Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
«Yo siempre los he amado», dice el Señor. Sin embargo, ustedes replican:
«¿De veras? ¿Cómo nos has amado?». Entonces el Señor contesta:
«Yo les he demostrado mi amor de la siguiente manera:
amé a su antepasado Jacob.
Malaquías 1:2
Muchas veces por todo lo que estamos viviendo se anida en nuestro corazón la mentira de
que el amor de Dios no está con nosotros, esta mentira está ligada a la anterior. Como
hemos visto, pocos de nosotros admitiríamos creer en tales mentiras puesto que nuestra
mente ya sabe que debemos creer en el amor de Dios. Sin embargo, para muchos existe
una ruptura entre lo que conocen en realidad y lo que sienten como verdadero. Y allí radica
uno de nuestros problemas: Creemos que nuestros sentimientos son verdaderos, en vez de
hacerlo respecto a la verdad que conocemos.
Conclusiones practicas
Caer en la mentira de que "Dios no me ama" no es un asunto trivial. Las consecuencias son
muy serias y afectan todas las áreas de nuestra vida y nuestras relaciones. Las pequeñas
semillas que han echado raíz en nuestra mente crecen y producen una gran cosecha,
cosecha que a veces deja dolor y tristeza.
La verdad es que Dios sí nos ama. No importa si nos sentimos amados o no, no importa lo
que hayamos hecho o de dónde vengamos, Él nos ama con un amor infinito e inexplicable.
Dios me ama, no porque yo le haya amado a él, ni porque quiera agradarle, ni porque sirva,
o desarrolle un ministerio. Él me ama porque Él es amor. Su amor por mí no se basa en lo
que he hecho o puedo hacer por Él. No se basa en mis logros. Yo no merezco su amor y
jamás podría ganármelo, pero aun así Dios nos ama.