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NUEVOS MODELOS DE MECENAZGO

La aristocracia vienesa pudo y estuvo dispuesta a gastar mucho dinero en música. Los
métodos de mecenazgo cambiaron a lo largo del siglo XVIII. Un mecenas de mediados
de siglo podía tener músicos contratados a tiempo completo pudiendo exigirles que
trabajasen solo para él. Éstos acuerdos estrictos se hicieron menos habituales a largo
plazo y fueron sustituidos por acuerdos en los que un patrono contrataba a un músico
para un único concierto o una serie de conciertos, o para la composición de una obra o
una serie de obras.
La transición no fue siempre fácil, la disputa entre Mozart y el arzobispo de Salzburgo
fue básicamente un conflicto entre el viejo y el nuevo estilo de mecenazgo, entre el
empleo fijo y sus múltiples restricciones y la vida como músico independiente, más
estimulante y gratificante.
Dimitri Golitsin, embajador de Rusia en Viena, fue un generoso adepto del nuevo estilo
de mecenazgo, dio conciertos semanales en su residencia, donde invitó a actuar a los
músicos más importantes de la ciudad. En la cuaresma de 1784, Mozart actuó todos los
jueves en los conciertos del embajador. Recibió con entusiasmo la oportunidad de ganar
dinero y tener acceso a la alta nobleza sin tener que organizar sus propios conciertos y
sin tener que renunciar a su libertad de tocar donde quisiese y cuando quisiese.
Mozart entró en el círculo de Van Swieten cuando se instaló en Viena no tardó en
fascinarle la severa polifonía que constituía el centro de atención de aquellas reuniones
musicales. Van Swieten siguió colaborando y enriqueciendo la vida musical vienesa
como mecenas y colaborador de Haydn.

LOS CONCIERTOS PÚBLICOS

El Burgtheater era el centro de la vida concertística. Se organizaban conciertos sueltos y


series de conciertos en otros lugares, aunque rara vez se convirtieron en instituciones
duraderas.
Viena carecía de empresarios de conciertos, en cambio la población de Londres, mucho
mayor, permitía que los conciertos públicos siguiesen durante todo el invierno y la
primavera, compitiendo por el público con la ópera y el teatro. En Viena se limitaban
principalmente a adviento y cuaresma, cuando la representación de óperas estaba
prohibida. La corte ponía sus teatros a disposición de virtuosos que organizaban sus
propios conciertos, contratando a sus propios músicos y vendiendo sus propias entradas.
Las temporadas de conciertos se convirtieron en periodos de actividad muy intensa,
pasaban rápidamente de conciertos públicos en los teatros de la corte a conciertos por
suscripción en otras salas y salones privados de mecenas adinerados.

LOS CONCIERTOS PARA PIANO Y ORQUESTA DE


MOZART

Mozart había sido un compositor de sinfonías muy prolífico antes de llegar a Viena,
pero había compuesto relativamente pocos conciertos para teclado. En Viena pasó lo
contrario. Aunque los conciertos públicos en Viena solían tener por lo menos una
sinfonía, eran ocasiones para la exhibición solista vocal o instrumental. En los 17
conciertos para piano de su época vienesa, se prodigó con su mejor capacidad de
invención y su domino técnico más exquisito.
En Viena no había ópera en cuaresma por lo que los vieneses buscaban en los conciertos
los placeres prohibidos de la escena de ópera. Querían y esperaban que la música de los
conciertos tuviese un efecto teatral.
El concierto, con el juego entre la orquesta y el solista, era más adecuado a la
incorporación del drama operístico. Daba la oportunidad al solista de improvisar.
Mozart componía muchas veces melodías sencillas para el solista, esperando
ornamentarlas durante su interpretación. Cerca del final de algunos movimientos
colocaba un calderón donde la orquesta debía detenerse mientras él improvisaba una
cadencia. Los conciertos para piano de Mozart no narran historias, pero sí transmiten
pasión, violencia, alegría o risas además de teatralidad.

LA TONALIDAD Y SUS ASOCIACIONES

Músicos y teóricos atribuían a cada tonalidad un carácter y expresión determinados. La


elección de la tonalidad era la primera y más importante de las decisiones que tomaba al
planificar una obra orquestal de grandes dimensiones. Afectaba a su textura,
instrumentación, intensidad, estilo contenido y carácter. Mozart compuso conciertos
para piano y orquesta en multitud de tonalidades, como si quisiera explorar todo el
potencial del concierto como género dramático. Así los compositores asociaban mib
mayor a seriedad y nobleza, la cuerda sol al aire animaba a los compositores a escribir
acordes de mib mayor sonoros y densos. Los instrumentos de viento madera tendían a
producir un sonido más apagado cuando tocaban en esta tonalidad. Para la tonalidad de
do mayor se asocian obras brillantes que evocan celebración y triunfo, contribuyendo a
un efecto majestuoso y festivo. En la tonalidad de re menor hay un fuerte contraste con
las tonalidades anteriores, evocan un escenario de tragedia, venganza, violencia e
inframundo. En la tonalidad de sol mayor, la cuerda más grave del violín puede servir
de bordón sobre la tónica puede sonar como una tonalidad pastoril, con alegres melodías
y trinos similares a los pájaros en las maderas agudas.
Todos los conciertos para piano y orquesta de Mozart tienen tres movimientos, en los
que el lento central está en una tonalidad distinta a la principal. Esto permite al
compositor apartarse del tono y del afecto dominantes antes de volver a ellos en el final.

LA MÚSICA EN EL ÁMBITO DOMÉSTICO

La música tenía un papel importante en la vida diaria de los vieneses. En las tabernas se
podía beber al son de minuetos de Haydn, en los salones de baile, en carnaval, una
orquesta tocaba música de danza de Mozart y sus contemporáneos.
En los apartamentos y palacios privados la gente pasaba su tiempo con diversas formas
de actividad musical. En lugar de pagar a músicos profesionales para que tocasen para
ellos, tocaban ellos mismos para sus invitados.
Marianne von Genzinger tocaba música agradable y ligera con sus amigos en este tipo
de ocasiones, mientras bebían o conversaban informalmente. Las mujeres tuvieron un
papel igual al de los hombres en la actividad musical de este contexto. Las ilustraciones
de la época muestran con frecuencia a mujeres al teclado de manera habitual y los
compositores dedicaron a mujeres gran parte de sus obras para piano.
Marianna Martines estudió teclado y composición con Haydn. Compuso
incansablemente misas y demás composiciones religiosas, conciertos y sonatas para
teclado, arias y cantatas. A partir de 1780 bajó el número de composiciones al centrarse
en la enseñanza del canto y en su salón musical semanal. Mozart asistía con frecuencia a
sus fiestas y le gustaba tocar dúos al piano con ella.
Gran parte de la música circulaba en manuscritos. A medida que fue aumentando el
número de músicos aficionados, los editores vieron rápidamente las posibilidades del
mercado musical. Pocos compositores vieneses vivían exclusivamente de la publicación
de sus obras, pero el crecimiento de la edición musical les ofrecía una vía importante
para complementar sus ingresos y así poner su música a disposición de más intérpretes
que nunca.

EL CUARTETO DE CUERDA
Aunque las mujeres solían participar en música de cámara con algún instrumento de
teclado, parece que el cuarteto de cuerda estuvo más asociado a los hombres tanto como
compositores, como intérpretes u oyentes.
El cuarteto de cuerda vienés no fue un género para todo tipo de hombres, sino para
músicos profesionales y entendidos. Haydn, Mozart y sus contemporáneos compusieron
cuartetos dando por supuesto que serían ejecutados por músicos de gran calidad y
formación que tocaban simplemente para divertirse ellos mismos y que ensayaban su
parte con sumo cuidado.
Las descripciones de las actuaciones de cuartetos de cuerda solían tener como público
unas pocas personas que por lo general solían ser buenos músicos que escuchaban con
atención y valoraban lo que oían.
Los seis cuartetos de Haydn que publicó Artaria establecieron un nivel de complejidad e
ingenio para todos los compositores vieneses. Sustituyó en toda la colección la palabra
minueto por la de scherzo. Con él aludía al carácter de juego sofisticado que impregna
toda la serie. Podemos ver ejemplos del ingenio musical de Haydn en la forma en la
que comienzan dos de los cuartetos, con una serie de elementos que se identifican
claramente con otras secciones de las obras.

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