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ACERCA DE LA MIRADA Y LA VOZ

Marta Rietti

La praxis psicoanalítica -tratar lo real por lo simbólico- se sostiene de


sus fundamentos. El objeto como uno de éstos, interroga dicha praxis
ya que la verdad del sujeto no está en el mismo sino en la naturaleza
velada de aquél.

En un análisis se trata de hacer surgir ese objeto -"que es el elemento


de lo cómico puro" (1), Desde el punto de vista analítico dimensión
legítima del humor como reconocimiento de esa misma comicidad.

El objeto es objeto en el fantasma: una cura supone trabajo sobre ese


fantasma, pero no es trabajo del fantasma. Por su sesgo se localiza el
objeto en la cura, hallando una forma de conciliar lo inconciliable,
cercar ese objeto perdido que paradojalmente no ha estado jamás ahí.
Lo analítico implica un trabajo de sustitución de un significante por otro
como manera de desprendimiento del objeto; entre el decir y los
dichos, entre la enunciación y los enunciados la interpretación va
causando, elaborando ese desprendimiento. El sujeto ha
incorporado, ha tragado del Otro dichos que como conjuntos de
goce dan significación a sus síntomas-Lacan dirá lo dicho
primero decreta, legisla, aforiza es oráculo, confiere al Otro real
su oscura autoridad (2) Vínculo del estadío oral y su objeto con el
Superyó, conexión de este último con la voz y la mirada objetos que
como excedentes pulsionales denotan carácter parasitario bajo
los imperativos superyoicos. La mirada " es ese objeto inenguilible
atravesado en la garganta del significante (3), indigerible pues da
cuenta de un límite "más allá del ver", así como la voz, voz gruesa del
padre que se hace oír antes de poder ser escuchada "voz pura en
tanto que en el lugar del Otro, ella es incorporada de un modo
perverso (4).

El sujeto amarrado al Otro, tomado locamente, atolondradamente por


sus supuestas demandas, articula una respuesta fantasmática
haciendo consistir ese Otro en saber que proviene de una autoridad
absoluta y que maldiciéndolo le indica que no es más que ese objeto
caído desde ese lugar único asignado por esa mirada y voz
superyoica.

En el eclipse del Otro simbólico, la persistencia de esa mirada y voz


sumergen al sujeto en una culpabilidad que le asegura como ganancia
secundaria la ilusión que es posible tener relación con un Otro
supuesto sin barrar.
Si hay acto analítico hay eficacia. Eficacia apunta a la castración del
Otro, a que el sujeto salga de su sujeción a ese Otro absoluto que
constituyó como su primer mito, Mito que es fantasma neurótico, el
goce del Otro como inexistente. Así el trabajo analítico es gastar a ese
Otro, perforarlo y es en transferencia gastar al sujeto supuesto saber
aquél que es garante de ésta última. Recorrido desde la mirada
invisible y la voz inaudible del superyó que dan consistencia
imaginaria al Otro a la toma de la palabra, aquella que se sostendrá de
una mirada una voz pero ahora como objetos desprendidos de ese
Otro.

Mirada y Voz del Otro, mirada y voz que como objetos de un


estatuto singular dan cuenta del enlace del a al Otro y es en la
cura en donde el deseo del analista jugado en el semblante de
objeto, haciendo máxima distancia al Ideal, fundamenta la
transferencia.

Si la mirada y la voz adquieren carácter invasor, interrogan en este


punto la relación del sujeto al Otro, en tanto el sujeto mirado por el
Otro se constituye en mirada a la vez que la voz del Otro se cuela por
sus orejas que en el campo del inconsciente son "el único orificio que
no puede cerrarse". A lo largo de su existencia el sujeto será llevado
por las vías del más allá del principio de placer a insistir
repetitivamente en ese punto traumático intentando hacer algún borde
en lo que no ha sido simbolizado, Punto de monotonía que muestra el
desamparo humano.

Así un simple agujero en lo real puede poner en juego la dimensión de


esa mirada y esa voz. Recaer de manera monstruosa sobre una
escena obscena, instituye al sujeto como puro objeto. Señala la
introducción de un ojo maldito.

El juicio crítico situado en un sujeto degradado de lo simbólico


aparece bajo la forma de esa mirada y esa voz, Suscitada la
mirada el sujeto no puede ya sustraerse quedando encandilado,
fascinado.

También tomado por la voz del otro, voz grave e intensa no hace más
que repetitivamente incorporar aquello que no pudo ser ligado
psíquicamente sustituyendo en lo superyoíco de dichos objetos el
defecto de lo simbólico.

Es por la experiencia de una cura aún no concluida que intentaré


através de este escrito dar cuenta de cómo mirada y voz tomaron un
lugar relevante.
Quien me consultó, lo hizo diciendo que hacía tiempo había
consumido cocaína Venía no obstante pues pensaba que un análisis
podría ayudarlo en cuestiones de su vida.

Relataré entonces algunas escenas de la vida de aquel que luego


devino analizante.

Al padre no lo llamaba padre, sino que se dirigía a él por su apellido


que homofónicamente estaba en relación al de la analista, él se
dirigirá a ella de la misma manera que lo hacía con su padre, Pienso
que así fue su forma de entrada a la transferencia.

Pregnancia del decir materno que por momentos lo hacía dudar, no


creer que a quien se dirigía como su padre fuera en verdad ése. Un
"no" de éste último hubiese podido evitar su ingreso a la religión
materna. La Biblia le fue enseñada a la manera de un oráculo,
particularmente en lo que se refería al fin del mundo y al Apocalipsis,
citas bíblicas que regían su vida otorgándole al Otro un saber
absoluto.

Este último se había vuelto oracular, la incorporación de sus dichos no


fue sin un costo: sostener la alienación del sujeto.

Frases que resonaban como un eco en sus oídos:

«El fin del mundo está cerca» se dice «si esto va a suceder porque no
consumir' "Hay que estar bien delante de los ojos de Dios porque se
aproxima el f In".

'Date poca cadena porque te podes llegar a perdeCse dice "me veo
atado con una cadena al pié`,

Según Lacan si Ia voz del Otro debe ser considerada como


esencial»y Iodo analista será llamado a darle su lugar...en la
formación del superyó"(5) es necesario que el sujeto ponga en
cuestión esa voz para que pueda hablar desde éste tiempo, de
análisis para interrogar sus dichos, trabajo de la castración sobre
la alienación para hacer caer el goce.

La mirada se hacía presente por esos ojos que lo miraban, mirada


angustiante que apareció en los relatos de muchos de sus sueños
como intento de tramitación por esa vía regía, Bajo ese efecto y tal vez
por déficit simbólico, el sujeto a modo de una elección inconsciente,
sustituyó ahí con la incorporación de¡ objeto mirada y el objeto voz lo
que no había podido llegar a la significancia sus tres mundos- el de la
religión de la que se fue franqueando todos los límítes,el de la droga,y
en el que se decía que estaba tratando de estar. En éste último le era
difícil sostener-se , cuando convocado en relación al sígnificante
de¡ Nombre de¡ Padre, caía repetitivamente en el consumo: se
consumía en el goce superyoico.

Dos tiempos en esta cura- el tiempo de¡ ocultamiento del consumo,


ocultamiento que se develaba através del ruborizarse mostrándose
vergonzosamente ante la mirada del Otro.

De este tiempo sitúo la preeminencia de la mirada y voz superyoicas


que reducen al analízante al silencio. El consumo - del que la analísta
nada sabíaparecía decirlo todo. Ocultaba ya que el hablar se le
tornaba persecutorio.

No obstante siguió viniendo aún cuando esa mirada invasora se le


jugó en transferencia. Así como la voz.

Esa mirada y esa voz oracular no habían quedado por fuera sino eran
condición necesaria de la transferencia,

La mirada y la voz a la manera de cierta presencia del analista lo


inquietaban y lo llevaban a consumir.

En una secuencia: ojos de Díos,ojos que lo miran se puso en juego la


mirada del Otro como mirada superyoica. Enrojecía y hacía silencio
ante esa mirada que provocaba su vergüenza y que era él mismo.
Después del consumo no podía dar la cara: el miedo con vergüenza,
pero ¿qué era ésta última sino suponerse sin secreto transparente
para el Otro?,

Una intervención inauguró un tiempo diferente haciendo caer esa


mirada y voz superyoica.

En aquella ocasión y ante la presión de acontecimientos que


sumergían al analízante en la desesperación me encontré diciéndole-
"ya habrá tiempo para.. .-

Mi decir lo envió a un tiempo que él llamó del pensar, de alternancia


entre el hablar del consumo y el consumo en donde puso a prueba su
capacidad de espera, pudiendo entonces comenzar a escucharse en
lo más traumáfico de su subjetividad, En este otro tiempo, el del
develamiento del consumo,el analista poniendo a trabajar la mirada y
la voz pudo acompañar al analizante en la destítución de lo que lo
arrasaba como sujeto.
Voz y mirada como instrumentos en la cura produce que el
analízante pueda mirar de una manera diferente no quedando
silenciado su decir. Pero la mirada del analista que sostenga esa
diferencia no es sin su voz que con su intervención hace corte,
escansíón. Nombrada la ley como pacificadora cae el goce de la
mirada que petrífica y fascina al analízante,

Deseo del analista, que relanza el trabajo analítico una y otra vez
haciendo pasar esos objetos de restos superyoicos, plus de goce a lo
que es del orden de la causa de deseo.

Entiendo así la frase de Lacan: Ia dignidad del sujeto se juega en el


objeto"(6), Vacío propiciatorio que dispone así a esa dimensión
legítima del humor.

Notas

(1) Sem XI - "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis".

(2) Subversión del sujeto.

(3) Sem XI - "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis---.

(4) Sem XVI - "De otro al Otro"

(5) Sem XXI - "Los Nombres del Padre.

(6) "Sem VIII - "La Transferencia"

Referencias Bibliográfica

Lacan,J- "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanáfisis

Lacanj: "De un otro al Otro"

Lacanj. "Los Nombres del Padre"

Lacan,J- "La transferencia"

Dídier Weill,Alain: Los tres tiempos de la ley

Nasio,J: La voz y la interpretación

Assoun.,Paul- La Mirada y la Voz

Glasman,Sara: Transferencia y Acto Analítico-Conjetural 14


Bremond,Monique: Objeto y Fantasma, En los límites de la
transferencía

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