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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LAS RELACIONES DE INTERIOR Y JUSTICIA Y PAZ
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD

FORMACION
SOCIOPOLITICA
Discentes

 X
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 X

Unidad Curricular:

Formación Sociopolítica
Facilitador: Prof. Héctor Moreno

Barcelona, Julio 2018-


Introducción

Dentro de la formació n de los futuros Técnicos Superior Universitario en Servicio de


Policía, esta Unidad Curricular tiene como objetivo fundamental, crear un espacio dialó gico-
reflexivo, que permita una aproximació n al aná lisis crítico de las relaciones sociales
presentes en las diferentes formas de gobierno, considerando para ello el modelo capitalista
y las experiencias de los socialismos reales del siglo XX. Este espacio permitirá identificar
retos conceptuales y prá cticos para la sociedad venezolana en general y particularmente
para la policía, en la construcció n de un modelo propio de democracia socialista, llamado
Socialismo del Siglo XXI.
1.- Problemas Sociales y de Seguridad Ciudadana e el Socialismo.

La Constitució n de la Repú blica Bolivariana de Venezuela, en su artículo 55, expresa


que todas las personas tienen derecho a la protecció n por parte del Estado, a través de los
ó rganos de seguridad regulados por Ley, frente a situaciones que constituyan amenazas,
vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas, sus propiedades, el disfrute
de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes. En este el mandato constitucional
también menciona claramente que los ó rganos de seguridad del Estado respetará n la
dignidad humana y los derechos humanos de todas las personas.

En este sentido, se han estructurado las siguientes acciones que buscará n crear las
condiciones institucionales para conformar una estructura nacional, estadal, municipal y
parroquial conformada por los organismos competentes en materia de prevenció n y control
del delito, con una perspectiva integral a fin de garantizar el disfrute y ejercicio de los
derechos de la població n. Puntualmente será n:

Despliegue de la Policía Nacional Bolivariana, policía estadal y policías municipales


para alcanzar una tasa de encuadramiento policial de 4,5 policías por cada 1.000 habitantes.
Para el logro de esta meta se debe contar con 13.521 efectivos en el período 2012-2016.
Teniendo en cuenta que en la actualidad hay 8.413 efectivos, el déficit está en el orden de
5.108 efectivos a ser formados y desplegados en los pró ximos 4 añ os.

Dotació n de vehículos para la labor policial. Se contempla la incorporació n de 1.832


vehículos policiales en el período 2012-2016. Los vehículos incluyen carros, patrullas,
motocicletas, vehículos para la seguridad marítima, ambulancias.

Transformación del sistema de justicia penal y creación de mecanismos alternativos


de resolución de conflictos

Uno de los elementos preponderantes dentro de la prevenció n y reacció n ante el


delito es tener un sistema de justicia que se adapte a las exigencias de las realidades tanto
parroquiales, como municipales, estadales y nacionales. En este sentido, transformar el
sistema de justicia penal para adecuarlo a la garantía efectiva de los derechos humanos
donde la justicia, y en particular los procedimientos penales y los mecanismos alternativos
de resolució n de conflictos, sean accesibles, imparciales, idó neos, transparentes, autó nomos,
independientes, responsables, equitativos y expeditos, sin dilaciones indebidas, ni
formalismos o reposiciones inú tiles, de acuerdo a lo estipulado en la Constitució n de la
Repú blica Bolivariana de Venezuela.

Es por ello que se proponen las siguientes líneas de acción:

Cooperar en Ia instalació n de Casas de Justicia Penal. Una casa por municipio para un total
de 21 casas en todo el estado miranda. Regulará los procesos de la justicia formal penal.

Cooperar en la instalació n de Centros Integrales de Mediació n y Resolució n de Conflictos. Un


centro por municipio para un total de 21 centros en todo el estado Miranda. Regulará los
procesos de la justicia formal no penal: arbitraje, mediació n y resolució n de conflictos para el
fortalecimiento de la convivencia solidaria en las comunidades.

Modernización del sistema penitenciario

Otro de los elementos sustanciales a trabajar y apoyar es la transformació n del


sistema penitenciario venezolano con el fin de garantizar la prestació n de un servicio
penitenciario garante de los derechos humanos de las personas privadas de libertad,
minimizando los efectos nocivos del encarcelamiento y facilitando los medios adecuados
para procurar la rehabilitació n del delincuente y mejorar sus posibilidades de reinserció n
social.

Programas para la transformació n social de los privados de libertad asegurá ndoles una
atenció n integral, garantizando el acceso a la educació n, la formació n socio-productiva, la
recreació n y el trabajo, a un total de 10.000 privados y privadas de libertad.

Sistema nacional de atención integral a la víctima

Como ú ltimo elemento, y no menos importante, está el apoyo que se debe dar a las
víctimas, quienes padecen las consecuencias directas de la violencia y del delito. Es por ello
que se busca asegurar que, mediante una atenció n integral, oportuna y pertinente a las
víctimas de la violencia, se reconozcan y atenú en sus efectos negativos sobre personas y
colectivos. Ademá s se busca incrementar la respuesta efectiva del Estado, para lograr tanto
la reducció n de estos delitos como la impunidad que los acompañ a.

En este marco se proponen las siguientes acciones:

 Implementació n del registro estadal de víctimas de la violencia, vía Web, contacto


telefó nico y visitas casa por casa.
 Atenció n integral a las víctimas en las fiscalías municipales dentro de las Casas de
Justicia Penal por parte de un equipo de profesionales. Poner a disposició n de la
comunidad del estado Miranda un equipo de 80 profesionales para la atenció n de las
víctimas de la violencia delictiva.

2.- Políticas Progresivas y Regresivas de la Seguridad.

Las políticas de seguridad de Venezuela son progresivas, estas medidas son


necesarias para controlar la delincuencia, las opciones sociales genéricas, como
mejoramiento familiar y fortalecimiento de la educació n, predominan entre la població n de
má s alto nivel socioeconó mico, mientras el mejoramiento del empleo predomina entre los
má s pobres. Si bien medidas de regresió n son sugeridas por todos los sectores sociales, los
de má s alto nivel socioeconó mico parecen inclinarse por aquéllas má s moderadas, que
guardan relació n con la efectividad del sistema de justicia dentro del marco de su operació n
ordinaria, mientras los má s pobres parecen inclinarse por aquéllas má s extremas, como
permitir la pena de muerte, restringir las garantías constitucionales y militarizar la lucha
contra la delincuencia
Las políticas requieren ocuparse, por una parte de la reducció n de la desigualdad
social y el incremento del empleo, y por la otra, del fortalecimiento de la policía, en
particular, de su sistema de coordinació n e inteligencia, para lo cual se contaría con
participació n ciudadana. A pesar que la familia, la escuela y los medios de comunicació n son
mencionados dentro del concepto má s general de "seguridad permanente", no hay nada
dentro de las estrategias y las políticas específicas que tomen en cuenta estas instancias
dentro de un modelo preventivo se encuentran centradas en el incremento de la presencia
policial ostensiva como elemento disuasivo, con lo cual pareciera estarse enfatizando el
segundo término de la ecuació n preventiva: la presencia policial.

Los planes de desarme son una política centrada a corto plazo en un control estricto
centrado en el decomiso de armas de porte cotidiano por parte de la policía, evitando su
reciclaje, puede significar una reducció n significativa de los episodios de violencia extrema. Y
a mediano plazo, en la distinció n entre porte (no permitido) y tenencia (admisible en la
residencia, bajo ciertas condiciones) que puede favorecer la restricció n de la circulació n
cotidiana de armas de fuego sin crear mayores resistencias en cuanto a la disposició n de
armas para la defensa personal. Una política sensata debería apuntar a la supresió n del porte
cotidiano de armas entre todos los particulares, al registro de seriales y balístico de las
armas orgá nicas de los funcionarios autorizados, y a la destrucció n rá pida de las armas
ilegítimamente portadas o detentadas. Si bien puede haber un subregistro en la informació n
que suministra la gente sobre las armas que declara tener para defenderse, la consistente
baja proporció n de personas que reporta tenerlas sugiere que los particulares no ven como
la opció n má s ventajosa armarse para enfrentar la delincuencia.

Dentro del marco de propuestas de políticas pú blicas para el control de la criminalidad y la


violencia, el nuevo modelo policial propuesto en el Decreto Ley sobre Policía Nacional y
Servicio Policial apunta en este sentido, y dado que la policía es una instancia fundamental
para la seguridad ciudadana, su aplicació n y consolidació n en el tiempo podría contribuir
con ello, siempre que se respeten los principios de transparencia, coparticipació n y consenso
informado.

También predomina una campañ a de control funcional, mediante protocolos de reporte de


episodios que incluyen cualquier uso del arma de fuego y supervisió n diaria y concentrada,
todo esto ha contribuido a la reducció n de la participació n funcional en actividades
delictivas. A mediano plazo, estos procedimientos pueden consolidarse para desarrollar una
cultura de operació n policial controlada y a fomentar buenas prá cticas policiales como
medidas complementarias a las sanciones má s graves de retiro y enjuiciamiento penal. Los
datos recabados hasta ahora no sugieren que la gente quiera prescindir de la policía, sino
que desea contar con una policía má s efectiva, menos maltratadora y má s supervisada para
adecuar su desempeñ o a la tutela de los derechos de los ciudadanos.

Se ha observado también un mejoramiento de los procedimientos de registro y


comunicació n de informació n entre diversos tribunales y la policía, en cuanto a sujetos
solicitados, beneficios otorgados y cumplimiento o no de las obligaciones impuestas, lo cual
puede contribuir a la aprehensió n y reclusió n de quienes violan las condiciones bajo las
cuales fueron otorgadas medidas cautelares sustitutivas o beneficios en el cumplimiento de
las penas. A mediano plazo, una revisió n de la superposició n de beneficios y de la expansió n
de las causas para reducir el monto de la pena efectivamente cumplida, incluyendo los casos
de los adolescentes sancionados por la jurisdicció n especial, puede contribuir a la certeza y
prontitud en la aplicació n de sanciones, reduciendo los má rgenes de impunidad. Esto
debería ir acompañ ado de una diversificació n de las sanciones penales, del mejoramiento de
las condiciones de reclusió n y diversificació n de los centros de detenció n y de la restricció n
de las penas de prisió n para los hechos má s graves, violentos y de reincidencia comprobada.

Finalmente, la intervenció n en familia y escuela, la supervisió n primaria, en cuanto a los


niñ os y adolescentes, es fundamental en el proceso de socializació n. Uno de los rasgos
actuales es la pérdida de autoridad de padres y maestros para orientar y contener a los
jó venes durante los periodos que permanecen, al menos desde el punto de vista formal, bajo
su custodia y supervisió n. Por lo tanto, se han desarrollado campañ as intensas para reducir
conflictos interpersonales como consecuencia de conductas como extorsió n, promiscuidad y
porte de armas en el ambiente escolar, que pueden escalar hasta confrontaciones fatales
fuera del recinto escolar. A mediano plazo sería ú til reforzar la autoridad de los maestros
para que mediante la disciplina y el respeto procuren condiciones má s apropiadas para la
escolaridad, desestimulando la deserció n y el vandalismo.

3.- Políticas de la Seguridad Represiva.

La represión política suele ir acompañada por violencia, que puede ser considerada legal
internamente, a la vista del ordenamiento jurídico existente, como ilegal e informal. El ejercicio
de la violencia sobre los disidentes políticos pretende ejemplificar el castigo para conseguir el
temor en el resto de la sociedad, con el objeto de que se reprima a sí misma en el ejercicio de la
libertad, que queda así anulada para todos, excepto para el quienes ejercen el poder y para
aquellos en cuyo beneficio se realiza la represión.

4.- Política de Seguridad del Gobierno Bolivariana Socialista.

El Gobierno Bolivariana de Venezuela ha implementado a lo largo de los añ o varios Planes de


Seguridad y actualmente esta en vigencia el Plan Nacional de Prevenció n Integral,
Convivencia Solidaria y Paz, que es una estrategia fundamentada en los á mbitos de
EDUCACIÓ N, Cultura, Recreació n, Deporte, Salud y Alimentació n, que sustituye las prá cticas
de intolerancia, violencia y agresió n; nutriendo la ocupació n positiva del tiempo libre de la
juventud y canaliza adecuadamente los estados de ocio de la població n. Esta estrategia
viabiliza el equilibrio entre el ser humano y su entorno, mediante la promoció n del apego y
la adhesió n de los ciudadanos a una cultura basada en el respeto a la ley, a las normas bá sica
de comportamiento, de convivencia social y la colaboració n mutua para las causas comunes.

La Gran Misión A toda Vida Venezuela (GMATVV) es una política pública Integral de
Estado.
Apunta a disminuir las situaciones vinculadas al delito, faltas, accidentes viales, desastres o
emergencias, para que toda la població n venezolana pueda disfrutar sus derechos en un
á mbito pacífico.

Implementa políticas que fortalezcan ambientes para la convivencia solidaria, la paz y el


desarrollo pleno de la VIDA.

Construye y ejecuta políticas pú blicas que tenga como centro la preservació n de la VIDA,
como valor supremo de todas y todos los que vivimos en el territorio nacional.

Una VIDA que se entienda desde la convivencia solidaria y la resolució n pacífica de los
conflictos y que tribute a la construcció n colectiva de una democracia social.

Responde a través de las instituciones a los problemas de la seguridad con criterios de


justicia y equidad.

 Los vértices de la Gran Misión A toda Vida Venezuela

Vértice 1: Prevención Integral Y Convivencia Solidaria

Reducir el riesgo de ocurrencia delictiva, faltas, conflictos violentos, accidentalidad vial,


desastres o emergencias, a través de intervenciones multiagenciales y procesos de
participació n popular, que se anticipen a la comisió n de las mismas, actuando sobre sus
factores generadores y promoviendo la convivencia solidaria y una cultura de Derechos
Humanos.

Vértice 2: fortalecimiento de los órganos de seguridad ciudadana

Crear las condiciones institucionales para conformar una estructura nacional, estadal,
municipal, parroquial y por cuadrantes de paz y vida, conformada por los organismos
competentes en materia de prevenció n y control del delito, con una perspectiva integral a fin
de garantizar el disfrute y ejercicio de los derechos de la població n.

Vértice 3: Transformación Del Sistema Justicia Penal Y Creación De Mecanismos


Alternativos De Resolución De Conflictos

Transformar el sistema de justicia penal para adecuarlo a la garantía efectiva de los derechos
humanos donde la justicia, y en particular los procedimientos penales y los mecanismos
alternativos de resolució n de conflictos, sean accesibles, imparciales, idó neos, transparentes,
autó nomos, independientes, responsables, equitativos y expeditos, sin dilaciones indebidas,
ni formalismos o reposiciones inú tiles, de acuerdo a lo estipulado en la Constitució n de la
Repú blica Bolivariana de Venezuela.

Vértice 4: Modernización Del Sistema Penitenciario Venezolano

Transformar el sistema penitenciario venezolano con el fin de garantizar la prestació n de un


servicio penitenciario garante de los Derechos Humanos de las personas privadas de
libertad, minimizando los efectos nocivos del encarcelamiento y facilitando los medios
adecuados para procurar la rehabilitació n de los privados y privadas de libertad, y mejorar
sus posibilidades de reinserció n social.

Vértice 5: Sistema Nacional De Atención A Víctimas De Violencia

Asegurar que, mediante una atenció n integral, oportuna y pertinente a las víctimas de la
violencia, se reconozcan y atenú en sus efectos negativos sobre personas y colectivos y se
incremente la respuesta efectiva del Estado, para lograr tanto la reducció n de estos delitos
como la impunidad que los acompañ a.

Vértice 6: Creación Y Socialización De Conocimiento Para La Convivencia Y Seguridad


Ciudadana

Organizar un sistema nacional de investigaciones en el campo de la convivencia, la seguridad


ciudadana, el delito y la violencia, dirigido de manera conjunta por el Ministerio del Poder
Popular con competencia en materia de seguridad ciudadana, el Ministerio del Poder
Popular para Educació n Universitaria, Ciencia y Tecnología y la UNES, en el que participen
investigadores, activistas, trabajadores comunitarios, universidades e instituciones pú blicas
y privadas para la creació n y socializació n de conocimientos en esta materia.

Vértice 7: Lucha Contra El Uso Indebido Y Tráfico Ilícito De Drogas

Desarrollar acciones contra el trá fico ilícito de drogas, así como para la prevenció n del
consumo, uso indebido y tratamiento de las adiciones; bajo el principio de la responsabilidad
comú n y compartida, a fin de contribuir con la Seguridad Ciudadana y generar una Cultura
de Paz.

Vértice 8: Lucha Contra La Delincuencia Organizada Y El Financiamiento Al


Terrorismo

Identificar, evaluar y desarrollar acciones que consoliden la Coordinació n Nacional y la


Cooperació n Internacional, para prevenir, investigar, reprimir y sancionar los Delitos de
Delincuencia Organizada que deriven en la Legitimació n de Capitales, Financiamiento al
Terrorismo y la Proliferació n, para la protecció n del sistema financiero y economía general,
a fin de coadyuvar con la seguridad ciudadana y el orden socioeconó mico del país.

Vértice 9: Fortalecimiento De La Política Para El Control De Armas De Fuego Y


Municiones Y El Desarme En El Territorio Nacional

Reimpulsar y fortalecer la política para el control de armas de fuego y municiones y el


desarme, a fin de reducir la ocurrencia de la violencia en el territorio nacional, consolidando
las políticas pú blicas de seguridad ciudadana, garantizando condiciones de justicia y paz.

5.- Sociedad y Democracia Socialista.

La democracia social (o socialdemocracia) hace referencia a una corriente política mundial,


vinculada a la causa e intereses de los trabajadores y las clases populares. Venezuela lucha
por la justicia social con la defensa y el fortalecimiento de la libertad democrá tica y los
derechos humanos. Protesta a la vez contra las injusticias econó micas del sistema capitalista
Los movimientos políticos que en el mundo luchan por la democracia social, utilizan
nombres distintos de país en país –demó cratas sociales, socialdemó cratas, socialistas
democrá ticos, socialistas, laboristas, izquierda democrá tica, progresistas, demó cratas, etc.-
pero constituyen una sola confraternidad universal de hombres y mujeres unidos en la
esperanza de crear una nueva sociedad que combine la libertad de cada persona con la
igualdad, la justicia y la solidaridad para todos.

Durante los ú ltimos 18 añ os del proceso revolucionario en Venezuela, han habido


diversos avances en materia social, gracias a las políticas diseñ adas por el Gobierno para
garantizar el bienestar de los venezolanos.  

Desde la llegada de la Revolució n Bolivariana a Venezuela en 1999, impulsada por el


comandante Hugo Chá vez y ahora continuada por su sucesor, Nicolá s Maduro, se han
implementado diversos programas que han dejado como resultado el avance en materia
social de la nació n suramericana.

Estas misiones diseñ adas y ejecutadas por el Gobierno venezolano en los ú ltimos
añ os fueron las piezas clave para que el país lograra avanzar a pasos agigantados en el
cumplimiento de las Metas del Milenio, establecidas en el añ o 2000 por la Organizació n de
Naciones Unidas (ONU), a fin de desarrollar una mayor equidad e inclusió n social para la
població n.

Protecció n del salario


En los ú ltimos añ os el Gobierno venezolano ha venido aumentando el salario mínimo, con el
objetivo de defender al pueblo venezolano de los recientes ataques en materia econó mica
que ha venido enfrentando.

A pesar de estos dos aumentos, el pueblo venezolano ha sufrido las consecuencias de la


guerra econó mica orquestada por la ultraderecha y ejecutada a través del aumento en los
precios de productos bá sicos, la especulació n y otras prá cticas irregulares. Sin embargo, con
el firme objetivo de combatir este flagelo, a tan solo un mes de haberse realizado el ú ltimo
aumento, el Ejecutivo nacional anunció otro ajuste.
Conclusión

Las políticas de seguridad ideales son las progresivas ya que constituyen un plan de
acció n para afrontar riesgos de seguridad, y ayuda al mantenimiento de cierto nivel de
seguridad de un país. Por lo tanto, es imprescindible construir un modelo de seguridad
ciudadana progresivo desde la perspectiva socialista, teniendo como referencia el
antagonismo entre capitalismo y el socialismo, la democracia representativa y la democracia
protagó nica que establece la Constitució n.

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