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Sofia Kovalévskaya

Nació el 15 de enero de 1850 en Moscú, Murió el 10 de febrero de 1891 en Estocolmo,


Suecia.
Creció en el seno de una familia ruso-gitana, Su padre Vasili Korvin-Krukovsky, era
militar y llegó a ser general al servicio del zar ​Nicolás I​; su madre, Elizaveta Shubert
era miembro de la alta burguesía.

Tuvo una educación esmerada que desde su infancia le permitió determinar sus
aficiones e intereses y descubrir la vocación que daría sentido a su vida. Amaba la
lectura y la poesía, aprendió de forma autodidacta ​Trigonometría​ y ​Física​, más tarde
en clases particulares, ​Geometría Analítica​ y Cálculo infinitesimal.

Para continuar con estudios universitarios, se casó a los 18 años con Vladimir
Kovalevski, estudiante de paleontología y se mudaron a Alemania. En Berlín fue
alumna de Karl Weierstrass, profesor de Análisis matemático de la Universidad y
obtuvo su doctorado en 1874, con una brillante tesis sobre ecuaciones diferenciales.

Sus trabajos fueron publicados en Alemania, pero a pesar de su reconocimiento, no le


fue permitido dar clases en la Universidad. Años más tarde, siendo ya viuda, fue
admitida como profesora de Matemáticas Avanzadas en la Universidad de Estocolmo,
Suecia, y en 1885 fue designada directora del departamento de Mecánica.

Sus investigaciones se centran en el análisis matemático. Su nombre ha pasado a la


historia por el Teorema de Cauchy-Kovalévskaya. Su especialización, por lo que fue
conocida en toda Europa, era la teoría de funciones abelianas. Su trabajo sobre los
anillos de Saturno representa su aportación a la matemática aplicada. Su mayor éxito
matemático fue su investigación sobre la rotación de un sólido alrededor de un punto
fijo por el que obtuvo el Premio Bordin de la Academia de Ciencias de París. Su
trabajo póstumo, una simplificación de un teorema de Bruns.

Su matrimonio por conveniencia siempre siguió su curso, cada uno dedicado a su


carrera científica, aunque las peleas y desavenencias eran cada vez más frecuentes
en la pareja.
En muchos aspectos, Sofia fue una pionera. la primer mujer en ostentar una plaza de
profesora en una Universidad europea, y la primera mujer en ser elegida como
miembro de la Academia Imperial (Rusa) de Ciencias, cuyas reglas cambiaron para
permitir su membresía.
Pese a sus grandes logros y a los premios y honores que recibió en vida, Sofia tuvo un
salario muy inferior al de sus colegas hombres que desempeñaron las mismas
funciones.
Por esta y otras razones se convirtió en promotora de los derechos de las mujeres y la
llevó a expresar su rechazo al orden social y político que reinaba en la Rusia de su
tiempo. Para muchos fue una revolucionaria, una progresista.
La fascinante personalidad de Sofia Kovalévskaya, delineada por su afición a la
literatura y las matemáticas, muestra que, así como no hay oposición entre el poeta y
el matemático, tampoco la hay entre la matemática y la mujer.
“Es imposible ser matemático sin tener alma de poeta. El poeta debe ser capaz de ver
lo que los demás no ven, debe ver más profundamente que otras personas. Y el
matemático debe hacer lo mismo”​ S. Kovalévskaya​.

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