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EL AMBIENTE
1. UN SISTEMA
b) según Lovelock, Gaia (conjunto de toda la vida en la Tierra) es un sistema homeostático. Este sis-
tema que se conserva a sí mismo, no sólo se adapta a los cambios, sino que incluso hace sus propios
cambios alterando su medio ambiente siempre que sea necesario para su bienestar.
c) el concepto de Sistema, es la palabra clave para interpretar la realidad, y concuerda con el nuevo
El Ambiente
Supone, asimismo, integrar conceptual y metodo- que las personas lleguen a comprender que los pro-
lógicamente lo cierto y lo incierto. Plantea la nece- blemas que afectan a los sistemas naturales (conta-
sidad de considerar las nociones de orden y desor- minación, deterioro del agua, aire y suelos; escasez
den, de azar y necesidad, en sus características, a la de recursos, etc.) no pueden ser interpretados sin
vez antagónicas y complementarias (Morín, 1984). conectarlos con lo que sucede en los sistemas so-
El gran objetivo para la Educación Ambiental es ciales, sistemas económicos, etc. Muy a pesar de
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Manual de Educación Ambiental
esta intención frecuentemente utilizamos, con la mejor voluntad, procedimientos en los que olvidamos
esta interdependencia inter-sistémica.
EDUCACIÓN AMBIENTAL
La presente imagen expresa la evolución del ambiente
como sistema natural, modificado por la presencia del
hombre. La actualidad muestra el franco avance del sub-
sistema artificial sobre el sistema natural. El impacto ne-
gativo de la sociedad sobre el ambiente es significativo
en los primeros 50 años del pasado siglo. Los problemas
ambientales se han hecho agudos e irreversibles en mu-
chas regiones del planeta.
En un intento de explicación respecto a la actuación humana sobre la naturaleza, se podría aceptar que
aquella se mueve entre grados de intervención próximos a cero, (mínimo que corresponde al concepto de
ecosistemas naturales) y grados de intervención
próximos a cien, (máximos correspondientes con
el ecosistema muy modificado) como el ecosis-
tema urbano. Entre unos y otros, el medio rural
presenta una gama de intervenciones amplísimas,
que varían según el espacio donde se recrea (mon-
taña, valle, llanura).
La diversidad de especies y relaciones, los mecanismos de regulación interna, la estabilidad frente a los
cambios exteriores, son factores que condicionan y explican la organización y el comportamiento de los
Ecosistemas Naturales. En ellos como en cualquier otro sistema, la alteración de cualquiera de sus com-
ponentes, influye en todos los demás elementos del conjunto y determina reajustes en su organización
interna a través de los procesos de autorregulación. Los ecosistemas mantienen, de esa forma, un modo
de equilibrio dinámico.
No podemos concebir los ecosistemas naturales como realidades independientes, sino relacionándose de
forma continua unos con otros, dentro de ese gran ecosistema complejo que es la Biósfera.
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La ciudad ha sido descripta frecuentemente como un ecosistema, aunque hay algunas puntualizaciones
que hacer al respecto. En primer lugar, es cierto que en ella confluyen los componentes básicos de un eco-
sistema: el biotopo (sustrato físico) y la biocenosis (comunidad de seres vivos que las habita; entre ellos, el
más importante, el ser humano). También es posible detectar en las ciudades fenómenos de competencia
y segregación similares en los que se producen en los ecosistemas naturales, y un nivel propio de auto-
organización que explica y regula sus funciones colectivas como un entramado de relaciones entre sus
distintos elementos.
Sin embargo, la ciudad presenta algunos rasgos diferenciales, respecto de los ecosistemas naturales como
la materia y energía que nutren a la ciudad (alimentos, petróleo, etc.). Las mismas no se producen o sin-
tetizan en el interior del propio sistema, sino que proceden de otros ambientes apartados, a veces incluso
muy lejanos. En consecuencia, no existe tampoco una relación interna de autorregulación entre el volu-
men de los productores y el de los consumidores, como en los ecosistemas naturales.
En el mismo sentido, los mecanismos de mercado, al obtener los elementos necesarios para la sustenta-
ción de la ciudad en múltiples mercados exteriores, saltan por encima de cualquier adecuación regulado-
ra, productor-consumidor, como la que encontra-
ríamos en un sistema natural. Por otra parte, en el
sistema urbano no se cierra el ciclo ecológico con
la existencia de organismos descomponedores que
devuelvan al medio (reciclen) las materias de dese-
cho, tal y como sucede en los sistemas naturales. Los
numerosos restos inservibles de materia orgánica e
Capítulo 1 | El Ambiente
El término desarrollo es uno de esos que muchos utilizan para designar (o encubrir) procesos que van
desde la simple acumulación económica en unas aéreas y grupos del planeta, a las ayudas que crean de-
pendencia en otras zonas. Coexistiendo con estas experiencias, podríamos considerar más cercanas al
auténtico desarrollo, los planes de desenvolvimiento de comunidades humanas basadas en la utilización
racional de los recursos, en los que los aspectos ecológicos tienen gran peso y los propios grupos sociales
intervienen decisivamente en la definición de los objetivos y prioridades de los proyectos. Convendría
admitir que no todo lo que se designa como “desarrollo” lo es auténticamente, al menos en el sentido pro-
fundo que la palabra tiene. Lo que hace necesario realizar algunas aclaraciones, respecto a las diferencias
entre “crecimiento” y “desarrollo”.
Lo que hemos denominado crecimiento es un proceso de simple incremento en los indicadores de tipo
cuantitativo (producto bruto interno, renta per cápita, etc.), que se utilizan para rendir el avance econó-
mico de un país o comunidad. Sin embargo estos indicadores dejan de lado los aspectos cualitativos que
nos ayudarían a entender la repercusión en la felicidad humana.
Las necesidades humanas deben ser necesariamente satisfechas, en pos de preservar la condición digna de
toda persona. Sin embargo la tendencia actual, con el incremento del consumo, no ha instituido necesida-
des reales, sino superfluas, efímeras, propiciando el trastocamiento de los valores, al centrar la justificación
de nuestra vida en los aspectos económicos y materiales. La tendencia de una planificación econocéntrica,
guiada únicamente por el propósito privado de lucro o de inmediata ganancia, ha influido negativamente en
el comportamiento de la población en su conjunto.
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La equiparación del concepto desarrollo con “simple crecimiento”, es algo que sigue presidiendo, en líneas
generales, las políticas de Occidente, en las que se ha impuesto la idea de producir más, consumir más,
como verdaderos objetivos que conducen a las sociedades humanas a la felicidad. De esta concepción
se han derivado los modelos desarrollistas de la mayor parte de los países industriales avanzados. Tales
modelos han mostrado su ineficacia al no propiciar sociedades equilibradas ecológica y socialmente, rea-
lidad observada en la crisis ambiental actual. El auténtico desarrollo, considera además de estimaciones
cuantitativas, algunos parámetros cualitativos (autosuficiencia o dependencia de la comunidad en cues-
tión, de modelos de utilización y reciclado de los recursos, de equidad en el reparto o distribución de los
bienes y servicios básicos, posibilidades de empleo y ocio de sus miembros, incidencia de las mujeres en
las políticas demográficas, etc.).
El nivel de vida de una población, se expresa mediante el resultado de una estimación cuantitativa que
permite conocer el grado de acceso a los bienes de consumo y los servicios que tiene dicho grupo social.
El concepto de nivel de vida engloba distintos componentes y no puede ser definido tan solo por el poder
adquisitivo (que da cuenta de la capacidad para comprar bienes o pagar servicios) pues incluye también
algunas prestaciones sociales gratuitas, salarios, etc. Lo que le caracteriza es sobre todo, su capacidad
para ser medido a través de indicadores cuantitativos. Al hablar de calidad de vida, se incluyen aspectos
relativos no solo actividades económicas, sino a toda la compleja trama ecológica, afectiva, cultural, reli-
giosa, etc. que rodea a los seres humanos (lo que resulta de muy difícil o imposible medición a través de
indicadores cuantitativos).
3.1. RIESGO
Las sociedades humanas han soportado siempre múltiples riesgos sin que pudiesen hacer algo para pre-
venirlos. Y se suma a estos, los casos de los sucesos que pueden ser previsibles. Existe un problemático
abismo entre la información que nos proporcionan nuestros conocimientos científicos e históricos sobre
la realidad y la responsabilidad que se observa en la toma de decisiones.
Por ello, cuando nos referimos al concepto de riesgo de desastre, se puede definir como la probabilidad
de daños que se producen como resultado de la ocurrencia de cualquier fenómeno de origen natural o
humano sobre una comunidad vulnerable a dicho fenómeno. En este marco conceptual, se entiende que
el riesgo es, además, el resultado de la combinación de dos factores: la amenaza y la vulnerabilidad.
La amenaza refiere a fenómenos y/o procesos de origen natural o humano que potencialmente pongan en
peligro la vida y /o las condiciones de vida de las personas, los recursos naturales, la propiedad e infraes-
tructura, la productividad económica y la prosperidad, en general, de una región. La amenaza también es
conocida en la bibliografía sobre riesgos como peligrosidad o peligro.
la intensidad de los daños que tal amenaza produzca. Es por eso que el grado de daño que pueda causar un
desastre se relaciona directamente con la existencia de mayores o menores condiciones de vulnerabilidad.
Para abordar el riesgo es necesario hacerlo desde las dimensiones ética, política y científico-tecnológica,
prerrequisito para la correcta toma de decisión a la hora de evaluar la pertinencia o no, de llevar a la prác-
tica proyectos de acción humana. Con ello la sociedad tiene la responsabilidad de trabajar en programas
educativos-ambientales con jóvenes y/o adultos, para abordar la cuestión del riesgo, como tema central e
interpretar en toda su complejidad las implicaciones de los proyectos de desarrollo.
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Manual de Educación Ambiental
Las exigencias de la razón práctica emanan de la idea de armonizar los derechos a la igualdad de todos los
seres humanos, con el derecho a disfrutar de un ambiente adecuado para el bienestar de todos los miem-
bros de la misma generación y de las generaciones futuras. En esta exigencia está implícito el derecho al
desarrollo humano, imposible de alcanzar sino en armonía con el desarrollo de todos los pueblos y con
respeto al equilibrio de la naturaleza. Por ello la reflexión ética no puede ser ajena a la vida cotidiana; los
ciudadanos y los diversos agentes sociales tienen que participar en la toma de decisiones desde marcos
básicos de aplicación de los principios éticos generales a los problemas y situaciones concretas que puedan
comportar a un desarrollo humano sostenible a nivel local.
En las sociedades democráticas, existen dos tipos de planteamientos claramente diferenciados cuando se
combina el tema riesgo con el de libertad. Por una parte, aquellos riesgos que el sujeto individual y libre-
mente puede asumir en la medida en que se refieren fundamentalmente a su propia persona; y por otra
parte los riesgos que son impuestos, derivados de decisiones políticas en las que individuos y las comuni-
dades tienen derechos y la obligación de hacerse escuchar.
Datos Importantes
Existen distintos organismos, que por su función específica comparten las cuestiones afines a las pro-
blemáticas ambientales, que en el tránsito de sus actividades observaron la superposición de esfuerzos
o bien el desentendimiento de algunos efectos de sus acciones sobre el ambiente. Esto originó la crea-
ción de un órgano de coordinación a los efectos de contribuir a mejores resultados como es el caso el
Consejo Provincial del Ambiente, conformado estrictamente por miembros de entidades oficiales y
otras de carácter civil (ONG). El organismo creado está avalado por la Ley Nº 6634, Ley General del
Ambiente.
El organismo provincial mencionado tiene como misión proponer políticas ambientales de gobier-
no, emitir opiniones y resoluciones sobre problemas ambientales y evaluar la condición de catástrofe
ambiental; asesorar al Poder Ejecutivo Provincial, al Ministerio competente o a cualquier organismo
público o privado, nacional o internacional, cuando así lo requieran. Así también conformar comi-
siones para la elaboración de propuestas y tratamientos de temas específicos e incentivar, promover y
desarrollar la investigación y difusión de conocimientos sobre el ambiente a través de programas de
difusión de la problemática ambiental y cultural, promoviendo la participación ciudadana.
El Consejo Provincial del Ambiente, lo conforman miembros que cumplen funciones “ad honorem” y
es presidida por el Secretario de Estado de Ambiente y Desarrollo Sustentable, actualmente el Licen-
ciado Raúl Tello.
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4. IMPACTO AMBIENTAL
Por ello ante cualquier proyecto de construcción u ordenamiento territorial, aparece la necesidad de con-
templar no sólo la pertinencia de las obras por su rentabilidad y la utilidad inmediata, sino la influencia
positiva o negativa que éstas pueden ejercer.
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Manual de Educación Ambiental
El concepto de Evaluación del Impacto Ambiental nace de la necesidad de estimar el alcance de estos efec-
tos. En general, el término impacto indica alteración, cuando la ejecución de un proyecto se introduce en
el medio, expresada por la diferencia entre la evolución de éste «sin» y «con» proyecto. Su interpretación
en términos de salud y bienestar humano es lo que define el impacto ambiental.
5. ACTIVIDADES INTEGRADORAS
En este apartado se ha previsto brindar anticipos sobre el abordaje de la Educación Ambiental en los dife-
rentes ámbitos y destinatarios, estimando para ello dos niveles de tratamiento, en nuestro caso destinado
al docente y alumnos, con diferentes niveles de complejidad. Matizando con actividades sugerentes que
posibiliten sondear, reconocer, conceptualizar y reflexionar sobre esta temática tan compleja.
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sugiere trabajar de manera compartida, para fortalecer la tarea docente y los efectos de la misma sobre
la comunidad educativa a través de proyectos específicos. Sin dejar de tener en cuenta que las actividades
a realizar aspirarán a superar la instancia de la preocupación a la ocupación. Ello no sólo demandará la
descripción del objeto sino poder propiciar a través de estrategias didácticas el compromiso firme del
sujeto que aprende y del conjunto.
B. Distingue entre los problemas detectados los efectos que provoca en los ecosistemas
Sugerencia: en el siguiente cuadro se señalan los pasos posibles a seguir para reconocer y abordar un
problema ambiental.
¿Cómo se percibe el proble- ¿Cómo se manifiesta? ¿Qué se puede hacer desde la tecnología, la
ma en diferentes ámbitos so- ¿Cuáles son las consecuencias en ciencia y la gestión para solucionar, corre-
ciales? diferentes ámbitos, los efectos del gir, evitar?
¿Qué ideas tienen los escola- mismo? ¿Qué se ha hecho antes en condiciones si-
res sobre el problema? ¿Cuál es el origen, las causas? ¿Por milares y cómo ha salido? ¿Cuál ha sido el
¿Cómo se refleja en los me- qué se produce? resultado?
dios de comunicación, ten- ¿Qué instrumentos de prevención ¿Cómo se ha realizado, quién lo ha hecho?
dencias de opinión existen- existen? ¿A quién corresponde dar soluciones,
tes? ¿Hay responsabilidades? ¿quién o quién debe intervenir en la solución?
·Intereses existentes e in- quiénes lo causan? ¿En qué medida los ciudadanos pueden in-
fluencia en el planteamiento -Vías, procesos, secuencias de desa- tervenir? ¿Qué pueden hacer los escolares?
del mismo rrollo o evolución de hechos. ¿Qué acciones pueden emprenderse?
·Importancia dada, ¿qué es lo -Efectos directos sobre la salud, ám- ¿Qué metodología emplear?
más perceptible? bito personal, relación con el BIEN- ¿Cómo evaluar los resultados de las accio-
·Mecanismos que participan ESTAR y la calidad de vida. nes en diferentes ámbitos?
Capítulo 1 | El Ambiente
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6. MARCO LEGAL
7. GLOSARIO
MEDIO o AMBIENTE: es el sistema global constituido por elementos naturales y artificiales de natura-
leza física, química, biológica, sociocultural y de sus interrelaciones, en permanente modificación por la
acción humana o natural que rige o condiciona la existencia o desarrollo de la vida.
ECOSISTEMA: Conjunto de organismos vivientes cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y se desa-
rrollan en función de los factores físicos y químicos en los que evoluciona.
BIODIVERSIDAD: término general para designar la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuen-
te, incluidos los ecosistemas terrestres y marinos, y otros ecosistemas acuáticos, y los complejos ecológicos
de los que forman parte. Comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los eco-
sistemas. La biodiversidad es función del tiempo (evolución) y del espacio (distribución biogeográfica).
8. BIBLIOGRAFÍA
• Gray de Cerdan, Nelly (2006) “Informe final. Plan Estratégico ordenamiento territorial urbano y rural
provincia de San Juan” Subsecretaría de Obras Públicas de la Nación, Dependiente de la Secretaría
de Obras Públicas del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de a Nación.
Septiembre.
• Novo, María (2003) “La educación Ambiental. Bases éticas, conceptuales y metodológicas” Editorial
Universitas S.A.Madrid.
• Yus Ramos, Rafael (1996) “Temas Transversales” Hacia una nueva escuela. Grao Barcelona
• Documento Ordenamiento territorial
9. DIRECCIONES DE INTERNET
• www.ecoweb_la.com/legislación
• www.ecoportal.com/educación
• www.biósfera.org.ar
• www.cúspide.com
• www.legsanjuan.gov.ar/medioambiente
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