Un vehículo autónomo, también conocido como robótico, o informalmente
como sin conductor o auto-conducido, es un automóvil autónomo capaz de imitar las capacidades humanas de manejo y control. Como vehículo autónomo es capaz de percibir el medio que le rodea y navegar en consecuencia. El conductor podrá elegir el destino, pero no se le requiere para activar ninguna operación mecánica del vehículo. En un vehículo autónomo encontramos el conductor virtual, un elemento básico dentro de la definición de coche autónomo y que se refiere al vehículo de nivel 4, dentro de la escala de autonomía. El conductor virtual significa que puede tomar el control de vehículo, como si de un humano se tratara. El sistema de conductor virtual consta de varios elementos.
Lista de elementos del conductor virtual
Tiene dos sensores LIDAR, 3 cámaras montadas en el techo y otra en el
parabrisas que identifican objetos y leen señales de tráfico y radares de corto y largo alcance preparados para ver en la lluvia, niebla o la nieve. Algoritmos: usados para la localización y selección de rutas. Visión computarizada y aprendizaje. Mapas 3D de alta definición. Elevada potencia de cálculo e informática para manejar estos datos.
Los sensores LIDAR (utilizados en la geología y sismología) actualmente son una
de las piezas fundamentales para los coches autónomos, son sus ojos. LIDAR es un acrónimo de Light Detection and Ranging o Laser Imaging Detection and Ranging y permite medir la distancia existente entre el emisor láser y el objeto empleando un haz láser pulsado. Esta distancia se determina midiendo el tiempo de retraso entre la emisión del pulso y su detección por el reflejo de la señal. En el caso de un coche, estos sensores están montados sobre la zona superior del mismo para poder tener una visión de 360 grados sobre lo que sucede alrededor. Cada píxel de los sensores LIDAR de pulsos instalados en los coches registra el tiempo que tarda este pulso láser en recorrer la escena y rebotar en la cámara. Cada uno de estos píxeles recoge muestras de esta corriente entrante tanto a nivel de fotones como de profundidad para poder enviar al ordenador que controla el coche imágenes en 3D del exterior del coche, la ubicación de las mismas y la intensidad de cada reflexión. Este sistema de cálculo es directo y simple debido a la física empleada con la velocidad de la luz. Actualmente cada píxel es capaz de recoger hasta 44 muestras por cada impulso. Esta cantidad de información es la que permitirá al coche autónomo tomar decisiones por lo que cuantos más impulsos puedan recoger los sensores LIDAR mayor información tendrá el ordenador para atajar problemas o tomar decisiones.