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Cideal
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E N F O Q U E S Y H E R R A M I E N TA S PA R T I C I PAT I VA S E N L A C O O P E R A C I Ó N PA R A E L D E S A R R O L L O
de Empresas, Máster en Cooperación Internacional y Máster en Evaluación
de Programas y Políticas Públicas por la Universidad Complutense de Madrid.
Trabaja como evaluador independiente en investigación social aplicada y posee
amplia experiencia en el diseño e implementación de diferentes aproximacio-
nes, metodologías e instrumentos de monitoreo y evaluación. Ha trabajado con
diversos actores de la cooperación al desarrollo, desde las agencias nacionales
de desarrollo (AECID, SIDA, NORAD, etc.), organismos internacionales (Comisión
Europea, PMA, PNUD, OMPI, UNICEF, OIT, etc.), entidades del Tercer Sector (Save
the Children, Acción contra el Hambre, Justice Coopération Internationales, etc.)
e instituciones académicas universitarias de investigación y docencia. Asimis-
mo, diseña e imaprte sesiones de formación en programación, monitoreo y
evaluación de programas para una diversidad de actores en el ámbito del de-
sarrollo, así como en cursos de grado y másteres de distintas universidades.
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tión de ONG por la Universidad Complutense de Madrid, y Especialista en De-
rechos Humanos por la UNED. Trabaja como consultora asociada al Instituto
Universitario de Desarrollo y Cooperación de la Universidad Complutense de
Madrid (IUDC-UCM), realizando labores de investigación, asistencias técnica
y docencia. Investigadora de la línea sobre Migraciones, Género y Derechos
Humanos, su principal área de interés es la relación entre los Derechos Huma-
nos y el Desarrollo, habiendo centrado su labor en la investigación y aplicación
de metodologías que promuevan este binomio. Así, se ha especializado en la
incorporación del Enfoque Basado en Derechos Humanos en todos los ámbitos
de la plani icación de la cooperación para el desarrollo, lo que le ha permiti-
do participar en numerosos proyectos nacionales e internacionales. Además,
colabora como docente en programas de postgrado de diferentes universida-
des e instituciones públicas, impartiendo cursos y talleres sobre plani icación,
GoRD, gestión del ciclo del proyecto, marco lógico y Enfoque Basado en Dere-
chos Humanos.
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AECID, BID, BM, ONU y Comisión Europea) y diferentes organizaciones privadas,
en más de veinte países. En la actualidad es consultor senior y docente habitual
del Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación de la Universidad Com-
plutense de Madrid en las áreas de gestión, control, seguimiento y evaluación
de proyectos. Participó en la elaboración del libro “Metodologías de Evaluación
de la Cooperación Española” (volúmenes I y II) y es coautor de diversos manua-
les y publicaciones sobre Gestión del Ciclo de los Proyectos de Desarrollo.
ÍNDICE
PRÓLOGO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
ÍNDICE
1.3. EVALUACIÓN RURAL PARTICIPATIVA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
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BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
ÍNDICE
3.2. VENTAJAS E INCONVENIENTES DE LAS EVALUACIONES
PARTICIPATIVAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
GLOSARIO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
9
PRÓLOGO
PRÓLOGO
verdadera medida de su utilidad. Es por ello que esta nueva irrupción de técni-
cas y enfoques nos suscita algunas cuestiones que nos parece oportuno poner
de manifiesto.
Por una parte, se ha detectado en tiempos recientes una cierta tendencia a im-
pulsar modelos de planificación “desde arriba”, en los que los decisores políti-
cos señalan los objetivos que se pretenden alcanzar siendo tarea del resto de
los actores implicados en la cooperación desarrollar, a posteriori, los medios
para alcanzarlos.
PRÓLOGO
Teniendo en cuenta lo anterior, hemos creído interesante brindar a los profe-
sionales, a las organizaciones especializadas y, también, a todas las personas
interesadas en los retos generados por los procesos de desarrollo, un recorda-
torio de los principales enfoques y herramientas participativas existentes en la
cooperación para el desarrollo.
Para ello hemos querido contar con nuestros colegas del Instituto Universita-
rio de Desarrollo y Cooperación (IUDC) de la Universidad Complutense, con
quienes desde la Fundación CIDEAL venimos trabajando desde hace ya muchos
años, para la elaboración de este trabajo de síntesis que pretende presentar un
análisis del estado de la cuestión, a la vez que brinda un recorrido sobre las di-
ferentes técnicas participativas que pueden ser utilizadas en cooperación para
el desarrollo.
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PRÓLOGO
12
PRESENTACIÓN
P R E S E N TA C I Ó N
sión de la participación en las acciones de desarrollo. El propio esfuerzo de sis-
tematizar algunas de las técnicas utilizadas en los enfoques participativos para
adaptarlos, de una manera sencilla, a la planificación de las intervenciones,
pone en relieve el valor de la participación como un elemento esencial para
mejorar la calidad de la cooperación para el desarrollo. Pero la propia lógica
de la planificación, normalmente establecida en torno a fases claramente de-
finidas y consecutivas en el tiempo, no deja de ser atender a criterios estable-
cidos por los ejecutores y donantes, lo que en cierto modo va en contra de la
participación en sí misma, entendida como un proceso de diálogo en el que el
liderazgo en la toma de decisiones importantes corresponde a las personas y
comunidades receptoras de la ayuda.
P R E S E N TA C I Ó N
uso, en la que se contemplasen distintas herramientas participativas para uti-
lizar en las diferentes fases del ciclo del proyecto: identificación, formulación,
ejecución y evaluación. Sin embargo, esta opción supondría priorizar los pro-
yectos (sobre los que ya existe una extensa bibliografía de referencia) frente
a otro tipo de intervenciones. Además, el establecimiento de herramientas es-
pecíficas para las distintas fases del ciclo del proyecto lleva muchas veces a la
asunción de que estas herramientas son exclusivas de cada una de las fases,
en lugar de valorar su elasticidad y utilidad para recoger o analizar informa-
ción en cualquier momento que sea preciso. Por último, este formato no dejaría
contentos, con razón, a quienes abogan por enfoques participativos, por seguir
una estructura excesivamente lineal y constreñida por las fases e instrumentos
establecidos en los modelos “tradicionales”.
P R E S E N TA C I Ó N
se probablemente del ámbito de la cooperación desde el que empezó a intro-
ducir la participación en las intervenciones de desarrollo. Salvador Bustamante
repasa los distintos niveles de participación en la evaluación, los principales
tipos de evaluaciones participativas y algunas metodologías destacadas de
evaluación participativa como el Mapeo de Alcances y el Retorno Social de la
Inversión.
INTRODUCCIÓN
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cepto de participación en la cooperación para el desarrollo, desde la idea
inicial que considera la participación como un medio para favorecer el éxito
de las intervenciones, que llamaremos enfoque utilitarista de la participación,
hasta la opción integral de la participación, en la que esta cuestión se concibe
tanto como el proceso necesario para promover el desarrollo.
enfoques fueron dando respuesta a las necesidades y formas de pensar del mo-
mento y cómo estos han ido evolucionando y adaptándose.
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foques participativos y se desarrollan algunos elementos clave a tener en cuen-
ta en los procesos participativos.
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En la actualidad es posible que este enfoque no sea el más deseable desde
un punto de vista social, ya que existe un pensamiento mayoritario que aboga
por que las decisiones sobre las intervenciones recaigan en quienes tienen que
mejorar sus condiciones de vida y no solo en quienes impulsan esos cambios
de manera exógena, pero no hay duda de que en la práctica es el más habitual.
Probablemente, una de las diferencias sustanciales entre los tres enfoques para
abordar la participación que aquí presentamos radican en los agentes involu-
crados que deben tomar las decisiones sobre el cambio que se pretende con
las intervenciones de desarrollo; en este sentido, el enfoque utilitarista parece
más preocupado por la participación como medio para favorecer el éxito de las
intervenciones que en quienes deben realmente decidir dichos cambios.
1 Ramalingam (2013) en su libro Aid in the Edge of Chaos menciona el uso de un modelo
racionalista en la toma de decisiones que se basa en la creación de relaciones de cau-
salidad simplistas y lineales y advierte de lo errático de las mismas dada la complejidad
de los contextos en los que trabajamos.
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ciales. Comprende una visión más amplia que la anterior en la que se pretende
un cambio social más allá del proyecto o programa concreto. Participar es un
acto político, se trata de alterar las condiciones y sistemas de poder y opre-
sión, y tiene como fin fomentar cambios a nivel estructural: político, legislativo
y económico. La participación y el empoderamiento son una herramienta de
transformación social, colectiva y comunitaria.
3 https://www.unfpa.org/es/el-enfoque-basado-en-los-derechos-humanos
4 http://siteresources.worldbank.org/INTEASTASIAPACIFIC/Resources/226262-1143156
545724/Brief_ADB.pdf
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Sin embargo, hay estudios que cuestionan la retórica que relaciona empodera-
miento y participación, señalando la existencia de enormes dificultades para
definir causalidad y realizar atribuciones. Señalan que es necesaria una visión
más abierta e integral del contexto y la vida de las personas fuera de la inter-
vención de desarrollo para entender los procesos de empoderamiento (Moser y
Sollis, 1991). Estos estudios invitan a realizar un análisis y práctica mucho más
rigurosos sobre la participación y lo que esta ofrece (Cleaver, 1999; Kothari,
2001) antes de entrar en una aplicación sistemática y no crítica de la misma.
Este enfoque cambia por tanto del “objeto participado” al “sujeto participante”
que es el conjunto de actores involucrados en esa realidad o proceso. El foco
revierte por tanto sobre las organizaciones no nacionales como actores del pro-
ceso participativo.
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Un enfoque integral entiende que cada contexto es diferente y por tanto es difí-
cil extrapolar réplicas de los procesos o acciones que llevemos a cabo. Este en-
foque cuestiona la eficacia, pertinencia y la integridad de las estrategias pres-
criptivas, las “recetas mágicas”5 aplicadas de forma universal en el desarrollo
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y advierte del peligro de la aplicación de manuales, herramientas o técnicas
participativas de forma mecánica y repetitiva.
Pasamos de las recetas mágicas a las múltiples micro estrategias que son defi-
nidas y ejecutadas por las personas involucradas en la problemática a resolver.
5 Ramalingam (2013) habla de balas de plata (silver bullet) y recetas mágicas al referirse a
la tendencia a la implementación de programas a nivel mundial ignorando las inmensas
diferencias culturales y contextuales donde se implementan.
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utilizando la denominada “escalera de la participación” que tanto Pretty como
Arnstein elaboraron en diferentes formas y que el Programa Mundial de Alimen-
tos desarrolló en función a las aportaciones de los autores citados. Esta distin-
ción permitirá exponer los diferentes niveles de participación que se pueden
utilizar en función de la visión o enfoque que se decida adoptar.
Actuar
conjuntamente
Decidir
conjuntamente
Consultar
Informar
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Auto
movilización
Participación
interactiva
Participación
funcional
Participación
consultiva
Participación
informativa
Participación
pasiva
Desde el nivel más alto al más bajo de participación nos encontramos con:
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y las partes interesadas externas consideran sus conocimientos e inte-
reses; personas externas definen problemas y soluciones, pero pueden
modificarlos en función de las respuestas de las personas locales. El pro-
ceso no concede ninguna participación en la toma de decisiones, y las
personas externas no están obligadas a tener en cuenta las opiniones de
la gente local.
Contexto histórico
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Se puede considerar que la historia de la participación en la cooperación para
el desarrollo comenzó a fines de la década de 1970 con la introducción de un
nuevo enfoque de investigación llamado “Rapid Rural Appraisal” o “Evaluación
Rural Rápida” (RRA por sus siglas en inglés). Se trataba de una opción que per-
mitía recopilar información de las comunidades de una forma menos sesgada,
rápida, asequible y sistemática que las opciones utilizadas hasta entonces. Sur-
gió de la necesidad de buscar alternativas a los largos cuestionarios que en
los años setenta, junto con la recopilación de información secundaria, era el
método prevalente. RRA o metodologías semejantes eran mucho más rápidas,
pero aún predominaba un enfoque cartesiano y de rigor científico que hacía que
quienes llevaban a cabo estas investigaciones tuvieran que probar su validez
posteriormente con métodos clásicos. Se comprobó que los métodos clásicos
ratificaban la información obtenida previamente por estos sistemas, rápidos,
baratos y de participación colectiva7.
Descripción
Se centra en una estrecha colaboración con las poblaciones locales para reca-
bar datos de primera mano sobre sus percepciones acerca de su entorno, condi-
ciones y necesidades. Esta metodología fue acogida con gran popularidad por
las agencias de desarrollo. La RRA generalmente se llevaba a cabo mediante
talleres con pobladores facilitados por pequeños equipos de especialistas o in-
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el papel de la población local se limitaba a proporcionar información, mientras
que el poder de la toma de decisiones sobre el uso de esta información perma-
necía en manos de otras entidades.
Durante los años ochenta las ONG que operan a nivel de base comenzaron a
desarrollar el enfoque de “Evaluación Rural Participativa” o “Participatory Ru-
ral Appraisal” (PRA por sus siglas en inglés) para superar las limitaciones del
enfoque precedente. Los PRA utilizaban métodos y herramientas similares a los
de RRA, pero la filosofía y el propósito subyacentes cambiaron. Mientras que
los RRA apuntan a extraer información, a menudo en una sola fase del proyec-
to, los PRA fueron diseñados para favorecer procesos de análisis, planificación,
monitoreo, intercambio de resultados y toma de decisiones entre los miembros
de la comunidad, facilitando procesos participativos en diferentes momentos
del ciclo del proyecto. Los PRA se centran en construir las propias capacidades
de la población rural para analizar sus circunstancias de vida, sus potencialida-
des y sus problemas con el fin de decidir activamente sobre los cambios en su
comunidad.
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Rol del resto Pasivo Activo
de actores
Características generales
Metodologías y herramientas
Uno de los padres de este enfoque, R. Chambers (2002), invita a “usar tu mejor
sentido, el sentido común todo el tiempo”, como una de las máximas para el
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desarrollo de procesos participativos.
Cornwall, Guijt y Welbourn (1993: 22) han agrupado los métodos empleados
en este enfoque bajo tres títulos: análisis visualizados; métodos de entrevista
y muestreo; y métodos de dinámicas de grupo. Algunas de las metodologías
ampliamente utilizadas son una combinación de los tres o dos de los grupos
según su uso.
Métodos de dinámicas
Visualizados Entrevista y muestreo
de grupo
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celebraciones de la de actores. las personas locales se
comunidad sin tomar preparan sus propios
decisiones en ella. planes, presupuestos y
horarios, tomar acción,
y monitorear y evaluar
el progreso.
... ...
medades migración, ocurrencias, actitudes,
económicos. retrasos, conflictos…
es una herramienta muy
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útil para ayudarnos a
reflexionar sobre nuestro
trabajo.
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implementación participativa, monitoreo y evaluación de programas. También
son ampliamente usados en investigación y formación.
Contexto histórico
8 Muchos autores (Ramalingam, Kothari, Chambers) hablan del expertismo como una li-
mitación para el uso de enfoques participativos.
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ción que tiene su reflejo en la aparición del enfoque “Investigación Acción Par-
ticipativa” (Participatory Learning and Action; PLA por sus siglas en inglés) que
ha estado muy vinculado en sus inicios al campo de agricultura (Whyte, 1991;
Petty, 1995).
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Emerge este cuerpo de investigación-acción en un momento en que los des-
cubrimientos científicos sobre el comportamiento de sistemas vivos como la
biología organicista, la ecología, la física cuántica, la teoría de la complejidad
y el enfoque sistémico, comienzan a incidir en otros campos de pensamiento
como la psicología, la economía, las ciencias sociales y, con distancia, la coope-
ración para el desarrollo. Estos descubrimientos ofrecen una explicación más
acertada que la dada por el reduccionismo mecanicista sobre los principios de
comportamiento de los sistemas vivos. En los sistemas vivos complejos las rela-
ciones causales no son lineales y simples y no se puede estudiar el todo a través
del estudio de las partes por separado, que sería un punto central del pensa-
miento reduccionista; por tanto, se debe comprender el sistema en su conjunto
y atender a las relaciones, los canales de información entre las partes y las
propiedades que de este emergen. Esto obliga a aceptar la incertidumbre y fa-
vorecer la participación con el fin de incluir diferentes perspectivas del sistema,
y priorizar procesos iterativos en el diseño y ejecución. Comienzan a surgir en
respuesta enfoques como PLA y más adelante aparecen otros en la misma línea
que abordaremos a continuación.
Descripción
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la comunidad. Este proceso permite innovar y enfrentar problemas complejos
de los cuales no conocemos su solución.
Reflexión
Análisis Construcción
Nuevo conocimiento Testeo
Retos
Imprevistos
Características generales
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La acción debe estar apoyada en la reflexión y el aprendizaje. La investi-
gación debe ser contrastada con la realidad.
• Este enfoque debe ser para y hecho por las personas implicadas, contan-
do con el resto de los actores directa o indirectamente implicados.
Metodologías y herramientas
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riales: Profesionales de diferentes disciplinas se juntan para apoyarse
en su aprendizaje. Interorganizacional: profesionales trabajando en un
mismo sector y país, pero en diferentes organizaciones forman los gru-
pos de aprendizaje.
Contexto histórico
Descripción
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una comunidad, organización, equipo.
Características generales
• Favorece la sostenibilidad.
Metodologías y herramientas
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tivos de la comunidad. Es un espacio para generar una agenda y trabajo
común.
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plina, los y las facilitadoras aprenden que es contraproducente tratar de
imponer una visión, por sincera que sea.” (P. Senge, 2002).
Contexto histórico
Durante los años 2000 se asienta y afianza en cooperación una línea de pen-
samiento y práctica relacionada con la teoría de la complejidad y el enfoque
sistémico. Florecen desde entonces en adelante aplicaciones de esta forma de
pensar y penetra asimismo en la cooperación. La cooperación y diferentes dis-
ciplinas comienzan a describir sus contextos como crecientemente volátiles, in-
ciertos, complejos y ambiguos y con multitud de actores y variables. Aparecen
las tecnologías Lean, metodologías de gestión de proyectos ágiles heredadas
del campo de la tecnología digital, que traspasa al campo del emprendimiento
social y de la cooperación de forma incipiente. Desde este enfoque la participa-
ción es un elemento central.
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Descripción
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ferentes perspectivas sobre las causas y que ofrecen soluciones integradas y
adaptativas. Enfrentar problemas sociales complejos requiere de la colabora-
ción de los actores tanto en la definición del problema como en la elaboración
de estrategias y la ejecución de estas. Problemas complejos requieren de cam-
bios sistémicos e innovadores.
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Impacto INDIVIDUAL
La mayoría de las organizaciónes a la hora de identificar un problema
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solo se centran en un elemento aislado y miden su contribución individual
a resolverlo.
OBJETIVOS
PARTICULARES NO EXISTE UNA
Las organizaciónes ORGANZIZACIÓN QUE
persiguen sus COORDINE
propios objetivos. Falta una estructura
que dirija el proceso.
PROPUESTAS DE
VALOR AISLADAS VARIOS SISTEMAS DE MEDICIÓN
No existe un esfuerzo Las organizaciónes trabajan
por identifiar las capacidades con sus propios indicadores.
de todos los actores.
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Impacto COLECTIVO
Es una estrategia para resolver necesidades sociales que persigue incre-
mentar el impacto mediante un proceso de colaboración entre diferentes
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organizaciones hacia objetivos colectivos.
VISIÓN COMPARTIDA COMUNICACIÓN FRECUENTE
Las organizaciones Es necesario una comunica-
colaboran en el diag- ción constante y transparente
nóstico del problema entre los participes que ayude
identificando sus a generear confianza e inte-
conexiones. grar todos las opiniones.
ESTRUCTURA
QUE COORDINE
Servirá de apoyo
al desarrollo de la
OBJETIVOS MÉTRICA estrategia, impulsará,
COMUNES COMPARTIDA coordinará y comunica-
Los objetivos se Aprobación de rá los avanazes a
consensuan por unos indicadores los agentes implicados.
todas las partes comunes para Debe ser autónoma,
implicadas en el medir los independiente y contar
problema. resultados y con su propio staff.
compartir los
avanzes.
PROPUESTA DE VALOR INTEGRADA
Se identifica la contribución de cada una de las partes
interesadas en la solución del problema.
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para resolverlo a través de acciones acordadas.
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• Actividades que se refuerzan mutuamente. Las iniciativas de Impacto
Colectivo no requieren que todas las personas participantes hagan lo
mismo, sino que alientan a que cada participante realice el conjunto es-
pecífico de actividades que más pertinente sea para cada uno y que haya
sido consensuado.
Características generales9
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• Genera espacios donde se consideran lo relacional, emocional e intuiti-
vo. El impacto colectivo ofrece un papel especial a la parte relacional y
dentro de esta a la comunicación. Herramientas como la comunicación
no violenta y la escucha empática son un elemento clave para el nivel de
participación propuesto. Asimismo, incorpora una visión holística del co-
nocimiento que rebate la primacía del razonamiento cartesiano, abrien-
do la puerta a otras inteligencias. Jung habla de cuatro inteligencias que
nos brindan información relevante con la que interpretar y actuar en un
contexto dado: la emocional, la intuitiva, la sensitiva y la racional. Sobre
esta base, estas metodologías buscan acceder a esas inteligencias para
complementar la información que la parte analítica, el pensamiento ló-
gico, racional y causal ofrece.
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en práctica rápida y ágil de prototipos que puedan servir como ejemplo.
Metodología y herramientas10
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• Discusiones positivas: Es una herramienta para la toma de decisiones y
búsqueda de propuestas que se centra en la revisión y discusión de ex-
periencias positivas para informar un proceso decisivo.
Conclusiones
¿Por qué hoy por hoy, a pesar de lo extendido y conocido de los enfoques par-
ticipativos y sus beneficios, se siguen encontrando mayoritariamente procesos
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participativos que apelan a la extracción de información y la consulta más que
a procesos liderados por las comunidades?
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a un incremento del coste de los procesos participativos y se contradice
con los ritmos de los proyectos que suelen estar embebidos en marcos
de pensamiento productivista y cientificista donde los cambios se pue-
den controlar, predecir y producir de forma rápida y cuantiosa. Si bien es
cierto que la participación requiere tiempo, bien invertido puede llegar
a reducir costes al aplicar soluciones acordes con el conocimiento, los
recursos y capacidades locales, como por ejemplo la desviación positiva
(Ramaligman, 2013). No requieren de incentivos externos y la probabili-
dad de consecución y sostenibilidad aumenta. Lo que en principio redu-
ce los costes de implementación y evaluación y seguimiento.
¿Cómo trabajar con procesos participativos que sean efectivos? Para llevar a
la práctica procesos participativos de éxito es importante tener en cuenta tres
dimensiones sobre las que trabajar:
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contextos y procesos del grupo.
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Fuente: Elaboración propia.
BIBLIOGRAFÍA
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mers Experi-ments: Experiences in Participatory Development. IT Publi-
cations Ltd. Londres.
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• Nelson, N. y Wright, S. (1995). Power and Participatory Development:
Theory and Practice. IT Publications, Londres.
INTRODUCCIÓN
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E l debate sobre la participación en la práctica de la cooperación para el
desarrollo ha venido de la mano de la extensión del uso de los llamados
Modelos Lógicos Lineales, especialmente el Enfoque del Marco Lógico (EML)
y, de manera más reciente, la Gestión orientada a Resultados de Desarrollo
(GoRD). A pesar de que existe un cierto consenso entre los actores del siste-
ma de cooperación internacional para el desarrollo en la aplicación de este
tipo de herramientas en la planificación de las intervenciones, estas no están
exentas de críticas.
Sobre la primera de las críticas −la falta de participación− es una realidad que,
en ocasiones, los modelos lógicos son tomados como un formato para satisfa-
cer los requisitos de los financiadores, más que como herramientas útiles que
facilitan la gestión de las intervenciones adecuándolas al contexto de acción. Al
priorizarse las cuestiones de forma frente a la utilidad metodológica, la mayor
parte de los esfuerzos se dirigen a la fase de formulación (la cumplimentación
de formularios), reduciéndose la identificación a una reunión de gabinete entre
técnicos, a lo sumo validada procedimentalmente con la consulta a algunos
líderes o instituciones locales a través del socio local. Además, aunque la plani-
ficación participativa aumenta las probabilidades de éxito de una intervención,
también incrementa los costes de la misma, algo que encaja mal con el hecho
de que la ejecución de muchas de las acciones de cooperación para el desarro-
llo esté condicionada a la obtención de financiación externa.
55
La segunda gran crítica tiene que ver con el establecimiento de relaciones ver-
ticales dentro de los propios procesos participativos, cuando estos existen. La
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imposición de las visiones de los donantes y agentes externos comienza con
la propia articulación de los modelos lineales en torno a la lógica causal, la
orientación por resultados, la optimización de recursos o la cuantificación de
las mejoras, entre otros atributos propios de la razón occidental. Desde esta
óptica, las intervenciones son diseñadas, ejecutadas y evaluadas como com-
partimentos estancos, pretendidamente separados del contexto que les rodea
e ignorando la posible incidencia en las mismas de otros factores de desarrollo.
En la práctica, la planificación se orienta a la obtención de resultados y a la ren-
dición de cuentas, más que a lograr una mejora sostenible de las condiciones de
vida de las personas, y la participación es concebida de modo utilitarista, como
un instrumento para servir a tales propósitos.
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disponer de los recursos, humanos y materiales, adecuados para ello. Se trata
de definir qué se entiende por participación, cuál es la finalidad de la misma o
qué se pretende lograr, y establecer herramientas que ayuden a una planifica-
ción participativa de las distintas fases del ciclo del proyecto.
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primera aproximación cualitativa al terreno o área específica de intervención.
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Más íntimas: permiten abordar La información se produce den-
en profundidad temas que difícil- tro de un contexto social, lo que
mente se dirían en presencia de evita que se focalice en cuestiones
otras personas. personales.
Mayor libertad del planificador Mayor apertura para identificar
para determinar los contenidos temas nuevos relevantes para la
que se desea abordar. comunidad.
Menor esfuerzo de organización al Ahorran tiempo, al recoger infor-
no requerir la coordinación entre mación sobre varios informantes a
distintos actores. la vez.
En el cuadro anterior se precisan algunas de las ventajas que tienen tanto las
técnicas de recogida de información individualizada como las técnicas de gru-
po. No obstante, lo más adecuado suele ser el uso conjunto de técnicas y herra-
mientas de ambos tipos de manera complementaria, como medio para incorpo-
rar la participación efectiva en las distintas fases del ciclo de las intervenciones
de desarrollo.
2.1.1. Observación
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dor y el observado. De manera resumida, pueden destacarse los siguientes:
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puede prever un recorrido de observación cerrado, ceñido a un guion temático
o a un cronograma de trabajo. En el ámbito de las intervenciones de desarrollo,
las observaciones estructuradas son especialmente útiles cuando el tema sobre
el que se va a trabajar está muy acotado previamente, como en las labores de
monitoreo y evaluación por criterios.
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con los actores clave.
2.1.2. Entrevistas
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La entrevista es posiblemente la técnica cualitativa de investigación social más
utilizada. La técnica de la entrevista proviene de campo periodístico, pero en
los años treinta del pasado siglo fue incorporada y readaptada por la sociología
norteamericana como complemento o alternativa cualitativa a la encuesta, de
orientación cuantitativa, excesivamente dirigida por los equipos de investiga-
ción y poco flexible en su aplicación.
das), pero mantiene algunos elementos de rigidez al estar todas las pre-
guntas dirigidas por el entrevistador.
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• Entrevista semiestructurada: en este caso, el entrevistador dispone de
un guion predefinido de contenidos o temas a tratar, pero no existe una
pauta estructurada sobre la forma en la que se abordarán los distintos
temas, que variará entre unos y otros informantes. Durante la realización
de la entrevista y dependiendo del perfil de la persona entrevistada, el
entrevistador podrá determinar el orden en el que se abordan los conte-
nidos del guion y la profundidad con la que se tratan unos u otros temas,
así como formular preguntas adicionales sobre otros nuevos que apa-
rezcan durante la conversación y sean relevantes en el contexto de la
intervención que se desea realizar. Se trata de un modelo de entrevista
en el que entrevistador y entrevistado mantienen unos niveles equipa-
rables de participación: mientras el primero selecciona los contenidos
temáticos, los segundos deciden libremente la manera de abordarlos.
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cerrado (res- tas y mismas blecer con-
puestas múlti- respuestas. sideraciones
ples). generales sobre
amplios grupos
de población.
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la elaboración de diagnósticos orientados a la intervención.
Dependiendo del tipo de información que se quiera recabar y del nivel de par-
ticipación esperado por parte del entrevistado se seleccionará uno u otro tipo
de entrevista. El nivel de estructuración de la entrevista determinará, en buena
parte, su desarrollo, pero en términos generales se pueden señalar los siguien-
tes pasos orientativos:
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• Procurar un ambiente relajado y de confianza entre entrevistador
y entrevistado.
Por último, es preciso tener en cuenta que lo transmitido por los informantes
siempre pasa previamente por un proceso de “construcción del discurso”, a tra-
vés del cual se priman unas determinadas cuestiones frente a otras. Es preciso
por ello no perder de vista el contexto en el que se producen las entrevistas
(¿por qué se cuenta lo que se está contando a la persona a la que se le está
contando?) y contrastar las informaciones relevantes para la intervención con
otras fuentes (primarias o secundarias) disponibles.
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Existe también otro tipo de técnicas para la recogida de información relativa
a un contexto determinado de intervención, en esencia (aunque no necesaria-
mente) más participativas que las entrevistas a informantes clave. Se trata de
técnicas para la recogida de información de manera colectiva o en grupo, in-
corporadas en las ciencias sociales a partir de las terapias de grupo utilizadas
en la psicología.
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una indagación fuertemente dirigida por el facilitador. Se van plan-
teando preguntas o contenidos, y no se pasa al siguiente hasta que
todos los participantes han opinado al respecto. Al final de cada
pregunta o bloque temático es deseable hacer un turno de réplicas
por si alguien quisiera añadir algo más.
Las técnicas grupales tienen una serie de ventajas o utilidades que las hacen
especialmente interesantes en la planificación de la cooperación para el de-
sarrollo:
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• Rompen la dicotomía entre sujeto (entrevistador) y objeto (entrevistado)
y presentan la información en su contexto social: los informantes expre-
san lo que dirían públicamente, en presencia de otros miembros de su
comunidad.
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papel de los facilitadores o moderadores y el trabajo a desarrollar durante los
talleres.
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actores son habitualmente clasificados en una tabla de implicados, atendiendo
al papel que jugarían de cara a la eventual intervención.
BENEFICIARIOS NO BENEFICIARIOS
l Comerciantes
locales
l Interme-
diarios
l Familiares l Profesores
l Agriculto- mayoristas
de los agricul- de la escuela
res y agri-
tores y agri-
cultoras de l Vecinos
la región. cultoras. l Clérigos
y vecinas
locales.
que queman
l Cooperativa rastrojos
de producto-
res
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INFLUENCIA BAJA INFLUENCIA ALTA
l Servicio municipal
de extinción de
incendios
Por otra parte, hay que tener en cuenta que al igual que las circunstancias del
contexto pueden variar a lo largo del ciclo de las intervenciones de coopera-
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ción para el desarrollo, también puede cambiar el posicionamiento o el nivel
de participación de los distintos actores con respecto a la misma. Las tablas
de implicados, en tanto que herramientas analíticas, deben ser revisadas pe-
riódicamente recogiendo los posibles cambios de comportamiento, opinión o
implicación de los grupos o personas participantes en las distintas fases de la
intervención.
Consejos:
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2.2.2. El papel del facilitador
Puede haber uno o varios facilitadores por taller, y estos pueden ser personas
procedentes de la propia comunidad de trabajo o externos a esta. En el primer
caso, se cuenta con la ventaja de la empatía con la población local, el dominio
del lenguaje y los usos discursivos, o la vivencia en primera persona de las pro-
blemáticas del contexto. En el segundo, los actores externos garantizan una
cierta neutralidad en el posicionamiento con respecto a los participantes, pu-
diendo promover la participación de los colectivos menos poderosos y median-
do en la resolución de conflictos. En contextos de máxima partición, los propios
participantes en los grupos y talleres pueden elegir a la persona que ejerza
como mediadora. En cualquier caso, debe tratarse de una persona aceptada por
la comunidad, con amplio conocimiento sobre el tema de trabajo y capacitada
previamente como facilitadora.
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• Dominar los aspectos teóricos y prácticos del tema o sector sobre el que
se va a trabajar.
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Es preciso hacer una serie de consideraciones sobre la planificación y las diná-
micas del trabajo en grupo. Como se ha mencionado más arriba, las técnicas
participativas son especialmente eficientes para la recogida de información, ya
que se interactúa en el mismo tiempo y lugar con varias personas a la vez, y ade-
más permiten realizar observaciones sobre las relaciones entre participantes
y las costumbres y discursos locales. No obstante, esta concentración de infor-
mantes puede ser un arma de doble filo y dificultar de manera considerable la
realización de los encuentros.
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deportivo) o al menos evitar aquellos que puedan tener una fuerte carga
simbólica (como un cuartel militar o la sede de un partido político).
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nos une a todos los participantes? ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué objetivos
y visiones compartimos? ¿Por qué debemos trabajar juntos?
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-- Poner límites, cuando sea necesario, a las demandas de los partici-
pantes: es preciso saber explicar los límites de una intervención de
desarrollo y dejar claro qué se puede y qué no se puede conseguir.
-- Durante los talleres, ser flexible para adaptar las dinámicas de los
talleres a las necesidades específicas del grupo.
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4. Seleccionar un facilitador o facilitadores.
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Estas herramientas sirven para sistematizar, ordenar y comprender de una ma-
nera sencilla y visual toda la información recabada con las técnicas presenta-
das en la primera parte de este capítulo. La mayoría pueden ser utilizadas de
manera individual o combinadas con alguna otra. También hay información que
puede ser ordenada bajo varios modelos de herramientas.
Las que se presentan a continuación son una pequeña muestra, aquellas más
conocidas y utilizadas. Pero sobre todo aquellas que han contribuido a mante-
ner, o incluso amplificar el enfoque participativo de la gestión de las interven-
ciones de cooperación para el desarrollo con los modelos más tradicionales.
Surgido a mediados de los años noventa se trata de otra herramienta hoy en día
muy extendida en otros ámbitos, como el de la salud o la educación, donde se
la conoce como análisis de acontecimientos significativos –en inglés, significant
event analysis– porque, como veremos a continuación, este método permite
identificar los acontecimientos más significativos que se han producido a lo lar-
go del tiempo en un determinado contexto, independientemente de que estos
sean negativos o positivos. La principal novedad que incorporó en su momento
es la afirmación de que durante el análisis se pueden utilizar otros elementos
más allá de los indicadores, sobre todo de los cuantitativos, considerados por
muchos como demasiado rígidos y excluyentes de elementos tan importantes
como la propia valoración de los participantes.
tos creéis que han sido relevantes en el último año del proyecto para lograr una
ejecución conforme a lo planificado?”.
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El debate posterior es el que permitirá generar bastantes conclusiones, como
por ejemplo identificar la relación entre el acontecimiento seleccionado y la
intervención relacionada. Por eso lo importante en esta herramienta es inter-
ferir lo menos posible en la conversación surgida y actuar como simples mode-
radores, ya que, al ser necesario llegar a un consenso sobre el acontecimiento
más relevante para todo el grupo y sus consecuencias, cualquier aportación y
discusión tendrá su relevancia y debe poder ser expuesta sin censuras.
Por último, es importante mencionar que esta herramienta puede ser utiliza-
da en conjunto con muchas otras, pues suele ser recomendable la utilización
de diferentes soportes –como diagramas, cuadros, matrices o esquemas– para
plasmar las conclusiones intermedias y finales del debate.
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da responder de manera rápida, y así ir buscando el consenso a partir de toda
la información surgida.
Todas las aportaciones pueden incluirse en una representación gráfica que bus-
que dar sentido a lo expuesto. Dicha representación puede adoptar la forma de
diagrama, matriz, árbol o incluso mapa.
2.3.3. Transectos
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Los transectos son una herramienta utilizada para la observación del terreno.
Su uso proviene de disciplinas como el urbanismo o la ecología y sirven tanto
para conocer como para comprender el territorio de intervención. El transecto
consiste en un paseo más o menos estructurado por una zona o región, rea-
lizando una lectura de los sentidos y significados sociales que se atribuyen a
determinados lugares.
Los transectos son especialmente útiles para realizar una primera aproxima-
ción a un terreno en el que se pretende realizar o se está realizando una inter-
vención. En concreto, también sirven para:
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nera pactada o no pactada) durante el recorrido. Durante el paseo se deben
tomar notas, realizar fotografías, vídeos o dibujos de lo observado. Al cierre del
mismo, es conveniente revisar las informaciones recabadas y tratar de ubicarlas
espacialmente sobre un mapa del territorio.
2.3.4. Mapas
• Mapas de recursos: sirven para localizar los recursos existentes en una de-
terminada región y los cambios que pueden sufrir a lo largo del tiempo. Son
especialmente útiles para recoger información sobre análisis de cultivos,
recursos hídricos, contaminación ambiental, etc.
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el mapa que se va a utilizar, las variables que se van a analizar, etc. También
se debe definir la escala y las fronteras del mapa, que estará en buena medida
condicionada por el espacio de que se disponga. Es conveniente disponer de un
“mapa base” que sirva de referencia para ubicar los principales puntos de refe-
rencia (caminos, montañas, valles, ríos, etc.).
Por último, debe revisarse el mapa resultante con todas las personas implica-
das para validar los acuerdos alcanzados. En ocasiones es pertinente conservar
los mapas (o una fotografía de los mismos) para poder compararlos con otras
representaciones realizadas en etapas posteriores.
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Fuente: I. Gallego (1999).
2.3.5. Diagramas
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lisis del contexto, en el diagnóstico y el levantamiento de datos.
Al igual que en el mapeo histórico, este ejercicio se puede realizar sobre dife-
rentes momentos de un determinado contexto, lo que nos permitirá comparar y
analizar los cambios producidos.
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Pero aquí no importa ni el tamaño ni la distancia entre actores, sino, los símbo-
los que se utilicen para conectar y representar las relaciones entre los actores,
que deben permitir ver las diferencias entre sí. Entre los elementos más utiliza-
dos para simbolizar estas redes están las flechas, que podrán variar en color,
grosor o diseño, dependiendo de las características de cada relación.
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Fuente: I. Gallego (1999).
C A P Í T U L O 2: I N S T R U M E N T O S P R Á C T I C O S PA R A FAV O R E C E R L A PA R T I C I PA C I Ó N E N L A G E S T I Ó N D E L A S [ ...]
rías clásicas de la causalidad, se supone que cada problema tendrá múltiples
causas, problemas también, y estos a su vez otras tantas más, y así sucesiva-
mente hasta que la información disponible lo permita. El diagrama resultante
tendrá forma de árbol, donde cada rama constituye un conjunto de problemas
con una naturaleza similar.
2) Una vez alcanzado un acuerdo sobre cuáles son los problemas del con-
texto analizado se debe escoger, entre todos ellos el problema focal,
es decir, aquel que puede considerarse como el más significativo entre
todos los formulados, alrededor del cual se pueden ordenar el resto de
los problemas. También se le conoce como “problema paraguas” porque
recoge todos los demás.
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problema situado en el nivel inmediatamente superior y a su vez efecto
del problema situado en el nivel inmediatamente inferior.
4) El último paso es, si cabe, el más importante, pues consiste en revisar las
relaciones causales creadas en el árbol y asegurar que son correctas.
Escasos ingresos
Escasos
de los de
ingresos
lospequeños
pequeños
agricultores
agricultores
Altos
Altos No se
No se accede
accede Bajos
Bajos
costesde
costes fuentes
fuentes precios
preciosde
producción
de producción alternativas
alternativas dede deventa
venta
ingresos
ingresos
Inflación
inflación Escasas
Escasas AltosAltos
precios Venta a
Venta Desconocimiento
Desconoci- Malas
Mala
cosechas
cosechas de precios
los insumos
de intermediarios
a miento de los
de los comunica-
comunicaciones
los insumos intermediarios mecanismos
mecanismos ciones
de mercado
de mercado
Pérdidas
Pérdidas Utilización
Utilizaciónde
por
por plagas
plagas detécnicas
técnicas
inadecuadas
inadecuadas
C A P Í T U L O 2: I N S T R U M E N T O S P R Á C T I C O S PA R A FAV O R E C E R L A PA R T I C I PA C I Ó N E N L A G E S T I Ó N D E L A S [ ...]
mientras el primero muestra a modo de diagrama todos los problemas
existentes en un determinado entorno, el árbol de objetivos permite co-
nocer las situaciones deseadas –pero realistas– que deberían alcanzar-
se al solucionar esos problemas identificados.
Los pasos a seguir en la construcción del árbol de objetivos son también cuatro:
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Aumentados
los ingresos de
los pequeños
agricultores
Reducidos
Mejoradaslos Existen Incrementados
las costes
cosechas fuentes los precios
de producción alternativas de venta
de ingresos
Pérdidas Utilización
por plagas de técnicas
inadecuadas
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El análisis DAFO es una de las herramientas más comunes utilizada universal-
mente en todos los ámbitos para el estudio y la caracterización de un determi-
nado actor o grupo.
II. Amenazas. Aspectos negativos del contexto del que forma parte el actor
analizado y que pueden afectar a sus expectativas de desarrollo o me-
jora. Cualquier entidad o sujeto forma parte de un sistema mayor y com-
plejo, e independiente de sus características, está condicionado por este
entorno. Es importante identificar estos limitantes para poder actuar en
consecuencia. Un ejemplo de una amenaza de una ONG podría ser la
dependencia de financiación pública en tiempos de crisis.
III. Fortalezas. Aspectos internos positivos del actor analizado. Para iden-
tificar las fortalezas del actor analizado se deben revisar los mismos
elementos que cuando se examinan sus debilidades, pudiendo por tanto
realizar el análisis en base a los diferentes departamentos o ámbito de
97
actuación del actor. Un ejemplo de una fortaleza de una ONG podría ser
su larga experiencia en algún sector en concreto.
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IV. Oportunidades. Aspectos positivos del contexto del que forma parte el
actor analizado y que pueden afectar a sus expectativas de desarrollo
o mejora. Al contrario de lo que ocurre con las amenazas, las oportuni-
dades son circunstancias que benefician o favorecen a la entidad, supo-
niendo, como su nombre indica, una ocasión para avanzar. Un ejemplo
de oportunidad para una ONG podría ser el formar parte de una red de
trabajo concreta.
ÁMBITO
INTERNO EXTERNO
Esta herramienta puede llevarse a cabo tanto en reuniones de grupos más con-
cretos como en asambleas más amplias. Lo importante es que todos los parti-
cipantes aporten su opinión y se vaya consensuando una descripción del actor
analizado en base a estas cuatro dimensiones.
98
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En las intervenciones de cooperación para el desarrollo los análisis del con-
texto son utilizados para conocer mejor el entorno donde se desea intervenir
o actuar. Son fases que suelen incluir, además del análisis, la identificación de
posibles vías de actuación y, en consecuencia, un debate para decidir qué se
ejecutará finalmente –si es que se ha decidido actuar– entre todas esas opcio-
nes posibles.
Existen criterios más clásicos, que siempre se han utilizado en este tipo de aná-
lisis, como los relativos a los aspectos económicos y financieros, o aquellos con
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un carácter más técnico. También hay criterios que analizan las capacidades
y posibilidades de los actores implicados. En los últimos años se han incluido
criterios relacionados con los aspectos transversales de la cooperación para el
desarrollo, como los derechos humanos, el enfoque de género o la sostenibili-
dad medioambiental. Lo ideal es una combinación de varios tipos para asegurar
que el análisis se realiza desde diferentes aspectos.
COSTES 5 5 25 1 5
TIEMPO 2 3 6 1 2
RIESGOS 4 3 12 4 16
3 3 9 5 15
IMPACTOS 2 3 6 5 10
5 4 20 5 25
IMPACTOS 78 73
Una vez seleccionados los criterios y colocadas las opciones en la tabla, basta-
rá con analizar estas opciones en función de cada uno de los criterios, siendo la
alternativa mejor valorada en su conjunto la que, en principio, debería llevarse
a cabo. Para completar las casillas se podrá utilizar diferentes símbolos: núme-
ros, letras, caritas felices, símbolos de correcto o incorrecto, etc. Lo importan-
te es que todas las personas participantes conozcan el significado y la posible
equivalencia de estos.
100
Por último, debemos recordar que, por muy bien y rápido que se haya realiza-
do el análisis, cualquier decisión siempre tiene cierto grado de incertidumbre,
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ya que no deja de ser una valoración subjetiva. Por eso, no se trata tanto de
alcanzar un resultado, sino de buscar el consenso entre las partes, realizando
un análisis lo más transparente y participativo posible. Ello probablemente nos
conducirá a la opción más coherente y fácil de justificar.
Consiste en una matriz, donde en las filas se colocan las diferentes opciones de
actuación, mientras que en cada columna se incluye un actor concreto –pueden
ser personas individuales o grupos–. Luego se establece una escala de valora-
ción y se pide a cada actor que puntúe, de manera individual y según sus propios
criterios, cada opción. Al final, la alternativa más votada será la que se imple-
mente, sin importar las razones por las que cada actor ha realizado su votación.
Se entiende que, al formar parte del contexto de intervención, su experiencia y
conocimientos aseguran que la puntuación sea correcta.
Para su realización se debe dibujar una matriz con cuatro columnas y tantas filas
como actividades haya. En la primera columna se incluyen todos los problemas
existentes, mientras que en la segunda se incorporan todas las actividades
que deban ejecutarse para solucionar cada problema de la primera columna.
Siguiendo la teoría de la multi-causalidad, cada problema podrá tener más de
una actividad relacionada. La tercera columna es la de la prioridad, columna
que debe completarse de manera participativa. Primero hay que establecer una
escala de prioridad –por ejemplo, del 1 al 10– para luego debatir acerca de
101
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La cuarta columna no siempre se incluye en esta matriz. Sirve para establecer
la prioridad definitiva. Bajo el epígrafe orden de atención, “desempata” cual-
quier elemento de la columna de prioridad. Esto es así porque las actividades
no deben ser vistas como elementos independientes. Todo lo contrario, cuando
menos las actividades relativas a un mismo problema tendrán una dependen-
cia absoluta. La cuarta columna permite revalorar las prioridades en función
de esta relación y definir el orden de actuación definitivo en el que se deberán
ejecutar las actividades.
Para su construcción se colocan tanto en las filas como en las columnas todos
los problemas existentes. A continuación, de manera participativa, en cada ca-
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silla se decide, entre los problemas que confluyen, cuál tiene prioridad. Se debe
repetir el ejercicio hasta completar todos los problemas. Luego basta con con-
tar las veces que cada problema aparece en la matriz, siendo el problema más
frecuente el primero que debe resolverse.
Se debe dibujar una matriz donde en las columnas se incorpore a los diferen-
tes actores o grupos y en las filas los ámbitos de actuación. Luego, de manera
grupal en un taller o reunión, se discute sobre el grado de frecuencia con el
que aparecen los conflictos cuando un actor trabaja en un determinado ámbito.
Para ello se establece una escala que mida la frecuencia utilizando los símbo-
los que se decida de manera común. En ocasiones, también puede resultar útil
acotar el tipo de conflicto. Por ejemplo, sobre el uso de recursos naturales en los
diferentes terrenos de cada agricultor.
Como resultado tendremos una matriz con los puntos calientes de una comuni-
dad o contexto donde será más urgente actuar.
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se centran en revisar solo la disponibilidad, sin valorar si los recursos cumplen
los estándares para ser aceptados por la comunidad. Un ejemplo muy claro se
suele ver en el ámbito de la educación, donde existen iniciativas interesantes de
donación y bancos de libros de texto, sin tener en cuenta si comparten idioma
con la comunidad de destino.
El ejercicio comienza con el dibujo de una matriz, colocando en las filas cada
uno de los recursos disponibles. Después se añaden dos columnas, una para
valorar la disponibilidad y otra para su apreciación; y se pasa a discutir con el
grupo con el fin de completar las casillas. En ocasiones, en vez de comentarios
u observaciones redactadas, se pueden utilizar símbolos, para lo que será nece-
sario establecer previamente cuáles se utilizan y sus parámetros de equivalen-
cia. Lo más común son las caritas tristes, serias y sonrientes.
Libros de texto +
Transporte escolar ++
Material para el +
gabinete de salud de
la escuela
El resultado final es un gráfico que muestra la visión común de los recursos dis-
ponibles, algo que en un ámbito con recursos tan escasos (más allá de aquellos
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directamente relacionados con cualquier intervención de cooperación) ayuda
en la toma de decisiones.
Para organizar los recursos económicos de una entidad o proceso se puede uti-
lizar la herramienta de los presupuestos participativos, surgida a finales de los
años ochenta en la ciudad brasileña de Porto Alegre. Estos, no nacieron tanto
como una herramienta metodológica, sino como una forma de participación
ciudadana en la elaboración de políticas públicas.
Los presupuestos participativos pueden ser definidos como una forma de parti-
cipación ciudadana donde es la propia ciudadanía quien debe involucrarse en
la toma de decisiones de cómo proceder al gasto público. Se trata de un proce-
so de negociación, donde la administración y la ciudadanía trabajan de la mano
para el diseño de un presupuesto coherente con las demandas de la población
y viable desde el punto de vista de los recursos disponibles.
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Administraciones locales y no tanto en intervenciones de cooperación,
donde los contextos son menos complejos.
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• Afianza la relación y comunicación entre las partes, “obligadas” a traba-
jar en equipo, y esta cercanía fomenta a su vez una reflexión más solida-
ria hacia las demandas del prójimo.
Conclusiones
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como al desarrollo y alcance de las mismas. Se trata de saber adaptar las ac-
tuaciones a los contextos locales, tener flexibilidad de respuesta ante impre-
vistos, establecer canales de comunicación fluidos y, en definitiva, entender las
intervenciones de desarrollo como procesos horizontales de aprendizaje entre
todos los actores implicados.
108
BIBLIOGRAFÍA
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• Corbetta, P. Metodología y técnicas de investigación social. McGraw-Hill,
Madrid.
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• Martínez, R., Rojo, G., Reyna, A. y Ramírez, B. (2008). Diagnóstico Social
Comunitario. Sinaloa, Universidad Autónoma Indígena de México, Méxi-
co.
INTRODUCCIÓN
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
ciplina científica para gestionar los asuntos públicos y la toma de decisiones.
En este contexto, una serie de teóricos y practicantes de la investigación social
aplicada comienzan a cuestionar los métodos tradicionales de evaluación de
políticas y programas públicos. Coinciden en cuanto a la escasa capacidad de
estas metodologías para responder a grandes cuestiones sociales por no consi-
derar la diversidad de opiniones generadas por la sociedad civil y por no abor-
dar asuntos de carácter más filosófico relacionados con la forma de estudiar la
realidad social.
no ponían foco en estos procesos, y por lo tanto podían responder hasta cierto
punto si una solución funcionaba o no, pero no podían explicar cómo y por qué.
Entre los años sesenta y setenta del siglo XX se da el periodo más fértil en el de-
sarrollo de modelos y aproximaciones de evaluación alternativos a los modelos
tradicionales. Es en este momento cuando teóricos como Robert Stake (1967) o
Guba (1978) cuestionan la manera de valorar las cosas, y desarrollan metodolo-
gías de evaluación centradas en el establecimiento de juicios de valor basados
en la pluralidad de agentes participantes. Estas aproximaciones se centran en
la contextualización y comprensión de los distintos grupos de actores involu-
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
crados en las acciones sociales, es decir, no solo tener en cuenta las visiones
de los patrocinadores, donantes o implementadores de una iniciativa, sino de
todos aquellos grupos de personas que directa o indirectamente se ven afec-
tadas por la misma. Hasta entonces, el juicio del evaluador/a era considerado
suficiente dado su rol objetivo y técnico. Además, el enfoque experimentalista
había puesto foco principalmente en los sujetos bajo tratamiento y el/los gru-
pos de control, mientras que la perspectiva constructivista identifica un amplio
espectro de actores influenciados por una intervención, con lo que surgen una
amplia variedad de clasificaciones de informantes. El evaluador/a pasa a ser un
negociador que pone en común todas las realidades identificadas para llegar
a una comprensión más amplia sobre la realidad de una determinada acción
social.
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
evaluaciones (hallazgos y conclusiones).
“El proceso de involucrar a actores en una evaluación puede tener tanto o más
impacto que los hallazgos generados por la misma” (Patton, 1996).
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
tado nuevos enfoques mixtos de evaluación, entre los que se encuentran, entre
otras, la evaluación guiada por la teoría y la evaluación orientada al usuario.
USO DE PROCESO
Uso directo de los procesos: Uso indirecto gracias al Proceso de realizar una
una decisión o cambio proceso que se aplica a evaluación como un acto
puede ser tomada gracias otras situaciones, Desarrollo simbólico. Legitimación por
por ejemplo a una mayor de la cultura evaluativa y/o involucrarse en el proceso
comprensión y un desarrollo desarrollo organizacional de evaluación.
de las capacidades sobre
evaulación.
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
persuadir).
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
que, como se ha mencionado, depende de la interacción entre los evaluadores/
as con los actores, y el control sobre la evaluación que estos últimos ejercen, y
no tiene nada que ver con las metodologías concretas que se utilizan durante
el proceso.
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
tante facilitar diferentes niveles de participación sino también asegurar
una diversidad de actores que enriquezcan el proceso.
Finalmente, el tercer nivel representa tres categorías diferentes donde los gru-
pos de actores tienen capacidad de decisión en distintos grados, llegando al
control completo del proceso de evaluación.
EMPODERADORA
CONTROL COMPLETO
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
PODER DELEGADO
ASOCIACIONISMO
SIMBÓLICA
CONCILIACIÓN
CONSULTA
INFORMACIÓN
SIN PARTICIPACIÓN
TERAPIA
MANIPULACIÓN
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
ser tanto prácticas como éticas, o una combinación de ambas (Guijt, 2014). Por
un lado, y como ya se ha comentado, involucrar a una diversidad de actores en
el proceso evaluativo incrementa el uso potencial de la evaluación, su rele-
vancia y la apropiación de los procesos y resultados por parte de los distintos
actores. Las razones éticas se justifican por el hecho de que una mayor partici-
pación en la evaluación democratiza el proceso fundamental de mejora de las
políticas y programas públicos.
• Permite una mayor comprensión del programa o política por parte de los
diferentes actores.
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
Esta lista de ventajas justificaría a priori el uso de enfoques participativos para
cualquier trabajo evaluativo. No obstante, los beneficios de la participación en
la evaluación no están garantizados en ningún caso, y será la combinación de
un diseño coherente y viable, junto con una implementación adecuada lo que
permita su generación. Es más, estudios realizados sobre evaluación participa-
tiva (Cousins et al., 1996; Cullen et al., 2011) confirman que la mayoría de las
evaluaciones etiquetadas como participativas por practicantes y patrocinado-
res se limitan a ofrecer unos niveles muy bajos de participación real, que podría
considerarse como simbólica. De hecho, uno de estos estudios comprobó como
en el ámbito del desarrollo internacional muchas evaluaciones eran conside-
radas participativas por el simple hecho de involucrar a distintos actores como
fuentes de información (Cullen et al., 2011).
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
• No existe un vínculo directo entre un aumento de la participación y una
mejora en el diseño de la evaluación. De hecho, lo más probable es que
tener que contar con diferentes grupos de actores y asegurar su acti-
va participación, constituya una dificultad añadida a la hora de diseñar,
coordinar e implementar la evaluación, ya que es probable que los eva-
luadores/as tengan que capacitar a los diferentes grupos en evaluación
y sus metodologías. Además, ciertos grupos de usuarios como patrocina-
dores o donantes pueden considerar que las evaluaciones más participa-
tivas pierden objetividad y rigor metodológico.
Aunque pueda parecer que a priori los grupos de actores tengan una disposición
e interés por participar en la evaluación, lo cierto es que todo proceso participa-
tivo tiene que asegurar el compromiso de los participantes en el tiempo, lo cual
puede ser extremadamente complicado dependiendo del tipo de evaluación y
los tiempos de implementación que se establezcan. La vida de estos actores se
puede ver afectada por muchas razones (enfermedades, relaciones personales,
etc.), lo que dificulta un compromiso activo y significativo en el tiempo. Es por
esto que los resultados de la evaluación tienen que ser realmente significativos
si se quiere justificar el compromiso que se solicita a dichos participantes.
122
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
principales diferencias entre tipos de enfoques participativos, mostrando algu-
nos ejemplos concretos de diseños de evaluación11.
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
tivo tan sólido, se ajustaban mejor a las complejas y cambiantes realidades y
necesidades sociales, así como a ciertas cuestiones éticas (como la selección de
participantes para los grupos de tratamiento y control) que se presentaban a la
hora de implementar modelos cuantitativos más rigurosos.
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
orientado al servicio, cualidades completamente opuestas a las de las evalua-
ciones experimentalistas. En cualquier caso, los evaluadores/as mantienen un
control absoluto sobre el aspecto técnico de la evaluación, y la participación de
los actores no evaluadores se limita generalmente a ser consultados durante el
proceso (Cousins y Earl, 1992). Este modelo está considerado como el germen
del resto de modelos participativos de evaluación. Uno de los enfoques más re-
levantes dentro de este modelo es el de evaluación respondiente (Stake, 1973),
que surge como contraposición a las evaluaciones preordenadas y que busca
principalmente una comprensión de la intervención y de su valor y mérito a
través del estudio de las experiencias personales de una diversidad de actores.
El calificativo “respondiente” se refiere a la preferencia que este tipo de evalua-
ciones da a cuestiones y problemas identificados por los propios participantes,
y no necesariamente a la teoría de la intervención y/o los objetivos declarados.
establecer así tanto el curso de la evaluación como sus resultados. Bajo esta
lógica, y gracias a la participación iterativa que se promueve, se comienza a
delegar poder de decisión técnica sobre la evaluación a los grupos de actores.
Aunque los diseños de evaluaciones de cuarta generación suelen ser mixtos, los
métodos cualitativos juegan un papel fundamental en este tipo de aproxima-
ciones ya que son las metodologías más apropiadas para captar el sentido de
conceptos y de realidades mentales individuales.
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
nuinamente están interesados en el proceso y resultados de la evaluación), que
comparten el proceso de evaluación junto con los evaluadores/as. Este tipo de
evaluación parte de la premisa de que las evaluaciones deben ser juzgadas tan-
to por su utilidad como por su uso efectivo, y por lo tanto, los evaluadores/as de-
ben diseñar y facilitar el proceso de evaluación teniendo en cuenta cómo afec-
tará al uso cualquier decisión que se tome durante el proceso (Patton, 1997).
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
la capacidad de los actores para representar sus propios intereses a través del
ejercicio (Patton, 2011). Desde un punto de vista metodológico, este tipo de eva-
luación no está definido por sus diseños y/o métodos, sino por el compromiso y
rol de los evaluadores/as (Greene, 2006). Esta aproximación de evaluación no
considera a una amplia variedad de actores, pero la participación de los mis-
mos es la más alta en la escala, y suele centrarse en aquellos grupos que tradi-
cionalmente no cuentan con una posición de poder para la toma de decisiones.
Asimismo, los evaluadores/as juegan un papel de facilitadores del cambio, sien-
do los propios actores quienes verdaderamente lideran el proceso. Entre este
tipo de evaluaciones se encuentran, entre otras, la evaluación democrática, la
evaluación empoderadora y la evaluación feminista.
La idea principal es llevar la evaluación más allá de los decisores políticos, de-
mocratizar el proceso y sus resultados y, en última instancia, que la evaluación
sea una herramienta para mantener informada y alerta a la opinión pública. Las
principales preguntas que una evaluación democrática responde son: ¿quién
llega a conocer qué sobre quién? La evaluación democrática se basa en el dere-
127
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
usando un tipo de auto-evaluación reflexiva en un proceso profundamente de-
mocrático (Fetterman, 2001). Este tipo de aproximación a la evaluación tiene
una clara orientación formativa: no busca una valoración del valor o mérito de
un programa, sino la mejora constante del mismo.
Este tipo de evaluación se basa en la teoría feminista y va más allá del enfoque
tradicional de género en la evaluación, ya que, entre otros, no solo identifica di-
ferencias entre hombres y mujeres, sino que las estudia y las explica, reconoce
y valora estas diferencias y admite que las evaluaciones no están libres de valo-
res, por lo que el evaluador/a tiene que mantener una postura abierta y flexible
durante todo el proceso evaluativo.
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
Figura 3.3. Representación tridimensional de tipos de
evaluaciones participativas
DIMENSIÓ
N2 AC TORE S
CONTROL
TÉCNICO
DE L A E VA
LUACIÓN
Evaluaci
DIMENSIÓ
N3 Democrátón
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E VAL
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RE S
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
este tipo de decisiones. Esto es debido por un lado al nivel técnico requerido, pero
principalmente debido a que bajo la perspectiva positivista en la que se enmar-
can este tipo de evaluaciones, la realidad debe aislarse para poder ser estudia-
da, y por lo tanto no tiene ningún sentido involucrar a los sujetos bajo estudio.
El evaluador/a juega un rol de observador que mantiene a los sujetos bajo estudio
fuera del proceso. Finalmente, esta lógica también se refleja en la dimensión del
nivel de participación de actores no evaluadores (todos), que posiciona a este tipo
de evaluaciones en unos niveles de participación reducida.
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
control técnico sobre la evaluación, este tipo de evaluaciones suelen lograr un
equilibrio entre la participación de actores y de evaluadores/as. Asimismo, la
participación de los actores no evaluadores suele ser alta en todas las etapas
de la evaluación, por lo que se posiciona en el espectro positivo de la tercera
dimensión de participación considerada.
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
da a la evaluación empoderadora. La gran diferencia con esta es que la diver-
sidad de actores en este tipo de evaluaciones suele ser más amplia para lograr
un impacto mayor, generar reflexión, ser inclusiva y conseguir cambios en las
estructuras sociales que vayan más allá de los resultados de la propia evalua-
ción. La evaluación participativa feminista es un enfoque abiertamente político
que busca comprender, dar voz y validar las necesidades, valores y vivencias de
las mujeres, teniendo en cuenta los diferentes contextos en los que las mujeres
viven (Lennie, 2006).
Contexto histórico
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
obstante, la cuestión de la atribución no se puede dejar de lado ya que poco se
puede decir sobre el mérito o valor de una intervención si no sabemos hasta
qué punto se le pueden o no atribuir ciertos logros.
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
• Otros factores que influencian la intervención son evaluados y se com-
prueba que no contribuyeron significativamente al logro de los resulta-
dos identificados, o si lo hicieron, su contribución relativa es reconocida.
Descripción
El mapeo de alcances se basa en una lógica sistémica, por lo que no asume una
relación causa efecto lineal, sino que considera una multitud de relaciones por
lo general no lineales entre causas y efectos que son las que generan el cambio.
Dada esta diversidad de causas y efectos, se presupone que únicamente se pue-
de hablar de contribuciones al logro de resultados, ya que todas las relaciones
causa-efecto están interrelacionadas entre sí de una forma indivisible.
Características
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El mapeo de alcances se basa en cuatro principios básicos, a saber:
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la finalidad de restar incertidumbre y conocer mejor la aportación de
una determinada intervención a una serie de logros. Bajo la lógica del
mapeo de alcances los resultados no son el producto de una serie de
insumos facilitados por unos patrocinadores o donantes, sino que son el
resultado de una compleja red de interacciones entre una diversidad de
actores.
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La medición de los logros se El logro se establece a través de
realiza a través de indicadores marcadores, que definen cambios
para los distintos resultados y de comportamiento graduales
objetivos, que cuentan con metas entre los usuarios. Miden cambios
predefinidas. Estas metas sue- observables como los indicadores
len permanecer inmutables en tradicionales, pero se diferen-
el tiempo y cuentan con plazos cian de estos en que pueden ser
claramente definidos. ajustados durante el periodo de
implementación, pueden incluir
resultados no intencionados, no
describen cambios de estado
(solo de comportamiento) y no in-
cluyen porcentajes ni establecen
necesariamente plazos.
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• Cuando se afrontan problemas y contextos complejos, con una variedad
importante de factores explicativos los cuales son difícilmente abarca-
bles desde una lógica de interrelación causal lineal.
Metodología
La metodología del mapeo de alcances cuenta con tres etapas (diseño, moni-
toreo y evaluación) y doce pasos. Las tres etapas hacen referencia al diseño,
1
3. Identificación de usuarios
4. Identificación de objetivos
Visión Misión Usuarios Objetivos
5. Diseño de marcadores de progreso
Mapas estratégicos Metas deprogreso
6. Desarrollo de estrategias
Prácticas organizativas
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7. Prácticas organizativas
MONITOREO DIMENSIONES
8. Definición de prioridades de M&E DE MONITOREO
9. Elaboración de un diario AGENTE Estrategias USUARIO
2 de objetivos
10. Elaboración de un diario
estratégico
DE
CAMBIO
y
Acciones
3
plan de evaluación esperados y diseminación de resultados a tiempo
-Preguntas en profundidad sobre el progrma y sus logros
- Fuentes de información, metodología
y gestión de la evaluación
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de apoyo que permiten el funcionamiento de la intervención.
La segunda etapa del mapeo de alcances tiene como finalidad establecer las
prioridades de monitoreo y evaluación (M&E) de la intervención. Se construye
el sistema que dará seguimiento a las actividades implementadas y a los resul-
tados de primer nivel que se van alcanzando y que permiten disparar las rela-
ciones causa-efecto que eventualmente lleven al logro de resultados de mayor
nivel a medio y largo plazo.
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
definir las preguntas clave de evaluación, la metodología a llevar a cabo y defi-
nir roles para su puesta en marcha.
• Una presentación sobre los cambios a los que el programa quiere contri-
buir (misión, visión, usuarios y objetivos).
• Una serie de estrategias que defina las actividades a realizar para el lo-
gro de los objetivos establecidos.
• Una escalera de cambio para cada tipo de grupo de usuarios que per-
mita el monitoreo del logro de objetivos a través de los marcadores de
progreso y el diario de objetivos.
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alternativas que han surgido gracias a esta. Entre las más destacables se en-
cuentran la “Colecta de Resultados” o Outcome Harvesting (Wilson Grau y Britt,
2013), la evaluación centrada en la gente (Dart y McGarry, 2006) y técnicas
como la de “La Historia más Significativa” (Davies y Dart, 2005). Estas compar-
ten el carácter participativo y la finalidad del Mapeo de Alcances, de reducir la
incertidumbre sobre la contribución que una intervención tiene sobre ciertos
resultados. La particularidad de la “Colecta de Resultados” es que tiene una
lógica inversa, ya que define una serie de objetivos y de forma inversa estable-
ce cómo y por qué una intervención ha contribuido a los mismos. La evalua-
ción centrada en la gente destaca por la utilización de varias teorías de cambio
en función de los grupos de usuarios identificados. Por último, la técnica de
“La historia más significativa” compila historias de primera mano de los usuarios
y de forma participativa define las más relevantes y significativas, establecien-
do así los principales logros de una intervención.
142
Contexto histórico
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
Estas contribuciones van en la mayoría de los casos más allá de lo que se pue-
de medir en términos monetarios, y por lo tanto, se identifica la obligación de
medir el valor extra-financiero que no reflejaban metodologías tradicionales. El
RSI nace en 1997 por la necesidad de la REDF (Roberts Enterprise Development
Fund) de monitorear y analizar el impacto de siete ONG a las que habían finan-
ciado un total de veintitrés empresas sociales.
Descripción
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
El RSI mide y cuantifica el concepto de valor tomando como referencia concep-
tos como la desigualdad, la degradación medioambiental y el bienestar social.
Es decir, mide el cambio positivo que se genera en los usuarios de una deter-
minada intervención o política (cualquiera que cambia como resultado de la
intervención), usando términos monetarios para representar esos cambios. En
última instancia, el RSI establece una ratio costo-beneficio, con la particula-
ridad de que ese beneficio se mide en “valor social”, y ese valor puede estar
definido e involucrar los conceptos mencionados de desigualdad, sostenibilidad
medioambiental y bienestar social.
Como las técnicas tradicionales de coste-beneficio, el RSI define una ratio de-
nominada ratio de retorno de la inversión. De esta forma, una ratio 1:5 para
una intervención establece que por cada unidad monetaria invertida se logran
5 unidades de valor social. Determinar y cuantificar este valor social es uno de
los retos de esta metodología. De forma general, el RSI se usa para evaluar el
impacto en las poblaciones meta, identificar y mejorar sus procesos de imple-
mentación y maximizar la eficiencia.
Características
medir, por qué y cómo. Es decir, definir de forma consensuada los con-
ceptos de valor (desigualdad, bienestar, etc.) considerados por el RSI.
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
a los beneficios y costes económicos, sociales y medioambientales que
reportan, ya que por norma general estos últimos quedan excluidos de
las cuentas financieras. Esto se realiza a través de valoraciones aproxi-
madas de los objetivos, ya que en la mayoría de los casos su valor no es
conocido.
El RSI puede ser de gran interés para facilitar discusiones estratégicas partici-
pativas y conocer el valor social de una intervención. Es muy útil ya que puede
integrarse en sistemas de M&E existentes, guiando al mismo tiempo otros pro-
cesos participativos. La realización del RSI estimula cambios en la mentalidad
de los participantes, que pasan de una percepción del coste desde un punto de
145
vista puramente económico a la de inversión con costes más allá de los refle-
jados en los libros financieros. De manera complementaria, el RSI identifica y
ayuda a que los objetivos de las organizaciones y sus usuarios converjan, maxi-
mizando el valor social de las mismas. Finalmente, el RSI tiene la capacidad de
demostrar la importancia de colaborar con otras organizaciones orientadas a
objetivos similares.
Metodología
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El RSI se centra en responder cinco preguntas clave, como se describe en la
siguiente tabla 3.2.
PREGUNTAS DESCRIPCIÓN
Para poder responder a estas preguntas el RSI cuenta con 6 etapas claramente
diferenciadas, como queda expresado en la siguiente figura 3.5.
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REPORTAR, USAR
Y CERTIFICAR
ESTABLECER
EL RSI
ESTABLECER
EL IMPACTO
EVIDENCIAR OBJETIVOS
Y VALORARLOS
REALIZAR MAPA
DE OBJETIVOS
DEFINIR ALCANCE
Y USUARIOS
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
cómo la disponibilidad y el uso de unos recursos permitirán la realización de
ciertas actividades, las cuales generarán productos o resultados que iniciarán
una cadena causal hasta llegar a contribuir a objetivos de mayor calado a me-
dio y/o largo plazo. En cualquier caso, y sin importar de qué forma se expresa
este mapa de objetivos, lo fundamental de esta etapa es consensuar las visio-
nes de todos los usuarios, asegurando que solo se incluyan los objetivos más
importantes para estos.
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
precios de productos o servicios similares en el mercado. También se
pueden deducir valores a través de los valores de mercado de las partes
que constituyen el bien o servicio en cuestión.
• El valor del tiempo puede dar una aproximación del valor asociado a
cierto bien o servicio en base al tiempo que una persona está dispuesta
a invertir para lograrlo.
l % de aumento
l Número de mejo-
de los precios
ras de mobiliario
de alquiler y
público realizadas
compra de
Mejora en la por ayuntamiento
Comunidad vivienda
percepción
de vecinos
del barrio l Informe de los l Variación de
residentes sobre
cantidad dedica-
las mejoras del
da a las mejoras
barrio
del hogar
C A P Í T U L O 3 : L A E VA L U A C I Ó N PA R T I C I PAT I VA
y supone el porcentaje del objetivo que se desplaza hacia otros. No siempre se
da desplazamiento, pero hay que tenerlo en cuenta.
Esta fase, aunque importante, se basa en una estimación que únicamente pre-
tende ayudar a gestionar el cambio en una organización, por lo que no debe
llevar mucho tiempo (aunque sí estar adecuadamente justificada). Finalmente,
en esta etapa también se calcula la disminución de la duración de los objeti-
vos en el tiempo, aunque únicamente para aquellos con una duración espera-
da mayor al año. Los mapas de impacto resultantes de esta etapa establecen
un porcentaje de peso muerto, atribución, decrecimiento y desplazamiento
(si corresponde).
• Peso muerto: % del objetivo que representa lo que habría sin interven-
ción.
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Primero se proyecta hacia el futuro estimando el valor de los objetivos en base
a la duración estimada de cada uno. Después se calcula el Valor Actual Neto
(VAT) añadiendo los costos y beneficios pagados o recibidos en los diferentes
periodos. Estos costos y beneficios deben estandarizarse a través de la técnica
del descuento, que básicamente lo que tiene en cuenta es la preferencia de con-
tar con costos o beneficios hoy que en el futuro. Finalmente, se calcula la ratio
del RSI, definida como la división entre el valor actual y el valor de la inversión
total. El manual de SROI Network y Hall Aitken (2014, traducido al español por el
Grupo Civis) presenta paso a paso este proceso con ejemplos y herramientas.
Conclusiones
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el consenso, la comprensión del contexto y la diversidad de visiones que ofrece
la participación. En cualquier caso, es clave señalar que esta participación no
consiste en la simple colaboración de distintos grupos de actores en el proceso,
sino que tiene que ir más allá y dar capacidad a estos actores para influir en el
mismo, y tener por ejemplo control sobre las decisiones técnicas del ejercicio.
Solo de esta forma se podrá considerar que la participación ha sido significativa.
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cualquier proceso evaluativo. En este sentido, las metodologías de evaluación
participativa presentadas no son más que un ejemplo dentro del abanico de po-
sibilidades existentes. Lo más importante es contar con una idea clara al inicio
de cualquier evaluación sobre el alcance y las razones por las que se evalúa y
para quién, así como del rol que se pretende jueguen los distintos grupos de
usuarios, y utilizar metodologías que se ajusten a estos objetivos.
153
BIBLIOGRAFÍA
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tion Middle East and North Africa Office, El Cairo.
GLOSARIO
158
GLOSARIO
GLOSARIO
la que se muestran las relaciones causa-efecto o medio-fin de todos los pro-
blemas/objetivos existentes en un determinado contexto. Apoyándose en las
teorías clásicas de la causalidad, se supone que cada problema tendrá múlti-
ples causas, problemas también, y estos a su vez otras tantas más, y así sucesi-
vamente hasta que la información disponible lo permita. El diagrama resultante
tendrá forma de árbol, donde cada rama constituye un conjunto de problemas
con una naturaleza similar.
GLOSARIO
como FODA, sobre todo en el entorno latinoamericano) que responde a los
términos de debilidades, amenazas, oportunidades y fortalezas, y que busca
ordenar o sistematizar la información obtenida en el análisis desde esas cuatro
perspectivas.
GLOSARIO
con actores de diferentes contextos, incluso diferentes idiomas, y las represen-
taciones gráficas son mejor asumidas por todas las partes.
Diagrama de flujo: surgido en la primera mitad del siglo XX, el diagrama de flujo
tiene el mismo propósito que el árbol de problemas: ilustrar las interrelaciones
existentes entre determinadas situaciones y/o problemas bajo la lógica causa
efecto. También parte de una situación o problema focal, y a partir de la misma
va identificando, de manera participativa, sus causas y sus efectos. Se trata por
tanto de la representación de un proceso, pues cada elemento va llevando al
siguiente. Para su construcción se pueden utilizar circunferencias, recuadros o
cualquier otra forma que consideremos adecuada. Lo más importante es que
el diagrama se construya de manera participativa y que la definición de la si-
tuación inicial quede clara para todos los participantes. Esto permitirá que el
dibujo del diagrama sea más sencillo y se pueda validar y consensuar más fá-
cilmente.
los actores, que deben permitir ver las diferencias entre sí. Entre los elementos
más utilizados para simbolizar estas redes están las flechas, que podrán variar
en color, grosor o diseño, dependiendo de las características de cada relación.
GLOSARIO
el espacio en blanco, pero no se hará de manera aleatoria, sino que la distancia
entre unas y otras deberá representar el grado y la calidad de relación existente
entre sus actores.
Enfoque del Marco Lógico: herramienta analítica que se utiliza para la planifi-
cación y la gestión de intervenciones tanto de cooperación al desarrollo como
de proyectos sociales. Surge en la década de los sesenta del siglo XX y se ha
162
GLOSARIO
Entrevistas grupales: son similares a las entrevistas individuales, pero con la pe-
culiaridad de que son realizadas a más de una persona a la vez, pudiendo llegar
a abordarse grupos de un tamaño considerable. El nivel de estructuración de
la entrevista dependerá del tipo de información que se pretenda recabar y del
grupo de personas con el que se esté trabajando, pero en términos generales
se sigue un cuestionario o guion que es respondido por todos los participantes.
Se van planteando preguntas o contenidos, y no se pasa al siguiente hasta que
todos los participantes han opinado al respecto. Al final de cada pregunta o
bloque temático es deseable hacer un turno de réplicas por si alguien quisiera
añadir algo más.
GLOSARIO
ciente de las desigualdades sociales y las diferencias de poder en la sociedad, y
por lo tanto ejercer de una manera democrática el control técnico de la evalua-
ción junto a diferentes grupos de actores, así como asegurar su participación en
las distintas fases del proceso, incluida la diseminación de resultados. La idea
principal es llevar la evaluación más allá de los decisores políticos, democrati-
zar el proceso y sus resultados, y en última instancia, que la evaluación sea una
herramienta para mantener informada y alerta a la opinión pública.
sión y la justicia social. Se basa en la teoría feminista y va más allá del enfoque
tradicional de género en la evaluación, ya que, entre otros, no solo identifica
diferencias entre hombre y mujeres, sino que las estudia y las explica, reconoce
y valora estas diferencias y admite que las evaluaciones no están libres de valo-
res, por lo que el evaluador/a tiene que mantener una postura abierta y flexible
durante todo el proceso evaluativo.
GLOSARIO
del resto de modelos participativos de evaluación.
Grupos de discusión: también conocidos como grupos focales, son una técnica
utilizada para recoger información dentro de un grupo reducido de personas
sobre un determinado tema de interés. Para ello, un moderador o facilitador
expone una temática general sobre la que deja que los participantes se expre-
sen libremente. El moderador puede intervenir para reconducir la conversación
GLOSARIO
cuando esté derivando hacia otros temas o para plantear preguntas de refuerzo
cuando pueda ser necesario profundizar en algo.
GLOSARIO
punto de partida para romper el hielo en una entrevista, individual o grupal,
y empezar a discutir sobre problemáticas de desarrollo. Existen distintos tipos
de mapas (políticos, sociales, urbanos, históricos, de comunicaciones, etc.) y la
utilización de unos u otros dependerá de las dimensiones de la realidad que se
pretendan analizar.
Mapa de recurso: Sirven para localizar los recursos existentes en una deter-
minada región y los cambios que pueden sufrir a lo largo del tiempo. Son es-
pecialmente útiles para recoger información sobre análisis de cultivos, recursos
hídricos, contaminación ambiental, etc.
miento de agua y alcantarillado, etc.). Los activos sociales son los valores y la
cultura de la comunidad, incluidas las tradiciones y actitudes de intercambio, coo-
peración y apoyo mutuo. Los activos económicos son los empleos y las empresas
que proporcionan medios de vida. Los activos públicos (de servicio) incluyen ser-
vicios médicos y educativos: hospitales, escuelas, servicios municipales y otros
proporcionados por los gobiernos. Los activos intangibles suelen ser habilidades
no descubiertas o infrautilizadas dentro de la comunidad. El mapa sirve como
punto de partida para realizar un análisis más profundo sobre el que definir una
estrategia de desarrollo.
GLOSARIO
que generan el cambio. Dada esta diversidad de causas y efectos, se presupone
que únicamente se puede hablar de contribuciones al logro de resultados, ya que
todas las relaciones causa-efecto están interrelacionadas entre sí de una forma
indivisible.
GLOSARIO
que en cada columna se incluye un actor concreto –pueden ser personas indivi-
duales o grupos–. Se establece una escala de valoración y se pide a cada actor
que puntúe, de manera individual y según sus propios criterios, cada opción. La
alternativa más votada será la que se implemente, sin importar las razones por
las que cada actor ha realizado su votación.
GLOSARIO
vación puede ser estructurada, cuando se tiene claro de antemano aquello que
se pretende observar, y no estructurada, cuando la problemática sobre la que
se pretende recoger información no está acotada y busca ser definida a través
de la propia observación. Atendiendo a la distancia que adopta el observador
con respecto a la comunidad se puede hablar de observación no participante
(se trata de minimizar el efecto del observador sobre lo observado) y observa-
ción participante (reconoce como inevitables los posibles sesgos introducidos
en la comunidad por la presencia del observador, cuyo efecto no se pretende
minimizar).
GLOSARIO
bilidad medioambiental y bienestar social.
SOAR: Análisis SOAR es la propuesta apreciativa del DAFO. Analiza las fortale-
zas, oportunidades, aspiraciones y resultados. Sirve como espacio para compar-
tir conversaciones y aportes sobre planificación estratégica basada en las opor-
tunidades. Se minimiza la resistencia al cambio. Es más eficiente al centrarse
en fortalezas y oportunidades existentes en la comunidad más que en construir
desde las debilidades.
Transecto: paseo más o menos estructurado por una zona o región, realizando
GLOSARIO
una lectura de los sentidos y significados sociales que se atribuye a determina-
dos lugares. Su uso proviene de disciplinas como el urbanismo o la ecología y
sirve tanto para conocer como para comprender el territorio de intervención.
Dependiendo del tipo de observación que se pretenda realizar, el transecto
puede ser individual o contar con uno o varios guías. Durante el paseo se deben
tomar notas, realizar fotografías, vídeos o dibujos de lo observado. Al cierre del
mismo, es conveniente revisar las informaciones recabadas y tratar de ubicarlas
espacialmente sobre un mapa del territorio.