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TEMA 1: Filosofía de la religión. Invitación a una tarea actual. – José Gómez Caffarena
a) Filosofía de la religión
Una respuesta a esto último la da la conciencia religiosa. El fiel religioso encuentra sentido
(éste o aquél). El fiel religioso no será juez ecuánime.
b) Ensayo tipológico
Subdivisiones:
c) Proyectos hermenéuticos
d) Desde la explicación
Alfredo Fierro: “Sobre la religión”. Prepondera el momento explicativo. Teoría. Explica, porque
relciona con lo general. Lo religioso en el sistema feneral de la sociedad y la cultura. El
conocimiento sólo es real si lo religioso es apresado también en su propia entidad. Lo religioso
es sustantivo.
Subdivisión:
f) Idealismo objetivo
Escritos de lengua alemana. Wilhelm Dupré: cercanía e implicación con la filosofía primera,
convergencia de religión y realidad de la verdad. Preocupación por lo universal. Noción
“religión” se sintetizan las exigencias de las ciencias humanas y la fenomenología. Filosofía
heredera de la religión, sin desbancarla.
g) Idealismo de la libertad
Kant: pregunta por el hombre presupone la existencia de una substancia humana inmutable.
Pero esa substancia sólo puede ser su propia historia.
Si alguna razón hay todavía para invocar a la razón, lo que está claro es que esta última no será
ya la razón pura sino una razón histórica a su vez.
Variabilidad afecta ciencias naturales y ciencias humanas y sociales, unas como otras han de
enfocarse con perspectiva histórica. Racionalidad: capacidad de innovación, nuevos métodos a
problemas desconocidos. Disposición para cambiar nuestros procedimientos. Variación podría
ser tanto cultural como histórica. “Proliferación de alternativas” de Paul Feyerabend. Fuera de
la ciencia quizás quepa encontrar más racionalidad.
Camino triunfal: desde el mito a la razón no ocurre así. Filosofía, raíces en el mito.
Vilar: la razón carece hoy de garantías + problema de los garantes. En este mundo no hay
garantes. Muerte de Dios: obra de la burguesía + problema de encontrar un sustituto de la
trascendencia pasó a un primer plano. Sólo un racionalismo en minúscula podría ayudar a
zafarnos del problema de los garantes, tras haber despachado al Hombre no menos que a Dios
o a la Razón.
TEMA 3: Tratado de historia de las religiones. – Mircea Eliade
Rasgo común en todas las definiciones: sagrado y profano. Fenómenos religiosos complejos,
evolución histórica.
“Hechos sagrados”: material documental inmenso y heteróclito. Cada documento es una doble
revelación: modalidad de lo sagrado (hierofanía) y situación del hombre respecto de lo
sagrado.
2) Dificultades metodológicas
Hay tabús permanentes. El mecanismo es siempre el mismo: cosas, personas o regiones que
participan de un régimen ontológico distinto y en consecuencia su contacto produce una
ruptura de nivel ontológico que podría ser fatal.
Tendencia contradictoria del hombre respecto a lo sagrado: por un lado intenta incrementar
su propia realidad con un contacto con hierofanías y cratofonías; por otro teme perder
definitivamente esa realidad. Aun deseando superarla, no puede abandonarla del todo.
Las cratofonías de lo insólito se separan del círculo de las experiencias normales. Separación
que a veces tiene efectos positivos, pues las valoriza (ej: fealdad y deformidad).
4) El “mana”
Concepto melanesio de mana: fuerza misteriosa y activa de ciertos individuos, almas de los
muertos y todos los espíritus. Objetos y hombres tienen mana recibido de seres superiores,
porque participan místicamente de lo sagrado.
Todo lo que “es” por excelencia posee mana, todo lo que es eficaz, dinámico, creador,
perfecto.
El mana no aparece en todas las religiones, y aun en aquellas en que aparece no es ni la única
ni la más antigua forma religiosa.
No puede afirmarse la “impersonalidad” del mana, porque esta noción carece de sentido en el
horizonte mental arcaico.
TEMA 4: Lo santo. Lo racional e irracional en la idea de Dios. – R. Otto
Idea teísta de Dios: divinidad concebida por predicados que corresponden a elementos
personales y racionales que el hombre posee en sí mismo. Predicados absolutos: perfectos y
sumos. Conceptos claros y distintos, esencia de la divinidad como racional. Fe como convicción
en conceptos claros, opuesta al mero sentimiento.
Si en alguna esfera de la vida humana existe algo que le sea específico y peculiar es en la
religiosa. El alboroto místico nada tiene que ver con la razón. La religión no se reduce a
enunciados racionales.
Lo santo es una categoría explicativa y valorativa que como tal se presenta y nace
exclusivamente en la esfera religiosa. Elemento específico que se sustrae a la razón: inefable.
“Santo” contiene un excedente de significación. La lengua incorpora lo moral a lo santo
actualmente. Santo “menos” cualquier otro componente racional. Vive en todas las religiones,
es su médula. Nombre que capte y fije la peculiaridad de ese sentido de lo santo, un
neologismo: lo numinoso. Categoría peculiar, explicativa y valorativa. Nuestra incógnita sólo
puede suscitarse, sugerirse.
a) El misterio por sí solo puede ser designado con la palabra “mirum”: asombrarse,
sorprenderse. Analogía: “stupor”, asombro intenso. Misterio, en su acepción general,
significa solamente lo extraño. Pero el misterio religioso es lo heterogéneo en
absoluto, lo extraño y chocante, intenso asombro. No es de las almas o espíritus de
donde brota la religión, de ahí sólo nace la racionalización de la religión. El sentimiento
de lo absolutamente heterogéneo se adherirá a ciertos objetos, ya de suyo
enigmáticos. Sentimiento numinoso, que se une a otro de índole natural. No hay
tránsito gradual del estupor natural al estupor demoníaco. El objeto realmente
misterioso es inaprensible e incomprensible. No pertenece al círculo de nuestra
realidad, sino a otro distinto, que provoca en nuestro ánimo un interés irrefrenable. Lo
sobrenatural y lo supracósmico son definiciones de una realidad absolutamente
heterogénea. “Nada” y “vacío” no son, en realidad, más que ideogramas numinosos
para significar “absolutamente heterogéneo”.
b) En la evolución histórica de la religión el misterio sufre una transformación que no es
sino la exaltación. Tres grados: sorpresa, paradoja y antinomia.
- Lo mirum, inaprensible e incomprensible, escapa a nuestros conceptos porque
trasciende de todas las categorías de nuestro pensamiento.
- No sólo las rebasa, sino que, en ocasiones, parece ponerse en contraposición a
ellas y derogarlas y desbaratarlas. Entonces se convierte en paradójico.
- La forma extrema de esto es la antinomia. No solamente hay afirmaciones
contrarias a la razón, sino que enuncian respecto a su objeto predicados opuestos:
antagonismo inconciliable e irresoluble.
Mirum definido por atributos contrarios. La mística es una teología del mirum.
Contraste armónico. Hecho más singular y notable de la historia de la religión. Al efecto del
numen que conturba y trastorna los sentidos, se añade el efecto dionisíaco que capta los
sentidos, arrebata: lo fascinante del numen.
Las representaciones y conceptos racionales que sirven para esquematizarlo son el amor, la
misericordia, la compasión, la piedad. La emoción religiosa de la beatitud no queda
completamente expresada y agotada por ellos. “Gracia”, “clemencia”, pero al mismo tiempo
algo más que eso.
Este “algo más” tiene sus formas previas en los primeros estadios de la historia de la religión.
El proceso prosigue, y la posesión del numen o el ser poseído por él se convierte en un fin que
se busca por sí mismo. En este momento es cuando empieza la verdadera vida religiosa. Paz
por encima de toda razón.
TEMA 5: Las fomas elementales de la vida religiosa. – Émile Durkheim
Creencias religiosas: suponen una clasificación de las cosas, reales o irreales, profano y
sagrado. La división del mundo en dos dominios. Círculo de los objetos sagrados: su extensión
es infinitamente variable, según las religiones. Cosas sagradas: superiores en dignidad y poder
a las cosas profanas.
El hombre depende de sus dioses, pero esta dependencia es recíproca. Los dioses tienen
necesidad del hombre.
Los dos géneros no pueden aproximarse conservando, al mismo tiempo, su propia naturaleza.
Primer criterio respecto las creencias religiosas. Las cosas sagradas son aquellas protegidas y
aisladas por las prohibiciones; las cosas profanas, aquellas a las que se aplican las prohibiciones
y que deben permanecer a distancia de las primeras. Las creencias religiosas son
representaciones que expresan la naturaleza de las cosas sagradas y las relaciones que
mantienen. Los ritos son reglas de conducta; cómo debe comportarse el hombre con las cosas
sagradas.
TEMA 9: David Hume, o la reflexión escéptica sobre el mundo religioso. – G. López Sastre
Ejemplo del barco. Ensayos infructuosos, lento pero continuo progreso en el arte de hacer
mundos. ¿Por qué no pueden colaborar varias divinidades para organizar y construir un
mundo?
Partes del universo: semejanza mayor con animales y vegetales (que no con una máquina).
Causa: generación o vegetación.
Fuerza original, actividad, materia; sin perder su movimiento ni su fuerza activa, conserva una
apariencia uniforma. Universo como resultado de las revoluciones eternas de una materia sin
guía ninguna.
¿Tiene Dios voluntad de prevenir el mal, pero no poder para ello? Entonces es impotente.
¿Tiene poder para ello pero no lo desea? Entonces es malévolo. ¿Tiene poder para ello y lo
desea? ¿De dónde proviene entonces el mal?
Todo lo que concebimos como existente podemos también concebirlo como no existente. Las
palabras “existencia necesaria” no tienen un significado consistente.
Causas desconocidas que gobiernan todos los fenómenos naturales y distribuyen el placer y el
dolor activa imaginación del hombre: origen de la religión. Semidioses o seres intermedios.
“Dios es”: no añado nada nuevo al concepto de Dios. Lo real no contiene más que lo posible.
Principios originarios a priori, con los cuales estuviese unidos inseparablemente ciertas
proposiciones teóricas que, sin embargo, se sustraen a toda posible penetración de la razón
especulativa.
Si la razón pura puede ser por sí práctica y lo es realmente, como la conciencia de la ley moral
lo manifiesta, entonces es siempre sólo una y la misma razón la que, sea en el aspecto teórico
o en el práctico, juzga según principios a priori y entonces resulta claro que, aunque su
facultad no alcance en el primero a fijar afirmándolas ciertas proposiciones, sin embargo,
como tampoco las contradice, tiene que admitir precisamente estas tesis tan pronto como
ellas pertenezcan inseparablemente al interés práctico de la razón pura, si bien como algo
extraño que no ha crecido en su suelo, sin embargo, como suficientemente justificado,
tratando de compararlas y enlazarlas con todo lo que como razón especulativa tiene en su
poder.
Es posible pensar una ampliación de la razón pura con intención práctica, sin que ello suponga
ampliar su conocimiento como especulativa. A priori una intención, un fin como objeto de la
voluntad representado, como prácticamente necesario por un imperativo categórico: tal es
aquí el supremo bien. Éste no es posible sin presuponer tres conceptos teóricos: libertad,
inmortalidad y Dios. El conocimiento teórico de la razón pura recibe en cualquier caso un
incremento: aquellos conceptos por sí sólo pensables son ahora declarados tales que les
corresponden realmente objetos.
Amor práctico: núcleo de todas las leyes. El precepto que hace de esto una regla tampoco
puede mandar el tener de hecho esa disposición interna, sino sólo el tender hacia ella. Lo que
aquella ley de todas las leyes presenta es la disposición moral en su plena perfección, como un
ideal de santidad no alcanzable por criatura alguna, pero prototipo al que debemos tratar de
aproximarnos y asemejarnos.
4. Teísmo moral: la prueba moral de la existencia de Dios
La ley moral, como condición formal de la razón en el uso de nuestra libertad, nos obliga por sí
sola; pero nos determina también, y a priori, un fin final: tal es el supremo bien posible en el
mundo por la libertad.
La condición subjetiva, bajo la cual el hombre puede ponerse un fin final bajo las leyes dichas
es la felicidad. El supremo bien posible en el mundo es, en su aspecto físico, felicidad; bajo la
condición objetiva de la concordancia del hombre con la ley de la moralidad.
La revelación puede comprender en sí también la religión racional pura. Aquélla como una
esfera más amplia de la fe, que encierra en sí a la última como a una esfera más estrecha:
círculos concéntricos. Ente Razón y Escritura hay compatibilidad y armonía; quien sigue la una
(bajo la guía de los conceptos morales) no dejará de coincidir con la otra.
Ambas tienen a la verdad por objeto, en el sentido de que Dios es la verdad y él solo lo es.
Ambas tratan también de la religión de lo finito, de la naturaleza y del espíritu humano, de su
relación mutua y de su relación con Dios en cuanto verdad suya. Familiaridad: la conciencia se
hace representaciones de los objetos antes de hacerse conceptos de ellos.
Sólo la idea absoluta es “ser”, vida imperecedera, verdad que se sabe a sí misma y es toda la
verdad.
El animal, a pesar de tener sentimientos, tiene tan poca religión como derecho y moralidad.
Lo finito que de aquí se parte es la autoconciencia ética real; la negación, por medio de la cual
la autoconciencia eleva su espíritu a la verdad, es la purificación de su saber respecto de la
opinión subjetiva, purificación que se ha cumplido de manera efectivamente real en el mundo
ético, y ella es la liberación de su voluntad respecto del egoísmo del deseo. La verdadera
religión y verdadera religiosidad procede únicamente de la eticidad y ella es la eticidad
pensante, es decir, la eticidad que se hace consciente de la universalidad libre de su esencia
concreta. Sólo a partir de ella y desde ella deviene sabida la idea de Dios como espíritu libre;
fuera del espíritu ético se buscará en vano verdadera religión y religiosidad…
7. Dios es el espíritu
8. Religión y Estado
Es el conocimiento filosófico el que sabe que Iglesia y Estado no se oponen por el contenido de
la verdad y la racionalidad, pero se diferencian en cambio por la forma… Pero el Estado
mantiene el derecho y la forma de la racionalidad autoconsciente y objetiva, el derecho de
hacerla valer y de afirmarla frente a afirmaciones que nacen de la figura subjetiva de la verdad,
cualquiera sea la seguridad y la autoridad con que se rodean.
Está presente en el deseo aquello mismo que está ausente y, por lo tanto, en el deseo de
conocer lo infinito está contenido el infinito mismo. El deseo expresa lo que ya está presente
en el espíritu, aunque de manera oculta y subconsciente.
6. El Dios contrincante
Dios es y tiene precisamente aquello que el hombre no es ni tiene. Cuanto menos es Dios tanto
más es el hombre; cuanto menos es el hombre tanto más es Dios. Afirmar a Dios significa
negar al hombre.
7. Religión y sociedad
La necesidad y existencia de Dios se apoyan, por tanto, únicamente en la falta de justicia, amor
y sabiduría humanos.
8. Dios y naturaleza
9. Contra la negación del hombre
No se trata ahora ya del ser o no ser de Dios, sino del ser o no ser del hombre. No se trata de si
somos cristianos o paganos, teístas o ateos, sino de que seamos o nos hagamos hombres sanos
en cuerpo y alma, libres, activos y vigorosos. La cuestión sobre el ser o no ser de Dios es en mi
caso únicamente la cuestión sobre el ser o no ser del hombre.
Lo que nominal o teoréticamente son cristianos y creyentes en Dios, son paganos de hecho y
en la práctica; y los nominal y teoréticamente paganos son cristianos prácticos y verdaderos.
Esencia inconsciente. “¿Qué soy yo? ¿De dónde vengo? O ¿para qué estoy aquí?”, no es sino el
mismo sentimiento religioso, el sentimiento de que no soy nada si un no-yo, que es distinto de
mí mismo y que está, sin embargo, estrechamente unido conmigo, que es esencia distinta de
mí y al mismo tiempo esencia propia mía. La conjunción o la unidad del yo y del no-yo es
fundamento de la religión.