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PREGUNTAS EJE
II UNIDAD
Programa indicativo
“CRISIS Y EDUCACIÓN EN EL MÉXICO
ACTUAL, 1968-1990”
“CRISIS Y EDUCACIÓN EN MEXICO, 1970-1998”

Alumna: Rossana Del Carmen León


Hernández
3 ”A”

22 DE OCTUBRE DEL 2020


PREGUNTA EJE:

¿Cómo se manifiesta en la política educativa (1982-1994), el


proceso de adopción del modelo de desarrollo globalizador, en ese
periodo en nuestro país?
Los gobiernos mexicanos han puesto en práctica una serie de políticas educativas
tendientes a superar los enormes rezagos que en esta materia padece una parte
muy importante de la población. También se ha tratado de cumplir con la
expectativa de transformar la educación para contribuir al bienestar del país y ser
un instrumento de justicia social. Durante este período, los esfuerzos se han
enfocado en mejorar la calidad de la enseñanza impartida, reducir los niveles de
inequidad y procurar la coordinación del sistema educativo
Los sectores intermedios también sacaron provecho de la vasta campaña para
mejorar el nivel educativo en el país, la cual duplicó el número de empleados del
Estado, entre las medidas más urgentes para el gobierno de López Portillo era
restablecer los vínculos entre el gobierno y la empresa privada, acallar las
protestas de los trabajadores, los sectores medios (como el magisterio) y los
campesinos, así como reparar la profundamente deteriorada situación crediticia
del país en el exterior.
El Plan Nacional de Desarrollo, propuesto durante la administración de Miguel de
la Madrid (1982-1988), establecía para el sector educativo tres propósitos
principales: promover el desarrollo integral del individuo y de la sociedad
mexicana, ampliar el acceso de todos los mexicanos a las oportunidades
educativas, culturales, deportivas y de recreación, y mejorar la prestación de los
servicios en estas áreas. Uno de los principios del pnd fue la
denominada racionalidad funcional que, entre otras cosas, buscaba promover la
descentralización de la vida nacional y ser un componente importante de diversos
proyectos modernizadores. Pretendía también servir como un nuevo instrumento
de asignación y distribución de recursos en el corto y mediano plazos Poder
Ejecutivo Federal. La descentralización era una propuesta que aspiraba a incluir
toda la vida nacional. Se trataba de un proyecto global que abarcaría todos los
sectores, que impulsaría el desarrollo y permitiría la consolidación de los
municipios, con la promesa de una reforma fiscal que hiciera posible una mejor
distribución de los recursos entre los tres niveles de gobierno: federación, estados
y municipios. No obstante, lo planteado a alcanzar en el ámbito político y social, no
se logró sobrepasar el discurso, pues solo hubo avances en el sector educativo,
fundamentalmente en el plano normativo-jurídico, con algunos logros en lo
administrativo 

https://rieoei.org/historico/documentos/rie48a07.htm

¿Qué sentido tuvo el proyecto de modernización de la educación


básica en la propuesta para superar la crisis económica?
La "reforma educativa se planteó la explosión demográfica, tratando de prever las
necesidades que anunciaban las proyecciones de crecimiento de población con
una planeación que permitiera preparar aulas, maestros y materiales para
enfrentarla. Se aplicaron medidas de emergencia en construcción de aulas y
capacitación de personal y se instituyó el libro de texto gratuito en la escuela
primaria.
La expansión acelerada de la educación fue acompañada de una baja en la
calidad de todos los sectores al tiempo que la expansión espectacular del
conocimiento, requería cambios educativos. Pero las reformas fueron incapaces
de cubrir el rezago educativo v mejorar la calidad de la escuela pública mexicana,3
cuyos contenidos no resultaban pertinentes para enfrentar los retos del desarrollo
económico. Todas las reformas se emprendieron sin diagnósticos y sin la
experimentación y evaluación adecuadas ante la bendita prisa.
y entre 1982-1988 se redujo de 3.25 a 1.39%, lo que en términos de educación
superior significó pasar de 0.5 a 0.2% en el mismo periodo.4 Como resultado se
abandonaron proyectos importantes, se dejaron de adquirir materiales y libros y el
salario de los maestros y profesores sufrió un deterioro que condujo a muchos a
abandonar las aulas.
El sexenio de Salinas, centrado en la transformación económica del país, cuyos
objetivos, prioridades y estrategias se definieron en el Plan Nacional de desarrollo
1989-1994, reconoció que la educación era parte del cambio "inevitable" exigido
por las transformaciones mundiales para que una nación en vías de desarrollo
pudiera "competir y avanzar en sus intereses, anticipando las nuevas realidades".
Según rezaba el plan, "mejorar la calidad de la educación y de sus servicios de
apoyo es imperativo para fortalecer la soberanía nacional, para el
perfeccionamiento de la democracia y para la modernización del país". Por tanto,
la agenda de "modernización" de la educación fijó como objetivos: mejorar la
calidad del sistema educativo, elevar la escolaridad de la población, descentralizar
la educación y fortalecer la participación de la sociedad en el que hacer educativo.
En 1982, el presidente Miguel de la Madrid anunció la "descentralización" de las
educaciones básica y normal, como existía antes de 1921, pero se redujo a
sobreponer unas direcciones de servicios coordinados, o sea una nueva estructura
sin eliminar el centralismo o, El "reto de la descentralización" para sustituir el
esquema centralizado que parecía agotado, estaba en el ambiente y se concebía
como instrumento para desencadenar.

https://historiamexicana.colmex.mx/index.php/RHM/article/viewFile/2463/1976

¿Cuál fue la propuesta económica del estado para “salir de la


crisis”?
La recesión en los EU y su lucha contra la inflación elevaron las tasas de interés
en ese país y se reflejaron también en las tasas de interés internacionales, para
llegar a niveles nunca antes registrados. El crédito se redujo y la banca
internacional, que había estado prestando sus recursos excedentes por la enorme
liquidez internacional que había generado el propio auge petrolero, comenzó a
restringir sus créditos y volverlos de más corto plazo. El costo del pago de
intereses y capital se volvió mucho más oneroso para los países deudores.
La tendencia de crecimiento de largo plazo de la economía mexicana se detuvo a
partir de 1982 para iniciar un proceso de transformación profunda. Los años que
siguieron pasaron de una crisis económica con un grave costo social a una serie
de reformas que si bien han marcado avances importantes, no fueron ni con
mucho suficientes. El fin de 1994 marcó una nueva crisis que trastocó no sólo la
estructura económica, sino que aceleró el cambio político y detuvo el proceso de
reestructuración económica.
El discurso de José López Portillo el día de la Reunión de la República (5 de
febrero) alimentó la fuga de divisas y prácticamente agotó las reservas
internacionales15. Ello provocó la devaluación del peso (17 de febrero) de
alrededor del 80%, muy a pesar del presidente, y el peso logró estabilizarse un
mes después, dando paso a la recuperación gradual de las reservas
internacionales.
El sexenio de López Portillo terminó en medio no sólo de una fuerte crisis
económica sino también de una fuerte convulsión política. Los empresarios
organizados (CCE, Coparmex y Concanaco) reforzaron una serie de
manifestaciones en el movimiento “México en la Libertad”. Su bandera era la
defensa del Estado de Derecho por los atropellos que la expropiación bancaria
implicaba. Los mítines lograron reunir a miles de personas, muchos de ellos
empresarios medianos y pequeños, en varias ciudades del país. A instancias del
propio gobierno, el movimiento concluyó hacia inicios del sexenio de Miguel de la
Madrid, quien les pidió que ya no siguieran, pero para entonces ya estaba en
proceso una profunda rebelión política. Este movimiento sería lento, con avances
primero limitados y luego más amplios, pero sin detenerse. A la larga, el
desencuentro entre el sector privado y el gobierno generado por la expropiación
de la banca y por otras expropiaciones previas tendría graves consecuencias para
el país
La llegada de Miguel de la Madrid al poder clamaba por una reconciliación. El
sector privado esperaba la reversión de la nacionalización bancaria, mientras que
la izquierda esperaba la profundización de la participación del Estado en la
economía.
Estas diferencias en las expectativas reflejaban la lucha por el modelo de país que
se pretendía, y que se había hecho evidente unos meses antes al interior del
gabinete económico lopezportillista. Por un lado, un país que aceptaba las reglas
del juego que se estaban decidiendo en un mundo cada vez más globalizado, y
por otro un reencuentro con el nacionalismo revolucionario que apelaba a la
intervención del Estado en la economía y en otros ámbitos. Esta visión
consideraba que el modelo de economía mixta, con los privilegios que se le
habían dado al sector privado y que éste no los había honrado cabalmente, debía
reenfocarse a un dirigismo estatal que “privilegiara” a las clases populares, con
una fuerte participación del Estado en la actividad económica.

¿Cuál fue la respuesta de los diversos sectores sociales frente al


proyecto del estado?

El Estado benefactor constituyó el marco preciso para la construcción de un


proyecto económico basado fundamentalmente en una economía pública que
serviría para legitimar y brindar consenso respecto de las acciones de gobierno.
Ese proceso se interrumpe a principios de la década de 1970, cuando el contexto
económico e ideológico mundial cambia radicalmente y se abren espacios para el
resurgimiento de las propuestas económicas y políticas contrarias a la figura
estatal y a la acción pública. A partir de ahí, uno de los aspectos más relevantes,
por las consecuencias sociales que trajo consigo, es la restructuración estatal que
se dio por el tránsito del Estado benefactor en los países desarrollados el Estado
intervencionista en los de menor desarrollo.
Los nuevos rasgos del país se relacionaban con el tránsito de una sociedad
predominantemente rural, con todas sus implicaciones, a una comunidad con
formas más urbanas y nuevas presencias en el plano económico. También, con un
cambio en el orden social debido al crecimiento cada vez más apresurado de las
clases medias y la conformación de un conjunto cultural moderno, aun cuando la
modernidad fuera desigual o limitada a determinados espacios en la vida de los
mexicanos. Además, nuestras evoluciones se daban con el trasfondo de cambios
mundiales, como lo fueron los impactos económicos de la post–guerra y el nuevo
ascenso estruendoso, aunque momentáneo, del socialismo realmente existente. El
país estaba inmerso en la "guerra fría", de la propuesta socialista contra la del
capitalismo, y en una creciente y complicada interdependencia entre los Estados
nacionales.
Los problemas de la economía fueron un factor de estrangulamiento para la
movilidad social. Estas dificultades afectaron particularmente a los sectores
medios, justamente los grupos sociales con mayores capacidades para el
protagonismo político. Los integrantes de los sectores medios como también ya se
dijo eran los que integraban mayoritariamente el aparato de gobierno, eran los
hacedores de la opinión pública y entre sus filas estaban los grupos sociales más
independientes. Tal es el caso de los estudiantes, los empresarios fuera del
control corporativo, los intelectuales, los protagonistas de la opinión pública y los
profesionales libres cada vez más numerosos.

La pobreza resulta ser problemática para la sociedad porque, independientemente


de cómo se mida, refiere a una condición social que es considerada inaceptable
por el hecho de que los individuos que la padecen no cuentan con la posibilidad de
participar en las actividades que son usuales en su propia sociedad. A pesar de
que la pobreza es diferente a la desigualdad (que denota la existencia de un
acceso diferente a oportunidades y recursos entre los grupos sociales), ambas se
encuentran enraizadas en las mismas estructuras socioeconómicas y procesos de
polarización que existen en la sociedad
¿Qué consecuencia tuvo la crisis económico-social en la sociedad?
La economía mexicana cumplió dos décadas de haber sido convertida en un
enorme laboratorio de experimentación neoliberal “reformas estructurales” y
“disciplinas macroeconómicas” Se esperaba que este decálogo de políticas
económicas conduciría a nuestro país hacia la tierra prometida de las mayores
tasas de crecimiento económico y los más altos niveles de bienestar. Esta visión
de la economía preconizada por el Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial representó un viraje radical respecto a la estrategia económica sobre la
cual se había fincado el desarrollo económico de México. A partir de 1983 la
estrategia económica neoliberal apegada a la ideología ortodoxa que atribuye al
Estado la causa de los males económicos se orientó a transferir a los agentes
privados y al mercado, gradual pero sostenidamente, las funciones económicas
anteriormente asignadas al Estado. La idea-fuerza que había servido de
fundamento al modelo económico precedente, según la cual la industrialización
tardía exigía una amplia intervención del Estado, regulando el comercio exterior y
promoviendo activamente el desarrollo del aparato productivo, fue descalificada3 y
remplazada por la “visión moderna”, según la cual la liberalización y la reducción
de la presencia del Estado en la economía permitirían aprovechar plenamente las
oportunidades que ofrecía la globalización, al favorecer la asignación más eficiente
de los recursos productivos y el logro de mayores tasas de crecimiento
económico.

La crisis económica de México de 1994 fue una crisis iniciada


en México provocada por la falta de reservas internacionales, causando
la devaluación del peso mexicano durante los primeros días de la presidencia
de Ernesto Zedillo. A unas semanas del inicio del proceso de devaluación de la
moneda mexicana, el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton,
solicitó al Congreso de su país la autorización de una línea de crédito por $20 mil
millones de dólares para el gobierno mexicano, a efectos que le permitieran
garantizar a sus acreedores el cumplimiento cabal de sus compromisos
financieros denominados en dólares.

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