ponce de León, VI
QQ Sexta kalenda primo martii; el 24 de febre- tianos como Yusuf V Ibn Ahmad, antes señor de Marchena y II duque de Arcos;
ro (seis días hacia atrás enumerando incluso de la sonada conquista de la pla- Juan Alfonso Pérez de Guzmán, VI señor
el 1 de marzo y los días 28-27-26-25-24 za de Gibraltar en 1462 por el I duque de de Sanlúcar de Barrameda, III conde Nie-
de febrero). Medina Sidonia. bla; Juan Arias de Saavedra, alfaqueque
Escudo de la Casa
Medina Sidonia.
la misma raya fronteriza a suroeste de El primero en llegar fue el hijo del con- capitulación gibraltareña, desestimó
Antequera, o bien concertando treguas de de Arcos, Rodrigo Ponce de León, con la oferta en tanto no llegaran los capi-
entre 1449-1450 con las autoridades de la 300 lanzas. Informado de la situación, tanes mayores de la frontera; su padre,
poblaciones granadinas de Ronda y Se- el hijo del conde pasó a inspeccionar las el conde de Arcos, y el duque de Medina
tenil. Pero sobre todo, el afianzamiento defensas de Gibraltar y las maniobras del Sidonia, quienes debían tomar el mando
político de Juan Alfonso de Guzmán en cerco. Los musulmanes, alarmados por en nombre del rey. Sin embargo, ante la
Andalucía llegaría durante la crisis an- la llegada de tropas enemigas, salieron a llegada a Gibraltar del duque de Medina
daluza de 1441 a 1444, provocada por la
intervención de los infantes de Aragón
parlamentar y pretendieron entregar la
plaza a Ponce de León. Pero carente éste
Sidonia, los musulmanes gibraltareños
le enviaron una embajada en secreto de-
AH
con el apoyo de Juan Ponce de León, II de la autoridad necesaria para recibir la clarándose dispuestos a entregarle a solo
abril
conde de Arcos, para situarse al lado del él la plaza por respeto a su persona y a 2014
rey Juan II y su valido Álvaro de Luna,
en la defensa de los intereses regios en Más información
la memoria de su padre Enrique de Guz-
mán, cuyos restos mortales aún estaban
81
algunas grandes ciudades como Sevilla y en Gibraltar.
Jerez de la Frontera. QQ Rojas Gabriel, Manuel Rodrigo Ponce de León, enojado, pi-
En pago a sus servicios, el 17 febrero La Frontera entre los reinos de Sevilla y dió al duque que no aceptase, en espera
de 1445, Juan II le concedió el título de du- Granada en el siglo XV (1390-1481). Uni- de la llegada de su padre, para que am-
que de Medina Sidonia, siendo el primer versidad de Cádiz. Cádiz, 1995. bos tomaran posesión de la fortaleza
título ducal de Andalucía en el siglo XV. QQ Carriazo Rubio, Juan Luis conjuntamente. Pero Alfonso Pérez de
Infatigable caballero de la frontera, el I La casa de Arcos entre Sevilla y la frontera Guzmán estaba decidido a entrar en Gi-
duque de Medina Sidonia interviene con de Granada (1374-1474). Universidad de braltar y recibir la rendición de la plaza
audacia militar en la tala de los ruedos de Sevilla. Sevilla, 2003. personalmente y cuanto antes mejor.
Granada y Málaga en 1459; y en la ordena- QQ Sánchez Saus, Rafael Además los gibraltareños pretendían en-
ción de la vida fronteriza al promover a su “Sevilla y la guerra de Granada tregar la plaza únicamente al duque de
secretario, Fernando de Sandoval, como (1446-1452). Participación política Medina Sidonia. Por lo que sin esperar
alcalde de moros y cristianos en la fronte- y militar”. Revista Gades, nº 9, al conde de Arcos, las tropas de Medina
ra sevillana, así como en la negociaciones Cádiz, 1982. Sidonia entraron, poco a poco, en Gibral-
de las treguas de 1459-1460. QQ Suárez Fernández, Luis tar y se apoderaron de toda la fortaleza
Pero sin duda, donde su fama de es- Juan II y la frontera de Granada. Valla- y la ciudad, permitiendo a la población
tratega en la guarda y defensa del Estre- dolid, 1968. islámica salir libremente y bajo garantía
cho de Gibraltar se consolidaría en el año QQ Ladero Quesada, M. A. de seguridad hacia territorio granadino.
1462 . El nuevo rey de Castilla Enrique “Don Enrique de Guzmán el ‘buen Era el 20 de agosto de 1462. Comenzaba
IV se encontraba en paz con el reino de conde de Niebla’” (1375-1436). En La así la larga y amarga enemistad de las
Granada. Pero conocedor el alcaide de España Medieval, vol. 25, Madrid, casas de Arcos y Medina Sidonia que
Tarifa, Alonso de Arcos por un renegado 2012. salpicaría de confrontaciones políticas y
gibraltareño, Alí el Curro, del mal esta- QQ Peinado Santaella, Rafael G. y militares toda Andalucía hasta el reina-
do de las defensas de su localidad natal, López de Coca Castañer, José E. do de los reyes Católicos y en inicio de la
cuya guarnición había partido a Málaga, Historia de Granada. La Época Medieval, guerra de Granada en 1481.
decidió cercar Gibraltar por su cuenta y siglos VIII-XV. Editorial Don Quijo-
riesgo. Así, el alcaide tarifeño partió con te. Granada, 1987.
toda diligencia de Tarifa junto con 80 ca- QQ García Fernández, Manuel
balleros y 180 peones el día 15 de agosto “Gibraltar y la frontera de Granada
de 1462, mientras pedía refuerzos a las a fines de la Edad Media. Defen-
ciudades de Jerez, Arcos, Medina y Cádiz sa y repoblación”, en La Península
y rogaba al duque de Medina Sidonia, así Ibérica en la Era de los Descubrimientos,
como al conde de Arcos, capitanes de la 1391-1492. Edt. Junta de Andalucía.
frontera, que acudiesen con todas sus Universidad de Sevilla.
tropas a Gibraltar lo más presto posible. Sevilla, 1997. pp. 1453-1472.
A n dal u c í a y s u s músicas
Andalucía y la música
antifranquista
Canciones contra la dictadura
L
2014 En el verano de 1961 siete jóvenes a apertura de líneas de investiga- pilación de canciones antifranquistas que
AH
abril
Madame-Puigcerdá (Girona), precisa- 2014
mente el punto en el que se estableció en
Francia uno de los campos “provisionales”
83
para los exiliados del invierno de 1939 re-
tratados magistralmente por la cámara
de Robert Capa. El lugar dio nombre a la
considerada como la última canción de la
Guerra Civil y la primera de la oposición,
la Canción de Bourg Madame, sobre la que les
informó en París Antonio Soriano, funda-
dor de la prestigiosa Librería Española y Según narraba el informante, que resi- Y son
testigo presencial de la improvisada com- día en Suiza, ésta última se trataba de un y son y son tiempos borrascosos
posición. couplé que había escuchado en Barcelona que tienen
El viaje a España comenzó por el exilio, durante la guerra. que traen las lágrimas a los ojos.
en París y Ginebra, donde realizaron los El día 12 de julio de 1961 establecieron
primeros ejercicios de fuente oral. En Gi- importantes contactos en Madrid; de he- Y el cielo ya se ha despejado
nebra un exiliado les cantó el tema de El cho, la mayoría de las canciones relacio- ya se ve relucir una estrella
Quinto Regimiento, que aunque no se incluyó nadas con Andalucía las recogieron en y reluce con brillo potente
en el libro, su ficha técnica —con la refe- esta fecha. Por el diario de viaje que deja- todo el mundo confía sólo en ella
rencia de El Vito—, conservada en el CREL, ron escrito y publicaron, sabemos que un
hacía constar que se trataba de un “baile taxista (“taximetrista”) cuarentón de origen Y son
andaluz muy animado y vivo, en compás andaluz —con escaso acento— les aportó y son y son tiempos de bonanza
de tres por ocho”, citando a Julio Casares algunas letrillas para la colección. Sobre que tienen
y su Diccionario ideológico de la Lengua Española una de ellas, Nubes y Esperanza, escribían: que traen que están llenos de esperanza…”.
como fuente de autoridad. El mismo infor- “Es una canción de los detenidos políti-
mante les entonó varias coplillas satíricas, cos. El ejecutante la rimó correctamen- También fue interpretado por el mismo
una dedicada a Francisco Franco: te, sin concesiones expresivas, con gesto andaluz un Villancico guasón que decía:
mecánico, y retornando sistemáticamen-
“Si iruneses se llaman te a la primera estrofa después de haber “Dicen que falta dinero
los que han nacido en Irún completado la segunda: una canción sin dicen que ha sido el Caudillo
Franco ha de ser de Cabra fin, que gira sobre sí misma casi obsesi- dicen que ha ido a Suiza
porque está hecho un cabrón” vamente, como una fila de prisioneros al- dicen: peor que el vivillo [sic]
rededor del patio de una prisión a la hora Que dale a la zambomba
Y otra recordando al Virrey de Andalu- del ‘paseo’ cotidiano”. El texto interpreta- que dale al almirez
cía, Gonzalo Queipo de Llano: do era el siguiente: que dale a la zambomba
que dale tú otra vez”
“Con los bigotes de Queipo “Y el cielo se encuentra nublado
vamos a hacer una escoba no se ve relucir una estrella Y añadían en el libro: “Interrogándolo
para limpiar los fascistas los motivos del trueno y del rayo sobre algún hecho preciso de la canción,
que quedan en Barcelona” vaticinan segura tormenta recogimos este breve diálogo”:
A n dal u c í a y s u s músicas
— “¿En qué ocasión fue compuesta? pues, que enmarcarlo en la vida de una
— No sabría… persona joven, apenas adolescente, al co-
En el libro se añadía a
— Pero usted, ¿cuándo la escuchó? menzar la Guerra Civil. Ello explica el títu-
cada canción una ficha: — La oí en Navidad. lo del libro Canti della nuova resistenza spagnola
lugar y circunstancias — ¿Y desde hace cuánto tiempo? (1939-1961) y la filosofía general del proyecto
en las que fue — Desde siempre”. político-cultural.
De la trascendencia de las canciones
recogida, información En 1961 una nueva generación, funda- recogidas da cuenta un pequeño y, aparen-
musical, etc. mental en la reverdecida lucha antifran- temente, insignificante detalle. El taxista
quista, comenzaba a despertar en España andaluz entonó un tema titulado Sin, pan,
entretejiendo así las bases sociales de la sin pan. En su interpretación el informante
oposición juvenil al franquismo y de la cantó: “Una gacha pa’ comer, una gacha
futura transición. El “desde siempre” hay, pa’ cenar”, pero los italianos al transcri-
Quisco de la Peña
Entre Olivares y la Nueva España
De izda. a dcha.,
Antonio Domínguez Ortiz,
John Elliott y Quisco de la
Peña en una imagen de
junio de 1977.
AH
abril
2014
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l i b r o s
E
l presente libro de Óscar Ro- sos similares en otros espacios pa- ban del tipo de prácticas fascistas,
dríguez Barreira puede des- recidos —rurales, empobrecidos y tan alejadas de ese viejo orden. Fi-
pistar involuntariamente al con una única referencia urbana nalmente, en la tercera y última,
posible lector a causa de su título. de peso en su capital—. Tres son nos presenta las luchas políticas
Aunque no se refleje en el mismo las partes básicas que estructuran internas a los vencedores que die-
hay que aclarar que se trata (tam- el trabajo. El autor recorre, en pri- ron al franquismo almeriense su
bién) de historia de Almería, por- mer lugar, la experiencia vivida de constitución definitiva, al menos
90 cara a la historia general. Rodríguez mada quinta columna en favor de las Publicacions de la Uni- ya no alrededor de un sistema de
versitat de València.
Barreira se encarga desde las pri- armas de Franco. Sin duda se trata Valencia, 2013. 445 partidos plural, o al menos, bina-
meras páginas de la obra de hacer de una experiencia muy distinta págs. 25 € rio, sino en torno a un partido úni-
evidente el porqué de la elección a la de quienes estuvieron con el co —FET y de las JONS— integrado
del título de la misma: tiene po- bando franquista en Burgos o Sala- dentro del propio estado, como ele-
derosas razones académicas para manca pasando por tres años triun- mento constitutivo del mismo. Sin
haber actuado como lo ha hecho. fales. Vuelve sobre sus pasos, en la duda uno de los rostros más inquie-
Pero llegados a este punto, y des- segunda parte, para mostrar cómo tantes de la llamada modernidad, a
de las páginas de una revista como habían vivido esas mismas gentes la que jamás estuvo ajena Almería:
esta, es necesario explicar por qué la experiencia de la República en porque tan modernos fueron quie-
nos ocupamos de reseñarla. paz y cuáles habían sido sus opcio- nes inventaron el ordenador como
Nos encontramos pues, ante un nes políticas durante la misma. En quienes diseñaron los campos de
trabajo que pretende explícitamen- ella descubrimos cómo, lejos de ser concentración y exterminio, cada
te contribuir al mejor conocimien- la guerra la explicación de todo, uno en su especialidad.
to de la forma política de funcio- parte de una generación de jóvenes Las aportaciones documenta-
nar de la dictadura franquista, así almerienses se radicalizó en direc- les del autor son —como corres-
como de cómo se configuraron sus ponde a un trabajo cuyo origen se
apoyos sociales. Y ello lo hace des- encuentra en una magnífica tesis
de Almería porque, según el autor: doctoral— verdaderamente apabu-
“Lo que queremos es ver los intere- llantes: de los archivos a la prensa
ses materiales de quienes detenta- de época, pasando por las entrevis-
ban el poder, calibrar la capacidad tas, ningún aspecto ha escapado a
proselitista del franquismo, ana- la atención del investigador. Nadie
lizar el pasado de la familia y las va a poder decir que al autor le fal-
redes clientelares en la dinámica tan datos: como la obra deja claro,
política, dilucidar la continuidad más bien le sobraban y tuvo que de-
o ruptura de los cuadros políticos jar parte de ellos en el original de
de la dictadura... Todo ello desde la tesis, tal y como suele suceder
una provincia depauperada tan en estos casos. No podemos sino
representativa o más que otra con felicitarnos del hecho de que este
un nivel de desarrollo económico trabajo, presentado en sede aca-
por encima de la media”. No cabe démica en mayo de 2007, hace ya
duda pues de la consideración que seis años largos, haya podido ver
el autor tiene por la importancia de la luz, al tiempo que nos sentimos
hacer historia, como él mismo es- íntimamente identificados en su
cribe “de abajo a arriba”. peripecia (quien firma estas líneas
Quien se acerque a la obra de tardó más o menos el mismo lapso
Rodríguez Barreira encontrará de tiempo en conseguir publicar su
sugerentes explicaciones sobre tesis, 1993-2000).
l i b r o s
Feminismo y cultura
Marieta Cantos Casenave lucha de escritoras que desde Fer- o centrarse en sus reivindicaciones
Universidad de Cádiz nán Caballero a Rosalía de Castro de género. Sin olvidar las estrate-
y la portentosa Pardo Bazán traba- gias de las falangistas, la historia
C
omo explica su autora, este jaron para publicar y dignificar la va abriéndose paso a las reivindica-
libro pretende introducir labor de las mujeres, así como la de ciones de los años 60 y 70.
alguna claridad en la abun- las que, en el último tercio, denun- En este siglo XXI —“De la mu-
dante bibliografía surgida en torno cian de forma más comprometida jer a la biomujer”— la cuestión
al feminismo. Al igual que en La las injusticias con que la cultura femenina no deja de complicarse,
historia del feminismo de Pérez Garzón, dominante las trata. Ya en el XX el al dar entrada a una multiplicidad
el punto de partida es interrogarse feminismo (Campoamor, Nelken, de feminismos: de la igualdad, de
sobre el motivo que impide a mu- Kent) deberá recorrer aún un largo la diferencia, posfeminista. Como
chas mujeres asumir el califica- camino, jalonado por varias gue- Caballé, Anna corolario a una serie de jugosos
tivo de “feminista”. Quizás como rras, en el que las mujeres elegirán El feminismo en España: testimonios, Caballé pone el dedo
La lenta conquista de un
señala Caballé, el cliché en torno entre apoyar las reivindicaciones derecho. en la llaga del feminismo al seña-
a la “virago” feminista sea uno
de ellos, pero no conviene ignorar
políticas de ambos sexos —aunque
eso supusiera convivir con unos
Colección La historia
de… Cátedra. Madrid,
lar “su falta de cintura para dialo-
gar e integrar las múltiples moda-
AH
2013. 336 págs. 14.30 €
que, en la batalla por acceder a la correligionarios que las siguen rele- lidades que ha ido adoptando a lo
abril
cultura y sostener el derecho a in- gando a una posición subsidiaria— largo de su supervivencia”. 2014
tervenir en ella, han sido particu-
larmente denostadas las que han
91
preferido dedicarse a “la cuestión
femenina”, como si esto hubiera de
ser excluyente o superfluo.
Los límites de esta reseña impi-
den dar cuenta de la profundidad
y multiplicidad de referencias con
que la autora sustenta, de forma
solvente y amena, su tesis de que
el feminismo español no es para-
sitario de otros y de que se diferen-
cia por la sostenida reclamación
del acceso a la cultura. Desde las
celdas o aledaños de la corte, mu-
jeres como Isabel de Villena o Lui-
sa de Sigea reclaman pronto una
interpretación de la cultura, libre
de todo prejuicio excluyente o des-
calificador de la práctica femeni-
na —también Teresa de Ávila—, y
desde estas voces se inicia el itine-
rario por otros textos de mujeres
(María de Zayas) que denuncian
que los hombres les niegan el ac-
ceso a la educación, para ejercer
su poder sin réplica y someterlas a
una doble moral, que a un tiempo
las incita a cuidar de su aspecto y,
por otra, rechaza que aspire a su
propia satisfacción. Precisamente
el estudio es el camino a la felici-
dad que propone la obra de la ilus-
trada Josefa Amar para la mujer,
una vez cumplidas —eso sí— sus
obligaciones domésticas.
En el XIX, siglo del “retraimien-
to femenino burgués” sería injusto
—señala la autora— desconocer la
l i b r o s
C
uando se acaban de cumplir tala en villa Amparo, propiedad de pescadores donde había llegado; a
75 años de la muerte de An- la familia Báguena García. Es aquí Madame Quintana, propietaria del
tonio Machado en la peque- donde comienza a colaborar con La hotel donde se hospedó y murió;
ña localidad francesa de Collioure, Vanguardia, colaboración que se in- o a Madame Figueres, dueña de la
Monique Alonso, hija de exiliados terrumpe y reanuda en Barcelona, tienda de confecciones que propor-
de la Guerra Civil, creadora de la donde vuelve a ser evacuado al al- cionó algo de ropa al que la contien-
Fundación Antonio Machado en Co- bur de los acontecimientos bélicos. da civil española había despachado
llioure, ha escrito el ensayo impres- Desde la torre Castañer, un pa- casi desnudo como los hijos de la mar.
L
a lectura de No solo miedo nos ¿Cómo consiguió el régimen el con- y el cambio de sistema político. Y
ayuda a entender mejor sentimiento de la “gente corriente”? lo hace recurriendo a diversos es-
cómo fue posible que, duran- Es decir, ¿qué elementos, políticos o tudios que salpican buena parte de
te cuatro largas décadas, se sostu- discursivos, activados desde arriba, la geografía española y que tocan
viera en España una experiencia fueron capaces de atraer a la gente temas varios referentes a políticas
dictatorial como la franquista. Los de abajo? El lector va descubriendo sociales, resistencia simbólica,
autores que dan vida a la obra se las múltiples respuestas a estos com- acceso a los bienes de consumo o
proponen pulsar las actitudes ciu- plejos interrogantes a medida que va espacios de participación ya en los
Del Arco, Miguel
dadanas bajo el régimen de Franco, desbrozando el jugoso contenido del estertores del régimen. El resulta-
Ángel; Fuertes,
descubrir qué mecanismos activó libro. Así, por ejemplo, la “Cultura Carlos; Hernández, do es una visión global, panorámi-
Claudio y Marco, Jorge
para granjearse el consentimien- de la victoria” logró embelesar a una ca y bastante completa de la “acti-
(eds.)
to de los españoles y ver hasta qué
punto entraron estos en el juego
población que tan solo deseaba recu-
perar la “normalidad” perdida con
No solo miedo. Actitudes
políticas y opinión popular
tudes políticas y opinión popular
bajo la dictadura franquista”.
AH
propuesto por la dictadura. la guerra. Pero también la Obra Sin-
bajo la dictadura franquista
(1936-1977). Además, hemos de reconocer a
abril
La obra no oculta la compleji- dical del Hogar, las actividades for- Comares. Granada, No solo miedo el mérito de conseguir 2014
2013. 248 págs. 20 €
dad de aproximarse al objeto de es-
tudio propuesto. Lejos de simplifi-
mativas de la Sección Femenina o la
presencia de la televisión en los ho-
dibujar el estado actual de la histo-
riografía social del franquismo, con
91
car y distanciarse de la realidad, gares españoles, ya bien entrados los el interesante añadido de apuntar,
opta por presentar sin disfraces la sesenta, pudieron resultar atractivos a lo largo de sus páginas, las sendas
amplia muestra de posibilidades, para amplias capas de la sociedad. por las que habrán de transitar fu-
puntos intermedios y contradic- La presente obra desmonta la turas líneas de investigación. Así,
ciones que componen la cotidia- creencia generalizada y por largo a lo largo de los capítulos se ofrecen
neidad social. El resultado consi- tiempo extendida de que el fran- valiosas pistas por las que conti-
gue su propósito de demostrar que quismo se sostuvo solamente en nuar el camino emprendido.
la dictadura no se sustentó solo el terror y la represión. Tal y como El libro ofrece al lector unas bri-
gracias a la coerción y la violencia, nos indica el propio título, no solo llantes páginas de historia social
sino que consiguió atraer, me- se trató de miedo, sino también de desde abajo, un campo en el que se
diante distintos discursos y políti- grandes dosis de consentimiento, han hecho grandes progresos para
cas, a buena parte de la población sin que ello nos lleve al extremo el periodo franquista, pero que
española. Ese fue su gran éxito. contrario de renunciar al primer aún está lejos de quedar agotado.
La obra comienza situándonos elemento explicativo. En las notas Son muchos los interrogantes que
en el panorama historiográfico in- finales, Ismael Saz lo expresa con siguen en el aire. Nuevos estudios
ternacional en que se inserta. Nos contundencia: “no solo el miedo y de caso que empleen nuevos en-
introduce en las perspectivas y ca- la represión, pero también el mie- foques y perspectivas y exploren
tegorías empleadas para el análi- do y la represión”. fuentes novedosas (caso de la pren-
sis de los comportamientos y acti- sa extranjera, sobre cuyo potencial
tudes ciudadanas bajo regímenes se nos ilustra en uno de los capí-
no democráticos como el fascista o tulos) podrán acercarnos más a la
el nazi, haciendo un recorrido que ambiciosa pretensión de conocer el
va desde los estudios pioneros has- “estado de ánimo” de los españoles
ta el estado actual de la cuestión. bajo la dictadura franquista.
El trabajo alberga un importan- La tarea que se persigue se anto-
te componente psicológico, que se ja harto difícil, pero ello no ha de
hace patente, sobre todo, a la hora ser óbice para persistir en el empe-
de comprender la participación de ño. De un lado, resulta alentador
hombres corrientes no “especialis- conocer la madurez de los logros
tas en la violencia” en una guerra alcanzados. De otro, no puede ne-
fratricida y la simultánea y su- garse cierto desaliento motivado
cesiva represión contra sus igua- por el reto que suponen las nuevas
les, cuestiones ambas tratadas en preguntas que van surgiendo a
los dos primeros capítulos, tras medida que se avanza en la investi-
cuya lectura quedamos más cerca gación. Como dijo Aristóteles, “los
de comprender cómo fue posible grandes conocimientos engendran
aquella barbarie. las grandes dudas”.
a p r op ó si t o
Distintas fosas,
el mismo horror
El ritual humanizador de las exhumaciones
abril
2014
94
S
ierra de Cádiz. Zona boscosa en la ca- tumbas del cementerio, fueron asesinadas truir, sobre esa comprensión, memoria
rretera de Grazalema a Ronda. Finca una a una, mientras un niño atónito con- resistente y digna.
de El Retamalejo. Verano del 36. En un templaba aterrorizado la escena, subido Las excavaciones de estas fosas mues-
horno de carbón vegetal, y a 50 metros de en un árbol. Todas eran del vecino pueblo tran variantes acerca del número de víc-
la conocida como Curva de las Mujeres, de Guillena. El proceso de localización, ex- timas o sobre si las humillaciones cons-
donde habían sido fusiladas, fueron en- humación e identificación de los cuerpos tituían o no la antesala de la muerte; no
terradas sin nombre quince mujeres y un ha durado prácticamente una década. Los obstante, más allá de estas variantes, los
adolescente. Los dieciséis cuerpos se iden- cuerpos de las 17 mujeres de Guillena y dos hechos presentan rasgos comunes lo que,
tificaron en septiembre de 2008. Ahora ya-
cen enterrados juntos, como fueron asesi-
nados, en el cementerio de Benamahoma.
Fuentes de Andalucía, Sevilla. Finca El
Consideraron a las mujeres botín de guerra, cosificándolas,
Aguaucho, carretera de La Campana. Vera- deshumanizándolas; convirtieron su cuerpo de mujeres en un
no del 36. Fueron arrojadas a un pozo cinco campo de batalla más, usándolo como medio y como mensaje
a p r o p ó s i t o
AH
abril
2014
95
Exhumación de las 17 mujeres de Guillena fusiladas en Gerena.
unido a su reiteración, hace que se pueda Pero el ritual tenía además una dimen- Muchas eran mujeres jóvenes; probable-
pensar en la escenificación de un ritual. sión más global: los vencedores, que esta- mente la mayoría no había conocido otros
Como en todos los rituales, los actuantes, ban apropiándose del espacio público-polí- horizontes que los de su pueblo, donde to-
mediante gestos simbólicos, escenifica- tico de los vencidos por la vía de las armas dos los caminos llevaban a lugares familia-
ron su poder, cifrado en su capacidad de —en la medida en que cada nueva conquis- res. Quizás salieran a la calle para festejar
generar sufrimiento. Consideraron a las ta suponía expropiación de un territorio y, la llegada de la República. Algunas de ellas
mujeres botín de guerra, cosificándolas, finalmente, del Estado—, al acceder a las habrían votado por primera vez tres años
deshumanizándo - antes. Todas estrena-
las; convirtieron su ban tal vez el pálpito
cuerpo de mujeres ¿Qué mujer de Fuentes de Andalucía, de Grazalema, de Guillena, de que había muchas
en un campo de ba- cosas por estrenar,
se atrevería en lo sucesivo a levantar la voz, a decir lo que pensaba,
talla más, usándolo soñando un mundo
como medio y como a salir a la calle, a no ir a misa, a sentirse como un ser libre? diferente, que se ha-
mensaje. Para los bía vuelto inespera-
varones vencidos, damente ancho.
era el medio por el cual se les humillaba mujeres, accedían también el espacio pri- Y no tuvieron miedo de empezar a reco-
nuevamente tras la derrota. Para las muje- vado de estos. Eso y no otra cosa significaba rrer el nuevo camino: salir a la calle a mos-
res, vencidas o mujeres de los vencedores, la violación, el sometimiento de los fami- trar su alegría republicana, asistir a los mí-
el recuerdo del castigo sufrido por sus con- liares de los vencidos al hambre, la posibi- tines, levantar el puño, afiliarse incluso a
géneres y el terror paralizante ante actos lidad de perder a los hijos: el dominio sobre las Juventudes, como lo habían hecho otras
tan bárbaros les impediría en muchos años el espacio privado e íntimo, representado amigas, decir en voz alta lo que pensaban:
intentar romper de nuevo los estrechos lí- por el control sobre la domesticidad y el ac- que estaba bien que las mujeres pudieran
mites de su confinamiento doméstico. ceso violento a la intimidad de las vencidas. votar, que pudieran trabajar igual que los
¿Qué mujer de Fuentes de Andalucía, Los apellidos de las víctimas nos hablan hombres, que hubiera divorcio, que eligie-
de Grazalema, de Guillena, se atrevería en de entramados familiares: madres e hijas, ran si casarse o no y cómo hacerlo, que sus
lo sucesivo a levantar la voz, a decir lo que primas, hermanas, esposas; sin ellas sa- hijos no tuvieran una marca infamante por
pensaba, a salir a la calle, a no ir a misa, berlo, el parentesco se había convertido en haber nacido fuera del matrimonio. Ellas no
a sentirse como un ser libre, con voluntad una de las causas de su muerte. Pero ser la sospechaban seguramente que estos gestos
y capacidad de pensamiento? El miedo que hermana, la madre o la hija de un rojo era y estos pensamientos les pudieran acarrear
paraliza, que impide pensar, discernir, al- algo tan determinante para morir que ni algún problema.
canzar la magnitud de la arbitrariedad y la siquiera los asesinos se contuvieron ante Por eso, quizás, no tuvieran tiempo
violencia, será en lo sucesivo la garantía la maternidad próxima o la juventud de de pensar qué les iba a pasar, ni siquiera
del silencio y el sometimiento. algunas de las asesinadas. cuando vinieran a por ellas. A fin de cuen-
a p r op ó si t o
tas, quienes se las llevaban eran hombres cada a sus labores. Pero para esas otras, que Y así se ha ido tramando un relato en
conocidos, de su pueblo o de los pueblos habían estado “tiradas a la calle”, hablando el que estos episodios se darán por no su-
vecinos. Quizás les dijeran que las solicita- y haciendo lo que no debían, a esas les po- cedidos, porque para qué remover, para
ban para hacer de cocineras, para hacerles día pasar cualquier cosa; por eso, porque se qué hablar de ello, que bastante hubo con
unas preguntas. señalaron, porque creyeron que podían ser lo que pasó, que mejor no pronunciar sus
Quizás no sospecharan nada porque ig- como los hombres, porque traspasaron una nombres, porque, a fin de cuentas, sus
noraban que habían dejado de ser seres hu- línea prohibida, para entrar de lleno en el cuerpos no están, aunque se supo que se
manos; que, a costa de ellas, se iniciaba la territorio de las “individuas de dudosa mo- fueron al otro mundo habiendo sido man-
escritura de un nuevo capítulo en la larga ral”. A partir de ahí, lo que les ocurriera se cilladas, atacadas en su pudor y escarneci-
historia de violencia y humillación que las lo habrían ganado a pulso. En cambio, pen- das después de muertas, como ya se encar-
mujeres han padecido en todos los tiempos, sarían otras, nada debemos temer noso- garon en ocasiones de declarar sus propios
en todas las guerras, desde que el pueblo tras, señoras y señoritas, hijas, madres y espo- verdugos.
ANDALUCES
El Centro de Estudios Andaluces
presenta la nueva colección
‘Cuadernos de Andalucía en Andaluces contra el caciquismo
la Historia Contemporánea’ La construcción de la cultura democrática
en la Restauración
cuyo objetivo es abrir el debate Salvador Cruz Artacho (coord.)
para la construcción de un
discurso nuevo y renovado
de la historia de Andalucía
en línea con las investigaciones
más recientes y de la mano
de expertos en cada una de
La Constitución de 1812
las materias. Clave del liberalismo en Andalucía
Alberto Ramos Santana (coord.)
Andaluzas en la historia
Reflexiones sobre política, trabajo y
acción colectiva
María Dolores Ramos Palomo (coord.)
Industrialización y desarrollo
económico en Andalucía
Un balance y nuevas aportaciones
Andrés Sánchez Picón (coord.)