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EL PENSAMIENTO DE DAVID RICARDO

David Ricardo fue un economista inglés (1772-1823) de orígenes holandeses – sefardíes


que se hizo rico a una edad muy joven en el mercado de valores. Dedicó el resto de su
vida al estudio de las matemáticas y las ciencias naturales y, a partir de 1799, al estudio
de la economía. Se dio a conocer en cuestiones económicas con su folleto “The high
price of bullion” (El alto precio del oro), y terminó su trabajo con su obra “Principles of
Political Economy and Taxation” (Principios de economía política y tributación).
Ricardo tomó un paso determinante en el proceso de abstracción deductiva de lo que
más tarde se conoció́ como la escuela clásica de economía, un camino que había
iniciado Adam Smith. Su teoría de la ventaja comparativa, señaladas por primera vez en
1815 por el Coronel Robert Torrents (teoría ricardiana del comercio), su análisis de la
renta de la tierra (la teoría ricardiana de distribución) y el estado estacionario, fueron
algunas de sus principales contribuciones a la ciencia económica.
En 1799, con 27 años, mientras pasaba una temporada en un centro termal, se encontró
con una copia de La riqueza de las naciones, de Adam Smith. La lectura de este libro lo
impactó y lo convirtió, como muchos otros en aquel Tiempo, en un convencido seguidor
de Smith.
Su formación económica fue autodidacta y tardía, y se remitió principalmente a la
lectura de la obra fundamental de Smith. A partir de entonces, Ricardo, junto a su
actividad comercial, escribió en forma permanente artículos económicos en la prensa
inglesa. Años más tarde, cuando ya estaba retirado de sus actividades profesionales, sus
amigos lo animaron a escribir un libro para formalizar su concepción económica. Fue
así como surgió su gran obra, Principios de economía política y Tributación (1817), un
libro relativamente breve, aunque complejo de leer, que contiene probablemente la
formulación más sistemática y coherente de todo el pensamiento económico clásico.
La principal característica del sistema analítico de Ricardo es que generaba
conclusiones fundamentales basadas en pocos principios básicos.
David Ricardo fue capaz de llevar a plenitud el cuerpo doctrinal de la economía clásica.
Así, por ejemplo, fue un convencido del Laissez Faire.
En general, este autor fue esencialmente un pensador práctico, ya que ante todo se
caracterizó por ser un hombre de negocios. Su aporte teórico siempre hizo referencia al
mundo de su época, el que conocía muy Bien. A diferencia de A. Smith, en cuyos
trabajos se apoyó, Ricardo se ocupó sólo en segunda instancia de averiguar las causas
del Crecimiento Económico del país.
David Ricardo desarrolló su teoría del Comercio Internacional, estableciendo de forma
explícita, que a un país le conviene concentrarse en elaborar aquellas mercancías en las
que tiene Ventajas Comparativas.
Con esta teoría argumentó de manera convincente a favor del librecambismo y propició
la abolición de las "Corn Laws" (Leyes de granos) británicas. Estas disposiciones
buscaban proteger la agricultura nacional inglesa contra las Importaciones extranjeras
de grano. Según Ricardo, este mecanismo proteccionista contribuía a enriquecer a los
terratenientes -quienes dominaban el Parlamento y la vida política- a costa del bienestar
del país.
Toda la teoría de David Ricardo se cimienta en la "ley de los rendimientos
decrecientes". Esta ley, establecida por Malthus, dice que en la medida que se
intensifica la mano de obra o el Capital, su rendimiento va siendo cada vez menor. En
este panorama ricardiano, la razón humana sólo podía adoptar una postura pasiva:
adaptarse a las exigencias de esa ley.
De los rendimientos decrecientes se deriva una de las principales y más controvertidas
teorías de este autor. Ricardo planteó lo que para él era una gran paradoja: la
consecuencia del crecimiento económico es que se irían reduciendo los márgenes de
Ganancia de las empresas, hasta llegar a ser prácticamente cero. Aquí se produciría el
fin del Crecimiento y se llegaría a un Estado estacionario. Por lo tanto, tarde o
temprano, el crecimiento económico terminaría debido a la Escasez de Recursos
Naturales.
La paradoja era que el resultado del Crecimiento Económico a la larga sería el
estancamiento. Este planteamiento tuvo una gran trascendencia para la historia,
principalmente porque Karl Marx lo hizo suyo y lo convirtió en un pilar para demostrar
por qué el Capitalismo se terminaría autodestruyendo.
Otra idea novedosa de Ricardo fue su teoría del Valor, que se conoce como la "teoría
del valor- Trabajo". El resultado de su análisis concluyó que los Precios relativos de la
gran mayoría de los Bienes se determinan por la cantidad de Trabajo utilizado en su
producción, y no por su Escasez o por la Utilidad que el Bien reporta. Ésta fue una gran
contribución a la economía, y generó discusión por muchos años.
Según David Ricardo, el equilibrio se producía por los sueldos de subsistencia que
permitieran la reproducción, pero sin situarse por encima de lo necesario. No obstante,
estas rentas estarían por debajo de las percibidas por los terratenientes (que
representaban el capital).
El valor del trabajo se determinaría por el número de horas que necesitaría hacer un
empleado para mantener un sueldo que les permitiera mantenerse a él y a su familia
(salario natural), por lo que el trabajo sería la fuente de todo valor.

Efectos de la demografía sobre el salario


En la época en que fue descrita la ley de hierro, la economía agraria estaba muy
extendida, así que la explicación podría ser: cuando las tierras más productivas se
ocupan de trabajadores, crecía la población y esta se desplazaba a otras tierras menos
productivas. Estos terrenos solo permitían obtener sueldos de subsistencia, por lo que
aumentaba la competencia para trabajar las mejores tierras, haciendo que incluso
bajaran los salarios de los que las trabajan.
Los sueldos naturales no deberían sufrir grandes oscilaciones por los efectos de la oferta
y la demanda de empleo, y la regulación (según la teoría de David Ricardo) vendrían
desde el punto de vista demográfico. Aumentando y disminuyendo la población según
el salario natural se sitúe por encima o debajo del de mercado.
La determinación de la renta
En lo que toca a la determinación de la renta de la tierra, Ricardo adoptó los puntos de
vista de Malthus, con quien mantuvo una polémica constante a lo largo de su vida.
Afirma que el valor de cambio de un bien (especialmente los agrícolas) está
determinado por la mayor cantidad de trabajo necesaria para su producción; ni más ni
menos que el costo marginal en términos contemporáneos. Así la incorporación de
tierras nuevas en las cuales la producción es cada vez más difícil aumenta el valor de
cambio de todos los productos agrícolas, favoreciendo a los antiguos productores. De
esta manera, la renta de la tierra - más exactamente la renta diferencial - aumenta a
medida que se incorporan nuevas tierras a la producción. Y esto ocurre continuamente
en razón del incremento de la población y del consiguiente aumento de la demanda de
alimentos.

Cabe notar que esta apreciación de Ricardo podía haber sido válida un siglo antes, pero
ya no en la época que escribia el autor. El progreso había llegado también a la
agricultura y la cantidad de trabajo requerida para la producción de un bien también
disminuía. Lo que sí es absolutamente cierto es que la productividad del trabajo
aumentaba más rápidamente en las manufacturas. Y que la idea de la determinación del
valor por el costo marginal tenía un significado cuando se trataba de incorporar tierras
relativamente poco aptas.

En ese sentido, no cabe duda que había una tendencia al aumento de la renta de la tierra.

Una vez deducida la renta de la tierra, sólo queda por determinar la parte
correspondiente a los salarios y los beneficios.

Ahora bien, el precio "natural" del trabajo, que considera una mercancía al igual que
Smith, es equivalente al que proporciona al obrero los medios de subsistir y perpetuar la
especie.

El salario de mercado sería afectado, en opinión de Ricardo, por el crecimiento de la


población. Y al igual que Malthus, se pronuncia contra las leyes de protección de los
pobres y por el control de la natalidad. Probablemente motivado por la dramática
disminución de los salarios en Inglaterra de principios del siglo XIX, y la necesidad de
encontrar correctivos de largo aliento.
Teóricamente, y dada la participación de los rentistas de la tierra y de los asalariados en
el ingreso nacional, los beneficios tenían un carácter residual. En otras palabras, tendían
a ser muy pequeños respecto a la masa de capitales movilizados lo que, en principio,
afectaba las posibilidades de acumulación y el mismo progreso de la economía.

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