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Desarrollo Evolutivo
Desarrollo Evolutivo
REVISTA GALEGO-PORTUGUESA DE
PSICOLOXÍA E EDUCACIÓN
EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA Y
DESARROLLO EVOLUTIVO
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Doctora cum laude en Psicología y Ciencias de la Educación por la Universidad de León.
E-mail: esperanzabh@yahoo.es
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el aparato psicológico que rige en el adulto rrollan con el transcurso del paso del tiempo
(León- Carrión, 1995). y están mediatizadas por la estructura cere-
bral. Son la experiencia práctica, la educa-
Los sistemas funcionales, se van desarro- ción que se recibe y uso que se hace del len-
llando con el paso del tiempo, de tal manera guaje, los que van formando estos sistemas
que no están consolidados hasta entrada la funciones del cerebro. En la Tabla 1 se obser-
edad adulta. Es clásico citar las obras de van algunos de los constructos psicológicos
Luria y Vygostky en las que se señalan como que más o menos se ven afectados con el
las funciones psicológicas superiores se desa- paso de los años.
Tabla 1. Efectos de la edad sobre los distintos constructos psicológicos elaborado por León – Carrión (1995) a
partir de Botwininck (1977), Cattell (1943), Raven (1948), Salthouse (1989) y Willis (1987)
Todo ello viene a estar relacionado con la en la edad adulta, demostrando que las lesio-
plasticidad cerebral. La plasticidad cerebral nes cerebrales tienen efectos más leves y de
que puede ser definida como el conjunto de duración menor si se presentaban en la niñez,
modificaciones producidas en el sistema ner- lo que se ha denominado posteriormente
vioso como resultado de la experiencia Principio de Cotard. (ii) El principio de
(aprendizaje), las lesiones o los procesos Kennard se refiere a la mayor capacidad para
degenerativos (Mora y Sanguinetti, 1994). recuperarse que tiene el cerebro humano sien-
Dos principios, denominados de Cotard y de do extensible a otras especies animales. No
Kennard, refrendan la importancia de la plas- hay datos, pero parece que los sistemas fun-
ticidad cerebral en la neuropsicología: (i) cionales no estén consolidados antes de los 18
Principio de Cotard observo que los niños – 21 años. Esto no quiere decir que partir de
con lesiones en la corteza frontal izquierda esa edad el cerebro deje de ser plástico, sino
desarrollaban funciones lingüísticas normales que se da una consolidación funcional que
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permite una mayor predictibilidad y estabili- sus centros de lenguaje son transferidos al
dad en la actividad psicológica personal. hemisferio derecho que es el que llevará el
Estudios realizados con combatientes de las control del mismo en lo sucesivo.
guerras de Corea y Vietnam pusieron de
manifiesto que la recuperación de lesiones
siempre era mayor en los soldados de menor 2. ÁMBITOS DE EXPLORACIÓN NEU-
edad: la recuperación dentro del grupo de 17 ROPSICOLÓGICA INFANTIL
a 20 años, era mayor que en el de los de 21 a
25, que, a su vez era mayor que en el de los de Son cuatro las áreas que Manga y
más de 26 años. Incluso en la edad senil siem- Fournier (1997) consideran indispensable en
pre existen posibilidades de recuperación fun- la evaluación neuropsicológica practicada en
cional tras el daño cerebral sobrevenido. niños, además de la exploración de su funcio-
namiento cognitivo general. Manga y Ramos
Ramón y Cajal, a principios del siglo XX, (1999, 2001) nos concretizan estas áreas en:
determina que el daño estructural en el cere- (i) Motricidad: destreza manual, orientación
bro adulto era irreparable y derivará necesa- derecha – izquierda, praxias orofaciales, con-
riamente en déficit o secuelas neurológicas, trol verbal de la motricidad... (ii) Percepción:
quedando únicamente posibilidad de recupe- Visual, auditiva, táctil o háptica. (iii)
ración en el cerebro del niño. A pesar de que Lenguaje: Capacidades receptivas y expresi-
clásicamente se concebía un cerebro estático e vas del lenguaje oral, aspectos psicoeducati-
invariable, hoy se sabe que no es así, y que la vos o capacidades académicas en lectoescritu-
plasticidad cerebral ni siquiera se limita a la ra y aritmética. (iv) Memoria: Verbal y no
infancia o a edades tempranas, como en prin- verbal a corto y largo plazo. (v) Cognición
cipio se atribuyó, sino que permanece incluso general: Capacidad intelectual general, capa-
en la edad adulta, aunque de forma más limi- cidad de atención. Portellano (1999) propone,
tada que en el niño, de forma que algunos también cuatro áreas básicas: (a) funciones
pacientes en la práctica clínica sorprenden neurológicas básicas, (b) funciones recepti-
con recuperaciones funcionales espectacula- vas, (c) funciones expresivas (d) procesa-
res casi ad integrum (Hernández, Mulas y miento cognitivo y actividad mental, que
Mattos, 2004). La plasticidad existe, por coinciden básicamente con las propuestas por
tanto, durante toda la vida, sólo que en la los anteriores investigadores.
niñez y en la adolescencia ésta es mayor. Así,
por ejemplo, ante la recuperación de funcio- Las evaluaciones de niños se dirigen, al
nes debidas a daño cerebral, el cerebro del igual que con la población adulta, a estudiar
niño es más plástico que el del adulto para esa las relaciones conducta – cerebro, forzando
rehabilitación. En cuanto al cerebro del adul- una evaluación psicológica de los trastornos
to, al estar los sistemas consolidados, en neurológicos, localizando la disfunción cere-
muchos de los casos la plasticidad consiste en bral y desarrollando programas de rehabilita-
una reorganización funcional de los distintos ción (Golden, 1978). El proceso de evalua-
sistemas cerebrales afectados. ción abarcará la exploración, el diagnóstico y
el plan de acción terapéutica. La exploración
La plasticidad de las estructuras nerviosas conducirá al diagnóstico y éste guiará el plan
es un hecho evidente y es la base teórica que de acción (v.g. Sattler, 1996).
respalda la intervención precoz con programas
de atención temprana. Así, podemos observar Es importante considerar que la explora-
como en niños de corta edad con lesiones en el ción tendrá una significación diagnóstica pro-
hemisferio izquierdo, no pierden el lenguaje, pia de la edad del niño y no derivada de la
ya que gracias a la gran plasticidad cerebral, neuropsicología del adulto. Se realiza, según
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Manga y Fournier (1997), por alguna de las ción neuropsicológica pasado un cierto tiem-
siguientes razones, los cuales no son incom- po desde la evaluación.
patibles ni excluyentes: (I) Entre los fines por
los que son remitidos los niños a evaluación el
más frecuente es el fin diagnóstico (Manga y 3. BATERÍAS DE EVALUACIÓN NEU-
Fournier, 1997). Se trata de niños con daño ROPSICOLÓGICA INFANTILES
cerebral, o disfunción neurológica conocida o
sospechada, para los que se intenta confirmar Manga y Fournier (1997) consideran
un diagnóstico. En esta evaluación se preten- como ingredientes esenciales de la explora-
de obtener un perfil de capacidades, en dicho ción neuropsicológica de niños en edad esco-
perfil aparecerán puntos débiles y puntos lar tres elementos: historia clínica o anamne-
fuertes según las capacidades deterioradas. sis, observación y aplicación de pruebas. No
(II) La finalidad educativa es otra razón para obstante, en este capítulo, nos centraremos
evaluar neuropsicológicamente a un niño. Se exclusivamente en el estudio de algunas bate-
basa en el interés por conocer el perfil neu- rías neuropsicológicas, tradicionalmente apli-
ropsicológico de cualquier escolar, con el fin cadas en el ámbito de la evaluación neuropsi-
de adecuar los planes y estrategias de inter- cológica infantil.
vención (educativa, psicológica y rehabilita-
dora) a las características propias de cada En la evaluación neuropsicológica infan-
alumno. Lo que importa, según los anteriores til, existen acercamientos que tienen un carác-
autores, es obtener información específica ter híbrido, por el hecho de servirse de méto-
respecto al funcionamiento neuropsicológico dos tanto cuantitativos como cualitativos. La
de un individuo en las áreas más determinan- exploración es similar a la desarrollada por
tes para conseguir las metas deseadas a medi- Luria o de comprobación de hipótesis clíni-
da que avanza el desarrollo. Esto permitirá cas. Son éstos los acercamientos orientados a
encauzar el currículo a los alumnos, al margen procesos, en los que se eligen tests estandari-
de la finalidad propiamente diagnóstica. Es zados, que se pueden modificar, o también se
decir, para este propósito o fin evaluador, los preparan tareas específicas para cada sujeto
niños no tiene por qué mostrar conductas ni en particular (Melcón y Manga, 2000). Las
rendimientos atípico; se trata sencillamente posibilidades en la elección de tests en estos
de conocer mejor sus posibilidades educativas acercamientos, se hallan limitadas solamente
y aprovecharlas en cada caso. (III) El fin “por el conocimiento que el examinador tenga
investigador es desarrollado por aquellas per- de los tests disponibles y su creatividad al
sonas que tratan de establecer una relación diseñar nuevas tareas para evaluar áreas defi-
estrecha entre la neuropsicología clínica y la citarias particulares” (Tramontana y Hooper,
investigación, comparando grupos de sujetos 1988, p.18). En general, como señalan
entre sí, de donde pueden surgir perfiles neu- Melcón y Manga (2002) el acercamiento a
ropsicológicos característicos de algunos tras- procesos en evaluación neuropsicológica se
tornos (v.g. Fournier, 1993; García 1992; diferencia del de las baterías fijas y flexibles
Herrera et al., 1996). A través de estos estu- en que los tests estandarizados y experimenta-
dios se pueden conocer aspectos básicos o les no se puntúan como verdadero y falso, y
invariantes de algunos trastornos del desarro- en muchos casos ni siquiera se administran de
llo, o bien su variabilidad en diferentes suje- manera estándar (Kaplan, 1988).
tos que los padecen. Estos estudios de inves-
tigación pueden ser estudios longitudinales, La evaluación neuropsicológica ha pasado
lo que permite comprobar si el pronóstico y el de centrase en la sensibilidad de las técnicas y
tratamiento han sido los adecuados y estudios en su capacidad para detectar daño cerebral u
de seguimiento, en los que se repite la evalua- “organicidad”, ha ido cambiando y desde
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hace unos años lo que prima es el interés por Los hallazgos de la aplicación de la bate-
su utilidad, tanto en adultos como en niños. ría de niños mayores en personas con dificul-
Utilidad que significa enriquecimiento del tades de aprendizaje, llevan a Reitan (1984) a
análisis de perfiles neuropsicológicos de los dos importantes conclusiones: que el niño
individuos (v.g Manga y Ramos, 2001), abar- debe ser evaluado con métodos apropiados
cando una extensa gama de aptitudes cogniti- para identificar la presencia o ausencia de dis-
vas y no cognitivas, con el fin de optimizar la función cerebral y la importancia de examinar
intervención orientadora o, en su caso, tera- al paciente que se le examine sus puntos fuer-
péutica (Melcón y Manga, 2002). tes y débiles en todo el rango de las funciones
cerebrales superiores, incluyendo inteligencia
Las baterías de evaluación neuropsicoló- general, aptitudes y aprovechamiento escolar,
gica de niños en edad preescolar y escolar, en funciones de lenguaje, destrezas en tareas
algunos casos, son versiones especialmente manipulativas y espaciales, y especialmente
desarrolladas de las versiones ya existentes en las áreas de abstracción, razonamiento, for-
para la población adulta, no obstante, y aun- mación de conceptos y análisis lógico.
que no son muchas, actualmente disponemos
de diversas baterías generales de evaluación
neuropsicológica específicamente dirigidas a • BATERÍAS QUE ASUMEN EL MODE-
la población infantil. LO DE LURIA
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3ª T acto - 4. Tacto 46 – 53 16
Cinestesia 5. Cinestesia y 54 – 61 16
esterognosia
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porque en ésta, Lectoescritura se ha dividido para discriminar entre trastornos. (iv) El aná-
en dos: E7 y E8. (iii) Con relación al número lisis factorial no agrupa nuestros subtests pre-
de puntuaciones interpretables (vienen dadas cisamente por el área (o escala, en la Luria –
en puntuaciones T en ambas baterías, pero Nebraska) a la que pertenecen por organiza-
negativas en la Luria - Nebraska, por ser los ción. Y (iv) las áreas exploradas por los 195
fallos los que suman puntos), 19 en la batería ítems de batería la Luria – DNI, lo son tam-
Luria – DNI, frente a 10 en la batería Luria – bién por sólo 135 en la Luria-Nebraska, ya
Nebraska, lo que concede a la batería Luria – que el resto (hasta 149) están incluidos en la
DNI mayores posibilidades de análisis en el E11, escala de Inteligencia o de Procesos
perfil neuropsicológico y mayor sensibilidad Intelectuales.
Tabla 3. Relaciones de la batería Luria – DNI con batería Luria - Nebraska infantil
(tomado de Manga y Ramos, 1999)
Nota: Numerados y agrupados los 19 por áreas de competencia s y según se relacionan (flechas) con las escalas
de la batería Luria - Nebraska infantil
Nota: E 11 o “Inteligencia ” se corresponde en la batería Luria DNI con el W ISC –R
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Aplicaciones de la teoria de A.R. Luria a Salthouse, T.A. (1989). Age related changes
niños a través de la batería Luria – DNI. in basic cognitive processes. En M.
Madrid: Visor. Storand y G.R. Vanden (Eds.), The adult
years: Continuity and change (pp. 9 – 40).
Melcón, Mª.A. y Manga, D. (2002). Washington: American Psychological
Alternativas a las escalas de Wechsler en Association.
la evaluación neuropsicológica de los pro-
cesos cognitivos. Polibea, 63, 28 – 33. Sattler, J.M. (1996). Evaluación infantil.
México: El Manual Moderno.
Mora, F. y Sanguineti, A.M. (1994).
Diccionario de neurociencias. Madrid: Tramontana, M.G. y Hooper, S.R. (1988).
Alianza Editorial. Child neuropsychological assessment:
Overwiew of current status. En M.G.
Portellano, J.A. (1999). La importancia de la Tramonatana y S.R. Hooper (Eds.),
plasticidad cerebral en neuropsicología Assessment issues in child neropsychology
infantil. Polibea, 52, 14 – 19. (pp. 3-38). Nueva York: Plenum.
Raven, J.C. (1948). The comparative assess- Willis, S.L. (1987). Cognitive training and
ment of intellectual ability. British every day competence. En K.W. Schaie
Journal of Psychology, 39, 12 – 19. (Ed.), Annual Review of Gerontology and
Geriatrics (Vol.7, pp. 159 – 188). Nueva
Reitan, R.M. (1984). Aphasia and semsory – York: Springer.
perceptual deficits in children. Tucson:
Neuropsychology Press.
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