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TRADICIÓN ORAL DEL PACÍFICO

El Pacífico colombiano es uno de los territorios más amplios y con mayor biodiversidad de todo el país. Está habitado por afro
descendientes e indígenas de diversos grupos. El aspecto más característico del habitante del pacífico es el dialecto, en el que
sobresalen muchas especificidades desde los diferentes puntos de vista de la variación lingüística partiendo de las léxicos-semánticas
hasta las morfosintácticas y fonético-fonológicas, entre otras, que se reflejan en el carácter netamente marginal, rodeada por selva y
mar que se escapan cada vez más para mostrar el español hablado en el pacífico y se expresan desde allí para Colombia y el mundo.
Con la tradición oral afrocolombiana expresada en los poemas, en los versos, en los dichos, refranes y en las coplas recopiladas, en
las adivinanzas en su momento hacen dar cuenta de que la cultura afrocolombiana es transportada de afro a afro e inclusive a otros
grupos étnicos y además logra bañarlos y cubrirlos con el manto y la alegría estoica del día a día que caracteriza a la diáspora africana
al interior de la diversidad nacional e internacional. Al respecto, Álvaro Pedrosa y Alfredo Vanín escriben:

"La narración oral ha existido desde siempre en la costa del Pacifico y su herencia es mágica y ancestral. La oralidad como fuente
expresiva y forma de comunicación directa, se refiere a un conjunto de manifestaciones culturales, a los actos cotidianos de cada
momento de la vida y de la muerte, a los traumas, desarraigos y angustias étnicas, a propuestas y respuestas sobre lo que les
acontece y a su próximo devenir".

"El conjunto de la producción oral popular de una comunidad es el documento reflexivo más genuino de la misma comunidad,
acumulado a través del tiempo".

“El valor popular del arte oral reside en que, si bien tiene un primer autor, luego circula de boca en boca hasta perder sus orígenes y
convertirse en patrimonio colectivo”.

Álvaro Pedrosa y Alfredo Vanín


"La Vertiente Afropacífica de la Tradición Oral"
Editorial Facultad de Humanidades Universidad del Valle. Cali, 1994

ALGUNAS MUESTRAS DE LA PRODIGIOSA TRADICIÓN ORAL DEL PACÍFICO


REFRANES - PROVERBIOS: expresiones utilizadas por los afros descendientes del pacífico para la enseñanza de sus experiencias adquiridas a través
de la observación de la naturaleza.

1. Cuando no hay perro, se montea con gato: hay que acomodarse a las circunstancias.
2. Cuando hay hambre, no hay pan duro: la necesidad obliga a valorar las cosas mínimas.
3. Al perro flaco no le faltan pulgas: al abatido y al caído, se le juntan todos los males.
4. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy: hay que aprovechar las oportunidades. Éstas no vienen dos veces.
5. Más sabe el diablo por viejo que por diablo: la edad y la experiencia son sinónimo de sabiduría.
6. El que anda con miel, algo se le pega: se aprende de acuerdo a la compañía.
7. Perro viejo late echao: la experiencia hace trabajar sin afanes.
8. Con la boca y con el dedo se hacen rosas y macaneo: hay que demostrar con hechos, no con palabras.
9. El buen modo saca al cimarrón del monte: la gente marcha cundo recibe buen trato.
10. Perro que ladra, no muerde: los que hablan mucho, suelen hacer poco.
11. El que está quieto, se deja quieto: no hay que buscarle peleas a quien no quiere o está a parte.
12. Lo que se hereda no se hurta: para referirse a una actuación idéntica a la de uno de los padres.
DICHOS Y DICHARACHOS: expresiones alejadas de la gramática de nuestro idioma que utilizaron los antepasados afros para referirse
continuamente a circunstancias o situaciones similares.

1.Tío, páseme al otro lado: búsqueda de ayuda cuando se está en dificultades.


¨Tate vo tranquilo Juan
Viví bien acondutao,
Y no vengai a salí
Cuando tei bien apurao
Con tío páseme al otro lao¨
2. Ten con ten: lentamente, poco a poco, paso a paso, despacito.
¨Don pedro, ¿se encuentra bien?
Ahí vamo, ten con ten¨
3. A mano limpia: pelea que se realiza sin armas.
¨Juan José si agarró con su enemigo y le cuento, veave,
Jue a mano limpia¨
4. Busca tu coteja: trata con tus iguales. Respeta
¨vo soi? ¡No mijita! Ma mejó cámbiate.
Buscá tu coteja, ve y acondutate¨
5. De balde: de manera gratuita
“sépalo usté mi bien señó alcalde
Que yo no puero trabajá así nomá de balde”
6. Arrenuncio sataná: admiración ante ciertas acciones consideradas diabólicas. Es una transposición de “renuncio a satanás”
“Esa si es cosa muy juea,
Como de uno no contá.
¡Mausínica nima mea!
Arrenuncio sataná.

LAS DÉCIMAS: composiciones poéticas heredadas de España (Marqués de Santillana, Fray Luis de León y Vicente de
Espinel) y que con algunos cambios, por lo general fonéticos y de grafía, fueron utilizadas por los habitantes del pacífico
para amenizar velorios, últimas novenas, argollamientos y toda clase de recepciones.

El zancudo Me las podía vender Una cucharada es d´ella


Del zancudo que maté O podía depender Y otra cucharada es mía
En la boca de tagachí, O cambiar por bobería Pero yo soy quien se come
La manteca que tenía O cualquier de esas rarezas, Toritica la comía.
No la pude resistí. Pues, me subió a la cabeza
La manteca que tenía. Cuando me voy a bañá
Cuando le metí el arpón, Y creo que atrás va la sombra
Sonó como un calabazo La sombra Ahí si no me acompaña,
Se me inundó todo el brazo Más vale se queda en tierra
Cual si juera un aguacero. Soy hermano con la sombra Haciendo su plataforma.
Ña Claudia llenó un yesquero Hoy te lo vengo a decí; (Berrío)
Seis barriles que tenía La única que me acompaña
Y ño Indalecio García Desde el día en que nací.
Llenó como veintitrés,
Y esto jue de un solo brazo Cuando me voy pa´l monte
Del zancudo que maté. Con amigo o sin amigo,
De lo que me tocó a mí Tan solamente la sombra
Llené veinte barquetonas Me acompaña en lo camino.
Las mandé pa Barcelona
A ver si el patrón di allá Cuando me siento a la mesa
Las podía negociá. Con la lámpara encendida,

Los pericuetos de la maestra


En un palo de caimito
Un día yo me trepé
Pa que mi profesora
No me volviera a joré.
Que risque muy temprano
Me tengo que levantá,
Envolve bien el petate
Y tirame al rio a bañá,
Cepíllame los dientes,
Y los zapatos lustrá.
Que maestra tan joría,
La que me ha tocaro a mí:
Que risque no me he peinaro,
Que no me siente así,
Que una cosa, que la otra,
Que ya no puedo resistir.
Que por que hablo tan feo,
Que no pronuncie así,
Que porque grito tanto,
Que debo saber reí.
Me gusta sentirme alegre,
Como pej en el agua,
Como velero en la má,
Pa jálale el currulao
Yo soy el negro apropiado,
Que me gusta enamora.
Un día de prestigito se me metió el alma al cuerpo
Y me puse a pensá:
No solo de pan vive el hombre;
Ni mi hermana ni mi mamá,
Ni la gente que yo ando
Saben escribaniá.
Mejor me vuerto pal campo,
De allá de donde salí
Y que se quede la maestra
Con todo esos pericuentos
Que me incomodan a mí.
(Grueso, Romero. M 2003:88-89)

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