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SINDROME DE COMPRESIÓN MEDULAR

El síndrome de compresión medular es una urgencia oncológica y neurológica de mal


pronóstico. Este se produce por el desplazamiento o atrapamiento de la médula espinal
o de las raíces nerviosas que forman la cola de caballo (agrupación de nervios de la
médula espinal) por una enfermedad que puede ser o no neoplásica.

SINDROME DE COMPRESIÓN MEDULAR POR CÁNCER

Es un conjunto de manifestaciones de tipo neurológico ocasionadas por metástasis de


tumor primario a la médula espinal.

Las lesiones metastásicas en la médula espinal generan compresión extradural en el 97%


de los casos, es decir la compresión medular epidural (CME) es la más común en pacientes
con enfermedad sistémica. Lesiones intradurales, intramedulares o leptomeníngeas son
menos frecuentes (0.3%). Los cánceres más asociados a CME son los de pulmón y mama,
seguidos por linfoma, cáncer de próstata, mieloma y sarcoma.

FACTORES PRONÓSTICOS (aquellos datos que ayudan a suministrar información sobre la

evolución que puede experimentar el paciente)


Una vez que se presenta metástasis (significa que el cáncer se ha diseminado a una parte del
cuerpo distinta de donde comenzó, ya que las células cancerosas se desprenden del tumor
principal e ingresan al torrente sanguíneo o al sistema linfático) en la médula, la manifestación
inicial puede ser dolor de espalda que dura días o meses; este dolor evolucionara con
debilidad sensorial, y con el tiempo llega a la paraplejia o a la disfunción de esfínteres. El
tiempo entre la aparición de signos neurológicos y paraplejia oscila entre siete y 10 días
(65% de los pacientes) y hasta 48 horas (22%); la progresión rápida puede estar
relacionada con los cambios vasculares y el edema (significa hinchazón causada por la
acumulación de líquido en los tejidos del cuerpo. Suele ocurrir en los pies, los tobillos y las piernas, pero
puede afectar todo el cuerpo).

Muchos estudios se han realizado para identificar cuáles son los factores relacionados con
los resultados de pacientes que reciben tratamiento, pero debido a los diferentes análisis
de variables ha sido difícil hacer comparaciones.
En términos generales la expectativa de vida después del diagnóstico de compresión
alcanza tres a seis meses. Dentro de los factores pronósticos más importantes de
sobrevida se encuentran el tipo de tumor y déficit neurológico al diagnóstico. En muchas
revisiones se observa que el tiempo de sobrevida es más corto en pacientes con cáncer de
pulmón comparado con cáncer de mama, lo que tiene que ver con la actividad tumoral del
primario aún después de la compresión. El segundo factor importante es la condición del
paciente (si es ambulatorio o no antes del tratamiento, ya que pacientes ambulatorios
tienen mayor periodo de sobrevida); la mayoría de pacientes que no son ambulatorios se
recupera después del tratamiento, pero un 16% después de radioterapia llegan a ser
ambulatorios.

ETIOLOGÍA DEL SÍNDROME DE COMPRESIÓN MEDULAR (causas)

Existen diversos tipos de lesiones compresivas medulares. Su clasificación y descripción de


las características clínicas más sobresalientes, son:
A.- LESIONES EXPANSIVAS INTRADURALES EXTRAMEDULARES
B.- LESIONES EXPANSIVAS EXTRAMEDULARES
C.- LESIONES EXPANSIVAS INTRADURALES

A.- LESIONES EXPANSIVAS INTRADURALES EXTRAMEDULARES

I.- Tumores benignos: Representan el 25 % de los tumores raquimedulares y es


fundamental el diagnóstico precoz previo al deterioro neurológico irreversible debido a la
compresión medular progresiva, lo cual permitirá la posibilidad de curación con cirugía.
Los más frecuentes son dos: meningiomas y neurinomas.

1. Neurinoma: Son los más frecuentes: 30% de los tumores intrarraquídeos. Se trata de
neoplasias benignas que se desarrollan a partir de las vainas nerviosas.  Aparecen entre
los 30 y 60 años de vida, con discreto predominio por el sexo masculino.

2. Meningioma: Son benignos generalmente y sólo en raras ocasiones tienden a crecer


fuera del canal raquídeo (10-15% tienen un crecimiento exclusivamente extradural o
epidurales). Existe un claro predominio femenino y la edad más frecuente es entre los 50 y
60 años. Difícil diagnóstico, ya que son pacientes con larga historia de dificultad progresiva
para la marcha en los que en ocasiones se realiza un diagnóstico e incluso cirugía errónea
de artrosis vertebral o de hernia discal, debido a un crecimiento muy lento del tumor.

II.- Tumores malignos: Lesiones tumorales ocasionadas por tumores intracraneales como


el meduloblastoma, ependimoma, o la carcinomatosis meníngea. Tumores derivados de
las células ependimarias, aracnoideas y embrionarias. El cuadro clínico va depende de donde se
encuentre localizado y el tratamiento consiste en la extirpación del tumor seguida de
radioterapia local.

B.- LESIONES EXPANSIVAS EXTRADURALES: Son las que ocasionan con mayor frecuencia
el síndrome de compresión medular y, de hecho, suponen el 60 % del total de los tumores
raquimedulares. Y se clasifican en:

I.- Lesiones tumorales

1. Metástasis: Las metástasis óseas son las neoplasias más frecuentes de este grupo.
Predominan ligeramente en varones y la edad oscila entre 50 y 70 años. Su origen es muy
variado, siendo los más frecuentes el del pulmón, mama, próstata, mielomas y linfomas.
Suelen ubicarse en la región dorsal y el cuadro de presentación puede ser agudo,
subagudo o crónico.

2. Tumores óseos primitivos: Menos frecuentes son los tumores primitivos óseos,
benignos como el osteoma osteoide, osteoblastoma, osteocondroma; o malignos como el
condrosarcoma y osteosarcoma.

El cordoma es un tumor extradural poco frecuente (<1 % de la totalidad de los tumores


raquimedulares). Deriva de restos de la notocorda y crece lentamente. El diagnóstico de
las lesiones tumorales es a veces muy fácil, solamente con la Rx de columna. Pero es clave
que se solicite el nivel adecuado de afectación posible medular. Se pueden obtener signos
de destrucciones óseas, aplastamientos vertebrales, zonas de condensación ósea, erosión
de pedículos, dilataciones de los agujeros de conjunción.

II.- Infecciones

1. Osteomielitis, Discitis Piógena, Abscesos Epidurales Piógenos: Son poco frecuentes y


se deben a sepsis generalizadas por un foco distal, con frecuencia de origen urinario. Otras
veces puede ser una complicación postquirúrgica y en un 30 % de los casos no existe
historia previa. Los agentes más frecuentes son: estafilococo aureus, estreptococo,
neumococo y pseudomonas.
Comienza con rigidez dolor local, dolor radicular, ocasionalmente con fiebre y evoluciona
a un cuadro de compresión medular, de forma aguda o subaguda. En casos de evolución
aguda puede instaurarse un cuadro de paraplejía en tan solo unas horas.

2. Tuberculosis Raquimedular: Se requiere la presencia del neurocirujano sólo cuando


existe lesión neurológica. Por ejemplo, El mal de Pott que origina una lesión neurológica
por un colapso vertebral o por un absceso epidural secundario a tuberculosis del cuerpo
vertebral. La localización más frecuente es en la columna dorsal y suele haber historia
previa de tuberculosis pulmonar. El curso suele ser insidioso y la clínica más frecuente es
de paraparesia progresiva (disminución de fuerza en los miembros inferiores), o paraplejía brusca
cuando hay colapso vertebral (pérdida de función muscular en la parte inferior del cuerpo, incluidas
ambas piernas). El tratamiento es complejo y la finalidad es, en una sola sesión quirúrgica,
intentar descomprimir, estabilizar y fijar el segmento vertebral afectado. A diferencia de
las afecciones piógenas, la tuberculosis permite realizar no sólo descompresión del canal
vertebral, sino que es posible la fijación con técnicas de artrodesis e instrumentación
vertebral sin que exista riesgo de empeorar el cuadro infeccioso.

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