Artículo académico 2019/08 Rodríguez, L.

UNA MIRADA A LA PROBLEMÁTICA AMBIENTAL ACTUAL. LAS HUELLAS DEL

ANTROPOCENTRISMO, LA DESTRUCCIÓN Y EL CAOS.

A LOOK AT THE CURRENT ENVIRONMENTAL PROBLEM. THE FOOTPRINTS OF

ANTHROPOCENTRISM, DESTRUCTION AND CHAOS.

Diana Lizeth Rodríguez Vargas1.

1 Licenciada en Biología, Maestría en Gestión Socioambiental, Universidad de Ciencias

Aplicadas y Ambientales U.D.C.A.

RESUMEN SUMMARY

Históricamente desde su aparición en el Historically, since its appearance on the

planeta producto de una serie de procesos
evolutivos, el ser humano ha tenido cambios
en su dinámica poblacional, cambios que
impactan en mayor o menor medida los
recursos naturales, esto se determina a partir
de cosmovisiones, de formas de entender la
naturaleza y de entenderse así mismo, parte
de la situación actual de los ecosistemas es
así, debido a la errada (a mi juicio) manera de
pensar antropocéntrica, que fomenta una
superioridad absoluta en la cual somos
dueños de todo lo existente en la tierra y en
ese sentido hacer uso de los recursos
naturales de manera indiscriminada, sin tener
en cuenta los impactos que se generan, en
dimensiones como la ambiental, económica y
social. Claramente la época se caracteriza
por ameritar decisiones y acciones claves y
contundentes que permitan mejorar las
condiciones del planeta y en ese sentido
minimizar fenómenos como la extinción
masiva de especies, la contaminación de
ecosistemas, la deforestación desmedida y el
calentamiento global (solo por mencionar
algunos), es urgente un cambio de
comportamiento que nos aleje de la
explotación de recursos y potencie la
sostenibilidad ambiental.
Palabras clave: Recursos naturales, ecología
humana, ecosistemas, impacto ambiental,
desarrollo sostenible.
planet as a result of a series of evolutionary
processes, human beings have had changes
in their population dynamics, changes that
have a greater or lesser impact on natural
resources, this is determined from
worldviews, ways of understanding nature
and to understand itself, part of the current
situation of ecosystems is thus, due to the
erroneous (in my opinion) anthropocentric
way of thinking, which fosters absolute
superiority in which we own everything that
exists on earth and in that sense make use of
natural resources indiscriminately, without
taking into account the impacts that are
generated, in dimensions such as
environmental, economic and social. Clearly,
the era is characterized by meriting key and
forceful decisions and actions that improve
the conditions of the planet and in that sense
minimize phenomena such as mass
extinction of species, pollution of ecosystems,
excessive deforestation and global warming
(just to mention a few ), a change in behavior
that takes us away from the exploitation of
resources and enhances environmental
sustainability is urgent.
Keywords: Natural resources, human
ecology, ecosystems, environmental impact,
sustainable development.
INTRODUCCIÓN
Artículo académico 2019/08
Para abordar la ecología del desarrollo
humano, es importante en principio
comprender que la ecología hace referencia
a las relaciones estructurales y funcionales
que se forman entre los niveles de
poblaciones o de comunidades y el ambiente
donde tienen ocurrencia procesos
adaptativos y evolutivos que determinan la
existencia de las especies. El grado de
complejidad aumenta al analizar la incidencia
que tiene el ser humano en la dimensión
ecológica, ya que dada su esencia este
involucra otras dimensiones como la
económica, la social, la política, la cultural,
entre otras, impactando de gran manera los
complejos ecológicos, llegando a modificar
los ecosistemas entendidos como la unidad
que incluya todos los organismos en un área
dada interactuando con el ambiente físico, de
forma que el flujo de energía lleva a definir
estructuras tróficas, diversidad biótica y ciclos
de materiales (Odum, 1971). Además de la
complejidad que por sí solos ya presentan los
ecosistemas, Sánchez (2008), involucra el
concepto de ecosistemas sociales, en los
cuales se tiene en cuenta la participación e
incidencia del ser humano.
Los ecosistemas sociales se componen
principalmente de cuatro factores que son la
organización social, la tecnología, la
población y el ambiente, cada uno de estos
influye de gran manera en la dinámica social
y por ende en el mantenimiento de las
acciones humanas las cuales repercuten en
los ecosistemas naturales, entre estos podría
destacarse la creciente demanda y
explotación de recursos de manera
desmedida y descontrolada. Sin embargo, es
necesario resaltar que en las últimas décadas
la figura de conciencia y responsabilidad
ambiental han sido frecuentes, pues toma
fuerza la preocupación por el estado actual
del planeta, y más aún por la supervivencia
del mismo ser humano en años venideros o
Rodríguez, L.
en futuras generaciones, por esta razón se
han creado movimientos o colectivos que
trabajan en pro de mejorar las condiciones de
la tierra o por lo menos de contrarrestar y
minimizar los impactos que se generan a
diario, aunque el panorama sigue siendo de
destrucción y explotación de los recursos
naturales existen estrategias como incluir la
educación ambiental en los planes
curriculares, las cuales pueden aportar de
forma significativa en el cambio de
pensamiento frente a las acciones humanas
para con el planeta, así como de buscar un
equilibrio entre las practicas configuradas a
partir de la dinámica económica, el desarrollo
y la naturaleza desde una perspectiva de
sostenibilidad.
MATERIALES Y MÉTODOS
Para la construcción del presente escrito se
hizo una revisión bibliográfica principalmente
al texto Ecología del Desarrollo Humano,
escrito por el docente (Phd) Fernando
Sánchez Sánchez, en el año 2008, además,
con el fin de enriquecer el análisis y la
reflexión de los tópicos tratados por el autor
mencionado, se revisaron algunos escritos
de divulgación científica, que permiten mayor
argumentación frente a las temáticas
tratadas. De igual manera se revisaron
algunos conceptos y su impacto en diferentes
dimensiones como la económica y la
ambiental y la vigencia de los mismos en la
actualidad.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la naturaleza de manera constante se dan
complejas interrelaciones entre factores
bióticos y abióticos y el entramado de todos
ellos da lugar a una serie de formas de vida,
comportamientos y demás que marcan la
dinámica de las poblaciones Malacalza
(2013) El hombre sin lugar a dudas hace
parte de esa compleja red de relaciones y
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podría decirse que por mucho es la especie
que genera el mayor impacto en cada uno de
los escenarios en los que se encuentra.
Aunque la especie humana ha estado en la
tierra por siglos, solo desde hace unas
décadas se ha fortalecido una preocupación
por los rastros y huellas que estamos dejando
en el planeta, algunas de las cuales son
irremediables, debido al crecimiento
exponencial de la especie humana, dado a la
gran demanda de recursos que necesita para
suplir necesidades básicas, lo que ha
ocasionado una sobreexplotación de
recursos que a su vez genera una inmensa
cantidad de desechos, los cuales ocasionan
graves problemas de contaminación y
degradación de los ecosistemas.
Desde sus inicios la especie humana ha
buscado la manera de acoger herramientas y
comportamientos que faciliten la existencia,
en esa búsqueda constante, es posible
afirmar que actualmente la tecnología juega
un papel fundamental, pues son innegables
muchos de los beneficios de la tecnología, ya
que todos los días se producen miles de
dispositivos y partes electrónicas que facilitan
nuestra vida, “pues estamos inmersos en la
era de las nuevas versiones, nuevos modelos
y nuevas funcionalidades tecnológicas”
(Valdiviezo, 2011), sin embargo lo alarmante
del asunto está en que no existe una reflexión
y análisis crítico de las consecuencias
ambientales que esto genera, puesto que al
aumentar el auge y el desarrollo tecnológico
también crece de forma desmedida la
generación de residuos tecnológicos.
No obstante, si bien es cierto que la
tecnología posibilita el acceso y el alcance a
muchos elementos esenciales como
transporte, trasformación de alimentos,
medicamentos, acceso al conocimiento,
industrialización de la mano de obra, entre
otros, también puede decirse que podría ser
Rodríguez, L.
símbolo de amenaza ya que la
industrialización produce un centenar de
herramientas, artefactos y objetos que en
ocasiones son innecesarios y cumplen
solamente el papel de satisfacer caprichos
superfluos de la sociedad consumista, pero
que también desplaza la mano de obra,
mediante la automatización de procesos, lo
que desencadena en la producción de “seres
inútiles”, como manifiesta en autor, ya que las
capacidades físicas humanas no podrán
compararse con las de algunas máquinas.
De otro lado la tecnología puede consolidarse
como una oportunidad para contribuir de
manera positiva con el impacto ambiental que
genera la actividad humana, mediante la
creación de máquinas o herramientas que
puedan disminuir la contaminación actual del
planeta, reducir emisiones de gases
contaminantes y material particulado,
fortalecer las denominadas energías limpias,
eliminar desechos, y contribuir con ramas
como la construcción y transporte.
Sin embargo, es necesario tener presente
que como Menciona Sánchez (2008), en la
dinámica social actual es difícil pensar en una
vida sin tecnología y más aún cuando esta
hace parte de un modelo económico y de
desarrollo donde por supuesto tiene una
participación importante el ambiente,
principalmente en dos sentidos, el primero de
ellos porque proporciona las materias primas
necesarias para llevar a cabo los procesos de
producción, y, en segundo lugar, el medio
ambiente actúa como receptor de residuos,
provenientes de los mencionados procesos
de producción y consumo (García, 2004).
Dicho modelo económico causa también el
desplazamiento y la migración masiva de
personas del campo a las ciudades, que es
donde finalmente se generan las mayores
cantidades de residuos, por tanto puede
decirse que desde la consolidación, las
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ciudades representan un impacto ambiental
fuerte, que puede evidenciarse en las
alteraciones del suelo, la destrucción de la
fauna, la alteración de los factores bióticos y
abióticos de un espacio, que difícilmente se
pueden resarcir aunque frecuentemente se
haga alusión al mantenimiento de las
condiciones naturales del ambiente, por
tanto, lo adecuado sería como menciona
Rodríguez (2000) hacer referencia a la
necesidad de mantener los impactos
negativos dentro de ciertos "límites" que
permitan conformar ciudades sostenibles.
No obstante, pese a que las ciudades o
consolidaciones urbanísticas generen un
impacto ambiental que puede persistir
durante siglos o incluso nunca llega a
desaparecer, y que frecuentemente estén
asociadas a lo construido, como elemento
opuesto a lo natural, es importante tener en
cuenta como manifiesta Lefebvre (2010) que
las ciudades configuran un aspecto social
fundamental ya que en principio son el reflejo
de dinámicas políticas, económicas,
culturales entre otros, producto de tradiciones
o historias, lo que les permite también
consolidarse como ejes fundamentales en la
construcción y organización del territorio.
Por tanto las ciudades pueden ser escenario
de consolidación de voces y colectivos que
busquen unificar esfuerzos encaminados a
contrarrestar la problemática ambiental
actual, para esto es imprescindible consolidar
una conciencia ambiental y lo más importante
pasar del discurso y llevar a cabo acciones
reales que realmente generen cambios en el
planeta. Desde hace décadas han surgido y
prosperado movimientos creados con el fin
de visibilizar las problemáticas relacionadas
con el deterioro de la naturaleza, sin embargo
en ocasiones ha quedado en lo romántico y
lo idílico del discurso sin aterrizarlo a
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situaciones y fenómenos reales que priorizan
de una atención inmediata.
Teniendo en cuenta lo anterior, es necesario
traer a colación el planteamiento de Colín
(2003) al manifestar que tanto los problemas
como las soluciones propuestas en el marco
de la situación ambiental actual deben ser
ubicados necesariamente dentro de un
contexto de crisis global, que perfila el fin de
una época donde las relaciones de poder
demuestran que los intereses políticos y
económicos en la mayoría de los casos se
superponen sobre lo ambiental, donde los
valores sociales y los principios de respeto a
todas las formas de vida solo están presentes
en algunas minorías, donde el dinero es el
protagonista por encima del sentido de la
responsabilidad social y ambiental, donde la
pobreza es creciente y fuertemente asociada
a la contaminación y generación de residuos
sólidos, lo que genera principalmente en los
países en desarrollo un círculo vicioso de
miseria y devastación de recursos.
Como se decía anteriormente, no todas las
personas son indiferentes a la problemática
ambiental y muestra de ello han sido los
movimientos ambientalistas que han surgido
desde la década de los 60, los cuales
presentan dentro de sus grandes
orientaciones dos rasgos distintivos, el
primero de ellos es la oposición a la lógica y
la dinámica del desarrollo capitalista, que
busca en esencia el crecimiento económico,
a través de la utilización de recursos
atentando contra el capital natural existente a
nivel planetario; el segundo rasgo se basa en
la promoción de un sistema de valores que
promueve la conciencia ambiental y las
prácticas de poco impacto en la naturaleza.
Dentro de los movimientos ambientalistas se
destacan el proteccionista, conservacionista,
el ecologista y el de desarrollo sostenible,
cada uno de estos ha sido motivado por la
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preocupación de destruir por completo el
planeta y arrasar totalmente con la
naturaleza, de transformar los ecosistemas y
acelerar la ya iniciada extinción masiva de
especies, sin embargo, los principios de cada
uno son distintos y las acciones también han
sido diferentes logrando alcanzar en
incomparables proporciones la atención
social, el acogimiento y la aceptación,
actualmente como menciona Sánchez
(2008), estas tendencias coexisten y buscan
el avance hacia una sociedad ecológica
donde lo social no esté por encima de lo
ambiental.
No obstante, es pertinente resaltar que la
divulgación de la problemática ambiental por
parte de los movimientos ambientalistas a
través de los años han sido significativos, ya
que han logrado dar pasos importantes en
términos de la búsqueda de una conciencia
ambiental, pues como argumenta Mera
(2003) parte de la población tiene información
sobre la crisis ambiental que enfrenta la
humanidad, sin embargo, “el bajo grado de
profundidad de esta información y su poca
integración y articulación no es suficiente
para motivar y generar cambios de actitud, lo
cual dificulta el acercamiento a la
sostenibilidad ambiental” (Mera, 2003).
Uno de los discursos más vigentes en
relación a la problemática ambiental y las
acciones para mitigarlo es el del desarrollo
sostenible, el cual propone una serie de
objetivos que están planteados de manera
que se puedan satisfacer las necesidades de
la generación presente sin comprometer la
capacidad de las generaciones futuras para
satisfacer sus propias necesidades, sin
embargo el termino necesidades es bastante
problematizante, ya que estas son subjetivas
a las esencia de cada ser humano y lo que
para alguien puede ser obsoleto e
innecesario para otra persona puede
Rodríguez, L.
constituir una necesidad, en este sentido y al
no existir una claridad sobre qué tipo de
necesidades al que se hace referencia, la
ambigüedad del termino lleva a diferentes
interpretaciones ocasionando la continuación
del uso desmedido de recursos en la
búsqueda de esa satisfacción de
necesidades, por otro lado, podría decirse
que si actualmente para muchos no
representa preocupación fenómenos como
que en el futuro cercano dejen de existir una
gran cantidad de especies o se empiecen a
vivir crisis por escases de agua, mucho
menos su egoísmo absoluto los llevara a
sentir preocupación por lo que puedan
enfrentar o necesitar las generaciones
futuras.
El desarrollo sostenible, además de ser una
posibilidad de actuar y pensar diferente en
relación a las practicas que como especie
humana realizamos, es también una
posibilidad para ver de manera integrada las
dimensiones ecológica, social y económica,
ya que ninguna de estas se debe abordar de
forma independiente, pues es precisamente
esa independencia la que imposibilita una
mirada integradora que permita encontrar
soluciones para afrontar la problemática
ambiental que nos incumbe a la sociedad en
general.
Desde esa perspectiva puede hablarse de un
desarrollo sostenible desde un enfoque
sistémico, ya que como manifiesta Gallopín
(2003) proporciona una perspectiva más útil
que otros métodos analíticos para entender la
dinámica actual debido a que es una manera
de reflexionar en función de conexiones,
relaciones y contexto. Así mismo, el
pensamiento sistémico requiere tener en
cuenta al mismo tiempo los aspectos locales
y globales y la forma en que se relacionan
recíprocamente, puesto que es cada vez más
evidente que la búsqueda de la sostenibilidad
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y del desarrollo sostenible exige integrar
factores económicos, sociales, culturales,
políticos y ecológicos.
En concordancia con lo anterior, puede
decirse que el desarrollo sostenible es un
tema bastante controversial y complejo, al
analizarlo a la luz del pensamiento sistémico
se aumenta su complejidad, no obstante,
esto más allá de ser una dificultad, puede
considerarse como un reto para que sea
afrontado desde las diferentes disciplinas que
se aborda; por otra parte, esto permite
comprender que el humano necesariamente
hace parte del ambiente y en consecuencia
cada una de las acciones que realiza tiene
implicaciones en el mismo, es ineludible
entender que el ambiente es un sistema y que
ninguno de sus componentes se encuentran
de manera aislada, sino contrario a esto las
relaciones que allí tienen ocurrencia son las
que determinan las características del
ambiente entendido como sistema.
Para el caso de Colombia es importante
mencionar que el tema ambiental y la
problematización de la situación actual es
cotidiano, pues dentro del curriculum y la
academia se ha incorporado la educación
ambiental y se aborda en muchas
instituciones educativas y dentro de
diferentes planes curriculares, lo cual es un
avance significativo ya que como menciona
Colín (2003), es necesario constituir un
cambio de la mano de las nuevas
generaciones si se quiere subsistir, donde se
privilegie el verdadero cambio de conductas
y actitudes del hombre hacia la naturaleza.
Sin embargo, vale la pena tener en cuenta los
postulados de Mera (2003), cuando
manifiesta que pese a que se han logrado
avances en la academia en lo referente a la
dimensión ambiental no han llegado con la
profundidad requerida al contexto popular,
político y económico; debido a que “en
Rodríguez, L.
muchos medios académicos de formación
disciplinar, no se ha realizado el ejercicio
riguroso de conceptualización que se
requiere en el campo de lo ambiental, lo cual
difiere considerablemente de manejar el
significado como palabra” (Mera, 2003), es
así como el tema ambiental y algunos
conceptos que hacen parte del mismo son
ampliamente abordados pero no han sido
debidamente incorporados con un sentido y
significado riguroso en la cotidianidad, ni en
el ejercicio profesional, lo que genera
diversas interpretaciones y en ese sentido
diversas maneras de entender y enfrentar
una problemática.
Finalmente, vale la pena mencionar que
como manifiesta Pasek De Pinto (2003), por
una parte, existe poca preocupación por lo
ambiental, ya que pareciera que tanto en la
escuela como en la sociedad en general no
se le brinda la importancia que se debe a los
temas ambientales, tal vez por la carencia de
una cultura ecológica desde épocas
anteriores, o quizá debido a que algunas
personas “viven inmersos en una realidad
que no objetivan ni problematizan” (Pasek De
Pinto, 2003); sin embargo vale la pena seguir
visibilizando las problemáticas existentes y
seguir promoviendo una reflexión crítica
frente a cada una de las acciones del ser
humano que impactan en gran medida los
ecosistemas; aunque se han logrado
avances importantes como la creación de
políticas ambientales, los espacios de
divulgación científica, la incursión cada vez
mayor en la academia, queda mucho por
hacer, muchas acciones que realizar que
pueden generar grandes cambios, no se
puede negar que estamos en un momento
crítico, sin embargo esta en las manos de
todos la posibilidad de generar conciencia en
otros mediante la divulgación, el ejemplo y la
reflexión para dejar un planeta habitable a
otros seres vivos no solamente humanos y no
Artículo académico 2019/08 Rodríguez, L.

necesariamente a otras generaciones, fortalecimiento de una cultura

porque si los hábitos no cambian y las
prácticas sociales continúan de la manera en
cómo se llevan a cabo hoy, probablemente ni
siquera hayan próximas generaciones.
CONCLUSIONES
Actualmente nuestro planeta se encuentra
sometido a una serie de presiones
ambientales resultantes de dinámicas
socioeconómicas, las cuales han configurado
un sistema de producción que se centra en
una lógica de explotación masiva de recursos
dejando enormes cantidades de desechos
que van a los ecosistemas afectándolos de
gran manera, diversas corrientes de
pensamiento han buscado un cambio de
mentalidad y un fortalecimiento de conciencia
ambiental con el fin de frenar o al menos
mitigar el impacto ambiental que se genera.
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