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COMENTARIOS DE CUADROS:

 Voy a comenzar explicando el mito de Faetón, el cual podemos relacionar, como dije
anteriormente, con el deseo del hombre por volar.
El mito de Faetón lo podemos encontrar en el libro de la Metamorfosis de Ovidio,
escritor latino nacido en Roma. En el libro podemos encontrar más de 250 mitos los
que explican la creación de distintos seres de nuestro mundo.
Además lo podemos relacionar con la insignia del Apolo 13.
El mito comienza así: Faetón era hijo de Helios y de la ninfa marina Clímene. Creció en
Egipto bajo la supervisión de su madre. Cuando Faetón era joven, le decían que no era
hijo del dios del sol y que su madre le había mentido sobre su origen.

Faetón salió a buscar a su padre y finalmente lo visitó en su reluciente palacio en la


parte oriental del mundo, que había sido lujosamente decorado con oro, plata y marfil.
El dios del sol le dio una cálida bienvenida y Faetón le pidió una prueba irrefutable de
que era su padre. Entonces el joven le pidió montar en su cuadriga y recorrer los cielos
durante un día. Helios sólo le aconsejó tener cuidado, porque se exponía a sí mismo y
al mundo a un gran peligro, ya que sólo él sabía dirigir su cuadriga y los caballos que la
llevaban. Pero Faetón, entusiasmado, no quiso oír a su padre y éste le cedió la
cuadriga.

Inmediatamente después de partir perdió el control de las riendas y la cuadriga se


desvió, causando el pánico entre las constelaciones del firmamento. Poco a poco se
aproximó a la superficie de la tierra, abrasando ciudades, países y montañas. Gaya
sufrió una dolorosa agonía y pidió ayuda a Zeus. El rey de los dioses sabía que había
que intervenir rápido y derribó al auriga con uno de sus rayos. El joven fue a parar al
río Eridano y desafortunadamente falleció.
Cicno, un amigo de faetón, al enterarse de la noticia lloró su muerte y los dioses
decidieron convertirle en cisne, por eso cuando los cisnes están por morir dejan
escapar un sonido de lamento por la muerte del hijo del Sol.

Helios se entristeció mucho al oír que su hijo había muerto y, como consecuencia, la
tierra pasó un día en penumbra. Las hermanas del difunto fueron a visitar el cadáver
de su hermano, una de ellas al arrodillarse se quedó paralizada, la segunda intentó
ayudarla, pero sus manos se estaban volviendo ramas, mientras que la tercera, vio
cómo sus piernas se convirtieron en raíces, las tres se convirtieron en álamos y sus
lágrimas en ámbar.
Este cuadro está pintado por Santi Di Tito un pintor florenciano nacido en el siglo XVII.
Fue uno de los seguidores de Rafael. Este cuadro se llama “Las hermanas de Faetón” y
lo pintó en 1572 en Florencia.
Como bien dice el nombre el cuadro se centra en las hermanas de Faetón, hijas del Sol,
que lloraban la muerte de su hermano y como he explicado en el mito anteriormente
de la pena que ellas tienen se convierten en álamos. Podemos ver como los brazos y los
cabellos se están metamorfoseándose en ramas. La mayoría se está tapando el rostro
para ocultar su dolor, menos una que solo tiene cubierta una parte del rostro ya que el
autor nos muestra las lágrimas convertidas en ámbar que caen sobre el busto de una
de ellas.
Más abajo podemos ver un pequeño cisne que representa al amigo de Faetón, Cicno.
A la izquierda del cisne vemos a un personaje de avanzada edad, el cual está tumbado
a la orilla del mar, el que puede representar a Zeus ya que está mirando con
culpabilidad a la persona que tiene a su izquierda.
También podemos ver a varios niños pequeños alrededor de las personas de la escena,
ellos representan al amor entre sus hermanas hacia Faetón, obviamente no carnal.
Al fondo a la derecha hay un personaje que podemos resaltar, es una mujer bastante
familiar. El artista al dedicarse a obras eclesiásticas podría haber incluido a la Virgen
María en este cuadro.
Observamos que el pintor utiliza colores oscuros y sombríos para dar una sensación de
tristeza, de penumbra, dolor…

Este cuadro está pintado por Pedro Pablo Rubens, un pintor flamenco de la época
barroca. Esta obra se llama “La Caída de Faetón”, y la pintó en Roma a comienzos de
su carrera artística, como bien dice el título representa cuando Zeus lanza un rayo a
Faetón ocasionando su caída del carro de Apolo.
En esta obra aparecen bastantes personajes, pero podemos destacar uno, que no tiene
apariencia humana en este caso pero hace referencia a Júpiter en el momento que
lanza uno de sus rayos hacia el carro de Faetón. Rubens quería darle más importancia
al dios que al personaje principal. En este caso podemos ver a Faetón más oscuro que
al resto de los personajes para hacer un resalte de que es él el personaje más
importante. Sin embargo, en otras obras de otros artistas vemos que el protagonista
tiende a ser de piel más clara.
Podemos ver como Rubens usa tonos oscuros para que parezca una escena aún más
triste de lo que es, y también que está estructurado de forma diagonal, es decir, desde
la punta inferior izquierda hasta la punta superior derecha.
Este es un boceto de Miguel Angel sobre la caída de Faetón, es de la época
renacentista.
En la parte superior del boceto podemos ver a Zeus lanzando el rayo para tirárselo al
hijo del Sol. En la mitad del dibujo vemos a Faetón cayendo del carro . Y en la parte
final vemos a las hermanas de Faetón conviertiéndose en álamos y mirando hacia
arriba, donde está su hermano cayendo. Mientras que al la izquierda de las chicas hay
una hombre tumbado el cual no se sabe muy bien quién podría ser.
Este es un cuadro de Jan Carel Van Eyck, que no se debe confundir con Jan Van Eyck
autor con el mismo nombre pero de épocas diferentes. Este autor nació en el siglo XVII
y era un maestro flamenco. Trabajó bajo la dirección de Rubens y de hecho, hizo este
cuadro siguendo un boceto de Rubens. Rubens le dió esta expresión a los cuerpos de
esta obra para darle más dramatismo y movimiento a la obra. Fue un encargo de
Rubens para la Torre de la Parada, un pabellón de caza a las afueras de Madrid en el
que participaron varios autores como Velázquez o Rubens. Es un óleo sobre lienzo y
podemos observar que en boceto original no se aprecian detalles tan marcados como
en el cuadro, ya que Rubens dio pinceladas rápidas pero insuperables. Además del uso
de tonalidades pálidas pero oscuras para que, junto a la postura de los personajes,
diera una sensación de movimiento y de violencia, es decir, una escena con mucha
tensión.

En la parte superior de la derecha podemos observar el rayo de Júpiter que va a ir a impactar


al carro del dios del Sol, que si nos fijamos, es totalmente idéntico al boceto de Rubens. El
protagonista es obviamente Faetón, por eso el autor intenta destacarle poniéndole la piel más
clara y luminosa para que destaque frente al fondo oscuro. Vemos también el detalle de las
caras de terror, tanto de los caballos como la de Faetón, porque todos ellos están a punto de
pedecer ahogados en el mar, ya que al fondo hay una playa .
Este boceto se conserva en el Museo Reales de Bellas Artes de Bélgica.
Estas insignias están relacionadas con el mito que anteriormente he contado.

 El mito de Ícaro también lo podemos relacionar con el gran deseo de volar del hombre.
Dédalo era el arquitecto, artesano e inventor muy hábil que vivía en Atenas.. Era
famoso por construir el laberinto de Creta e inventar naves que navegaban bajo el
mar.
Su sobrino Talos era su discípulo, gozaba del don de la creación, era la clase de hijo con
que Dédalo soñaba. Pero pronto resultó más inteligente que el mismo Dédalo y sintió
mucha envidia de él tras compararlo con su hijo.
Una noche subieron el tejado y desde allí Dédalo engañó a Talos, lo mató empujándole
desde lo alto del tejado de la Acrópolis. Al darse cuenta del gran error que había
cometido, para evitar ser castigado por los atenienses, huyeron a la isla de Creta,
donde el rey Minos los recibió muy amistosamente y les encargaron muchos trabajos.
El origen de este mito hay que buscarlo antes, en el momento en el que el rey Minos
promete a Poseidón sacrificar el primer ser que surja del mar.

Poseidón hizo salir del agua un hermoso ejemplar de toro blanco. Minos, lejos de
cumplir su palabra, se apiadó del precioso animal y lo incorporó a su rebaño como uno
más de sus animales.

Cómo todos sabemos, si hay algo que molestaba a los dioses griegos era la falta de
respeto a su persona. Eran dioses bastante engreídos y este tipo de actos eran vistos
como una total afrenta. Así pues, Poseidón se enfadó muchísimo, y quiso por tanto
castigar a Minos. Hizo que su esposa, Pasífae, se enamorara perdidamente de este
toro blanco.

Así sucedió. La reina quedó completamente embaucada por las formas y color de este
gran animal. Tanto fue su amor, que Dédalo se vio obligado a construir una vaca de
madera para meterse dentro, así podría estar con su objeto de deseo. El toro, nada
más ver la vaca de madera, decidió montarla, algo que daría como resultado un
embarazo y un horrible hijo, el Minotauro.

Fue en este momento cuando Minos pidió a Dédalo construir un laberinto para
encerrar al Minotauro. Un laberinto realmente complejo que nadie jamás sería capaz
de descifrar. Nadie excepto Teseo, qué aleccionado por Ariadna, que a su vez había
conseguido la información del mismo Dédalo, consiguió penetrar en este laberinto y
dar muerte al famoso Minotauro.

Minos se enfadó considerablemente, y decide encerrar tanto a Dédalo como a su hijo


en el laberinto, con el fin de que jamás pudieran salir de esa trampa.

Dédalo era un hombre de recursos, así pues, fabricó para él y su hijo unas alas para
poder escapar volando. Las fijó con cera en los hombros de Ícaro y en los suyos, y acto
seguido emprendieron el vuelo.

El padre aconsejó a su hijo que no volcara demasiado alto. No obstante, Ícaro era
joven, imprudente y orgulloso. Decidió no hacer caso a las indicaciones de su padre y
comenzó a elevarse más de lo recomendable. Tanta altura tomó que el sol comenzó a
impactar directamente sobre la cera, derritiéndola y haciendo que Ícaro, desprovisto
de sus alas, se precipitara hacia el vacío.

Otra versión indica que no eran alas, eran barcos de vela. Según esta versión, Dédalo
habría inventado así la primera vela conocida por los hombres, construyendo un barco
para él y otro para su hijo. No obstante, su hijo fue incapaz de controlar este vehículo y
pereció en alta mar. Dédalo recogió a su hijo y lo enterró en una pequeña isla que más
tarde recibió el nombre de Icaria.

Después de la muerte de Ícaro, Dédalo llegó a la isla de Sicilia, donde vivió hasta su
muerte en la corte del rey Cócalo.

Este cuadro, aunque no lo parezca, tiene que ver con Ícaro también, ya que si nos
ponemos a observar podemos ver una peque a Ícaro ahogándose. Es muy llamativo ya
que es una escena cotidiana cualquiera pero con el detalle del personaje que se
ahoga, que ni siquiera es el principal en la obra, y nadie parece ver lo que pasa o
simplemente no parecen querer socorrer al chico.
Este es un cuadro de Pieter Brueghel el Viejo, un autor del siglo XVI, es decir, el
Renacimiento. Actualmente está expuesto en Bélgica.

Esta obra es de Henri Matisse, autor francés del siglo XIX. Este artista no intentaba expresar
una visión real en sus obras, sino lo que él sentía hacia ella. Pertenece al fauvismo movimiento
que quiere que lo que más resalte en una obra sea el color. Esta obra es una de las últimas que
hizo.

Observamos que la figura negra del centro es Ícaro, y Matisse nos muestra como se está
precipitando, ya que con las estrellas que están a su lado da una impresión de gravedad. No se
debe confundir los brazos con las alas ya que lo que parecen ser los miembros superiores de
Ícaro son sus alas. Nos llama la atención también el fondo azul, el autor quería que resaltara
aún más la figura central. Y por último nos falta un personaje importante: Dédalo, padre de
Ícaro, el cuál suele salir en muchas de las representaciones del accidente de Ícaro, pero en este
cuadro Matisse quería centrarse tan solo en Ícaro. Vemos un punto rojo en el pecho del
protagonista que puede significar el corazón de Ícaro, ya que prefirió guiarse por su corazón y
por su instinto en vez de seguir los consejos de su padre.

Actualmente este cuadro se encuentra en el museo Metropolitan de Nueva York.

Este cuadro es de Jacob Peeter Gowy, autor del siglo XVII. Esta obra es bastante parecida a la
Caída de Faetón de Van Eyck anteriormente comentada, debido a que ambos autores
formaban parte del taller de Rubens.

Vemos como el personaje que destaca es Ícaro ya que tiene la piel mas clara que su padre, el
varón de más edad de la izquierda, se está precipitando ya que le faltan bastantes plumas de
sus alas. Observamos también unos pequeños rayos de Sol asomando en la parte superior
izquierda dando a entender que Ícaro se ha acercado demasiado a él y la cera de sus alas se ha
derretido. Sin embargo, esta vez esos rayos no representan a Zeus.

La cara de Ícaro nos indica que esta aterrorizado ante la situación en cambio su padre nos
muestra una sensación de confusión y preocupación hacia su hijo.
Con la postura que tiene Ícaro parece que su caída no empezaba ahí, sino que ya hacia rato
que se estaba cayendo.

Al fondo vemos la ciudad que están abandonando padre e hijo, que está al lado de una playa
ya que vemos el mar de fondo. Y también hay dos figuras, como representando a una pareja
dando un paseo sin saber lo que estaba pasando encima suyo.

Esta es una escultura del dios Mercurio. Lo podemos relacionar con este tema ya que vemos
que lleva un gorro alado en su cabeza, aunque hay veces que también tiene unos zapatos
alados. Aparte de que pudiera o no volar, las alas representan la velocidad y rapidez de esta
deidad, por eso era el mensajero de los dioses.
Este mito no lo he explicado, es el mito de Leda y el cisne. Y solo quería destacar otra de las
metamorfosis más importantes de Zeus en aves, ya que tiene que ver con el tema del deseo
del hombre por poder volar.
Este es un cuadro de Ganímedes y el águila, es decir Júpiter. Está pintado por Pedro Pablo
Rubens, autor flamenco del siglo XVII. Está pintado con óleo sobre un lienzo.

Rubens quiso representar la violencia de esta escena, ya que podemos ver a Ganímedes
aterrorizado y un tanto sorprendido ante esta situación sin saber quién le está raptando ni lo
que va a ser de él.

Es una obra que pertenece al Barroco, por eso podemos observar abundancia de detalles en la
piel, en el plumaje del águila, …

El artista se inspira para Ganímedes en algunas esculturas clásicas, sin embargo, el águila es
una composición propia. Los movimientos de ambos se representan fuerza y pasión y llama
bastante la atención los colores que se usan para esta escena.

Este cuadro está expuesto en el Museo del Prado de Madrid.

Hay también otro cuadro muy famoso sobre esta escena, el autor es Rembrandt; los colores
que usan son mas oscuros y apagados, y Ganímedes es representado como un niño pequeño
en vez de parecer un chico adulto. Lo que nos lleva a pensar que podría representar un caso de
pedofilia.

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