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LA GUERRA

DEL REINO
La oración,
la guerra espiritual y el
ministerio de los
ángeles

Jack W. Hayford
con

Mark Hayford

© 1994 EDITORIAL CARIBE

9200 S. Dadeland BIvd., Suite 209

Miami, FL 33156

Título en inglés:

Kingdom Warfare:

Prayer, Spiritual Warfare, and the Ministry of Angels

©1993 por Jack W. Hayford con Mark Hayford

Publicado por Thomas Nelson Publishers


CONTENIDO
Acerca del editor general/Acerca del autor
Llaves que siempre liberan
Lección 1: Descubra la oración
Lección 2: Intimidad con Dios
Lección 3: Presente sus necesidades
Lección 4: El poder de la pureza
Lección 5: Fieles en la oración
Lección 6: La intercesión
Lección 7: La guerra espiritual
Lección 8: La guerra invisible
Lección 9: Introdúzcase en la batalla
Lección 10: Ayuno y oración
Lección 11: Acciones durante la lucha
Lección 12: Ministros angelicales
Lección 13: Ángeles y demonios
Resumen y epílogo: El cuadro completo

La guerra del Reino: La oración, la guerra espiritual y el ministerio de los dngeles


forman parte de una serie de guías de estudio que se caracterizan por cubrir de manera
atractiva y esclarecedora un libro de la Biblia y los temas que se refieren al poder,
estimulando una vida dinámica y llena del Espíritu Santo.

Acerca del editor general

JACK W. HAYFORD, destacado pastor, maestro, escritor y compositor, es el editor


general de la serie, además es quien trabaja junto al director de la editorial en la
propuesta y desarrollo de cada uno de los libros.

Es pastor principal de The Church Qn The Way [La iglesia del Camino], la Primera
Iglesia Cuadrangular de Van Nuys, California. Él y su esposa, Ana, tienen cuatro hijos
casados, todos activos en el ministerio pastoral en varios campos de la iglesia. Como
editor general de la Biblia Plenitud el pastor Hayford condujo un proyecto de cuatro
años, que ha dado como resultado una de las Biblias más útiles y populares en la
actualidad. Es autor de más de veinte libros, entre ellos: Anhelo de plenitud, La belleza
del lenguaje espiritual, La oración invade lo imposible y La clave de toda bendición.
Sus composiciones musicales abarcan más de cuatrocientos cánticos, entre los que se
incluye el muy conocido himno Majestad.

Acerca del autor

MARK HAYFORD es pastor de la Iglesia Cuadrangular en Glendale, California,


Estados Unidos. Ejerce el pastorado desde que se graduó en LIFE Bible College en
1983. Además ha realizado actividades misioneras en toda Escandinavia.
Mark está casado con Diedre, tienen tres hijos: dos mellizas, Jennifer y Jessica (9), y
un varón, Mark (4).

Acerca de este colaborador, el editor general ha expresado: «Es un deleite muy


especial ver cómo maduran espiritualmente los propios vástagos, y llegar hasta el punto
que se convierten en fuente de bendición para muchos, muchos otros. Estimo que el que
use esta guía podrá confirmar lo que siento en cuanto al valor de lo que Mark Hayford
aporta al estudio edificante de la Palabra de Dios».

LLAVES QUE SIEMPRE


LIBERAN
¿Hay acaso algo que encierre más misterio o mayor utilidad que una llave? El
misterio: «¿,A qué corresponde? ¿Qué es lo que puede poner en marcha? ¿Qué logrará
abrir? ¿Qué nuevo descubrimiento motivará?» La utilidad: «¡Algo ha de abrir, sin lugar
a dudas, a quien la posea! ¡Algo descifrará, con toda seguridad, y dará lugar a una
posibilidad que de otro modo sería nula!»

• Las llaves describen los instrumentos que usamos para tener acceso a algo o
para hacerlo funcionar.

• Las llaves describen los conceptos que desencadenan posibilidades que


asombran la mente.

• Las llaves describen las diferentes estructuras de las notas musicales que
posibilitan la variación y las escalas.

Jesús habló de llaves: «Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que
atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será
desatado en los cielos» (Mt 16.19).

Aunque no hay una lista específica de cuáles eran exactamente las llaves a las que
Jesús se refería, está claro que confirió a su iglesia—a todos los que creen—el acceso a
una esfera de compañerismo espiritual con El en el dominio de su Reino. Los estudiosos
fieles de la Palabra de Dios, que se mueven en la gracia práctica y la sabiduría bíblica de
una vida y un ministerio llenos del Espíritu Santo, han observado algunos de los temas
básicos que apuntalan esta clase de «compañerismo espiritual» que Cristo ofrece. Las
«llaves» son conceptos, temas bíblicos, que pueden rastrearse a lo largo de las
Escrituras y que son verificables cuando se los aplica con una fe bien fundamentada
bajo el señorío de Jesucristo. El «compañerismo» es el rasgo esencial de esta descarga
de gracia divina; (1) los creyentes buscan recibir la promesa de Cristo en cuanto a «las
llaves del reino», (2) a la vez eligen creer en la disposición del Espíritu Santo de poner
en acción su liberador e ilimitado poder en nuestros días.

Acompañadas por la serie Guías de estudio para una vida llena del Espíritu, los
estudios de las Dinámicas del Reino ofrecen doce temas diferentes. Estos, como
producto de la sección del mismo nombre que se incluye en la Biblia Plenitud,
proporcionan un tesoro de percepciones desarrolladas por algunos de los más respetados
líderes cristianos de hoy. Desde el inicio, estos escritores han analizado con profundidad
los temas que usted podrá seguir aquí.

El objetivo central de la temática estudiada en esta serie de guías es relacionar las


«claves de poder» de la vida llena del Espíritu Santo. Para ayudarlo en sus
descubrimientos habrá un número de elementos auxiliares. Las guías de estudio tienen
de doce a catorce lecciones, cada una de las cuales ha sido preparada de modo que
pueda sondear las profundidades o rozar la superficie, según sus necesidades e intereses.
Además, contienen aspectos principales en cada lección, destacados por un símbolo y
un encabezamiento para su fácil identificación.

RIQUEZA LITERARIA

Esta sección contiene importantes definiciones de palabras clave.

ENTRE BASTIDORES

Provee información acerca de las creencias y las prácticas culturales, las disputas
doctrinales, las actividades comerciales y aspectos semejantes que aclaran los pasajes
bíblicos y sus enseñanzas.

DE UN VISTAZO

En esta sección se incluyen mapas y gráficos para identificar los lugares, además de
simplificar los temas o las posiciones.

INFORMACIÓN ADICIONAL

Como esta guía enfoca un tema de la Biblia, esta sección lo orientará hacia la consulta
de recursos bíblicos como: diccionarios, enciclopedias y otros, que le permitirán obtener
más provecho de la riqueza que el mismo ofrece, si así lo desea.

SONDEO A PROFUNDIDAD

Esta parte explicará asuntos controversiales que plantean determinadas lecciones; se


citarán pasajes bíblicos y otras fuentes que le ayudarán a llegar a sus propias
conclusiones.

FE VIVA
Por último, cada lección contiene esta sección. Aquí la pregunta clave es: ¿Y ahora qué?
Una vez que he visto lo que dice la Biblia, ¿qué significa esto para mi vida? ¿Cómo
puede influir en mis necesidades cotidianas, mis heridas, mis relaciones personales, mis
preocupaciones y todo aquello que es importante para mí? FE VIVA lo ayudará a percibir
y aplicar los resultados prácticos de este regalo literario que Dios nos ha dado.

Como podrá observar, estas guías incluyen espacio para que conteste las preguntas,
haga los ejercicios correspondientes al estudio y ponga en práctica lo aprendido. Quizás
desee anotar todas sus respuestas o el resultado de lo que ha obtenido mediante su
estudio y aplicación en un cuaderno separado o en un diario personal. Esto será
adecuado sobre todo si piensa aprovechar a fondo la sección INFORMACIÓN ADICIONAL.
Como los ejercicios de esta sección son opcionales y pueden extenderse sin límites, no
hemos incluido espacio para ellos en esta guía de estudio. De manera que quizás quiera
tener un cuaderno o un diario a mano, para registrar los descubrimientos que realice al
abordar las riquezas de esta sección.

El método de estudio bíblico que se utiliza en esta serie gira en torno a cuatro pasos
básicos: la observación, la interpretación, la correlación y la aplicación. La observación
responde a la pregunta: ¿Qué es lo que dice el texto? La interpretación se ocupa de lo
que significa el mismo; no lo que creamos usted o yo, sino lo que significaba para sus
lectores originales. La etapa de correlación responde a la pregunta: ¿Qué luz arrojan
otros pasajes de la Biblia sobre el que estoy estudiando? Y la aplicación, que es la meta
del estudio bíblico, plantea lo siguiente: ¿En qué aspectos debiera cambiar mi vida,
como respuesta a lo que el Espíritu Santo me enseña a través de este pasaje?

Si está familiarizado con la lectura de la Biblia, sabe que puede disponer de ella en
una variedad de traducciones y paráfrasis. Si bien cualquiera de ellas puede ser usada
con provecho para trabajar con las guías de estudio de esta serie, los versículos y
palabras que se citan en las lecciones han sido tomados de la traducción de Reina-
Valera, revisión de 1960. El uso de dicha traducción en esta serie hará más fácil su
estudio, aunque no es un requisito.

Los únicos recursos que necesita para completar y aplicar estas guías de estudio son
un corazón y una mente abiertos al Espíritu Santo y una actitud de oración, además de
una Biblia y un lápiz. Por supuesto, puede recurrir a otras fuentes, tales como
comentarios, diccionarios, enciclopedias, atlas y concordancias; incluso, encontrará en
la guía ejercicios opcionales para orientarlo en el uso de dichas herramientas. Pero son
opcionales, no indispensables. Estas guías de estudio son tan amplias que le brindan
todo lo que necesita a fin de obtener una excelente comprensión del libro de la Biblia
que trata, como también la orientación necesaria para aplicar los temas y consejos a su
propia vida.

Cabe, sin embargo, una palabra de advertencia. El estudio de la Biblia, por sí


mismo, no transformará su vida. No le dará poder, paz, gozo, consuelo, esperanza, ni la
variedad de regalos que Dios desea que usted abra y disfrute. Pero a través de él
adquirirá mayor conocimiento y comprensión del Señor, de su Reino y de su posición en
el mismo, todo lo cual es esencial. Pero usted necesita algo más. Requiere depender del
Espíritu Santo para que oriente su estudio y aplique las verdades bíblicas a su vida.
Jesús prometió que el Espíritu Santo nos enseñaría «todas las cosas» (Jn 14.26; cf. 1 Co
2.13). De modo que mientras use esta serie para guiarlo a través de las Escrituras, riegue
sus momentos de estudio con oración, pidiendo al Espíritu de Dios que ilumine el texto,
que aclare su mente, que someta su voluntad, que consuele su corazón. El Señor nunca
le va a fallar.

Mi oración y mi meta es que, a medida que abra este regalo de Dios, a fin de
explorar su Palabra para vivir como El desea, el Espíritu Santo llene cada fibra de su ser
con el gozo y el poder que Dios anhela dar a todos sus hijos. Adelante. Sea diligente.
Manténgase receptivo y sumiso a Dios. No saldrá defraudado. ¡El se lo promete!

Lección 1—Descubra la
oración
«Ven aquí, Jennifer; es hora de que te acuestes y hagas tus oraciones».

«Jessica, te toca el turno de dar gracias por la comida».

No todos nos habremos criado en hogares donde se decían estas cosas, pero el
cuadro de una criatura con las manos unidas en oración y la cabeza inclinada es
comprensible en cualquier parte. Aun en muchas casas donde se considera a Jesús como
una mera figura histórica y Dios es apenas un concepto discutible, se dicen oraciones.
Pregúntele a cualquiera, y la mayoría le dirá que en algún momento ora. Puede tratarse
de «un deseo que se eleva al que está allá arriba», o una apasionada súplica a «Dios, si
es que estás allí», o un simple recitar frases aprendidas de memoria, pero todos oramos.

Si bien la práctica de la oración es universal, hay muy pocas personas que parecen
entender lo que en realidad es. La idea de invocar al Todopoderoso para que haga algo
porque «se lo pido» resulta aterradora. Para la mayoría de las personas, la convicción de
que Dios realmente habrá de contestar ese pedido casi no existe. ¿Por qué ora, entonces,
la gente? Oran porque «a lo mejor da resultado», porque «mi abuela aseguraba que daba
resultado», o, al igual que los que no saben qué contestar en un cuestionario con varias
opciones, porque «cualquier cosa es mejor que nada». De modo que la oración se
vuelve esa «cualquier cosa» que nos permite hacer algo en lugar de no hacer nada. Es lo
que «hay que hacer» cuando uno mismo ya no puede hacer nada: «Ya no hay esperanza,
de modo que es mejor que le dé una oportunidad a Dios».

Reconozco que estas actitudes pueden parecerles casi blasfemas a aquellos que
creen en el poder de la oración y han comprobado que sus oraciones han sido
contestadas vez tras vez. Sin embargo, debemos recordar que estamos expuestos a la
influencia del mundo que nos rodea y, como resultado, muchos cristianos ya no ven la
oración de manera muy diferente que la descrita arriba. Sabemos que deberíamos creer
en la oración, y creer que nuestras oraciones van a ser contestadas, pero la verdad es que
no entendemos, para empezar, en qué consiste la oración. ¿Por qué es necesario que un
Dios que todo lo sabe necesita que le diga lo que me hace falta? ¿Por qué un Dios
todopoderoso necesita mis oraciones a fin de obrar?… ¿Qué es la oración, después de
todo?

Para comenzar a contestar estas preguntas, busque los siguientes pasajes en los
Salmos, y vea si puede emplearlos para formular su propia definición práctica de lo que
es la oración. A continuación tiene algunas preguntas para ayudarlo a formular dicha
definición.

¿Qué palabra o palabras se usan además de la palabra oración?

¿Qué es lo que se pide en la oración? ¿Qué verdad se afirma?

¿Cambia la actitud en alguna forma durante la oración?

¿Qué cuadro de Dios se nos pinta en la oración?

¿Cómo es la actitud del que ofrece la oración?

¿De qué se trata la oración?

Indica la persona que ofrece la oración la razón por la cual ora?

Salmo 17.1–9

Salmo 28.1–7
Salmo 55.16–23

Salmo 61.1–8

Salmo 102.1–22

Salmo 141

Salmo 142

RIQUEZA LITERARIA

Ores, proseuchomai. Este es un vocablo aglutinante. El sustantivo euche es


una oración a Dios que también implica el hacer un voto; se añade el verbo
euchomai, el cual denota una invocación, una petición o ruego. Al agregarle pros,
«en la dirección de» (Dios), proseuchomai viene a ser el término que más
frecuentemente se emplea para oración.1

Oración, tefillah; oración, súplica, intercesión. Tefillah aparece más de 75 veces


en el Antiguo Testamento, 32 de ellas en los Salmos. En esta referencia, se le adjudicó
significado especial a las oraciones ofrecidas desde el templo en Jerusalén, porque Dios
protegía esa casa de oración de día y de noche.2 Hoy la casa de oración ha de ser la casa
espiritual edificada en nuestros corazones (Jn 4.24).

Hubo orado, palal. Orar, rogar, interceder, suplicar. Este verbo aparece más de 80
veces. Palal nos habla de la oración como intercesión, o sea, el pedirle a alguien con
más poder y sabiduría que intervenga a favor de la persona que ora. Por ejemplo, Ana
oró por un hijo (1 S 1.12); Ezequías oró porque se extendiera su vida (ls 38.2, 3); y
Jonás oró desde el vientre del pez (Jon 2.1–9). Además, palal se encuentra en la
promesa de 2 Crónicas 7.14: «Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es
invocado, y oraren… entonces yo oiré desde los cielos…» Véanse otros ejemplos del

1 «Riqueza literaria: 6.6 orar», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1195.

2 «Riqueza literaria: 6.20 oración», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami,


FL, 1994, p. 528.
uso de palal en relación con la súplica o intercesión en Génesis 20.7, 17; Números 11.2
y 1 Samuel 12.23.3

NUESTRO LLAMADO A ORAR

Hay muchas razones por las cuales orar y muchas ocasiones en las que necesitamos
oración. Investíguelas en los siguientes pasajes considerando el tema de la oración. Vea
las razones que se dan para orar. ¿Quién nos enseñó a orar? ¿Qué beneficios obtenemos
al orar? ¿Se nos manda orar? ¿Qué lugar ocupan la humildad y la sumisión entre las
razones por las cuales oramos?

Lucas 18.1–8

Lucas 21.36

Efesios 6.18

Santiago 4.3, 7, 8

1 Pedro 5.6, 7

FE VIVA

Todos sabemos que debemos orar, pero, ¿por qué? ¿Cuáles son las razones que nos
llevan a orar? ¿Se sorprendió alguna vez a sí mismo acercándose a Dios simplemente
con una «lista de pedidos» de las cosas que le gustaría que El hiciera? ¿Procura que se
cumpla la voluntad de Dios cuando ora? ¿Está aprendiendo a conocerlo mejor durante
su tiempo de oración?

Piense acerca de estas cosas y sea sincero consigo mismo. Tenga presentes estas
preguntas durante los próximos días y pídale al Espíritu Santo que le ayude a ver
costumbres en su vida de oración que deberían ser cambiadas. Luego vuelva y conteste
las siguientes preguntas y pídale al Señor que le ayude a orar por motivos dignos.

3 «Riqueza literaria: 42.10 hubo orado», Biblia Plenitud, Editorial Caribe,


Miami, FL, 1994, p. 639.
ABRA LA PUERTA PARA QUE DIOS OBRE

La oración es la forma en que hemos de someter todas las cosas a Dios. Cuando
oramos, invitamos a Dios a que venga y obre en las cosas que nos preocupan. Al
obedecer su mandato y colocar nuestras preocupaciones sobre sus hombros, ponemos
esas cosas bajo su control en lugar del nuestro. Esto no es sólo sumisión, sino el acto
mismo de humillarnos ante Él como nos pide 1 Pedro 5.6–7. Al orar reconocemos que
Dios puede hacerse cargo de todo lo que nos preocupa y que nosotros no podemos
resolver. Este franco reconocimiento de nuestra condición ante Dios siempre es
necesario cuando nos acercamos a su trono. El resultado es que Dios nos exaltará a su
debido tiempo. El acudir humildemente en oración ante El no sólo produce la exaltación
de nuestra situación por medio de la oración contestada, sino también la de nuestro
espíritu en una comunión inmediata con nuestro Padre celestial.

¿Cuáles son las cosas por las que hemos de orar cuando someternos todo al Señor en
oración? ¿Por quiénes debemos orar? ¿Cuándo y cómo hemos de orar? ¿Qué otras
acciones deberían acompañar a nuestras oraciones? ¿Notarnos algún resultado de ellas?
¿Cuáles son? Lea los siguientes pasajes y vea lo que nos dicen.

2 Crónicas 7.14

Salmo 32.5–7

Marcos 14.3; Lucas 22.32

1 Tesalonicenses 5.16–22

1 Timoteo 2.1–3

Santiago 5.13–16

INFORMACIÓN ADICIONAL
Con la ayuda de una concordancia o de una Biblia temática, trate de ver cómo eran
las oraciones de diversas personas en la Biblia. He aquí algunas cuyas oraciones quizá
quiera conocer: Abraham, Moisés, Salomón, Elías, Jesús, Pablo, Pedro, David, Ana,
Daniel, Josafat, así como muchos otros reyes, sacerdotes, profetas y apóstoles en la
Biblia. Considere qué actitudes se observan en sus oraciones y cuáles fueron las
respuestas que Dios les dio. ¿Cuáles son las principales características de estas
oraciones? ¿Cómo se advierte la naturaleza del corazón de Dios a través de sus
respuestas? ¿De qué manera se expresan por lo general las oraciones? ¿Qué podemos
aprender de estas oraciones?

FE VIVA

Ahora que hemos pasado un tiempo analizando el tema de la oración, ¿aprendió


algo nuevo acerca de ella? Escriba su definición de la oración. ¿Cómo se ajusta a su
vida de oración actual? ¿Cuál es su concepto de la oración? ¿Es una práctica sana la
oración? ¿Es aburrida? ¿Es difícil? ¿Es vibrante? ¿Qué le diría a alguien que le
preguntara: «¿Por qué ora?», «¿Por qué debería orar yo?» ¿Es válido hacer algo
simplemente porque Dios dijo que debíamos hacerlo? ¿De qué manera mi sumisión a
Dios le permite obrar en mi vida? Medite acerca de estas cosas y anote sus
sentimientos. Pídale al Señor que le ayude a captar su propia perspectiva sobre la
oración y el lugar de la misma en su vida. Permítale a Dios hacer que sus momentos de
oración sean algo realmente anhelado por usted.

ENTRE BASTIDORES

Ningún pueblo tuvo jamás un ideal tan alto sobre la oración como el judío, y
ninguna religión jamás colocó a la oración en una posición tan elevada en la escala de
prioridades como el judaísmo. Pero ciertas fallas se introdujeron subrepticiamente en
los hábitos de oración de los judíos. Es preciso comprender que ellas pueden ocurrir, y
en efecto ocurren, en cualquier parte. No son fallas producidas por la negligencia, sino
por una devoción mal orientada.

Había dos rituales que todo judío debía cumplir cada día: El shema (que consistía
en citar Dt 6.4–9; 11.13–21; Nm 15.37–41 en actitud de oración) el cual debía ser
recitado a la salida y a la puesta del sol; y el shemoneh ˓esreh (dieciocho oraciones
fijas que se debían citar en orden) para ser recitado en las horas destinadas a la oración
(a las nueve de la mañana, a medio día y a las tres de la tarde).

Además, la liturgia judía proporcionaba oraciones fijas para todas las ocasiones. No
había prácticamente nada en la vida para la que no existiera una fórmula de oración.
Había una para antes y otra para después de cada comida; las había vinculadas a la
lluvia y a los relámpagos, para entrar o salir de una ciudad, para el momento en que
aparecía la luna nueva, para el momento de usar muebles nuevos, etc., etc.

La intención de esta tradición era incorporar a Dios a cada momento del día. Y sin
embargo, a pesar de lo hermosas que son estas oraciones, con el tiempo los fieles
comenzaron a recitar las palabras sólo por obligación, sin ningún sentido real de
comunicación con Dios. Es esta manera mecánica de orar la que critica Jesús en Mateo
6 al dirigirse a los que dicen sus oraciones para parecer buenos delante de otros.4

4 William Barclay, The Gospel of Mark, The Daily Bible Study Series [El
Evangelio de Marcos, serie de estudios bíblicos diarios], The Westminster
SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR

Atienda al pedido que hacen los discípulos de Jesús cuando observan su vida de
oración. Después de haber vivido diariamente con Jesús y haber aprendido tanto a sus
pies, acuden a El con el siguiente deseo: «Señor, enséñanos a orar» (Lc 11.1). Esta
petición no provenía de hombres que no supieran cómo orar. Este es el clamor del
corazón de quienes ven en Jesús la relación poderosa y portadora de vida que siempre
han anhelado tener.

Cuando llegamos al punto en que la oración comienza a hastiarnos y ni siquiera las


respuestas a ella nos proporcionan satisfacción, entonces tiene que haber algo más. Era
este «algo» lo que los discípulos veían en la vida de nuestro Señor. Veían a una Persona
que encontraba plena satisfacción en una relación diaria con el Padre celestial. Esto era
lo que anhelaban los discípulos y es lo que podemos encontrar si nos proponemos
aprender a orar en base al ejemplo de Jesús.

Para comenzar a aprender cómo orar, observe la respuesta de Jesús al pedido de sus
discípulos. El «Padrenuestro», como se le ha llamado, se encuentra en dos lugares de los
Evangelios. Lea ambos textos, con los versículos que le sirven de marco, y haga un
bosquejo de lo que allí está escrito.

Mateo 6.5–15

Lucas 11.1–14

DE UN VISTAZO

PRINCIPIOS SOBRE LA ORACIÓN


QUE NOS ENSEÑA EL PADRENUESTRO5

Mateo 6.8–13; Principios relacionados con la oración


Lucas 22.2–4
«Padre nuestro» 1) La necesidad paternal: Cuando ore, todas sus necesidades son atendidas
por la benevolencia de un Padre amoroso. Esta forma de dirigirse al Padre
celestial reconoce la relación existente entre usted y Él. En primer lugar es
preciso que se acerque a Él en base a una relación que fue obtenida para
usted por medio de la sangre expiatoria de Cristo Jesús (Heb 10.19–22; Gl
4.4–6).
«Santificado sea tu 2) La presencia de Dios: Entre a su presencia mediante la alabanza (Sal

Press, Philadelphia, PA, 1975, pp. 191–195.

5 «Dinámica del Reino: 6.9–13 El Padrenuestro», Biblia Plenitud, Editorial


Caribe, Miami, FL, 1994, p. 1196.
nombre» 100.4). Usted tiene un acceso constante al trono de Dios por medio de la
alabanza y la adoración. Dondequiera que esté dispuesto a alabar a Dios,
Él acudirá y establecerá su Reino (Sal 22.3).
«Venga tu reino. 3) Las prioridades de Dios: Declare que las prioridades de Su Reino (Ro
Hágase tu voluntad» 14.17) serán establecidas en usted, sus seres amados, su Iglesia y su
nación. Dios desea reinar en todas las situaciones que nos conciernen. A
medida que se disponga a buscar primero su reinado, hallará todo lo que
necesita y más (Mt 6.33).
«Danos» 4) La provisión de Dios: Jesús, el que suple nuestras necesidades, nos dijo
que oráramos diariamente, pidiéndole que provea para todo lo que nos
haga falta. Dios ya ha dado respuesta a nuestra más grande necesidad
enviando a Jesús a morir por nosotros. Cuánto más podremos esperar que
satisfaga nuestras necesidades diarias en base a tan vasta reserva de
bendiciones (Flp 4.19).
«Y perdónanos» 5) El perdón de Dios: Necesitamos el perdón de Dios y nos hace falta
perdonar a los demás. Diariamente camine decidido a amar y perdonar.
Afirme cada día su voluntad de andar prodigando amor y espíritu de
perdón. Este paso abre las puertas para una mayor inundación de la gracia
de Dios en nuestras vidas, el Señor utilizará esto para proporcionar
liberación a otros (Jn 20.23).
«No nos metas en 6) Poder sobre Satanás: Pida al Señor una cerca de protección alrededor de
tentación[…] usted y sus seres queridos (Job 1.9–10; Sal 91). Pídale que le vista con Su
líbranos del mal» armadura (Ef 6.14–18). Procure caminar en rectitud y el Señor lo guiará (
Sal 37.23–24). Resista las obras del enemigo y obtendrá la victoria (Stg
4.7).
«Porque tuyo es el 7) Participación en lo divino: Glorifique a Dios que le hizo participante de
reino» Su Reino, poder y gloria (2 Ti 4.18; Lc 10.19; Jn 17.22). Dios nos llama
cada día a participar en lo que está haciendo. Podemos unirnos a sus
planes caminando a diario en abierta comunicación y relación con Él.

FE VIVA

Ahora que ha completado esta visión inicial del concepto bíblico de la oración,
tómese un tiempo para anotar sus percepciones.

¿Cuáles son sus pensamientos básicos acerca de la oración?

¿Hay interrogantes que este estudio le haya traído a la mente? Escríbalos para que
pueda considerarlos de nuevo en su estudio, a medida que encuentre respuestas a los
mismos.

¿Qué espera obtener de este estudio?

¿En qué áreas de su vida (creencias, pautas y conducta morales, relaciones, dones
espirituales, etc.) cree que le ayudará este estudio?
¿Ha encontrado algo en su vida que necesita ser llevado ante Dios en oración?
Enumere esos puntos aquí para que recuerde ponerlos en oración. Tal vez desee anotar
algunos de sus sentimientos acerca de estas cosas, dándoles la forma de una oración
escrita destinada al Señor.

Lección 2—Intimidad con Dios


En el hogar de mi infancia había un viejo baúl del ejército colocado al pie de la
cama, que servía como depósito de juguetes para mi hermana, mi hermano y yo. Lo
recuerdo muy bien porque seguramente habré pasado mucho tiempo explorando su
contenido o buscando a alguien que me ayudara a conseguir algún juguete que «tenía
que encontrar». Ningún otro podía reemplazarlo; tenía que ser «ese» juguete.

No sé si fue por haber sido el menor de tres hijos en aquella época o sólo una
inclinación especial por lo más insignificante, pero lo cierto es que las cosas con las que
me gustaba jugar siempre parecían ser los objetos más pequeños de un cajón tan grande
que podría haberme servido de cama. No obstante, allí pasé muchas horas buscando y
buscando el juguete perdido. Sabía que lo podía encontrar. Sabía que al final mis ojos lo
descubrirían por entre las capas de soldaditos, creyones quebrados, bloques para armar
casas y vehículos en miniatura; allí encontraría lo que mi corazón de niño buscaba.

Lo más importante para mí, un niño de cuatro años, era encontrar ese juguete. El
mismo constituía el centro de mi mundo imaginario, la figura que en mi juego
representaba mis pensamientos y mis virtudes. Era lo que haría que los bloques armaran
una casa, lo que la defendería contra la cantidad increíblemente superior de «soldados
malos». Era mi favorito, y todo el trabajo de mi mundo infantil debía detenerse hasta
encontrarlo; tarde o temprano, aparecería.

«Buscad, y hallaréis» (Mt 7.7). Esto no es sólo la historia de un niño de cuatro años;
estas son las palabras de Jesús que responden a las necesidades de una raza que ha
perdido lo que es más importante: la relación con Dios. Necesitamos esa relación. Es lo
más vital que podemos obtener. Es la única razón por la que vale la pena vivir, porque
El es el centro de nuestro mundo (Col 1.16–17). Es lamentable, sin embargo, que con
frecuencia la mayoría nos satisfazgamos demasiado rápido con algún sustituto. Nos
conformamos con algo menos que la verdadera intimidad con Dios.

Al igual que un niño que busca su preciado objeto, hemos de proponernos buscar al
Dios vivo. ¿Dónde lo encontraremos? ¿Cómo debemos buscarlo? ¿Qué les sucederá a
quienes lo buscan? ¿Y a quienes no lo hacen? Lea los siguientes pasajes de las
Escrituras y vea si puede contestar estas preguntas. Además, vaya observando otras
cosas que debería buscar, y también cuáles son las palabras clave relacionadas con lo
que debería ser nuestro corazón y nuestra disposición al buscar a Dios.

Deuteronomio 4.27–31
2 Crónicas 7.14

Salmo 9.10

Salmo 69.30–34

Isaías 65.10–15

Jeremías 29.11–13

RIQUEZA LITERARIA

Busquen, baqash. Indagar, buscar algo diligentemente, buscar algo ansiosamente,


hasta encontrarlo. Baqash puede aplicarse a buscar una persona, una cosa en particular
o proseguir una meta (como el intento de destruir una ciudad, 2 S 20.19). Baqash
aparece más de 210 veces en la Biblia.1

He conocido, yada. Conocer, percibir, distinguir, reconocer, estar familiarizado


con; «conocer íntimamente», es decir, sexualmente; también, en algunas acepciones
verbales quiere decir reconocer, estimar y recomendar.2 Es la misma palabra que se usa
en Proverbios 3.6: «Reconócelo en todos tus caminos». Se trata de un llamado a crecer
diariamente en una relación íntima y fecunda con Dios.

UN PENSAMIENTO TERRIBLE

De Oseas 5.6 proviene esta terrible frase: «Andarán buscando a Jehová, y no le


hallarán». Este texto es un cuadro de lo que puede suceder a las personas que no se
preparan para buscar al Señor, sino que se acercan a Dios «a su manera». Dios nos
llama a acercarnos a Él por el camino que ha preparado para nosotros. Él nunca sale a
encontrarnos bajo los términos que le fijamos, sino que deja en claro más adelante, en
1 «Riqueza literaria: 5.15 Busquen», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami,
FL, 1994, p. 1063.

2 «Riqueza literaria: 3.7 he conocido», Biblia Plenitud, Editorial Caribe,


Miami, FL, 1994, p. 77.
ese mismo pasaje, que su alejamiento de esas personas es hasta que reconozcan su
pecado.

Lea Oseas 5 y observe las cosas que suceden o van a suceder debido al pecado del
pueblo de Dios. Escriba además los pecados concretos que se mencionan y lo que debe
acontecer para que los pecadores encuentren a Dios.

FE VIVA

Jesús dice que debemos ser como niños para ver su Reino: con un corazón receptivo
y sincero, sin que nuestro orgullo nos lo impida. Es esto último lo que nos impide
perseguir plenamente las cosas de la manera en que Dios nos las muestra. ¿Acaso no
parece tonto decir: «Creo que mi manera de hacerlo es mejor que la de Dios»? Sabemos
que la sabiduría de Dios es muy superior a la nuestra, y sin embargo, cada vez que
dejamos de hacer las cosas como Él quiere e insistimos en seguir nuestros propios
métodos, estamos actuando tal como lo expresa dicha frase.

Es a menudo este orgullo el que nos impide vivir con todo lo que Él nos ha
provisto. Dedique un tiempo a hacerse las siguientes preguntas, luego escriba y ore por
aquellas cuestiones relacionadas con el orgullo en las que quizás necesite que el Señor
obre en su vida.

¿Siente a veces vergüenza por su fe? ¿O le enorgullece?

¿Le resulta difícil mostrar sus emociones a Dios en los momentos de alabanza o de
oración? ¿En público? ¿En privado?

¿Le resulta difícil la alabanza o la oración verbal?

¿Se descubre tratando de «controlar» las cosas a su manera en lugar de someterse a


los caminos de Dios o depender sólo de sus promesas?

ABRA SU CORAZÓN A DIOS

Uno de los aspectos más importantes de cualquier relación es la comunicación


sincera y franca. No es diferente en ningún sentido cuando se trata de la nuestra con el
Padre celestial. Necesitamos una relación sincera con Él. Esta comunicación no se
cortará por su parte. Somos nosotros los que nos inclinamos a esconder nuestro corazón
a los demás.

Mientras estudia esta sección, concentre su atención en la comunicación con Dios.


Note lo que puede aprender sobre esto desde ambos lados, las tendencias de El, como
también las nuestras. En cada caso pregúntese qué cosas de las que observa debería
imitar en su relación con el Señor. ¿Cuál es la tendencia de Dios hacia una
comunicación franca con nosotros en estos pasajes? ¿Quién la inicia? ¿Hay algo oculto?
Génesis 18.17–21

Éxodo 3.1–22

1 Samuel 3.1–14

¿Cómo empieza la comunicación en estos pasajes? ¿Cuál es su propósito? ¿Cómo es


el estado del corazón de cada persona que aparece? ¿Qué expresiones físicas y verbales
hay?

Salmo 63

Salmo 138

Lucas 22.41–44

UNA RELACIÓN PLENAMENTE SATISFACTORIA

Los discípulos urgían a Jesús para que comiera, cuando les respondió con estas
palabras: «Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis» (Jn 4.32–34). Los
discípulos estaban perplejos y se preguntaban si Jesús habría conseguido algo de comer
en otro lugar, sin que ellos se enteraran. Entonces Él les aclaró que su satisfacción y su
fuerza provenían de su relación y compañerismo con el Padre celestial.

No era un mensaje para reprochar a sus discípulos el satisfacer las necesidades


básicas del cuerpo físico. Era el llamado de Jesús a que buscaran una satisfacción mayor
que les proveyera la fuerza cotidiana tal como la comida a sus cuerpos. Nuestra relación
con Dios tiene por objeto proveemos esta clase de plenitud y fortaleza, pero sólo ocurre
cuando en verdad comenzamos a conocer a Dios. Jesús conocía bien al Padre, tanto, que
sabía que estaba cumpliendo su voluntad.

¿Qué nos dicen los siguientes versículos en cuanto a conocer a Dios?


Salmo 34.8–18

Proverbios 3.5, 6

Jeremías 9.23, 24

Mateo 11.27–30

FE VIVA

Ahora que ha podido dedicar un poco de tiempo para ver cómo se desarrolla una
relación íntima con el Padre celestial, medite en lo que ha aprendido. ¿Qué conceptos
han cobrado nueva vida en usted o le parecen nuevos? ¿Siente como que los
comprende? Tómese un tiempo para pedirle a Dios que le dé entendimiento.

¿Cómo planea incorporar estas verdades a su vida? ¿Qué cosas podría hacer para
contribuir al cultivo de su relación con Dios?

DESCUBRA LO MÁXIMO EN INTIMIDAD

Cuando Jesús ruega por nosotros en Juan 17.20–26, le pide al Padre que podamos
tener la más íntima de las relaciones con El. Luego señala el camino. Jesús ora para que
sus seguidores «sean uno en nosotros» (refiriéndose a la Deidad, y. 21). Esta es una
oración por la unidad entre todos los creyentes conjuntamente con Dios. Muchos
pasajes de las Escrituras ofrecen un cuadro del poder y la belleza de la unidad entre los
hijos de Dios y entre ellos y El. Donde ella está hay despliegues especiales del poder de
Dios, de su presencia y de su propósito. Parece que Jesús mismo muestra que la
intimidad con el Padre comienza cuando hay amor de unos por otros.

Lea Juan 17.20–26 y vea lo que dice Jesús acerca de la unidad de su cuerpo.

¿Cuál es el pedido inicial de Jesús acerca de ser «uno»?


¿Qué se menciona acerca de los resultados de nuestra unidad?

¿Qué es lo que Jesús ha hecho para que podamos ser uno?

En los siguientes pasajes puede aprender más acerca del increíble poder que se
libera cuando oramos y vivimos en unidad en el cuerpo de Cristo. Explórelos y registre
lo que dicen acerca del poder, la presencia y el propósito de Dios en una iglesia unida.

2 Corintios 5.13, 14

Salmo 133.1–3

Hechos 2.1–4

2 Corintios 11.2; Apocalipsis 21.2, 3, 9

RIQUEZA LITERARIA

Una, ˒echad. Uno, una unidad. ˒Echad viene de la raíz ˒achad, «juntar,
unificar; reunir los pensamientos». ˒Echad significa lo mismo que «uno» en español,
tanto en sentido estrecho (uno y sólo uno como en Eclesiastés 9.18, «un pecador
destruye mucho bien») como en el más amplio de los sentidos (uno compuesto de
muchos, como en Génesis 2.24, donde una mujer y un hombre se convierten «en una
sola carne»).3 ˒Echad se considera una de las palabras más importantes en el Antiguo
Testamento, por cuanto se usa para describir a Dios como uno (Dt 6.4).

Unánimes juntos, homothumadon. Estar de acuerdo, de mutuo consentimiento,


mantener la unidad de grupo, ser todos de una sola mente y compartir un solo propósito.
Los discípulos tenían unanimidad intelectual, armonía emocional y una sola voluntad en

3 «Riqueza literaria: 6.4 uno», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 227.
la iglesia recientemente fundada. En cada uno de los casos en que se usa,
homothumadon indica armonía, la cual conduce a la acción.4

FE VIVA

Tómese un momento para revisar esta lección y concentrarse en relación a la


búsqueda de una íntima relación con Dios en la oración. ¿En qué consiste? Además de
la definición, enumere los atributos (Jn 12).

En su opinión, ¿cuál cree que es el aspecto más difícil al construir esta relación?
¿Qué puede proponer para superar esas dificultades?

¿Cree que la unidad con el cuerpo de Cristo es importante para que pueda
desarrollar una intimidad personal con Dios? ¿Por qué?

¿Qué pasos daría para crecer en armonía dentro de la familia de Dios?

Tómese un tiempo para orar acerca de las medidas que piensa tomar. Pídale al
Señor su sabiduría para desarrollar y llevar a cabo planes que lo hagan acercarse más a
Él y a su pueblo.

Lección 3—Presente sus


necesidades
¡Cuánto más tiempo soy padre, tanto más me encanta el hecho de que Dios se
autodenomine nuestro «Padre celestial»!

Me gusta decirle esto a la gente porque es muy cierto. A medida que crío a mis hijos,
voy aprendiendo más y más cómo es el corazón de Dios para con nosotros. Me doy
cuenta cómo ama, cuida, enseña, consuela y dirige a sus hijos. Es paciente, cariñoso,
tierno, dadivoso y amoroso en todo sentido.

Sé también que hay veces que se siente triste porque sus hijos no confían en El y
prefieren ignorar su paternal sabiduría. Hay momentos en que se siente apesadumbrado
4 «Riqueza literaria: 2.1 unánimes juntos», Biblia Plenitud, Editorial Caribe,
Miami, FL, 1994, p. 1388.
por nuestra desobediencia. A veces debe hacernos conocer el error de nuestros caminos
y dejarnos tropezar porque no queremos que nos tenga de la mano. Y hasta debe
castigarnos para que aprendamos la manera en que debemos andar.

Todas estas cosas constituyen la tarea de un padre. No es simplemente el hecho de


que El nos da la vida lo que lo hace nuestro Padre celestial, sino también que nos educa
como hijos suyos. Cualquier padre sabe que engendrar hijos es la parte más fácil;
ayudarlos a crecer es la tarea principal. De modo que la obra de nuestra salvación—el
hacernos nacer en la familia de Dios—es algo que progresa a medida que maduramos en
nuestra vida con el Señor. No hay áreas en nuestras vidas en las que nuestro Padre no
desee participar. Dios está allí cuando trabajamos, comemos, dormimos, jugamos; sea lo
que fuere que hagamos, El está allí.

El corazón de cualquier padre se dispone a cuidar a sus hijos de esta manera. Jesús
observó que aun con nuestros hábitos pecaminosos sabemos darles buenas cosas a
nuestros hijos (Mt 7.11). Mencionó el carácter generoso de un padre terrenal para
mostrarnos de qué manera nuestro Padre celestial también desea darnos «mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos» (Ef 3.20; Flp 4.19).

Así es nuestro Padre celestial; desea dar cosas a sus hijos. Y sin embargo, nos dice
que, con todo, es preciso que pidamos. «No tenéis lo que deseáis, porque no pedís» (Stg
4.2). La Biblia a menudo nos insta a pedir. Lea los siguientes pasajes y vea lo que tienen
que decir acerca del tema de pedir:

¿Cómo hemos de pedir? QEn qué nombre, con qué actitud, estado de expectativa,
etc.?)

¿Qué deberíamos pedir?

¿De qué manera no debemos pedir?

¿Por qué tiene usted que pedir?

¿Qué pasará cuando pida?

Lucas 11.9–13
Juan 14.13, 14

Juan 16.23–27

Santiago 1.5–8

Santiago 4.2, 3

1 Juan 3.18–23

1 Juan 5.14, 15

FE VIVA

Ahora que ha podido ver de qué manera el corazón de nuestro Padre está dispuesto
a responder y satisfacer nuestras necesidades, dedique un tiempo a reflexionar sobre
cómo ha concebido el corazón de Dios para con usted en el pasado. ¿Ha considerado la
oración como el medio para convencerlo de que obre? ¿Ha sido su meta el tratar de
convencerlo de sus propios méritos con el objeto de recibir respuestas? ¿Ha pensado
que El sólo contestaba las oraciones si usted hacía las cosas correctas para «obligarlo a
responder»? Defina abajo exactamente de qué manera se ha sentido inclinado a ver el
corazón de Dios en relación a usted.

Enumere áreas donde reconozca que necesita que el amor de Dios se vuelva algo
más real. Lleve esta lista a Dios en oración y permítale obrar en relación a esas cosas en
su vida.

UNA LECCIÓN DE HUMILDAD

Cuando nos presentamos ante el Señor, la condición de nuestro corazón es lo de


mayor importancia. Debemos tener un corazón que reconozca quién y cómo es Dios (
Heb 11.6). También debemos tener un corazón que reconozca la capacidad de Dios para
responder a nuestras necesidades. Es esta comprensión de su grandeza en contraste con
nuestra insuficiencia lo que nos humilla ante su trono.

Acudir a Dios con humildad es un imperativo absoluto. Sin embargo, demasiadas


personas tienen ideas confusas acerca de lo que en realidad es la humildad. Vivimos en
un mundo en el que se entiende que ella equivale a una propuesta que dice «considérate
una especie de gusano». Esto no es así, en absoluto. La verdadera humildad tiene todo
que ver con la persona de poder en el Reino de Dios y nada que ver, en absoluto, con
sentirse avergonzado por lo que Dios ha querido que usted sea. Cuando nuestra
pecaminosa vergüenza es perdonada por medio de Cristo, lo que Dios piensa de
nosotros es que somos su tesoro. Estudie la forma en que estos versículos describen la
visión que Dios tiene de usted como Su posesión: Malaquías 3.17, 18; Efesios 2.4–6; 1
Pedro 2.9, 10.

La humildad consiste en vivir conforme a los siguientes principios: la verdad acerca


de nuestra condición de seres sin pecado ante Cristo, a pesar de nuestras fallas humanas;
la verdad acerca del poder de Dios y su tierna gracia; la verdad acerca de los demás y
sus necesidades; todas estas cosas sopesadas en oración inclinan la balanza hacia la
humildad, y de esta manera están vinculadas con la forma en que acudimos en oración a
nuestro Padre.

La manera en que se acerque a Dios debería reflejar los siguientes puntos de


reflexión. ¿Puede pensar en algún pasaje que apoye estos puntos?

1) Los métodos de Dios son más sabios que los míos, de modo que voy a vivir en
sumisión a su Palabra y a su voluntad.

2) Dios se interesa por mis necesidades y con toda seguridad que las resolverá, de
modo que se las presentaré humildemente.

3) Dios ama a este mundo, de modo que seré un instrumento suyo para alcanzar a
otros a través de mis oraciones.

Lea los siguientes pasajes para comprender mejor de qué manera humillarse delante
de Dios. Observe las cosas que han hecho otros, o las que se le aconseja hacer para ser
humilde ante Dios. ¿Qué cosas figuran en la lista? ¿Qué sucederá si hace esas cosas?
¿Qué ejemplos de humildad ve? ¿Qué hicieron esas personas para demostrar humildad o
para humillarse a sí mismos? ¿Cuál fue el resultado final que se vio en sus vidas?

2 Crónicas 32.24–26
2 Crónicas 12.1–9

Salmo 35.13, 14

Mateo 18.3, 4

Hechos 20.17–24

Filipenses 2.3, 4; 5–11

1 Pedro 5.1–7

RIQUEZA LITERARIA

Humildad, tapeinophrosune. Modestia, bajeza, un sentido de insignificancia


moral, y una actitud humilde de interés altruista por el bienestar de otros; total ausencia
de arrogancia, de engaño y de altivez. La palabra es una combinación de tapeinos
(véase más adelante), «humilde» y phren, «mente». La palabra era desconocida en el
griego clásico no bíblico. Únicamente renunciando a la autosuficiencia, los miembros
de la comunidad cristiana pueden mantener la unidad y la armonía.1

Se humille, tapeinoo. Literalmente, «rebajar»; en Lucas 3.5 el vocablo se aplica a


un monte. Metafóricamente, la palabra significa envilecer, humillar, rebajarse. Describe
a una persona que está desprovista de toda arrogancia y de auto-exaltación; alguien que
somete su voluntad a la voluntad de Dios.2

Humillaos, shafel. Rebajar, hundir, deprimir, bajar, abatir o descender. Shaphel


aparece 29 veces y generalmente se traduce como «humillar», «rebajar» o

1 «Riqueza literaria: 20.19 humildad», Biblia Plenitud, Editorial Caribe,


Miami, FL, 1994, p. 1427.

2 «Riqueza literaria: 18.4 se humille», Biblia Plenitud, Editorial Caribe,


Miami, FL, 1994, p. 1218.
«empequeñecer». El empleo de shaphel se ilustra en Isaías 2.11; 5.15. Nótese la ironía
de Proverbios 29.23: «La soberbia del hombre le abate; pero al humilde de espíritu
sustenta la honra».3

ORE CONFIADAMENTE Y CON FE

Nos puede parecer contradictorio presentarnos con humildad y a la vez con denuedo
(«confiadamente», según el término de Hebreos), pero esa es la forma exacta en que
Dios desea que acudamos a Él. ¿De qué manera pueden trabajar juntas estas dos
actitudes? ¡La clave está en una fe en Dios absoluta y totalmente dependiente!

La fe en nuestros propios planes o fuerzas sólo promueve una arrogante


autodependencia, pero la fe en la sabiduría y el poder de Dios nos estimula a acudir
confiadamente ante El, esperando recibir algo de El, a la vez que concentrándonos en
nuestra necesidad de El. Esto hace que la humildad crezca en nosotros.

Vea qué es lo que puede aprender tocante a la fe en Santiago 1.5–7; 2.14–26 y


Hebreos 11.1–12.2. Observe lo que va aprendiendo acerca de la fe, tanto positiva (lo
que debería hacer), como negativamente (lo que no debería hacer).

Santiago 1.5–7; 2.14–26

Hebreos 11.1–12.2

DE UN VISTAZO

Como obra la fe (Heb 11.1)4

3 «Riqueza literaria: 13.18 humillaos», Biblia Plenitud, Editorial Caribe,


Miami, FL, 1994, p. 911.

4 «Gráfico: Cómo opera la fe (Heb 11.1)», The Wesley Bible [La Biblia
Wesley], Thomas Nelson Publishers, Nashville, TN, 1990, p. 1858.
RIQUEZA LITERARIA

Fe, pistis. Convicción, confianza, creencia, dependencia, integridad y persuasión.


En el marco del NT, pistis es el principio divinamente implantado de confianza
interior, seguridad y dependencia en Dios y en todo lo que Él dice. La palabra, algunas
veces, indica el objeto o el contenido de la creencia (Hch 6.7; 14.22; Gl 1.23).5

Denuedo, parrhesia. Osadía para hablar, expresión sin reserva, libertad de


palabra, con franqueza, candor, valor entusiasta, lo opuesto a la cobardía, timidez o
temor. Aquí denota un don divino que recibe la gente ordinaria, no profesional, que
exhibe poder y autoridad espirituales. Se refiere también a una clara presentación del
evangelio que no es ambigua o ininteligible. Parrhesia no constituye una cualidad
humana, sino un resultado de recibir la plenitud del Espíritu Santo.6

Dudar, diakrino. Tiene dos definiciones: 1) Juzgar el fondo de un asunto; decidir


entre dos o más alternativas; hacer una distinción; separar dos componentes, elementos
o factores; someter una decisión; evaluar cuidadosamente. 2) La palabra también
connota un conflicto consigo mismo, en el sentido de vacilar, tener desconfianza, dudar,
sentirse entre dos aguas en cuanto a tomar decisiones, o claudicar entre esperanza y
temor.7

5 «Riqueza literaria 11.22 fe», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1267.

6 «Riqueza literaria: 4.31 denuedo», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami,


FL, 1994, p. 1395.

7 «Riqueza literaria: 11.12 dudar», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami,


FL, 1994, p. 1408.
Creyeres, pisteuo. La forma verbal de pistis, «fe». Significa confiar en, tener fe
en, estar plenamente convencido de, reconocer, depender de alguien. Pisteuo es más
que creer en las doctrinas de la Iglesia o en artículos de fe. Expresa dependencia y
confianza personal que deviene en obediencia. El vocablo implica sometimiento a la
voluntad de Dios y una confesión positiva del señorío de Jesús.8

JESÚS ENSEÑA LA FE

Ahora que ha podido ver lo que significa llegarse al Señor confiadamente, con fe y
con corazón humilde, lea lo que Jesús dijo acerca de ella mientras ministraba a diario a
las necesidades de la gente. Atienda a sus palabras dirigidas a los discípulos cuando les
enseñaba sobre el poder y la importancia de la fe.

Al estudiar las palabras de Jesús, conteste estas preguntas:

¿Para qué necesitamos tener fe? ¿Por qué? ¿Cuánta fe necesitamos?

¿Qué figuras usa Jesús para ilustrar una fe grande?

¿En quién hemos de tener fe?

¿Cuál es el resultado de nuestra fe?

¿A qué conduce la fe?

¿Cómo responde el corazón de Jesús a los que no tienen fe?

Mateo 9.22–29

Marcos 10.27

8 «Riqueza literaria: 10.9 creyeres», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami,


FL, 1994, p. 1463.
Marcos 11.22–26

Marcos 16.17, 18

Lucas 7.1–10

Juan 12.44–47

FE VIVA

¿Qué actitudes o emociones nuevas han surgido en su corazón, por medio de esta
lección, que desea poner delante de Dios en oración? A medida que las anote, mencione
cada una, presentándolas verbalmente ante Dios y creyendo que contestará su oración.

Lección 4—El poder de la


pureza
«Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida» (Pr 4.23).

Nuestro corazón es el centro de nuestra vida física. Si ese órgano no trabaja, la vida
es imposible. Proporciona un suministro constante de sangre a todas las partes del
cuerpo. De modo que, en su forma más elemental y sencilla, este proverbio es una
saludable llamada de atención a cuidar la condición física del corazón. Por supuesto que
el objetivo del escritor es el de advertir a los sabios con su alerta: «¡Tu parte interna, lo
más recóndito de tu corazón, requiere el máximo cuidado, espiritualmente!»

Cuidar el corazón físico es parte de la más elemental sabiduría práctica. Los


médicos nos advierten regularmente que cuidemos el consumo de alimentos que
contengan colesterol (pequeños glóbulos de gran potencial productor de grasas). Esto se
debe a que el mismo puede acumular capa sobre capa en las venas y finalmente obstruir
el flujo de la sangre por el cuerpo. Hace tan difícil el trabajo del corazón, que incluso el
más fácil puede llevar a una parálisis repentina del corazón.

Existe un peligro similar en nuestra vida espiritual si no mantenemos una actitud de


vigilancia con respecto a nuestro corazón. El pecado, lo mismo que el colesterol,
disminuye el flujo de la gracia divina en nuestras vidas (la sangre purificadora de
Jesucristo). El inevitable resultado, si no se atiende, disminuirán los latidos de nuestro
corazón en cuanto a la santidad y la «pérdida de un corazón para Dios». El flujo
purificador continuo de la obra redentora de Dios, «por medio de la sangre», es tan vital
para nuestra vida espiritual como lo es la sangre para nuestra existencia física. Sin ella
nos vamos desgastando; la pérdida de la vitalidad espiritual se hace una realidad
destructiva.

De la misma manera en que los médicos recetan dietas especiales para pacientes con
problemas del corazón, Dios ha provisto instrucciones dietéticas para nosotros, porque
forma parte de la naturaleza caída del hombre que haya una propensión a los
«problemas del corazón» (nuestras luchas con la tentación y el pecado).

Para preparar el camino y fortalecer el corazón para la oración de poder, estudiemos


las claves para la pureza personal de corazón. ¡El corazón que se mantiene puro será el
que está preparado para la oración de poder! Lea los siguientes pasajes y descubra la
dieta de Dios para la salud de su corazón. Escriba las cosas que debe hacer para
mantenerlo limpio.

Salmo 119.9–16

Proverbios 16.5–9

Juan 13.8

Hechos 2.42, 47

1 Corintios 6.9–11

Filipenses 4.8
Hebreos 9.11–15

2 Pedro 1.5–10; 3.1, 2

FE VIVA

Lea de nuevo la lista que ha escrito de las cosas que le ayudan a mantener limpio el
corazón. ¿Cuáles cree que requieren ser puestas en práctica en su vida diaria?

¿Cómo relaciona su respuesta actual y su práctica de la vida con la sabiduría que


encierran estas verdades? Escriba lo que piensa sobre esto.

LA SENDA HACIA LA PUREZA

Está muy bien darle una dieta a alguien que corre el riesgo de padecer de
insuficiencia cardíaca, pero se necesita más que una simple dieta para una persona que
está afrontando un ataque cardíaco. A pesar de la importancia de una dieta diaria para
vivir en pureza, debemos contar además con un curso de acción a tomar cuando vemos
que nuestro corazón ya está funcionando muy por debajo de lo óptimo, o peor todavía,
en medio de una crisis.

Segunda Timoteo 2.22 ofrece un plan muy claro para restaurar y vivir en pureza.
Use los versículos complementarios y las secciones de «Riqueza literaria» para que le
ayude a bosquejar esta senda.

¿Qué es lo primero que este versículo nos instruye a hacer?

Observe lo que aparece bajo «concupiscencia» en «Riqueza literaria» más adelante,


y analice Santiago 1.15, notando lo que puede suceder si no huye.

Estudie Hechos 8.21, 22 y 1 Juan 1.9; 2.1, 2. ¿Cómo debería responder si su corazón
ya está mal con Dios? ¿Qué significa aquí la palabra arrepentimiento? ¿Qué hace Jesús
cuando pecamos?
Después de huir de la «concupiscencia», ¿qué cuatro cosas debemos buscar?

Busque los siguientes versículos, meditando en cada uno a la luz de la definición de


cada palabra clave en la sección «Riqueza literaria». Luego anote de qué manera cada
una de estas cualidades nos puede ayudar a evitar que pequemos.

Justicia (Pr 11.3–6)

Amor (1 Jn 3.1–3; 5.2, 3)

Fe (Ro 1.16, 17; 5.1, 2)

Paz (Ro 14.18, 19; Mt 5.9)

RIQUEZA LITERARIA

Abogado, parakletos. De para, «junto a», y kaleo, «llamar»; de ahí surge el


concepto: Llamado a estar a nuestro lado. La palabra identifica a un intercesor,
confortador, ayudador, abogado, consejero. En la literatura no bíblica, parakletos
designaba a un abogado que acude a la corte en representación del otro.1 En 1 Juan 2.1
Jesús aparece de pie defendiéndonos y tomando nuestro lugar ante el trono de Dios de
modo que su sangre sea tomada como pago por nuestro pecado.

Arrepentíos, metanoeo. De meta, «después», y noeo, «pensar». El


arrepentimiento es una decisión que resulta en un cambio de mente, lo cual a su vez
lleva a un cambio de propósito y acción.2

Concupiscencia, epithumia. Un fuerte deseo y una intensa inclinación por


alguna cosa. Tres veces se aplica a buenos deseos. (Lc 22.15; Flp 1.23; 1 Ts 2.17). Sus
otros usos son negativos, tales como gratificar los anhelos sensuales, el deseo de las

1 «Riqueza literaria: 15.26 Consolador», Biblia Plenitud, Editorial Caribe,


Miami, FL, 1994, p. 1371.

2 «Riqueza literaria: 3.2 arrepentíos», Biblia Plenitud, Editorial Caribe,


Miami, FL, 1994, p. 1188.
cosas prohibidas, los gustos por lo malo, la codicia por las cosas que son de otro, y
querer cosas, personas, o experiencias que son contrarias a la voluntad de Dios.3

Justicia, diakaiosune. Justo, la cualidad de actuar correctamente. La palabra


sugiere conformidad con la voluntad revelada de Dios en todos aspectos. Dikaiosune
posee ambos sentidos: judicial y benévolo. Dios declara justo al creyente, en el sentido
de absolverlo, y le dispensa justicia (2 Co 5.21).4

Fe, pistis. Convicción, confianza, creencia, dependencia, integridad y persuasión.


En el marco del NT, pistis es el principio divinamente implantado de confianza
interior, seguridad y dependencia en Dios y en todo lo que Él dice.5

Amor, ágape. Una palabra a la que el cristianismo le dio un nuevo significado.


Fuera del NT, raramente se usa en los manuscritos griegos existentes de la época.
Ágape denota una invencible benevolencia y una irreductible buena voluntad, que
siempre busca el bien de la otra persona, no importa lo que ésta haga. Es el amor
sacrificial que da libremente sin pedir nada a cambio y no se para a considerar el valor
de su objeto. Ágape es un amor que se ofrece conscientemente, mientras philos
depende de circunstancias involuntarias; tiene que ver con voluntad más que con la
emoción. Ágape describe el amor incondicional de Dios por el mundo.6

Paz, eirene. Un estado de reposo, quietud y calma; una ausencia de lucha;


tranquilidad. El término generalmente de-nota un bienestar perfecto. Eirene incluye
relaciones armoniosas entre Dios y los seres humanos, entre las personas, naciones y
familias. Jesús, como el Príncipe de Paz, da paz a aquellos [que viven bajo su señorío].7

LA SENDA DE LA PUREZA CONTINÚA

Ya ha analizado el llamado al arrepentimiento y la búsqueda de un estilo de vida


piadoso. Continúe meditando sobre 2 Timoteo 2.22 y vea qué otros pasos hacen falta en
el camino hacia la pureza. Más adelante encontrará versículos y preguntas para dirigir
este estudio.

¿Debería buscar la justicia, la fe, el amor y la paz, separado de otras personas? Si no


es así, ¿a quién o a quiénes debería unirse?

3 «Riqueza literaria: 2.22 pasiones juveniles», Biblia Plenitud, Editorial


Caribe, Miami, FL, 1994, p. 1605.

4 «Riqueza literaria: 4.8 justicia», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1607.

5 «Riqueza literaria: 11.22 fe», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1267.

6 «Riqueza literaria: 5.5 amor», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1454.

7 «Riqueza literaria: 1.79 paz», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1285.
En Santiago 5.13–16, ¿de qué manera el vivir en el seno de una comunidad de
creyentes proporciona salud y pureza? ¿Qué parte tiene en esto la confesión?

Tomando como base 1 Juan 1.5–10, explique cómo el vivir en la familia de Dios
—«unidos en comunión»—contribuye a exponer y limpiar nuestros pecados. ¿Qué dice
acerca de las personas que no confiesan su pecado? ¿Qué sucede cuando confesamos
nuestros pecados?

SONDEO A PROFUNDIDAD

Las cuestiones en torno al tema de la confesión son desconcertantes para muchos.


Entre los diferentes grupos eclesiásticos la doctrina concerniente a la confesión varía
ampliamente. Vea lo que puede aprender buscando la palabra «confesión» en un
diccionario bíblico o en una enciclopedia. Para un estudio más profundo, use una
concordancia o una Biblia temática, para encontrar todas las maneras en que se hace
confesión en la Biblia. Emplee este estudio para determinar el lugar, el valor y el
método de confesión que debería adoptar en su vida.

PASIÓN POR LA PUREZA

En el Salmo 51 encontramos la oración de un corazón que clama a Dios en busca de


la restauración de su pureza. Lea este pasaje y anote lo que observa en cuanto a lo
siguiente:

1. Confesión

2. Arrepentimiento

3. Limpieza

4. Restauración
¿Cuáles son los verdaderos «sacrificios» para Dios, según el salmista?

¿Qué es lo que el salmista le pide a Dios?

ENTRE BASTIDORES

El Salmo 51 se escribió cuando David clamaba a Dios pidiendo misericordia


después de cometer adulterio, seguido de asesinato para esconder su pecado sexual (2 S
11.1–12.23). Esta historia muestra claramente el amor de Dios al enviar a Natán, el
profeta, a enfrentar y restaurar a David para volverlo a una recta relación con Él. Al
mismo tiempo, se recalca la justicia de Dios, por cuanto se rehúsa a permitir que su
siervo David siga viviendo sin confesar su pecado.

En todo este Salmo hay verdades acerca de la naturaleza y el carácter de Dios que
rara vez son comprendidas con claridad por los que no tienen una relación personal e
íntima con Él. La misericordia, la benignidad, la justicia y los anhelos verdaderos de
Dios son algunos de estos atributos.

LA VIDA DE LOS JUSTOS

El hombre justo tiene mucho que esperar del futuro, pero hay un estilo de vida que
deberá practicar con el objeto de gozar de sus beneficios. Un andar cotidiano puro con
el Señor nos bendice tanto a nosotros como a quienes nos rodean. Examine los
siguientes pasajes de las Escrituras para que lo ayuden a ver las características de esta
vida de plenitud. Registre tanto las bendiciones que recibe el justo, el recto o el puro de
corazón, como también sus acciones. Contraste estas cosas con lo que se ve en la vida
de los malvados e impíos. ¿Qué hace Dios a favor de los justos? ¿A favor de los impíos?
¿Dónde viven los justos? ¿Cómo acuden a Dios? ¿Viven allí los impíos también?
¿Pueden acudir a Dios de la misma manera?

Salmo 1.1–6

Salmo 15.1–5

Proverbios 10.2–7, 20–32


Proverbios 11.3–11, 18–23

FE VIVA

¿Qué es lo más notable que ha aprendido en esta lección?

¿Por qué cree que apunta hacia usted?

¿En qué aspecto de su vida piensa que esta lección ha de tener mayor impacto? ¿Por
qué? ¿Cuál cree que ha de ser el resultado?

¿Cómo ve la justicia de Dios en su vida? ¿Es algo que aumenta día a día? ¿Por qué
cree que es así?

¿Desea ver más pureza en su vida? Escríbale una carta a Dios expresando su deseo
de vivir en la pureza. lncluya cosas para las cuales cree que necesita la ayuda de Dios,
tales como hábitos, pensamientos, deseos malos, etc. Ore respecto a ellas, pidiéndole al
Señor que cree un corazón limpio en usted, del mismo modo que se lo pidió David en el
Salmo

Lección 5—Fieles en la
oración
«Hijos, nunca empiecen a trepar una montaña a menos que se propongan llegar
hasta la cumbre».

¡Cómo recuerdo esas palabras que mi padre nos dijo a mi hermano y a mí! Esa gran
advertencia habla tal verdad acerca de ser una persona virtuosa, perseverante,
comprometida y fiel; una persona que primero calcula y luego se prepara, según sea el
desafío, antes de lanzarse a la empresa. Al pensar en la forma de lograr fidelidad en la
oración, recuerdo las palabras de mi padre porque, al parecer, las decía con suma
seriedad; y cuando él se ponía serio, nosotros escuchábamos. Del mismo modo, es sabio
que escuchemos al Padre celestial cuando nos llama a la fidelidad en la oración.
Consulte los siguientes versículos y observe cuáles son las recompensas de «buscar» a
Dios con fidelidad, de «pedir» a Dios en grande:

Salmo 2.8

Jeremías 33.3

Juan 14.12–14

Es curioso, pero años después de que mi padre hiciera esa afirmación sobre el
«alpinismo»—sincera, sin duda—, fue que comprendí que resultaba un tanto extraña en
ese momento, porque inmediatamente después de pronunciarlas, anunció que íbamos a
abandonar, a la mitad del camino, el ascenso del «cerro» que habíamos iniciado. Pero se
debía a una cuestión de perspectiva. Apenas tenía unos cinco años por aquella época;
estábamos parados sobre una meseta, después de haber trepado un tramo bastante
inclinado (lo cual, para un niño como yo, ya era en sí una montaña). Pero enseguida nos
trasladamos de allí y nos preparamos para escalar un cerro cercano que era una montaña
y un verdadero desafío. Me parecía que habíamos abandonado una «montaña» y nos
encaminábamos hacia otra, cuando, en realidad, el cambio había ocurrido en el
momento en que estábamos a mitad de camino de un ascenso mayor. Esta cuestión de la
perspectiva—el pensar que estamos en la cumbre cuando en realidad apenas hemos
empezado—puede impedir que alcancemos las alturas del potencial que Dios tiene
preparado para nuestra vida espiritual. No es que no podamos llegar hasta la cumbre si
siguiéramos trepando. Es que nos sentimos demasiado propensos a detenernos pensando
que ya hemos llegado. Como yo, que siendo pequeño, pensaba que un pequeño tramo
del ascenso era toda la montaña, cualquiera de nosotros puede sentirse tentado a dejar
de ascender cuando en realidad estamos lejos de las alturas, sin haber visto nunca los
paisajes que el Señor nos tiene reservados.

Así, igual que con el alpinismo, no dejemos de dedicarnos a la oración hasta que
alcancemos lo que nos proponemos lograr. Tratándose de la oración, ese «proponerse»
es un compromiso que equivale a asegurarnos de que la voluntad de Dios penetre y
prevalezca en situaciones especificas dadas. Esa es la cumbre máxima.

La fidelidad es más que simplemente perseverar; requiere que la persona esté llena
de fe de un modo que produzca vida en lugar de manifestarse en una actividad inútil o
muerta (Stg 2.14–26). Jesús enseñó la fidelidad de varias maneras. Lea los siguientes
pasajes y vea lo que puede aprender de las características de la fidelidad. Las preguntas
que se formulan con cada pasaje son para ayudarlo a pensar y a responder.
Lucas 14.27–32: ¿Qué representa la preparación en relación con la fidelidad? ¿Es
posible la fidelidad sin ella? ¿Por qué?

Mateo 7.24–27: ¿Cuál es la diferencia entre creer y vivir de acuerdo a lo que se


cree? ¿Qué es lo que proporciona a nuestras vidas la fidelidad? ¿Cómo?

Lucas 16.10–12: ¿Cuál es la verdadera prueba de la fidelidad? ¿A quién se le pueden


confiar grandes cosas? ¿Puede una persona ser fiel en algunas cosas y no en otras? ¿Por
qué no?

Mateo 25.1–30: ¿De qué manera se comparan las enseñanzas de estas parábolas con
los pasajes antes mencionados? ¿Qué hicieron las vírgenes prudentes para que les
valiera el ser elegidas? ¿De qué modo fue infiel el siervo inútil?

Ya habrá notado que la fidelidad requiere preparación y una acción premeditada,


además de estabilidad. Estos son rasgos que deberá incorporar a su vida de oración.
Jesús también enseñó acerca de un aspecto más de la fidelidad en la oración. Lea Lucas
11.5–13 y 18.1–8 para ver lo que Jesús dice acerca de la insistencia y la perseverancia
cuando nos proponemos algo.

¿Qué cuadros ofrece Jesús sobre la oración?

Lucas 11

Lucas 18

¿De qué manera reflejan estos pasajes insistencia y perseverancia respecto a lo que
nos proponemos?

Lucas 11
Lucas 18

¿Qué dice Jesús que será la respuesta de Dios a la oración si perseveramos?

Lucas 11

Lucas 18

SONDEO A PROFUNDIDAD

¿Contesta Dios nuestras peticiones porque seguimos pidiendo? ¿Se rehúsa a


contestamos porque nuestra insistencia refleja falta de fe? Ambas preguntas han dado
motivo a expresiones poco serias por parte de algunos estudiosos a lo largo de los años,
y algunos de ellos han tomado decididamente partido por uno u otro lado, mientras que
otros han insistido en que hay momentos para esperar con fe y momentos para continuar
la lucha.

Más adelante encontrará una serie de pasajes bíblicos que proporcionan enseñanza
y ejemplos sobre este tema. Mientras los lea pida al Espíritu Santo que le ayude a
comprender lo que se está enseñando: Génesis 18.23–32; Josué 10.12–14; 1 Reyes
18.22–38, 41–44; 2 Reyes 13.15–19; Mateo 6.7–8; Marcos 11.22–24; Lucas 7.2–10; 2
Corintios 12.8–10; Efesios 6.18; Santiago 1.5–8.

Debe comprender que la perspectiva que tenga sobre este tema no debe separarlo de
otros miembros del cuerpo de Cristo sino, más bien, debe fortalecerlo en su vida
personal de oración mediante una mejor comprensión de la Palabra de Dios.

FE VIVA

Describa las cualidades de su carácter que indican fidelidad.

¿Qué cualidades le gustaría ver en el futuro? ¿Por qué le resultan importantes?

¿En qué áreas de su vida demuestra mayor fidelidad (por ejemplo, en la amistad, la
profesión, las finanzas, el crecimiento espiritual, etc.)? ¿Qué hace que esa área parezca
ser más fuerte que otras?
¿En cuáles aspectos demuestra el menor grado de fidelidad? ¿Por qué cree que es
así?

¿Cómo cree que puede aumentar su grado de fidelidad? ¿Qué pasos dará para
lograrlo?

ENTRE BASTIDORES

Todo el curso de la civilización occidental ha sido influenciado por la antigua


Grecia. En particular con respecto al pensamiento y a la filosofía occidentales; esto se
puede ver con claridad en el contraste entre el concepto griego y el hebreo del
conocimiento.

Para el modo de pensar griego, el conocimiento sólo tenía que ver con el
reconocimiento mental. Si una persona había estudiado un tema y estaba en posesión de
los datos, se consideraba que «sabía» el tema.

La idea hebrea del conocimiento incluía la aplicación práctica y la experiencia. El


simple estudio y el almacenamiento mental de información no era equivalente a
«saber». Para «conocer» o «saber» algo se requería de la práctica de la vida en relación
con las cosas aprendidas.

Le será de ayuda a todo cristiano comprender que lo que está por detrás de los
escritos del Nuevo Testamento es el pensamiento esencialmente hebreo, aunque fue
escrito en griego, por ser esa la lengua común de la época. El concepto bíblico de
«saber» o «conocer» comprende la experiencia, no simplemente estar expuesto a la
verdad o a un conjunto de datos.

EL NOVENTA Y NUEVE POR CIENTO DE LA FE ES FIDELIDAD

La parte principal de nuestro andar en fe con Jesús consiste en vivir una vida de
fidelidad. A menudo nos concentramos tanto en la necesidad de tener fe, que no
alcanzamos a reconocer que la fidelidad consiste en una existencia que se «vive por fe»
más bien que del esfuerzo por «tener fe».

Una de las afirmaciones sobre la fe más frecuentemente citadas del Nuevo


Testamento es una cita de un versículo del Antiguo Testamento. Valiéndose de la
sección «Riqueza literaria» más adelante, compare Habacuc 2.2–4 con Hebreos 10.36–
38 y conteste las siguientes preguntas:

¿De qué manera se vinculan «fe», «fidelidad», «paciencia» y «esperar» en estos


pasajes?
¿Para qué necesitamos tener la virtud de la paciencia? (Véase también Stg 1.12.)

¿Quién recibirá las promesas que Dios ha hecho aquí? ¿Cuáles son las
características de aquellos que no recibirán tales promesas?

¿De qué manera las definiciones de la fe que aparecen a continuación muestran la


necesidad de perseverar?

RIQUEZA LITERARIA

Fe, pistis. Convicción, confianza, creencia, dependencia, integridad y persuasión.


En el marco del NT, pistis es el principio divinamente implantado de confianza interior,
seguridad y dependencia en Dios y en todo lo que Él dice.1

Vivirá, chayah. Existir, preservar, florecer, disfrutar de la vida, vivir felizmente,


respirar, estar animado, recuperar la salud, vivir ininterrumpidamente. La idea
fundamental es «vivir y respirar». En el pensamiento hebreo, la respiración constituye
una evidencia de la presencia de vida. De ahí que las palabras hebreas para «ser
viviente» o «animal» (chay) y «vida» (chayyim) sean derivados de chayah. Este
verbo aparece cerca de 250 veces en el Antiguo Testamento. Muchas referencias
sugieren que «vivir» es el resultado de hacer lo correcto (Dt 4.1; 30.19, 20; Pr 4.4; 9.6;
Am 5.4).2

Justo, tsaddiq. Uno que es justo, correcto, claro, limpio, apropiado. Una persona
que se caracteriza por su integridad, equidad y espíritu justiciero[…] tsadaq, que
significa: «ser justo, estar justificado y limpio». Tsadaq y sus derivados encierran la
idea de justicia e integridad en la forma de vivir.3

De verdad, ˒emunah. Firmeza, estabilidad, lealtad, conciencia, consistencia,


certeza; aquello que es permanente, firme y duradero. ˒Emunah viene de la raíz
˒aman, «firme, seguro, establecido». La palabra «amén» deriva de esta misma raíz y
significa: «¡Seguro, así es verdaderamente!»[…] A menudo se traduce como «fidelidad»
o «verdad», ya que se considera la verdad como algo cierto, estable e inmutable. Esta
palabra aparece en Habacuc 2.4, ese gran versículo tan influyente en el pensamiento del

1 «Riqueza literaria: 11.22 fe», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1267.

2 «Riqueza literaria: 2.4 vivirá», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1129.

3 «Riqueza literaria: 1.18 justo», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 963.
Nuevo Testamento y la historia de la Reforma: «El justo vivirá por su ˒emunah», es
decir, gracias a su firme, inconmovible y sólida fe.4

BENDICIONES DE LA FIDELIDAD

Ser fiel no es simplemente el cumplimiento de un deber, sino la característica de que


nuestras vidas estén «llenas de fe», lo cual trae bendición consigo. Existen las
bendiciones de permitirle al Señor que se ocupe cada día de nuestras necesidades (Sal
5.1–3), las que vemos cuando nuestras oraciones son contestadas (Stg 5.15–16) y las
bendiciones de vivir con sabiduría (Mt 7.24–27). Proverbios 28.20 dice que el hombre
fiel «tendrá muchas bendiciones».

Hay muchas de ellas que aguardan a los que son fieles, pero la fidelidad es algo a lo
que somos llamados. Demanda que hagamos nuestra parte. Esto, a su vez, libera—por
la acción de la fe—la operación del poder de Dios, que trae la recompensa de la fe. En
los siguientes pasajes encontramos un cuadro donde el hombre hace su parte. No
importa cuán pequeña haya sido, cada cual tuvo que hacer lo necesario para que la
voluntad de Dios se cumpliera.

Escriba todas las cosas que se logran por medio de los siervos fieles de Dios en cada
uno de los pasajes a continuación. ¿Qué se «libera» en cada una de estas acciones
poderosas de Dios por medio de la obediencia fiel?

Hechos 12.5–10

La acción del hombre:

La acción de Dios:

Hechos 2.40–47

La acción del hombre:

4 «Riqueza literaria: 28.20 de verdad», Biblia Plenitud, Editorial Caribe,


Miami, FL, 1994, p. 793.
La acción de Dios:

Hechos 8.26–38

La acción del hombre:

La acción de Dios:

FE VIVA

De su estudio, ¿qué es lo más importante en cuanto a la fidelidad en la oración?


¿Qué la hace tan importante?

¿Cómo describiría la diferencia entre los frutos de una fiel vida de oración y una
esporádica? ¿Por qué piensa eso?

¿Crece la fidelidad en su vida de oración? Describa el desarrollo que haya podido


observar recientemente:

¿Qué factores han llevado a este patrón de crecimiento?

Dedique un tiempo para revisar sus respuestas y ver qué cosas hay de las que le
gustaría conversar con el Señor. Es posible que necesite ayuda para algunas de ellas o
quizás quiera alabar al Señor por lo que le ha visto hacer.

FIDELIDAD EN ACCIÓN

En Josué 10 aparece un cuadro de fidelidad dramatizado para nuestro provecho.


Josué y las tropas de Israel estaban en guerra con los ejércitos de los amorreos. Dios se
había propuesto llevar a cabo una obra poderosa a favor de Su pueblo y, en efecto, la
batalla se libró a favor de Israel. Josué se dio cuenta que no terminaría hasta caer la
noche y que un remanente del ejército enemigo lograría escapar.
Es en ese momento que Josué se detuvo, lleno de fe, y expresó las palabras que
aparecen en el capítulo 10.12–13. Ocurrió algo increíble al ordenar verbalmente al sol y
a la luna que se detuvieran hasta obtener la victoria final. Hizo esta petición al Señor
ante el pueblo y Dios contestó su oración. Esta historia es una maravillosa figura de lo
que significa la intercesión, ya que el ejército de Israel salió a luchar a favor de un
aliado. Es también una hermosa ilustración de la guerra espiritual, por cuanto Josué
actuó con autoridad sobre los dioses a los que adoraban los amorreos (el sol y la luna).
Pero ambos fueron efectivos por medio del ejemplo de fidelidad de Josué.

Lea el relato de este hecho en Josué 10.1–14 y utilice las preguntas que aparecen
más adelante para que le sirva de ayuda al estudiar esta figura de fidelidad.

¿Por qué los israelitas lucharon a favor de los gabaonitas? (Véase el trasfondo en
Josué 9.) ¿Cómo guiaba Josué a Israel a ser fiel de esta manera?

¿Qué dijo Dios a Israel acerca de esta batalla? ¿Cómo la respuesta de Israel
demostraba su fe?

A la luz de la palabra de Dios dada a Israel, ¿cómo la oración de Josué para que el
día se prolongara muestra la fidelidad que completa lo que Dios le llamó a hacer? ¿De
qué modo fue una respuesta de fe a la palabra de Dios?

FE VIVA

Después de estudiar esta lección, ¿cómo describiría la fidelidad? ¿Cómo la


explicaría en relación con la oración? ¿Alcanza a ver de qué manera el compromiso de
fidelidad y la responsabilidad ante el deber abren la puerta a la audacia de las
posibilidades milagrosas de la oración? Deténgase ahora, pídale al Señor que le haga
más fiel y le muestre cómo desarrollar esa cualidad en su vida.

Lección 6—La intercesión


¿Cómo se sentiría si la persona más rica y exitosa en su campo de trabajo le pidiera
que fuera su socio? Podría preguntarse por qué lo eligió, o quizás pensar en algo que
pudiera aportar al negocio. Lo más probable es que se sienta honrado ante tal pedido y
lo acepte sin titubeos, sobre todo si está convencido de su genuino interés y
preocupación por usted.

El hecho es que Dios nos ha pedido que seamos socios suyos. Como nuestro Padre
celestial, le ha pedido que ingrese en su empresa familiar. Su solicitud no se basa en
algo que usted pueda hacer, sino más bien en la persona que Él lo ha destinado a ser. Él
lo ha creado para ser su hijo y lo ha llamado a ser su embajador en la tierra. El gran
valor que otorga a esta relación se debe a su amor por usted.

Es triste decirlo, pero muchos de los hijos de Dios actúan con negligencia en cuanto
a la empresa a la que han sido llamados a participar. La mayoría de las veces se debe a
que simplemente no comprenden el trabajo que les corresponde hacer. Dondequiera que
miremos, nos encontramos con creyentes que intentan todo tipo de acciones piadosas,
que constituyen sinceros esfuerzos por «ayudar» a Dios, pero que pocas veces realmente
actúan «en sociedad con Dios». Entrar en sociedad con Él significa tener acceso a sus
recursos y utilizar al máximo, gracias a su poder, la fuente de poder que Él quiere que
obre en y a través de nosotros. «Ayudar a Dios» es a menudo e inconscientemente lo
opuesto; es buscar que Dios entre en nuestra agenda o que bendiga nuestros enérgicos
esfuerzos por interpretar su voluntad. Pero hay un modo de evitar esto último y de
obtener discernimiento acerca de lo primero, y la senda para descubrirlo es la oración.
Comenzar a orar nos llevará al creciente privilegio de la oración intercesora.

La intercesión nos conduce al corazón mismo de nuestra más poderosa posibilidad


como «socios de Dios». Aunque la oración intercesora no es en verdad lo único que
como creyentes estamos llamados a cumplir, es decididamente una de las principales y
más elementales responsabilidades que debemos procurar sobre las que Dios se expresa.
Hagamos un ejercicio de dos pasos: 1) Escriba los primeros dos versículos de 1 Timoteo
2, poniendo en mayúsculas las palabras «ANTE TODO». 2) Luego lea los pasajes de la
lista que aparece abajo, usando las siguientes preguntas que lo ayudarán a aprender lo
que significa entrar en sociedad con Dios por medio de la intercesión. La sección
«Riqueza literaria» lo guiará en este estudio.

¿Qué hace Dios en este pasaje?

¿Qué busca?

¿Qué sucede cuando no hay intercesor?

¿Cómo se relaciona esta obra intercesora con el trabajo que, como puede ver,
realizan Jesús y el Espíritu Santo?
¿De qué manera interceden por nosotros?

RIQUEZA LITERARIA

Brecha, perets. Una abertura, fisura, grieta, especialmente una grieta en la


muralla. Perets viene del verbo parats, que quiere decir: «abrir, romper o penetrar».
Dos versículos (Is 58.12; Am 9.11) muestran que las brechas o las grietas deben ser
reparadas. El versículo anterior se refiere a las ruinas físicas y espirituales de Sion, y el
otro al tabernáculo de David. En Ezequiel 22.30, «[ponerse] en la brecha» es una
metáfora que ilustra una intercesión comprometida. Esta se refiere a la brecha entre
Dios y el hombre, que un intercesor trata de reparar.1

Ezequiel 22.30, 31

RIQUEZA LITERARIA

Oren, paga˓. Alcanzar, encontrarse con alguien, presionar o persuadir a alguien;


encuentro; rogar, pedir urgentemente[…] En algunos pasajes tiene el sentido de
«encontrar», como en Josué 2.16. En Josué 19.27, paga˓ se refiere a la extensión de las
fronteras de una tribu. Algunas veces, el verbo se refiere a «caer» sobre alguien en una
batalla, es decir, encontrarse con el enemigo con intenciones hostiles (1 R 2.29).
Paga’también implica la idea de interceder, es decir, el proceso mediante el cual un
suplicante alcanza a un superior y le presenta una petición urgente. Por lo tanto, la
intercesión implica el alcanzar y encontrarse con Dios para rogarle su favor.

Isaías 53.12

RIQUEZA LITERARIA

Para interceder, entunchano. Coincidr, tener un encuentro con alguien para


conversar. un encuentro casual, se pasa a la persona un servicio a favor de otra, aun
cuando en algunas ocasiones la petición pudiera estar dirigida en contra de esa otra
persona (Hch 25.24; Ro 11.2).3

Romanos 8.26–28

1 «Riqueza literaria: 22.30 brecha», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami,


FL, 1994, p. 998.

3 «Riqueza literaria: 7.25 para interceder», Biblia Plenitud, Editorial Caribe,


Miami, FL, 1994, p. 1630.
Hebreos 7.24, 25

1 Juan 2.1

FE VIVA

¿Puede describir claramente la diferencia entre «ayudar» a Dios y «asociarse» a Él?


Escriba lo que piensa o siente acerca de la idea de ser socio directo de lo que el Señor
hace. ¿De qué manera puede mejorar su participación?

¿Hasta qué punto le resulta importante que la misericordia y la liberación


(salvación) se le brinden cuando en realidad merece el juicio? ¿Qué puede hacer para
que esto suceda?

Defina «intercesión» tal y como comienza a comprenderla, y relacione su


importancia con el esfuerzo espiritual.

¿De qué manera reordenaría su vida de oración para indicar la importancia de la


intercesión?

CÓMO ACOPLAR LA VOLUNTAD DE DIOS


A LA NECESIDAD DEL HOMBRE

El Salmo 23 comienza afirmando que puesto que el Señor es mi pastor, nada me


falta. No me falta nada de mis necesidades, porque el Buen Pastor las cubre todas. Este
es el plan de Dios para toda la humanidad: responder a nuestras necesidades.

Sin embargo, una vez que hemos aprendido el camino a seguir en pos de nuestro
gran Pastor y aprendimos la bendición de que El satisface nuestras necesidades, nos
invita a aprender el camino de la oración que comienza a presentar las necesidades de
otros ante Su trono. Hay multitudes de ovejas perdidas o extraviadas para las cuales
nuestras oraciones «cubren la brecha». Es un hecho extraordinario que el Dios
Todopoderoso nos haya invitado a ser los instrumentos de oración por los que estas
ovejas perdidas comienzan a descubrir el corazón del Pastor y su provisión para ellas.

Debido a que el deseo de Dios es responder a las necesidades de todas las personas,
nos pide que intercedamos; que nos coloquemos entre las necesidades de otros y Su
voluntad, con el objeto de atraerlas. Por supuesto, Dios es plenamente capaz de llevar a
cabo acciones a favor de otros por su propia voluntad y poder soberanos, sin considerar
nuestro papel intercesor. Pero el hecho asombroso es que no lo ha hecho ni lo hace. En
cambio, su decisión soberana consiste en actuar sólo en respuesta a las oraciones de su
pueblo. No sólo nos invita a asociarnos a El; insiste en que así sea.

Lea los siguientes pasajes de las Escrituras para ver ejemplos de intercesión. Escriba
una definición de intercesión que se aplique a cada pasaje en particular.

1 Samuel 14.45

2 Samuel 23.11, 12

Ezequiel 22.30

1 Juan 2.1, 2

¿Qué similitudes hay en estos pasajes?

¿Qué cosas son diferentes?

Combinando las definiciones que anteceden en una declaración conjunta, escriba su


propia definición de intercesión:

FE VIVA

¿Cómo se adapta su definición de intercesión a su vida de oración? Piénselo y


exprese la diferencia entre su tiempo devocional diario con Cristo y sus momentos de
intercesión por otros. ¿Cuáles son las características de cada aspecto de la oración, es
decir, de las del devocional comparadas con las de la intercesión?
¿Qué cosas cree que necesita aprender a usar con el objeto de crecer en la
intercesión como lo desearía?

Tómese el tiempo necesario para orar acerca de estas cosas antes de continuar este
estudio. Luego, busque a alguien que sea su compañero de oración y que lo ayude a
responsabilizarse para que estas cosas se desarrollen en su vida.

EJEMPLOS VIVOS DE INTERCESIÓN

En todo el Antiguo Testamento la intercesión es vista como parte del plan de Dios
para su pueblo, lo cual se muestra en la vida de algunas de las personalidades más
conocidas de las Escrituras. Con estos hombres santos como modelo del papel
intercesor, sigamos aprendiendo más acerca de este aspecto poderoso del plan de Dios
con respecto a nuestro potencial de oración.

No hay mejor manera de aprender que por medio del ejemplo. Una vez que
podemos ver algo en acción, parte del misterio desaparece y la comprensión resulta más
fácil. Con esto en mente, lea los pasajes que enumeramos abajo y use las preguntas del
estudio para ayudar a orientar sus pensamientos. Cada uno de estos ejemplos ofrece una
percepción importante sobre los efectos prácticos de este tipo de oración.

EJEMPLO 1: Abraham intercede por Sodoma y Gomorra: Génesis 18.17–33

¿Qué motivación indica el Señor por la cual decide contarle sus planes a Abraham?
¿Cuáles son esos planes? (vv. 17–19)

¿Qué le pregunta Abraham al Señor en respuesta? (v. 23)

¿Cuáles son las preocupaciones de Abraham? ¿En qué medida eran consecuentes
con el carácter de Dios? (vv. 24, 25)

¿Qué observa acerca de la manera en que Abraham escucha la respuesta de Dios


durante este tiempo de intercesión? ¿Qué responde Dios a la intercesión de Abraham?
(vv. 26–33)

EJEMPLO 2: Moisés intercede por Israel: Éxodo 32.31–35; 33.7–14


¿Cuál es el escenario crítico de esta reunión intercesora? (32.1–31)

¿Cuál es la oración de Moisés?

¿Qué aprendemos sobre la naturaleza del andar de Moisés con el Señor? (33.9–11)

¿Cuál es el primer enfoque de la intercesión de Moisés y qué dice Dios? (vv. 12–14)

¿Qué razones le da Moisés a Dios al expresar su deseo de que perdone a Israel? (vv.
15, 16a)

¿Cómo se relacionan estas razones con el carácter de Dios? ¿De qué manera se
relacionan con el honor de Dios? (vv. 16b, 17)

Observe el privilegio que Dios le concedió a Moisés como resultado de su generosa


intercesión (vv. 18–23). ¿Qué podríamos esperar de nuestra propia relación con Dios si
nos propusiéramos alcanzar un grado de intercesión semejante a este?

EJEMPLOS VIVIENTES, CONTINUACIÓN

En Abraham y Moisés vemos unos intercesores que oraban directamente por otros
mientras estaban a salvo (es decir, no experimentaban crisis; ni estaban, como en estos
ejemplos, bajo el juicio de Dios). Aunque este caso es frecuente, habrá momentos en los
que nos veremos más involucrados directamente con las necesidades por las que
oramos, como en los siguientes ejemplos tomados de la Biblia.

Lea estos pasajes de las Escrituras y vea qué puede aprender en base a los relatos de
hombres que intercedieron por una situación en la que estaban personalmente
comprometidos.
EJEMPLO 3: David intercede por su hijo: 2 Samuel 12.13–23

¿Qué hace David mientras ora? ¿Qué busca?

¿Cuál es la respuesta de Dios a la oración de David? ¿Cómo responde David?

¿Cómo David rehúsa vivir en derrota una fe pura en Dios?

EJEMPLO 4: Daniel intercede por Israel: Daniel 9.1–19

¿Qué motiva a Daniel a orar? ¿De qué manera se basa su actitud en la oración en la
Palabra de Dios? (vv. 1–4)

¿Qué actos de naturaleza física hace Daniel mientras ora? (y. 3) ¿Qué clase de
corazón muestra hacia Dios? (y. 4a)

Enumere las formas en que Daniel se identifica plenamente con los pecados y las
necesidades de Israel. ¿Se separa de ellos en su oración? (vv. 5–11)

¿Qué dice acerca de la justicia de Dios? ¿Qué merece el pueblo de Israel? (vv. 12–
14) ¿Qué pide? (vv. 15–19)

A pesar de que Daniel ha vivido con rectitud, todavía se identifica -en su


intercesión- con la pecaminosidad de aquellos por los que ora. ¿Qué podría aprender a
usar al estudiar la actitud humilde de Moisés y de Daniel en la oración?

EJEMPLO 5: Jesús. el ejemplo perfecto


Como siempre, Jesús es el ejemplo máximo, y en el caso de la intercesión nos ofrece
un estudio sobre el verdadero intercesor. Recuerde que las palabras en una oración no
constituyen todo lo que dice el intercesor, ya que las acciones de su vida también
pueden decir mucho. Jesús no sólo rogó por nosotros cuando oraba por todos los
creyentes (Jn 17), y no sólo continúa intercediendo por nosotros a la diestra de Dios el
Padre (Heb 7.25; 8.1), sino que se convirtió en el intercesor perfecto al colocar su vida
en la brecha por usted y por mí (Is 53.12; 59.16, 17). Esta es la expresión máxima de la
intercesión. Dé tres pasos:

1. Observe los pasajes de Isaías. ¿Ve a Jesús descrito como intercesor? Reflexione
sobre Isaías 53 y note las cosas que Jesús hizo: (a) para cumplir la profecía; (b) como
acción intercesora.

2. La noche antes de morir, Jesús hizo una gran oración de intercesión para todos los
tiempos: Juan 17. (a) Enumere las cosas claves por las que ora; (b) ¿Cuántas veces ora
por la unidad («que sean uno»)?

3. De acuerdo a Hebreos 7.25 y 8.1, ¿dónde está Jesús en este momento, qué está
haciendo y por qué? ¿Qué podríamos aprender acerca de: (a) las razones que nos
permiten sentir serenamente confiados; y (b) las acciones que sirven de modelo para
activar nuestra vida de oración?

FE VIVA

¿Qué aspectos sobre la intercesión ha visto que pueda utilizar ahora? Escriba las
maneras en que espera ponerlos en práctica.

Haga una lista de oración para sus momentos de intercesión. Incluya los nombres de
personas, naciones, iglesias, ministerios, cuestiones sociales y morales, etc. Es posible
que quiera remitirse al capítulo 3 y repasar la primera sección tocante a temas por los
cuales debemos orar.
Lección 7—La guerra
espiritual
No cayeron bombas, no se dispararon salvas ni murió nadie. Sin embargo, hubo gran
violencia. La tierra tembló, las puertas de la prisión se abrieron, los guardias fueron
sometidos y, en efecto, hubo una batalla. Pero, aunque hubo resultados físicos, esta no
fue una lucha de un hombre contra otro en un enfrentamiento corporal. Esta fue una
batalla espiritual que se inició con la oración.

Comenzó cuando dos misioneros predicaban el evangelio y confrontaron de manera


directa a una mujer endemoniada. Procedieron a ordenar en nombre de Jesús que el
espíritu la dejara y el demonio huyó. Pero, como sucede en la mayoría de las batallas,
hay pocas victorias decisivas de inmediato. Sobrevinieron contraataques satánicos que
suscitaron disturbios callejeros por lo ocurrido y los misioneros fueron encarcelados.

A partir de eso siguió la lucha encarnizada, por lo que estos dos hombres se
propusieron continuarla por medio de la oración y la alabanza a Dios. Al poco tiempo
las cadenas que los tenían amarrados y las puertas que les cerraban el paso se abrieron
por efecto de un poderoso terremoto. Esta respuesta a la oración no fue el final de la
batalla. Esto hizo posible que se hablara del evangelio al carcelero, y su familia en pleno
recibió la salvación esa noche.

Este ejemplo poderoso de guerra espiritual está registrado en Hechos 16.16–34.


Deténgase ahora y lea todo el pasaje. Luego repase lo anterior y compruebe cómo se
ajusta cada frase. A continuación use el texto para responder a estas preguntas:

¿Qué clase de libertad recibió: (a) la esclava, (b) Pablo y Silas, y (c) el carcelero
gracias a la lucha espiritual?

¿De qué manera esta batalla le abrió las puertas a cada una de estas personas?

¿Puede suponer que el encarcelamiento de Pablo y Silas podría ser una venganza del
espíritu inmundo que habían echado, igual que la actitud vengativa de comerciantes
inescrupulosos? ¿Qué lección podemos aprender a la luz de esto?

¿Qué respuesta tuvieron Pablo y Silas en su situación? ¿Qué herramientas usaron


para la batalla?

FE VIVA
¿De qué manera lo afectan las historias bíblicas como esta? ¿Se sorprende a sí
mismo pensando que ese episodio es algo que se adapta a otra época y lugar? Piense en
esto un momento.

Con frecuencia resulta muy fácil observar los grandes milagros que Dios ha hecho
como pensar que son cosas que nunca habrán de pasar aquí y ahora. No es que
pensemos que Dios no pueda hacer estas cosas hoy, ni siquiera que creamos que no las
hará. Simplemente parece que nos cuesta imaginar que puedan suceder y que nosotros
tengamos un papel clave en la situación.

¿En qué situaciones le gustaría ver que Dios haga cosas poderosas y
transformadoras? Sea realista con el clamor de su corazón, el deseo de una visitación de
la gracia de Dios. Al menos, no titubee mientras escribe detalladamente cuál es esa
«visión» por la que ora, la que Él ha puesto en su corazón.

LA NATURALEZA DE NUESTRA LUCHA

La guerra es incesante, se desarrolla siempre a nuestro alrededor, aunque no


podamos verla ni estar conscientes de ella. ¿Alguna vez leyó pasajes de las Escrituras
como el que acabamos de leer y se ha preguntado si se trata realmente de una batalla
espiritual? En muchas partes de la Biblia vemos ejemplos de ella, pero como el pasaje
no dice: «Esta es una batalla espiritual», muchos no entienden lo que está aconteciendo
en el reino invisible.

Para comprender la guerra espiritual pensemos primero qué es la guerra. Dicho en


términos sencillos, es el conflicto que ocurre cuando una parte intenta obtener por la
fuerza algo que la otra no quiere conceder voluntariamente, o cuando ambas partes
desean poseer algo que no pueden compartir.

La guerra espiritual es la batalla continua entre los ejércitos de Dios y las fuerzas del
diablo. No es poesía ni juego; es algo real, sus estragos se producen en las almas de
seres humanos dotados de libre albedrío. Si se tratara simplemente de una cuestión de
poder, el Dios Todopoderoso podría dominar al príncipe de las tinieblas en un momento.
Pero debido a que el desequilibrio de la lucha depende de la voluntad humana—de
aceptar o rechazar el gobierno divino; de creer o rechazar la gracia divina—, la lucha
por las mentes y los cuerpos continúa. El adversario, que odia todo lo que se parezca
remotamente a la imagen de Dios, odia al hombre e intenta controlarlo.

Los siguientes pasajes de la Biblia nos enseñan a cómo ser soldados efectivos en el
ejército de Dios. Al leerlos, use las preguntas para obtener una mejor comprensión de la
naturaleza de esta guerra.

Lucas 11.2: Según las palabras de Jesús, el objetivo de nuestra lucha es el dominio
de la voluntad de uno de los poderes sobre el otro. Defina qué significa esto en base al
versículo.
Mateo 16.18–19: ¿De qué manera describe Jesús el objetivo tanto en términos
positivos como negativos? («Puertas» se refiere al antiguo asiento de los consejos
militares.)

Lucas 12.31; Colosenses 1.13: Describa los dos reinos en combate.

Mateo 6.13: ¿Qué conocida oración expresa nuestra seguridad de obtener la


victoria? Ilustraciones de esto: analice a Pedro (Lc 22.31) y a Pablo (2 Co 12.7–9), y
describa las situaciones en las que fueron «librados» y obtuvieron la victoria.

PREPARADOS PARA LA BATALLA

La realidad de la lucha espiritual nos insta a aprender cuán sabio es tener una
preparación apropiada. El pasaje que se indica más adelante contiene la instrucción
clásica y completa para prepararnos para una batalla espiritual, la lucha en las «regiones
celestes»; esto es, «el reino invisible de los conflictos espirituales» que siempre nos
rodea.

Efesios 6.10–18

¿Cuáles son las órdenes a seguir cuando se acerca la batalla? (vv. 10–11)

¿Cuál es la naturaleza de su opositor y qué descripción tenemos de sus tropas? (y. 12


)

¿Por qué debe usar la armadura de Dios, y qué promesa contiene esta orden? (y. 13)

¿Cuál debe ser su posición permanente en la batalla? ¿De qué manera podría
lograrse? Use sus propias palabras. (y. 14a)
¿En qué sentido depende la armadura de que viva sujeto a lo que Dios provee, más
que de sus propios esfuerzos? (y. 14b)

DE UN VISTAZO

Observemos de manera cuidadosa la «armadura de Dios». A continuación hay seis


de las palabras clave que describen la significación espiritual de esta armadura que debe
usarse durante una batalla invisible, aunque mortalmente real. En primer lugar, lea las
descripciones completas y la siguiente sección «Riqueza literaria». Luego, tome la idea
clave de cada parte y transfórmela en una aplicación a la conducta; es decir, si se va a
poner esta armadura, ¿de qué manera va a afectar su estilo de vida y sus hábitos de
oración? Utilice el espacio señalado como «Aplicación a la conducta» que sigue a cada
parte del equipo que analizamos, y describa su previsible respuesta a cada versículo al ir
preparándose para la batalla.

LA ARMADURA DEL EJÉRCITO DE DIOS

EQUIPO VERSÍCULO NOTAS SOBRE SU USO


TODA LA Ef 6.13 Esta armadura está preparada para que usted pueda
ARMADURA resistir todos los embates del adversario. Asegúrese de
usar la armadura completa, ya que si lo hace
parcialmente, será vulnerable a los ataques (Lc 12.1–5).
Jesús nos advierte sobre esa clase de insensatez e
hipocresía, cuando aclara que ella nos llevará al
desastre (Mt 7.26–27).
LA VERDAD Ef 6.14 La verdad es lo que mantiene la armadura en su lugar.
Si no se tiene un dominio firme de la verdad, su
armadura tendrá áreas desprotegidas que presentarán un
blanco fácil para que el enemigo ataque. Estudie
cuidadosamente la Palabra de Dios (2 Ti 2.15) y preste
atención a la sana enseñanza de líderes piadosos (Hch
2.42) para estar lleno de la verdad y, de ese modo,
preparado para la batalla.
Aplicación a la conducta:
JUSTICIA Ef 6.14 «Vestidos con la coraza de justicia», es decir, la
armadura del cuerpo que protege sus partes vitales.
También se la menciona como la coraza de fe y amor (1
Ts 5.8), significando así que en el Reino de Dios, el
cumplimiento de toda la Ley (y por lo tanto la
justificación) es el amor (Mt 22.37–40); y que la
entrada en el Reino es sólo por la fe que obra justicia (
Ro 10.4–10).
Aplicación a la conducta:
EVANGELIO Ef 6.15 El evangelio de la paz—el mensaje de salvación por
DE LA PAZ medio de Jesucristo, que trae la paz con Dios (Ro 5.1–5
)—es el calzado del guerrero. «¡Cuán hermosos son los
pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian
buenas nuevas!» (Ro 10.15). Nada puede darle a sus
pies más firmeza que depender plenamente del terreno
inconmovible e inmutable del evangelio (Ap 14.6).
Aplicación a la conducta:
FE Ef 6.16 El constante ataque del enemigo tratará de desalentarlo
y desmoralizarlo. Pero el escudo de la fe le
proporcionará protección contra dichos ataques
«apagando», es decir, tragándose la potencia de fuego
del enemigo. Recuerde que no debe nunca basar su fe
en sus propias fuerzas, lo cual es necedad, sino que su
escudo de la fe debe estar en Dios y en su poder para
vencer al enemigo (Pr 3.5–8).
Aplicación a la conducta:
SALVACIÓN Ef 6.16 La salvación es el yelmo que protege su cabeza. Esto
nos muestra que la salvación de Dios no es sólo la
aceptación de la muerte y resurrección de Jesús para el
perdón, sino que se refiere también al proceso redentor
total, que incluye la renovación de nuestras mentes (Ro
12.1–2). Esto se encuentra por medio del compromiso
vital de caminar diariamente con el Señor.
Aplicación a la conducta:
PALABRA DE Ef 6.17 Su arma principal es la más filosa de las hojas, cuyo
DIOS filo no puede ser desgastado por el tiempo ni por el uso
(Heb 4.12). Empuñar esta poderosa espada no sólo
derrota al enemigo sino que además fortalece y dirige
al guerrero (Sal 119.105). Debemos envainar nuestras
espadas, guardándolas dentro de nuestros corazones a
fin de impedir que el enemigo nos haga cautivos (Sal
119.11).
Aplicación a la conducta:

RIQUEZA LITERARIA

(Para analizarse antes de comenzar la «Aplicación a la conducta» de cada una de las


partes de la armadura. Capte la riqueza del significado de cada palabra, en tanto se
aplica a la idea de que cada cual se «arme».)

Evangelio, euangeion. Compare «evangelio», «evangelizar», «evangelístico».


En la antigua Grecia, euangelion designaba la recompensa que se daba por entregar
algún mensaje o buenas noticias. Más tarde, llegó a significar las mismas buenas
noticias. En el NT, esta palabra incluye, por un lado, la promesa de salvación y, por el
otro, su cumplimiento gracias a la vida, muerte, resurrección y ascensión de Cristo
Jesús. Euangelion designa también los primeros cuatro libros del NT: Mateo, Marcos,
Lucas y Juan.1

1 «Riqueza literaria: 1.1 evangelio», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami,


FL, 1994, p. 1246.
Fe, pistis. Convicción, confianza, creencia, dependencia, integridad y persuasión.
En el marco del NT, pistis es el principio divinamente implantado de confianza
interior, seguridad y dependencia en Dios y en todo lo que Él dice. La palabra, algunas
veces, indica el objeto o el contenido de la creencia (Hch 6.7; 14.22; GI 1.23).2

Paz, eirene. Un estado de reposo, quietud y calma; una ausencia de lucha;


tranquilidad. El término generalmente de-nota un bienestar perfecto. Eirene incluye
relaciones armoniosas entre Dios y los seres humanos, entre las personas, naciones y
familias. Jesús, como el Príncipe de Paz, da paz a aquellos que [viven sujetos a su
señorío].3

Justicia, dikaiosune. Justo, la cualidad de actuar correctamente. La palabra


sugiere conformidad con la voluntad revelada de Dios en todos aspectos. Dikaiosune
posee ambos sentidos: judicial y benévolo. Dios declara justo al creyente, en el sentido
de absolverlo, y le dispensa justicia (2 Co 5.21).4

Verdad, alethuo. Derivada del negativo a, y Ianthano, «estar escondido»,


«oculto». Compare «latente», «letargo», «letal». Aletheia es lo opuesto de ficticio,
fingido o falso; denota veracidad, realidad, sinceridad, exactitud, integridad, formalidad
y propiedad.5Esta palabra se usa, sobre todo, respecto a doctrinas o enseñanzas.

Salvación, soterion. Rescate, liberación, seguridad, entrega, salida, preservación;


vocablo que designa universal-mente la salvación cristiana[…] Soterion se usa
solamente cinco veces [en el NT. En la mayoría de los casos se usa soteria, que es la
forma más común]. Es una palabra del todo inclusiva que significa perdón, sanidad,
prosperidad, libertad, seguridad, rescate, liberación y restauración. La salvación de
Cristo abarca el ser humano en su totalidad: espíritu, alma y cuerpo.6

FE VIVA

Al ver la armadura que Dios proporciona, ¿qué seguridad siente cuando se


encamina a la batalla?

¿Qué ha aprendido acerca de esta armadura que lo ayudará a usarla con mayor
eficacia?

2 «Riqueza literaria: 11.22 fe», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1267.

3 «Riqueza literaria: 1.79 paz», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL, p.
1285.

4 "«Riqueza literaria: 4.8 justicia», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami,


FL, 1994, p. 1607.

5 «Riqueza literaria: 4.24 verdad», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami,


FL, 1994, p. 1347.

6 «Riqueza literaria: 28.28 salvación», Biblia Plenitud, Editorial Caribe,


Miami, FL, 1994, p. 1441.
¿Qué parte de la armadura es la que más le llama la atención?

¿Qué cree que la destaca entre las demás?

¿Qué partes de la armadura de Dios son con las que se siente más seguro al usarlas?
¿Con cuáles se siente menos seguro? ¿Por qué cree que sucede esto?

ÚNASE A LA LUCHA

¿Cuántas veces hemos visto esas viejas películas de guerra en las que un joven
soldado, que acaba de terminar su preparación, anhela entusiasmado el momento en que
podrá entrar en combate? A ningún verdadero soldado jamás le gusta esperar, porque
eso pone el momento de la decisión estratégica en manos del enemigo. Iniciar la
ofensiva proporciona ciertos elementos de control.

Comprendemos, naturalmente, que lo decisivo en esta batalla espiritual no está bajo


nuestro control, sino en el del Señor. Sin embargo, después de una preparación básica,
nos sentiremos como esos soldados entusiastas que apenas pueden esperar el momento
de intervenir en el combate espiritual. Este deseo no nace del corazón de alguien que
está buscando la oportunidad de destruir a otros, sino del que sabe que en realidad
puede hacer algo para cambiar el resultado eterno de la batalla por las almas humanas.
Por medio del poder de la oración (Ef 6.18), cuando estamos equipados con recursos
espirituales (2 Co 10.3–5; Ef 6.12–17), se nos da todo el armamento potencial que
jamás hemos de necesitar. También se nos da la garantía de la victoria final (Mt 16.18),
avalada por la resurrección de Cristo de entre los muertos (Ap 1.18).

Con esta seguridad—de que Dios es «por nosotros», que está de nuestro lado (Ro
8.31)—, estamos listos para anticipar la batalla; pero, ¿cómo comenzamos? La guerra se
desarrolla en forma continua a nuestro alrededor; ¿de qué manera nos unimos a ella?
Estudie los pasajes de las Escrituras dados a continuación para encontrar la respuesta.

¿Qué nos dice que hagamos Efesios 6.18?

¿De qué manera debemos buscar el Reino de Dios según nos muestra Jesús en
Lucas 11.2?

¿Cuál es el incienso que anuncia el establecimiento del Reino de Dios con poder? (
Ap 5.8; 8.3–4)
Después de leer estos pasajes, ¿cuál diría que es el primer paso para unirnos a la
batalla? (Recuerde 1 Ti 2.1–8.)

Hemos descubierto que la oración es la acción de ataque, la incorporación a la


batalla. ¿Cuáles deben ser las fronteras de nuestras oraciones? Un caso de estudio: La
oración de Pablo para el fortalecimiento de los efesios (Ef 3.14–21) cuando se
preparaban para la batalla (6.10–18).

FE VIVA

Ahora que ha completado esta introducción a la guerra espiritual, dedique un


momento para anotar sus pensamientos.

¿Qué cosas básicas tiene en mente acerca de esta lucha?

¿Es algo nuevo para usted considerarse como un soldado? ¿Cómo lo hace sentirse?

¿Descubre que es un soldado entusiasta o renuente? ¿Qué haría para lograr mayor
confianza y una actitud más positiva al emprender la lucha?

¿Piensa que hay algunas áreas en su vida que no se verán involucradas en esta
lucha? ¿Por qué?

¿Hay interrogantes que esta lección le haya traído a la mente? Anótelos para que
pueda volver a ellos a medida que encuentre las respuestas más adelante en este estudio.

Para concluir: Transcriba estos versículos para confiar firmemente en que iSi
ingresa al servicio del Señor, vencerá!

Romanos 8.37–39

2 Corintios 2.14

1 Juan 4.4
Lección 8—La guerra invisible
Ataque sorpresa: la habilidad de atacar la posición del enemigo cuando no está
preparado para hacerle frente o cuando no ha notado su presencia. Ya hace mucho
tiempo que esta estrategia resulta efectiva en la guerra—fue lo que llevó a los Estados
Unidos a entrar en la Segunda Guerra Mundial—y, para bien o para mal, se considera
siempre una ventaja en la lucha.

El desarrollo de la tecnología del siglo, que cuesta billones de dólares y años de


trabajo a los gobiernos, es la demanda más reciente en esta pugna por mantener el
secreto y la sorpresa en el afán por obtener la superioridad militar. Sin embargo, a pesar
de todo lo que se conoce y observa acerca de esta empresa en el ámbito político y
material, cuán pocos son los que advierten que en medio de la vida cotidiana hay una
constante cortina de fuego con armas invisibles que se esgrimen en un mundo invisible.
Estas armas no entran en las discusiones de la mesa de negociaciones de la diplomacia
internacional, pero están produciendo una verdadera catástrofe en medio de un público
que está ciego a la naturaleza de esta guerra.

Muchos creen que esta guerra es tan silenciosa como son invisibles sus armas, pero
en realidad hay explosiones diarias que sacuden a nuestro mundo: ¡El SIDA! ¡El cáncer!
¡Los divorcios! ¡La violencia! Y así las bombas hacen blanco, destruyendo personas,
familias y sociedades en un holocausto interminable.

Lo cierto es que soportamos el ataque de un enemigo que procura esclavizar y matar


a la población total, lo cual es mucho peor que cualquier ataque de ciencia ficción por
extraterrestres empeñados en la destrucción de esta tierra. No se trata de La guerra de
los mundos de H.G. Wells, sino de una verdadera guerra, aunque invisible, que se lleva
a cabo para dominar este planeta.

Esto puede empezar a parecer demasiado trágico, pero recuerde que tenemos esta
esperanza: ¡Disponemos de armas capaces de repeler esta invasión! La artillería
espiritual que poseemos puede liberar más poder que cualquier arma jamás concebida
por el hombre. Y sin embargo, aun cuando Dios nos ha equipado con grandes recursos
para la batalla, debemos tener presente que no triunfaremos si constituimos un ejército
dividido. Debemos unificar la resistencia con el fin de ganar la batalla.

Esta lección está preparada para ayudarle a responder preguntas acerca del enemigo,
y para entender mejor nuestro campo de batalla, es decir, el mundo espiritual. En
términos militares: esta es una «misión del servicio de inteligencia». En la guerra,
siempre es una ventaja estratégica conocer al enemigo—tanto sus puntos fuertes como
los débiles—y estar familiarizado con el terreno donde se llevarán a cabo las batallas.

Las siguientes preguntas le ayudarán a establecer conceptos bíblicos en relación con


el mundo espiritual, tal como se aplican a cada uno de los pasajes de la lista que aparece
abajo.

¿De qué manera verifican las declaraciones de Jesús y de otros en la Biblia la


realidad de este ámbito? ¿Cómo podemos adquirir conciencia de las acciones que
ocurren en la esfera espiritual? ¿Qué alcance tiene el impacto que produce? ¿ De qué
manera puede usted influir en lo que ocurre en el mundo invisible?

2 Reyes 6.15–17

Daniel 10.1–21

Lucas 11.14–26

Juan 1.1–5, 14–18

Efesios 6.12; 1 Juan 4.1–16

1 Juan 4.1–16

ENTRE BASTIDORES

En tiempos del NT la palabra demonio significaba «espíritu maligno». La Biblia


enseña que un diablo personal [Satanás], posee la ayuda de espíritus malignos en
oposición a la obra de Dios y contrario al bienestar de la gente (Mc 3.22–26; Ap 12.9).
Algunos ejemplos bíblicos de ataques demoníacos son los siguientes: afligir a las
personas con intenciones malignas (1 Ti 4.1–2); trastornos mentales (Mt 8.28–29); y
enfermedades físicas (Mc 9.17–27). Es importante aclarar que no todas esas
enfermedades y perturbaciones son el resultado de influencias demoníacas.

La atmósfera del mundo físico y la del espiritual pueden impactarse entre sí. De no
ser así, Dios no se ocuparía de los actos físicos de los humanos como lo hace; y los
demonios no podrían causar males físicos, como lo muestran las Escrituras (Mc 9.17–
27). Pero, aunque el efecto del pecado presente en nuestra raza le ha introducido las
dolencias y enfermedades corporales, mentales y espirituales, no podemos vincularlas
directamente a un pecado o cautiverio (Ro 5.12).
Algunos asumen erróneamente que las enfermedades mentales, o que determinadas
condiciones mentales, deben atribuirse siempre a ataques demoníacos. Sin embargo, no
deberíamos nunca dar por sentado que una situación física o mental es el resultado
directo de un pecado de esa persona o de un acto de opresión espiritual que la misma
sufre. Nuestro deber, cuando procuramos ministrar bien la vida de Jesús a los que
sufren, es la de prestar atención con sensibilidad a la orientación del Espíritu Santo.

Los malos espíritus sólo tienen acceso a la personalidad humana (es decir, el control
demoníaco) mediante un elemento de consentimiento pecaminoso, si no de elección
deliberada o de una sucesión de elecciones, por individuos que darán cuentas de sus
acciones. La idea de que esos espíritus pueden controlar u oprimir a la gente a su antojo
no es compatible con las Escrituras, pues significa desconocer la responsabilidad por
sus pecados. La esclavitud demoníaca occurre cuando la gente deciden someterse
activamente a la voluntad del demonio que los tienta o lleva a pecar. No es, por lo
general, el resultado de un hecho aislado de fracaso en el andar del cristiano, sino el
fruto inmundo del andar en el pecado -yendo tras él en la carne—durante un tiempo.

Muchas veces, la realidad de la esclavitud demoníaca se ha entendido mal, hasta el


punto de provocar temor en algunas personas. Hay quienes malinterpretan el relato
acerca de los siete hijos de Esceva (Hch 19.1–16) y temen no tener la suficiente
madurez espiritual para guerrear contra las fuerzas demoníacas. Pero los hijos de
Esceva cometieron un doble error: 1) pensaron que podían exorcizar a los demonios con
una fórmula fija; y 2) intentaron ejercer poder en el nombre de Jesús, cosa para la cual
no tenían ninguna autoridad por cuanto no eran creyentes. Usted y yo, al contrario,
podemos aprender a actuar de manera diferente a la que produjo su fracaso. Operar con
el poder del nombre de Jesús requiere la sumisión personal a su señorío. Más aún,
nunca deberíamos confiar en fórmulas fijas para realizar la obra de Dios, ya que
siempre será su poder, su presencia y su intervención oportuna lo que llevará a cabo sus
propósitos. Jesús dijo de manera categórica que los que creyeran en Él expulsarían
demonios en su nombre (Mc 16.17). Incluso, Efesios 6.10–18 nos recuerda que la
guerra espiritual por medio de la oración es responsabilidad de todos los creyentes. Es
nuestro deber encontrar el lugar que nos corresponde en este ministerio.

Es lamentable, pero hay muchos en nuestro mundo que están oprimidos por la
esclavitud demoníaca. Jesús nos envía a ministrarles su amor y poder. Debemos confiar
al emprender esta misión, porque no hay poder maléfico que supere al poder de Dios.
Cristo tiene plena autoridad sobre los propósitos malvados de Satanás, sobre las
enfermedades físicas provocadas por fuerzas demoníacas y sobre las mentes
trastornadas por el infierno. Cristo quiere usarnos para ofrecer auxilio a quienes se
encuentran en esas situaciones extremas.1

INFORMACIÓN ADICIONAL

En Lucas 11.24 Jesús explica que un espíritu que ha sido exorcizado busca lugares
«secos» donde descansar. A la luz de estas palabras, Él suministra agua que hace que
manen ríos de agua viva «para vida eterna» (Jn 4.13–14). Esos «lugares secos» los
podemos definir como «zonas que no han sido alcanzadas por el agua de vida».

1 «Enfoque sobre la posesión demoníaca (Lucas 4.33–36)», en The Wesley


Bible [La Biblia Wesley], Thomas Nelson Publishers, Nashville, TN, 1990, p.
1523.
Usando una concordancia o una Biblia temática, busque otras referencias en el
Nuevo Testamento que hablen acerca de la vida en el reino espiritual. Más adelante hay
una lista de palabras o temas que podría incluir en este estudio. Al ir leyendo lo que dice
cada uno de los pasajes bíblicos, anote sus observaciones. Esto le servirá como
bosquejo en el cual podrá intercalar todo lo que vaya aprendiendo acerca de lo invisible
en base a estudios y experiencias adicionales. (Esto es para animarlo a realizar una
investigación más amplia. Use hojas separadas—podría ser una para cada palabra o
frase—, y anote en ellas sus observaciones sobre textos claves que vaya descubriendo.)

ángel reino de los cielos, demonio(s)


reino de Dios
espíritu adversario
inmundo huestes celestiales
enemigo
lugares principados y potestades
celestiales espíritu(s)

la sangre de
Jesús

el diablo,
Satanás

Esta lista podría dar lugar a descubrimientos que lo lleven a agregar más palabras.
Inclúyalas al avanzar en su estudio.

FE VIVA

Aunque las Escrituras enseñan con claridad que estamos totalmente rodeados por
un mundo invisible de acción espiritual, hay quienes se dejan convencer por la noción
de que las alusiones bíblicas al mundo espiritual son sólo de la imaginación.

No obstante, esta perspectiva exige la creencia de que Jesús permitiría que la gente
siguiera creyendo en cosas que no eran reales, o que simplemente permitió que
siguieran sosteniendo supersticiones falsas, lo cual no es consecuente con su carácter ni
con sus enseñanzas.

¿Por qué cree que algunas personas optarían por negar el mundo espiritual a pesar
de que las Escrituras son tan claras al respecto?

A veces nos sentimos intimidados por personas que no creen en el mundo espiritual
y no nos atrevemos a expresar con sinceridad nuestro punto de vista por temor a que
nos ridiculicen por «creer en cuentos de hadas». ¿Cómo podemos responder a sus
cuestionamientos con sensibilidad y sinceridad a la vez?

LA NATURALEZA DE LOS PODERES ESPIRITUALES


En 1969 el mundo entero observó cómo por primera vez el hombre puso sus pies en
la luna. Este «gigantesco salto de la humanidad» nos permitió ver cómo podría ser otro
mundo.

En aquella ocasión observamos a los astronautas que rebotaban libres de la atracción


de la fuerza de gravedad que experimentamos en la tierra, la que restringe y limita los
movimientos. Contemplamos los trajes que usaban para suministrarles oxígeno y un
ambiente estable y adecuado en el cual desenvolverse. El panorama era el de un mundo
inerte, drásticamente diferente al de la vida que abunda aquí en la tierra.

Se dedicaron años a la investigación y a los preparativos antes de que el hombre


alcanzara la luna. Resulta obvio, por los trajes que usaron, que la investigación se había
encaminado a conocer con anterioridad cómo sería la luna como entorno para la vida
humana. Se debían tomar las precauciones necesarias a fin de que los astronautas
pudieran sobrevivir.

Cuando se enfrenta la realidad de vérselas con otro «mundo» o reino, hay


interrogantes que se deben plantear: ¿Qué rasgos de este otro mundo son semejantes al
nuestro? ¿Cuáles son diferentes? ¿Cuáles son las leyes esenciales que gobiernan ese otro
mundo?

Es necesario plantearse las mismas preguntas cuando uno está preparándose para
operar en el mundo espiritual. En los versículos que siguen hay mucho que aprender
acerca del mundo invisible. Algunas características son iguales a las de nuestro mundo
físico, otras son muy diferentes.

¿Cuáles son los cuatro niveles de autoridad demoníaca que se enumeran en Efesios
6.12?

Compare esto con Apocalipsis 12.7, donde se nos dice que Miguel tiene ángeles a su
cargo. ¿Qué nos dice esto acerca de una jerarquía en el mundo espiritual?

Lea Mateo 12.25–30. ¿Por qué es tan importante que los creyentes se mantengan
unidos para la guerra?

¿Por qué actúan aliadas las fuerzas demoníacas?

¿Qué dice Jesús acerca de los que no están con Él?


Lea Lucas 10.1–10. ¿Qué muestran estas parábolas acerca del potencial dinámico
del Reino de Dios? Bosqueje la tarea que Jesús asignó a los setenta. ¿Qué alusión
encontramos allí respecto a los demonios?

Lea Lucas 10.17–24. ¿Qué descubrieron los discípulos, después de llevar a cabo la
misión asignada?

¿Cómo se sintieron al respecto?

¿Qué respondió Jesús?

Considere Lucas 10.21. Observe cómo Jesús aprueba y a la vez advierte respecto a
esta esfera de ministerio sobrenatural. ¿Qué podríamos aprender a fin de equilibrar tanto
una acción firme y al mismo tiempo humilde, sensible y sabia?

FE VIVA

Quizás no sea fácil intentar relacionarse con algo invisible. A muchas personas les
resulta difícil entender u ocuparse de la realidad del mundo invisible.

¿Qué dificultades ha encontrado para relacionarse con el mundo espiritual en el


pasado?

¿Cuál ha sido el aspecto más difícil con el cual relacionarse?

¿Le ha ayudado el estudio de esta sección a reconocer la jerarquía que existe en el


mundo espiritual? Una vez que haya aceptado su posición en esta guerra espiritual,
escriba una declaración de su confianza en Cristo. Tal vez pueda empezar por leer los
siguientes versículos: Romanos 8.37–39; 2 Corintios 10.3–5; Colosenses 2.14; 1 Juan
4.4; Apocalipsis 12.10.
¿Qué espera que suceda en su vida de oración a medida que comprenda mejor el
reino espiritual?

LA INCESANTE LUCHA

Quizás nos sorprenda saber que durante la Primera Guerra Mundial se hizo una
pausa en la lucha para la celebración de la Navidad. Se ha registrado que en algunos
lugares hubo tropas de fuerzas opositoras que disfrutaron juntos la gozosa ocasión, pero
trágicamente retornaron a sus posiciones de combate al día siguiente para disparar
contra las mismas personas con las que habían reído y cantado la noche anterior.

Podríamos pensar que también hay pausas en el conflicto espiritual, pero lo cierto es
que el adversario es implacable. ¿Qué dice al respecto 1 Pedro 5.6–9?

La guerra que se lleva a cabo en el mundo espiritual no conoce momentos de


descanso o de suspensión temporal. Lea los versículos que se enumeran aquí y anote lo
que dicen acerca de esta incesante lucha y cómo deberíamos reaccionar ante ella. Las
preguntas le ayudarán a concentrarse en el tema: ¿Cómo debe tomar su posición en la
contienda? ¿Cuál debe ser su actitud hacia la lucha? ¿Cuál es el objetivo que debe
perseguir en su vida de soldado? ¿Cuáles serían las motivaciones incorrectas para
participar en esta guerra? ¿En qué encuentra poder? (Tome en cuenta las
consideraciones posteriores sobre los términos que aparecen en estos pasajes.)

Salmo 35.1–3

Filipenses 1.27–30

1 Timoteo 6.6–12

2 Timoteo 2.3–5

RIQUEZA LITERARIA

Sobrio, nefo. Estar sobrio, no haber consumido ningún producto embriagante;


estar alerta, ser discreto. Nuestra clave para la guerra espiritual es que no nos
permitamos embriagarnos con las cosas que hemos de ver, sino que más bien concentrar
nuestra atención en lo que Cristo ha hecho por nosotros (Lc 10.17–20).

Firmes, stereos. Sólido, estable, firme, fuerte, seguro. Esta palabra nos enseña
que nuestra posición consiste no sólo en estar firmes e inmóviles sino en ser completos,
en relación a todas las áreas de nuestra vida.

Velad, gregoreuo. Hacer guardia, no dormir. Se deriva de la palabra egeiro,


«despertar». En el Nuevo Testamento gregoreuo se usa tanto en sentido físico como
espiritual. Esta es la palabra que usó Jesús cuando dijo: «¿Así que no habéis podido
velar conmigo una hora?» y «Velad y orad, para que no entréis en tentación» (Mt
26.40–41).

FE VIVA

Repase esta lección. Al ordenar sus pensamientos reflexione en lo que ha aprendido.


Haga una lista de las cosas nuevas o de las que ha podido profundizar.

¿Cree que el conocimiento de estas cosas podría haber modificado alguna reacción
importante o algún curso de acción que haya adoptado antes? ¿Cómo? ¿De qué manera
imagina que estos descubrimientos van a influir en su vida en el futuro?

¿Qué conductas espirituales serán necesarias y qué decisiones tendrá que tomar
para aplicar estas nuevas percepciones?

La clave para el crecimiento cristiano es vivir conforme a lo que el Señor le ha


enseñado. Escriba una oración pidiendo al Señor que le ayude a vivir de acuerdo a las
nuevas verdades que le ha mostrado acerca de la guerra espiritual.

Lección 9—Introdúzcase en la
batalla
A inicios de la Guerra Civil norteamericana la actitud general entre los del norte era
cualquier cosa menos realista. Se sabe de muy buena tinta que hubo multitudes de
civiles que siguieron a las tropas a la primera gran batalla, llevando cestas para el
almuerzo, preparados para una excursión, de la misma manera en que nosotros lo
haríamos para ver un partido de fútbol o de béisbol. Esperaban disfrutar de un buen
espectáculo antes de recoger sus cestas y regresar a casa.El concepto de una verdadera
guerra no entraba en sus mentes, y pocos tenían alguna idea del dolor y el sufrimiento
que sobrevendrían en los años siguientes. Aún no había comenzado la cruda realidad de
vidas truncadas y soldados inválidos; la noción errónea de la mayoría era que los
sureños empacarían sus cosas y se volverían a casa apenas se oyeran los primeros
disparos.

Hacía calor el día en que los soldados del norte marcharon hacia el primer
enfrentamiento y muchos empezaron a dejar su equipo a un lado porque les resultaba
molesto cargarlo con tanto calor. Hubo soldados que llegaron a la línea de batalla sin
pertrechos y otras cosas necesarias para la lucha. Muchos caminaban a su ritmo en lugar
de mantenerse unidos a sus compañías.

Durante ese primer enfrentamiento, las tropas del norte sufrieron una derrota
aplastante porque no se habían preparado para una verdadera batalla. Se le prestó muy
poca atención a la verdadera preparación o disciplina militar, y la estrategia se limitó
simplemente a «presentarse y ganar la batalla».

Esta descripción es más ilustrativa de lo que queremos reconocer, o sea, la forma en


que muchos cristianos piensan en cuanto a la guerra espiritual. Descuidan la preparación
adecuada; no están listos con el armamento apropiado; y no entienden, o no quieren
aceptar, el concepto de la autoridad espiritual que deben ejercer sus comandantes (es
decir, sus pastores y líderes). ¿Cómo se supone que deben prepararse los cristianos para
la guerra? El Salmo 5 ofrece una vívida descripción de la preparación para la batalla en
oración. Estudie la siguiente sección para saber cómo espera Dios que usted se prepare
para las batallas que tendrá que afrontar.

En el Salmo 5.2, 3, ¿cómo empieza el salmista sus días?

Observe en los versículos 4–6, cuando dirige sus plegarias al Señor, los
fundamentos a que alude el salmista para pedir la derrota de los enemigos que debe
enfrentar.

Analice los versículos 7–12. Teniendo en cuenta que esta canción es una plegaria
dirigida al Señor en ocasión de tener que enfrentar al enemigo, observe las siguientes
formas:

(a) el guerrero ora pidiendo protección y ayuda.

(b) se disciernen el carácter y la táctica del enemigo.

(c) se solicita el modo específico de derrotar al enemigo.

Ahora, practique estas ideas en una situación que conozca en el contexto actual de
nuestra sociedad.
RIQUEZA LITERARIA

Guíame, ˓arak. Disponer, poner en orden (en una gran variedad de aplicaciones).
Colocar o ubicar (a uno mismo o a la tropa) en orden de batalla; ordenar, comparar,
dirigir, evaluar, estimar, calcular, acompañar (en la guerra), suplir, manejar, reunir (en la
lucha), constituir, preparar. La gama de traducciones posibles de esta palabra resulta
particularmente significativa en el contexto de esta lección, ya que indica los muchos
aspectos que requieren preparación para la guerra espiritual.

La palabra hebrea ˓arak, «dirigir», se usa en los siguientes pasajes en relación con
la lucha. En cada caso indicamos el término que se ha usado para traducir de el hebreo
˓arak.Tomando en cuenta el contexto del Antiguo Testamento, donde las batallas se
libraban entre el pueblo de Dios y sus enemigos, podemos deducir principios
orientadores. Tome nota de las verdades que vaya descubriendo a medida que observe
esta palabra en otros contextos. Relacione dichas verdades con lo que sus oraciones
tienen que lograr en la esfera espiritual cada día. (La frase después de cada cita es la
manera en que se ha traducido en cada caso la palabra ˓arak.)

Levítico 6.12 (y acomodará)

Levítico 27.8 (fijará el precio)

Jueces 20.22 (ordenar la batalla)

1 Samuel 17.8 (puesto en orden de batalla)

2 Samuel 10.9–10 (se puso en orden de batalla; lo alineó)

1 Crónicas 12.33 (prontos para la guerra)

Jeremías 46.3 (preparad)


RIQUEZA LITERARIA

Atalaya, tsaphah. Vigilar, mirar a la distancia, espiar, resguardar, reconocer algo,


especialmente si se relaciona con algo peligroso para advertir a los que pudieran ser
afectados. Este verbo aparece 80 veces. A menudo es traducido como «centinelas»,
refiriéndose a los guardias reales (1 S 14.16), o a aquellos que vigilan desde una torre
en las murallas de una ciudad (2 A 9.17, 18). En otras ocasiones, son los centinelas
espirituales, o los profetas, los que vigilan, ven el peligro y lo comunican al pueblo
(véanse Is 52.8; Jer 6.17).1 En esta lección se demuestra una actitud expectante hacia la
respuesta del Señor a la oración, estar alerta y esperar dicha respuesta, juntamente con
el cuadro de un atalaya o explorador que va en busca de información necesaria para la
estrategia de la batalla.

La «espera» en oración se puede cumplir mediante una actitud atenta a los


acontecimientos que ocurren en la sociedad que nos rodea, y más que una mera
«charla» sobre hechos políticos, internacionales o sociales que nos afligen, se trata de
orar con fe y poder. La «espera» en oración también se lleva a cabo aguardando en el
Señor y permitiendo que el Espíritu Santo hable a nuestro corazón y nos dé la
orientación y el discernimiento respecto a individuos o a circunstancias difíciles.

FE VIVA

A la luz del análisis que acabamos de hacer de los términos, disponga su corazón
pata reflexionar sobre los siguientes asuntos con una actitud receptiva.

1. Dedique un momento para identificar los aspectos relacionados con la


preparación en su propio estilo de vida. ¿Cómo se prepara espiritualmente para los
acontecimientos de cada día?

2. ¿Cómo ora respecto a los hechos que se avecinan en su vida?

3. Dedique un momento a considerar el contenido de sus oraciones. ¿Son


comúnmente generales o especificas? ¿Tienden a ser desprovistas de emoción,
efectuadas como una obligación ritual o expresan un anhelo apasionado y compasivo?
¿Se descubre con frecuencia a sí mismo preocupado por solicitudes personales, orando
según sus preferencias personales, o busca sinceramente discernir la voluntad de Dios
en cada asunto por el que ora?

4. ¿Tiene un plan o una estrategia para su tiempo de oración o comienza ese período
espontáneamente, sin mayor reflexión previa?

1 «Riqueza literaria: 9.8 Atalaya», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1065.
5. ¿Cómo se prepararía para un tiempo determinado de oración intercesora, con un
enfoque concreto?

UN HONOR POR EL QUE VALE LA PENA LUCHAR

En la Edad Media los caballeros lidiaban por cuestiones de honor. En tiempos de la


colonia los duelos se libraban con espadas o pistolas; más tarde, un tiroteo en alguna
polvorienta calle del lejano oeste decidía la cuestión, pero las razones eran siempre las
mismas. Para algunos, una simple ojeada era razón suficiente para matar, mientras que
otros lo hacían sólo como un acto de defensa o para proteger a sus seres queridos del
peligro.

Ya sea en un enfrentamiento tribunalicio, una batahola en el oeste americano o un


tiroteo al estilo moderno, tirando desde un vehículo, los seres humanos siguen peleando
para defender su honor, no importa lo erradas que sean sus motivaciones. La ofensa del
honor puede ser insignificante o grande, según el amor propio de la persona. Sea como
fuere, la historia registra muchas peleas, contiendas entre familias, batallas y guerras
que giran en torno al orgullo de alguien.

Como creyentes en Jesucristo, debemos renunciar a esos juicios personales. Esto no


significa que somos llamados a dejar que el mundo «nos arrolle». Por el contrario,
somos llamados a vencerlo, no por la fuerza física, sino mediante la guerra espiritual.

En la batalla espiritual somos soldados que procuramos defender el honor de nuestro


Rey, Jesús. El deber de cada creyente es dar la gloria a Dios (Mt 5.16), y es por ese
honor—el de Dios, no el nuestro—que vale la pena luchar.

La Biblia registra muchos relatos acerca de personas que lucharon para defender el
honor de Dios, tanto en el terreno físico como en el espiritual. Al leer los siguientes
pasajes, sintetice las palabras y las acciones de las personas involucradas, luego sus
plegarias y por último los resultados de su lucha. En cada uno de los episodios, anote lo
que pueda observar acerca de la actitud del corazón de esa persona hacia Dios y su
relación con Él. Al final, escriba lo que ha aprendido en cuanto a las batallas de oración
y su propósito, considerando lo que pueda aplicar a su propia vida.

1 Samuel 17.1–11, 20–24, 32–52

(a) Palabras / Acciones

(b) Oración

(c) Resultados
(d) El «corazón» para Dios

(e) Lecciones sobre las motivaciones

2 Reyes 19.8–20

(a) Palabras / Acciones

(b) Oración

(c) Resultados

(d) El «corazón» para Dios

(e) Lecciones sobre las motivaciones

INFORMACIÓN ADICIONAL

Mediante un diccionario bíblico o una enciclopedia, busque información adicional


sobre la forma en que se encaraban casi siempre las batallas en tiempos antiguos (por
ejemplo, las tácticas guerreras en las campañas militares de Babilonia, Persia, Grecia o
Roma). Averigüe lo que nos pueden enseñar los principios de estrategia militar si los
aplicamos a la guerra espiritual. Esta puede ser una investigación muy provechosa que
le brindará herramientas útiles para contar estas verdades a otros cristianos.

DISCIPLINA PARA GANAR BATALLAS

Al comienzo de esta lección describimos claramente la situación del ejército que no


se prepara para la batalla. No hay mucha esperanza para una partida de soldados que
sale a enfrentar la lucha en esas condiciones. Su única esperanza está en que sus
enemigos hubieran sido aun menos diligentes que ellos en prepararse. Pero ese no será
nunca nuestro caso, porque en la guerra que libramos los cristianos, el enemigo está en
constante alerta. ¿Cómo describe 1 Pedro 5.8 su estado? ¿Qué dice Efesios 6.11 acerca
de la manera en que hace sus planes (busque el significado de la palabra «asechanzas»)?

Debido a todos estos factores, es imprescindible que estemos en constante estado de


preparación. La disciplina es la clave para estar listos para la acción. Como en todas las
áreas de la vida, cuando no se mantiene la disciplina—física, mental o espiritualmente
—, el resultado es una inevitable incapacidad para actuar de manera efectiva en pro del
objetivo deseado.

A continuación indicamos pasajes que se refieren a la disciplina cristiana. Algunos


orientan respecto a un vivir piadoso y nos hablan de las bendiciones que trae el caminar
en integridad, en tanto otros nos señalan las consecuencias de no hacerlo. Resuma lo
que se dice acerca de cómo han de vivir los creyentes, y anote cómo ve la relación entre
ese estilo de vida y la victoria en las batallas que le toca librar.

Deuteronomio 6.1–7, 17–19

Hebreos 10.19–25

1 Juan 3.18–23

FE VIVA

¿Ha pensado alguna vez en la oración como una manera de «combatir» para realzar
o defender el honor de Dios? ¿Qué piensa y siente al respecto?

¿Anhela ver que Dios recibe la gloria por las cosas que usted hace? Dedique un
tiempo para confesar al Señor todo lo que Él traiga ahora mismo a su mente, respecto a
ocasiones en las que ha tratado de reservar la gloria para usted en lugar de darle crédito
a Él.

Describa lo que puede hacer para crecer o convertirse en una persona cuyo corazón
esté consagrado a dar la gloria a Dios en cada situación de la vida. Pida al Espíritu
Santo que le muestre formas nuevas de darle gloria al Padre.
Enumere algunas de las maneras concretas en que siente que el Señor lo está
llamando a ser más disciplinado.

Ore pidiendo al Espíritu Santo que afiance esas áreas disciplinadas en su vida. El
resultado debiera ser un estilo de vida más gozoso, liberador y victorioso.

Al hacer estos análisis y autoevaluaciones, recuerde que no estamos intentando


colocarnos en una posición de superioridad espiritual sino la de aceptar las disciplinas
que caracterizan a un soldado. A veces resulta difícil avanzar en las de la vida cristiana
sin volvernos rígidos y legalistas. Si descubre que es «atrapado» por un conjunto de
reglas, es probable que esté procurando hacer más de lo que Dios realmente lo ha
llamado a hacer en este momento, y que, por consiguiente, esté intentando lograr esas
metas con sus propias fuerzas en lugar de contar con el poder de Dios. Si esto es lo que
le está sucediendo, pídale a alguien en el que reconoce sabiduría divina que le ayude a
decidir a qué disciplinas dar prioridad en una primera etapa, y permita que el Señor le
ayude a crecer en esas áreas antes de abordar las demás. No se sienta descorazonado ni
caiga en la trampa de compararse con otros. Recuerde que el guerrero cristiano bien
disciplinado no surge de la nada. Vamos a seguir creciendo durante toda la vida en estas
áreas de disciplina.

VENCEDORES EN SU NOMBRE

Jesús lo ha llamado para que actúe en su nombre. Esto significa que el poder y la
autoridad de Jesucristo están a su disposición. No hay nada que pueda derrotarlo cuando
usted se desenvuelve en el poder de Jesús. Esta gran bendición y asombrosa
responsabilidad que Cristo nos ha conferido se fundamenta en el hecho de que ser
enviados «en su nombre» significa haber sido delegados:(a) como sus representantes
plenamente autorizados, (b) plenamente investidos de autoridad y poder para actuar.
Esta es una bendición poderosa. Tenemos todo el poder que pudiéramos llegar a
necesitar para vivir una vida cristiana victoriosa y para salir triunfantes en la lucha. No
hay nada que pueda detenernos definitivamente, no hay poder que pueda derrotarnos
cuando usamos el nombre de Jesús con autoridad. Esto no significa que algunas batallas
no van a ser largas, arduas y sacrificadas. ¡Pero vamos a triunfar! Entonces, se
preguntará: ¿por qué hay creyentes que sus vidas no manifiestan este poder? ¿Y qué
falta cuando la gente invoca el nombre de Jesús y no recibe ninguna respuesta?

Es en este contexto que debemos entender qué significa ser responsables en Su


nombre. Si va a ejercer autoridad en el nombre de Jesús, debe antes someterse a El.
Cuando un embajador habla en nombre de su país, expresa la voluntad de su nación, no
la de él. Cuando usted habla en nombre de Jesús, debe expresar Su voluntad. Si trata de
actuar según su voluntad, no tiene derecho a usar su nombre.

Recuerde las palabras de Jesús cuando dijo: «No todo el que me dice: Señor, Señor,
entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los
cielos» (Mt 7.21). La cuestión está en quiénes realmente reconocen el señorío de Jesús
en su vida. Estos son los que viven en sumisión a El y pueden aplicar su nombre con
autoridad y poder.
¿Cuáles son las formas en que la voluntad propia puede obstaculizar el poder en la
oración?

Incluimos aquí algunas referencias bíblicas que le ayudarán a entender el poder del
nombre de Jesús. En su nombre nos es conferida toda la autoridad que le ha sido dada a
El. A partir de estos pasajes, a medida que vaya descubriendo lo que expresa Jesús
respecto a la autoridad, o lo que han dicho otros escritores bíblicos, haga una síntesis del
fundamento sobre el cual se apoya la autoridad que se le ha delegado.

Mateo 28.18

Lucas 9.1

1 Corintios 15.27–28

1 Pedro 3.22

FE VIVA

¿Qué significa para usted, en lo personal, que Jesús le haya dado derecho a usar su
nombre? Escriba aquí una carta con su respuesta a Jesús. Exprese sus sentimientos por
el hecho de habérsele confiado este privilegio.

¿Se siente más cerca de Cristo porque se le ha otorgado autoridad en Su nombre?


¿Qué otro descubrimiento en esta lección le ha acercado más a Jesús?

¿Cuál es, en su opinión, el aspecto más importante al enfrentar una guerra


espiritual? ¿Qué lo hace tan vital?

¿Qué ha aprendido en esta lección que puede ayudarle en las situaciones en las que
ya está involucrado? ¿Cómo cree que lo va a ayudar? ¿Cómo va a poner en práctica
estas cosas?
¿En qué aspectos de la disciplina preparatoria para la guerra espiritual necesita que
el Señor lo ayude a crecer? Escríbalas como un recordatorio de oración y expóngalas
cada día ante el Señor como preparación para la batalla.

Lección 10—Ayuno y oración


¿Se sintió alguna vez frustrado cuando niño por cosas que debía, pero no deseaba,
hacer? Recuerdo bien las noches en que no quería irme a dormir, los días en que no
tenía ningún deseo de ir a la escuela, las ocasiones en que gustosamente hubiera evitado
bañarme, cortarme el cabello, dormir la siesta o cualquier otro de los innumerables
«problemas» de la infancia que me echaban encima mis padres. Es lo que ocurre con la
mente de un niño, cuando se es muy pequeño para entender sus necesidades.

Pablo menciona esta manera de pensar en 1 Corintios 13.11. Explica que hubo un
tiempo en que pensábamos como niños, pero que debemos desarrollar otro esquema de
pensamiento mientras vamos avanzando hacia la madurez. A medida que maduramos,
empezamos a entender la manera de pensar de Dios comparada con la nuestra. A causa
de nuestra limitación, frente a la sabiduría de Dios, nuestra mente siempre será como la
de un niño, aun cuando avancemos hacia la madurez. De manera que no debiera
sorprendernos si algunas de las cosas que Dios nos pide hacer no son «compatibles» con
nuestra manera de pensar.

Una de ellas es el ayuno. Algunos llegan incluso a cuestionar la importancia o la


validez del ayuno. ¿Qué dijo Jesús? Aunque no dio un mandamiento tal como
«¡Ayunaréis!», hizo declaraciones enfáticas respecto al mismo, palabras que no se
pueden evadir y que, como guerreros espirituales, no debemos pasar por alto.

Para entender el llamado de Jesús a ayunar, considere los versículos mencionados al


contestar las preguntas que siguen.

¿Qué dice Jesús en Marcos 2.18–20 acerca del ayuno de sus discípulos? ¿Cuándo
dice que ayunarán?

¿Con qué palabras inicia Jesús su discurso sobre el ayuno en Mateo 6.16–18? ¿Qué
da esto por sentado con respecto a sus discípulos?

Lea el episodio en Marcos 9.14–19. ¿Qué podemos aprender, a partir de las palabras
finales de Jesús, acerca del poder que tiene el ayuno en determinadas situaciones?
PARA UNA MEDITACIÓN EXHAUSTIVA

Algunas traducciones omiten las palabras «y ayuno» en Marcos 9.29 y Mateo 17.21,
si bien hay mucha evidencia a favor y en contra, a partir de los manuscritos disponibles,
tanto para incluirlas como para considerarlas como un agregado posterior. ¿Qué razones
cree que habrán motivado a los entendidos que eligieron la opción de omitir la mención
del ayuno, cuando la inclusión es igualmente correcta desde cualquier punto de vista
académico?

RIQUEZA LITERARIA

Ayuno, tsom. Un día de ayuno; un tiempo separado para meditar y orar sin
provisión alguna que satisfaga las necesidades normales de alimentación. Este
sustantivo viene del verbo tsum, que significa «ayunar». En el Antiguo Testamento el
verbo aparece veintidós veces y el sustantivo veintiséis. El ayuno es la renuncia
voluntaria a ingerir alimentos. El verbo «ayunar» se asocia a veces con palabras como
«llorar», «lamentar» o andar «vestido de cilicio», todas expresan intensidad. El ayunar
es una acción contraria al primer acto pecaminoso de la humanidad, es decir, el acto de
comer del fruto prohibido. Ayunar es negarse a comer lo que es permitido.1

Discipulos, mathetes. Del verbo manthano, «aprender», cuya raíz math


sugiere pensar con esfuerzo. Un discípulo es el que aprende, que sigue al maestro y sus
enseñanzas. La palabra se usó primero acerca de los doce, y luego constituyó una
referencia a todos los cristianos, como en Hechos 6.1. Por lo tanto, entendemos que las
directivas que Jesús dio a sus discípulos incluyen a todos los creyentes.2

FE VIVA

Al comenzar a reflexionar sobre la relación entre el ayuno y la guerra espiritual,


dedique unos momentos a ordenar sus pensamientos. Repase sus experiencias pasadas
con el ayuno y sus sentimientos íntimos al respecto. Reflexione en tas siguientes
preguntas y anote sus puntos de vista actuales sobre el tema.

¿Ayuna alguna vez? En caso afirmativo, ¿cuándo y por qué lo hace?

¿Qué es lo más difícil para usted cuando ayuna? ¿Cómo hace, cómo hizo o cómo
podría hacer para superar esto?

1 «Riqueza literaria: 3.5 ayuno», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami, FL,
1994, p. 1105.

2 «Riqueza literaria: 10.1 discípulos», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami,


FL, 1994, p. 1202.
¿Cuál ha sido su punto de vista sobre el ayuno en el pasado? ¿Para qué se practica
el ayuno? Presente un caso bíblico a favor de la importancia y pertinencia del ayuno en
la actualidad.

¿Cuál cree que fue el motivo por el que Jesús dijo que sus discípulos ayunarían en
épocas como la nuestra?

EL AYUNO EN LA IGLESIA PRIMITIVA

Está claro, en base a las afirmaciones de Jesús, que sus discípulos deben ayunar
ahora que Él no está presente en la tierra, en la forma física de su encarnación. También
es obvio que el ayuno no puede ocupar el ciento por ciento del tiempo del creyente. ¡El
Creador jamás descuidaría nuestras necesidades corporales! Por consiguiente, a fin de
tener una perspectiva equilibrada acerca del ayuno, revise los siguientes textos bíblicos
y observe cómo los discípulos de Jesús lo practicaron y enseñaron en la iglesia
primitiva.

Use estas preguntas como guía a medida que lee los pasajes: ¿Cuál era la norma
cotidiana al participar de las comidas en la iglesia primitiva? ¿Cómo se consideraba la
práctica del ayuno? ¿Qué se enseñaba sobre el ayuno? ¿De qué manera permite esto una
perspectiva equilibrada acerca del ayuno?

Hechos 2.42–46

Hechos 6.1–7

Hechos 10.2–4, 30, 31

Hechos 14.23

Hechos 27.21–26

2 Corintios 6.5; 11.27


ENTRE BASTIDORES

Aunque a los judíos sólo se les exigía un día anual de ayuno, el Día de Expiación (
Lv 16.29), los fariseos habían adoptado la costumbre de ayunar dos veces por semana,
lunes y jueves. Estos eran los días de mercado en Jerusalén, y en esas ocasiones los que
mostraban el rostro macilento del ayuno se destacaban más.

Es esa actitud de «mostrar a los hombres que ayunan» lo que Jesús condena en
Mateo 6.16–18. Los discípulos de Jesús, por el contrario, fueron llamados a ayunar sin
el fingimiento de los fariseos.

En la iglesia primitiva era común entre los creyentes la modalidad de practicar el


ayuno dos veces por semana, casi siempre miércoles y viernes. Este fue el comienzo de
la práctica tradicional que adoptó la iglesia de ayunar los miércoles y los viernes, que
hasta hace poco se mantuvo como obligatoria en algunas partes.

El mandamiento de ayunar que Dios dio a Israel, en Levítico 16.29–34, introduce


algunas pautas que ayudan a entender el ayuno en nuestra vida particular. («Afligiréis
vuestras almas» es una expresión equivalente a la de ayunar.) ¿Qué clase de cosas se
asocian con el ayuno en este pasaje de Levítico?

A partir de las referencias de Jesús al ayuno en Marcos 9.17–29 y en Mateo 17.14–


21, se da por sentado que Él mismo lo practicaba siguiendo algún esquema regular que
excedía la práctica de sus discípulos de guardar las fiestas anuales. ¿Qué sugeriría este
hecho a los creyentes en la actualidad, juntamente con la práctica del ayuno según un
esquema dado a la iglesia primitiva?

CUANDO EL AYUNO SE CONVIERTE EN NUESTRA RESPUESTA

La mayoría de los creyentes del Nuevo Testamento reconocerán que el ayuno tiene
un lugar en la iglesia contemporánea, pero pocos son los que lo entienden. Lo mismo
que con la «guerra espiritual», que muchos la descuidan por carecer de instrucción al
respecto, también el ayuno—arma poderosa en caso de guerra—se pasa por alto. Con
todo, a pesar de que se cree en el ayuno y se le acepta como una disciplina potencial
periódica, cuando se les pregunta a algunos cuándo ayunan, una respuesta muy común
es: «Cuando el Espíritu Santo me indica que lo haga». Esta respuesta no carece de valor,
pero quizás habría que llegar más allá: forjar un esquema de ayuno. Es decir,
¿podríamos acaso considerar el ayuno como una práctica más regular con un esquema
planificado? En primer lugar, porque Jesús nos ha dicho que debemos ayunar; y
segundo, porque esperar una indicación directa de parte de Dios para ayunar, no
concuerda con los ejemplos bíblicos. Quizás sea oportuno señalar que el Espíritu Santo
puede dar esa indicación si desea que una persona realice un ayuno especial con un
propósito concreto. Pero, ¿podríamos coincidir en que esas no debieran ser las únicas
ocasiones en que un creyente practica el ayuno?

Con el auxilio de los versículos que siguen, vea qué puede descubrir acerca de por
qué y cuándo ayunaban los creyentes en los tiempos bíblicos. En cada uno de los
ejemplos procure identificar: 1) el propósito del ayuno; 2) la decisión respecto al ayuno
(quiénes decidieron ayunar y cómo tomaron la decisión); y 3) el resultado del ayuno.
2 Samuel 12.15–24

Propósito

Decisión

Resultado

2 Crónicas 20.1–24

Propósito

Decisión

Resultado

Esdras 8.21–23,31

Propósito

Decisión

Resultado
Nehemías 9.1–3: 10.28–29

Propósito

Decisión

Resultado

Daniel 6.6–28

Propósito

Decisión

Resultado

Jonás 3.4–10

Propósito

Decisión

Resultado
Lucas 2.36–38

Propósito

Decisión

Resultado

FE VIVA

¿Cómo se siente respecto al ayuno después de haber leído estos pasajes? ¿Ha visto
algo hasta aquí que le da mayores deseos de ayunar?

Una y otra vez los creyentes de la Biblia reaccionaron frente a situaciones de


necesidad buscando a Dios en ayuno y oración. ¿Cómo responde ante tales necesidades
en su propia vida?

¿Hay situaciones que requieren del ayuno, en tanto otras no? ¿Por qué cree que esto
es así? ¿En qué situaciones cree que todo creyente debiera recurrir al ayuno?

LO QUE DIOS DICE SOBRE EL AYUNO

El ayuno parece ser una de las disciplinas menos entendidas entre los cristianos.
Dios ha hablado bastante respecto al ayuno en su Palabra, pero pocos creyentes se
proponen escudriñar las Escrituras para aprender acerca de este poderoso aspecto de
nuestra vida espiritual.

En los siguientes pasajes podrá aprender más acerca del ayuno y del papel que
cumple en nuestro peregrinaje espiritual. A medida que lea los versículos, escriba lo que
va aprendiendo sobre el ayuno.

El ayuno que Dios escoge: Isaias 58.6–12

Anote aquí lo que se dice acerca del momento, el propósito y el poder del ayuno
desde la perspectiva de Dios:

Momento (v. 6a)


Propósito (vv. 6b, 7; observe allí ocho cosas)

Poder (vv. 8–12; considere las promesas de los resultados)

Los cinco primeros versículos de Isaías 58 constituían un ataque directo a los que
seguían tradiciones muertas, que practicaban los ayunos como un rito y se limitaban a
las formas sin poner en ello su corazón. ¿Qué lecciones podríamos enumerar en base a
ese pasaje?

¿En qué forma coinciden las palabras de Jesús sobre el ayuno en Mateo 6.16–18 con
lo que usted acaba de leer?

Diferentes tipos de ayuno:

Observe en los siguientes pasajes los diferentes métodos y períodos del ayuno.
Anote la duración del mismo, qué se consumía y cuáles eran sus acciones físicas.

Jueces 20.26

1 Crónicas 10.11, 12

Ester 4.15–17

Daniel 10.2, 3

Mateo 4.1, 2
EL AYUNO: LA LLAVE MAESTRA

Si bien no hay ninguna regla fija para encontrar la solución a todos los problemas,
excepto la de hacer la voluntad de Dios, sin duda hay beneficios concretos en la práctica
del ayuno. Cuando el pueblo de Dios se consagra al ayuno y la oración se libera poder y
se abren brechas. Muchas personas han llegado a amar la práctica del ayuno, no por la
disciplina física, sino por los resultados que comprueban en el reino espiritual cuando
ayunan.

En los versículos que siguen hay referencias al ayuno y a los resultados que obtenía
el pueblo de Dios cuando ayunaba. Léalos y responda las preguntas a fin de aprender
más acerca de este poderoso instrumento para la guerra espiritual.

Ester 4.3, 16: ¿Qué motivó al pueblo judío a ayunar?

Ester 9.1, 2 registra los resultados del ayuno de los judíos. ¿De qué manera contrasta
esto con el decreto originalmente emitido en contra de los judíos en Ester 3.13?

Marcos 9.17–29: ¿Qué declara aquí Jesús respecto al excepcional poder del ayuno?

¿Cómo se relaciona el ayuno con la fe en este relato?

FE VIVA

Ahora que ha completado esta lección sobre el ayuno, utilice esta sección como
ayuda para reflexionar sobre las cosas que ha aprendido.

¿Qué se destaca como el aspecto más notable en cuanto al ayuno? ¿Puede ver el
cumplimiento de esa realidad en su propia vida? ¿Cómo?

Describa cualquier esquema de ayuno que haya practicado en el pasado. ¿Considera


o no que es una manera saludable de practicar el ayuno? Explique.

¿Qué cambios o qué verdades van a influir en su manera de ayunar como resultado
de esta lección?
¿Por qué cree que Jesús estimuló la fe con tanto vigor en una situación que requería
ayuno y oración? ¿Sería porque la fe que se necesitaba en ese caso se desarrollaba por
medio del ayuno?

Al concluir, dedique unos minutos a orar por las respuestas que acaba de dar. Pídale
al Señor que le dé la fortaleza necesaria para que su vida crezca en esta disciplina de la
guerra.

Lección 11—Acciones durante


la lucha
¿ Ha observado alguna vez que los bateadores en el juego de béisbol golpean
suavemente sus bates contra el plato cuando se están acomodando en su posición? ¿Se
ha preguntado alguna vez: «qué tiene que ver esto con el béisbol»? ¿Acaso el bateador
necesita comprobar dónde está el plato? ¿Será que se mueve por el terreno de juego si
no está continuamente golpeando el suelo? ¡Qué absurdo! Por supuesto, a nadie se le
ocurriría pensar esas cosas. Pero aun así, lo cierto es que en todo juego de béisbol esta
extraña práctica continúa: el plato sufre el «ataque» de un bate tras otro a medida que
los jugadores van ocupando sucesivamente su turno para batear.

Nunca había reflexionado mucho acerca de este gesto; lo daba por sentado, como
hacemos todos, hasta que mi pequeño hijo tuvo su primer bate. Poco después vi cómo,
mientras jugaban en la calle, otro niño lo golpeaba fuertemente contra el asfalto, casi
hasta destrozarle el extremo. Eso me preocupó: ¡Después de todo, el bate había costado
quince dólares! Movido por la curiosidad, le pregunté al niño por qué lo golpeaba contra
el pavimento. La respuesta del pequeño fue simple: «¡Eso es lo que hacen los jugadores
de primera división antes de batear!» A él le parecía obvio: ¡Si el bateador quiere
asegurarse de pegarle a la pelota, es necesario golpear el plato!

Aunque pudo haber alguna razón allá en los comienzos de este deporte para iniciar
este rito universal, está claro que no tiene relación alguna con el hecho de pegar a la
pelota. Cuando uno se detiene a pensar, se pregunta: «¿Cuántas cosas haremos
mecánicamente los cristianos, que en realidad no son importantes?» ¿Cuáles son las
acciones esenciales? ¿Cuáles son meras supersticiones? ¿Habrá prácticas que a algunas
personas les parezcan supersticiosas o ingenuas, pero que en realidad son importantes?
La respuesta es: «Sí». Y más aun, si nunca se le ha enseñado, o no se ha tomado el
tiempo para aprender, uno puede llegar a pensar que no son sino ritos que nada tienen
que ver con el trabajo específico que el Señor nos ha encomendado. Otros pueden
sentirse incómodos con las demostraciones de la guerra espiritual y niegan aceptar las
acciones físicas que arremeten contra las barreras de su orgullo o timidez y chocan con
sus conceptos de lo normal.
Dios nos ha mostrado en su Palabra las acciones que acompañan a la guerra
espiritual. Estos gestos pueden caber de manera cómoda o, por el contrario, estar
totalmente fuera de los límites de nuestros gustos personales. Lo cierto es que están
firmemente establecidos en el plan que Dios tiene para nosotros. Si fuera necesario
forzar las fronteras, siempre será con el propósito de que nuestros límites se expandan y
podamos crecer y alcanzar todo lo que Dios tiene para nosotros. Recuerde que estamos
hablando de una guerra verdadera y no de alguna competencia simbólica. Los campos
de batalla rara vez son sitios «cómodos», pero son ámbitos de victoria y, por cierto,
¡jamás carecen de acción!

Es la comunicación adecuada y la participación de las tropas lo que hace posible la


victoria en la batalla. En la guerra espiritual estos procesos son guiados por nuestro líder
en la batalla: el Todopoderoso Señor de las Huestes. En su Palabra hay evidencias de
esas acciones y de su uso en la batalla. Lea los siguientes pasajes, que nos permiten
aprender más acerca del valor y el lugar de esas acciones en la guerra espiritual.

Éxodo 17.8–16: ¿Cuáles fueron las acciones que realizaron Moisés, Aarón y Hur
durante la batalla?

Describa el impacto que tuvieron las acciones de Moisés en el curso de la batalla.

¿Por qué fue vital la intervención de Aarón y Hur para obtener la victoria?

¿Qué hizo Moisés después de la batalla en reacción a la victoria obtenida?

Jueces 6.24–40; 7.16–25: ¿Qué dos cosas hace Gedeón como expresión de su
compromiso de seguir a Dios? (6.24–27)

A la luz de la difícil época que le tocó vivir a Gedeón, ¿qué nos dice de su fe el
nombre que da al altar que construyó?

¿Qué pasos da Gedeón para verificar la dirección del Señor?


¿Con qué acciones iniciaron los soldados la batalla?

Describa los resultados de las acciones llevadas a cabo por los soldados.

2 Reyes 19.8–19, 35–37: Describa la manera en que Ezequías expresó su angustia


ante el Señor.

¿Qué hizo, simbólicamente, con la carta de Senaquerib?

Explique lo que el Señor hizo con Senaquerib y con su ejército.

FE VIVA

No siempre es fácil asimilar y llevar a la práctica los principios que encontramos en


las Escrituras. Repase los casos que acaba de estudiar y utilice esta sección en su propia
vida.

Cuando Moisés estaba observando a los hijos de Israel en la batalla, en Éxodo 17,
se había ubicado por encima del campo de lucha, en la cumbre de una montaña, desde
donde podía ver al ejército. Explique por qué es importante reconocer que su lugar en
Cristo, está por encima de las luchas de este mundo (Ef 2.1–6).

¿Por qué cree que podría ser importante para un intercesor tener la posición
ventajosa de una perspectiva global, como la tenía Moisés? ¿Por qué cree que sería
importante para la gente que participaba de la lucha poder ver a su intercesor, como en
el caso de Moisés?

Tanto Moisés como Gedeón construyeron y dieron nombre a altares consagrados al


Señor. Asimismo, es importante que reconozcamos los momentos decisivos en nuestra
vida, determinando un sitio, ya sea mediante una dedicación material o en nuestros
recuerdos, de manera que podamos regresar en adoración al Señor para darle gracias
por la forma en que nos guió.
Describa alguna de esas experiencias de transformación radical que haya marcado
decisivamente el rumbo de su vida.

INFORMACIÓN ADICIONAL

Establezca un «altar de recordación» en su habitación, para conmemorar algo que el


Señor haya hecho. Podría ser algo tan simple como una piedra colocada en una repisa,
un álbum de fotografías, un recuerdo de una ocasión de victoria, algo que tenga especial
significado para usted. Deje que ese objeto llegue a ser un «testimonio» visible, un sitio
de alabanza, de tal manera que cada vez que lo vea recuerde la bendición especial, la
provisión u orientación que Dios le dio para su vida.

Ya sea como agradecimiento por lo que Dios ha hecho, o anticipando lo que habrá
de hacer, dé ahora mismo un paso de fe. Escriba una hoja y haga un sencillo pergamino.
Anote un aspecto de su vida en el que desee que Dios le ayude. Permita que este
recordatorio concreto sea otro punto de «conexión» entre lo que cree y es todavía
invisible, pero puede Ser anticipado por fe.

(Advertencia): Estas acciones no constituyen un sustituto supersticioso de la fe,


sino expresiones vivas y visibles de ella, orientadas a la alabanza.)

USE LA TROMPETA DE DIOS

Quizás sorprenda el hecho de que uno de los recursos más perdurables de la acción
militar no está orientado hacia el enemigo sino más bien hacia los mismos compañeros.
La trompeta se ha usado como instrumento en la batalla desde los tiempos antiguos, y
todavía se usa como un símbolo en nuestra época, aun cuando las comunicaciones
modernas la han reemplazado en el terreno de combate.

En las Escrituras la trompeta ocupa un lugar prominente en la guerra y la conducta


espirituales. A lo largo del Antiguo Testamento se le usa, tanto de manera simbólica
como literal, para conducir al pueblo de Dios hacia un lugar nuevo, ya sea por medio de
una victoria militar o mediante la búsqueda cotidiana de la orientación divina.

Más adelante, en la sección «Riqueza literaria», hay diversas descripciones de la


trompeta tal como se usaba en la Biblia. Algunos pasajes se refieren a ella en sentido
literal y otros son expresiones en sentido figurado o recursos mediante los cuales se
llama la atención y se orienta la acción.

RIQUEZA LITERARIA

Trompeta, shophar. Una trompeta hecha de un cuerno curvado de animal, una


corneta. El shophar se menciona setenta y dos veces en el Antiguo Testamento, y se
usa para anunciar la presencia del Señor cuando entrega la Ley al pueblo. También se
usa para anunciar un peligro y para hacer un llamado a las armas. En Oseas 8.1
shophar se compara con la voz del profeta que proclama la palabra de Dios.1

Voz, qol. Llamar a viva voz, exclamar, sea una palabra o un sonido. Proclamar,
declarar o tronar. El uso de qol en Isaías 58.1 es un claro llamado a proclamar a viva
voz la Palabra del Señor. Se trata de una acción física que nos exige un alto volumen de
voz.

Aquietar, shaquat. Reposar, tranquilizarse, aquietarse, estar descansado.


Shaquat implica la idea de serenidad en la vida y las circunstancias. Después de una
batalla viene el tiempo de reposo y la superación del desorden y la lucha (véase 2 Cr
20.30).

Jubileo, júbilo, truwah. Clamor, aclamación gozosa, grito de batalla, sonido de


trompetas. Truwah también denota regocijo, celebración, gozo. En Levítico 25.9 las
trompetas se tocaban para indicar el tiempo de gran regocijo y liberación en todo Israel.
Esta celebración tenía lugar cada cincuenta años y se dedicaba a devolver a sus dueños
originales la herencia familiar que hubiera tenido que empeñar. Esta es una figura de
cómo la obra de Jesús en la cruz tiene por meta restaurar lo que Dios se había propuesto
darnos.

Sin perder de vista estas descripciones, lea los pasajes que siguen, anote el tipo de
situación que se ilustra y el resultado del uso de la trompeta en cada caso. A medida que
estudie, escriba cualquier hallazgo especial que le parezca pueda poner en práctica en su
vida espiritual actual.

Números 10.1–10

Jueces 7.16–25

1 Samuel 13.3

1 Crónicas 15.25

2 Crónicas 20.27–30

1 «Riqueza literaria: 8.1 trompeta», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami,


FL, 1994, p. 1064.
Isaías 58.1

Ezequiel 3.10, 11

FE VIVA

La trompeta se usaba en los tiempos bíblicos para dirigir el movimiento de las


tropas en la batalla. En la guerra espiritual, el Señor nos da una responsabilidad similar
de «sonar la trompeta» con nuestras propias voces y, por medio de su Palabra, dirigir la
batalla según sus planes.

¿Está listo para hacer sonar la trompeta de esta manera? Indague en su corazón,
mientras responde a las siguientes preguntas. Permita que esta autoevaluación le ayude
a crecer en su papel como intercesor.

Describa qué entiende cuando las Escrituras dicen «Alza tu voz como trompeta» (Is
58.1).

¿De qué manera este estudio acerca del uso de la trompeta en la guerra le ayuda a
percibir cómo utilizar mejor su propia voz en la batalla de la oración?

Quizás el hecho de que algunas personas muestren poco equilibrio y sensibilidad en


sus expresiones verbales impulsivas, le ha llevado a evitar orar con espontaneidad.
¿Qué puede ayudarle a superar la natural reticencia a expresar sus oraciones con
firmeza?

¿Qué se propone hacer en el futuro para orar con más valentía y confianza?

Puesto que Dios nos ha creado como individuos únicos, cada uno nos
desenvolvemos de manera diferente. Algunas personas son por naturaleza más
expresivas y hablan más que otras, pero aun así el Señor nos llama a todos a elevar
nuestras voces ante Él en determinadas ocasiones. En otras oportunidades, nos indicará
que guardemos silencio en su presencia. La clave está, por lo tanto, en ser sensibles a la
dirección del Señor y a mantener el equilibrio adecuado.

Deténgase ahora por un momento para orar, para pedirle al Señor que lo llene
nuevamente de su Espíritu; hágalo con espontaneidad, con valentía, con palabras
directas. Eleve su alabanza acogiendo el poder que Él le otorga para andar en una vida
vibrante, equilibrada y victoriosa.
LAS ARMAS QUE TENDRÁ QUE USAR

A lo largo de la historia de la guerra se han usado numerosas armas y herramientas


para emprender los combates. Pero ni la mejor preparación, entrenamiento o estrategia
militar da la victoria en una batalla, a menos que el soldado opere con eficiencia los
elementos de combate. De la misma manera, los creyentes no pueden pretender alcanzar
victoria a menos que tomen parte en las acciones físicas del combate.

El Señor nos llama a ser soldados eficientes en la lucha en la que participamos. Al


aceptar nuestro lugar en la batalla, es importante que percibamos las indicaciones de
nuestro General para el desplazamiento de las tropas. Sus directivas pueden ser
específicas o pueden implicar una reacción natural a las situaciones, como resultado de
la relación que tenemos con El y de la comprensión que tenemos de sus métodos. Es
sabio que aprendamos más acerca de las acciones físicas con que reaccionamos y
participamos en la línea de combate.

Las Escrituras nos muestran muchos elementos físicos para usar en nuestras
campañas espirituales. Lea los siguientes textos y haga una lista de algunas de esas
demostraciones, describiendo el uso principal de cada una de las «armas» en relación a
la guerra espiritual.

Josué 6.2–5 (Al comparar este pasaje con Romanos 4.12 y Génesis 13.14–18, y
especialmente el y. 17, ¿a qué conclusión es posible llegar respecto a la acción espiritual
adecuada a nuestros días?)

Josué 10.12, 13

2 Crónicas 20.21–22 (compárese con Hch 16.16–26, en especial el v. 25)

Isaías 58.1 (compárese con Hch 4.24)

LA GUERRA DE LA ADORACIÓN

La adoración es nuestro más efectivo recurso para avanzar en cualquier situación.


Por medio de ella invitamos a Dios y al señorío de Cristo a hacerse presentes en nuestra
circunstancia. No hay nada tan importante como asignar prioridad a la adoración en la
vida cotidiana.
La Biblia muestra que muchas de las acciones que se asocian a la adoración también
las vemos en la batalla. Este hecho apunta a la significación que ella tiene en la guerra
espiritual, a la vez que muestra todavía más acerca de cómo espera Dios que nos
desplacemos en el combate.

Trabaje con los siguientes pasajes de la misma manera que hizo en la sección
anterior enumerando y describiendo las estrategias y las armas de la guerra espiritual.

Salmo 47.1–3

Salmo 100.1–5

Salmo 150.4

FE VIVA

Revise las notas que hizo de esta lección. ¡Hay tanto para aprender acerca de la
guerra espiritual y de las armas que debemos operar cuando participamos en el
combate! Ninguna lección en particular, ni siquiera una serie de ellas, podrá enseñarle
todo al respecto. Pero puede tener la confianza de que el Señor sabe lo que usted
necesita para estar preparado en cada situación que enfrente.

Lección 12—Ministros
angelicales
Cuando era niño, lo que menos me gustaba al ir a visitar a mis abuelos era que mi
hermano y yo dormíamos en el sótano. Aunque era grande, con piso, y hacía mucho
tiempo que lo habían acondicionado para usarlo como una parte más de la casa, aun así
daba la sensación de ser un mundo infinitamente separado de las habitaciones del piso
superior donde se alojaba el resto de la familia. Como era el menor de los varones,
siempre me tocaba acostarme antes que los demás, recuerdo que una noche en particular
sentí mucho miedo.
Mi abuela había bajado a arroparme bien, sabía que pronto volvería a subir y que me
dejaría solo para que me durmiera. Temía estar solo. Aunque nadie lo sabía, ni yo lo
decía, me sentía aislado en este remoto rincón del mundo, donde la oscuridad y los
ruidos de una casa antigua constituían mi única compañía hasta que conciliara el sueño.
Ni siquiera la lamparilla que quedaba encendida era suficiente para hacerme sentir
seguro.

Así fue hasta aquella noche especial, en la que mi abuela me relató un testimonio
acerca de la forma en que se envían los ángeles de Dios para protegernos. Me contó de
una ocasión en que a un miembro de nuestra familia le habían sido abiertos los ojos
espirituales para que pudiera ver a un ángel vigilando su hogar. Conocía la promesa del
Salmo 91.9–12, pero me conmovió mucho ese testimonio. Todavía recuerdo el relato y
cómo sirvió para apaciguar mis temores durante muchas noches siguientes. A pesar de
estar solo, me sentía seguro hasta que me dormía, porque sabía que los ángeles de Dios
en realidad estaban allí, como dice la promesa, para protegerme.

A través de los años he escuchado muchos relatos de creyentes que han visto o
percibido la presencia de ángeles brindándoles auxilio, aliento y protegiéndolos en
tiempos difíciles, como así también en la vida cotidiana normal. Estas narraciones
parecen despertar interés entre los cristianos en la actualidad porque a muchos les
recuerdan que los ángeles son tan reales y están tan activos ahora como en los tiempos
antiguos. Con frecuencia nos impactan más los relatos de acontecimientos personales y
actuales que los de aquellos sucesos que han ocurrido largo tiempo atrás y de los que no
tenemos experiencia personal alguna.

Al iniciar este estudio sobre los ángeles, tenga presente que las cosas que va a leer
en la Biblia son tan ciertas hoy como lo eran entonces. Los ángeles están presentes y, sin
lugar a dudas, ministran hoy en día tal como lo han venido haciendo desde que Dios los
creó.

En el Salmo 103.20–21 se hace referencia a cinco ministerios de los ángeles, que se


enumeran a continuación. Al leer los siguientes versículos, anote cualquier otra
descripción de la actividad angelical que se mencione allí, tales como los métodos de
que se valen, su aspecto, los nombres generales y específicos que se usan con referencia
a los ángeles, etc.

«Bendecid a Jehová»

Nehemías 9.6

Hebreos 1.6

«Elecutáis su nalabra»
Mateo 13.41–42

Mateo 26.52–54

«Obedeciendo a la voz de su precepto [el de Diosl»

Daniel 9.21–23; 10.5–14

Lucas 1.26–38

«Ministros suyos»

1 Reyes 19.5–8

Hebreos 1.13–14

«Hacéis su voluntad»

Lucas 16.22

Hechos 12.5–11

FE VIVA

Antes de seguir adelante con este estudio, deténgase y responda las siguientes
preguntas que le ayudarán a definir lo que cree sobre los ángeles. Ore y pídale a Dios
que le ayude a ver toda la verdad acerca de estos seres que Él creó, y acerca de cómo
pueden impactar su vida.

¿Qué relatos o testimonios recuerda haber oído acerca de los ángeles? ¿Eran
historias reales o de ficción, sencillas o complicadas, emocionantes o aburridas?
Describalas en pocas palabras.

¿Cómo cree que esos relatos influyeron en el desarrollo de sus propios conceptos
acerca de los ángeles y de lo que realizan?

¿Cómo podría afectar su vida una comprensión biblica acerca de los ángeles?

¿Ha obtenido nociones nuevas acerca del mundo de los ángeles en lo que va de este
estudio? ¿Se ha modificado de alguna manera su punto de vista? ¿Qué aplicaciones
prácticas encuentra en este tema en lo que se refiere a la guerra espiritual?

EL MINISTERIO DE LOS ÁNGELES

A lo largo de la Biblia se afirma claramente que los que pertenecen al pueblo de


Dios están llamados a un servicio mutuo. Cada uno de nosotros ha sido llamado a servir
a la familia de Dios como expresión de nuestro servicio al Señor. Al igual que los padres
se ocupan de atender las necesidades de los recién nacidos, dándoles la alimentación y
el cuidado necesarios sin dejarse dominar por ellos, no se espera que estemos
sometidos, como siervos en el cuerpo de Cristo, al dominio de aquellos a los que
servimos. Más bien decidimos servirnos unos a otros como una manera de ministrar a
nuestro Señor.

De la misma forma, los ángeles están al servicio directo de nuestro Padre celestial.
No harán nada que no haya sido dispuesto por El. Sin embargo, en su servicio a Dios,
ayudan a Su pueblo en Su nombre, y, al hacerlo, es importante recordar que aunque nos
sirven, no están sujetos a nuestro control.

Algunos creyentes no han entendido esto, porque han escuchado a otro creyente
«ordenar» a un ángel que actúe. Aunque quizás parezca que el cristiano «da órdenes a
un ángel», la Biblia nos enseña que sólo actuará bajo las órdenes directas de Dios. Por
lo tanto, podemos estar seguros de que, en aquellos casos en que los vemos actuar en
respuesta a las oraciones humanas, esas plegarias no expresaban la voluntad de un ser
humano, sino que en realidad eran un reflejo de la Palabra de Dios para esta
circunstancia concreta. Dios usa a los suyos para dar a conocer su Palabra y, por
consiguiente, cuando hablamos de acuerdo a su voluntad, los ángeles que están a su
servicio actuarán. En ese sentido entendemos que no controlamos a los ángeles, sino
que nos han invitado a asociarnos al Señor en la oración y la guerra espiritual, haciendo
que se cumpla su voluntad, que su Reino ensanche su dominio «como en el cielo, así
también en la tierra».
Sin olvidar estos conceptos, use los siguientes versículos para hacer una lista y
definir algunos de los ministerios que los ángeles nos brindan como pueblo de Dios.
Como Señor de los ejércitos, instruye a Sus ángeles para que intervengan a nuestro
favor en los conflictos. Observe de qué manera participan.

Salmo 34.7; Lucas 4.10–11

Lucas 16.22

Lucas 22.43

Hechos 8.26

Gálatas 1.8

Hebreos 1.14

FE VIVA

Muy pocas cosas llegan a formar parte vital de nuestra vida a menos que podamos
definirlas con nuestras propias palabras y en base a nuestra experiencia. Dedique un
momento para repasar lo estudiado en la sección anterior y reflexione acerca de cómo
influyen en su persona. Use las preguntas de esta sección como ayuda para poner en
práctica las verdades que ha aprendido.

¿Qué aspecto del auxilio que prestan los ángeles a los creyentes le parece más
pertinente a su vida? ¿De qué manera espera beneficiarse por este servicio?

¿Qué significa para usted que Dios asigne ángeles para que le sirvan? Describa lo
que este hecho le demuestra acerca del amor de Dios hacia usted.
Escriba con sus propias palabras una nota de agradecimiento a Dios por su cuidado.
Exprésele sus sentimientos respecto a los seres angelicales que ha designado para que le
sirvan. Agradézcale también por lo que anticipa en el futuro gracias a la provisión que
ha hecho por usted.

LOS ÁNGELES Y LA GUERRA ESPIRITUAL

Cualquier estudio acerca de la obra de los ángeles sería incompleto si no se


considera el ámbito espiritual y el impacto que producen los ángeles en la guerra
espiritual. Las Escrituras dicen claramente que ellos ocupan posiciones de poder
espiritual que afectan el curso de las naciones y de los pueblos.

En esta sección vamos a concentrarnos en el impacto que producen sus acciones en


la guerra espiritual del mundo invisible. Las preguntas le ayudarán a descubrir la acción
de las huestes celestiales en la batalla y la manera en que ello se relaciona con lo que
usted hace.

Apocalipsis 12.7–11: ¿Quiénes son los principales combatientes en la guerra


iniciada para arrojar a Satanás del cielo?

Describa el resultado de este combate.

¿Cuáles son los medios utilizados para expulsar a Satanás del cielo?

Haga una lista de los nombres que se usan en este pasaje para referirse a Satanás.

¿Qué ha sido sellado en su beneficio como resultado de esta victoria?

¿Por medio de qué vencen los santos?

Daniel 10.1–4, 12–13: ¿Qué lugar ocupaba Daniel en la guerra que se describe en
este pasaje?
¿Cómo cumplió Daniel su responsabilidad?

¿Cuándo fue enviado el ángel a Daniel? ¿Qué lo detuvo?

¿Qué le permitió a este ángel tener la libertad de seguir adelante con su misión a
favor de Daniel?

¿Qué otros seres espirituales se mencionan aquí y cómo se les describe?

¿Qué posición de autoridad se atribuye a los seres angelicales en este pasaje?


Relacione esto con la jerarquía de los seres espirituales que se menciona en Efesios 6.12
.

FE VIVA

Ahora que ha visto lo que dicen las Escrituras acerca de la obra y el ministerio de
los ángeles, reflexione en las verdades que ha descubierto. Con las preguntas siguientes,
medite en lo que la lección ha revelado y en cómo poner en práctica estas verdades en
su vida cotidiana.

¿De qué forma influye en su propia manera de encarar la lucha espiritual lo que
ahora sabe acerca de la intervención de los ángeles en esa guerra?

A medida que discernimos más acerca de los propósitos y la obra del Señor en
nuestra vida, nos percatamos que Dios obró en situaciones pasadas de tal forma que en
ese momento no lo veíamos. ¿De qué maneras ha visto que las cosas aprendidas aquí ya
están obrando en su propia vida?

¿Qué cosas espera que sucedan en su vida como resultado de las nuevas ideas que
ha recibido por medio de este estudio?
Lección 13—Ángeles y
demonios
Cuando entré en la habitación pude ver ángeles por doquier. Parecía que cada
espacio disponible tenía su propia representación angelical. No, no se trataba de una
visión sobrenatural, sino de los elementos que decoraban la habitación. Era Navidad y,
como es natural en esa época festiva, se había elegido a las figuras de los ángeles como
elemento decorativo de dicha habitación.

No es poco común que en la temporada Navideña se vean esas decoraciones típicas.


Es, por cierto, perfectamente apropiado que nosotros, los que hemos recibido tan
maravillosa salvación, celebremos con gozo el nacimiento de nuestro Salvador. Más
aún, es completamente aceptable que usemos los adornos de los que nos valemos para
expresar de muchas maneras la historia de la Navidad: las escenas de la Natividad nos
recuerdan el nacimiento de Cristo; las luces que adornan los edificios y las casas de
familia nos recuerdan que la «Luz del mundo» ha llegado.

La belleza de su don irradia en la magnificencia de lo que nos rodea cuando


celebramos su nacimiento. En medio de todo están los ángeles, de todo tipo, que ocupan
su lugar alrededor nuestro en memoria de las huestes angélicas que fueron las primeras
en proclamar a los pastores las buenas nuevas del nacimiento del Salvador, y que lo
protegieron de Herodes cuando el adversario utilizó al monarca como instrumento de su
ataque (Lc 2.8–14; Mt 2.13).

La Navidad es uno de esos momentos en que pensamos en los ángeles. Pero hay
otras ocasiones en las que con frecuencia también se expresa la opinión popular acerca
de ellos: «¡Qué niño tan angelical!», se dice frente a un pequeño dormido, cuyas
facciones expresan profunda serenidad. Ante las rellenas mejillas del rostro de un
pequeño, otros dirán que «parece un querubín», y del mejor alumno de la Escuela
Dominical se dice que «se porta como un ángel».Estas son frases que la mayoría hemos
escuchado o quizás hasta pronunciado. Pero, ¿sabe alguien en realidad qué aspecto
tienen los ángeles o cómo actúan? ¿Hay, acaso, una determinada apariencia «angelical»
que corresponda con veracidad a las huestes celestiales? ¿Será cierto que siempre están
rodeados de un ambiente de serenidad?

A los ángeles se les ha caracterizado de las formas más diversas y han llegado a
simbolizar diferentes cosas para distintas personas. Algunas de estas ideas están basadas
en los relatos bíblicos y otras en creaciones artísticas o en meras fantasías. El resultado
ha sido una mezcolanza de mitos y especulaciones que ha llegado a confundir a muchos
cristianos respecto a la esfera de lo angelical.

Para empezar a investigar los datos bíblicos acerca de los ángeles lea los siguientes
versículos y haga una lista de los distintos tipos de ángeles que se describen.

Génesis 3.24
Jueces 13.3

Isaías 6.2

1 Tesalonicenses 4.16

1 Pedro 3.22

Apocalipsis 12.7–9

RIQUEZA LITERARIA

Ángel, malach. Mensajero, embajador; alguien enviado para desempeñar una


tarea o comunicar un mensaje; específicamente un «ángel» o mensajero celestial del
Señor. Malach se usa más de doscientas veces en el Antiguo Testamento y casi siempre
se traduce como «ángel». Esta palabra puede usarse con referencia a seres humanos, en
cuyo caso, por lo general, se traduce como «mensajero». Los ángeles, que se mencionan
muy a menudo en las Escrituras hebreas, fueron enviados para asistir o informar a los
patriarcas, Balaam, David, el profeta Zacarías y otros. No todos los ángeles son del tipo
«angelical» que creemos; véase Proverbios 16.14 (donde se traduce como «mensajero
de muerte»). Las cualidades sobrenaturales de los mensajeros del Señor se describen en
Salmos 78.49; 104.4 y Proverbios 17.11.1

Ángeles, angelos. De angello, «entregar un mensaje»; por lo tanto, un


mensajero. En el NT la palabra posee el sentido especial de un personaje espiritual, un
personaje celestial servidor de Dios que funciona como un mensajero del Señor enviado
a la tierra para ejecutar sus propósitos y darlos a conocer a los hombres. Los ángeles
están presentes de forma invisible en las asambleas de los cristianos y son enviados por
Dios para ministrar a los creyentes (Heb 1.14).2

EL ÁNGEL DEL SEÑOR


1 «Riqueza literaria: 32.21 ángel», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami,
FL, 1994, p. 552.

2 «Riqueza literaria: 4.11 ángeles», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami


FL, 1994, p. 1190.
En el Antiguo Testamento la expresión «el ángel de Jehová» se usa en diversas
ocasiones. Algunos consideran que se refiere a una visitación de Jesús, anterior a su
encarnación; otros sostienen que no difiere de los demás ángeles. Analice este tema con
más detenimiento a fin de ver qué puede aprender acerca del Ángel de Jehová.

A continuación encontrará algunos de los pasajes bíblicos que se refieren al Ángel


de Jehová y a otras visitaciones angelicales. Utilice las preguntas que siguen para
comparar y evaluar estos versículos.

¿Acepta adoración el Ángel de Jehová?

¿Aceptan adoración otros ángeles?

¿Cuál es la apariencia del Ángel de Jehová?

¿Cómo se manifiesta físicamente el Señor en el Antiguo Testamento?

¿Qué otros términos se usan para describir al Ángel de Jehová?

Génesis 18.1–33

Génesis 48.15–16

Éxodo 3.2–8

Josué 5.13–15
Jueces 13.3–6

Apocalipsis 19.10; 22.8–9

FE VIVA

Casi todos los eruditos evangélicos concuerdan en que el Ángel de Jehová que
aparece en el Antiguo Testamento es Jesús. Acabamos de estudiar algunas de las
numerosas razones que apoyan esta convicción, pero ninguna es tan convincente como
el hecho innegable de que Jesús es el centro de la Biblia.

Ya que ha hecho su propia investigación respecto al Ángel de Jehová, medite en lo


que ha aprendido y cómo afecta su vida. ¿Qué siente al pensar en que las figuras del
Antiguo Testamento hablaban cara a cara con Jesús?

¿Cómo influye esto en su conocimiento de la manera en que Dios actuaba en medio


de su pueblo en la antigüedad?

¿Hace que le resulte apropiado en alguna medida el hecho como un ejemplo


viviente para su vida hoy? ¿En qué forma?

Cuando se advierte con claridad que Jesús siempre estuvo involucrado en la obra de
Dios con los seres humanos, su presencia llega a ser más palpable y natural, en lugar de
parecernos lejana y esporádica. Sabiendo que Él está aquí mismo, y que está
comprometido con usted, pídale a Jesús que lo ayude a percibir su presencia más
claramente en su vida cotidiana.

TIPOS Y CARACTERÍSTICAS DE LOS ÁNGELES

De los diversos tipos de ángeles mencionados en la Biblia, los querubines y los


serafines quizás sean los más definidos. Basándose en los versículos que siguen,
describa la apariencia de estos seres. Al hacer sus anotaciones, busque datos de su
aspecto y su actividad. Consulte, además, la sección Riqueza literaria como ayuda en la
investigación.

Querubines

Génesis 3.24
Éxodo 25.18–22

Éxodo 37.7–9

Salmo 99.1

Ezequías 10.1–22

Serafines

Isaías 6.2, 3

Isaías 6.6, 7

RIQUEZA LITERARIA

Querubines, keruvim. Un ser celestial que se representa mediante figuras


esculpidas en oro sobre el arca del pacto. La palabra Keruv podría estar relacionada
con un verbo acadio que significa «bendecir, alabar, adorar». Keruvim se menciona
noventa veces en el Antiguo Testamento, y más de treinta de esas referencias se
encuentran en Ezequiel. Los Keruvim fueron vistos desde Adán hasta tiempos de
Ezequiel. Véase su descripción en Ezequiel 10. La idea de que keruv significa «ángel
protector» persiste (Ez 28.14). Un keruv protege, como se afirma en Éxodo 25.20.
(Compárense los dos ángeles, uno frente al otro, que cubrían y resguardaban al Señor de
gloria mientras su cuerpo yacía en la sepultura, Jn 20.12.)3

Serafines, serafim, plural de seraf. Un ser angelical flamígero, fiero, con la


habilidad de moverse suave y velozmente; también se refiere a una criatura del desierto,
probablemente una serpiente, de color flamígero, y sumamente ágil. La raíz del verbo es
seraph, que significa «encender o quemar». Por ello, los seraphim podrían ser
ángeles de un color o apariencia flamígera, similar a una llama en su movimiento o
3 «Riqueza literaria: 25.18 querubines», Biblia Plenitud, Editorial Caribe,
Miami, FL, 1994, p. 104.
transparencia. Sólo en Isaías 6.2, 6 la palabra se traduce «serafines»; el resto de las
referencias (Nm 21.6, 8; Dt 8.15; Is 14.29; 30.6) aluden a serpientes, escorpiones y
víboras. Quizá el color o el movimiento de las serpientes terrenales se asemeja al de los
ángeles.4

INFORMACIÓN ADICIONAL

Los ángeles se mencionan a lo largo de toda la Biblia. Llevan a cabo muy diversas
tareas, aparecen de distintas formas y llegan de distintas maneras. Usando una
concordancia o una Biblia con referencias temáticas, haga un informe comparativo de
las actividades características de los ángeles. Ello le ayudará a comprender mejor el
propósito y la obra de estos seres. Tal vez quiera incluir algunos, o todos, de los
siguientes detalles que las Escrituras proveen respecto a los ángeles en cada caso.

Apariencia Palabras que pronuncia Modo de movimiento


Nombre Tipo de ángel Propósito del ángel
Acciones Ropa Presentación

Quizás haya otros aspectos en estas situaciones que desee mencionar. Siéntase en
libertad de agregarlos a esta lista y de escribir comentarios especiales a medida que
avanza.

Las Escrituras indican que hay una jerarquía definida entre las huestes angelicales,
aunque en la mayoría de los casos no se describe con claridad. Estudiaremos los que se
definen simplemente como ángeles, junto al más enaltecido de estos seres conocido
como «arcángel». La Biblia no dice nada que sugiera que la apariencia y los deberes de
los arcángeles difieran a los de ángeles de menor jerarquía, excepto que se reconoce su
liderazgo entre ellos.

Con estas categorías en mente, analice las descripciones que encontramos en las
Escrituras. No olvide anotar lo que se dice de su apariencia y de sus tareas específicas.

Arcángeles

Daniel 10.12, 13, 20, 21

1 Tesalonicenses 4.16

Judas 9

4 «Riqueza literaria: 6.2 serafines», Biblia Plenitud, Editorial Caribe, Miami,


FL, 1994, p. 833.
Ángeles, huestes celestiales

Génesis 19.1–5

Salmo 91.11

Salmo 104.4

Salmo 148.2

Lucas 1.11–20

Lucas 2.9–15

FE VIVA

Después de considerar los versículos anteriores, ¿cuál es su impresión respecto a los


diversos ángeles?

¿Qué ha aprendido de los ángeles que le haya sorprendido?

En su opinión, ¿qué es lo más importante que ha aprendido en esta lección? ¿Por


qué?

Anote algunas de las verdades aprendidas de las que cree afectarán


perdurablemente su vida. Ore respecto a ellas y pida al Señor que lo ayude a vivir de
acuerdo a lo que le está enseñando.
LOS ÁNGELES CAÍDOS

Isaías 14.12–14 relata la historia de Lucifer (Lucero), que en algún momento fue un
ángel del Señor, pero que fue expulsado del cielo a causa de su pecado. Ahora
conocemos a este ángel caído como Satanás, puesto que ha perdido el derecho de llevar
el nombre que Dios le dio originalmente, así como también el de ocupar su lugar en el
cielo.

Cuando Satanás fue expulsado, también expulsaron con él muchos otros ángeles que
lo habían acompañado en su rebelión. Se entiende, por lo general, que estos ángeles
caídos son los que ahora se desempeñan como fuerzas demoníacas del infierno, contra
las cuales combatimos. Esta línea de pensamiento se basa en el hecho de que Satanás es
incapaz de crear y que, en consecuencia, los demonios son indudablemente la expresión
degradada de los seres divinamente creados. Aunque no está expresada en forma directa,
esta tesis tiene apoyo en las Escrituras (Ap 12.9).

La idea clave que se debe tener en cuenta al estudiar este tema es que los creyentes
tenemos autoridad sobre ellos en el nombre de Jesús. Remitiéndose a las siguientes
referencias bíblicas, observe qué se dice acerca de los ángeles caídos y su posición
actual en relación a nosotros.

Isaías 14.12–15

Mateo 25.41

Marcos 16.17, 18

Romanos 8.38, 39

Efesios 1.20–22

Apocalipsis 12.7–10
FE VIVA

Hablar acerca del reino demoníaco puede asustar a las personas que no han llegado
a comprender la posición que tenemos en Cristo. Explique cuál es la autoridad que
Jesús nos ha dado sobre los demonios.

Cuando los cristianos empiezan a comprender la autoridad que tenemos en el


nombre de Jesús, llegan en ocasiones a excederse en su entusiasmo por ocuparse de lo
demoníaco. ¿Qué piensa que le ayudará a mantener el equilibrio en este aspecto?
(Véase Lc 10.17–20.)

Al estudiar esta lección, ¿ha aprendido cosas que antes no sabía? ¿Cuáles?

¿Qué pasos dará durante la próxima semana para afianzar esas verdades en su vida?

Al finalizar este estudio, dedique un tiempo para escribir una carta de gratitud al
Señor por las cosas que le ha mostrado su majestad. También por los ángeles que ha
asignado para ministrarle y por la autoridad de la que goza, por medio de Jesús, sobre
las obras de las tinieblas.

Resumen y epílogo:
El cuadro completo
Las dos últimas lecciones nos han llevado a considerar las características de seres
reales y activos en la esfera espiritual. Nos hemos dedicado a examinarlos, no por una
inútil fascinación o curiosidad acerca de los ángeles, sino por la influencia que tienen
sobre el resultado de nuestras oraciones y sobre el conflicto espiritual en su totalidad.
Quizás no haya ninguna batalla que enfrentemos, ninguna victoria que obtengamos
como creyentes en la que no intervenga, de alguna manera y más allá de nuestra visión,
la actividad ministerial de los ángeles. La evidencia de las Escrituras indica que nos
acompañan a medida que avanzamos centrando nuestra atención en la fe y en la batalla.

Estos capítulos han sido incluidos para ayudarle a entender mejor el campo en el
que se desenvuelve como creyente en Jesucristo. En el desarrollo de esta última sección,
observe cómo la Palabra de Dios reúne e integra estas verdades con lo que antes
habíamos aprendido acerca de la oración y la guerra espiritual, introduciendo el tema de
los ángeles en este cuadro amplio y dramático del lugar que ocupamos como soldados
siervos en el Reino de Dios.
Analice paso a paso Efesios 6.10–18, agregando sus propias observaciones al
comentario que sigue. Considere, sobre todo, de qué manera los tres temas centrales de
esta guía de estudio se presentan armoniosamente aquí. Observe que la importancia de
cada aspecto se subraya sin echar sombra ni negar la necesidad de los demás.

Efesios 6.10–18

Versículo 10: Este es un mandato a que depositemos toda nuestra dependencia en el


Señor. En la vida cristiana no hay lugar para que el creyente dependa de sus propias
fuerzas. En efecto, confiar en el propio poder es síntoma de debilidad espiritual, no de
fortaleza. La fortaleza del Señor está a disposición de todo creyente por medio de la
oración.

¿En qué aspectos le llama más el Señor a rendir su fortaleza por la de El, invitándolo
a una nueva y profunda dependencia de su gracia y poder en puntos específicos de su
vida?

Versículo 11: Llegar a Dios en oración es sólo el comienzo de este andar en el poder del
Señor. Este versículo nos llama a adoptar una posición agresiva en la guerra espiritual.
Reconocemos que la guerra espiritual no se trata sólo de oraciones, sino que, además, se
requiere una estrategia. Las tácticas (asechanzas) del diablo consisten en planes
calculados para provocar la caída del Reino de Dios. A nosotros se nos llama a apoyar y
a extender su Reino mediante la estrategia de batalla indicada por nuestro Señor. En este
sentido, la guerra supera a la oración, en tanto ofrece una estrategia para la victoria y no
sólo un informe circunstancial.

¿Qué estrategias percibe que el Señor quiere poner en práctica a través de su vida de
oración? ¿Puede comprender de qué manera lo conduce hacia un plan definitivo para
alcanzar la victoria? Describa lo que encuentra.

Versículo 12: No contendemos en la esfera física, enfrentando enemigos de carne y


sangre, sino que nuestra lucha es en el terreno espiritual. Nuestro enemigo debe ser
entendido como un ser perteneciente al mundo espiritual invisible. Por lo tanto, es
esencial que obtengamos una adecuada comprensión de la autoridad que rige en ese
terreno.

NOTA: Este versículo describe un cuadro de niveles de autoridad espiritual. Los


términos «principados», «potestades», «gobernadores de las tinieblas de este siglo» y
«huestes espirituales de maldad en las regiones celestes» son todos vocablos que
denotan diferentes ubicaciones en cuanto a supervisión y autoridad espirituales. Estos
términos van desde aquel que sólo tiene dominio sobre una sola persona o un grupo de
ellas, hasta la descripción de Satanás como ser que gobierna todo el mal en la tierra.
Esta descripción se incluye para destacar que, al enfrentar al enemigo, tenemos que
estar preparados para luchar contra algunas entidades mayores y otras menores. Es
necedad pensar que todos los demonios y poderes del infierno tienen la misma fuerza,
porque esa actitud hará que estemos mal preparados para las batallas que tendremos que
enfrentar.

Pídale al Señor que le muestre en qué formas usted tiende a luchar más bien contra
enemigos de «sangre y carne» en lugar de luchar contra los príncipes de maldad que
ocasionan el pecado humano, la rebelión, la inmoralidad y la confusión política, la
corrupción o la guerra. ¿De qué manera debiera manifestarse este aprendizaje en una
conducta equilibrada, en la que la sensibilidad y la acción social vayan unidas a la
oración hecha con discernimiento y a la lucha espiritual apasionada e intercesora?

Versículos 13–17: Por otra parte, se nos instruye a tomar lo que el Señor ha provisto
para nuestra lucha. No sólo es de El la fortaleza, sino también las armas. Nuestras armas
y nuestras tácticas fallan, pero el Señor ha provisto todo lo que necesitamos. Tome todo
lo que El le ha dado para que pueda mantenerse firme hasta que concluya la batalla.
Esto requiere nuestra disposición a adoptar (de manera agresiva) y a recibir
(voluntariamente) la armadura (vestimenta apropiada para la lucha) que el Señor provee.
Si lo hacemos, nos encontrarán en pie cuando la batalla haya terminado.

La lección 7 contiene un análisis detallado de cada una de las partes de la armadura


que se mencionan en estos versículos. Observe el esquema que trae esa lección y repase
el valor de la armadura de Dios. Recuerde otra vez, esta armadura está destinada a
proteger cada área de su vida, pero sólo será efectiva si se usa el equipo completo.

Ahora bien, escriba una reacción personal ante cada una de las partes de la armadura
que Dios ofrece: acéptela. Póngasela como una acción concreta, en actitud de oración.

Versículo 18: La conclusión de este pasaje es un llamado a la oración. La ubicación que


tiene este versículo en el contexto muestra claramente que toda nuestra preparación y
participación en la batalla tiene lugar mediante la oración.

Sintetice las decisiones a las que ha llegado a lo largo de su estudio sobre este tema.

Las áreas de la oración, la guerra, y las realidades del campo espiritual no se pueden
separar. Hacerlo sería debilitar a las demás hasta tomarlas ineficientes. Pero en Cristo,
en su poder y en su activa presencia, es posible vivir a la altura de todo lo que El ha
hecho para nosotros en la medida que aceptemos su comisión, que vistamos su
armadura y, con oración, ataquemos los poderes de las tinieblas en el campo de batalla
espiritual.
¡Levántese, estimado compañero de armas!

¡Lleve consigo esta comisión y crea! ¡Observe la forma en que se va convirtiendo en


un guerrero victorioso en el ejército de Dios!

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