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Cuando estaba en los HH JJ, me caracterizaba por ser un poco inquieto y distraído,

una de las soluciones para el Obispo y así mantener mi atención ocupada, fue darme
una responsabilidad, fui llamado a sacudir los borradores de las pizarras que
antiguamente acumulaban mucha tiza, estos borradores cumplían muchas funciones y
no solo de retirar las escrituras de cada clase, sino también eran balones de futbol,
proyectiles que aterrizaban en los chaquetones de los ternos o la cara de algún joven o
niño, qué tiempos aquellos. Algo que me dejo marcado era que siempre me sentí parte
de la organización del barrio, en otras ocasiones recogí los himnarios, limpie las
bancas, pero siempre había algo para mi persona. El hecho de borrar los pizarrones
tenía un gran provecho que no muchos conocían, podía leer, revisar y aprender la
información más importante que dejaban los maestros, por lo tanto siempre tome
estas asignaciones como una manera de servir, ayudar, aprender y también
divertirme, de alguna manera toda experiencia dentro de la iglesia forja al miembro y
líder de la iglesia de Jesucristo.

El liderazgo en la Iglesia de Jesucristo

Usted ha sido llamado por inspiración mediante los siervos autorizados del Salvador.

Responsabilidad: ayudar en la obra del Padre Celestial de “llevar a cabo la inmortalidad y


la vida eterna del hombre” (Moisés 1:39). Para hacerlo, alienta a los miembros a participar
en la obra de salvación y exaltación a favor de sí mismos, sus familias y otras personas.

Beneficio: Hallará gozo al servir a los hijos de Dios.

Rey Benjamín enseño: Cuando os halláis al servicio de vuestro semejantes, solo estáis al
servicio de vuestro Dios.

El propósito del liderazgo en la Iglesia

Los líderes alientan a los miembros a participar en la obra de Dios al llegar a ser
“discípulos verdaderos de […] Jesucristo” (Moroni 7:48).

48 Por consiguiente, amados hermanos míos, pedid al Padre con toda la energía de vuestros
corazones, que seáis llenos de este amor que él ha otorgado a todos los que son discípulos
verdaderos de su Hijo Jesucristo; para que lleguéis a ser hijos de Dios; para que cuando él
aparezca, seamos semejantes a él, porque lo veremos tal como es; para que tengamos esta
esperanza; para que seamos purificados así como él es puro. Amén.

Para hacerlo, los líderes primero se esfuerzan por ser discípulos fieles del Salvador al
seguir Sus enseñanzas y ejemplo. Entonces pueden ayudar a los demás a acercarse más al
Padre Celestial y a Jesucristo. En el proceso de ayudar a otras personas, ellos mismos
llegan a ser mejores discípulos.
Ser un discípulo fiel a fin de ayudar a los demás a llegar a ser discípulos fieles es el
propósito de todo llamamiento de la Iglesia. Cada llamamiento brinda oportunidades de
liderar, servir y fortalecer a otras personas.

Los principios de liderazgo en la Iglesia

Durante Su ministerio terrenal, el Salvador dio el ejemplo de liderazgo para Su Iglesia. Su


objetivo central consistía en servir al Padre Celestial, y en ayudar a los demás a entender y
vivir Su evangelio. Él amaba a los que dirigía y demostraba ese amor sirviéndoles (véase
Juan 13:3–5).

3 sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido
de Dios y a Dios iba,

4 se levantó de la cena, y se quitó su manto y, tomando una toalla, se la ciñó.

5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a
secárselos con la toalla con que estaba ceñido.

El Salvador desarrollaba la capacidad de los demás dándoles responsabilidades y


oportunidades de crecer. Los alentaba y corregía con claridad y amor.

El Señor dijo: “… aprenda todo varón su deber, así como a obrar con toda diligencia en el
oficio al cual fuere nombrado” (Doctrina y Convenios 107:99). Esas palabras se aplican a
todos los que reciben la responsabilidad de servir y liderar en la Iglesia del Salvador.

TODA PERSONA ES DIFERENTE Y LA CONTRIBUCION QUE HARA SERA


DIFERENTE. NADIE ESTA CONDENADO AL FRACASO.

Presidente Henry B. Eyring (Primer Consejero de la Primera Presidencia)

DyC 18:10-13

10 Recordad que el valor de las almas es grande a la vista de Dios;

11 porque he aquí, el Señor vuestro Redentor padeció la muerte en la carne; por tanto,
sufrió el dolor de todos los hombres, a fin de que todo hombre pudiese arrepentirse y venir
a él.

12 Y ha resucitado de entre los muertos, para traer a todos los hombres a él, mediante las
condiciones del arrepentimiento.

13 ¡Y cuán grande es su gozo por el alma que se arrepiente!


Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito, para
que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.

Prepararse espiritualmente

Jesús se preparó espiritualmente para Su misión terrenal. De igual modo, usted se prepara
espiritualmente al acercarse al Padre Celestial mediante la oración, el estudio de las
Escrituras y la obediencia a Sus mandamientos. Seguir a Sus profetas también le ayuda a
prepararse espiritualmente (véase Doctrina y Convenios 21:4–6).

4 Por tanto, vosotros, es decir, la iglesia, daréis oído a todas sus palabras y mandamientos
que os dará según los reciba, andando delante de mí con toda santidad;

5 porque recibiréis su palabra con toda fe y paciencia como si viniera de mi propia boca.

6 Porque si hacéis estas cosas, las puertas del infierno no prevalecerán contra vosotros; sí, y
Dios el Señor dispersará los poderes de las tinieblas de ante vosotros, y hará sacudir los
cielos para vuestro bien y para la gloria de su nombre.

Procure recibir revelación para entender las necesidades de las personas que usted lidera y
para saber cómo cumplir la obra que Dios le ha llamado a hacer. Por medio de sus
esfuerzos por acercarse al Señor, podrá recibir guía en su vida personal, en sus
responsabilidades familiares y en su llamamiento de la Iglesia.

El Señor también ha prometido conceder dones espirituales a quienes los busquen (véase
Doctrina y Convenios 46:8). A medida que usted invoque humildemente al Padre Celestial
para recibir poder y dones de Él, Él aumentará su capacidad para liderar y elevar a aquellos
a quienes sirva.

DIOS CONOCE NUESTROS DONES, MI DESAFIO ES QUE OREN PARA


RECONECER LOS DONES QUE POSEEN, SABER COMO DESARROLLARLOS Y
RECONOCER LAS OPORTUNIDADES QUE DIOS NOS DA PARA SERVIR A LOS
DEMAS.

Presidente Henry B. Eyring (Primer Consejero de la Primera Presidencia)


Preparar a los demás para ser líderes y maestros

El Salvador preparó a Sus apóstoles para llegar a ser líderes en Su Iglesia. Del mismo
modo, usted ayuda a otros a prepararse para ser líderes y maestros.

Cuando considere con espíritu de oración quiénes podrían servir en llamamientos o


asignaciones de la Iglesia, recuerde que el Señor capacitará a los que Él llame. Lo que es
más importante es que estén dispuestos a servir, que busquen con humildad la ayuda del
Señor y que se esfuercen por ser dignos. Los llamamientos y las asignaciones pueden
ayudarles a crecer al brindarles oportunidades de ejercer su fe, trabajar arduamente y sentir
que Dios magnifica sus esfuerzos. Brinde orientación y ayuda a los miembros nuevos y a
otros que puedan necesitar apoyo adicional para cumplir con sus llamamientos.

Éter 12:27 y si los hombres vienen a mí, les mostraré su debilidad. Doy a los hombres
debilidad para que sean humildes; y basta mi gracia a todos los hombres que se humillan
ante mí; porque si se humillan ante mí, y tienen fe en mí, entonces haré que las cosas
débiles sean fuertes para ellos.

EL PRESIDENTE THOMAS S. MONSON DIJO EN 1986: “SIN DUDA


SENTIREMOS TEMOR, SOPORTAREMOS BURLAS Y EXPERIMENTAREMOS
OPOSICIÓN. TENGAMOS EL VALOR DE DESAFIAR LA OPINIÓN POPULAR,
EL VALOR DE DEFENDER LO QUE SEA JUSTO. TENER VALOR Y NO
TRANSIGIR ES LO QUE COMPLACE A DIO, LA VALENTIA ES UNA VIRTUD
POSITIVA CUANDO NO SOLO SIGNIFICA MORIR CON HOMBRIA, SINO
VIVIR CON DIGNIDAD. RECORDEMOS QUE TODAS LAS PERSONAS TIENEN
SUS TEMORES, PERO LAS QUE ENFRENTAN CON DIGNIDAD LO QUE
TEMEN, SON LAS VALIENTES”

Todo miembro de la iglesia debe gozar del siguiente privilegio y bendición:

1- Tener un amigo.
2- Ser nutrido por la buena Palabra.
3- Tener un llamamiento o una asignación.

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