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EL BARROCO ESPAÑOL

EL CONTEXTO ESPAÑOL

Las circunstancias históricas que enmarcan el desarrollo del Barroco en España son:

1. España, de la mano de la Monarquía Hispánica de los Habsburgo, es el paladín de la Contrarreforma


Católica derivada del Concilio de Trento.

2. La crisis económica y la decadencia política de la Monarquía Hispánica en Europa, quiebran el espejismo


del Imperio y los afanes de gran potencia. La Paz de Westfalia (1648) y el Tratado de Utrecht (1712), tras la
Guerra de Sucesión, marcan el devenir histórico de nuestro país. Esta decadencia política, no obstante, no
impide el florecimiento de las artes y la cultura.

3. El poder que la Iglesia Católica alcanza en España y la expansión de la religión en el marco del Imperio
Americano, determinarán su extraordinaria difusión geográfica

4. La temática será, por tanto, decididamente religiosa y fiel a las consignas propagandísticas de la Iglesia
católica. Los temas profanos están, salvo alguna excepción, excluidos del patrocinio y mecenazgo de la
Iglesia o la aristocracia.

5. El arte se dirige, sobre todo, a la sensación, a lo emocional antes que a la razón. Es por esta razón que en
nuestro país se alcanzan altas cotas de dramatismo y teatralidad.

6. La decadencia material contrasta con el esplendor cultural y artístico. El siglo de hierro en lo económico se
opone a la riqueza del llamado “Siglo de Oro” de la cultura española, que abarcó todo el siglo XVII.

La pintura española barroca. Características y artistas más destacados.


El interés del Duque de Lerma por la pintura italiana y el gusto coleccionista de Felipe IV ayudaron a la
difusión de las corrientes naturalistas del XVII italiano. La pintura española del siglo XVII destaca por la
preeminencia del tema religioso, mostrado en toda su crueldad, dramatismo y remarcando incluso aspectos
desagradables.

El tenebrismo se incorpora muy temprano a la técnica.

Es habitual la temática de la Inmaculada Concepción, los bodegones* y los retratos. La mitología estará casi
ausente de la pintura española del siglo XVII si exceptuamos a Velázquez.

Dentro del Barroco español hablamos de la escuela de Madrid (Coello), Valencia (Ribera) y de Sevilla (Murillo
y Zurbarán)

José de Ribera destaca entre los artistas españoles del siglo XVII. Apodado “lo spagnoletto” (el españolito) se
formó en Roma y Nápoles. Su obra está impregnada del tenebrismo de Caravaggio. En Roma vive en
ambientes humildes e introduce en sus obras temas del mundo de los mendigos y la gente humilde. En su
estilo se difunde la emoción religiosa de la pintura española. El dominio de las luces y del color se debe a la
influencia de los maestros italianos. Con Ribera tenemos un arte sobrio y dramático donde vemos cuerpos
arrasados por la edad (como en “El martirio de San Felipe”) En “El sueño de Jacob” pinta de forma peculiar
este episodio de El Génesis en el que Jacob ve la escalera celestial. Es una pintura realista con un potente
escorzo.

De la escuela de Sevilla destacamos a Zurbarán y a Murillo. De Zurbarán, quien siempre se mantuvo dentro
del lenguaje tenebrista; destacamos sus bodegones. Murillo, sin duda uno de los talentos de siglo XVII gozó
de gran fama en Madrid y Sevilla por su arte amable, naturalista y sentimental. El gusto por temas populares
también está presente en su obra, siempre con actitudes elegantes y pincelada ligera. Murillo creó además,
el prototipo de Virgen inmaculada niña, bella y dulce; en un ambiente celeste de nubes y ángeles. Su
contacto con Velázquez enriqueció su pintura, que se volvió más ligera en lo que se ha denominado “técnica
vaporosa”. Un ejemplo de esta etapa sería “Los niño de las concha”.

La escultura española del Barroco. Características y artistas más destacados


El tema predominante será el religioso, ya que es la Iglesia el cliente principal. Tenemos algunos ejemplos de
escultura cortesana en las esculturas ecuestres de Felipe III y Felipe IV, ambas en Madrid. El auge de la
Semana Santa durante este periodo explica la proliferación de escultura religiosa.

En cuanto al material abunda el uso de la madera policromada y estofada* (en escultura, técnica decorativa que
consiste en aplicar una fina capa de oro sobre el objeto que luego se va a pintar, con el propósito de obtener unas
irisaciones brillantes y doradas entreveradas con el color de la pintura)

Las dos escuelas principales de la escultura barroca serán la sevillana y la castellana. Ambas son realistas,
pero mientras la castellana es hiriente, la sevillana es sosegada y busca la belleza. Mientras en Andalucía se
rinde culto a bellas vírgenes, en la escuela castellana abundan los Cristos horripilantes. De la escuela
castellana destacamos a GREGORIO FERNANDEZ (“Cristo yacente del Pardo”)

En la escuela sevillana destacamos a MARTÍNEZ MONTAÑÉS cuya escultura se caracteriza por unir realismo y
afán de belleza. Sus imágenes son serenas pero poderosas como su “Cristo de la Misericordia”. La influencia
de su obra va a ser muy grande en uno de los mejores escultores de la época. También de la escuela
andaluza pero en Granada destacamos a ALONSO CANO y en PEDRO DE MENA. Alonso Cano fue escultor,
pintor y arquitecto. Es el primer escultor andaluz que no emplea el oro, lo que hace que el color cobre
mucha importancia es sus obras. Son particularmente bellas sus tallas de pequeño tamaño como la
Inmaculada del Facistol (Granada) El manto destaca por envolverse en amplias curvaturas. Esta virgen niña
contrasta con el dramatismo de las vírgenes, por ejemplo, de Gregorio Fernández. La influencia de Alonso
Cano será esencial en Pedro de Mena. Para los Jesuitas realizará su obra más importante, La Magdalena
penintente donde la santa está cargada de emoción y misticismo, expresa su arrepentimiento ante Cristo
crucificado.

La llegada de la nueva dinastía de los borbones introduce cambios muy importantes en la escultura y la
arquitectura, especialmente. Llegan a España muchos más artistas franceses e italianos que trabajarán para
ls proyectos cortesanos de Felipe V e Isabel de Farnesio. En escultura entramos en una etapa que podemos
ya calificar como rococó* (*El estilo Rococó nace en Francia a principios del siglo XVIII y se desarrolla durante los
reinados de Luis XV y Luis XVI. Ha sido considerado como la culminación del Barroco, el rococó en España se inicia
durante el reinado de Felipe V (1700-1746), favorecido por el estilo churrigueresco, que había llevado al barroco al
recargamiento ornamental)

La arquitectura española barroca. Características y artistas más destacados.


La arquitectura española del siglo XVII se hace con materiales pobres, aunque podemos diferenciar entre el
barroco de los Austrias (más dominado por los ragos estéticos del barroco italiano y hecho con materiales
más humildes) y el barroco de principios del XVIII donde la nueva corte impulsó un lengua más clásico.

El tema religioso es mayoritario. Las ciudades hispanas se llenan de iglesias y conventos. La ciudad
funcionará como un gigantesco espacio sagrado, y las plazas mayores jugaron un papel importante en este
constante ritual religioso y político. Destacamos la Plaza Mayor de Madrid (Gómez de Mora)

De la arquitectura civil, que también existió, destacamos el Alcázar y el Palacio del Buen retiro.
Destacamos a GÓMEZ DE MORA que fue arquitecto del rey Felipe III y estuvo ligado a los jesuitas. En Madrid
construyó la Casa de la Villa, la ampliación del Alcázar y la Plaza Mayor. Esta plaza fue en su momento el
único espacio geométrico de la caótica Madrid de los Austrias. A finales del siglo XVII el Barroco se vuelve
más recargado y exuberante, y en algunos aspectos anticipa el rococó. Entre los ejemplos de este Barroco
exagerado tenemos la obra de CHURRIGUERA (que dará el calificativo churrigueresco* (*Churrigueresco es un
término que se aplica a un peculiar estilo arquitectónico y de decoración muy difundido en España a finales del siglo
XVII y comienzos del siglo XVIII. Deriva del apellido Churriguera, patronímico de una familia de arquitectos barrocos
cuya obra presenta una intensa y vital decoración. Se aplica a toda arquitectura de abigarrada ornamentación)

De influencia churrigueresca es la obra del más importante arquitecto de finales del siglo XVII, Pedro Ribera.
Utiliza el lenguaje churrigueresco en el Hospicio de Madrid. En especial usa muchos estípites (pilastra
truncada en forma de pirámide invertida) y baquetones. En la fachada del hospicio elabora casi una fachada-
retablo.

Página 320. El Obradoiro y Casas Novas.

Los primeros años del siglo XVIII desde el punto de vista artístico son una continuación del barroco
exuberante o también llamado churrigueresco que convive con una nueva arquitectura: la arquitectura
palaciega: Palacio Real.

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