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El origen de las festividades carnavalescas proviene de antiguas tradiciones

paganas que dedicaban esas celebraciones en honor de distintos dioses.

La conquista de América llevó al nuevo continente estas tradiciones que


continuaron en esta parte del mundo como típicas formas de festejos con las
modificaciones propias de las etnias locales. En ese momento todos tienen la
posibilidad de participar sin distinción de clases sociales ni poder económico, ni
edad, sólo con la disposición para festejar con alegría del extraordinario evento.

Los que se dedican a estudiar las costumbres de los distintos grupos étnicos,
sostienen que estas festividades ofrecen un tiempo de permisividad que permite a
la gente común burlarse de la prohibición de la sexualidad y la severidad de la
religión cristiana durante la cuaresma.

En la época del Renacimiento las partes que tuvieron lugar en los días de carnaval
incorporan el baile de máscaras, con sus ricos trajes y carrozas. La fiesta popular
de carácter desorganizado se unieron a otros tipos de celebración y poco a poco
el partido fue tomando el formato actual.

De acuerdo con la manera contemporánea el carnaval todavía se considera una


forma bastante tradicional de fiesta porque ha persistido durante varios años con
el mismo aspecto.

¿Qué significa entonces la autenticidad? Será quizás una forma de saber al fin
que no es posible sin engañarse ser uno mismo, conocerse a sí mismo, ser fiel a
sí mismo.

Pues ese ser ya no es el mismo, es ese que no se detiene jamás, que se disfraza
una y otra vez hasta el infinito, hasta la locura, hasta cerrar definitivamente el ciclo.
Ese otro yo que desfila detrás de él, de esa otra máscara o disfraz que prolonga el
Carnaval hasta el infinito. Es la esencia del carnaval, lleno de historia y miles de
significados en sus bailes, música, disfraces y máscaras, que se convierte en
tradición y cultura para varios países.

Y si la filosofía actual comienza a tomarse en serio ese carnaval, es que


vitalmente comienza a anunciarse ese antisistema que no hace mucho señalaba
Pi del Güell en presencia: En la Plaza Real quizás o en el verano ibicenco, en los
márgenes de una cultura todavía gregaria, alimentada de ilusión de identidades y
personalismos. Hoy día podemos seriamente que es falso el dicho popular de que
“solo se vive una vez”. Si queremos, si no los proponemos, podemos vivir tres,
trece, numerosas vidas….

La fiesta de carnaval llegó a América con los españoles, y no exactamente a


Barranquilla, en razón a su tardía fundación. Al carnaval en Europa lo alentó la
filosofía de lo opuesto, de los contrarios, recogiendo en una unidad los dos
conceptos trascendentes del hombre, la muerte y la vida, representados en una
expresión festiva que hunde sus raíces en un pasado histórico.

El carnaval es una fiesta popular que consiste en mascaradas y otros festejos


bulliciosos que se celebran con gran alboroto, y escándalo callejero. La
característica es señalar en forma jocosa y burlona, con disfraces grotescos y
fantasiosos, las contradicciones y deficiencias de la sociedad, acompañando la
alegría popular.

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