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La Providencia y la Iglesia
Introducción
I. La Preservación de la Iglesia
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b. Sproul lo pone de esta manera: “Dios cuida de Su Iglesia con
una providencia especial. Desde el clamor de la sangre de Abel
desde la tierra, a través del Exodo y del Exilio, El preservó Su
remanente por Su cuidado providencial. La Iglesia del Nuevo
Pacto sería establecida sobre un nuevo fundamento, el cimiento
de los Apóstoles el cual no estaría por encima sino junto al
fundamento de los Profetas del Antiguo Testamento.” Como
hemos visto, Jesús está edificando Su iglesia sobre un cimiento
firme e inconmovible pues El es la Piedra Angular de dicho
cimiento y eso asegura su _____________ y ___________
(Mateo 16:15-19).
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sabiendo con certeza que no hay cosa que nos puede apartar de
su amor, pues todas las criaturas, están sujetas a su poder de
tal manera que no pueden hacer nada sin su voluntad (HC,
p.28). De igual modo la Confesión Belga en su artículo 13 dice
que Esta enseñanza nos da un consuelo inexpresable, cuando
por ella aprendemos que nada nos puede acontecer por
casualidad, sino por la disposición de nuestro misericordioso
Padre Celestial que vela por nosotros con cuidado paternal,
sujetando a todas las criaturas bajo su dominio, de tal manera
que ni un solo cabello de nuestra cabeza (pues están todos
contados), ni un solo pajarillo puede caer sobre la tierra sin la
voluntad de nuestro Padre. De lo cual nos fiamos, sabiendo que
El reprime a los demonios y a todos nuestros enemigos, los
cuales no nos pueden perjudicar, sin Su permiso y voluntad.
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1. Pablo no dice que todas las cosas que nos suceden
son cosas ________. De hecho, cosas malas y
dolorosas nos ocurren. Sin embargo, todas esas
cosas malas que nos suceden, ultimadamente Dios
_________ que sean para nuestro bien. En palabras
de Sproul, esto es decir que “ultimadamente es
bueno que esas cosas malas nos sucedan.” Sproul
comenta:
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como es nuestro deber leer la Palabra de Dios, así
también es nuestro deber observar las obras de
Dios.”
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d. Nuestro Consuelo En Providencia Severa
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e. John Murray nos recuerda: “El pueblo de Dios nunca sufre en
vano. Nuestro sufrimiento presente es una inversión en gloria
futura. Los sufrimientos de este tiempo presente no son en nada
comparables con la gloria que ha de ser revelada (Rom. 8:18).
Las palabras de Robert Murray M´Cheyne son de gran ánimo y
consuelo: “Cuán pronto sabrás, que todo en tu historia, excepto
el pecado, ha sido para ti. Cada ola de problemas ha estado
llevándote a las costas soleadas de la eternidad sin pecado.”