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Mi autobiografía.

Nací hace 26 años, en un caluroso 26 de julio de 1994, en la Maternidad del hospital


Dr. Luis Razzetti en la ciudad de Barinas Edo Barinas, mi nombre es Enderson Ali Flores
Mejías. Soy el primero de dos hermanos, mi nacimiento fue también altamente
deseado por mis padres debido a que mi madre tuvo algunos problemas para procrear
y dos años luego de unirse en matrimonio y posterior a un tratamiento hormonal logro
quedar embarazada de mí. Vivíamos en una pequeña comunidad en crecimiento para
la época llamada “El Corozo” en el municipio barinas. Los dos primeros años de mi vida
fueron muy felices, rodeado de mi familia y empezando a descubrir el mundo que me
rodeaba.
A los cuatro años fui escolarizado en una escuela de la zona, siendo una etapa que
recuerdo como feliz e inocente. Mis notas en aquella época eran relativamente
elevadas, y aprender a leer y escribir supuso el nacimiento de lo que sería una gran
afición: la lectura, Las matemáticas fue una asignatura en la que destacaba sin mayor
dificultad.
Recuerdo también las tardes jugando en el parque con algunos amigos de la escuela,
así como las vacaciones en distintos pueblos.
La adolescencia fue para mí complicada. Dado que pese ser sociable soy
extremadamente reservado, en aquella época me era difícil hacer amistades estables,
teniendo unos pocos amigos que aún hoy en día conservo. Tuve un alto fanatismo a las
actividades físicas algo que hizo que empezara a practicar deporte con gran intensidad
siendo el Tenis el deporte por excelencia el que le dedique más tiempo (algo que
terminaría por convertirse en afición). Asimismo, empezaría a tontear con la poesía y
la literatura, escribiendo e interpretando si bien solo como hobby. Esa etapa también
fue muy emocionante, descubriendo los primeros amores y conociendo durante el
Bachillerato a quien sería el amor de mi vida, con gustos artísticos y una mentalidad
fuerte pese a mostrar un lado frágil que despertaba en mí un fuerte instinto protector,
lo cual al terminar el bachillerato y cumplido los 18 años de edad le pedí que
viviéramos juntos un 24 de febrero del 2013, cuya decisión retraso mis estudios
universitarios dos años.
Otro aspecto que me fue especialmente difícil en aquella época fue la de decidir mi
futuro profesional. Cruzaron por mi cabeza múltiples opciones, como por ejemplo
dedicarme a la matemática (una materia que siempre me gustó), además de opciones
como arquitectura o ingeniería civil. Sin embargo, terminaría por decidirme por
estudiar medicina. Antes de ello tuve que afrontar las pruebas de pre-médico o
Selectividad, las cuales conseguí superar con éxito y con la nota suficiente como para
entrar en dicha carrera.
Conseguí cupo en la Universidad UCS, donde en mi primer año conocería a un gran
número de personas de diferentes orígenes y procedencias y de quienes pude
aprender mucho. Desgraciadamente, sólo conservaría contacto con media docena de
ellos, los cuales se convertirían en amigos cercanos. Tras varios años de carrera y tras
presentarme a la prueba de acceso a las rotaciones en centros de salud públicos y de
formación académica, conseguí entrar como residente de pre-grado en el Hospital Dr.
Luis Razzetti y en el materno infantil. Fue una etapa dura, con guardias constantes y
haciendo frente a situaciones complejas y urgencias médicas que además de aprender
a nivel profesional me hicieron valorar cada vez más la importancia de vivir el
momento. El 6 de diciembre del 2020 presenté la prueba acreditativa EVAF la que
aprobé con éxito convirtiéndome en médico y a la fecha estoy en espera de la carta de
culminación y mi título, para cumplir la ruralidad obligatoria para poder concursar por
una especialidad. Debido a mi insaciable sed de nuevos conocimientos conseguí plaza
para estudiar “Educación mención Ingles” en la UNELLEZ, curso introductorio que dio
inicio el 1 de febrero de 2021 y culmina en marzo el cual espero aprobar con éxito para
dar inicio a la carrera de Ingles.
A día de hoy y a casi cumplirse 8 años mi relación de pareja permaneció a pesar de
que apenas tenía tiempo para mi crecimiento profesional y mis escasos momentos
libre, la relación se mantuvo con la misma emoción e intensidad del inicio. Vivimos
juntos en un hogar donde abunda el amor, comprensión y el respeto, y aunque no ha
crecido la familia, ambos no tenemos ningún tipo de ansiedad por tener un hijo.
Debido a que somos consiente de cumplir diversos propósitos para poder hacer una
planificación familiar. Y en un futuro no muy lejano espero pedirle que sea mi esposa,
ya que soy creyente de los principios fundamentales del matrimonio y la importancia
del mismo. Fin.

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