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EL GRAN EJEMPLO

Juan 13:1-15
INTRODUCCION
Jesús lava los pies de sus discípulos en señal de limpieza espiritual y mental. El lavado de
los pies además de tener una implicación espiritual, también tiene una implicación
terrenal, cuando nos lavamos los pies los unos a los otros, le decimos a nuestro hermano,
mira seguimos a nuestro maestro, y queremos servirte a ti también. EL servicio a los
hermanos es parte vital de la iglesia. Cuando nos lavamos los pies decimos que hacemos
parte de la misma casa y que estamos dispuestos a humillarnos para servir a nuestro
hermano.
Es muy importante que como cristianos, sigamos el ejemplo de Jesucristo. No importa
dónde estemos o con quien estamos. Las palabras que decimos y las cosas que hacemos
siempre deben reflejar nuestra fe en Cristo. A veces tenemos ganas de decirle a la gente lo
que deben hacer y cómo deben vivir, pero a menudo no somos capaces de seguir nuestras
propias instrucciones.
Jesús muchas veces le dijo a la gente y a Sus discípulos obedezcan y hagan todo lo que los
fariseos y los escribas dicen. “Pero no hagan lo que hacen ellos, porque no practican lo que
predican” (Mateo 23:3). En otras palabras, los líderes quieren ser obedecidos, pero no
hacen lo que enseñan y si no lo hacemos no somos ejemplos a seguir.
Es muy importante líder que lo que enseñas, lo practiques y lo vean tus discípulos. La
razón más poderos es porque: “Ustedes son la luz del mundo…” (Mateo 5:14).
Mateo 5 comienza con el Sermón del Monte, en donde Jesús les dice a sus seguidores en
qué manera deben dirigirse, comportarse. Se muestra a un Jesús que comienza a cuidar
de sus discípulos y a darles la cultura que Él quiere que ellos imiten, la cultura que Él
quiere que ellos tengan. Les dice: Este es nuestro modelo, así es que vamos a actuar y a
caminar la vida.
En Mateo 5, después de las bienaventuranzas, Jesús les dice: “Vosotros sois la sal de la
tierra…” (v.13), “…la luz del mundo…” (v.14), “No penséis que he venido para abrogar la
ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Y continúa hablando de
la ira, el adulterio, el divorcio, los juramentos, el amor, los enemigos, la limosna, la
oración, el ayuno, de los tesoros en el cielo. Les enseña cómo hacer las cosas y
comportarse.
En Mateo 7:13, nos habla de la puerta estrecha, de los dos cimientos. En todos estos,
Jesús está comparando y diciendo: Esto es lo que dice la ley, esto es lo que hace el mundo,
pero nosotros vamos a actuar de otra manera, nosotros viviremos de manera diferente.
Ustedes deben escoger cómo van a vivir, en dónde se van a fundamentar, por dónde vas a
entrar, si por la puerta estrecha o por la ancha; ¿a quién vas a seguir? A quien vas imitar?
Como tienes que comportarte como un hijo de Dios.
Cuál era la diferencia del llamado de Cristo y lo que enseñaban los maestros de la ley, Muy
sencillo, todos los maestros de la ley enseñaban al hombre a seguir la ley, mientras que
Cristo les enseñaba, a que no miraran la ley, sino que lo siguieran a Él. Les enseñaba:
Mírame a mí, mira como yo lo hago, sed mansos como yo soy manso.
La diferencia de estas dos maneras de enseñar es que Jesús buscaba que sus discípulos
aprendieran con su ejemplo y su modo de actuar en la vida, los maestros simplemente
buscaban poner culpa y condenación en el momento que no pudieran seguir la ley.
El ser humano aprende, por ejemplo, enseñar algo que no eres capaz de hacer no tiene el
efecto que deseas en tus discípulos. Los padres que le dicen a sus hijos “haz lo que yo te
digo, no lo que yo hago” lo que hacen es enviarles a sus hijos un mensaje confuso. No
pueden hacer lo que dices, porque ellos aprenden de lo que están viendo que tú haces.
La meta para ser un gran discípulo de Cristo es imitarlo a Él. Es enseñarle a la gente lo que la Biblia
dice y ha hecho en tu vida, no es solo decirle lo que tienen que hacer, sino: Mira cómo yo hago lo
que dice la Palabra que tenemos que hacer.

Es decirles a otros: Mira cómo actúo, como camino, mira cómo yo lo hago, mira como yo
hablo, Si no enseñamos de esta manera, caeremos en el mismo juego de los religiosos que
señalaban a la ley, a las reglas, simplemente para juzgar, condenar, colocaban un estándar
que ni ellos podían seguir. Jesús no vino a señalar la ley, sino a decirte: Mírame a mí, y
hazlo como yo lo hago, camino como yo, y el reino se te abrirá, esta es la manera.
Entiende que Jesús vino a ser el gran ejemplo. tú estás en este mundo para imitarlo a el
como líder, para que la gente, a través de ti, vea realmente qué es lo que tienen que
hacer. No tienes que ser un experto en Biblia para hacer discípulos, pero sí debes
enseñarle a los que te rodean, lo que has aprendido de la Palabra, y cómo lo has aplicado
a tu vida.
Debes enseñarle a todos el resultado de lo que Dios ha hecho contigo. Que a dondequiera
que vayas, la gente pueda ver que tu forma de vivir trae buenos resultados, para que,
cuando te vean, quieran y te puedan obedecer y seguir al Dios al que tú sirves.
Unas de las cosas que debemos tener en cuenta para ser líderes de nuestro Señor
Jesucristo es la siguiente: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y
seáis así mis discípulos.” Juan 15:8, Jesús no vino a hacer cristianos, Cristo vino a hacer
discípulos. Cuando tú no llegas a ser discípulo de Jesús, solo aprovechas parte del
sacrificio que él hizo por ti en la cruz del Calvario.
La iglesia, a través de los tiempos, se ha complacido en hacer cristianos, no discípulos. Y
por eso tenemos muchos consumidores del cristianismo, y pocos discípulos. Jesús vino a
reclutar discípulos, no pastores, apóstoles, profetas, sino discípulos y de entre ellos,
salieron algunos apóstoles, maestros. Otros, no tuvieron ningún otro título, pero fueron
discípulos, y cumplieron su misión.
Jesús vino a hacer discípulos, y los discípulos se hacen con relación y con fruto. Un
cristiano no da fruto, por eso la gente prefiere ser cristiano, y no discípulo o líder del
Señor.
Los discípulos o líderes buscamos tener fruto. Y para ser discípulos, tenemos que dar
nuestra vida. “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” Juan 15:12-13.
Escucha esto líder: Los cristianos van a la iglesia, los discípulos damos la vida. Damos la
vida por Cristo, y damos la vida por otros. Los discípulos dejamos nuestras barcas, y
vamos a seguir al Maestro.
La iglesia está llena de gente como el joven rico, que fue donde Cristo y preguntó qué era
lo que tenía que hacer, pero, cuando Jesús le respondió, no quiso hacerlo, porque Jesús le
dijo: Déjalo todo, y sígueme.
Pregúntate qué es lo que quieres ser

 ¿un líder, o un cristiano?


 ¿si quieres llevar fruto?
 ¿A quién estás cuidando?
 ¿A quién le has hablado de Cristo?
 ¿A quién estas discipulando ?
Dios no está buscando cristianos, sino discípulos. En eso es que es glorificado el Padre, en
que des fruto; y el fruto es ser discípulo, y hacer discípulos.
Como líderes entendamos lo siguiente:
Debemos ser líderes que amemos nuestro ministerio, el enemigo a través de Judas quiso
paralizar la obra del Señor, dice la biblia en Marcos 3:24-26 lo siguiente, “Si un reino está
dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. “Y si una casa está dividida
contra sí misma, tal casa no puede permanecer. “Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y
se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin.” El enemigo sabe que la unidad
genera fuerza, por eso promueve la división y el desorden entre los lideres cristianos.
Escucha esto:
El enemigo sabe cómo paralizar los planes de la iglesia, no permitiendo que el poder del
Espíritu Santo se derrame sobre sus miembros, nos divide en las cosas físicas, entonces lo
hará en las cosas espirituales. Ejemplo Adán y Eva los dividió por una fruta del lado de
Dios.
Las cosas más insignificantes y pasajeras, como las de la carne, comida, fiestas, vestidos,
lugares, detalles, vacaciones, ir a un lugar, visitar, nos hacen discutir y pelear y rompen la
unidad familiar o del liderazgo, estas cositas, son las que provocan en muchas ocasiones
una división más profunda, que ni nos damos cuenta de esto en la mayoría del tiempo.
Esas cosas físicas, nos desunen luego en lo espiritual. Y no puede llegar el Espíritu de Dios.
Esta táctica le ha funcionado muy bien a Satanás y no la cambiará mientras le dé
resultado. Si divide la unidad más pequeña, la familia, seguirá en todos los demás
aspectos. Los desacuerdos que llevan a la división tanto en las familias como en las
iglesias, casi siempre se basan en lo físico. Problemas, por el hablar, por cosas
insignificantes.
Cuando nos desunimos en la parte espiritual, no obra en nosotros el Espíritu Santo, nos
hacemos líderes sin fruto, inefectivos para el reino de Dios. No tenemos poder, ni
autoridad sobre el reino de las tinieblas.
Por eso los lideres no crecen, si nos estas lleno del Espíritu Santo en tu vida, no tendrás
revelación, y serás un líder sin fruto.
Como conocemos un líder que tiene frutos, cuando el fruto del Espíritu Santo fluye en tu
vida y algunos de sus dones, como sabemos que es un líder sin fruto, un Judas, cuando
hablan mentiras, están llenos de ataduras, son groseros, sin amor, no perdonadores,
murmuradores y aún hay algunos que están endemoniados, por no estar lleno del Espíritu
Santo de Dios.
muchos líderes no son ejemplo para el cuerpo de Cristo, porque no les gusta vivir en
unidad y santidad. La unidad genera poder de Dios en nosotros, Si no hay unidad en el
liderazgo de la iglesia, no hay bendición, la unidad en el liderazgo y en la familia, trae
poder y autoridad espiritual, porque La unidad física, refleja el poder espiritual.
Para ver la gloria de Dios, en nuestra vida y la llenura del Espíritu en nuestro liderazgo,
necesitamos vivir en unidad y santidad, la unidad en los lideres, estremece el mundo
espiritual, así como en el mundo natural, y esto trae multiplicación.
No permitas que el enemigo te robe el vivir en armonía, unidad y santidad, que es la
voluntad de Dios con nosotros, 1 tes 4:3, Lo más dañino para los planes del enemigo es
cuando mantenemos unidos esos lazos de amor, y unidad como hermanos, de esa manera
es que se hacen huir las huestes espirituales de maldad que van dirigidas a nuestro
matrimonio, a nuestra familia, a la iglesia y a la comunidad.
Se un líder obediente: Llego el nuevo tiempo para proyectar tu ministerio en la iglesia. Es
el tiempo de que crezcas como líder de esta iglesia, que des lo mejor para Dios y
obedezcas en todo lo que él te ha mandado hacer, para extender su reino.
No seamos como Saúl, su problema fue su altivez, no obedecía la palabra del profeta, que
era la voz de Dios, Saúl actuaba a su manera, no confiaba en la palabra del profeta, la tuvo
por menos, como rey creía, que estaba por encima del ministro de Dios, y aun de la
palabra del Señor.
A muchos líderes cristianos les pasa esto, después que están en un cargo o ministerio
superior, se creen más, del que los puso en el ministerio, lo menosprecian y no creen en
su palabra, se vuelven sabios en su propia opinión.
Entendamos esto, sin obediencia a Dios no hay bendición espiritual y material. Ningún
líder debe creer que el ministerio que Dios le ha dado, él es el dueño, el ministerio tiene
propietario y ese es Dios, porque nos puede remover cuando no cumplimos sus estatutos.
Cuando nos volvemos altivos, se nos hace difícil obedecer a Dios, obedecer su palabra, y
más difícil obedecer al hombre de Dios. Porque para obedecer a Dios, tienes que obedecer
a un hombre que es su ministro en la tierra, para muchos eso si es difícil, vienen a la
iglesia, pero no obedecen a sus pastores, todo lo cuestionan, lo ponen en duda, no se
sujetan, por su altivez y conocimiento, no quieren entender que están bajo autoridad.
Un líder que no se sujeta, no le sirve al Señor, por esto Jesús le dijo a Pedro si no permites
que te lave no tienes parte conmigo, debemos actuar bajo las directrices del hombre de
Dios, al cual debemos respeto, sujeción y fidelidad, de ahí parte nuestro éxito como líder y
ministro del Señor, si en lo poco eres fiel, en lo mucho te pondré dice el Señor.
Que nunca se te olvide líder, quien te llamo para tu ministerio, y que ese cargo te lo asigno
Dios, te preparo y te dio talentos y dones ministeriales, y Dios espera que realices lo que
te manda hacer, para el crecimiento de su iglesia, has las cosas a la manera de Dios, no a
la tuya, porque eso es ser desobediente.
Nunca pienses, que sin ti la obra del Señor se paraliza, al que entierra su llamado, su
talento, es sacado del ministerio, Dios desea que es hora que estés en un ministerio, que
desarrolles al máximo tu vida espiritual, aprovecha cada reunión de líderes para crecer en
el liderazgo, entiende mi amado líder, lo que está haciendo el Señor es preparándote para
lo grande que viene y que tú eres una parte importante en su proyecto de
ensanchamiento.
El gran problema de algunos líderes es obedecer a Dios, a su palabra, y al hombre de Dios
que está por encima de ellos, escucha esto, Afuera, todo el mundo cree en Dios, te dicen
“Dios te bendiga”, conocen parte de la biblia, pero no son líderes, no tienen ese llamado,
no tienen el privilegio que tú tienes, aprovéchalo y obedece a tus pastores, porque a ellos
es que Dios les revela su plan con la iglesia, sino obedeces serás desechado, no tanto de tu
liderazgo, sino por Dios y eso si es triste porque lo pierdes todo.
Líder, el más grande sacrificio que debes hacer es obedecer al ministro que te abrió la
puerta para tu liderazgo o ministerio, cuando lo obedeces el cielo te busca para entregarte
las grandes bendiciones que tiene para ti y aun para tu familia. La palabra dice que Jesús
volvía al cielo, iba a su padre, porque había obedecido en todo.
Líder Dios espera de tus manos la mejor ofrenda de tu corazón para su obra, como el
mejor diezmo, la mejor primicia, la mejor semilla en tu siembra y la mayor obediencia de
tu corazón, para darle tu mejor adoración y alabanza.

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