Está en la página 1de 4

10.1. La proclamación de la Segunda República. La Constitución de 1931.

El bienio
reformista (1931-1933).
La II República fue el primer ensayo para establecer una democracia de masas en España. Fue
la segunda experiencia republicana, tras la efímera y frustrada experiencia de la República de
1873 que sirvió de referencia hasta 1931 tanto para los republicanos como para sus
detractores. El nuevo régimen nace con la pretensión de modernizar la política del estado,
adecuar el marco legislativo e institucional de España a los cambios socioeconómicos del
primer tercio de siglo y sustituir la todavía sociedad caciquil, tradicional, rural y agraria por una
sociedad de masas más laica, participativa, industrial y urbana. El triunfo de las izquierdas
agrupadas en el Frente Popular abre una última etapa que llevará la República a la guerra
hasta 1939.

La proclamación de la II República. Frente a la a tradicional vía golpista para el acceso al poder,


la proclamación de la II República se produjo el mediante plebiscito electoral en el que se
convirtieron las elecciones municipales del 12 de abril. Tras la dimisión de Primo de Rivera, y
los gobiernos de los militares Berenguer y Aznar, la imagen del monarca Alfonso XIII se
encontraba tremendamente deteriorada por su connivencia con la Dictadura y el intento de
volver al orden constitucional de 1876 era inviable. Aquellas elecciones que debían preceder a
unos generales fueron concebidas como una prueba del apoyo que aún le quedaba a la
monarquía.

Elecciones a Cortes constituyentes y Constitución de 1931. Las nuevas Cortes aprueban una
Constitución que destaca por su enorme progresismo y que configura un régimen
democrático, parlamentario, laico, moderno y descentralizado:

• España se define como una «República democrática de trabajadores de toda clase que se
organiza en régimen de libertad y justicia», con soberanía nacional y una marcada separación
de poderes en la que el ejecutivo recaerá en los presidentes del Gobierno y de la República, un
legislativo unicameral representado por el Congreso de los Diputados y un poder judicial en
cuya cúspide se ubicaba el Tribunal Supremo.

• La única cámara legislativa será elegida por sufragio universal de todos los ciudadanos de la

• Se establece la elección del presidente de la República de forma indirecta a través de


compromisarios.

• España se constituye como un estado integral, compatible con una ordenación territorial de
autonomía de regiones y municipios, que se concretará en los estatutos de autonomía de
Cataluña y País Vasco.

• Amplio reconocimiento de derechos individuales y sociales: libertad de circulación, de


residencia y domicilio, libertad de expresión, asociación y sindicación, seguridad social,
protección del trabajo infantil y femenino, limitación de la jornada laboral y la estipulación de
un salario mínimo...

El bienio reformista (1931-33). Tras la promulgación de la nueva ley fundamental que sustituía
a la de 1876, Alcalá-Zamora es elegido presidente de la República y Azaña jefe de un gobierno
que desarrolló un programa de reformas para modernizar, desmontar la estructura social
tradicional y afrontar los problemas de España a través de una legislación que afectará a los
terratenientes, sectores que se fueron alejando de manera progresiva del régimen. Las
reformas fundamentales fueron:
La Reforma agraria fue el gran objetivo para la redistribución de la propiedad agraria a partir
de una Ley que pretendía satisfacer fundamentalmente a los jornaleros sin tierras y que trajo
la oposición de los pequeños y medianos propietarios.

Las reformas laborales fueron promovidas sobre todo por Largo Caballero con el objetivo de
crear un nuevo marco de relaciones laborales entre empresarios y trabajadores al tiempo que
se extendían los beneficios de la legislación laboral al campo. Una de sus principales medidas
es la Ley de Contratos de Trabajo.

Las reformas militares, alentadas por Azaña se dirigieron a la defensa de un estado más civil.
Para ello se redujo el número de oficiales profesionales, facilitando su retiro voluntario,
medida que causó gran recelo entre los militares. Además, se abogó por modernizar las escalas
y someter la jurisdicción militar a la civil.

La reforma religiosa tenía el objetivo promover el Estado laico de la Constitución, mediante


otras leyes complementarias como la Ley de Congregaciones Religiosas, la Ley de Divorcio…

La reforma educativa y la política cultural se encaminaron también hacia un mayor laicismo. En


materia estrictamente educativa tuvo particular influencia la Institución Libre de Enseñanza
con un programa que, siguiendo el modelo francés, proponía un sistema educativo unificado,
público, laico, progresivamente mixto y gratuito al menos en la enseñanza primaria. Se realizó
un importante esfuerzo económico para la formación de profesores y maestros, la
construcción de escuelas, la dotación de becas…

Reforma autonómica: que afectará principalmente a regiones como Cataluña, País Vasco y
Galicia. En el escenario catalán se consigue el ansiado Estatuto, mientras que en el País Vasco
la concesión llegar tardíamente para atraer al nacionalismo vasco a la causa republicana
iniciada la Guerra Civil. Aunque finalmente para Galicia se aprueba un Estatuto que no llegará a
aplicarse ante la temprana inclusión de la zona en el bando franquista.

Impulso de las obras públicas a cargo de Prieto con el objetivo de extender el regadío y llevar a
cabo toda una serie de obras hidráulicas iniciadas con la dictadura de Primo y que continuará
el Franquismo.

El gobierno reformista toca a su fin cuando fundamentalmente dos problemas precipitan su


crisis: el reagrupamiento de la derecha antiliberal se manifiesta en algunos intentos de
insurrección militar como el levantamiento armado del general Sanjurjo; y la formación de
diversos grupos políticos afines al fascismo.

Los problemas de los jornaleros, la lentitud de las reformas agrarias y la actitud revolucionaria
de los anarcosindicalistas originaron conflictos violentos.

Estos problemas contribuyen decisivamente a la disolución de las Cortes y que el nuevo


gobierno de Martínez Barrios convoque elecciones depara el 19 de noviembre de 1933, que se
saldaron con el triunfo de la coalición de centroderecha encabezada por el Partido Radical de
Lerroux y la CEDA de Gil Robles. La izquierda retrocede: el PSOE baja a 61 y los republicanos de
izquierda solo alcanzaron 10. Avanza la extrema derecha con 36 escaños y se mantienen Lliga y
Esquerra.
10.2. El gobierno radical-cedista (1933-1935). La Revolución de Asturias. El Frente
Popular, las elecciones de 1936 y el nuevo gobierno.
La II República fue el primer ensayo para establecer una democracia de masas en España. Fue
la segunda experiencia republicana, tras la efímera y frustrada experiencia de la República de
1873 que sirvió de referencia hasta 1931 tanto para los republicanos como para sus
detractores. El nuevo régimen nace con la pretensión de modernizar la política del estado,
adecuar el marco legislativo e institucional de España a los cambios socioeconómicos del
primer tercio de siglo y sustituir la todavía sociedad caciquil, tradicional, rural y agraria por una
sociedad de masas más laica, participativa, industrial y urbana. El triunfo de las izquierdas
agrupadas en el Frente Popular abre una última etapa que llevará la República a la guerra
hasta 1939.

El bienio radical-cedista. Tras la primera etapa de gobierno republicano marcada por un


extenso programa de reformas generalizadas que pretendían modernizar, desmontar la
estructura social tradicional y afrontar los problemas de España, el triunfo en las elecciones de
noviembre de 1933 del partido radical de Lerroux y de la CEDA de Gil Robles significa el
comienzo de un segundo bienio de gobiernos conservadores de derechas que las paralizarán o
rectificarán.

Antonio Primo de Rivera o la Renovación Española de Calvo Sotelo. También irá afirmándose la
derecha católica conservadora representada por Acción Popular, base de la CEDA liderada por
Gil Robles.

Además, la ofensiva sindical e insurreccional de la CNT, promotores de la acción directa, la


huelga general como en Casas Viejas que había sido reprimido con extrema dureza por el
gobierno. Estas son las principales medidas y problemas:

• Se invierte la política de la fase anterior: suspensión de la Ley de Congregaciones, baja de


salarios… Se plantearon propuestas de modificar la Constitución y la legislación laica.

• Creciente violencia de los anarquistas de la FAI que plantean un activismo insurreccional y


revolucionario. Los socialistas ahondan sus diferencias: Largo Caballero propugna la conquista
del poder mientras Indalecio Prieto quiere recomponer la alianza con los republicanos de
izquierdas. El gobierno responde con represión y las huelgas continuaron.

• Conflictos entre el gobierno central (y el catalán en relación con la legislación agraria. Se


paraliza la tramitación de la autonomía vasca.

La revolución de 1934 y sus consecuencias. El acontecimiento más significativo y decisivo de


esta etapa fue seguramente la Revolución de octubre de 1934. Consistió en un movimiento
insurreccional liderado por socialistas con el apoyo de la Generalitat, el PCE y la CNT que se
materializó en huelgas y conatos de insurrección especialmente notables en Cataluña y
Asturias. Por otra parte, el contexto internacional asustaba a los sectores más progresistas,
que interpretaban los ascensos de Hitler en Alemania y de Dollfuss en Austria como un
adelanto de lo que podía acontecer en España. Gil Robles reclamaba el poder en
manifestaciones multitudinarias que son interpretadas como amenaza fascista. Se
constituyeron Alianzas Obreras en algunas regiones. Se refuerza la posición insurreccional para
la conquista del poder por parte de las fuerzas obreristas. Se va a desatar una huelga general
que llegará a una serie de objetivos:

• Una serie de huelgas, de carácter pacífico o violento.


• Una revolución de corte nacionalista en Cataluña con la proclamación del “Estado catalán
dentro de la república federal”.

• En Asturias estalló una auténtica revolución social y de las cuencas mineras. Los comités
revolucionarios organizaron los servicios de abastecimiento, sanidad y transporte. Se elaboró
un programa revolucionario de gobierno. La intervención de la legión y de las tropas del
ejército, coordinadas por el general Franco acabó con la violenta rebelión.

Hacia el final del bienio. Franco y se rodeó de los generales más prestigiosos para prevenir
nuevos movimientos revolucionarios. Los gobiernos de derechas siguieron desmontando la
legislación del bienio republicano-socialista: modificaron la Ley de Arrendamientos Rústicos y
la de Reforma Agraria eliminando su carácter social. Incluso se intenta presentar un proyecto
de reforma constitucional que modificaba los aspectos más controvertidos del texto de
1931.Se favorece a los militares antiazañistas aprovechando el cargo de Gil Robles como
ministro de Guerra.

A finales de 1935 asistimos al hundimiento de los gobiernos radical-derechistas por una serie
de escándalos financieros. Los más famosos fueron el escándalo Nombela y el del estraperlo.
Se produjo la crisis de gobierno, la ruptura entre radicales y cedistas y la convocatoria de
nuevas elecciones para febrero de 1936. Las izquierdas, tras la experiencia del bienio
conservador, entienden que su unión será clave para vencer a la derecha.

El Frente Popular y el camino hacia la guerra. De cara a las nuevas elecciones anticipadas, el
programa del Frente Popular firmado en enero de 1936 incluía una amnistía general, la
recuperación y ampliación de la reforma agraria y del Estatuto de Cataluña, la modificación de
las leyes Municipal, Provincial y de Orden Público, la ampliación de la enseñanza. La CNT no
participó, pero algunos dirigentes pidieron el voto para la alianza. La derecha se presentará
desunida y fragmentada.

En las elecciones de febrero de 1936 triunfa del Frente Popular. La Ley electoral favorecía las
mayorías y esto se reflejó en 278 diputados de la izquierda frente a 130 de las derechas y 40 de
los restantes Las llamadas «dos Españas» parecían definidas e irreconciliables. El
enfrentamiento será cada vez más enconado. Tras la detención de José Antonio Primo de
Rivera el clima de violencia, ausencia de gobierno y de garantías legales se incrementa. Casares
Quiroga forma gobierno en un clima de intranquilidad. En el sur se acelera la distribución y
ocupación espontánea de tierras entre marzo y julio de 1936 con innumerables huelgas
agrarias. Crecen los movimientos antirrepublicanos por la derecha e izquierda. Tienen lugar
enfrentamientos armados entre las organizaciones paramilitares sindicales y de los grupos
falangistas que se han incrementado con las juventudes cedistas. Se llega al vértice de
violencia

Desde las elecciones de febrero, altos jefes del ejército y miembros de la extrema derecha
preparaban un levantamiento contra el gobierno. Casares Quiroga se limitó a alejar a los
generales más «peligrosos»: Goded fue enviado a Mallorca, Franco a Canarias y Mola a
Pamplona, donde los carlistas también se organizan.

También podría gustarte