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Las reacciones adversas hepáticas se definen como crónicas cuando las anormalidades
bioquímicas persisten más allá de tres meses. La persistencia del daño hepático puede ser
debida a una exposición prolongada al producto responsable o bien a la secuela de un daño
agudo. A pesar de que clásicamente los fármacos se han considerado responsables de menos
de un 1% de los casos de afectación hepática crónica y cirrosis, estudios recientes demuestran
que esta cifra es mayor. Las lesiones crónicas pueden ser necroinflamatorias (hepatitis crónica
activa similar a la autoinmune), colestásicas, esteatósicas, por fosfolípidos, fibrosis hepática y
cirrosis, lesiones vasculares, granulomatosas o neoplásicas.
B. ¿Cuáles son los hallazgos físicos típicos durante una hepatitis aguda no
complicada?
Los síntomas prodrómicos de la hepatitis aguda son generales y bastante variables. Los
síntomas que indican afectación general, son los siguientes:
Anorexia. Cefalea.
Nauseas. Fotofobia.
Vómitos. Faringitis.
Fatiga. Tos y coriza.
Malestar. Fiebre de bajo grado (38 y 39
Artralgias. °C).
Mialgias. Pérdida de peso.
Todos estos síntomas pueden preceder en una o dos semanas a la aparición de la ictericia.
Además el paciente puede observar orina oscura (coluria) y heces de color de la arcilla de uno
a cinco días antes de que aparezca clínicamente la ictericia.
Es importante mencionar que la náusea, el vómito y la anorexia, con frecuencia se acompaña
de alteraciones del olfato y el gusto.
Bibliografía
Dennis L. Kasper, S. H. (2016). Harrison Principios de Medicina Interna (19 ed., Vol. 2). McGraw-
Hill Education. Recuperado el 08 de Mayo de 2020