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Es una enfermedad de origen mental. Las personas, por lo general chicas, que lo
padecen tienen una preocupación excesiva por el peso, lo que les lleva a disminuir la
cantidad de alimentos que ingieren y a seleccionar los de menor contenido en
calorías. Este comportamiento implica una importante pérdida de peso, que puede
llegar a una situación de desnutrición grave.
A veces, para adelgazar, realizan excesivo ejercicio físico, toman laxantes o diuréticos
o se provocan el vómito. Habitualmente aparece en personas con tendencia a la
insatisfacción personal. Buscan un cambio en su aspecto físico, y la pérdida de peso
constituye un “éxito” que aumenta su autoestima.
¿A quiénes afecta?
La anorexia nerviosa no es una enfermedad que afecte exclusivamente a mujeres,
pero es diez veces más frecuente en el sexo femenino. El número de hombres con
anorexia está aumentando en las últimas décadas y suele tratarse de casos muy
graves. El pico máximo de incidencia se da en la adolescencia, se calcula que afecta
aproximadamente al 1% de las mujeres menores de 25 años.
Por último, existen algunos factores que perpetúan la enfermedad, es decir, que
impiden la recuperación una vez instaurada. Entre ellos destacan el aislamiento
social, la negación de la enfermedad y la distorsión de la imagen corporal. Además, se
producen una serie de cambios en el sistema digestivo, que dificultan el proceso de
realimentación, y en los péptidos reguladores del apetito. Estas alteraciones suelen
volver a la normalidad con la recuperación de peso.
Defectos en el hueso
“Las personas con anorexia tienen un problema con su masa mineral
ósea, siendo este uno de los problemas más importantes asociados a esta
condición”, afirma el experto. En general, en los casos menos graves,
pueden padecer osteopenia (fragilidad del hueso que no es osteoporosis)
y, en los más graves, osteoporosis.
Caja continúa explicando que el tratamiento de estos problemas óseos es
bastante complejo, ya que no suelen responder bien a los tratamientos
habituales. “La mejor estrategia esfavorecer la menstruación en el caso
de las mujeres, puesto que los defectos hormonales se asocian al deterioro
del hueso. También la reincorporación de una dieta normal lo antes posible”.
Incluso cuando las personas con anorexia se han recuperado y se ajustan a
una dieta saludable, se ha observado que pueden padecer osteopenia y, por
eso, Caja apuesta por el consumo de alimentos adecuados para la salud
del hueso, no solo durante la recuperación sino posteriormente.
“Hay que incorporar alimentos que aporten buenas dosis de los minerales,
como calcio, fósforo y magnesio. Uno de ellos es el sésamo, que tiene
unos 783 miligramos de calcio por cada 100 gramos y, por tanto, aporta el 43
por ciento de la dosis diaria recomendada”, aconseja Caja.
Otros alimentos con buen aporte de calcio son las almendras, las coles, el
brécol o las judías negras.
"El pelo y la piel se secan. El pelo se cae, sobre todo en la parte frontal, y
como consecuencia de esto la frente se vuelve más ancha. También, la
falta de electrolitos hace que se produzcan calambres", asegura la
especialista.