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El Ministerio de Trabajo expidió el acuerdo ministerial 132, el 15 de julio del 2020,

en el que explica el mecanismo de registro y detalles de los acuerdos la relación


laboral, así como del contrato "emergente", establecidos en la Ley de Apoyo
Humanitario. La ley, que está vigente desde el 22 de junio, permite que
empleadores y trabajadores puedan entablar acuerdos para modificar las
condiciones económicas de la relación laboral. El empleado puede recibir una
remuneración diariamente, semanalmente, quincenalmente o mensualmente,
según lo acordado con el empleador. La jornada se extiende más allá de las horas
pactadas, se pagarán horas extras o suplementarias, de acuerdo al caso. Dichos
convenios no podrán afectar el salario básico ni los salarios mínimos sectoriales
en jornada completa. El aporte al seguro social y beneficios de ley se pagarán
sobre la nueva remuneración. También se puede acordar reducir la jornada y, en
ese caso, el salario baja de forma proporcional. El acuerdo ministerial dispone que
estos pactos, para que tengan validez, deben ser inscritos por el patrono en el
Sistema Único de Trabajo (SUT), a partir del 31 de julio. Para quienes llegaron a
acuerdos laborales cuando la Ley Humanitaria entró inmediatamente en vigor, el
Ministerio disponen de 15 días para hacer el registro, contados desde el 31 de
julio. El tiempo de duración de las nuevas condiciones económicas será
determinado por las partes y podrá ser renovado por el mismo plazo, por una sola
ocasión, estipula el Ministerio de Trabajo. Trabajadores y empleadores pueden
suscribir nuevos acuerdos en cualquier momento. A cerca del contrato especial
"emergente", la Cartera de Estado ordena que las vinculaciones de empleados
bajo esa modalidad también se tienen que inscribir en el SUT desde el 31 de julio.
A partir de esa fecha tienen un lapso de 15 días para registrar las contrataciones
que se hicieron apenas la Ley Humanitaria empezó a regir. Este contrato se
caracteriza por tener una jornada mínima de 20 horas semanales y una máxima
de 40. El trabajo se podrá desarrollar hasta en 6 días a la semana. Su tiempo de
duración será de hasta un año, con la opción de extender por un año más.

5 971 PERSONAS BAJO CONTRATO ‘EMERGENTE’; EL COSTO POR


DESPIDO ES BAJO PARA LAS EMPRESAS
Un contrato ‘emergente’ de trabajo puede durar un año o menos y se puede
extender por un año adicional por una sola vez. El pago del salario puede ser
diario, semanal, quincenal o mensual. El costo por desvinculación se reduce
porque no hay liquidación. Solo se paga desahucio y proporcionales de beneficios
como décimos, fondos de reserva o vacaciones. La modalidad es parte de la Ley
Humanitaria, que está en vigencia desde el 22 de junio. Desde esa fecha y hasta
el martes de esta semana, 5 971 personas han sido vinculadas bajo esta figura,
según información proporcionada por el Ministerio de Trabajo. La figura se usa
para contrataciones nuevas destinadas a sostener la producción, los ingresos de
una empresa o nuevas líneas de negocio. Otra característica de esta modalidad
laboral es que tiene una jornada flexible, ya que puede ser de mínimo 20 horas
semanales y máximo de 40, de lunes a sábado. Para los empresarios, la figura ha
permitido ampliar la nómina en ciertos sectores, en medio de la crisis generada
por la emergencia sanitaria. Javier Yunda fue contratado bajo esta modalidad el 28
de julio. Un restaurante en Machala solicitó sus servicios como repartidor de
comida a domicilio. El contrato es de tres meses ,con un horario de 11:00 a 16:00.
El trabajo le llega cinco meses después de haber sido separado de una empresa
cartonera. Con los ingresos, el joven pagará parte del arriendo del inmueble donde
vive y un préstamo que adeuda desde hace tres meses. “Era tomar el trabajo o no
tener nada. Tengo la esperanza de que cuando termine el período me renueven el
contrato y así, al menos, poder trabajar medio año”, contó. El 60% de las
vinculaciones bajo “contrato emergente” se concentran en tres actividades. Estas
son: agricultura y ganadería, industria manufacturera y comercio. Estos segmentos
son también los que más pérdidas han sufrido por la pandemia. En total, hasta el 3
de agosto, 671 empresas usaron la nueva figura legal. Las provincias donde ser
registraron más modalidades de este tipo son: Pichincha, Guayas y Azuay.Para
Caterina Costa, presidenta de la Cámara de Industrias de Guayaquil, la modalidad
es interesante porque ayuda a reducir las barreras para vincular empleados.
“Podemos tener sostenibilidad de la producción, fuentes de ingresos, nuevas
inversiones, aumentar la operatividad y generar empleo”, destacó. Las industrias
metalmecánicas, por ejemplo, han contratado hasta un 10% más de personal por
la demanda en ciertos giros de negocio, dijo Oswaldo Landázuri, que dirige una
industria en la capital. El incremento de las ventas de motocicletas hizo que se
requiera más empleados para el área comercial y operativa, específicamente, para
ensamblar los vehículos. Landázuri explicó que, además, con este tipo de
contratos se ha podido acceder a mayor cantidad de servicios de profesionales por
períodos cortos a través de proyectos. En el sector agrícola se ha contratado
mayor mano de obra para crear nuevas líneas de productos, detalla Rafael
Guerrero, de la Cámara de Agricultura de la Zona II. El comercio, uno de los
rubros que más pérdidas registra durante la emergencia sanitaria, se amparó en
las contrataciones ‘emergentes’ para los departamentos de ventas y atención al
cliente. Según Pablo Arosemena, presidente de la Cámara de Comercio de
Guayaquil, las firmas comerciales suelen ser las que tienen los horarios más
atípicos y las que requieren mayor flexibilidad de jornada. Los gremios de
trabajadores, en cambio, rechazan la modalidad laboral. La Federación de
Trabajadores Públicos y Privados presentó una demanda de inconstitucionalidad
en contra del contrato “emergente”, porque retoma la figura del extinto contrato a
plazo fijo, eliminada en el 2015. “Es una medida regresiva, que no brinda
certidumbre ni estabilidad al trabajador”, dijo Cristóbal Buendía, procurador del
sindicato. Bajo el Código del Trabajo, existe una prueba de tres meses y luego el
contrato se vuelve indefinido. Si hay despido, se debe cancelar liquidación y los
beneficios de ley.

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