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son los efectos en la situación de esta puesta en juego de un nombre-de-más los que van
a tramar un procedimiento genérico y disponer la suspensión de una verdad de la
situación. Pues de entrada, si ningún acontecimiento la suplementa, no hay ninguna
verdad en la situación. Sólo hay lo que llamo su carácter verídico. 16 17 [suplemento =
huella + cuerpo nuevo]
En diagonal, agujereando todos los enunciados verídicos, es posible que advenga una
verdad, desde el momento en que un acontecimiento ha encontrado su nombre
supernumerario. 17
— ¿Acaso no es este sujeto, este individuo que entra en contacto con lo infinito, la meta
de la crítica de la deconstrucción, la crítica de Lacan?
—No lo creo, ya que de ningún modo se trata de la subjetividad en el sentido del sujeto
metafísico o cartesiano, ni siquiera de la conciencia sartreana. Se trata de una suerte de
posibilidad parcial, que es inmanente para el individuo en tanto posibilidad parcial y
necesita la llegada de una intervención externa para manifestarse. Esta es la cuestión del
acontecimiento; y esto equivale a decir que en la vida del animal humano debe ingresar
algo que le abra esa posibilidad. Si admitimos que esta posibilidad puede desarrollarse
por sí misma, volvemos a ser hegelianos. Por eso hay en este proceso un momento de
azar. 17
… hay un llamado para el cual el encuentro amoroso es el mejor ejemplo. Uno se topa
con alguien –a menudo por azar–, y es posible que en el amor se entre en contacto con
la infinitud de la existencia, pero, pese a todo, el azar era necesario para ese encuentro.
17
… esto no es en manera alguna el autodesarrollo del individuo que va más allá del aquí
y el ahora; no, es sólo un impulso. Deleuze decía que uno siempre piensa con un
impulso desde fuera –para él eso es precisamente la categoría del afuera–, y yo creo que
tiene razón. En cierta medida, lo formulé a partir de la categoría del acontecimiento,
pero es la misma idea antihegeliana de que algo tiene que venir desde fuera para que esa
elevación subjetiva del individuo tenga lugar en la realidad. 17 18
Para comprender en verdad la ruptura, también debe preservarse sin más la analítica,
porque se trata de la ruptura de esta estructura, de esta analítica, y no pierde sus
características particulares. En otras palabras, el carácter inteligible de las consecuencias
de la ruptura presupone, a pesar de todo, que uno conoce el carácter inteligible de la
estructura en relación con la cual ocurrió la ruptura. […] ninguna ruptura es total. La
ruptura se produce siempre en determinado punto; tal vez luego puede extenderse,
aunque siempre se produce en un punto. Así, en realidad hay una ruptura, pero el
contexto de esta ruptura, de este lugar de ruptura permanece bajo control, dentro del
marco que el análisis estructural reveló. 25
Creo que en realidad sólo a posteriori se descubre o experimenta la
naturaleza del sujeto, al menos en parte. El sujeto es el propio movimiento, por medio
del cual, en el contexto intelectual, mental, etc., se extraen las consecuencias de la
ruptura. 25
Yo quiero superar esas antinomias. Tal vez la definición más clara de mis metas
filosóficas sea que pretendo mostrar que el sujeto surge en un movimiento real y que
este movimiento real es gobernado por una ruptura intrínseca a ciertos tipos
estructurales, intrínseca a ciertos tipos de determinaciones analíticas. Y para echar luz
sobre este movimiento, para formalizarlo, pueden utilizarse categorías que se
corresponden, antes bien, con diferentes especies de formalización. Por lo tanto es
posible emplear, al mismo tiempo, los medios del análisis dialéctico en el sentido de la
negatividad, de la crítica, de la contradicción, y elementos analíticos en el sentido de la
estructura, de los elementos dominantes de la estructura, etc. 27
… debemos recurrir, como es obvio, al concepto de ruptura del que hablamos ayer. Por
otra parte, una gran obra, una invención, una creación es algo que, a pesar de surgir en
condiciones particulares, necesariamente va más allá de ellas. Esto es lo que yo llamé
“excepción inmanente”. Es una excepción que se encuentra en el interior, no se trata de
una excepción exterior. También podría formularse del siguiente modo: cuando obras
particulares adquieren un valor universal es porque no se dejan reducir por completo a
las condiciones particulares de su surgimiento, sino que también son, al mismo tiempo,
una excepción inmanente en medio de esas condiciones. Por lo tanto, no indican sólo las
condiciones concretas de su existencia, sino también una ruptura dentro de esas
condiciones. Entonces, en realidad, las obras son también acontecimientos 41
Todos pueden tener esa experiencia. Pasa lo mismo cuando uno se enamora. Se trata de
momentos –tal vez no duran mucho tiempo–, pero en esos momentos uno se encuentra
en una excepción viviente del régimen ordinario de la vida, en esos momentos uno se
transforma en alguien que no puede ser reducido a las condiciones concretas de su
existencia, porque uno se encuentra con lo real de la excepción. Y de ese modo uno
también ha comenzado algo. 44
Todo animal humano puede decirse que está excluido que en todas partes y siempre
encuentre sólo atonía, ineficiencia del cuerpo o falta de órganos aptos para tratar puntos.
Incesantemente, en algún mundo accesible, algo adviene. A todo animal humano le es
acordada, muchas veces en su breve existencia, la chance de incorporarse al presente
subjetivo de una verdad. 564
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