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NUCLEO – CARACAS

ING.CIVIL DIURNO

5TO SEMESTRE

ASIGNATURA: CATEDRA BOLIVARIANA I

REPORTE
INVESTIGATIVO
ESCRITO
SOBRE
“LOS MANTUANOS”

Profesor: Alumna:

Miguel Abelardo Baltodano Dulce Maria Flores Ochoa

CI: 25.225.504

Caracas, 2020
Los mantuanos

Denominación con la que se conoció, primero en Caracas y luego en el resto de


Venezuela, al blanco criollo perteneciente a la aristocracia local. El vocablo estuvo
en uso desde el siglo XVIII hasta buena parte del siglo XIX. Los mantuanos
escasamente sobrepasaban un centenar de cabezas de familia a fines del siglo
XVIII.

Características

Los mantuanos eran también llamados grandes cacaos, debido a que ellos se
enriquecieron con el cultivo y comercialización del cacao. Solamente en
Venezuela a los blancos criollos de noble cuna se les llamó mantuanos. Esta
manera de llamarlos, desde que comenzó a utilizarse a mediados del siglo XVIII,
dejaba en claro la calidad y condición diferente de quienes eran tenidos y
reconocidos como tales. Les daba el nombre de blancos criollos. Sin embargo, es
de destacar que el nombre de blanco criollo solamente indica que una persona
había nacido en América y era descendiente de españoles, mientras que la
palabra mantuano hace referencia a los miembros de la élite local.

Origen

La primera aparición por escrito de la palabra mantuano ocurrió el 5 de enero de


1752 en unos documentos relacionados con la insurrección de Juan Francisco de
León, según el filólogo Ángel Rosenblat. Mantuano deriva de la palabra manto, y
era una referencia al uso exclusivo de esa indumentaria, para cubrir la cabeza en
los servicios religiosos, por parte de las señoras de los aristócratas caraqueños.
Los criollos o mantuanos, como se les llamaba, eran hijos de españoles, pero
nacidos en Venezuela. Eran ricos y poderosos aunque desempeñaban cargos
subalternos. Rivalizaban con los blancos españoles puros y aspiraban a ocupar
sus puestos. Despreciaban a las razas inferiores.

El origen y el desarrollo de la designación venezolana de mantuanos llena gran


parte de la historia social de Venezuela en los siglos XVIII y XIX. La voz nace en
caracas sin duda en la primera mitad del siglo XVIII como expresión de las
profundas experiencias sociales de la época y se prolonga hasta bien entrado el
siglo XIX hoy solo se presta a la evocación histórica dejaba en claro la calidad y
condición diferente de quienes eran tenidos y reconocidos como tales. Se trataba,
sin duda, de un reducido número de familias que debía sus preeminencias y
elevación social al hecho de ser descendientes de conquistadores, de
altos funcionarios de la monarquía o de notorios hidalgos provenientes de la
península. Era pues el origen, el honor adquirido desde el nacimiento, lo que les
otorgaba el lugar privilegiado y superior que ocuparon en la sociedad colonial.
Eran los dueños de las mejores tierras, de las más ricas haciendas, tuvieron
elevado número de esclavos, se enriquecieron notablemente con el cultivo y
comercialización del cacao y, por ese motivo, se les llamó también “grandes
cacaos”. Los mantuanos, quienes se consideraban a sí mismos miembros de la
nobleza, controlaron los cabildos, protegieron sus linajes, se casaron entre
ellos, adquirieron títulos de Castilla, defendieron el orden desigual de la sociedad y
fueron irrefragablemente fieles a la monarquía española.

Las familias Bolívar, Palacios, Ponte, Tovar, Ibarra, Blanco, Mijares, Rodríguez
del Toro, Montilla y muchas otras formaban parte de este reducido grupo social
de noble estirpe y reconocido caudal. Fueron ellos, los mantuanos caraqueños,
quienes promovieron la independencia, lo cual determinó que se dividieran en
sus pareceres políticos entre aquellos que defendieron la mudanza a capa y
espada y quienes optaron, más bien, por proteger el orden antiguo.
El surgimiento de los mantuanos como grupo se remonta al siglo XVI, como
consecuencia de las cédulas, leyes y ordenanzas que concedían derechos y
privilegios a los descendientes de los primeros conquistadores y pobladores
españoles en Venezuela. Los mantuanos llegaron a ser dueños de grandes
haciendas de cacao, tabaco y de hatos de ganado. Además poseían esclavos.
Algunas de las prerrogativas de los mantuanos fueron: bancos asignados a ellos
en las iglesias, ser llevados en sillas gestatorias, uso del título de Don o de Doña,
tener su escudo de armas colocado en el frente de sus casas, empleo de
bastones, mantos, cadenas, sombrero y quitasoles.

A pesar de su poder económico, los mantuanos sólo podían aspirar a ocupar


puestos en el cabildo colonial, mientras que otros cargos políticos les estaban
vedados. Dentro del sistema de castas colonial, los mantuanos estaban por
debajo de los funcionarios de la Corona y de otros españoles residentes en
Venezuela (los llamados blancos peninsulares). Como consecuencia, había una
rivalidad entre los blancos peninsulares y los mantuanos por el poder político de
la colonia.

Los mantuanos tenían relaciones conflictivas con otros grupos sociales como los
blancos de orilla y los pardos. Los mantuanos consideraban a estos grupos como
inferiores. A su vez, los blancos de orilla y los pardos sentían antipatía hacia los
mantuanos.

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