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Siempre Virgen
Siempre Virgen
LA SIEMPRE VIRGEN
1. In t r o d u c c ió n
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Así como antes se ha afirmado el carácter real y verdadero de la
maternidad de María, la Iglesia sostiene también la virginidad auten-
tica de la Madre de Jesús.
El papa Juan Pablo II ha reiterado repetidamente el sentido i
fuerte de la virginidad de María. Es un hecho que afecta tanto a sus
sentimientos, afectos y pensamientos (virginitas spiritualis) como a su
cuerpo (virginitas physica). Recordando a San Ildefonso de Toledo
en cuya obra Sobre la virginidad perpetua de Santa María J se «expre-
sa la fe de la Iglesia sobre este misterio»4, el Papa precisa «en que
la palabra virginidad ha de tomarse en un sentido realístico. Se trata,
pues de una virginidad real, no metafórica. Una virginidad que
afecta no sólo al alma, sino también al cuerpo y, por ello constituye
no sólo una gloria de María, sino también un misterio» . Juan ra -
bio II a continuación glosa y explica la significación que tiene «el
sentido realístico de esta verdad de fe. De modo virginal sm inter-
vención de varón y por obra del Espíritu Santo’ 6, María ha dado la
naturaleza humana al Hijo eterno del Padre. De modo virginal ha
nacido de María un cuerpo santo animado de un alma racional, ai
que el Verbo se ha unido hipostáticamente. Es la fe que el credo
amplio de San Epifanio expresaba con el término ‘siempre virgen » .
2. Se n t id o t e o l ó g ic o d e l a v ir g in id a d d e M a r ía
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MARLA, MADRE DEL REDENTOR
3. Fu n d a m e n t a c ió n E s c r it u r ís t ic a
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MASIA, MADRE DEL REDENTOR
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J.L. BASTERO DE ELEIZALDE
para este versículo: a) «El Santo que nacerá, será llamado Hijo de Dios»; b) «lo que nacerá
santo, será llamado Hijo de Dios»; c) «lo que nacerá, será santo y llamado Hijo de Dios»; d)
«lo que nacerá, será llamado Santo, Hijo de Dios». D e todas estas variantes este se inclina por
la b), porque es la más conforme a la economía del texto de San Lucas. Para un estudio mas
a fondo nos remitimos al artículo citado y a Se r r a , A., Virgen, en N.D.M. pp. 2.0U8-2.U1U.
15. Cfr. Lev 12,25; 18,19.
16. Se r r a , A., Virgen, N.D.M . p. 1.993.
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MARIA, MADRE DEL REDENTOR
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J.L. BASTERO DE ELEIZALDE
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MARIA, MADRE DEL REDENTOR
4. D e s a r r o l l o h is t ó r ic o d e l a v ir g in id a d d e M a r ía
non
en el mundo de una manera nueva, naciendo también de un modo
distinto... Jesucristo nació de un seno virginal con un nacimiento ad-
mirable» 3S.
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J.I.. BASìhRO Oi-.IJ.i.UMJJr,
artículo del Credo. Enseña este papa que se dice nacido de María
Virgen «porque también en esto hay gran novedad ya que el Hijo de
Dios salió del vientre de la Madre al fin del noveno mes, sin dolor
m menoscabo de la misma Madre, no dejando señal alguna de su
salida... y por esto se dice que la Madre de nuestro Señor Jesucristo
fue virgen antes del parto en el parto y después del parto » 49.
Los Racionalistas del siglo XIX y los Modernistas de principios
del XX afirmaron que la concepción virginal de Jesús es un mito
cristiano surgido por influencias paganas: helenistas, egipcias o per-
sas. Otros pretendieron fundar esta teoría del mito de la concepción
virginal de Jesús en el supuesto entusiasmo mitificador de los prime-
ros cristianos, en su afán de «divinizar» a Cristo.
Sm embargo, la concepción virginal de Jesús, tal como ha sido
enseñada por la Iglesia, difiere diametralmente de todo mito paga-
no, en las. mitologías paganas politeístas no se encuentra jamás la
idea de una «concepción virginal», sino lo contrario: teogamias o
nupcias de un dios con una mujer que concibe por unión sexual con
el dios mitológico. María, por el contrario, concibe en intacta e
mviolada pureza. El monoteísmo y la trascendencia de Dios propios
del cristianismo están en radical oposición a esos mitos paganos. El
concepto mismo y el hecho de la concepción virginal son exclusiva-
mente cristianos. La unánime creencia en la concepción virginal de
Cristo no es una verdad que se haya creado progresivamente, sino
que aparece clara, fija e inmutable desde el inicio mismo de la
Iglesia, y pertenece al contenido de la primitiva fe cristiana.
En los últimos años han surgido algunas interpretaciones que,
por influjo de planteamientos racionalistas, presentan la concepción
de Cristo con un sentido meramente «simbólico-religioso».
Algunos autores han entendido la concepción virginal como sim-
ple expresión de «la suma gratuidad del don que Dios nos hizo en su
Hijo». Razonan así: si toda paternidad y maternidad son realmente
un don que viene de Dios, Jesús es el supremo don divino a los
hombres el don más excelso; sólo eso significaría la concepción
virginal de Jesús50. Pero decir simplemente que Jesús es el don
supremo y más excelso de Dios a los hombres no es afirmar el hecho
de que ha sido concebido virginalmente; una cosa es la gratuidad de
un don y otra el modo en que ese don nos llega.
Aunque estas interpretaciones no niegan explícitamente la con-
cepción virginal de Cristo, silencian su sentido más estricto y esen-
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j.u h a s ie k o u t r.i.tA/iiiJJZ
cial: que Jesús fue concebido «sin semen y por obra del Espíritu
Santo»51; y presentando la concepción virginal como una mera ex-
presión simbólica de la gratuídad divina, parecen olvidar el realismo
biológico que implica esta verdad525 .
3
Estas opiniones buscan vaciar la concepción virginal de su senti-
do biológico (que sería en María una mera castidad conyugal); y
hacen una dicotomía entre la «concepción virginal», cuyo protago-
nista es Jesús, y la «virginidad biológica», que pertenece a María. En
aras de una desmitologización y de una adecuación a la mentalidad
moderna, afirman la primera premisa —equiparándola a «suma gra-
tuidad divina»— y niegan la segunda '3.
Otros autores ponen en tela de juicio la concepción virginal
basándose en que el único modo racional de admitir esa concepción
es acudir a la partenogénesis. Pero aunque ésta pudiera realizarse,
nunca resultaría de ella un varón, sino una mujer, ya que el cromo-
soma Y no pertenece al genoma femenino. Por tanto, un óvulo
virginal nunca posee el cromosoma que origina el sexo masculino.
En el fondo de esta teoría hay un pre-juicio de carácter racionalista
que lleva a rechazar el poder omnipotente divino, que puede hacer
el milagro de engendrar una naturaleza humana que se une al Ver-
bo, en el seno de María Santísima.
Ante tales interpretaciones incorrectas, salió al paso el papa
Pablo VI quien, en carta al cardenal Alfrink sobre los puntos en que
el Catecismo holandés «no debe dejar lugar a ambigüedad alguna»,
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MARIA, MADRE DEL REDENTOR
54. Cfr. Pozo, C., Correcciones al Catecismo Holandés, Madrid 1969, p. 56.
55. Cfr. M e s s e n g e r , E.C., Two in One Flesh, London 1948, t. II, p.’ 101- M it t e r e r , A
Dogma und Biologie der Heiligen Familie, Viena 1952, p p . 98-132; C l if f o r d , E.L.H., A Doctor
considers the Birth o f Jesus, en Homiletic and Pastoral Review 54 (1953) 219-223- R a h n e r , K.
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Evangelizada y Evangelizadora, Bogota 1988, p p . 423-435.
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J.L. BASTERO ÜE~ELEIZXLDE
56 Por ejemplo véase este texto del siglo IV: «Al nacer Cristo conservó el seno y la
virginidad inmaculados a fin de que la inaudita naturaleza de ese parto fuese para nosotros el
signo de un gran misterio». Pit r a , Analecta Sacra, IV, 391.
57. D 533.
58. Cfr. EphMar 11 (1961) 137-138. ^ r ,_ , D „„„
59. J u a n P a b l o II, D iscu rso La Virginidad de Mana, n. 6, L Osservatore Romano
25/26-V-1992, p. 13. La cursiva es nuestra.
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J.L. BASTERO DE ELEIZALDE
5. R a z o n e s d e c o n v e n ie n c ia
De la concepción virginal
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MARIA, MADRE DEL REDENTOR
6. R e l a c ió n e n t r e l a m a t e r n id a d d iv in a y l a c o n c e pc ió n v ir g in a l
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J.l... BASTERO DE F.l.EllAl.DE : ~ ~íj
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MARIA, MADRE DEL REDENTOR
7. Se n t id o d e l a v ir g in id a d e n e l pa r t o
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I L BASTERO DE E1MI/.A1.DF.
Bibliografía
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C a pít u l o X
LA INMACULADA CONCEPCION
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