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La Guerra Del Reino - (Jack W. Hayford)
La Guerra Del Reino - (Jack W. Hayford)
DEL REINO
La oración,
la guerra espiritual y el
ministerio de los
ángeles
Jack W. Hayford
con
Mark Hayford
Miami, FL 33156
Título en inglés:
Kingdom Warfare:
Es pastor principal de The Church Qn The Way [La iglesia del Camino], la Primera
Iglesia Cuadrangular de Van Nuys, California. Él y su esposa, Ana, tienen cuatro hijos
casados, todos activos en el ministerio pastoral en varios campos de la iglesia. Como
editor general de la Biblia Plenitud el pastor Hayford condujo un proyecto de cuatro
años, que ha dado como resultado una de las Biblias más útiles y populares en la
actualidad. Es autor de más de veinte libros, entre ellos: Anhelo de plenitud, La belleza
del lenguaje espiritual, La oración invade lo imposible y La clave de toda bendición.
Sus composiciones musicales abarcan más de cuatrocientos cánticos, entre los que se
incluye el muy conocido himno Majestad.
• Las llaves describen los instrumentos que usamos para tener acceso a algo o
para hacerlo funcionar.
• Las llaves describen las diferentes estructuras de las notas musicales que
posibilitan la variación y las escalas.
Jesús habló de llaves: «Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que
atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será
desatado en los cielos» (Mt 16.19).
Aunque no hay una lista específica de cuáles eran exactamente las llaves a las que
Jesús se refería, está claro que confirió a su iglesia—a todos los que creen—el acceso a
una esfera de compañerismo espiritual con El en el dominio de su Reino. Los estudiosos
fieles de la Palabra de Dios, que se mueven en la gracia práctica y la sabiduría bíblica de
una vida y un ministerio llenos del Espíritu Santo, han observado algunos de los temas
básicos que apuntalan esta clase de «compañerismo espiritual» que Cristo ofrece. Las
«llaves» son conceptos, temas bíblicos, que pueden rastrearse a lo largo de las
Escrituras y que son verificables cuando se los aplica con una fe bien fundamentada
bajo el señorío de Jesucristo. El «compañerismo» es el rasgo esencial de esta descarga
de gracia divina; (1) los creyentes buscan recibir la promesa de Cristo en cuanto a «las
llaves del reino», (2) a la vez eligen creer en la disposición del Espíritu Santo de poner
en acción su liberador e ilimitado poder en nuestros días.
Acompañadas por la serie Guías de estudio para una vida llena del Espíritu, los
estudios de las Dinámicas del Reino ofrecen doce temas diferentes. Estos, como
producto de la sección del mismo nombre que se incluye en la Biblia Plenitud,
proporcionan un tesoro de percepciones desarrolladas por algunos de los más respetados
líderes cristianos de hoy. Desde el inicio, estos escritores han analizado con profundidad
los temas que usted podrá seguir aquí.
RIQUEZA LITERARIA
ENTRE BASTIDORES
Provee información acerca de las creencias y las prácticas culturales, las disputas
doctrinales, las actividades comerciales y aspectos semejantes que aclaran los pasajes
bíblicos y sus enseñanzas.
DE UN VISTAZO
En esta sección se incluyen mapas y gráficos para identificar los lugares, además de
simplificar los temas o las posiciones.
INFORMACIÓN ADICIONAL
Como esta guía enfoca un tema de la Biblia, esta sección lo orientará hacia la consulta
de recursos bíblicos como: diccionarios, enciclopedias y otros, que le permitirán obtener
más provecho de la riqueza que el mismo ofrece, si así lo desea.
SONDEO A PROFUNDIDAD
FE VIVA
Por último, cada lección contiene esta sección. Aquí la pregunta clave es: ¿Y ahora qué?
Una vez que he visto lo que dice la Biblia, ¿qué significa esto para mi vida? ¿Cómo
puede influir en mis necesidades cotidianas, mis heridas, mis relaciones personales, mis
preocupaciones y todo aquello que es importante para mí? FE VIVA lo ayudará a percibir
y aplicar los resultados prácticos de este regalo literario que Dios nos ha dado.
Como podrá observar, estas guías incluyen espacio para que conteste las preguntas,
haga los ejercicios correspondientes al estudio y ponga en práctica lo aprendido. Quizás
desee anotar todas sus respuestas o el resultado de lo que ha obtenido mediante su
estudio y aplicación en un cuaderno separado o en un diario personal. Esto será
adecuado sobre todo si piensa aprovechar a fondo la sección INFORMACIÓN ADICIONAL.
Como los ejercicios de esta sección son opcionales y pueden extenderse sin límites, no
hemos incluido espacio para ellos en esta guía de estudio. De manera que quizás quiera
tener un cuaderno o un diario a mano, para registrar los descubrimientos que realice al
abordar las riquezas de esta sección.
El método de estudio bíblico que se utiliza en esta serie gira en torno a cuatro pasos
básicos: la observación, la interpretación, la correlación y la aplicación. La observación
responde a la pregunta: ¿Qué es lo que dice el texto? La interpretación se ocupa de lo
que significa el mismo; no lo que creamos usted o yo, sino lo que significaba para sus
lectores originales. La etapa de correlación responde a la pregunta: ¿Qué luz arrojan
otros pasajes de la Biblia sobre el que estoy estudiando? Y la aplicación, que es la meta
del estudio bíblico, plantea lo siguiente: ¿En qué aspectos debiera cambiar mi vida,
como respuesta a lo que el Espíritu Santo me enseña a través de este pasaje?
Si está familiarizado con la lectura de la Biblia, sabe que puede disponer de ella en
una variedad de traducciones y paráfrasis. Si bien cualquiera de ellas puede ser usada
con provecho para trabajar con las guías de estudio de esta serie, los versículos y
palabras que se citan en las lecciones han sido tomados de la traducción de Reina-
Valera, revisión de 1960. El uso de dicha traducción en esta serie hará más fácil su
estudio, aunque no es un requisito.
Los únicos recursos que necesita para completar y aplicar estas guías de estudio son
un corazón y una mente abiertos al Espíritu Santo y una actitud de oración, además de
una Biblia y un lápiz. Por supuesto, puede recurrir a otras fuentes, tales como
comentarios, diccionarios, enciclopedias, atlas y concordancias; incluso, encontrará en
la guía ejercicios opcionales para orientarlo en el uso de dichas herramientas. Pero son
opcionales, no indispensables. Estas guías de estudio son tan amplias que le brindan
todo lo que necesita a fin de obtener una excelente comprensión del libro de la Biblia
que trata, como también la orientación necesaria para aplicar los temas y consejos a su
propia vida.
Mi oración y mi meta es que, a medida que abra este regalo de Dios, a fin de
explorar su Palabra para vivir como El desea, el Espíritu Santo llene cada fibra de su ser
con el gozo y el poder que Dios anhela dar a todos sus hijos. Adelante. Sea diligente.
Manténgase receptivo y sumiso a Dios. No saldrá defraudado. ¡El se lo promete!
Lección 1—Descubra la
oración
«Ven aquí, Jennifer; es hora de que te acuestes y hagas tus oraciones».
No todos nos habremos criado en hogares donde se decían estas cosas, pero el
cuadro de una criatura con las manos unidas en oración y la cabeza inclinada es
comprensible en cualquier parte. Aun en muchas casas donde se considera a Jesús como
una mera figura histórica y Dios es apenas un concepto discutible, se dicen oraciones.
Pregúntele a cualquiera, y la mayoría le dirá que en algún momento ora. Puede tratarse
de «un deseo que se eleva al que está allá arriba», o una apasionada súplica a «Dios, si
es que estás allí», o un simple recitar frases aprendidas de memoria, pero todos oramos.
Si bien la práctica de la oración es universal, hay muy pocas personas que parecen
entender lo que en realidad es. La idea de invocar al Todopoderoso para que haga algo
porque «se lo pido» resulta aterradora. Para la mayoría de las personas, la convicción de
que Dios realmente habrá de contestar ese pedido casi no existe. ¿Por qué ora, entonces,
la gente? Oran porque «a lo mejor da resultado», porque «mi abuela aseguraba que daba
resultado», o, al igual que los que no saben qué contestar en un cuestionario con varias
opciones, porque «cualquier cosa es mejor que nada». De modo que la oración se
vuelve esa «cualquier cosa» que nos permite hacer algo en lugar de no hacer nada. Es lo
que «hay que hacer» cuando uno mismo ya no puede hacer nada: «Ya no hay esperanza,
de modo que es mejor que le dé una oportunidad a Dios».
Reconozco que estas actitudes pueden parecerles casi blasfemas a aquellos que
creen en el poder de la oración y han comprobado que sus oraciones han sido
contestadas vez tras vez. Sin embargo, debemos recordar que estamos expuestos a la
influencia del mundo que nos rodea y, como resultado, muchos cristianos ya no ven la
oración de manera muy diferente que la descrita arriba. Sabemos que deberíamos creer
en la oración, y creer que nuestras oraciones van a ser contestadas, pero la verdad es que
no entendemos, para empezar, en qué consiste la oración. ¿Por qué es necesario que un
Dios que todo lo sabe necesita que le diga lo que me hace falta? ¿Por qué un Dios
todopoderoso necesita mis oraciones a fin de obrar?… ¿Qué es la oración, después de
todo?
Para comenzar a contestar estas preguntas, busque los siguientes pasajes en los
Salmos, y vea si puede emplearlos para formular su propia definición práctica de lo que
es la oración. A continuación tiene algunas preguntas para ayudarlo a formular dicha
definición.
Salmo 17.1–9
Salmo 28.1–7
Salmo 55.16–23
Salmo 61.1–8
Salmo 102.1–22
Salmo 141
Salmo 142
RIQUEZA LITERARIA
Hubo orado, palal. Orar, rogar, interceder, suplicar. Este verbo aparece más de 80
veces. Palal nos habla de la oración como intercesión, o sea, el pedirle a alguien con
más poder y sabiduría que intervenga a favor de la persona que ora. Por ejemplo, Ana
oró por un hijo (1 S 1.12); Ezequías oró porque se extendiera su vida (ls 38.2, 3); y
Jonás oró desde el vientre del pez (Jon 2.1–9). Además, palal se encuentra en la
promesa de 2 Crónicas 7.14: «Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es
invocado, y oraren… entonces yo oiré desde los cielos…» Véanse otros ejemplos del
1 «Riqueza literaria: 6.6 orar», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1195.
Hay muchas razones por las cuales orar y muchas ocasiones en las que necesitamos
oración. Investíguelas en los siguientes pasajes considerando el tema de la oración. Vea
las razones que se dan para orar. ¿Quién nos enseñó a orar? ¿Qué beneficios obtenemos
al orar? ¿Se nos manda orar? ¿Qué lugar ocupan la humildad y la sumisión entre las
razones por las cuales oramos?
Lucas 18.1–8
Lucas 21.36
Efesios 6.18
Santiago 4.3, 7, 8
1 Pedro 5.6, 7
FE VIVA
Todos sabemos que debemos orar, pero, ¿por qué? ¿Cuáles son las razones que nos
llevan a orar? ¿Se sorprendió alguna vez a sí mismo acercándose a Dios simplemente
con una «lista de pedidos» de las cosas que le gustaría que El hiciera? ¿Procura que se
cumpla la voluntad de Dios cuando ora? ¿Está aprendiendo a conocerlo mejor durante
su tiempo de oración?
Piense acerca de estas cosas y sea sincero consigo mismo. Tenga presentes estas
preguntas durante los próximos días y pídale al Espíritu Santo que le ayude a ver
costumbres en su vida de oración que deberían ser cambiadas. Luego vuelva y conteste
las siguientes preguntas y pídale al Señor que le ayude a orar por motivos dignos.
La oración es la forma en que hemos de someter todas las cosas a Dios. Cuando
oramos, invitamos a Dios a que venga y obre en las cosas que nos preocupan. Al
obedecer su mandato y colocar nuestras preocupaciones sobre sus hombros, ponemos
esas cosas bajo su control en lugar del nuestro. Esto no es sólo sumisión, sino el acto
mismo de humillarnos ante Él como nos pide 1 Pedro 5.6–7. Al orar reconocemos que
Dios puede hacerse cargo de todo lo que nos preocupa y que nosotros no podemos
resolver. Este franco reconocimiento de nuestra condición ante Dios siempre es
necesario cuando nos acercamos a su trono. El resultado es que Dios nos exaltará a su
debido tiempo. El acudir humildemente en oración ante El no sólo produce la exaltación
de nuestra situación por medio de la oración contestada, sino también la de nuestro
espíritu en una comunión inmediata con nuestro Padre celestial.
¿Cuáles son las cosas por las que hemos de orar cuando someternos todo al Señor en
oración? ¿Por quiénes debemos orar? ¿Cuándo y cómo hemos de orar? ¿Qué otras
acciones deberían acompañar a nuestras oraciones? ¿Notarnos algún resultado de ellas?
¿Cuáles son? Lea los siguientes pasajes y vea lo que nos dicen.
2 Crónicas 7.14
Salmo 32.5–7
1 Tesalonicenses 5.16–22
1 Timoteo 2.1–3
Santiago 5.13–16
INFORMACIÓN ADICIONAL
Con la ayuda de una concordancia o de una Biblia temática, trate de ver cómo eran
las oraciones de diversas personas en la Biblia. He aquí algunas cuyas oraciones quizá
quiera conocer: Abraham, Moisés, Salomón, Elías, Jesús, Pablo, Pedro, David, Ana,
Daniel, Josafat, así como muchos otros reyes, sacerdotes, profetas y apóstoles en la
Biblia. Considere qué actitudes se observan en sus oraciones y cuáles fueron las
respuestas que Dios les dio. ¿Cuáles son las principales características de estas
oraciones? ¿Cómo se advierte la naturaleza del corazón de Dios a través de sus
respuestas? ¿De qué manera se expresan por lo general las oraciones? ¿Qué podemos
aprender de estas oraciones?
FE VIVA
ENTRE BASTIDORES
Ningún pueblo tuvo jamás un ideal tan alto sobre la oración como el judío, y
ninguna religión jamás colocó a la oración en una posición tan elevada en la escala de
prioridades como el judaísmo. Pero ciertas fallas se introdujeron subrepticiamente en
los hábitos de oración de los judíos. Es preciso comprender que ellas pueden ocurrir, y
en efecto ocurren, en cualquier parte. No son fallas producidas por la negligencia, sino
por una devoción mal orientada.
Había dos rituales que todo judío debía cumplir cada día: El shema (que consistía
en citar Dt 6.4–9; 11.13–21; Nm 15.37–41 en actitud de oración) el cual debía ser
recitado a la salida y a la puesta del sol; y el shemoneh ˓esreh (dieciocho oraciones
fijas que se debían citar en orden) para ser recitado en las horas destinadas a la oración
(a las nueve de la mañana, a medio día y a las tres de la tarde).
Además, la liturgia judía proporcionaba oraciones fijas para todas las ocasiones. No
había prácticamente nada en la vida para la que no existiera una fórmula de oración.
Había una para antes y otra para después de cada comida; las había vinculadas a la
lluvia y a los relámpagos, para entrar o salir de una ciudad, para el momento en que
aparecía la luna nueva, para el momento de usar muebles nuevos, etc., etc.
La intención de esta tradición era incorporar a Dios a cada momento del día. Y sin
embargo, a pesar de lo hermosas que son estas oraciones, con el tiempo los fieles
comenzaron a recitar las palabras sólo por obligación, sin ningún sentido real de
comunicación con Dios. Es esta manera mecánica de orar la que critica Jesús en Mateo
6 al dirigirse a los que dicen sus oraciones para parecer buenos delante de otros.4
4 William Barclay, The Gospel of Mark, The Daily Bible Study Series [El
Evangelio de Marcos, serie de estudios bíblicos diarios], The Westminster
SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR
Atienda al pedido que hacen los discípulos de Jesús cuando observan su vida de
oración. Después de haber vivido diariamente con Jesús y haber aprendido tanto a sus
pies, acuden a El con el siguiente deseo: «Señor, enséñanos a orar» (Lc 11.1). Esta
petición no provenía de hombres que no supieran cómo orar. Este es el clamor del
corazón de quienes ven en Jesús la relación poderosa y portadora de vida que siempre
han anhelado tener.
Para comenzar a aprender cómo orar, observe la respuesta de Jesús al pedido de sus
discípulos. El «Padrenuestro», como se le ha llamado, se encuentra en dos lugares de los
Evangelios. Lea ambos textos, con los versículos que le sirven de marco, y haga un
bosquejo de lo que allí está escrito.
Mateo 6.5–15
Lucas 11.1–14
DE UN VISTAZO
FE VIVA
Ahora que ha completado esta visión inicial del concepto bíblico de la oración,
tómese un tiempo para anotar sus percepciones.
¿Hay interrogantes que este estudio le haya traído a la mente? Escríbalos para que
pueda considerarlos de nuevo en su estudio, a medida que encuentre respuestas a los
mismos.
¿En qué áreas de su vida (creencias, pautas y conducta morales, relaciones, dones
espirituales, etc.) cree que le ayudará este estudio?
¿Ha encontrado algo en su vida que necesita ser llevado ante Dios en oración?
Enumere esos puntos aquí para que recuerde ponerlos en oración. Tal vez desee anotar
algunos de sus sentimientos acerca de estas cosas, dándoles la forma de una oración
escrita destinada al Señor.
No sé si fue por haber sido el menor de tres hijos en aquella época o sólo una
inclinación especial por lo más insignificante, pero lo cierto es que las cosas con las que
me gustaba jugar siempre parecían ser los objetos más pequeños de un cajón tan grande
que podría haberme servido de cama. No obstante, allí pasé muchas horas buscando y
buscando el juguete perdido. Sabía que lo podía encontrar. Sabía que al final mis ojos lo
descubrirían por entre las capas de soldaditos, creyones quebrados, bloques para armar
casas y vehículos en miniatura; allí encontraría lo que mi corazón de niño buscaba.
Lo más importante para mí, un niño de cuatro años, era encontrar ese juguete. El
mismo constituía el centro de mi mundo imaginario, la figura que en mi juego
representaba mis pensamientos y mis virtudes. Era lo que haría que los bloques armaran
una casa, lo que la defendería contra la cantidad increíblemente superior de «soldados
malos». Era mi favorito, y todo el trabajo de mi mundo infantil debía detenerse hasta
encontrarlo; tarde o temprano, aparecería.
«Buscad, y hallaréis» (Mt 7.7). Esto no es sólo la historia de un niño de cuatro años;
estas son las palabras de Jesús que responden a las necesidades de una raza que ha
perdido lo que es más importante: la relación con Dios. Necesitamos esa relación. Es lo
más vital que podemos obtener. Es la única razón por la que vale la pena vivir, porque
El es el centro de nuestro mundo (Col 1.16–17). Es lamentable, sin embargo, que con
frecuencia la mayoría nos satisfazgamos demasiado rápido con algún sustituto. Nos
conformamos con algo menos que la verdadera intimidad con Dios.
Al igual que un niño que busca su preciado objeto, hemos de proponernos buscar al
Dios vivo. ¿Dónde lo encontraremos? ¿Cómo debemos buscarlo? ¿Qué les sucederá a
quienes lo buscan? ¿Y a quienes no lo hacen? Lea los siguientes pasajes de las
Escrituras y vea si puede contestar estas preguntas. Además, vaya observando otras
cosas que debería buscar, y también cuáles son las palabras clave relacionadas con lo
que debería ser nuestro corazón y nuestra disposición al buscar a Dios.
Deuteronomio 4.27–31
2 Crónicas 7.14
Salmo 9.10
Salmo 69.30–34
Isaías 65.10–15
Jeremías 29.11–13
RIQUEZA LITERARIA
UN PENSAMIENTO TERRIBLE
Lea Oseas 5 y observe las cosas que suceden o van a suceder debido al pecado del
pueblo de Dios. Escriba además los pecados concretos que se mencionan y lo que debe
acontecer para que los pecadores encuentren a Dios.
FE VIVA
Jesús dice que debemos ser como niños para ver su Reino: con un corazón receptivo
y sincero, sin que nuestro orgullo nos lo impida. Es esto último lo que nos impide
perseguir plenamente las cosas de la manera en que Dios nos las muestra. ¿Acaso no
parece tonto decir: «Creo que mi manera de hacerlo es mejor que la de Dios»? Sabemos
que la sabiduría de Dios es muy superior a la nuestra, y sin embargo, cada vez que
dejamos de hacer las cosas como Él quiere e insistimos en seguir nuestros propios
métodos, estamos actuando tal como lo expresa dicha frase.
Es a menudo este orgullo el que nos impide vivir con todo lo que Él nos ha
provisto. Dedique un tiempo a hacerse las siguientes preguntas, luego escriba y ore por
aquellas cuestiones relacionadas con el orgullo en las que quizás necesite que el Señor
obre en su vida.
¿Le resulta difícil mostrar sus emociones a Dios en los momentos de alabanza o de
oración? ¿En público? ¿En privado?
Éxodo 3.1–22
1 Samuel 3.1–14
Salmo 63
Salmo 138
Lucas 22.41–44
Los discípulos urgían a Jesús para que comiera, cuando les respondió con estas
palabras: «Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis» (Jn 4.32–34). Los
discípulos estaban perplejos y se preguntaban si Jesús habría conseguido algo de comer
en otro lugar, sin que ellos se enteraran. Entonces Él les aclaró que su satisfacción y su
fuerza provenían de su relación y compañerismo con el Padre celestial.
Proverbios 3.5, 6
Jeremías 9.23, 24
Mateo 11.27–30
FE VIVA
Ahora que ha podido dedicar un poco de tiempo para ver cómo se desarrolla una
relación íntima con el Padre celestial, medite en lo que ha aprendido. ¿Qué conceptos
han cobrado nueva vida en usted o le parecen nuevos? ¿Siente como que los
comprende? Tómese un tiempo para pedirle a Dios que le dé entendimiento.
¿Cómo planea incorporar estas verdades a su vida? ¿Qué cosas podría hacer para
contribuir al cultivo de su relación con Dios?
Cuando Jesús ruega por nosotros en Juan 17.20–26, le pide al Padre que podamos
tener la más íntima de las relaciones con El. Luego señala el camino. Jesús ora para que
sus seguidores «sean uno en nosotros» (refiriéndose a la Deidad, y. 21). Esta es una
oración por la unidad entre todos los creyentes conjuntamente con Dios. Muchos
pasajes de las Escrituras ofrecen un cuadro del poder y la belleza de la unidad entre los
hijos de Dios y entre ellos y El. Donde ella está hay despliegues especiales del poder de
Dios, de su presencia y de su propósito. Parece que Jesús mismo muestra que la
intimidad con el Padre comienza cuando hay amor de unos por otros.
Lea Juan 17.20–26 y vea lo que dice Jesús acerca de la unidad de su cuerpo.
En los siguientes pasajes puede aprender más acerca del increíble poder que se
libera cuando oramos y vivimos en unidad en el cuerpo de Cristo. Explórelos y registre
lo que dicen acerca del poder, la presencia y el propósito de Dios en una iglesia unida.
2 Corintios 5.13, 14
Salmo 133.1–3
Hechos 2.1–4
RIQUEZA LITERARIA
Una, ˒echad. Uno, una unidad. ˒Echad viene de la raíz ˒achad, «juntar,
unificar; reunir los pensamientos». ˒Echad significa lo mismo que «uno» en español,
tanto en sentido estrecho (uno y sólo uno como en Eclesiastés 9.18, «un pecador
destruye mucho bien») como en el más amplio de los sentidos (uno compuesto de
muchos, como en Génesis 2.24, donde una mujer y un hombre se convierten «en una
sola carne»).3 ˒Echad se considera una de las palabras más importantes en el Antiguo
Testamento, por cuanto se usa para describir a Dios como uno (Dt 6.4).
3 «Riqueza literaria: 6.4 uno», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 227.
la iglesia recientemente fundada. En cada uno de los casos en que se usa,
homothumadon indica armonía, la cual conduce a la acción.4
FE VIVA
En su opinión, ¿cuál cree que es el aspecto más difícil al construir esta relación?
¿Qué puede proponer para superar esas dificultades?
¿Cree que la unidad con el cuerpo de Cristo es importante para que pueda
desarrollar una intimidad personal con Dios? ¿Por qué?
Tómese un tiempo para orar acerca de las medidas que piensa tomar. Pídale al
Señor su sabiduría para desarrollar y llevar a cabo planes que lo hagan acercarse más a
Él y a su pueblo.
Me gusta decirle esto a la gente porque es muy cierto. A medida que crío a mis hijos,
voy aprendiendo más y más cómo es el corazón de Dios para con nosotros. Me doy
cuenta cómo ama, cuida, enseña, consuela y dirige a sus hijos. Es paciente, cariñoso,
tierno, dadivoso y amoroso en todo sentido.
Sé también que hay veces que se siente triste porque sus hijos no confían en El y
prefieren ignorar su paternal sabiduría. Hay momentos en que se siente apesadumbrado
4 «Riqueza literaria: 2.1 unánimes juntos», Biblia Plenitud, Editorial Caribe,
Miami, FL, 1994, p. 1388.
por nuestra desobediencia. A veces debe hacernos conocer el error de nuestros caminos
y dejarnos tropezar porque no queremos que nos tenga de la mano. Y hasta debe
castigarnos para que aprendamos la manera en que debemos andar.
El corazón de cualquier padre se dispone a cuidar a sus hijos de esta manera. Jesús
observó que aun con nuestros hábitos pecaminosos sabemos darles buenas cosas a
nuestros hijos (Mt 7.11). Mencionó el carácter generoso de un padre terrenal para
mostrarnos de qué manera nuestro Padre celestial también desea darnos «mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos» (Ef 3.20; Flp 4.19).
Así es nuestro Padre celestial; desea dar cosas a sus hijos. Y sin embargo, nos dice
que, con todo, es preciso que pidamos. «No tenéis lo que deseáis, porque no pedís» (Stg
4.2). La Biblia a menudo nos insta a pedir. Lea los siguientes pasajes y vea lo que tienen
que decir acerca del tema de pedir:
¿Cómo hemos de pedir? QEn qué nombre, con qué actitud, estado de expectativa,
etc.?)
Lucas 11.9–13
Juan 14.13, 14
Juan 16.23–27
Santiago 1.5–8
Santiago 4.2, 3
1 Juan 3.18–23
1 Juan 5.14, 15
FE VIVA
Ahora que ha podido ver de qué manera el corazón de nuestro Padre está dispuesto
a responder y satisfacer nuestras necesidades, dedique un tiempo a reflexionar sobre
cómo ha concebido el corazón de Dios para con usted en el pasado. ¿Ha considerado la
oración como el medio para convencerlo de que obre? ¿Ha sido su meta el tratar de
convencerlo de sus propios méritos con el objeto de recibir respuestas? ¿Ha pensado
que El sólo contestaba las oraciones si usted hacía las cosas correctas para «obligarlo a
responder»? Defina abajo exactamente de qué manera se ha sentido inclinado a ver el
corazón de Dios en relación a usted.
Enumere áreas donde reconozca que necesita que el amor de Dios se vuelva algo
más real. Lleve esta lista a Dios en oración y permítale obrar en relación a esas cosas en
su vida.
1) Los métodos de Dios son más sabios que los míos, de modo que voy a vivir en
sumisión a su Palabra y a su voluntad.
2) Dios se interesa por mis necesidades y con toda seguridad que las resolverá, de
modo que se las presentaré humildemente.
3) Dios ama a este mundo, de modo que seré un instrumento suyo para alcanzar a
otros a través de mis oraciones.
Lea los siguientes pasajes para comprender mejor de qué manera humillarse delante
de Dios. Observe las cosas que han hecho otros, o las que se le aconseja hacer para ser
humilde ante Dios. ¿Qué cosas figuran en la lista? ¿Qué sucederá si hace esas cosas?
¿Qué ejemplos de humildad ve? ¿Qué hicieron esas personas para demostrar humildad o
para humillarse a sí mismos? ¿Cuál fue el resultado final que se vio en sus vidas?
2 Crónicas 32.24–26
2 Crónicas 12.1–9
Salmo 35.13, 14
Mateo 18.3, 4
Hechos 20.17–24
1 Pedro 5.1–7
RIQUEZA LITERARIA
Nos puede parecer contradictorio presentarnos con humildad y a la vez con denuedo
(«confiadamente», según el término de Hebreos), pero esa es la forma exacta en que
Dios desea que acudamos a Él. ¿De qué manera pueden trabajar juntas estas dos
actitudes? ¡La clave está en una fe en Dios absoluta y totalmente dependiente!
Hebreos 11.1–12.2
DE UN VISTAZO
4 «Gráfico: Cómo opera la fe (Heb 11.1)», The Wesley Bible [La Biblia
Wesley], Thomas Nelson Publishers, Nashville, TN, 1990, p. 1858.
RIQUEZA LITERARIA
5 «Riqueza literaria 11.22 fe», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1267.
JESÚS ENSEÑA LA FE
Ahora que ha podido ver lo que significa llegarse al Señor confiadamente, con fe y
con corazón humilde, lea lo que Jesús dijo acerca de ella mientras ministraba a diario a
las necesidades de la gente. Atienda a sus palabras dirigidas a los discípulos cuando les
enseñaba sobre el poder y la importancia de la fe.
Mateo 9.22–29
Marcos 10.27
Marcos 16.17, 18
Lucas 7.1–10
Juan 12.44–47
FE VIVA
¿Qué actitudes o emociones nuevas han surgido en su corazón, por medio de esta
lección, que desea poner delante de Dios en oración? A medida que las anote, mencione
cada una, presentándolas verbalmente ante Dios y creyendo que contestará su oración.
Nuestro corazón es el centro de nuestra vida física. Si ese órgano no trabaja, la vida
es imposible. Proporciona un suministro constante de sangre a todas las partes del
cuerpo. De modo que, en su forma más elemental y sencilla, este proverbio es una
saludable llamada de atención a cuidar la condición física del corazón. Por supuesto que
el objetivo del escritor es el de advertir a los sabios con su alerta: «¡Tu parte interna, lo
más recóndito de tu corazón, requiere el máximo cuidado, espiritualmente!»
De la misma manera en que los médicos recetan dietas especiales para pacientes con
problemas del corazón, Dios ha provisto instrucciones dietéticas para nosotros, porque
forma parte de la naturaleza caída del hombre que haya una propensión a los
«problemas del corazón» (nuestras luchas con la tentación y el pecado).
Salmo 119.9–16
Proverbios 16.5–9
Juan 13.8
Hechos 2.42, 47
1 Corintios 6.9–11
Filipenses 4.8
Hebreos 9.11–15
FE VIVA
Lea de nuevo la lista que ha escrito de las cosas que le ayudan a mantener limpio el
corazón. ¿Cuáles cree que requieren ser puestas en práctica en su vida diaria?
Está muy bien darle una dieta a alguien que corre el riesgo de padecer de
insuficiencia cardíaca, pero se necesita más que una simple dieta para una persona que
está afrontando un ataque cardíaco. A pesar de la importancia de una dieta diaria para
vivir en pureza, debemos contar además con un curso de acción a tomar cuando vemos
que nuestro corazón ya está funcionando muy por debajo de lo óptimo, o peor todavía,
en medio de una crisis.
Segunda Timoteo 2.22 ofrece un plan muy claro para restaurar y vivir en pureza.
Use los versículos complementarios y las secciones de «Riqueza literaria» para que le
ayude a bosquejar esta senda.
Estudie Hechos 8.21, 22 y 1 Juan 1.9; 2.1, 2. ¿Cómo debería responder si su corazón
ya está mal con Dios? ¿Qué significa aquí la palabra arrepentimiento? ¿Qué hace Jesús
cuando pecamos?
Después de huir de la «concupiscencia», ¿qué cuatro cosas debemos buscar?
RIQUEZA LITERARIA
4 «Riqueza literaria: 4.8 justicia», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1607.
5 «Riqueza literaria: 11.22 fe», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1267.
6 «Riqueza literaria: 5.5 amor», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1454.
7 «Riqueza literaria: 1.79 paz», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1285.
En Santiago 5.13–16, ¿de qué manera el vivir en el seno de una comunidad de
creyentes proporciona salud y pureza? ¿Qué parte tiene en esto la confesión?
Tomando como base 1 Juan 1.5–10, explique cómo el vivir en la familia de Dios
—«unidos en comunión»—contribuye a exponer y limpiar nuestros pecados. ¿Qué dice
acerca de las personas que no confiesan su pecado? ¿Qué sucede cuando confesamos
nuestros pecados?
SONDEO A PROFUNDIDAD
1. Confesión
2. Arrepentimiento
3. Limpieza
4. Restauración
¿Cuáles son los verdaderos «sacrificios» para Dios, según el salmista?
ENTRE BASTIDORES
En todo este Salmo hay verdades acerca de la naturaleza y el carácter de Dios que
rara vez son comprendidas con claridad por los que no tienen una relación personal e
íntima con Él. La misericordia, la benignidad, la justicia y los anhelos verdaderos de
Dios son algunos de estos atributos.
El hombre justo tiene mucho que esperar del futuro, pero hay un estilo de vida que
deberá practicar con el objeto de gozar de sus beneficios. Un andar cotidiano puro con
el Señor nos bendice tanto a nosotros como a quienes nos rodean. Examine los
siguientes pasajes de las Escrituras para que lo ayuden a ver las características de esta
vida de plenitud. Registre tanto las bendiciones que recibe el justo, el recto o el puro de
corazón, como también sus acciones. Contraste estas cosas con lo que se ve en la vida
de los malvados e impíos. ¿Qué hace Dios a favor de los justos? ¿A favor de los impíos?
¿Dónde viven los justos? ¿Cómo acuden a Dios? ¿Viven allí los impíos también?
¿Pueden acudir a Dios de la misma manera?
Salmo 1.1–6
Salmo 15.1–5
FE VIVA
¿En qué aspecto de su vida piensa que esta lección ha de tener mayor impacto? ¿Por
qué? ¿Cuál cree que ha de ser el resultado?
¿Cómo ve la justicia de Dios en su vida? ¿Es algo que aumenta día a día? ¿Por qué
cree que es así?
¿Desea ver más pureza en su vida? Escríbale una carta a Dios expresando su deseo
de vivir en la pureza. lncluya cosas para las cuales cree que necesita la ayuda de Dios,
tales como hábitos, pensamientos, deseos malos, etc. Ore respecto a ellas, pidiéndole al
Señor que cree un corazón limpio en usted, del mismo modo que se lo pidió David en el
Salmo
Lección 5—Fieles en la
oración
«Hijos, nunca empiecen a trepar una montaña a menos que se propongan llegar
hasta la cumbre».
¡Cómo recuerdo esas palabras que mi padre nos dijo a mi hermano y a mí! Esa gran
advertencia habla tal verdad acerca de ser una persona virtuosa, perseverante,
comprometida y fiel; una persona que primero calcula y luego se prepara, según sea el
desafío, antes de lanzarse a la empresa. Al pensar en la forma de lograr fidelidad en la
oración, recuerdo las palabras de mi padre porque, al parecer, las decía con suma
seriedad; y cuando él se ponía serio, nosotros escuchábamos. Del mismo modo, es sabio
que escuchemos al Padre celestial cuando nos llama a la fidelidad en la oración.
Consulte los siguientes versículos y observe cuáles son las recompensas de «buscar» a
Dios con fidelidad, de «pedir» a Dios en grande:
Salmo 2.8
Jeremías 33.3
Juan 14.12–14
Es curioso, pero años después de que mi padre hiciera esa afirmación sobre el
«alpinismo»—sincera, sin duda—, fue que comprendí que resultaba un tanto extraña en
ese momento, porque inmediatamente después de pronunciarlas, anunció que íbamos a
abandonar, a la mitad del camino, el ascenso del «cerro» que habíamos iniciado. Pero se
debía a una cuestión de perspectiva. Apenas tenía unos cinco años por aquella época;
estábamos parados sobre una meseta, después de haber trepado un tramo bastante
inclinado (lo cual, para un niño como yo, ya era en sí una montaña). Pero enseguida nos
trasladamos de allí y nos preparamos para escalar un cerro cercano que era una montaña
y un verdadero desafío. Me parecía que habíamos abandonado una «montaña» y nos
encaminábamos hacia otra, cuando, en realidad, el cambio había ocurrido en el
momento en que estábamos a mitad de camino de un ascenso mayor. Esta cuestión de la
perspectiva—el pensar que estamos en la cumbre cuando en realidad apenas hemos
empezado—puede impedir que alcancemos las alturas del potencial que Dios tiene
preparado para nuestra vida espiritual. No es que no podamos llegar hasta la cumbre si
siguiéramos trepando. Es que nos sentimos demasiado propensos a detenernos pensando
que ya hemos llegado. Como yo, que siendo pequeño, pensaba que un pequeño tramo
del ascenso era toda la montaña, cualquiera de nosotros puede sentirse tentado a dejar
de ascender cuando en realidad estamos lejos de las alturas, sin haber visto nunca los
paisajes que el Señor nos tiene reservados.
Así, igual que con el alpinismo, no dejemos de dedicarnos a la oración hasta que
alcancemos lo que nos proponemos lograr. Tratándose de la oración, ese «proponerse»
es un compromiso que equivale a asegurarnos de que la voluntad de Dios penetre y
prevalezca en situaciones especificas dadas. Esa es la cumbre máxima.
La fidelidad es más que simplemente perseverar; requiere que la persona esté llena
de fe de un modo que produzca vida en lugar de manifestarse en una actividad inútil o
muerta (Stg 2.14–26). Jesús enseñó la fidelidad de varias maneras. Lea los siguientes
pasajes y vea lo que puede aprender de las características de la fidelidad. Las preguntas
que se formulan con cada pasaje son para ayudarlo a pensar y a responder.
Lucas 14.27–32: ¿Qué representa la preparación en relación con la fidelidad? ¿Es
posible la fidelidad sin ella? ¿Por qué?
Mateo 25.1–30: ¿De qué manera se comparan las enseñanzas de estas parábolas con
los pasajes antes mencionados? ¿Qué hicieron las vírgenes prudentes para que les
valiera el ser elegidas? ¿De qué modo fue infiel el siervo inútil?
Lucas 11
Lucas 18
¿De qué manera reflejan estos pasajes insistencia y perseverancia respecto a lo que
nos proponemos?
Lucas 11
Lucas 18
Lucas 11
Lucas 18
SONDEO A PROFUNDIDAD
Más adelante encontrará una serie de pasajes bíblicos que proporcionan enseñanza
y ejemplos sobre este tema. Mientras los lea pida al Espíritu Santo que le ayude a
comprender lo que se está enseñando: Génesis 18.23–32; Josué 10.12–14; 1 Reyes
18.22–38, 41–44; 2 Reyes 13.15–19; Mateo 6.7–8; Marcos 11.22–24; Lucas 7.2–10; 2
Corintios 12.8–10; Efesios 6.18; Santiago 1.5–8.
Debe comprender que la perspectiva que tenga sobre este tema no debe separarlo de
otros miembros del cuerpo de Cristo sino, más bien, debe fortalecerlo en su vida
personal de oración mediante una mejor comprensión de la Palabra de Dios.
FE VIVA
¿En qué áreas de su vida demuestra mayor fidelidad (por ejemplo, en la amistad, la
profesión, las finanzas, el crecimiento espiritual, etc.)? ¿Qué hace que esa área parezca
ser más fuerte que otras?
¿En cuáles aspectos demuestra el menor grado de fidelidad? ¿Por qué cree que es
así?
¿Cómo cree que puede aumentar su grado de fidelidad? ¿Qué pasos dará para
lograrlo?
ENTRE BASTIDORES
Para el modo de pensar griego, el conocimiento sólo tenía que ver con el
reconocimiento mental. Si una persona había estudiado un tema y estaba en posesión de
los datos, se consideraba que «sabía» el tema.
Le será de ayuda a todo cristiano comprender que lo que está por detrás de los
escritos del Nuevo Testamento es el pensamiento esencialmente hebreo, aunque fue
escrito en griego, por ser esa la lengua común de la época. El concepto bíblico de
«saber» o «conocer» comprende la experiencia, no simplemente estar expuesto a la
verdad o a un conjunto de datos.
La parte principal de nuestro andar en fe con Jesús consiste en vivir una vida de
fidelidad. A menudo nos concentramos tanto en la necesidad de tener fe, que no
alcanzamos a reconocer que la fidelidad consiste en una existencia que se «vive por fe»
más bien que del esfuerzo por «tener fe».
¿Quién recibirá las promesas que Dios ha hecho aquí? ¿Cuáles son las
características de aquellos que no recibirán tales promesas?
RIQUEZA LITERARIA
Justo, tsaddiq. Uno que es justo, correcto, claro, limpio, apropiado. Una persona
que se caracteriza por su integridad, equidad y espíritu justiciero[…] tsadaq, que
significa: «ser justo, estar justificado y limpio». Tsadaq y sus derivados encierran la
idea de justicia e integridad en la forma de vivir.3
1 «Riqueza literaria: 11.22 fe», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1267.
2 «Riqueza literaria: 2.4 vivirá», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1129.
3 «Riqueza literaria: 1.18 justo», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 963.
Nuevo Testamento y la historia de la Reforma: «El justo vivirá por su ˒emunah», es
decir, gracias a su firme, inconmovible y sólida fe.4
BENDICIONES DE LA FIDELIDAD
Hay muchas de ellas que aguardan a los que son fieles, pero la fidelidad es algo a lo
que somos llamados. Demanda que hagamos nuestra parte. Esto, a su vez, libera—por
la acción de la fe—la operación del poder de Dios, que trae la recompensa de la fe. En
los siguientes pasajes encontramos un cuadro donde el hombre hace su parte. No
importa cuán pequeña haya sido, cada cual tuvo que hacer lo necesario para que la
voluntad de Dios se cumpliera.
Escriba todas las cosas que se logran por medio de los siervos fieles de Dios en cada
uno de los pasajes a continuación. ¿Qué se «libera» en cada una de estas acciones
poderosas de Dios por medio de la obediencia fiel?
Hechos 12.5–10
La acción de Dios:
Hechos 2.40–47
Hechos 8.26–38
La acción de Dios:
FE VIVA
¿Cómo describiría la diferencia entre los frutos de una fiel vida de oración y una
esporádica? ¿Por qué piensa eso?
Dedique un tiempo para revisar sus respuestas y ver qué cosas hay de las que le
gustaría conversar con el Señor. Es posible que necesite ayuda para algunas de ellas o
quizás quiera alabar al Señor por lo que le ha visto hacer.
FIDELIDAD EN ACCIÓN
Lea el relato de este hecho en Josué 10.1–14 y utilice las preguntas que aparecen
más adelante para que le sirva de ayuda al estudiar esta figura de fidelidad.
¿Por qué los israelitas lucharon a favor de los gabaonitas? (Véase el trasfondo en
Josué 9.) ¿Cómo guiaba Josué a Israel a ser fiel de esta manera?
¿Qué dijo Dios a Israel acerca de esta batalla? ¿Cómo la respuesta de Israel
demostraba su fe?
A la luz de la palabra de Dios dada a Israel, ¿cómo la oración de Josué para que el
día se prolongara muestra la fidelidad que completa lo que Dios le llamó a hacer? ¿De
qué modo fue una respuesta de fe a la palabra de Dios?
FE VIVA
El hecho es que Dios nos ha pedido que seamos socios suyos. Como nuestro Padre
celestial, le ha pedido que ingrese en su empresa familiar. Su solicitud no se basa en
algo que usted pueda hacer, sino más bien en la persona que Él lo ha destinado a ser. Él
lo ha creado para ser su hijo y lo ha llamado a ser su embajador en la tierra. El gran
valor que otorga a esta relación se debe a su amor por usted.
Es triste decirlo, pero muchos de los hijos de Dios actúan con negligencia en cuanto
a la empresa a la que han sido llamados a participar. La mayoría de las veces se debe a
que simplemente no comprenden el trabajo que les corresponde hacer. Dondequiera que
miremos, nos encontramos con creyentes que intentan todo tipo de acciones piadosas,
que constituyen sinceros esfuerzos por «ayudar» a Dios, pero que pocas veces realmente
actúan «en sociedad con Dios». Entrar en sociedad con Él significa tener acceso a sus
recursos y utilizar al máximo, gracias a su poder, la fuente de poder que Él quiere que
obre en y a través de nosotros. «Ayudar a Dios» es a menudo e inconscientemente lo
opuesto; es buscar que Dios entre en nuestra agenda o que bendiga nuestros enérgicos
esfuerzos por interpretar su voluntad. Pero hay un modo de evitar esto último y de
obtener discernimiento acerca de lo primero, y la senda para descubrirlo es la oración.
Comenzar a orar nos llevará al creciente privilegio de la oración intercesora.
¿Qué busca?
¿Cómo se relaciona esta obra intercesora con el trabajo que, como puede ver,
realizan Jesús y el Espíritu Santo?
¿De qué manera interceden por nosotros?
RIQUEZA LITERARIA
Ezequiel 22.30, 31
RIQUEZA LITERARIA
Isaías 53.12
RIQUEZA LITERARIA
Romanos 8.26–28
1 Juan 2.1
FE VIVA
Sin embargo, una vez que hemos aprendido el camino a seguir en pos de nuestro
gran Pastor y aprendimos la bendición de que El satisface nuestras necesidades, nos
invita a aprender el camino de la oración que comienza a presentar las necesidades de
otros ante Su trono. Hay multitudes de ovejas perdidas o extraviadas para las cuales
nuestras oraciones «cubren la brecha». Es un hecho extraordinario que el Dios
Todopoderoso nos haya invitado a ser los instrumentos de oración por los que estas
ovejas perdidas comienzan a descubrir el corazón del Pastor y su provisión para ellas.
Debido a que el deseo de Dios es responder a las necesidades de todas las personas,
nos pide que intercedamos; que nos coloquemos entre las necesidades de otros y Su
voluntad, con el objeto de atraerlas. Por supuesto, Dios es plenamente capaz de llevar a
cabo acciones a favor de otros por su propia voluntad y poder soberanos, sin considerar
nuestro papel intercesor. Pero el hecho asombroso es que no lo ha hecho ni lo hace. En
cambio, su decisión soberana consiste en actuar sólo en respuesta a las oraciones de su
pueblo. No sólo nos invita a asociarnos a El; insiste en que así sea.
Lea los siguientes pasajes de las Escrituras para ver ejemplos de intercesión. Escriba
una definición de intercesión que se aplique a cada pasaje en particular.
1 Samuel 14.45
2 Samuel 23.11, 12
Ezequiel 22.30
1 Juan 2.1, 2
FE VIVA
Tómese el tiempo necesario para orar acerca de estas cosas antes de continuar este
estudio. Luego, busque a alguien que sea su compañero de oración y que lo ayude a
responsabilizarse para que estas cosas se desarrollen en su vida.
En todo el Antiguo Testamento la intercesión es vista como parte del plan de Dios
para su pueblo, lo cual se muestra en la vida de algunas de las personalidades más
conocidas de las Escrituras. Con estos hombres santos como modelo del papel
intercesor, sigamos aprendiendo más acerca de este aspecto poderoso del plan de Dios
con respecto a nuestro potencial de oración.
No hay mejor manera de aprender que por medio del ejemplo. Una vez que
podemos ver algo en acción, parte del misterio desaparece y la comprensión resulta más
fácil. Con esto en mente, lea los pasajes que enumeramos abajo y use las preguntas del
estudio para ayudar a orientar sus pensamientos. Cada uno de estos ejemplos ofrece una
percepción importante sobre los efectos prácticos de este tipo de oración.
¿Qué motivación indica el Señor por la cual decide contarle sus planes a Abraham?
¿Cuáles son esos planes? (vv. 17–19)
¿Cuáles son las preocupaciones de Abraham? ¿En qué medida eran consecuentes
con el carácter de Dios? (vv. 24, 25)
¿Qué aprendemos sobre la naturaleza del andar de Moisés con el Señor? (33.9–11)
¿Cuál es el primer enfoque de la intercesión de Moisés y qué dice Dios? (vv. 12–14)
¿Qué razones le da Moisés a Dios al expresar su deseo de que perdone a Israel? (vv.
15, 16a)
¿Cómo se relacionan estas razones con el carácter de Dios? ¿De qué manera se
relacionan con el honor de Dios? (vv. 16b, 17)
En Abraham y Moisés vemos unos intercesores que oraban directamente por otros
mientras estaban a salvo (es decir, no experimentaban crisis; ni estaban, como en estos
ejemplos, bajo el juicio de Dios). Aunque este caso es frecuente, habrá momentos en los
que nos veremos más involucrados directamente con las necesidades por las que
oramos, como en los siguientes ejemplos tomados de la Biblia.
Lea estos pasajes de las Escrituras y vea qué puede aprender en base a los relatos de
hombres que intercedieron por una situación en la que estaban personalmente
comprometidos.
EJEMPLO 3: David intercede por su hijo: 2 Samuel 12.13–23
¿Qué motiva a Daniel a orar? ¿De qué manera se basa su actitud en la oración en la
Palabra de Dios? (vv. 1–4)
¿Qué actos de naturaleza física hace Daniel mientras ora? (y. 3) ¿Qué clase de
corazón muestra hacia Dios? (y. 4a)
Enumere las formas en que Daniel se identifica plenamente con los pecados y las
necesidades de Israel. ¿Se separa de ellos en su oración? (vv. 5–11)
¿Qué dice acerca de la justicia de Dios? ¿Qué merece el pueblo de Israel? (vv. 12–
14) ¿Qué pide? (vv. 15–19)
1. Observe los pasajes de Isaías. ¿Ve a Jesús descrito como intercesor? Reflexione
sobre Isaías 53 y note las cosas que Jesús hizo: (a) para cumplir la profecía; (b) como
acción intercesora.
2. La noche antes de morir, Jesús hizo una gran oración de intercesión para todos los
tiempos: Juan 17. (a) Enumere las cosas claves por las que ora; (b) ¿Cuántas veces ora
por la unidad («que sean uno»)?
3. De acuerdo a Hebreos 7.25 y 8.1, ¿dónde está Jesús en este momento, qué está
haciendo y por qué? ¿Qué podríamos aprender acerca de: (a) las razones que nos
permiten sentir serenamente confiados; y (b) las acciones que sirven de modelo para
activar nuestra vida de oración?
FE VIVA
¿Qué aspectos sobre la intercesión ha visto que pueda utilizar ahora? Escriba las
maneras en que espera ponerlos en práctica.
Haga una lista de oración para sus momentos de intercesión. Incluya los nombres de
personas, naciones, iglesias, ministerios, cuestiones sociales y morales, etc. Es posible
que quiera remitirse al capítulo 3 y repasar la primera sección tocante a temas por los
cuales debemos orar.
Lección 7—La guerra
espiritual
No cayeron bombas, no se dispararon salvas ni murió nadie. Sin embargo, hubo gran
violencia. La tierra tembló, las puertas de la prisión se abrieron, los guardias fueron
sometidos y, en efecto, hubo una batalla. Pero, aunque hubo resultados físicos, esta no
fue una lucha de un hombre contra otro en un enfrentamiento corporal. Esta fue una
batalla espiritual que se inició con la oración.
A partir de eso siguió la lucha encarnizada, por lo que estos dos hombres se
propusieron continuarla por medio de la oración y la alabanza a Dios. Al poco tiempo
las cadenas que los tenían amarrados y las puertas que les cerraban el paso se abrieron
por efecto de un poderoso terremoto. Esta respuesta a la oración no fue el final de la
batalla. Esto hizo posible que se hablara del evangelio al carcelero, y su familia en pleno
recibió la salvación esa noche.
¿Qué clase de libertad recibió: (a) la esclava, (b) Pablo y Silas, y (c) el carcelero
gracias a la lucha espiritual?
¿De qué manera esta batalla le abrió las puertas a cada una de estas personas?
¿Puede suponer que el encarcelamiento de Pablo y Silas podría ser una venganza del
espíritu inmundo que habían echado, igual que la actitud vengativa de comerciantes
inescrupulosos? ¿Qué lección podemos aprender a la luz de esto?
FE VIVA
¿De qué manera lo afectan las historias bíblicas como esta? ¿Se sorprende a sí
mismo pensando que ese episodio es algo que se adapta a otra época y lugar? Piense en
esto un momento.
Con frecuencia resulta muy fácil observar los grandes milagros que Dios ha hecho
como pensar que son cosas que nunca habrán de pasar aquí y ahora. No es que
pensemos que Dios no pueda hacer estas cosas hoy, ni siquiera que creamos que no las
hará. Simplemente parece que nos cuesta imaginar que puedan suceder y que nosotros
tengamos un papel clave en la situación.
¿En qué situaciones le gustaría ver que Dios haga cosas poderosas y
transformadoras? Sea realista con el clamor de su corazón, el deseo de una visitación de
la gracia de Dios. Al menos, no titubee mientras escribe detalladamente cuál es esa
«visión» por la que ora, la que Él ha puesto en su corazón.
La guerra espiritual es la batalla continua entre los ejércitos de Dios y las fuerzas del
diablo. No es poesía ni juego; es algo real, sus estragos se producen en las almas de
seres humanos dotados de libre albedrío. Si se tratara simplemente de una cuestión de
poder, el Dios Todopoderoso podría dominar al príncipe de las tinieblas en un momento.
Pero debido a que el desequilibrio de la lucha depende de la voluntad humana—de
aceptar o rechazar el gobierno divino; de creer o rechazar la gracia divina—, la lucha
por las mentes y los cuerpos continúa. El adversario, que odia todo lo que se parezca
remotamente a la imagen de Dios, odia al hombre e intenta controlarlo.
Los siguientes pasajes de la Biblia nos enseñan a cómo ser soldados efectivos en el
ejército de Dios. Al leerlos, use las preguntas para obtener una mejor comprensión de la
naturaleza de esta guerra.
Lucas 11.2: Según las palabras de Jesús, el objetivo de nuestra lucha es el dominio
de la voluntad de uno de los poderes sobre el otro. Defina qué significa esto en base al
versículo.
Mateo 16.18–19: ¿De qué manera describe Jesús el objetivo tanto en términos
positivos como negativos? («Puertas» se refiere al antiguo asiento de los consejos
militares.)
La realidad de la lucha espiritual nos insta a aprender cuán sabio es tener una
preparación apropiada. El pasaje que se indica más adelante contiene la instrucción
clásica y completa para prepararnos para una batalla espiritual, la lucha en las «regiones
celestes»; esto es, «el reino invisible de los conflictos espirituales» que siempre nos
rodea.
Efesios 6.10–18
¿Cuáles son las órdenes a seguir cuando se acerca la batalla? (vv. 10–11)
¿Por qué debe usar la armadura de Dios, y qué promesa contiene esta orden? (y. 13)
¿Cuál debe ser su posición permanente en la batalla? ¿De qué manera podría
lograrse? Use sus propias palabras. (y. 14a)
¿En qué sentido depende la armadura de que viva sujeto a lo que Dios provee, más
que de sus propios esfuerzos? (y. 14b)
DE UN VISTAZO
RIQUEZA LITERARIA
FE VIVA
¿Qué ha aprendido acerca de esta armadura que lo ayudará a usarla con mayor
eficacia?
2 «Riqueza literaria: 11.22 fe», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1267.
3 «Riqueza literaria: 1.79 paz», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL, p.
1285.
¿Qué partes de la armadura de Dios son con las que se siente más seguro al usarlas?
¿Con cuáles se siente menos seguro? ¿Por qué cree que sucede esto?
ÚNASE A LA LUCHA
¿Cuántas veces hemos visto esas viejas películas de guerra en las que un joven
soldado, que acaba de terminar su preparación, anhela entusiasmado el momento en que
podrá entrar en combate? A ningún verdadero soldado jamás le gusta esperar, porque
eso pone el momento de la decisión estratégica en manos del enemigo. Iniciar la
ofensiva proporciona ciertos elementos de control.
Con esta seguridad—de que Dios es «por nosotros», que está de nuestro lado (Ro
8.31)—, estamos listos para anticipar la batalla; pero, ¿cómo comenzamos? La guerra se
desarrolla en forma continua a nuestro alrededor; ¿de qué manera nos unimos a ella?
Estudie los pasajes de las Escrituras dados a continuación para encontrar la respuesta.
¿De qué manera debemos buscar el Reino de Dios según nos muestra Jesús en
Lucas 11.2?
¿Cuál es el incienso que anuncia el establecimiento del Reino de Dios con poder? (
Ap 5.8; 8.3–4)
Después de leer estos pasajes, ¿cuál diría que es el primer paso para unirnos a la
batalla? (Recuerde 1 Ti 2.1–8.)
FE VIVA
¿Es algo nuevo para usted considerarse como un soldado? ¿Cómo lo hace sentirse?
¿Descubre que es un soldado entusiasta o renuente? ¿Qué haría para lograr mayor
confianza y una actitud más positiva al emprender la lucha?
¿Piensa que hay algunas áreas en su vida que no se verán involucradas en esta
lucha? ¿Por qué?
¿Hay interrogantes que esta lección le haya traído a la mente? Anótelos para que
pueda volver a ellos a medida que encuentre las respuestas más adelante en este estudio.
Para concluir: Transcriba estos versículos para confiar firmemente en que iSi
ingresa al servicio del Señor, vencerá!
Romanos 8.37–39
2 Corintios 2.14
1 Juan 4.4
Lección 8—La guerra invisible
Ataque sorpresa: la habilidad de atacar la posición del enemigo cuando no está
preparado para hacerle frente o cuando no ha notado su presencia. Ya hace mucho
tiempo que esta estrategia resulta efectiva en la guerra—fue lo que llevó a los Estados
Unidos a entrar en la Segunda Guerra Mundial—y, para bien o para mal, se considera
siempre una ventaja en la lucha.
Muchos creen que esta guerra es tan silenciosa como son invisibles sus armas, pero
en realidad hay explosiones diarias que sacuden a nuestro mundo: ¡El SIDA! ¡El cáncer!
¡Los divorcios! ¡La violencia! Y así las bombas hacen blanco, destruyendo personas,
familias y sociedades en un holocausto interminable.
Esto puede empezar a parecer demasiado trágico, pero recuerde que tenemos esta
esperanza: ¡Disponemos de armas capaces de repeler esta invasión! La artillería
espiritual que poseemos puede liberar más poder que cualquier arma jamás concebida
por el hombre. Y sin embargo, aun cuando Dios nos ha equipado con grandes recursos
para la batalla, debemos tener presente que no triunfaremos si constituimos un ejército
dividido. Debemos unificar la resistencia con el fin de ganar la batalla.
Esta lección está preparada para ayudarle a responder preguntas acerca del enemigo,
y para entender mejor nuestro campo de batalla, es decir, el mundo espiritual. En
términos militares: esta es una «misión del servicio de inteligencia». En la guerra,
siempre es una ventaja estratégica conocer al enemigo—tanto sus puntos fuertes como
los débiles—y estar familiarizado con el terreno donde se llevarán a cabo las batallas.
2 Reyes 6.15–17
Daniel 10.1–21
Lucas 11.14–26
1 Juan 4.1–16
ENTRE BASTIDORES
La atmósfera del mundo físico y la del espiritual pueden impactarse entre sí. De no
ser así, Dios no se ocuparía de los actos físicos de los humanos como lo hace; y los
demonios no podrían causar males físicos, como lo muestran las Escrituras (Mc 9.17–
27). Pero, aunque el efecto del pecado presente en nuestra raza le ha introducido las
dolencias y enfermedades corporales, mentales y espirituales, no podemos vincularlas
directamente a un pecado o cautiverio (Ro 5.12).
Algunos asumen erróneamente que las enfermedades mentales, o que determinadas
condiciones mentales, deben atribuirse siempre a ataques demoníacos. Sin embargo, no
deberíamos nunca dar por sentado que una situación física o mental es el resultado
directo de un pecado de esa persona o de un acto de opresión espiritual que la misma
sufre. Nuestro deber, cuando procuramos ministrar bien la vida de Jesús a los que
sufren, es la de prestar atención con sensibilidad a la orientación del Espíritu Santo.
Los malos espíritus sólo tienen acceso a la personalidad humana (es decir, el control
demoníaco) mediante un elemento de consentimiento pecaminoso, si no de elección
deliberada o de una sucesión de elecciones, por individuos que darán cuentas de sus
acciones. La idea de que esos espíritus pueden controlar u oprimir a la gente a su antojo
no es compatible con las Escrituras, pues significa desconocer la responsabilidad por
sus pecados. La esclavitud demoníaca occurre cuando la gente deciden someterse
activamente a la voluntad del demonio que los tienta o lleva a pecar. No es, por lo
general, el resultado de un hecho aislado de fracaso en el andar del cristiano, sino el
fruto inmundo del andar en el pecado -yendo tras él en la carne—durante un tiempo.
Es lamentable, pero hay muchos en nuestro mundo que están oprimidos por la
esclavitud demoníaca. Jesús nos envía a ministrarles su amor y poder. Debemos confiar
al emprender esta misión, porque no hay poder maléfico que supere al poder de Dios.
Cristo tiene plena autoridad sobre los propósitos malvados de Satanás, sobre las
enfermedades físicas provocadas por fuerzas demoníacas y sobre las mentes
trastornadas por el infierno. Cristo quiere usarnos para ofrecer auxilio a quienes se
encuentran en esas situaciones extremas.1
INFORMACIÓN ADICIONAL
En Lucas 11.24 Jesús explica que un espíritu que ha sido exorcizado busca lugares
«secos» donde descansar. A la luz de estas palabras, Él suministra agua que hace que
manen ríos de agua viva «para vida eterna» (Jn 4.13–14). Esos «lugares secos» los
podemos definir como «zonas que no han sido alcanzadas por el agua de vida».
la sangre de
Jesús
el diablo,
Satanás
Esta lista podría dar lugar a descubrimientos que lo lleven a agregar más palabras.
Inclúyalas al avanzar en su estudio.
FE VIVA
Aunque las Escrituras enseñan con claridad que estamos totalmente rodeados por
un mundo invisible de acción espiritual, hay quienes se dejan convencer por la noción
de que las alusiones bíblicas al mundo espiritual son sólo de la imaginación.
No obstante, esta perspectiva exige la creencia de que Jesús permitiría que la gente
siguiera creyendo en cosas que no eran reales, o que simplemente permitió que
siguieran sosteniendo supersticiones falsas, lo cual no es consecuente con su carácter ni
con sus enseñanzas.
¿Por qué cree que algunas personas optarían por negar el mundo espiritual a pesar
de que las Escrituras son tan claras al respecto?
A veces nos sentimos intimidados por personas que no creen en el mundo espiritual
y no nos atrevemos a expresar con sinceridad nuestro punto de vista por temor a que
nos ridiculicen por «creer en cuentos de hadas». ¿Cómo podemos responder a sus
cuestionamientos con sensibilidad y sinceridad a la vez?
Es necesario plantearse las mismas preguntas cuando uno está preparándose para
operar en el mundo espiritual. En los versículos que siguen hay mucho que aprender
acerca del mundo invisible. Algunas características son iguales a las de nuestro mundo
físico, otras son muy diferentes.
¿Cuáles son los cuatro niveles de autoridad demoníaca que se enumeran en Efesios
6.12?
Compare esto con Apocalipsis 12.7, donde se nos dice que Miguel tiene ángeles a su
cargo. ¿Qué nos dice esto acerca de una jerarquía en el mundo espiritual?
Lea Mateo 12.25–30. ¿Por qué es tan importante que los creyentes se mantengan
unidos para la guerra?
Lea Lucas 10.17–24. ¿Qué descubrieron los discípulos, después de llevar a cabo la
misión asignada?
Considere Lucas 10.21. Observe cómo Jesús aprueba y a la vez advierte respecto a
esta esfera de ministerio sobrenatural. ¿Qué podríamos aprender a fin de equilibrar tanto
una acción firme y al mismo tiempo humilde, sensible y sabia?
FE VIVA
Quizás no sea fácil intentar relacionarse con algo invisible. A muchas personas les
resulta difícil entender u ocuparse de la realidad del mundo invisible.
LA INCESANTE LUCHA
Quizás nos sorprenda saber que durante la Primera Guerra Mundial se hizo una
pausa en la lucha para la celebración de la Navidad. Se ha registrado que en algunos
lugares hubo tropas de fuerzas opositoras que disfrutaron juntos la gozosa ocasión, pero
trágicamente retornaron a sus posiciones de combate al día siguiente para disparar
contra las mismas personas con las que habían reído y cantado la noche anterior.
Podríamos pensar que también hay pausas en el conflicto espiritual, pero lo cierto es
que el adversario es implacable. ¿Qué dice al respecto 1 Pedro 5.6–9?
Salmo 35.1–3
Filipenses 1.27–30
1 Timoteo 6.6–12
2 Timoteo 2.3–5
RIQUEZA LITERARIA
Firmes, stereos. Sólido, estable, firme, fuerte, seguro. Esta palabra nos enseña
que nuestra posición consiste no sólo en estar firmes e inmóviles sino en ser completos,
en relación a todas las áreas de nuestra vida.
FE VIVA
¿Cree que el conocimiento de estas cosas podría haber modificado alguna reacción
importante o algún curso de acción que haya adoptado antes? ¿Cómo? ¿De qué manera
imagina que estos descubrimientos van a influir en su vida en el futuro?
¿Qué conductas espirituales serán necesarias y qué decisiones tendrá que tomar
para aplicar estas nuevas percepciones?
Lección 9—Introdúzcase en la
batalla
A inicios de la Guerra Civil norteamericana la actitud general entre los del norte era
cualquier cosa menos realista. Se sabe de muy buena tinta que hubo multitudes de
civiles que siguieron a las tropas a la primera gran batalla, llevando cestas para el
almuerzo, preparados para una excursión, de la misma manera en que nosotros lo
haríamos para ver un partido de fútbol o de béisbol. Esperaban disfrutar de un buen
espectáculo antes de recoger sus cestas y regresar a casa.El concepto de una verdadera
guerra no entraba en sus mentes, y pocos tenían alguna idea del dolor y el sufrimiento
que sobrevendrían en los años siguientes. Aún no había comenzado la cruda realidad de
vidas truncadas y soldados inválidos; la noción errónea de la mayoría era que los
sureños empacarían sus cosas y se volverían a casa apenas se oyeran los primeros
disparos.
Hacía calor el día en que los soldados del norte marcharon hacia el primer
enfrentamiento y muchos empezaron a dejar su equipo a un lado porque les resultaba
molesto cargarlo con tanto calor. Hubo soldados que llegaron a la línea de batalla sin
pertrechos y otras cosas necesarias para la lucha. Muchos caminaban a su ritmo en lugar
de mantenerse unidos a sus compañías.
Durante ese primer enfrentamiento, las tropas del norte sufrieron una derrota
aplastante porque no se habían preparado para una verdadera batalla. Se le prestó muy
poca atención a la verdadera preparación o disciplina militar, y la estrategia se limitó
simplemente a «presentarse y ganar la batalla».
Observe en los versículos 4–6, cuando dirige sus plegarias al Señor, los
fundamentos a que alude el salmista para pedir la derrota de los enemigos que debe
enfrentar.
Analice los versículos 7–12. Teniendo en cuenta que esta canción es una plegaria
dirigida al Señor en ocasión de tener que enfrentar al enemigo, observe las siguientes
formas:
Ahora, practique estas ideas en una situación que conozca en el contexto actual de
nuestra sociedad.
RIQUEZA LITERARIA
Guíame, ˓arak. Disponer, poner en orden (en una gran variedad de aplicaciones).
Colocar o ubicar (a uno mismo o a la tropa) en orden de batalla; ordenar, comparar,
dirigir, evaluar, estimar, calcular, acompañar (en la guerra), suplir, manejar, reunir (en la
lucha), constituir, preparar. La gama de traducciones posibles de esta palabra resulta
particularmente significativa en el contexto de esta lección, ya que indica los muchos
aspectos que requieren preparación para la guerra espiritual.
La palabra hebrea ˓arak, «dirigir», se usa en los siguientes pasajes en relación con
la lucha. En cada caso indicamos el término que se ha usado para traducir de el hebreo
˓arak.Tomando en cuenta el contexto del Antiguo Testamento, donde las batallas se
libraban entre el pueblo de Dios y sus enemigos, podemos deducir principios
orientadores. Tome nota de las verdades que vaya descubriendo a medida que observe
esta palabra en otros contextos. Relacione dichas verdades con lo que sus oraciones
tienen que lograr en la esfera espiritual cada día. (La frase después de cada cita es la
manera en que se ha traducido en cada caso la palabra ˓arak.)
FE VIVA
A la luz del análisis que acabamos de hacer de los términos, disponga su corazón
pata reflexionar sobre los siguientes asuntos con una actitud receptiva.
4. ¿Tiene un plan o una estrategia para su tiempo de oración o comienza ese período
espontáneamente, sin mayor reflexión previa?
1 «Riqueza literaria: 9.8 Atalaya», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1065.
5. ¿Cómo se prepararía para un tiempo determinado de oración intercesora, con un
enfoque concreto?
La Biblia registra muchos relatos acerca de personas que lucharon para defender el
honor de Dios, tanto en el terreno físico como en el espiritual. Al leer los siguientes
pasajes, sintetice las palabras y las acciones de las personas involucradas, luego sus
plegarias y por último los resultados de su lucha. En cada uno de los episodios, anote lo
que pueda observar acerca de la actitud del corazón de esa persona hacia Dios y su
relación con Él. Al final, escriba lo que ha aprendido en cuanto a las batallas de oración
y su propósito, considerando lo que pueda aplicar a su propia vida.
(b) Oración
(c) Resultados
(d) El «corazón» para Dios
2 Reyes 19.8–20
(b) Oración
(c) Resultados
INFORMACIÓN ADICIONAL
Hebreos 10.19–25
1 Juan 3.18–23
FE VIVA
¿Ha pensado alguna vez en la oración como una manera de «combatir» para realzar
o defender el honor de Dios? ¿Qué piensa y siente al respecto?
¿Anhela ver que Dios recibe la gloria por las cosas que usted hace? Dedique un
tiempo para confesar al Señor todo lo que Él traiga ahora mismo a su mente, respecto a
ocasiones en las que ha tratado de reservar la gloria para usted en lugar de darle crédito
a Él.
Describa lo que puede hacer para crecer o convertirse en una persona cuyo corazón
esté consagrado a dar la gloria a Dios en cada situación de la vida. Pida al Espíritu
Santo que le muestre formas nuevas de darle gloria al Padre.
Enumere algunas de las maneras concretas en que siente que el Señor lo está
llamando a ser más disciplinado.
Ore pidiendo al Espíritu Santo que afiance esas áreas disciplinadas en su vida. El
resultado debiera ser un estilo de vida más gozoso, liberador y victorioso.
VENCEDORES EN SU NOMBRE
Jesús lo ha llamado para que actúe en su nombre. Esto significa que el poder y la
autoridad de Jesucristo están a su disposición. No hay nada que pueda derrotarlo cuando
usted se desenvuelve en el poder de Jesús. Esta gran bendición y asombrosa
responsabilidad que Cristo nos ha conferido se fundamenta en el hecho de que ser
enviados «en su nombre» significa haber sido delegados:(a) como sus representantes
plenamente autorizados, (b) plenamente investidos de autoridad y poder para actuar.
Esta es una bendición poderosa. Tenemos todo el poder que pudiéramos llegar a
necesitar para vivir una vida cristiana victoriosa y para salir triunfantes en la lucha. No
hay nada que pueda detenernos definitivamente, no hay poder que pueda derrotarnos
cuando usamos el nombre de Jesús con autoridad. Esto no significa que algunas batallas
no van a ser largas, arduas y sacrificadas. ¡Pero vamos a triunfar! Entonces, se
preguntará: ¿por qué hay creyentes que sus vidas no manifiestan este poder? ¿Y qué
falta cuando la gente invoca el nombre de Jesús y no recibe ninguna respuesta?
Recuerde las palabras de Jesús cuando dijo: «No todo el que me dice: Señor, Señor,
entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los
cielos» (Mt 7.21). La cuestión está en quiénes realmente reconocen el señorío de Jesús
en su vida. Estos son los que viven en sumisión a El y pueden aplicar su nombre con
autoridad y poder.
¿Cuáles son las formas en que la voluntad propia puede obstaculizar el poder en la
oración?
Incluimos aquí algunas referencias bíblicas que le ayudarán a entender el poder del
nombre de Jesús. En su nombre nos es conferida toda la autoridad que le ha sido dada a
El. A partir de estos pasajes, a medida que vaya descubriendo lo que expresa Jesús
respecto a la autoridad, o lo que han dicho otros escritores bíblicos, haga una síntesis del
fundamento sobre el cual se apoya la autoridad que se le ha delegado.
Mateo 28.18
Lucas 9.1
1 Corintios 15.27–28
1 Pedro 3.22
FE VIVA
¿Qué significa para usted, en lo personal, que Jesús le haya dado derecho a usar su
nombre? Escriba aquí una carta con su respuesta a Jesús. Exprese sus sentimientos por
el hecho de habérsele confiado este privilegio.
¿Qué ha aprendido en esta lección que puede ayudarle en las situaciones en las que
ya está involucrado? ¿Cómo cree que lo va a ayudar? ¿Cómo va a poner en práctica
estas cosas?
¿En qué aspectos de la disciplina preparatoria para la guerra espiritual necesita que
el Señor lo ayude a crecer? Escríbalas como un recordatorio de oración y expóngalas
cada día ante el Señor como preparación para la batalla.
Pablo menciona esta manera de pensar en 1 Corintios 13.11. Explica que hubo un
tiempo en que pensábamos como niños, pero que debemos desarrollar otro esquema de
pensamiento mientras vamos avanzando hacia la madurez. A medida que maduramos,
empezamos a entender la manera de pensar de Dios comparada con la nuestra. A causa
de nuestra limitación, frente a la sabiduría de Dios, nuestra mente siempre será como la
de un niño, aun cuando avancemos hacia la madurez. De manera que no debiera
sorprendernos si algunas de las cosas que Dios nos pide hacer no son «compatibles» con
nuestra manera de pensar.
¿Qué dice Jesús en Marcos 2.18–20 acerca del ayuno de sus discípulos? ¿Cuándo
dice que ayunarán?
¿Con qué palabras inicia Jesús su discurso sobre el ayuno en Mateo 6.16–18? ¿Qué
da esto por sentado con respecto a sus discípulos?
Lea el episodio en Marcos 9.14–19. ¿Qué podemos aprender, a partir de las palabras
finales de Jesús, acerca del poder que tiene el ayuno en determinadas situaciones?
PARA UNA MEDITACIÓN EXHAUSTIVA
Algunas traducciones omiten las palabras «y ayuno» en Marcos 9.29 y Mateo 17.21,
si bien hay mucha evidencia a favor y en contra, a partir de los manuscritos disponibles,
tanto para incluirlas como para considerarlas como un agregado posterior. ¿Qué razones
cree que habrán motivado a los entendidos que eligieron la opción de omitir la mención
del ayuno, cuando la inclusión es igualmente correcta desde cualquier punto de vista
académico?
RIQUEZA LITERARIA
Ayuno, tsom. Un día de ayuno; un tiempo separado para meditar y orar sin
provisión alguna que satisfaga las necesidades normales de alimentación. Este
sustantivo viene del verbo tsum, que significa «ayunar». En el Antiguo Testamento el
verbo aparece veintidós veces y el sustantivo veintiséis. El ayuno es la renuncia
voluntaria a ingerir alimentos. El verbo «ayunar» se asocia a veces con palabras como
«llorar», «lamentar» o andar «vestido de cilicio», todas expresan intensidad. El ayunar
es una acción contraria al primer acto pecaminoso de la humanidad, es decir, el acto de
comer del fruto prohibido. Ayunar es negarse a comer lo que es permitido.1
FE VIVA
¿Qué es lo más difícil para usted cuando ayuna? ¿Cómo hace, cómo hizo o cómo
podría hacer para superar esto?
1 «Riqueza literaria: 3.5 ayuno», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1105.
¿Cuál cree que fue el motivo por el que Jesús dijo que sus discípulos ayunarían en
épocas como la nuestra?
Está claro, en base a las afirmaciones de Jesús, que sus discípulos deben ayunar
ahora que Él no está presente en la tierra, en la forma física de su encarnación. También
es obvio que el ayuno no puede ocupar el ciento por ciento del tiempo del creyente. ¡El
Creador jamás descuidaría nuestras necesidades corporales! Por consiguiente, a fin de
tener una perspectiva equilibrada acerca del ayuno, revise los siguientes textos bíblicos
y observe cómo los discípulos de Jesús lo practicaron y enseñaron en la iglesia
primitiva.
Use estas preguntas como guía a medida que lee los pasajes: ¿Cuál era la norma
cotidiana al participar de las comidas en la iglesia primitiva? ¿Cómo se consideraba la
práctica del ayuno? ¿Qué se enseñaba sobre el ayuno? ¿De qué manera permite esto una
perspectiva equilibrada acerca del ayuno?
Hechos 2.42–46
Hechos 6.1–7
Hechos 14.23
Hechos 27.21–26
Aunque a los judíos sólo se les exigía un día anual de ayuno, el Día de Expiación (
Lv 16.29), los fariseos habían adoptado la costumbre de ayunar dos veces por semana,
lunes y jueves. Estos eran los días de mercado en Jerusalén, y en esas ocasiones los que
mostraban el rostro macilento del ayuno se destacaban más.
Es esa actitud de «mostrar a los hombres que ayunan» lo que Jesús condena en
Mateo 6.16–18. Los discípulos de Jesús, por el contrario, fueron llamados a ayunar sin
el fingimiento de los fariseos.
La mayoría de los creyentes del Nuevo Testamento reconocerán que el ayuno tiene
un lugar en la iglesia contemporánea, pero pocos son los que lo entienden. Lo mismo
que con la «guerra espiritual», que muchos la descuidan por carecer de instrucción al
respecto, también el ayuno—arma poderosa en caso de guerra—se pasa por alto. Con
todo, a pesar de que se cree en el ayuno y se le acepta como una disciplina potencial
periódica, cuando se les pregunta a algunos cuándo ayunan, una respuesta muy común
es: «Cuando el Espíritu Santo me indica que lo haga». Esta respuesta no carece de valor,
pero quizás habría que llegar más allá: forjar un esquema de ayuno. Es decir,
¿podríamos acaso considerar el ayuno como una práctica más regular con un esquema
planificado? En primer lugar, porque Jesús nos ha dicho que debemos ayunar; y
segundo, porque esperar una indicación directa de parte de Dios para ayunar, no
concuerda con los ejemplos bíblicos. Quizás sea oportuno señalar que el Espíritu Santo
puede dar esa indicación si desea que una persona realice un ayuno especial con un
propósito concreto. Pero, ¿podríamos coincidir en que esas no debieran ser las únicas
ocasiones en que un creyente practica el ayuno?
Con el auxilio de los versículos que siguen, vea qué puede descubrir acerca de por
qué y cuándo ayunaban los creyentes en los tiempos bíblicos. En cada uno de los
ejemplos procure identificar: 1) el propósito del ayuno; 2) la decisión respecto al ayuno
(quiénes decidieron ayunar y cómo tomaron la decisión); y 3) el resultado del ayuno.
2 Samuel 12.15–24
Propósito
Decisión
Resultado
2 Crónicas 20.1–24
Propósito
Decisión
Resultado
Esdras 8.21–23,31
Propósito
Decisión
Resultado
Nehemías 9.1–3: 10.28–29
Propósito
Decisión
Resultado
Daniel 6.6–28
Propósito
Decisión
Resultado
Jonás 3.4–10
Propósito
Decisión
Resultado
Lucas 2.36–38
Propósito
Decisión
Resultado
FE VIVA
¿Cómo se siente respecto al ayuno después de haber leído estos pasajes? ¿Ha visto
algo hasta aquí que le da mayores deseos de ayunar?
¿Hay situaciones que requieren del ayuno, en tanto otras no? ¿Por qué cree que esto
es así? ¿En qué situaciones cree que todo creyente debiera recurrir al ayuno?
El ayuno parece ser una de las disciplinas menos entendidas entre los cristianos.
Dios ha hablado bastante respecto al ayuno en su Palabra, pero pocos creyentes se
proponen escudriñar las Escrituras para aprender acerca de este poderoso aspecto de
nuestra vida espiritual.
En los siguientes pasajes podrá aprender más acerca del ayuno y del papel que
cumple en nuestro peregrinaje espiritual. A medida que lea los versículos, escriba lo que
va aprendiendo sobre el ayuno.
Anote aquí lo que se dice acerca del momento, el propósito y el poder del ayuno
desde la perspectiva de Dios:
Los cinco primeros versículos de Isaías 58 constituían un ataque directo a los que
seguían tradiciones muertas, que practicaban los ayunos como un rito y se limitaban a
las formas sin poner en ello su corazón. ¿Qué lecciones podríamos enumerar en base a
ese pasaje?
¿En qué forma coinciden las palabras de Jesús sobre el ayuno en Mateo 6.16–18 con
lo que usted acaba de leer?
Observe en los siguientes pasajes los diferentes métodos y períodos del ayuno.
Anote la duración del mismo, qué se consumía y cuáles eran sus acciones físicas.
Jueces 20.26
1 Crónicas 10.11, 12
Ester 4.15–17
Daniel 10.2, 3
Mateo 4.1, 2
EL AYUNO: LA LLAVE MAESTRA
Si bien no hay ninguna regla fija para encontrar la solución a todos los problemas,
excepto la de hacer la voluntad de Dios, sin duda hay beneficios concretos en la práctica
del ayuno. Cuando el pueblo de Dios se consagra al ayuno y la oración se libera poder y
se abren brechas. Muchas personas han llegado a amar la práctica del ayuno, no por la
disciplina física, sino por los resultados que comprueban en el reino espiritual cuando
ayunan.
En los versículos que siguen hay referencias al ayuno y a los resultados que obtenía
el pueblo de Dios cuando ayunaba. Léalos y responda las preguntas a fin de aprender
más acerca de este poderoso instrumento para la guerra espiritual.
Ester 9.1, 2 registra los resultados del ayuno de los judíos. ¿De qué manera contrasta
esto con el decreto originalmente emitido en contra de los judíos en Ester 3.13?
Marcos 9.17–29: ¿Qué declara aquí Jesús respecto al excepcional poder del ayuno?
FE VIVA
Ahora que ha completado esta lección sobre el ayuno, utilice esta sección como
ayuda para reflexionar sobre las cosas que ha aprendido.
¿Qué se destaca como el aspecto más notable en cuanto al ayuno? ¿Puede ver el
cumplimiento de esa realidad en su propia vida? ¿Cómo?
¿Qué cambios o qué verdades van a influir en su manera de ayunar como resultado
de esta lección?
¿Por qué cree que Jesús estimuló la fe con tanto vigor en una situación que requería
ayuno y oración? ¿Sería porque la fe que se necesitaba en ese caso se desarrollaba por
medio del ayuno?
Al concluir, dedique unos minutos a orar por las respuestas que acaba de dar. Pídale
al Señor que le dé la fortaleza necesaria para que su vida crezca en esta disciplina de la
guerra.
Nunca había reflexionado mucho acerca de este gesto; lo daba por sentado, como
hacemos todos, hasta que mi pequeño hijo tuvo su primer bate. Poco después vi cómo,
mientras jugaban en la calle, otro niño lo golpeaba fuertemente contra el asfalto, casi
hasta destrozarle el extremo. Eso me preocupó: ¡Después de todo, el bate había costado
quince dólares! Movido por la curiosidad, le pregunté al niño por qué lo golpeaba contra
el pavimento. La respuesta del pequeño fue simple: «¡Eso es lo que hacen los jugadores
de primera división antes de batear!» A él le parecía obvio: ¡Si el bateador quiere
asegurarse de pegarle a la pelota, es necesario golpear el plato!
Aunque pudo haber alguna razón allá en los comienzos de este deporte para iniciar
este rito universal, está claro que no tiene relación alguna con el hecho de pegar a la
pelota. Cuando uno se detiene a pensar, se pregunta: «¿Cuántas cosas haremos
mecánicamente los cristianos, que en realidad no son importantes?» ¿Cuáles son las
acciones esenciales? ¿Cuáles son meras supersticiones? ¿Habrá prácticas que a algunas
personas les parezcan supersticiosas o ingenuas, pero que en realidad son importantes?
La respuesta es: «Sí». Y más aun, si nunca se le ha enseñado, o no se ha tomado el
tiempo para aprender, uno puede llegar a pensar que no son sino ritos que nada tienen
que ver con el trabajo específico que el Señor nos ha encomendado. Otros pueden
sentirse incómodos con las demostraciones de la guerra espiritual y niegan aceptar las
acciones físicas que arremeten contra las barreras de su orgullo o timidez y chocan con
sus conceptos de lo normal.
Dios nos ha mostrado en su Palabra las acciones que acompañan a la guerra
espiritual. Estos gestos pueden caber de manera cómoda o, por el contrario, estar
totalmente fuera de los límites de nuestros gustos personales. Lo cierto es que están
firmemente establecidos en el plan que Dios tiene para nosotros. Si fuera necesario
forzar las fronteras, siempre será con el propósito de que nuestros límites se expandan y
podamos crecer y alcanzar todo lo que Dios tiene para nosotros. Recuerde que estamos
hablando de una guerra verdadera y no de alguna competencia simbólica. Los campos
de batalla rara vez son sitios «cómodos», pero son ámbitos de victoria y, por cierto,
¡jamás carecen de acción!
Éxodo 17.8–16: ¿Cuáles fueron las acciones que realizaron Moisés, Aarón y Hur
durante la batalla?
¿Por qué fue vital la intervención de Aarón y Hur para obtener la victoria?
Jueces 6.24–40; 7.16–25: ¿Qué dos cosas hace Gedeón como expresión de su
compromiso de seguir a Dios? (6.24–27)
A la luz de la difícil época que le tocó vivir a Gedeón, ¿qué nos dice de su fe el
nombre que da al altar que construyó?
Describa los resultados de las acciones llevadas a cabo por los soldados.
FE VIVA
Cuando Moisés estaba observando a los hijos de Israel en la batalla, en Éxodo 17,
se había ubicado por encima del campo de lucha, en la cumbre de una montaña, desde
donde podía ver al ejército. Explique por qué es importante reconocer que su lugar en
Cristo, está por encima de las luchas de este mundo (Ef 2.1–6).
¿Por qué cree que podría ser importante para un intercesor tener la posición
ventajosa de una perspectiva global, como la tenía Moisés? ¿Por qué cree que sería
importante para la gente que participaba de la lucha poder ver a su intercesor, como en
el caso de Moisés?
INFORMACIÓN ADICIONAL
Ya sea como agradecimiento por lo que Dios ha hecho, o anticipando lo que habrá
de hacer, dé ahora mismo un paso de fe. Escriba una hoja y haga un sencillo pergamino.
Anote un aspecto de su vida en el que desee que Dios le ayude. Permita que este
recordatorio concreto sea otro punto de «conexión» entre lo que cree y es todavía
invisible, pero puede Ser anticipado por fe.
Quizás sorprenda el hecho de que uno de los recursos más perdurables de la acción
militar no está orientado hacia el enemigo sino más bien hacia los mismos compañeros.
La trompeta se ha usado como instrumento en la batalla desde los tiempos antiguos, y
todavía se usa como un símbolo en nuestra época, aun cuando las comunicaciones
modernas la han reemplazado en el terreno de combate.
RIQUEZA LITERARIA
Voz, qol. Llamar a viva voz, exclamar, sea una palabra o un sonido. Proclamar,
declarar o tronar. El uso de qol en Isaías 58.1 es un claro llamado a proclamar a viva
voz la Palabra del Señor. Se trata de una acción física que nos exige un alto volumen de
voz.
Sin perder de vista estas descripciones, lea los pasajes que siguen, anote el tipo de
situación que se ilustra y el resultado del uso de la trompeta en cada caso. A medida que
estudie, escriba cualquier hallazgo especial que le parezca pueda poner en práctica en su
vida espiritual actual.
Números 10.1–10
Jueces 7.16–25
1 Samuel 13.3
1 Crónicas 15.25
2 Crónicas 20.27–30
Ezequiel 3.10, 11
FE VIVA
¿Está listo para hacer sonar la trompeta de esta manera? Indague en su corazón,
mientras responde a las siguientes preguntas. Permita que esta autoevaluación le ayude
a crecer en su papel como intercesor.
Describa qué entiende cuando las Escrituras dicen «Alza tu voz como trompeta» (Is
58.1).
¿De qué manera este estudio acerca del uso de la trompeta en la guerra le ayuda a
percibir cómo utilizar mejor su propia voz en la batalla de la oración?
¿Qué se propone hacer en el futuro para orar con más valentía y confianza?
Puesto que Dios nos ha creado como individuos únicos, cada uno nos
desenvolvemos de manera diferente. Algunas personas son por naturaleza más
expresivas y hablan más que otras, pero aun así el Señor nos llama a todos a elevar
nuestras voces ante Él en determinadas ocasiones. En otras oportunidades, nos indicará
que guardemos silencio en su presencia. La clave está, por lo tanto, en ser sensibles a la
dirección del Señor y a mantener el equilibrio adecuado.
Deténgase ahora por un momento para orar, para pedirle al Señor que lo llene
nuevamente de su Espíritu; hágalo con espontaneidad, con valentía, con palabras
directas. Eleve su alabanza acogiendo el poder que Él le otorga para andar en una vida
vibrante, equilibrada y victoriosa.
LAS ARMAS QUE TENDRÁ QUE USAR
Las Escrituras nos muestran muchos elementos físicos para usar en nuestras
campañas espirituales. Lea los siguientes textos y haga una lista de algunas de esas
demostraciones, describiendo el uso principal de cada una de las «armas» en relación a
la guerra espiritual.
Josué 6.2–5 (Al comparar este pasaje con Romanos 4.12 y Génesis 13.14–18, y
especialmente el y. 17, ¿a qué conclusión es posible llegar respecto a la acción espiritual
adecuada a nuestros días?)
Josué 10.12, 13
LA GUERRA DE LA ADORACIÓN
Trabaje con los siguientes pasajes de la misma manera que hizo en la sección
anterior enumerando y describiendo las estrategias y las armas de la guerra espiritual.
Salmo 47.1–3
Salmo 100.1–5
Salmo 150.4
FE VIVA
Revise las notas que hizo de esta lección. ¡Hay tanto para aprender acerca de la
guerra espiritual y de las armas que debemos operar cuando participamos en el
combate! Ninguna lección en particular, ni siquiera una serie de ellas, podrá enseñarle
todo al respecto. Pero puede tener la confianza de que el Señor sabe lo que usted
necesita para estar preparado en cada situación que enfrente.
Lección 12—Ministros
angelicales
Cuando era niño, lo que menos me gustaba al ir a visitar a mis abuelos era que mi
hermano y yo dormíamos en el sótano. Aunque era grande, con piso, y hacía mucho
tiempo que lo habían acondicionado para usarlo como una parte más de la casa, aun así
daba la sensación de ser un mundo infinitamente separado de las habitaciones del piso
superior donde se alojaba el resto de la familia. Como era el menor de los varones,
siempre me tocaba acostarme antes que los demás, recuerdo que una noche en particular
sentí mucho miedo.
Mi abuela había bajado a arroparme bien, sabía que pronto volvería a subir y que me
dejaría solo para que me durmiera. Temía estar solo. Aunque nadie lo sabía, ni yo lo
decía, me sentía aislado en este remoto rincón del mundo, donde la oscuridad y los
ruidos de una casa antigua constituían mi única compañía hasta que conciliara el sueño.
Ni siquiera la lamparilla que quedaba encendida era suficiente para hacerme sentir
seguro.
Así fue hasta aquella noche especial, en la que mi abuela me relató un testimonio
acerca de la forma en que se envían los ángeles de Dios para protegernos. Me contó de
una ocasión en que a un miembro de nuestra familia le habían sido abiertos los ojos
espirituales para que pudiera ver a un ángel vigilando su hogar. Conocía la promesa del
Salmo 91.9–12, pero me conmovió mucho ese testimonio. Todavía recuerdo el relato y
cómo sirvió para apaciguar mis temores durante muchas noches siguientes. A pesar de
estar solo, me sentía seguro hasta que me dormía, porque sabía que los ángeles de Dios
en realidad estaban allí, como dice la promesa, para protegerme.
A través de los años he escuchado muchos relatos de creyentes que han visto o
percibido la presencia de ángeles brindándoles auxilio, aliento y protegiéndolos en
tiempos difíciles, como así también en la vida cotidiana normal. Estas narraciones
parecen despertar interés entre los cristianos en la actualidad porque a muchos les
recuerdan que los ángeles son tan reales y están tan activos ahora como en los tiempos
antiguos. Con frecuencia nos impactan más los relatos de acontecimientos personales y
actuales que los de aquellos sucesos que han ocurrido largo tiempo atrás y de los que no
tenemos experiencia personal alguna.
Al iniciar este estudio sobre los ángeles, tenga presente que las cosas que va a leer
en la Biblia son tan ciertas hoy como lo eran entonces. Los ángeles están presentes y, sin
lugar a dudas, ministran hoy en día tal como lo han venido haciendo desde que Dios los
creó.
«Bendecid a Jehová»
Nehemías 9.6
Hebreos 1.6
«Elecutáis su nalabra»
Mateo 13.41–42
Mateo 26.52–54
Lucas 1.26–38
«Ministros suyos»
1 Reyes 19.5–8
Hebreos 1.13–14
«Hacéis su voluntad»
Lucas 16.22
Hechos 12.5–11
FE VIVA
Antes de seguir adelante con este estudio, deténgase y responda las siguientes
preguntas que le ayudarán a definir lo que cree sobre los ángeles. Ore y pídale a Dios
que le ayude a ver toda la verdad acerca de estos seres que Él creó, y acerca de cómo
pueden impactar su vida.
¿Qué relatos o testimonios recuerda haber oído acerca de los ángeles? ¿Eran
historias reales o de ficción, sencillas o complicadas, emocionantes o aburridas?
Describalas en pocas palabras.
¿Cómo cree que esos relatos influyeron en el desarrollo de sus propios conceptos
acerca de los ángeles y de lo que realizan?
¿Cómo podría afectar su vida una comprensión biblica acerca de los ángeles?
¿Ha obtenido nociones nuevas acerca del mundo de los ángeles en lo que va de este
estudio? ¿Se ha modificado de alguna manera su punto de vista? ¿Qué aplicaciones
prácticas encuentra en este tema en lo que se refiere a la guerra espiritual?
De la misma forma, los ángeles están al servicio directo de nuestro Padre celestial.
No harán nada que no haya sido dispuesto por El. Sin embargo, en su servicio a Dios,
ayudan a Su pueblo en Su nombre, y, al hacerlo, es importante recordar que aunque nos
sirven, no están sujetos a nuestro control.
Algunos creyentes no han entendido esto, porque han escuchado a otro creyente
«ordenar» a un ángel que actúe. Aunque quizás parezca que el cristiano «da órdenes a
un ángel», la Biblia nos enseña que sólo actuará bajo las órdenes directas de Dios. Por
lo tanto, podemos estar seguros de que, en aquellos casos en que los vemos actuar en
respuesta a las oraciones humanas, esas plegarias no expresaban la voluntad de un ser
humano, sino que en realidad eran un reflejo de la Palabra de Dios para esta
circunstancia concreta. Dios usa a los suyos para dar a conocer su Palabra y, por
consiguiente, cuando hablamos de acuerdo a su voluntad, los ángeles que están a su
servicio actuarán. En ese sentido entendemos que no controlamos a los ángeles, sino
que nos han invitado a asociarnos al Señor en la oración y la guerra espiritual, haciendo
que se cumpla su voluntad, que su Reino ensanche su dominio «como en el cielo, así
también en la tierra».
Sin olvidar estos conceptos, use los siguientes versículos para hacer una lista y
definir algunos de los ministerios que los ángeles nos brindan como pueblo de Dios.
Como Señor de los ejércitos, instruye a Sus ángeles para que intervengan a nuestro
favor en los conflictos. Observe de qué manera participan.
Lucas 16.22
Lucas 22.43
Hechos 8.26
Gálatas 1.8
Hebreos 1.14
FE VIVA
Muy pocas cosas llegan a formar parte vital de nuestra vida a menos que podamos
definirlas con nuestras propias palabras y en base a nuestra experiencia. Dedique un
momento para repasar lo estudiado en la sección anterior y reflexione acerca de cómo
influyen en su persona. Use las preguntas de esta sección como ayuda para poner en
práctica las verdades que ha aprendido.
¿Qué aspecto del auxilio que prestan los ángeles a los creyentes le parece más
pertinente a su vida? ¿De qué manera espera beneficiarse por este servicio?
¿Qué significa para usted que Dios asigne ángeles para que le sirvan? Describa lo
que este hecho le demuestra acerca del amor de Dios hacia usted.
Escriba con sus propias palabras una nota de agradecimiento a Dios por su cuidado.
Exprésele sus sentimientos respecto a los seres angelicales que ha designado para que le
sirvan. Agradézcale también por lo que anticipa en el futuro gracias a la provisión que
ha hecho por usted.
¿Cuáles son los medios utilizados para expulsar a Satanás del cielo?
Haga una lista de los nombres que se usan en este pasaje para referirse a Satanás.
Daniel 10.1–4, 12–13: ¿Qué lugar ocupaba Daniel en la guerra que se describe en
este pasaje?
¿Cómo cumplió Daniel su responsabilidad?
¿Qué le permitió a este ángel tener la libertad de seguir adelante con su misión a
favor de Daniel?
FE VIVA
Ahora que ha visto lo que dicen las Escrituras acerca de la obra y el ministerio de
los ángeles, reflexione en las verdades que ha descubierto. Con las preguntas siguientes,
medite en lo que la lección ha revelado y en cómo poner en práctica estas verdades en
su vida cotidiana.
¿De qué forma influye en su propia manera de encarar la lucha espiritual lo que
ahora sabe acerca de la intervención de los ángeles en esa guerra?
A medida que discernimos más acerca de los propósitos y la obra del Señor en
nuestra vida, nos percatamos que Dios obró en situaciones pasadas de tal forma que en
ese momento no lo veíamos. ¿De qué maneras ha visto que las cosas aprendidas aquí ya
están obrando en su propia vida?
¿Qué cosas espera que sucedan en su vida como resultado de las nuevas ideas que
ha recibido por medio de este estudio?
Lección 13—Ángeles y
demonios
Cuando entré en la habitación pude ver ángeles por doquier. Parecía que cada
espacio disponible tenía su propia representación angelical. No, no se trataba de una
visión sobrenatural, sino de los elementos que decoraban la habitación. Era Navidad y,
como es natural en esa época festiva, se había elegido a las figuras de los ángeles como
elemento decorativo de dicha habitación.
La Navidad es uno de esos momentos en que pensamos en los ángeles. Pero hay
otras ocasiones en las que con frecuencia también se expresa la opinión popular acerca
de ellos: «¡Qué niño tan angelical!», se dice frente a un pequeño dormido, cuyas
facciones expresan profunda serenidad. Ante las rellenas mejillas del rostro de un
pequeño, otros dirán que «parece un querubín», y del mejor alumno de la Escuela
Dominical se dice que «se porta como un ángel».Estas son frases que la mayoría hemos
escuchado o quizás hasta pronunciado. Pero, ¿sabe alguien en realidad qué aspecto
tienen los ángeles o cómo actúan? ¿Hay, acaso, una determinada apariencia «angelical»
que corresponda con veracidad a las huestes celestiales? ¿Será cierto que siempre están
rodeados de un ambiente de serenidad?
A los ángeles se les ha caracterizado de las formas más diversas y han llegado a
simbolizar diferentes cosas para distintas personas. Algunas de estas ideas están basadas
en los relatos bíblicos y otras en creaciones artísticas o en meras fantasías. El resultado
ha sido una mezcolanza de mitos y especulaciones que ha llegado a confundir a muchos
cristianos respecto a la esfera de lo angelical.
Para empezar a investigar los datos bíblicos acerca de los ángeles lea los siguientes
versículos y haga una lista de los distintos tipos de ángeles que se describen.
Génesis 3.24
Jueces 13.3
Isaías 6.2
1 Tesalonicenses 4.16
1 Pedro 3.22
Apocalipsis 12.7–9
RIQUEZA LITERARIA
Génesis 18.1–33
Génesis 48.15–16
Éxodo 3.2–8
Josué 5.13–15
Jueces 13.3–6
FE VIVA
Casi todos los eruditos evangélicos concuerdan en que el Ángel de Jehová que
aparece en el Antiguo Testamento es Jesús. Acabamos de estudiar algunas de las
numerosas razones que apoyan esta convicción, pero ninguna es tan convincente como
el hecho innegable de que Jesús es el centro de la Biblia.
Cuando se advierte con claridad que Jesús siempre estuvo involucrado en la obra de
Dios con los seres humanos, su presencia llega a ser más palpable y natural, en lugar de
parecernos lejana y esporádica. Sabiendo que Él está aquí mismo, y que está
comprometido con usted, pídale a Jesús que lo ayude a percibir su presencia más
claramente en su vida cotidiana.
Querubines
Génesis 3.24
Éxodo 25.18–22
Éxodo 37.7–9
Salmo 99.1
Ezequías 10.1–22
Serafines
Isaías 6.2, 3
Isaías 6.6, 7
RIQUEZA LITERARIA
INFORMACIÓN ADICIONAL
Los ángeles se mencionan a lo largo de toda la Biblia. Llevan a cabo muy diversas
tareas, aparecen de distintas formas y llegan de distintas maneras. Usando una
concordancia o una Biblia con referencias temáticas, haga un informe comparativo de
las actividades características de los ángeles. Ello le ayudará a comprender mejor el
propósito y la obra de estos seres. Tal vez quiera incluir algunos, o todos, de los
siguientes detalles que las Escrituras proveen respecto a los ángeles en cada caso.
Quizás haya otros aspectos en estas situaciones que desee mencionar. Siéntase en
libertad de agregarlos a esta lista y de escribir comentarios especiales a medida que
avanza.
Las Escrituras indican que hay una jerarquía definida entre las huestes angelicales,
aunque en la mayoría de los casos no se describe con claridad. Estudiaremos los que se
definen simplemente como ángeles, junto al más enaltecido de estos seres conocido
como «arcángel». La Biblia no dice nada que sugiera que la apariencia y los deberes de
los arcángeles difieran a los de ángeles de menor jerarquía, excepto que se reconoce su
liderazgo entre ellos.
Con estas categorías en mente, analice las descripciones que encontramos en las
Escrituras. No olvide anotar lo que se dice de su apariencia y de sus tareas específicas.
Arcángeles
1 Tesalonicenses 4.16
Judas 9
Génesis 19.1–5
Salmo 91.11
Salmo 104.4
Salmo 148.2
Lucas 1.11–20
Lucas 2.9–15
FE VIVA
Isaías 14.12–14 relata la historia de Lucifer (Lucero), que en algún momento fue un
ángel del Señor, pero que fue expulsado del cielo a causa de su pecado. Ahora
conocemos a este ángel caído como Satanás, puesto que ha perdido el derecho de llevar
el nombre que Dios le dio originalmente, así como también el de ocupar su lugar en el
cielo.
Cuando Satanás fue expulsado, también expulsaron con él muchos otros ángeles que
lo habían acompañado en su rebelión. Se entiende, por lo general, que estos ángeles
caídos son los que ahora se desempeñan como fuerzas demoníacas del infierno, contra
las cuales combatimos. Esta línea de pensamiento se basa en el hecho de que Satanás es
incapaz de crear y que, en consecuencia, los demonios son indudablemente la expresión
degradada de los seres divinamente creados. Aunque no está expresada en forma directa,
esta tesis tiene apoyo en las Escrituras (Ap 12.9).
La idea clave que se debe tener en cuenta al estudiar este tema es que los creyentes
tenemos autoridad sobre ellos en el nombre de Jesús. Remitiéndose a las siguientes
referencias bíblicas, observe qué se dice acerca de los ángeles caídos y su posición
actual en relación a nosotros.
Isaías 14.12–15
Mateo 25.41
Marcos 16.17, 18
Romanos 8.38, 39
Efesios 1.20–22
Apocalipsis 12.7–10
FE VIVA
Hablar acerca del reino demoníaco puede asustar a las personas que no han llegado
a comprender la posición que tenemos en Cristo. Explique cuál es la autoridad que
Jesús nos ha dado sobre los demonios.
Al estudiar esta lección, ¿ha aprendido cosas que antes no sabía? ¿Cuáles?
¿Qué pasos dará durante la próxima semana para afianzar esas verdades en su vida?
Al finalizar este estudio, dedique un tiempo para escribir una carta de gratitud al
Señor por las cosas que le ha mostrado su majestad. También por los ángeles que ha
asignado para ministrarle y por la autoridad de la que goza, por medio de Jesús, sobre
las obras de las tinieblas.
Resumen y epílogo:
El cuadro completo
Las dos últimas lecciones nos han llevado a considerar las características de seres
reales y activos en la esfera espiritual. Nos hemos dedicado a examinarlos, no por una
inútil fascinación o curiosidad acerca de los ángeles, sino por la influencia que tienen
sobre el resultado de nuestras oraciones y sobre el conflicto espiritual en su totalidad.
Quizás no haya ninguna batalla que enfrentemos, ninguna victoria que obtengamos
como creyentes en la que no intervenga, de alguna manera y más allá de nuestra visión,
la actividad ministerial de los ángeles. La evidencia de las Escrituras indica que nos
acompañan a medida que avanzamos centrando nuestra atención en la fe y en la batalla.
Estos capítulos han sido incluidos para ayudarle a entender mejor el campo en el
que se desenvuelve como creyente en Jesucristo. En el desarrollo de esta última sección,
observe cómo la Palabra de Dios reúne e integra estas verdades con lo que antes
habíamos aprendido acerca de la oración y la guerra espiritual, introduciendo el tema de
los ángeles en este cuadro amplio y dramático del lugar que ocupamos como soldados
siervos en el Reino de Dios.
Analice paso a paso Efesios 6.10–18, agregando sus propias observaciones al
comentario que sigue. Considere, sobre todo, de qué manera los tres temas centrales de
esta guía de estudio se presentan armoniosamente aquí. Observe que la importancia de
cada aspecto se subraya sin echar sombra ni negar la necesidad de los demás.
Efesios 6.10–18
¿En qué aspectos le llama más el Señor a rendir su fortaleza por la de El, invitándolo
a una nueva y profunda dependencia de su gracia y poder en puntos específicos de su
vida?
Versículo 11: Llegar a Dios en oración es sólo el comienzo de este andar en el poder del
Señor. Este versículo nos llama a adoptar una posición agresiva en la guerra espiritual.
Reconocemos que la guerra espiritual no se trata sólo de oraciones, sino que, además, se
requiere una estrategia. Las tácticas (asechanzas) del diablo consisten en planes
calculados para provocar la caída del Reino de Dios. A nosotros se nos llama a apoyar y
a extender su Reino mediante la estrategia de batalla indicada por nuestro Señor. En este
sentido, la guerra supera a la oración, en tanto ofrece una estrategia para la victoria y no
sólo un informe circunstancial.
¿Qué estrategias percibe que el Señor quiere poner en práctica a través de su vida de
oración? ¿Puede comprender de qué manera lo conduce hacia un plan definitivo para
alcanzar la victoria? Describa lo que encuentra.
Pídale al Señor que le muestre en qué formas usted tiende a luchar más bien contra
enemigos de «sangre y carne» en lugar de luchar contra los príncipes de maldad que
ocasionan el pecado humano, la rebelión, la inmoralidad y la confusión política, la
corrupción o la guerra. ¿De qué manera debiera manifestarse este aprendizaje en una
conducta equilibrada, en la que la sensibilidad y la acción social vayan unidas a la
oración hecha con discernimiento y a la lucha espiritual apasionada e intercesora?
Versículos 13–17: Por otra parte, se nos instruye a tomar lo que el Señor ha provisto
para nuestra lucha. No sólo es de El la fortaleza, sino también las armas. Nuestras armas
y nuestras tácticas fallan, pero el Señor ha provisto todo lo que necesitamos. Tome todo
lo que El le ha dado para que pueda mantenerse firme hasta que concluya la batalla.
Esto requiere nuestra disposición a adoptar (de manera agresiva) y a recibir
(voluntariamente) la armadura (vestimenta apropiada para la lucha) que el Señor provee.
Si lo hacemos, nos encontrarán en pie cuando la batalla haya terminado.
Ahora bien, escriba una reacción personal ante cada una de las partes de la armadura
que Dios ofrece: acéptela. Póngasela como una acción concreta, en actitud de oración.
Sintetice las decisiones a las que ha llegado a lo largo de su estudio sobre este tema.
Las áreas de la oración, la guerra, y las realidades del campo espiritual no se pueden
separar. Hacerlo sería debilitar a las demás hasta tomarlas ineficientes. Pero en Cristo,
en su poder y en su activa presencia, es posible vivir a la altura de todo lo que El ha
hecho para nosotros en la medida que aceptemos su comisión, que vistamos su
armadura y, con oración, ataquemos los poderes de las tinieblas en el campo de batalla
espiritual.
¡Levántese, estimado compañero de armas!