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ropios sistemas conceptuales y metodológicos.

Entre ellas, puede haber coincidencias o, por


el contrario, claras incompatibilidades;9 esta variedad da pie a múltiples acepciones y
abordajes.10 Algunas corrientes se definen a sí mismas de modo excluyente, es decir, como la
única vía para alcanzar un conocimiento sólido o científico y una intervención eficaz en
psicología (por ejemplo, el conductismo watsoniano o el psicoanálisis freudiano), aunque con
el tiempo, sus seguidores se han ido tornando cada vez más permeables a las influencias de
otras escuelas.11 Por su parte, enfoques como en el humanismo consideran que el método
científico no es adecuado para investigar la conducta; otros tales el conductismo lo emplean
para comportamientos observables que pueden ser objetivamente medidos. 5 Finalmente, hay
corrientes —como la psicología aplicada o las terapias cognitivo-conductuales— que integran
diversos elementos de otras escuelas en la medida en que resultan útiles para sus fines,
generalmente, la intervención (clínica, educativa, en organizaciones, etc.). 11

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