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MARIA CURIE

Marie Curie nació en Varsovia (Polonia) el 7 de noviembre de 1867 y murió en Passy


(Francia) el 4 de julio de 1934. Nacida como María Salomea Sklodowska, es conocida
por ser la primera mujer científica en recibir el Premio Nobel y ser la primera
catedrática de la Universidad de la Sorbona de París.

Hija de un profesor de Física y Matemáticas y de una maestra, nació y creció en una


Polonia ocupada, casi en su totalidad, por las fuerzas del Imperio Ruso. Obligados a
deshacerse de la cultura polaca.

Las dificultades por las que atravesó desde bien pequeña no amedrentaron su deseo de
estudiar. Tras cursar los estudios de enseñanza básicos, no pudo ingresar en una
institución de educación superior por el mero hecho de ser mujer. Sin embargo, eso no
hizo más que avivar sus ganas de aprender e ingresó junto a su hermana en una
universidad clandestina polaca que admitía mujeres. A base de esfuerzo y sacrificio, en
1893, Marie Curie se licenció en Física por la Universidad de París, siendo número uno
de su promoción. El interés de Curie por la Física no acabó tras conseguir su título.
Continuó formándose y su siguiente paso fue conseguir el doctorado. En 1903 fue el
año del reconocimiento a su trabajo. No solo consiguió su Doctorado, sino también
recibió el Premio Nobel de Física junto a su marido y a Becquerel por sus
investigaciones sobre la radioactividad.

Habiendo hecho el pequeño inciso anterior, nosotros escogimos a este personaje debido
a que a pesar de vivir bajo un imperio ruso ella nunca se olvidó de sus orígenes ni de
que ella era polaca, de hecho, ella siempre tuvo amor por su tierra y asimismo crío a sus
hijas enseñándole su idioma natal, otra característica es que era perseverante nunca se
rindió ni permitió que el ser mujer se convirtiera en un obstáculo para ella ya que
siempre buscó la forma de no quedarse estancada y de salir adelante, estudiando
clandestinamente. Ella rompió el esquema convirtiéndose en la " primera mujer que..."
En muchos aspectos como en el campo científico.

Además, llevaba una vida sencilla, su hija Irene decía que nunca le pareció que su
mamá se comportara como una eminencia científica, que más bien se comportaba como
una campesina polaca: con sencillez. Ella sembraba las plantas del jardín del que fuera
su laboratorio (un almacén horrible). Podemos resaltar que a pesar de haber obtenido
todos sus logros debido a que estos no fueron para nada fáciles ni mucho menos
sencillos, nunca perdió su humildad como persona, tampoco cambio su forma de ser y,
por el contrario, siguió conservando su lado humano como, por ejemplo, su gran
compromiso social con su gente polaca al dar clases clandestinas de ciencias porque su
país estaba invadido por los rusos y no les permitían ni si quiera hablar en su idioma.

¿Vale la pena “pelear” tanto por ser el mejor? La moraleja de este cuento es: se puede
actuar con sencillez y lograr cosas importantes y si no, al menos, hagamos nuestro
mejor esfuerzo cada día porque finalmente llegaremos al mismo lugar en el que
descansan todos.

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