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EL SIMBOLISMO

INICIÁTICO DE LA
NAVIDAD
Michele Lotter
Gtls Roberto Hernandez
roberto0056@gmail.com
(602)748-5229 USA
CLAVE ALEGÓRICA

El relato de la Navidad es un mito, en


griego Mythos (leyenda), constituida por
varias alegorías ( imágenes diferentes) que
contribuyen a crear una especie de
mandala,

Maria = el Corazón, órgano del amor


espiritual, las fuerzas de polaridad negativa,
Yin, la Gracia, lo que es donado de lo alto.
El útero universal.

Josè = el Intelecto, las fuerzas de polaridad


positiva, Yang, el esfuerzo humano para
elevarse, el trabajo sobre si mismos.
Gruta = la Roca (en hebreo Tsur) en el
simbolismo semítico es Dios; la
montaña hueca representa el templo
interior, la Cámara Secreta de
Iniciación. La Tradición Iniciática es
ocultada al mundo profano.

Jesús no nace en la posada porque en


el mundo profano, lleno de las
costumbres y de los lugares comúnes,
no hay espacio para el nacimiento de
lo Sagrado.
Animales = la naturaleza biopsiquica del hombre, la
base instintivo-pasional que ofrece su energía para la
elevación de la conciencia y la realización del Sagrado.
El buey, toro, representa en el simbolismo antiguo la
energía sexual, la fuerza primigenia del Kundalini en el
Muladhara.
El burro es la testarudez y la obstinación del ego
humano, dirigído positivamente. Pero sobre todo, en el
mundo hebreo antiguo, el burro fue el símbolo del
Mesías. Por este, Jesús ingresó triunfalmente en
Jerusalén montando un burro. Se trató de una
dramatización ritual, esmeradamente organizada por su
entourage, para satisfacer los requisitos de la Tradición
davidiana, porqué de David debia de descender el
Mesías muy esperado y el mismo David habia montado
un borrico.
Pastores = representan el ser humano que cree sin
entender, el religioso; en efecto adoran al niño Jesús
“sin entrar en la gruta”.
Magos = los hombres que quieren experimentar, los
Iniciados; de hecho, “entran en la gruta”.
En particular los 3 Reyes Magos representan las 3 Grandes
Escuelas de Sabiduría de la antigüedad, Egipcia, Hebrea e
Indo-turanica

La suma de las tres Ciencias Tradicionales, Alquimia, Astrología y


Magia, constituye el sumo Arte, Real y Sacerdotal, de la TEURGIA.

.
Estrella = Símbolo del Hombre Realizado,
el iniciado, el Maestro, (la Luz interior, Sol
= Estrella = el Cristo interior, que nos
ilumina y guía en la Via de seguir.

La estrella de 5 puntas de los pitagóricos,


judíos, corresponde al Hijo del Hombre de
los cristianos, y al Buda, a menudo
representado por estatuas de 5 piedras.

Ángeles = Las Energías espirituales, en


griego = Dynamis, que circulan entre el Yo
y el SI. Los Sefiròth del árbol qabbalistico.
Su canto es "Gloria in excelsis Deo et Pax
in terra...", el equilibrio entre el Macro y el
Microcosmos sintetizados en el glifo de la
estrella de David (Jesús es, como ya
hemos dicho, descendiente de David).
CLAVE SIMBÓLICA
Para los Iniciados el Cristo no es el fundador
de una de las más importantes religiones de
la humanidad sino una Entidad espiritual
cósmica. En ámbito Iniciático, por lo tanto, es
importante desde principio distinguir el Cristo
de Jesús.

El Cristo no es una persona más bien un


nivel de conciencia que señala en particular
una etapa evolutiva fundamental en la
historia de la vida y de la humanidad en este
universo, y por esto indica la conclusión de
un ciclo y el principio de uno nuevo, la
“segunda Alianza”.

La antiquísima representación del ciclo


involución-evolución es muy útil para
ejemplificar el argumento.
En las antiguas Iniciaciones, todavía mucho
antes del nacimiento de Jesús de Nazareth,
fue intuida la existencia del Plano Cristico o
Cristo Cósmico, es decir de un elevado nivel
de conciencia que un día el ser Humano
habría alcanzado y encarnado, haciéndolo
Real.
Por ejemplo, en un texto muy antiguo, escrito
muchos siglos antes del nacimiento de Jesús
y transmitido por la Tradición de Israel, el
Libro de Enoch, el 7° Patriarca después de
Adán, el propio Enoch, durante el
arrobamiento del éxtasis, ve entre los Seres
Celestes una figura con semblantes
humanos, que le es indicada como Hijo del
Hombre.
Además los antiguos Maestros
pusieron en relación la acción del
Cristo Cósmico a nivel espiritual
con la acción del Sol a nivel
natural, físico: tal como el Sol es el
manantial de energía necesaria a la
vida biológica, así el Cristo es el
manantial de energía que anima la
vida espiritual. El Sol y el
Cristo iluminan las tinieblas. El nivel
Cristico fue identificado pues por
analogía con el Sol.
Simbolismo del Cristo-Sol
Según la Tradición, el Logos se ha hecho carne en
Jesús Nazareno, Maestro galileo de Iniciación Real,
que alcanzó por primero este elevado nivel de
conciencia. La Conciencia Cristica se encarnó es
decir, por la primera vez, en el ser Humano. Por este
motivo, Jesús fue llamado el Cristo, aunque el mundo
cristiano identificó para siempre el Cristo con Jesús y
solo con él. En realidad, como se ha dicho, el Cristo es
un nivel de Conciencia transcendental, mientras Jesús
fue un individuo.
Sería mejor llamar a Jesús de Nazareth el Cristo
terrenal para distinguirlo del Cristo Cósmico, o
Celeste. Jesús representa la llegada de la Conciencia
Crística en el plano humano.
Esta llegada en el lenguaje religioso oriental se define
con el término poético de Avatar, literalmente =
“descenso”. Cuando un Avatar se realiza en un gran
Maestro Iniciado, éste se vuelve un "Electo", es decir,
por la Tradición semítica un Mesías o Cristo terrenal.
Ahora observamos algunas peculiaridades guematricas de la palabra Mesías,
según la Qabbalàh hebrea.
M a Sh iY a Ch
40 300 10 8 suma qabbalistica: 40+300+10+8 = 358

358 es también el valor guematrico de la palabra N a Ch à Sh que significa


"serpiente." 50 8 300

La serpiente es antiguamente, además del símbolo de la sabiduría,


también aquel del movimiento y del ritmo, del la ciclicidàd del tiempo.
La forma de la serpiente que se desplaza con movimiento sinusoidal
es justo la representación del desarrollo de un ciclo en un diagrama
cartesiano.
Cuando la serpiente se enrolla o, mejor, se muerde la cola, como el
antiguo Ouròboros, adquiere de nuevo un cíclo pero esta vez en
forma de círculo o anillo, es decir "pequeño año." Ya que la palabra
año deriva de una antigua raíz que significa "girar", el año es
considerado precisamente una "rueda" del tiempo. Es evidente en
este sentido la referencia al año entendido como un ciclo o "rueda"
completa del Sol, según el concepto heliocéntrico de la antigua
astrología.
En la Qabbalàh la correspondencia está clara: el término NaChàSh (= serpiente, por
conmutación de la letra Chet con la letra He, estrechamente emparentadas en la fonética y en el
simbolismo hebreo, y por siguiente metátesis, se vuelve Sh a N à H (= año), con valor 355.
300 50 5
El valor de 355 es aquel del número de los días del año hebreo, formado por la alternancia
de meses de 29 y 30 días.
Cómo querìamos demostrar, pues, el Mesías equivale simbolicamente al año, es decir al ciclo
completo del Sol alrededor de la tierra. El Cristo ha sido, en efecto, como ya hemos dicho,
relaciónado con el Sol y la Luz.

Saint Yves de Alveydre, en su Arqueometro, subraya


pero otra forma de escritura, más esotérica,
por la palabra hebrea Mesías: M a H Sh Y a H, cuyo
valor ahora es 360, es decir la exacta suddivisión en
grados sexagesimales de la circunferencia,
correspondiente a la eclíptica del Sol.
El Mesías representa, pues, el camino aparente
trazado por el Sol alrededor de la tierra. Si luego al
número 360 se suma el valor de 5, correspondiente
a los 4 elementos de la física clásica más el
Nombre de Dios, se consigue 365, el efectivo
número de los días del año solar.
El Solsticio de verano, que ocurre el 22 de junio,
cae en proximidad de la fiesta de S. Juan
Bautista, 24 de junio. De este día, los días
empiezan a acortarse. A sus antípodas, el 21 de
diciembre, encuentra el Solsticio de invierno,
que cae cerca de la fiesta de la Navidad de
Jesús Cristo, 25 de diciembre, en que la noche
tiene su máxima extensión con respecto al día.
De este momento los días empiezan a
alargarse.
De este fenómeno astronómico, de gran sentido
Iniciático, queda huella, aunque veladamente,
en el relato del evangelio de Juan. Aquí el
Bautista, hablando de Jesús a los mismos
discípulos dice: "Él tiene que crecer y yo en
cambio disminuir." La referencia al diferente
comportamiento de la Luz en correspondencia
de los dos Solsticios aparece evidente y
constituye el aspecto simbólico oculto detrás del
relato de las específicas misiones de Jesús de
Nazareth y Juan Bautista.
El nacimiento del Mesías viene entonces a
caer en el Solsticio de invierno, el período
de máxima oscuridad del año, de frío,
oscuro y en cuyo la vida está latente,
letárgica, parecida a la muerte. Le
corresponden el polo Norte entre los puntos
cardenales y la medianoche en el día. Es
justo aquí que hay necesidad de la chispa
de Luz que ilumine la oscuridad.
El nacimiento de Juan Baptista cae en
cambio en el Solsticio de verano, el período
de máxima exposición a la luz del Sol, de
expresion de la vida. Le corresponden
análogamente el polo sur y el mediodía.
Los Equinoccios caen respectivamente a
oeste a las horas 18.00 y a este y a las
horas 6.00.
Es todavía interesante notar que, en la
tradición induista, el Solsticio de verano
es llamado Pitri-Yâna (= "Puerta de los
Padres", es decir "Puerta de los
Hombres"). El Solsticio de invierno en
cambio es dicho (= "Puerta de los
Dioses”). Es un elemento común a todas
las Tradiciones de Sabiduría, pues, que la
encarnación del Hijo de Dios tenga que
ocurrir en invierno, bajo el signo del
Capricornio, para cumplir a la regla que
un Iluminador llega en el momento más
obscuro, justo como la luz del Sol
empieza a abrirse paso en la oscuridad
de la estación invernal.
Queremos detenernos sobre tal concepto
porque ha dado lugar, en campo religioso, a
la convicción que se liberan sólo y en todo
caso de "algo que baja" (Avatar) de lo alto,
por pura gracia divina. Pero este concepto,
expreso en tal manera, es parcial.
La llegada del Cristo es paralelamente
también fruto de evolución humana, que sale
del bajo y aspira a la elevación. Por Ley de
Correspondencia, a un apunto de la
evolución humana se ha averiguado un
encuentro: el plan humano evoluciona y se
eleva, aquello Divino involuciona y baja.
Se realiza así el encuentro, gráficamente
expresado con una gran X, que representa la
Incógnita Cósmica, el Misterio de los
Misterios.
¿Pero entonces, qué es el Cristo?
Sintéticamente, es una Entidad espiritual, la
Fuerza propulsiva y conservadora del
Cosmos, que actúa a la base de todos los
procesos inherentes al fenómeno de la Vida y
su evolución hacia la Conciencia. En efecto,
ya que la Vida, en todos sus aspectos, no es
mas que una estrategia y un proceso para el
desarrollo de la Conciencia, el Cristo es el
motor y el guardián de esta estrategia y
de este proceso, a nivel cósmico y, de reflejo,
a nivel humano.
Cuando, en consecuencia de su trayectoria
Iniciática, la conciencia de un Ser Humano
particularmente desarrollado alcanza la llena
Conciencia de si (y no se trata de
conocimiento intelectual, sino de la
experiencia de vida totalizadora), esta
conciencia individual se enrumba a la
Conciencia del Plano Cristico.
Como la energía del Sol baja sobre la tierra,
así la energía del Cristo baja sobre la
humanidad, mientras que ésta está
"subiendo" hacia el Plano Cristico. Al
momento del encuentro en una persona,
ocurre su iluminación y ella se convierte en
un Cristo terrenal, encarnación viviente
del Cristo Cósmico.
Dios se contempla en la humanidad y se
alegra por el nacimiento de un Hijo del
hombre, y la humanidad se ve por fin
creada a imagen y segun semejanza de la
Divinidad y asiste al nacimiento de un Hijo
de Dios.
La Misión del Cristo terrenal es la de ser un
Sol entre los hombres, un Iluminador de la
humanidad, reconduciéndola a la pureza y a la
esencialidad de la Vida, por el despertar de la
Conciencia, para que ésta proceda en su
evolución.
En la Sagrada Tradición Iniciática este nivel es
definido como 7° Grado de una Escala de
Conciencia, la Escala de Jacob de los Iniciado
semíticos, en relación al Sol, al oro, al Avatar o
al Cristo Rey. Según la Tradición occidental, el
primer hombre que alcanzó este nivel fue
Jesús el Nazareo, el que pasó en vida todas
las 7 etapas Iniciáticas, preparándose en un
primer momento entre los Esenios del desierto
de Judas y luego desarrollando públicamente
su Misión.
Desde entonces el Plano Cristico está entre nosotros.
Está en el plano de la naturaleza que todo lo que
ocurre una vez puede ocurrir y ocurrirá de nuevo.
Jesús no será el único Cristo. Él dijo: "no buscáis
lejos el Reino de los Cielos porque ello ya es entre de
vosotros" y también "Yo volveré,
pero no me reconoceréis porque seré un hombre
entre los hombres."
"Yo soy la Via..."
Con el MAESTRE Jesús se abrió una nueva Via para
toda la humanidad. Con su vida él nos
ha indicado la via de Luz y Conciencia que todo
nosotros, al final, por ley de evolución tendremos
que recorrer.
La Via que Jesús nos ha propuesto es la de la
responsabilidad (tomar la cruz sobre de "si") y
de la Conciencia ("empuñar la espada"), típica de
todos los Hermanos Mayores.
La entrada de esta Via, que es precisamente la Via
Iniciática, es materia de estudio y sobre todo de
realización personal que concierne la cuarta clave de
lectura, el SOD (= "Secreto").
CLAVE INICIÁTICA Entre los Esenios de la Palestina de los últimos dos siglos
El nacimiento de Jesús a Belén A.C., la estructura jerárquica del orden, que representó
representa el nacimiento de la las 7 etapas fundamentales de la evolución de la
Conciencia espiritual en el Ser conciencia humana, fue conformada sobre la asi llamada
Humano, que se convierte de Escala de Jacob:
esta manera en un Iniciado
Real.
La Navidad es por lo tanto la
solemnidad Iniciática de quien
emprende la Via de la iniciación
Real y entra en ella, como hace
el Sol al Solsticio de invierno
entrando por la “Puerta de los
Dioses”.
La Navidad es pues la fiesta
Iniciática que recuerda la
institución del 1° Grado de
Iniciación Real: el NOVICIADO.
Jesús, después de haber recibido su instrucción en
los Colegios Esenios, salió estableciendo la nueva
Orden de acuerdo con la Era de Piscis, con Linaje y
Jerarquia de 7 Grados. Esta escala fue mantenida
oculta durante toda la era cristiana, siendo
custodiada por los soberanos Merovingios
(caballeros barbudos y de largo pelo), y luego por la
Orden de los Templarios, bajo el nombre de "Tesoro
de los Templarios" o Santo Grial. Con la anulación
de la Orden, algunos Venerables Maestros de 6°
Grado se fueron a Oriente, en Tibet, cerca de
algunas cofradías blancas de Arhats de los altos
valles del Himalaia, que custodiaron este Linaje
hasta los principios del XX siglo. La vuelta de esta
antiquísima Tradición en Occidente ocurrió por obra
de Maestros orientales que, al comienzo del siglo
pasado, empezaron a extender su misión en
Europa y en Américas. Entre estos hubo el
Venerable Sun Wu Kungh, dicho el Tibetano,
Maestro e Iluminador del M.S.MAESTRE Serge
Raynaud del Ferriére.
¿Quién es el NOVICIO, 1° Grado?
El NOVICIO (en tibetano Getsùl, en fin modificado por el
S.MAESTRE en GETULS) es simbólicamente el que está
frente al umbral de la Puerta de la Iniciación, sin todavía
pasarla. Tocará al Afiliado o GAG PA (2° Grado) cruzar este
umbral, entrando en el asi llamado "Círculo de
Protección" o "Corona Eclesiástica", que es determinada por
la estructura interna de la Orden misma, volviéndose así un
"circuncidado."
El NOVICIO agarra la espada, aceptando el reto de la
Iniciación, que es en realidad el reto con si mismo. Jesús,
en efecto, dijo a quien quiso seguirlo "Yo he venido a traer
una espada."
Agarrando la espada, el NOVICIO agarra por la cola la
serpiente de su energía, que podrá llevarlo cada vez más
para arriba o, si él no la supiera administrar, dirigirse contra
él "mordiéndolo." Este simbolismo, unido a la
transformación del bastón patriarcal en serpiente a obra
de Moisés (Éxodo 7, 8-10) es representado claramente en
el glifo del "Gran Arcano", transmitido por la Tradición
Masónica y extremadamente representativo por la evolución
interior del ser humano en la Via Iniciática.
Al asomarse el NOVICIO al umbral de la Iniciación,
esto lo pone frente a la necesidad de un nuevo
acercamiento espiritual a la vida real, la vida de
todos los días.
Se realiza un raro fenómeno, que es justo la piedra
miliar de la Via Iniciática.
El NOVICIO se da cuenta que la Realidad que está
viviendo es la mejor para él, y por lo tanto es la
única posible en la etapa que vive.
Experimenta que esta Realidad es lo Sagrado que
se está manifestando.
El NOVICIO ya no es decepcionado por la Realidad
cotidiana porque inicia a ver el mundo real bajo una
nueva luz, la Luz de la Espiritualidad que nace en él
como el Niño Jesús nace en la oscuridad de la
noche de Belén. Esta Luz interior es testigo que el
ser vive en cada individuo.
La visión espiritual de la Realidad no presupone una
separación de ella, una negación, sino al revés una
aceptación alegre de ella como evidencia que es la
manifestación misma de la Divinidad, a través de
sus Leyes.
El NOVICIO de Iniciación Real realiza por lo tanto una actitud
de confianza y disponibilidad con respecto al mundo mismo y,
empezando a prepararse para servirlo con intencion espiritual,
también empieza a asumir la certeza de no tener nada que
perder, y por lo tanto de ser victorioso todavía antes de la
"batalla."
En realidad, transformando la "batalla" con la vida en
"servicio" a la vida, la vida misma ya no es hostil al Iniciado y
él no tiene ya que chocarse demasiado con ella.
Eso vale sobre todo para el NOVICIO a nivel material, lo que
caracteriza su Grado y que es simbolizado por el animal
tradicionalmente atribuido, el elefante.
El NOVICIO tiene que desarrollar su estabilidad económica, la
capacidad de autogestionarse y cierto equilibrio en su vida
sexual. Pero especialmente el objetivo del Iniciado es el
desarrollo de una estabilidad interior. Es importante, sin
embargo, que la valoración no sea moralística sino entendida
segun una moral universal. Igualmente, la estabilidad no tiene
que ser entendida como total inmovilidad, sino como
capacidad interior de restablecer el equilibrio cada vez que
este se desplaza.
Fin de la presentación

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