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Juan Flores 

<juanjofz1978@gmail.com> dom., 4 nov. 2018


12:15

Emboscada 

  Ningún hombre ha sido capaz nunca de desentrañar la mente de una mujer, y por supuesto,
ella no había nacido  para romper este paradigma. 

   Me confundía, bien sabía que yo mismo dudaba de la posibilidad que mi semilla diera frutos
en su tierra estéril, sin embargo, me decía a través de sus miradas que siguiera caminando, una
suerte de mensajes cifrados de masculinamente impenetrable lenguaje, así, a veces yo
entendía que quizá sí había oasis en medio de ese desierto que era ella.

   Yo ya había decidido seguir, mis apegos se veían cada vez más reducidos y la desesperanza
ganaba terreno, pero yo no tenía opción. No estaba entre mis derechos el tirarme al suelo a
llorar, para mi sólo era  luchar sin detenerme aunque tuviera que arrastrarme para poder
continuar. 

   Siempre lloré por dentro. Nunca más pude darme el lujo de mostrar debilidad...pero ella era
criptonita ; la única mujer capaz de desnudarme el alma y hacerme temblar mientras me
miraba con desprecio y a la vez me acariciaba las manos. Yo llevaba meses preparando mi
partida y ella debía sospecharlo , así  que una tarde de mayo le pedí vernos, ella no sabía ; al
menos eso creía yo, que esa era mi despedida. 

   Pero ella, como siempre cambió mis planes, se inventó una excusa y me invitó a su casa a
tomar un trago. Ahora pienso que su instinto de mujer, ese con el cual los hombres
obviamente no contamos, le había hace rato revelado mis planes de fuga y ella estaba ya lista
para el contraataque. 

Al llegar al apartamento me quitó la chaqueta y me pidió sentarme en el sofá. - Espérame. -


dijo con un tono enigmático. Y así desapareció no sé donde.

   Era un sitio bonito, muy acogedor y ordenado, el piso era de baldosas negras que parecían
azabache fundido, una salita pequeña y adornada con gusto exquisito, un gran sofá de cuero a
juego con el piso, cortinas de terciopelo verde y un bonito bar de cedro lleno de bebidas de
todas las clases. 
   Todo diseñado por sus manos calculadoras de mujer ordenada. Al cabo de un rato apareció
en el umbral de la puerta con una figura que parecía más bien el sueño de un loco. En cada
mano un vaso con hielo, un baby doll negro de encajes que subía sobre sus rodillas y
transparentaba unas pantys negras a juego con la bata y sin brassier... 

Quedé pasmado, ella soltó una de sus risas y con una frase de lo más natural dijo -¿qué te
pasó, acaso te intimidaste.? ¡Eres terrible Jajajaja! 

Se llegó al bar y sirvió en cada vaso un poco de whisky y fue a sentarse luego junto a mi. 

   A lo largo de varios meses la deseé, la soñé y ella estrellaba a cada oportunidad mis anhelos
contra la dureza de su verbo. Asesinaba mientras reía, todas mis esperanzas, hasta dejarme ya
sin ganas de luchar, y ahora que ya la voluntad me había abandonado y por mi propia paz
quise alejarme y poner abismos entre los dos, me hallaba ahí, en su apartamento, en ese
ambiente cálido y bajo luces tenues, en aquel sofá, solos, ella con esa prenda que prometía
derretir los infiernos y con su cabello suelto mientras con una sonrisa retadora me ofrecía un
trago de whisky.

 Se tomó todo el contenido de su vaso y sujetó luego mi cara entre sus manos, me dijo al oído -
¿no era esto lo que querías? 

   No vacile un momento, me levanté del sofá y fui a buscar mi chaqueta para marcharme. Ella
quedó desconcertada y con rencor en su mirada me grito - ¿qué coños te pasa, no era esto lo
que querías? ¿Es que tu táctica termina despreciándome así? Mírame, ¿ya no te gusto? Y sin
más rompió en llanto. 

Me acerqué a ella y no pude evitar que mi corazón se conmovíera ante sus lágrimas. - Adeline ,
te amo bonito, no para acostarme contigo un rato y nada más , sé que soy la peor de tus
opciones pero te quiero... Y haría todo por tu felicidad, incluso marcharme para no entorpecer
tu futuro y eso es precisamente lo que pienso hacer. 

   Ella tomó mis manos entre las suyas y con una mirada que fue un hierro al rojo vivo
marcando para siempre mi corazón me dijo en tono lastimero y casi inaudible -... Tonto, ¿no te
has dado cuenta todo este tiempo que también te amo? Las consecuencias de quererte son mi
problema, déjame madurar a la antigua, si eres un hombre equivocado para mi quiero asumir
yo mis propios riesgos y aprender de ti, aún si eso es sufrimiento. No puedo concebir la vida
sin el privilegio de haber amado y no soy tan idiota como para no darme cuenta que nadie me
ha querido como tú, a pesar que en un principio no llenabas mis expectativas como hombre,
supiste quedarte junto a mí cuando yo intencionalmente hice cuanto pude por alejarte. Yo te
he puesto a prueba y no sé si voy a encontrar en mi camino otro hombre que me quiera de la
forma que tú lo has hecho. Sin esperar nada y poniendo mi bienestar por encima de tus
sentimientos, incluso ese deseo tuyo de llevarme a la cama que sé que tienes...
   La tomé en mis brazos y la besé como si de ese beso dependiera todo nuestro futuro, invadí
su intimidad y suavemente la recosté en el sofá... 

    Escucho ahora aquella canción que decía "pero yo le puse una trampa y dije que marchaba,
muy lejos a donde jamás vuelva a molestarla"...hoy llego a la conclusión que mi emboscada
surtió efecto. Descubrí un diamante en esa roca, la mujer más cariñosa y llena de ternura, la
mejor de las amantes y a quien esta tarde voy a esperar con mi traje elegante ante el altar de
la iglesia.

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