El funcionalismo es una corriente enfocada a estudiar la mente a través de sus funciones, y no
tanto de sus posibles estructuras. Es decir, cómo interactuamos como individuos con nuestro entorno y cómo nos desenvolvemos en el medio. Un ejemplo que ilustra esta corriente es la función del corazón. Tácitamente la importancia de este órgano radica en bombear la sangre a todo el cuerpo para que funcione correctamente, no importando así si es de metal o de plástico.