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CASO 49 Un varón de 28 años de edad que emigró hace poco de las Filipinas tuvo resultados

positivos en una prueba cutánea de tuberculosis en la clínica. La radiografía torácica no


mostraba datos de tuberculosis activa y negó todos los síntomas de ésta infección, incluida la
pérdida de peso, tos y transpiración nocturna. Para prevenir la enfermedad futura, se
recomendó la administración diaria de isoniazida durante los nueve meses siguientes. Dos
semanas después de iniciar el tratamiento, el paciente refirió fatiga progresiva, episodios
intermitentes de náuseas y dolor abdominal. También notó que su orina se oscureció y las
heces tenían un color claro. Su hermana detectó la aparición gradual de un tono amarillento
en sus ojos y piel. Las pruebas sanguíneas mostraron un aumento importante en la bilirrubina
y aminotransferasas séricas. Se suspendió la isoniazida, con lo que los síntomas cedieron y los
parámetros de laboratorio se normalizaron.

A. Describir los subtipos de hepatitis tóxica

Lesión hepática aguda

Daño agudo definido como alteración de la bioquímica hepática secundariamente al consumo


del fármaco durante un periodo inferior a 3 meses en el daño hepatocelular y 6 meses en el
daño colestásico/mixto y el daño crónico definido como la alteración de la misma durante un
periodo superior a 3 y 6 meses en el daño hepatocelular y colestásico/mixto, respectivamente.

Lesión hepática crónica

Las reacciones adversas hepáticas se definen como crónicas cuando las anormalidades
bioquímicas persisten más allá de tres meses. La persistencia del daño hepático puede ser
debida a una exposición prolongada al producto responsable o bien a la secuela de un daño
agudo. A pesar de que clásicamente los fármacos se han considerado responsables de menos
de un 1% de los casos de afectación hepática crónica y cirrosis, estudios recientes demuestran
que esta cifra es mayor. Las lesiones crónicas pueden ser necroinflamatorias (hepatitis crónica
activa similar a la autoinmune), colestásicas, esteatósicas, por fosfolípidos, fibrosis hepática y
cirrosis, lesiones vasculares, granulomatosas o neoplásicas.

B. ¿Cuáles son los hallazgos físicos típicos durante una hepatitis aguda no
complicada?

Los síntomas prodrómicos de la hepatitis aguda son generales y bastante variables. Los
síntomas que indican afectación general, son los siguientes:

 Anorexia.  Cefalea.
 Nauseas.  Fotofobia.
 Vómitos.  Faringitis.
 Fatiga.  Tos y coriza.
 Malestar.  Fiebre de bajo grado (38 y 39
 Artralgias. °C).
 Mialgias.  Pérdida de peso.

Todos estos síntomas pueden preceder en una o dos semanas a la aparición de la ictericia.
Además el paciente puede observar orina oscura (coluria) y heces de color de la arcilla de uno
a cinco días antes de que aparezca clínicamente la ictericia.
Es importante mencionar que la náusea, el vómito y la anorexia, con frecuencia se acompaña
de alteraciones del olfato y el gusto.

El hígado esta agrandado (hepatomegalia), es doloroso y puede existir dolor o molestias en el


cuadrante superior derecho.

C. ¿Cuál es la patogénesis de la ictericia clínica de este paciente?

[ CITATION Den16 \l 7178 ]

Bibliografía
Dennis L. Kasper, S. H. (2016). Harrison Principios de Medicina Interna (19 ed., Vol. 2). McGraw-
Hill Education. Recuperado el 08 de Mayo de 2020

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