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Normas convencionales reguladoras del Derecho

Internacional Humanitario en la actualidad. Contenido


esencial de cada una.
El derecho internacional humanitario (DIH), también denominado derecho de los
conflictos armados o derecho de la guerra históricamente comprendía dos ramas
distintas: el derecho de Ginebra y el derecho de la Haya pero en la actualidad no existe
distinción.

El derecho internacional humanitario se basa en numerosos tratados, particularmente


en los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos adicionales que son los
principales instrumentos del derecho internacional humanitario. El núcleo del DIH está
formado por los Convenios de Ginebra adoptados en 1949. También se basa en otros
convenios y protocolos que abarcan aspectos específicos del derecho de los conflictos
armados. Existe además un sustancial cuerpo de derecho consuetudinario que es
vinculante para todos los Estados y las partes que intervienen en los conflictos.

Desde 1949, se han sumado tres Protocolos a los Convenios de Ginebra. El Protocolo
adicional I, de 1977, se relaciona con la protección de las víctimas de los conflictos
armados internacionales. El Protocolo adicional II, del mismo año, se refiere a la
protección de las víctimas de los conflictos armados no internacionales. El Protocolo
adicional III, de 2005, creó un nuevo emblema protector, el cristal rojo, que se sumó a
los emblemas existentes, la cruz roja y la media luna roja.

El DIH también comprende una serie de tratados relacionados con armas específicas,
tácticas o personas y bienes protegidos, como:

 El convenio IV relativo a las leyes y usos de guerra terrestre de 1907


 La convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio de
1948
 la Convención de La Haya sobre la protección de bienes culturales en caso
de conflicto armado, de 1954,
 la Convención de 1972 sobre armas biológicas,
 la Convención de 1980 sobre armas convencionales,
 la Convención de 1993 sobre armas químicas,
 el Convenio de Ottawa sobre la prohibición de minas antipersonal, de 1997.
 Estatuto de la Corte Penal Internacional de 1998 en el que se definen los
crímenes de guerra en los conflictos armados internacionales y no
internacionales.

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 Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo
a la participación de los niños en los conflictos armados de 2000
 La Convención de Oslo sobre la Prohibición de las Municiones en Racimo
de 2008

En este trabajo sólo me centraré en:

1. Los 4 convenios de Ginebra


2. Los 3 protocolos adicionales
3. La convención de la Haya sobre la protección de bienes culturales en
caso de conflicto armado, de 1954,
4. El convenio IV relativo a las leyes y usos de guerra terrestre de 1907

1. LOS 4 CONVENIOS DE GINEBRA

1.1 Origen de los Convenios de 1949

En 1874, una Conferencia Diplomática, celebrada en Bruselas, aprobó un Proyecto


de declaración internacional relativa a las leyes y costumbres de la guerra. Ese texto no
fue ratificado porque algunos Gobiernos presentes en la conferencia no deseaban verse
obligados por un convenio.

En 1934, la XV Conferencia Internacional de la Cruz Roja, reunida en Tokio, aprobó


el Proyecto de convenio internacional relativo a las personas civiles de nacionalidad
enemiga que se hallan en el territorio de un beligerante o en el territorio ocupado por
éste. Ese proyecto no se aprobó porque los Gobiernos se opusieron a la convocación de
una Conferencia Diplomática que hubiera podido conducir a su aprobación.

En 1949, una conferencia diplomática internacional, sobre la base de los tratados


anteriores para la protección de las víctimas de las guerras, revisó y actualizó los
instrumentos existentes, creando cuatro nuevas convenciones constituidas por 429
artículos conocidos como los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949.

Los Convenios de Ginebra se aplican en todos los casos de guerra declarada, o en


cualquier otro conflicto armado entre países. Además, se aplican en aquéllos casos de
ocupación parcial o total de un país por soldados de otro país, aun cuando no haya
resistencia armada a esa ocupación.

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Las normas establecidas en los cuatro Convenios de Ginebra se aplican a los
conflictos armados internacionales, definidos como el uso de la fuerza armada entre dos
o más Estados. Sólo una disposición de los Convenios de Ginebra, el artículo 3 común a
los cuatro Convenios, se aplica a los conflictos armados no internacionales

1.2 Artículo 3 común

El artículo 3 es común a los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 y regula los


principios mínimos en conflictos no internacionales. Sólo se aplica a los conflictos no
internacionales y es el único artículo aplicable a estos conflictos, siempre que un
acuerdo especial entre las partes no ponga total o parcialmente en vigor, para ambas
partes, otras disposiciones convencionales. La obligación para cada una de las partes es
incondicional, se obliga mediante un Convenio internacional a una parte no signataria
de la que ni siquiera se exige que represente a una entidad jurídica capaz de
comprometerse internacionalmente.

El artículo 3 garantiza a las personas protegidas, un trato humano y asistencia a los


heridos y enfermos. En virtud de este artículo, quienes hayan depuesto las armas o las
personas que se encuentren fuera de combate por enfermedad o heridas deberán ser
objeto de trato humanitario, sin distinción alguna de índole desfavorable basada en la
raza, el color, la religión o la creencia, el sexo, el nacimiento o la fortuna o cualquier
otro criterio análogo.

1.3 Primer Convenio de Ginebra - Convenio de ginebra del 12 de agosto de 1949


para aliviar la suerte que corren los heridos y los enfermos de las fuerzas armadas
en campaña

El I Convenio de Ginebra protege, durante la guerra, a los heridos y los enfermos de


las fuerzas combatientes. Este Convenio es la versión actualizada del Convenio de
Ginebra sobre los combatientes heridos y enfermos, posterior a los textos adoptados en
1864, 1906 y 1929. Consta de 64 artículos, que establecen que se debe prestar
protección a los heridos y los enfermos, pero también al personal médico y religioso, a
las unidades médicas y al transporte médico. Este Convenio también reconoce los
emblemas distintivos. Tiene dos anexos que contienen un proyecto de acuerdo sobre las

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zonas y las localidades sanitarias, y un modelo de tarjeta de identidad para el personal
médico y religioso. armadas en campaña.

En las disposiciones generales nos habla de los casos en los que se aplicará este
Convenio así como de la inalienabilidad de derechos. Se aplicará en caso de guerra
declarada o de cualquier otro conflicto armado que surja entre dos o varias Altas Partes
Contratantes, aunque una de ellas no haya reconocido el estado de guerra. Se aplicará
también en todos los casos de ocupación total o parcial del territorio de una Alta Parte
Contratante, aunque tal ocupación no encuentre resistencia militar. Los heridos y los
enfermos, así como los miembros del personal sanitario y religioso, no podrán, en
ninguna circunstancia, renunciar parcial o totalmente a los derechos.

El Primer Convenio de Ginebra protege a los soldados que no participan en las


hostilidades, es decir que se encuentran fuera de combate. Los 10 artículos de la versión
original del Convenio de 1864 se han ampliado en el Primer Convenio de Ginebra de
1949 a 64 artículos que brindan protección a:

• soldados heridos y enfermos;


• personal permanente o temporero, equipos y centros médicos, barcos hospital
• personal de apoyo civil de los enfermos y heridos que acompañan a las fuerzas
armadas;
• capellanes militares;

• civiles que en forma espontánea toman las armas para repeler una invasión.

En relación a los edificios y el material que hayan caído en poder de la Parte


adversaria serán destinados a los heridos y a los enfermos.

Se protegerá a los medios de transporte de heridos y de enfermos o de material


sanitario, así como aquellas móviles o las aeronaves sanitaria.

Se establece el signo distintivo del servicio sanitario para poder ser reconocidos: la
cruz roja o la media luna roja o el león y sol. Todo el personal relacionado con el apoyo
sanitario llevará el distintivo identificativo.

Las Partes interesadas podrán concertar acuerdos entre sí para el reconocimiento de


las zonas y de las localidades sanitarias así designadas organizadas para proteger contra
los efectos de la guerra a los heridos y a los enfermos. El personal sanitario no será
retenido y el personal temporero será considerado como prisionero de guerra.

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En el anejo 1 se establece el Proyecto de acuerdo relativo a las zonas y localidades
sanitarias donde se determina quienes son las personas que pueden permanecer en ellas:
los heridos, los enfermos, el personal encargado de la organización y de la
administración de dichas zonas y localidades, y de la asistencia a las personas que en
ellas haya, así como las personas cuya residencia permanente esté en el interior de esas
zonas. También establece las condiciones y las obligaciones y que nunca podrán ser
atacadas.

1.4 Segundo Convenio de Ginebra - Convenio de Ginebra para aliviar la suerte


que corren los heridos, los enfermos y los náufragos de las Fuerzas Armadas en el
mar, aprobado el 12 de agosto de 1949

El presente Convenio sustituye al X Convenio de La Haya del 18 de octubre de 1907


para la adaptación a la guerra marítima de los principios del Convenio de Ginebra de
1906, en las relaciones entre las Altas Partes Contratantes. El Segundo Convenio de
Ginebra adapta las protecciones del Primer Convenio de Ginebra a las situaciones
aplicables en el mar. Protege a los combatientes heridos y enfermos mientras se
encuentran a bordo o en el mar. Sus 63 artículos se aplican a:

• miembros de las fuerzas armadas, milicias, voluntarios que sean heridos, enfermos
o náufragos;
• barcos hospitales y personal médico; personal religioso, médico y sanitario que
preste asistencia médica o espiritual

• civiles que acompañan a las fuerzas armadas.

Se remarca que al hablar de naufragio hace referencia a “a todo naufragio, sean


cuales fueren las circunstancias en que se produzca, incluido el amaraje forzoso o la
caída en el mar.”

Los heridos de la parte que sean si son apresados serán tratados como prisioneros de
guerra. Es importante que después de un combate se hará una búsqueda de vístimas para
socorrerlas.

Los barcos hospitales no podrán ser atacados y también se protege a los


establecimientos sanitarios costeros, las embarcaciones costeras de salvamento, Barcos

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fletados para el transporte de material sanitario, Aeronaves sanitarias. Cuando un barco
hospital se encuentre en un puerto ocupado, podrá ser autorizado a salir de ese puerto.

El personal sanitario y religioso estará identificado con el signo distintivo de la cruz


roja y una tarjeta especial provista del signo distintivo. Los barcos hospitales y las
embarcaciones también deben distinguirse a través del distintivo.

1.5 Tercer Convenio de Ginebra - Convenio de Ginebra relativo al trato debido a


los prisioneros de guerra, aprobado el 12 de agosto de 1949.

El Tercer Convenio de Ginebra contiene normas específicas relacionadas con el trato


debido a los prisioneros de guerra. Los 143 artículos del Convenio establecen que los
prisioneros de guerra deben recibir trato humanitario, alojamiento adecuado y
alimentos, vestimenta y atención médica apropiados. Además, sus disposiciones
establecen pautas sobre el trabajo, la disciplina, la recreación y los juicios penales a los
que se someterán los prisioneros.

Se considerará que se trata de prisioneros de guerra a partir del momento en que


caigan en poder del enemigo y hasta su liberación y su repatriación definitiva y no
podrán renunciar en ningún momento a sus derechos. Los prisioneros de guerra
incluyen a:

• los miembros de las fuerzas armadas;

• las milicias voluntarias, incluidos los movimientos de resistencia, los voluntarios;

• los civiles que acompañan a las fuerzas armadas sin formar realmente parte
integrante de ellas, tales como los miembros civiles de tripulaciones de aviones
militares, corresponsales de guerra, proveedores, miembros de unidades de trabajo o de
servicios encargados del bienestar de los militares.

• los miembros de las tripulaciones, incluidos los patrones, los pilotos y los grumetes
de la marina mercante, y las tripulaciones de la aviación civil de las Partes

• la población de un territorio no ocupado que, al acercarse el enemigo, tome


espontáneamente las armas para combatir contra las tropas invasoras, sin haber tenido
tiempo para constituirse en fuerzas armadas regulares, si lleva las armas a la vista y
respeta las leyes y las costumbres de la guerra.

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Los miembros del personal sanitario y religioso retenidos en poder de la Potencia
detenedora para asistir a los prisioneros de guerra no serán considerados como
prisioneros de guerra. Sin embargo, disfrutarán, por lo menos, de todas las ventajas y de
la protección del presente Convenio.

Los prisioneros de guerra están en poder de la Potencia enemiga que es la


responsable del trato que reciban y deben ser tratados humanamente en todas las
circunstancias, tanto por los actos como por las omisiones y tienen derecho también al
respeto de su persona y de su honor y a alojamiento, alimentación y vestimenta así
como medidas de higiene y asistencia médica.

Se habla específicamente del trato que deben tener las mujeres que como mínimo
debe ser el mismo que los hombres.

En relación al cautiverio se establecen las normas de comienzo del mismo, las del
propio internamiento, las de traslado y las de fin de cautiverio.

Se establece que se podrá emplear como trabajadores a los prisioneros de guerra


físicamente aptos, así como cuáles son los trabajos autorizados y las condiciones.

Los prisioneros podrán ver limitada la cantidad de dinero en efectivo disponible pero
nunca se les podrá retirar sino ingresarlo a parte. También podrán mantener relaciones
con el exterior con sus familiares y con la Agencia Central de Prisioneros de Guerra.

Los prisioneros de guerra tienen derecho a quejarse de sus condiciones de cautiverio


y exigir que se cumpla lo marcado en el Convenio. De la misma manera que deben
saber cuáles son sus derechos también deben saber cuáles son sus obligaciones y que
pueden ser sancionados disciplinariamente si no las cumplen, así como a los castigos a
los que pueden ser sometidos. Los prisioneros de guerra arrestados a causa de un castigo
disciplinario continuarán beneficiándose de las disposiciones del presente Convenio.

Se regulan la liberación y repatriación de los prisioneros de guerra después de


finalizadas las hostilidades y el fallecimiento de prisioneros de guerra.

Se establece la creación de cada una de las Partes en conflicto de una oficina oficial
de información por lo que respecta a los prisioneros de guerra que estén en su poder así
como se instituirá en cada país neutral una Agencia Central de Información por lo que
respecta a los prisioneros de guerra.

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Todas estas medidas estarán sometida a un control para garantizar su cumplimiento
que en caso de no cumplirse pueden llegar a dar lugar a sanciones penales.

Finalizando el convenio se encuentran los anejos que establecen los acuerdos de


repatriación directa y a la hospitalización en país neutral de los prisioneros de guerra
heridos o enfermos, el Reglamento relativo a las Comisiones médicas mixtas, el
Reglamento relativo a los socorros colectivos para los prisioneros de guerra, los
modelos de diferentes tarjetas de identidad y el Reglamento relativo a los pagos
remitidos por los prisioneros de guerra al propio país.

1.6 Cuarto Convenio de Ginebra - Convenio de Ginebra relativo a la protección


debida a las personas civiles en tiempo de guerra, aprobado el 12 de agosto de
1949.

Los civiles que se encuentran en zonas de conflicto y territorios ocupados gozan de


la protección conferida por los 159 artículos del cuarto Convenio de Ginebra.

El artículo 4 y el 13 definen las personas que son protegidas por este Convenio:
El presente Convenio protege a las personas que, en cualquier momento y de la manera que sea,
estén, en caso de conflicto o de ocupación, en poder de una Parte en conflicto o de una Potencia
ocupante de la cual no sean súbditas.
No protege el Convenio a los súbditos de un Estado que no sea parte en él. Los súbditos de un
Estado neutral que estén en el territorio de un Estado beligerante y los súbditos de un Estado
cobeligerante no serán considerados como personas protegidas, mientras que el Estado de que sean
súbditos tenga representación diplomática normal ante el Estado en cuyo poder estén.
Sin embargo, las disposiciones del Título II tienen un ámbito de aplicación más extenso, definido en
el artículo 13 que dice que las disposiciones del presente Título se refieren al conjunto de la población
en conflicto, sin distinción desfavorable alguna, especialmente en cuanto a la raza, la nacionalidad, la
religión o la opinión política, y tienen por objeto aliviar los sufrimientos originados por la guerra.

Se establecen zonas y localidades sanitarias y de seguridad, así como zonas


neutralizadas.

El Titulo III establece el estatuto y trato de las personas protegidas que deberán ser
tratadas con humanidad y respetar sus derechos, prohibición de castigos corporales, de
tortura… También habla de los extranjeros en el territorio de una Parte en conflicto, de
los detenidos. Se podrá recurrir a la residencia forzosa o el internamiento por motivos
de seguridad.

El Convenio también se aplicará a las personas que estén en un territorio ocupado.


Existe un artículo concreto que habla de la atención que deben tener los niños.

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La Potencia ocupante tiene el deber de abastecer a la población en víveres y
productos médicos y también el deber de asegurar y mantener, los establecimientos y
los servicios médicos y hospitalarios, así como la sanidad y la higiene públicas en el
territorio ocupado.

El internamiento o el encarcelamiento serás las únicas medidas privativas de libertad


que puedan realizarse. No se puede prever la pena de muerte con respecto a las personas
protegidas más que en los casos en que éstas sean culpables de espionaje, de actos
graves de sabotaje. Se establece el trato que debe darse a los detenidos, así como a los
internados. Los internados deben estar agrupados por nacionalidad, idioma o
costumbres en lugares seguros y de forma separada a los detenidos. Se establecen las
condiciones básicas de supervivencia como el alojamiento, la vestimenta, la asistencia
médica y la religión, las actividades intelectuales y físicas y la prohibición de trabajar a
no ser que los internados lo acepten.

Se regulan los lugares de internamiento, las relaciones con el exterior, el traslado de


los internados y la liberación, repatriación y hospitalización en país neutral.

En todos los casos de ocupación, cada una de las Partes en conflicto constituirá una
oficina oficial de información encargada de recibir y de transmitir datos relativos a las
personas protegidas que estén en su poder. Se instalará en cada país neutral una Agencia
Central de Información por lo que respecta a las personas protegidas, en especial los
internados.

La aplicación del Convenio se puede someter a control y sancionar en caso de


incumplimiento.

Para finalizar el Convenio existen varios anejos; Proyecto de acuerdo relativo a las
zonas y localidades sanitarias y de seguridad, el Proyecto de reglamento relativo a los
socorros colectivos para los internados civiles y el anejo 3 en el que se muestra el
modelo de tarjeta de internamiento.

2. LOS PROTOCOLOS ADICIONALES A LOS CONVENIOS DE GINEBRA

2.1 Origen de los Protocolos

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En 1977, una conferencia diplomática internacional adoptó dos protocolos
complementarios a los Convenios de Ginebra para brindar mayor protección a las
víctimas de conflictos armados internos e internacionales. Mejoran significativamente la
protección jurídica conferida a los civiles y los heridos y, por primera vez, establecen
normas humanitarias aplicables en guerras civiles. Fueron adoptados para adaptarse a
los conflictos modernos. Además, la mayoría de los países que se independizaron
después de 1945, habían suscrito los Convenios de Ginebra a través de las potencias
coloniales; por ello, la adopción de los Protocolos también fue una ocasión para que
esos países contribuyeran al desarrollo del derecho. La obligación de distinguir entre
combatientes y civiles en una de las normas más importantes de los Protocolos
adicionales.

Un tercer Protocolo adicional fue adoptado en 2005. Este tratado establece un


emblema adicional, el cristal rojo, que tiene el mismo estatuto que los emblemas
existentes, la cruz roja y la media luna roja.

2.2 Protocolo I - Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto


de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados
internacionales

El Protocolo I consta de 102 artículos y extiende la protección a la población civil,


así como al personal médico militar y civil en los conflictos armados internacionales.
Impone límites a la manera de conducir las operaciones militares. Este tratado se
originó por la aparición de nuevos métodos de combate y la antigüedad de las normas
aplicables a la conducción de las hostilidades.

Amplía la definición de conflicto armado internacional, consignada en los Convenios


de Ginebra. Se aplicará en los conflictos armados en que los pueblos luchan contra la
dominación colonial y la ocupación extranjera y contra los regímenes racistas, en el
ejercicio del derecho de los pueblos a la libre determinación.

Se define que es lo que se entiende por heridos, enfermos, náufragos, personal


sanitario, personal religioso, así como unidades, transporte y personal sanitarios y sus
signos distintivos y como se debe actuar ante ellos.

Las Partes contratantes deberán preocuparse por el derecho que asiste a las familias
de conocer la suerte de sus miembros; desaparecidos y fallecidos.

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Se prohíben los ataques indiscriminados contra la población civil y la destrucción de
alimentos, agua y otros elementos necesarios para la supervivencia. Los métodos o
medios de hacer la guerra no son ilimitados, se establecen prohibiciones de uso de
determinadas armas.

Se establece el estatuto de combatiente y de prisionero de guerra. Se define que todo


combatiente será prisionero de guerra. Los combatientes están obligados a distinguirse
de la población civil y en el caso que no pueda ser así se describe la situación en la que
continuarán considerándose prisioneros de guerra y por lo tanto estará protegido por el
III Convenio. Hace mención al hecho que los espías no serán considerados prisioneros
de guerra ni tampoco los mercenarios.

Se describe la protección de la población civil frente a las hostilidades y quién se


considerará población civil. Se prohíben los ataques indiscriminados, los ataques como
forma de represalia.

Se habla de los bienes de carácter civil que serán protegidos: los bienes culturales y
de los lugares de culto, los bienes indispensables para la supervivencia de la población
civil, del medio ambiente natural, las obras e instalaciones que contienen fuerzas
peligrosas

Se definen las localidades y zonas bajo protección especial: Localidades no


defendidas y zonas desmilitarizadas.

Se brindan protecciones especiales para las mujeres, los niños y el personal médico
civil, y se establecen medidas de protección para los periodistas que serán considerados
civiles. Se prohíbe el reclutamiento de niños menores de 15 años de edad para las
fuerzas armadas.

Se establecen garantías fundamentales: los atentados contra la vida, la salud y la


integridad física o mental de las personas, en particular; los atentados contra la dignidad
personal, en especial los tratos humillantes y degradantes, la prostitución forzada y
cualquier forma de atentado al pudor; la toma de rehenes; las penas colectivas y las
amenazas de realizar los actos mencionados.

Se considera crimen de guerra el uso de cualquiera de los emblemas protectores


reconocidos por los Convenios de Ginebra para engañar a las fuerzas oponentes o
utilizar otras formas de traición.

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2.3 Protocolo II - Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto
de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin
carácter internacional

La mayoría de los conflictos armados posteriores a la II Guerra Mundial han sido de


carácter no internacional. El Protocolo II amplía y complementa las protecciones sin
carácter internacional incluidas en el artículo 3 común a los cuatro Convenios de
Ginebra de 1949.

El Protocolo II consta de 28 artículos y amplía las protecciones otorgadas a las


víctimas atrapadas en conflictos internos de alta intensidad, como guerras civiles. No se
aplica a disturbios internos tales como motines, manifestaciones, y actos aislados de
violencia. El objetivo del Protocolo II es hacer aplicar las normas principales del
derecho de los conflictos armados a los conflictos internos

Establece que las personas que no participen directamente en las hostilidades, o que
hayan dejado de participar en ellas, tienen derecho a un trato respetuoso. Deberán
tratarse con humanidad en toda circunstancia. El Protocolo II prohíbe de forma
específica la violencia contra la vida, la salud y el bienestar físico o mental de las
personas. Se prohíbe los actos de homicidio y tratos crueles, el terrorismo, la toma de
rehenes, la esclavitud, los atentados contra la dignidad personal, los castigos colectivos
y el pillaje. Estas protecciones se consideran garantías fundamentales a favor de todas
las personas.

Siempre que sea posible, se trasladará a los niños temporalmente a zonas más
seguras y se procurará la reunión con sus familias.

Se garantiza a las personas confinadas o detenidas durante conflictos internos el


mismo trato humanitario que se establece en los Convenios de Ginebra.

Se refuerza la protección de los heridos, enfermos y náufragos, así como la del


personal médico y religioso.

Se prohíben los ataques contra los civiles y contra los bienes indispensables para la
supervivencia de la población civil, como las cosechas, las obras de riego o las fuentes
de agua potable, los objetos culturales y los lugares de culto.

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2.4 Protocolo III - Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto
de 1949 relativo a la aprobación de un signo distintivo adicional

En diciembre de 2005, se adoptó un Tercer Protocolo Adicional a los Convenios de


Ginebra que establece otro emblema distintivo: el cristal rojo.

El cristal rojo es un emblema opcional, que goza de la misma consideración que la


cruz roja y la media luna roja. El cristal rojo se utiliza en aquellos contextos en los que
donde podría considerarse que otro emblema tiene connotaciones religiosas, culturales o
políticas. Este nuevo emblema atiende a la necesidad de dar otra opción exenta de toda
connotación y utilizable en todo el mundo.

Las personas y las entidades autorizadas a utilizar el cristal rojo son las mismas que
las que pueden utilizar los emblemas de los Convenios de Ginebra de 1949. Se trata de
los servicios sanitarios de las fuerzas armadas estatales, los hospitales civiles
debidamente autorizados, así como los diferentes componentes del Movimiento
Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

3. LA CONVENCIÓN DE LA HAYA SOBRE LA PROTECCIÓN DE BIENES


CULTURALES EN CASO DE CONFLICTO ARMADO, DE 1954

Es el primer tratado internacional de alcance mundial centrado exclusivamente en la


protección del patrimonio cultural en caso de conflicto armado.

Comprende bienes muebles e inmuebles, esto es, monumentos arquitectónicos,


artísticos o históricos, sitios arqueológicos, obras de arte, manuscritos, libros y otros
objetos de interés artístico, histórico o arqueológico, así como colecciones científicas de
todo tipo, cualquiera que sea su origen o propiedad. Se considera que la protección no
puede ser eficaz a menos que se organice en tiempo de paz y establece una serie
de disposiciones. Se adoptarán medidas de salvaguardia en tiempo de paz.

Se garantiza el respeto a los bienes culturales, evitando su destrucción o deterioro. En


caso de ocupación de un territorio se debe prestar ayuda a las autoridades nacionales
para asegurar la protección de estos bienes.

Se establece la posibilidad de crear refugios especiales para albergar bienes


culturales muebles en caso de conflicto armado, de centros monumentales y otros
bienes culturales inmuebles de importancia muy grande y las condiciones de uso.

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Se garantiza la inmunidad de los bienes culturales bajo protección especial,
absteniéndose, desde el momento de la inscripción en el Registro Internacional, de
cualquier acto de hostilidad respecto a ellos.

Se protege de forma especial el traslado de bienes culturales que se llevara a cabo


bajo la inspección internacional a excepción que sea un caso urgente por estallido de un
conflicto en que se aplicará otro procedimiento.

Se respetará al personal que protege estos bienes.

Se describe como es el emblema de la convención y las ocasiones en que puede ser


utilizado.

En caso de conflicto armado que no tenga carácter internacional y que haya surgido
en el territorio de una de las Altas Partes Contratantes, cada una de las Partes en
conflicto estará obligada a aplicar, como mínimo, las disposiciones de esta Convención,
relativas al respeto de los bienes culturales.

Se establecen unidades especiales de las fuerzas armadas encargadas de la protección


de los bienes culturales así como sanciones por violación de la Convención.

Se podrá recurrir a la ayuda técnica de la Organización de las Naciones Unidas para


la Educación, la Ciencia y la Cultura para organizar la protección de sus bienes
culturales.

4. EL CONVENIO IV RELATIVO A LAS LEYES Y USOS DE GUERRA


TERRESTRE DE 1907

Nace con el propósito de revisar las leyes y costumbres generales de la guerra y está
destinado a servir de regla general de conducta a los beligerantes en sus relaciones entre
sí y con las poblaciones.

Se crea un Reglamento para dar instrucciones a las fuerzas terrestres que deben
cumplir las Partes que subscriban este Convenio.

El Reglamento relativo a las leyes y costumbres de la guerra terrestre (H.IV.R) tiene


57 artículos. Define lo que se entiende por beligerantes, que comprende al ejército, las
milicias y los voluntarios, así como los habitantes de un territorio no ocupado que al
aproximarse el enemigo tomen espontáneamente las armas para combatir las tropas

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invasoras si llevan las armas ostensiblemente y si respetan las leyes y costumbres de la
guerra. Por lo que tanto pueden ser combatientes como no combatiente y tienen el
mismo estatus de prisioneros de guerra.

Se determina que los prisioneros de guerra deben ser tratados con humanidad,
aunque pueden ser internados obligados a trabajar recibiendo una contraprestación
económica.

Los prisioneros de guerra serán sometidos a las leyes, reglamentos y disposiciones


vigentes en el ejército del Estado en cuyo poder se encuentren.

Se establecerá una oficina de información sobre prisioneros de guerra que recibirá


información sobre liberaciones bajo palabra, canjes, fugas…

Las obligaciones de los beligerantes en lo relativo al servicio de enfermos y heridos


se rigen por la Convención de Ginebra.

No se puede utilizar cualquier arma, se determina cuáles son los medios y las armas
prohibidas.

Se define al espía y las acciones que puedan llevarse contra él.

También se define la figura del parlamentario como “el individuo autorizado por uno
de los beligerantes para conferenciar con el otro y que se presente con bandera blanca”.

Se establecen las normas para el armisticio y se define lo que se considera un


territorio ocupado y las acciones que se pueden llevar a cabo en él en relación a sus
habitantes y los bienes y establecimientos.

BIBLIOGRAFÍA

Cruz Roja. http://www.cruzroja.es/principal/web/cruz-roja/inicio


International Committee of the Red Cross. https://www.icrc.org

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