Está en la página 1de 162

Aprender a soñar.

Manual de Coaching para Adolescentes.


Copyright © 2014 Marta Alba Pereda
Maquetación por Natalia L. Salas e Irene Orozco.
Este libro no podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el previo
permiso escrito del editor. Todos los derechos reservados.
ISBN — 13: 978 — 1496087836 (CreateSpace — Assigned)
Aprender a soñar
Manual de Coaching
para Adolescentes
Marta Alba Pereda
A Tuca, con todo mi amor
Aprender a Soñar
ASIGNATURA
OPTATIVA DE
MODALIDAD DE
LIBRE
CONFIGURACIÓN
TRONCAL
OBLIGATORIA
¡IMPRESCINDIBLE!
Objetivos de la asignatura
Al final de la lectura de este libro el lector estará
capacitado para:

— Saber quién es
— Descubrir qué quiere
— Saber qué le limita y cómo transformarlo
— Utilizar toda la energía de la que dispone para
lo que desea

obtener
— Aprender a manejar la otra mente (la Creativa)
para que
actúe a su favor
— Establecer un plan concreto para conseguir algo
específico
y ¡conseguirlo!

Sistema de Evaluación
Mira a ver dónde llegas después de leer esto, mira
a ver cómo te sientes, mira a ver a quién quieres
transmitir lo que has aprendido. Todo esto es tu
evaluación.

Créditos
Todos, esta asignatura te proporciona todos los
créditos que necesitas, no tendrás que cursar nunca
más ninguna asignatura que no desees.
ESTE LIBRO NO ES
PARA PADRES DE
ADOLESCENTES
ES PARA ELLOS,
LOS
PROTAGONISTAS
DE LA HISTORIA,
LOS… ¿TERRIBLES?
ADOLESCENTES
¡YA ERA HORA!
“Limítate a desplegar tu propia personalidad,
serena y transparente y luminosa. Cuando
irradiamos lo que somos, preguntándonos a cada
instante si lo que hacemos es lo que deseamos
hacer y haciéndolo sólo cuando la respuesta es
afirmativa, nuestra acti- tud rechaza
automáticamente a quienes nada tienen que
aprender de lo que somos y atrae a quienes sí
tienen algo que aprender, que son los mismos de
quienes nosotros a la vez aprendemos.

Atiende, es importante. Somos todos. Libres. De


hacer. Lo que. Nos. Place.” Richard Bach
INDICE
Introducción...............................................................
Los adolescentes son unos capullos...¡Qué gran
verdad! ¿acaso toda mariposa no lo fue
también?...............................................21

I. LUNES ¿Quién Soy? Y ¿Por Qué Hago Las


Cosas?..................25
¿Quién
soy?............................................................................
¿Por qué hago lo que
hago?.........................................................28
Ahora decides ¿Quién quieres
ser?...............................................30
Guess who? Adivina quién ha dicho
esto....................................35

II. MARTES ¿Qué


Quiero?...............................................................37
¿Qué buscamos? El éxito. Pero... ¿eso qué
es?..........................38
Y tú ¿ya has encontrado tu
elemento?........................................41
¿Qué decides
querer?...................................................................44
Siempre la misma
historia............................................................53

III. MIÉRCOLES Pero ¿Qué Me


Pasa?...........................................55
¿Soy lo que siento? ¡No me fastidies
hombre!............................57
Ahora que nadie nos oye... hablemos de
emociones.................58
El
miedo.........................................................................
La
ira...............................................................................
La
tristeza........................................................................
Hoy te
deseo..........................................................................

IV. JUEVES Obteniendo


Energía....................................................75
El
perdón........................................................................
Los
demás.........................................................................
¡Decídete de una
vez!...................................................................81
Enfocarte o “el efecto
lupa”.........................................................85
Pájaros nacidos en
jaula...............................................................91

V. VIERNES Pero... ¿Quién Te Crees Que


Eres?...........................93
La autoconfianza, la base de todo lo
demás...............................94
Ahora a
soñar..........................................................................
Utiliza el cuerpo a tu
favor.............................................................97
No permitas que otras personas tengan el poder
de decidir por
ti...........................................................................103
VI. SÁBADO ¿Me Podrías Recomendar Un Cole
Para La Otra
Mente?.......................................................................
La piedra Rosetta o “la clave de
todo”......................................106
Lacotorraquehayenmipuntocom..................................
Vamos al cine todos los
días......................................................110 Are you
happy?.......................................................................

VII. DOMINGO Tengo Un Plan Para


Ti.........................................119
Epílogo......................................................................
INTRODUCCIÓN
Hay muchos libros para coaching. Muchos. Hay
también muchos libros para adolescentes, aunque
más bien hay libros SOBRE adolescentes. Y
también hay una cantidad nada despreciable de
libros acerca de cómo tratar (más bien lidiar) con
adolescentes.

Yo soy de esa generación que, de adolescentes,


hicimos todas las cosas bien según nuestros
padres, dimos todos los pasos que se esperaba que
diéramos: unos estudios, una carrera, una pareja,
hijos, trabajo, casa…hasta que un día una crisis
nos hizo buscar el sentido de todo, preguntarnos si
éramos los verdaderos autores de todos
nuestrosactos. Conozco a muchos, todos los de la
generación del babyboom que, una vez que
tuvieron lo que se suponía una vida con éxito, se
vieron en la necesidad de responder a esas
grandes preguntas: ¿quién soy? ¿para qué estoy
aquí? ¿qué sentido tiene mi vida? ¿qué es lo
realmente importante? ¿a qué me hubiera gustado
dedicar mi vida? ¿a qué quiero dedicarla a partir
de ahora?

Llevo 20 años buscando respuestas. Este libro


contiene, de una forma muy resumida, el modo, las
técnicas, que me llevaron hasta ellas. Y llevo 20
años también dedicando mi jornada laboral a
jóvenes y adolescentes. Por eso sé que es el libro
que me hubiera gustado tener de adolescente. Si
hubiera caído en mis manos mi vida hubiera sido
otra, diferente, quiero pensar que mejor, definiti-
vamente más plena. Aunque la plenitud de la vida
que he llevado se deriva de esta búsqueda, la
búsqueda de sentido (no hace falta estar, como
Viktor Frankl, en un campo de concentración para
sentir esta necesidad y hacerse esta pregunta).

Muchas respuestas llegaron de la mano del


coaching. Ahora las ofrezco aquí para ti, en ese
momento tan crucial de vuestra vida. No es un
libro para padres ni para profesores. No es para
que os entiendan. Es para vosotros y vosotras.
Es para deciros:
‘tranquilos, todo lo que os pasa es normal, lo
anormal sería que no os pasara nada’

Este es un libro sobre coaching, que es como decir


que es un libro para ayudarte a alcanzar tus sueños
y entender todo lo que te está impidiendo
alcanzarlos. Pero sobre todo es un libro sobre
todos los problemas e interrogantes que todo
adolescente afronta en esa época de su vida. Si no
lo hace, más tarde o más temprano aflorarán y
tendrá que trabajarlos. O tal vez enfermará.

Desde estas páginas se derrama una mirada dulce


y amable sobre ese grupo de seres humanos con
tan mala fama por tener la edad que tienen: la edad
de oro de la energía de un ser humano.

Los adolescentes, los grandes ignorados (en el


mejor de los casos) y los grandes incomprendidos
(en la mayoría de ellos).

Desde luego, mi inspiración viene de mi


experiencia como profesora, de mi trato y mi
conexión con ellos. Pero también he de decir que
algo que me mueve son mis hijos, de 8 y 10 años.
Los miro y me pregunto cómo podría ayudarles en
su propia adolescencia. ¿Cuál podría ser mi
legado?

Por otro lado, la adolescencia fue la peor época de


mi vida, desde entonces he atravesado algunos
momentos muy duros, pero siempre, siempre, todo,
absolutamente todo ha ido a mejor. He ido
aprendiendo a quererme un poco más cada día, a
encontrar un sentido, a entenderme, a sentir que
había un lugar en el mundo para mí, en suma.

Y, cuando hace apenas unos años, el cambio


definitivo me llegó de la mano del coaching,
recuerdo que aún decía cosas como ‘yo lo que
quiero es ser como los demás, quiero que no me
queme respirar’. Ahora adoro respirar. Pero me
hubiera gustado haberlo aprendido antes, mucho
antes. Por todo esto…este libro. En él encontraréis
siete capítulos, uno por cada día de la semana,
como si fuera un curso de esa duración. Cada día
se aprende una lección. Siete días para aprender a
vivir. Ojalá te ayude, ojalá te sirva.

Aunque enseguida verás que es muy sencillo de


leer y que es muy breve, te recomendaría que no te
lo leyeras en una sola ‘sentada’. Mejor, un capítulo
al día. O incluso un capítulo cada semana. Tómate
un tiempo para asimilar lo que lees, para
incorporarlo a ti, para integrarlo. Si te quedas muy
enganchado con un capítulo, permanece en él,
busca otras lecturas que te permitan deshacer el
nudo. O, simplemente, hazte las preguntas
adecuadas y deja que te lleguen las respuestas.

El punto de partida es el autodescubrimiento,


comprender quién eres y por qué te ves a ti mismo
del modo en que lo haces. Reflexionarás sobre
cómo te has formado la imagen que tienes de ti
mismo y aprenderás cómo puedes modificarla,
descubrirás que no se trata de un patrón rígido,
sino absolutamente moldeable.
En el capítulo siguiente ahondarás en lo que de
verdad esperas de la vida. Esto es muy relevante
pues la vida te dará exactamente aquello que le
pidas, ni un ápice más. Si aún no le has pedido
nada ¡es hora de que empieces! Descubre tu sueño.

Pero claro, te darás cuenta de que, aunque puedas


saber lo que quieres, es difícil dar los pasos
adecuados. Es como si estuvieras en el agua,
manteniéndote a flote con dificultad y encima
alguien viene por debajo y te tira de los pies hacia
el fondo tratando de hundirte. Eso que intenta
hundirte, que te lastra, son tus propias emociones y
creencias. A menudo tú mismo te limitas. Pero
aprenderás no sólo a mirar a esas emociones a la
cara, sino a mirar mucho más allá de ellas.

Los dos capítulos siguientes se centran en reunir


toda la fuerza necesaria para lograr lo que
pretendes. Es como si estuvieras planeando un
viaje. Ya has decidido dónde deseas viajar, qué
país quieres conocer, y ahora te dispones a ponerte
en forma, eliminando todo aquello que te quita
energía y aprovisionándote de todo lo que
necesitas para el viaje. Y de aquello que necesitas
más reservas en tu mochila: autoconfianza.

Casi al final del libro se explica cómo funciona


esa mente que parece que está al margen de
nosotros, la mente subconsciente, que nos dirige y
nos lidera sin remedio, por mucho que nos
empeñemos en dominarla. Seamos inteligentes, si
no la podemos vencer, convirtámosla en aliada. En
realidad, gracias a ella te ha sido posible llegar
tan lejos en este libro, y es de su mano como has
ido trabajando en los capítulos anteriores.

El último capítulo es el colofón para que, si aún no


te has decidido a dar el primer paso, lo hagas sin
más demora. Ya lo tienes todo. No vas a quedarte
en tierra después de tanta preparación. Sería como
preparar la tierra, orearla, abonarla, diseñar el
jardín que deseas, comprar las semillas…y luego
no plantarlas. Así que es una forma de decirte, muy
bien, chaval, es hora, ponte en marcha.
Cada capítulo tiene su razón de ser y cada paso es
importante. No obstante, nadie te obliga a empezar
por el principio. La verdad es que no existe tal
principio. Puedes pasearte por el índice o por las
páginas del libro y detenerte en aquello que te
llama la atención y dedicarte a ello. O incluso
puedes abrir el libro por una página al azar, quizá
halles de ese modo la respuesta que buscas. No
hay normas. Usa tu intuición. Si piensas que tú no
tienes de eso, que se olvidaron de incluir ese extra
cuando te fabricaron, estás completamente
equivocado. Eres más sabio de lo que imaginas.
¿Que no? ¡¡¡Pero si eres el colofón de la evolución
de las especies!!! Ya lo verás.
La chispa definitiva, la necesaria, la
imprescindible:
LOS ADOLESCENTES
SON UNOS CAPULLOS…
¡QUÉ GRAN VERDAD!
¿acaso toda mariposa no lo
fue también?
El otro día me pasó algo que ya me había pasado
muchas otras veces. Es curioso cómo hace falta la
repetición para hacernos caer, o levantarnos, o
despertar. No recuerdo la primera vez que alguien
habló mal (fatal, en realidad) de los adolescentes.
Pero esta última vez, en cambio, no se me va a
olvidar en la vida. Porque esta ha sido La Vez. La
que me ha hecho decir ‘nunca más’. Acudía a una
cita médica con una doctora a la que nunca había
visto anteriormente y le contaba que, por mi
trabajo, paso muchas horas a la intemperie, paso
frío en el patio.
— Ah ¿das clase a niños? — me preguntó con voz
cantarina.

— No, a adolescentes, doy clase en instituto —


contesté, y su cara se transfiguró al momento.
Soltó un uf o un arg o un pfff o quéseyo y me miró
compadecida.

— A mí me gusta — espeté, tajante, al tiempo que


me subía un calor desde el cuerpo hasta la cara y
me empezaron a arder las mejillas.

— Estoy harta — dije sin poder contenerme. La


doctora me miró, sorprendida — harta de que
todo el mundo hable mal de ellos, los
adolescentes, ellos, mis alumnos, ellos, nuestro
futuro.

—O sea…que a ti te gusta —me preguntócon voz


muchomenos decidida que cuando había abierto
la boca por primera vez.
— Pues sí.
Fin de la conversación. Ya está bien. Esta misma
conversación se me ha dado con vecinos, amigos,
familiares, dentista, cajera del Carrefour,
peluquera…etc., etc., siempre igual. Esta sociedad
nuestra desacredita a sus profesores, pero los que
impartimos clase en secundaria parece que
merecemos, al menos, una mirada compasiva, pues
sufrimos los embates de esos monstruos llamados
adolescentes.

Ya está bien Digo yo, vamos…


Porque no son monstruos.
Porque no son el enemigo.
Porque no son idiotas.
Porque no son inconscientes.

Alguno tendrá algo de monstruo…como algún


adulto que conozco; alguno se dedica a atacar todo
el rato, se comporta como el enemigo…como
algún adulto que conozco; alguno es idiota (sí,
¿por qué no?)…como más de un adulto que
conozco; alguno es inconsciente (y mucho)…como
muchos de los adultos que conozco.
No hay ninguna necesidad de meterlos a todos en
el mismo saco, ni tenemos ningún derecho
tampoco.’Los adolescentes’ no son una especie
con un genoma aparte, son seres humanos en fase
de crisálida. Crisálida significa capullo, por si
alguno no sabe lo que es; pero no es un insulto, es
lo que le pasa a la mariposa antes de llegar a serlo
y una vez que ha finalizado su fase de gusa- no.
Deberíamos esperar, expectantes, y proteger todo
lo que les rodea, para que de su interior broten las
más hermosas mariposas.

Y dicho todo esto en defensa de ti y de ti y de ti


también, aunque últimamente estés haciéndome
imposible que dé clase a tus compañeros…
declaro mi intención de defenderos, o de hablaros,
o de decir lo que pienso del mundo y de vosotros,
mis queridos adolescentes.

Y así fue como empecé a escribir sobre vosotros.


Capítulo I
LUNES
¿Quién Soy?
Y
¿Por Qué Hago Las Cosas?
¿Quién Soy?
Qué pregunta más tonta ¿verdad? Ya veremos.

Está claro que si te pregunto quién eres me vas a


contestar tu nombre. Pero dime, más allá de tu
nombre ¿sabrías decirme quién eres?

Seguro que me contestarías con atributos, cómo


eres, qué haces, a qué te dedicas, qué estudias.
Pero eso tampoco responde a la pregunta porque
dime, si dejaras de hacer lo que estás haciendo, si
ya no estudiaras lo que estudias o no jugaras en
ese equipo ¿Seguirías siendo tú? Evidentemente sí.

Puede que te definas en función de otros, soy el


hijo de…, o el amigo de… De nuevo, te diré quién
no eres. No eres un hijo, ni un hermano, ni un
amigo.

Esto va a resultar más complejo de lo que parecía


en un principio ¿verdad?.
Vamos a probar una cosa, le hago esta pregunta a
mi hijo:
— ¿Quién eres?
— Soy Guille
— Eso es tu nombre, no es quien eres
— Soy… ¿tu hijo?
— Y ¿ya está?
— ¿y el de papá?
— ¿y ya?
— Soy el hermano de Nacho
— Ya, claro
— Y el amigo de Aitor
— Soy un niño de 4º
— Eso es lo que estudias
— Soy futbolista
— Eso es lo que te gusta hacer
— Soy corredor
— Igual, lo que te gusta hacer
— Soy un niño, sin más
— Y cuando crezcas, ¿ya no serás tú? ¿o seguirás
siendo tú?
— Seguiré siendo yo
— Entonces ¿qué es eso de ti que crece contigo?
•••
Podríamos estar así horas porque los dos somos
cabezotas y nos gustan las guerras dialécticas.
Pero ¿y tú? ¿Has sido capaz de responder a esta
pregunta?

¿Quién eres tú si quitamos todos los adornos? Los


hobbies, los títulos, los idiomas que hablas, los
instrumentos que tocas, los deportes que practicas.
Lo que queda… eso eres tú; esa parte
indestructible. Si dejaras de correr o de jugar al
futbol seguirías siendo tú. Si dejaras de estudiar
seguirías siendo tú. Si te dejaran todos tus amigos
o tú los dejaras a ellos, seguirías siendo tú.

Tú eres lo que permanece si te quitan todo eso.


¿Lo pillas?
Marea un poco ya lo sé.
Descubre quien eres. Tómate tu tiempo. Merece la
pena.
TAREA

Escribe lo que eres cuando no te queda nada de


lo que hemos dicho más arriba; es importante
que lo escribas.
¿Por Qué Hago Lo Que
Hago?
Hay una pregunta también crucial que te da pistas
acerca de quién eres: cuando haces lo que haces
¿por qué lo haces?
Cuando fumas ¿por qué lo haces?
Cuando estudias ¿por qué lo haces?
Cuando dices ‘sí, mamá, ya voy’ ¿por qué lo
haces?
Cuando te vistes así ¿por qué lo haces?

Imagino tu respuesta inmediata, decidida. Porque


me da la gana a mí. Escucha. No hay nadie
mirando. Puedes ser sincera o sincero por
completo. Si a nadie le importaran tus notas
¿seguirías estudiando? Si nadie te fuera a admirar
¿te vestirías así? etc.

Tal vez a ti, por primera vez en la historia del ser


humano, no te pase esto pero la mayoría de
nosotros hacemos las cosas (o dejamos de
hacerlas) para obtener algo a cambio. Puede ser
cariño, aprobación, para que nos dejen pertenecer
a un grupo, o para demostrar algo, para
demostrarnos algo a nosotros mismos o a los
demás (mira qué fuerte/valiente/listo soy), es
decir, para hacernos valer.

Atento: lo que de verdad eres es lo que eres o


haces o lo que harías o serías si no tuvieras que
demostrar nada a nadie.

No podemos vivir sin los demás, es cierto, pero


imagina por un momento que todo lo que haces lo
haces por ti, que no tienes que demostrar nada a
nadie:

¿Cómo serías?
¿Qué harías en el minuto próximo?
¿Qué no te molestarías nunca más en hacer?
TAREA
Contesta a las preguntas anteriores y a otras que
se te ocurran
Sí, busca por casa un cuaderno que no uses. Lo vas
a necesitar.

Truco: no elijas un cuaderno muy bonito ni


especial porque no te atreverás a escribir nada en
él a no ser que pienses que eres realmente bueno.
Todo lo que escribes, absolutamente todo, es
bueno, que lo sepas. Aunque a ti te parezca una
chorrada. Pero utiliza un cuaderno tan cutre que no
te importe garabatear, llevar contigo, esconder en
cualquier sitio (todo esto es privado y secreto
secretísimo), rasgar o lanzar.
Y Ahora Decide ¿Quién
Quieres Ser?
Si pudieras imaginarte sin ninguna presión, siendo
sólo tú y nada más que tú, estarías acercándote a tu
esencia.
Si lo estás imaginando vamos por buen camino. Si
te cuesta, si no puedes, yo voy a ayudarte.

Para ello voy a proponerte que hagas una cosa:


cierra los ojos e imagina tu mochila del colegio, su
forma, su tamaño, sus colores… ¿Ya? Ahora
imagina que la estás preparando antes de salir de
casa, la cierras y la levantas del suelo. Pesa
¿verdad? Te la pones y sales de casa.

Si has conseguido imaginar esa secuencia (y yo


estoy convencida de que ha sido así) es que eres
capaz de hacer una cosa que se llama visualizar.
En realidad todos visualizamos constantemente. Si
estás en clase de matemáticas, por ejemplo, y
tienes hambre y te mueres por ir a la cafetería a
por un bocata, en tu mente ya está ese bocata.
Primero visualizamos algo, luego vamos a por
ello. Las visualizaciones son las pelis que tienes
en la cabeza.

Esas pelis mandan muchas veces en nosotros. A


veces las elegimos y a veces nos las han metido en
la cabeza de muy pequeños y pensamos que somos
así (tímidos, insociables, inseguros, indecisos,
despistados, creativos…) y que no podemos
cambiar. Cuando esa peli te ayuda a sentirte mejor
es genial. Pero cuando te arrastra al fondo del
océano… eso ya no mola tanto.

La buena noticia es que las pelis se pueden


cambiar. Es como ir a un multicine, si no te gusta
lo que estás viendo te sales y te metes en otra sala.

Vamos a probar. Para ello es mejor que estés a


solas, sentado con la espalda recta, pero si te
apetece estar tumbado no hay problema, y si te
duermes tampoco hay problema, es más, tu sueño
trabajará para ti y, al despertar siempre puedes
continuar. TAREA

Imagínate a ti mismo en tu mejor versión. Tu yo


3.0. ¿Cómo se mueve? ¿Qué lleva puesto? ¿Qué
le caracteriza? ¿Qué hace? ¿Cómo habla?
¿Cómo se siente? ¿Qué piensan los demás de él?
¿Qué le dicen?

Ahora da un paso y métete en su cuerpo (en plan


alien) y mira a través de sus ojos, siente a través
de sus poros.

Mola ¿eh?.
Truco: como hacer estas pelis es gratis no
escatimes en efectos especiales, color, brillo,
sonido digital, etc.
“Si puedes imaginarlo, puedes crearlo”.
Walt Disney Querido Guillermo,

Yo he procurado ser quien quería ser, he ido


dando pasitos diminutos casi toda mi vida, y
últimamente algunos de gigan- te. Todos esos
pasos me han ido conduciendo a quien soy yo
ahora, a lo que he querido ser. Tomé mis
decisiones. Ahora toma tú las tuyas. Esa es tu
gran responsabilidad. Decidir quién quieres ser y
decidir serlo. Sé que habrá momentos en que te
ayudará lo que te hemos transmitidos tus padres,
pero también sé que habrá otros en que te pese.
Las limitaciones que te hemos transmitido (sin
querer hacerlo, lógicamente) también tienen un
sentido. El propósito de que estén ahí es que las
venzas, que te superes. Decide quién quieres ser,
el hombre en quien quieres convertirte, hazte una
imagen clara de ello, y llévala en tu mente allá
donde vayas. Cuando dudes, no dejes espacio al
pensamiento, a las palabras. Ponte de nuevo tu
película, Guillermo versión 3.0 y siéntete ese
perso- naje que será de ficción temporalmente y
que acabarás sien- do tú mismo, un buen día.

Te quiero mamá
Guess who…? Adivina quién
ha dicho esto
“Nuestros jóvenes de hoy en día aman el lujo,
tienen pésimos modales y desdeñan la autoridad,
muestran muy poco respeto por sus superiores y
pierden el tiempo yendo de un lado para otro, y
están siempre dispuestos a contradecir a sus
padres y tiranizar a sus maestros“

Os reto a que adivinéis quién ha dicho esto. Claro,


no tiene mucho sentido puesto que con lo fácil que
está el acceso a la información lo único que tenéis
que hacer es teclear en buscador y voilà, ya está.
Pero si conseguís resistir la tentación un par de
minutos y cavilar un poco, seguro que se os vienen
algunos personajes a la cabeza, profesores, o
padres o madres, adultos de esta época nuestra, tan
tecnológica y tan falta de valores (esta frase os
suena ¿verdad?).
Capítulo II
MARTES
¿Qué Quiero?
¿Qué Buscamos? El Éxito
Pero... ¿Eso Qué Es?
Una vez que me voy convirtiendo en quien quiero
ser, es decir, que voy encarnando aquellas
características que quiero conseguir, más
decidido, más seguro, más lo que sea… ¿qué es lo
que se supone que debo hacer?

¿Cuál es el siguiente paso?


Pues el siguiente paso es saber hacia dónde quiero
dar el siguiente paso.
Qué lío ¿no?
Pues no.
Se trata de saber qué buscas.

Desde luego todos buscamos el éxito. Esto


significa que todos queremos conseguir aquello
que nos proponemos. Pero vamos a ver qué es esto
de tener éxito.

Déjame decirte una cosa, en realidad da igual


quién seas, cuáles sean tus logros, qué es en lo que
te hayas convertido. Lo que de verdad importa es
cómo te sientas en relación con esos logros, es
decir, tus emociones. Puedes ser aparentemente
exitoso pero sentirte fatal, vacío, eso no es el
éxito. Conozco personas que viajan de logro en
logro, de meta en meta, en un interminable ‘más
difícil todavía’. Pero nunca tienen suficiente. Se
saltaron el primer paso, no saben quiénes son y
pretenden ser exitosos sin saberlo. Tal vez crean
que el éxito les permitirá conocerse y sosegarse.
Pero las cosas suceden al contrario: primero te
conoces y te sosiegas, el éxito es la consecuencia
de avanzar siempre desde ese estado.

La palabra éxito puede ser mal entendida, pues a


menudo se asocia este término con el hecho de ser
muy conocido o salir por la tele o cosas así. Puede
ser…si ese es tu ideal de vida. Pero en realidad el
éxito no es un concepto fijo, invaria- ble, es algo
que tiene tantas acepciones como seres humanos
hay sobre la Tierra.
El éxito es la idea que tú tengas de éxito.

Lo que la palabra éxito signifique para ti, eso es el


éxito ¡ni más ni menos! Es aquello que te hace
sentir bien, pleno, feliz. El éxito es un estado.

Y hay distintos, digamos, niveles. Por una parte


está lo que consideramos éxito en un momento
determinado, puedes hacer una fiesta que sea un
éxito, jugar un partido que sea un éxito, quedar con
una chica (o un chico) y que sea un éxito. Que te
vayan bien las cosas, vamos, que te hayan salido
como en la mejor de tus expectativas. Y que eso te
haga sentir bien.

Y luego está el éxito, mejor dicho el Éxito, con


mayúsculas. Tener Éxito sería poder estar
haciendo en cada momento del día, cada día de la
semana, cada semana del año, lo que tú hayas
decidido hacer, lo que te gustaría hacer y, además,
poder compartirlo con quien tú quisieras. Aquí es
importante explicar algo: a veces uno decide hacer
algo que no es lo que más le gustaría hacer, pero lo
hace porque tiene un objetivo por encima que lo
guía. En ese caso puedes no estar haciendo lo que
más te gustaría hacer pero sí lo que has decidido
hacer para llegar a lo que tú consideras éxito.

Ejemplo: lo que más me gusta en el mundo es


escribir. Pero lo que a mí me gusta es escribir a
mano, en mi cuaderno, con pluma. Lo del
ordenador es una tortura. No obstante decido
escribir a ordenador porque quiero hacerte llegar
esto. Por tanto decido hacer algo que no es lo que
más me gusta pero que me acerca a lo que yo
deseo hacer, y eso es un éxito.

TAREA
1. Escribe qué sería el éxito para ti o, lo que es
lo mismo, ¿cuál es tu idea de felicidad?

2. Ahora dime ¿quién consideras que es alguien


con éxito (o verdaderamente fe- liz) y por qué?

3. Escribe también cuáles son los riesgos que


podría tener obtener ese éxito que deseas. Esto
viene a ser el coste de ese éxito; lo que, de algún
modo, te dejarías en el camino (tiempo libre,
familia, amigos, etc.).

“La felicidad es íntima, no exterior; y por lo


tanto no depende de lo que tenemos, sino de lo
que somos”.

Henry Van Dyke

No obstante hay algo que es crucial que reside en


el hecho de que puedas descubrir aquello que más
te gusta hacer. Ha llegado el momento de hablar de
El Elemento.
Y Tú ¿Ya Has Encontrado
Tu Elemento?
¿Qué es esto del elemento? ‘El elemento’ es un
libro que escribió Sir Ken Robinson y es
sencillamente maravilloso, revelador y motivador.

En él hace una crítica de los sistemas educativos


actuales como desconectados de la realidad social
y profesional y responsables de la atrofia de la
creatividad en los individuos. Los acusa, además,
de estar excesivamente enfocados a la superación
de pruebas estandarizadas y, por cierto, yo doy fé
de este hecho, pues trabajo en un centro educativo
y a veces parece que estemos más preocupados de
que los alumnos aprueben ciertos exámenes (para
que los papás estén contentos y la posición del
centro en los ránkings sea buena) que de todo lo
que supone una educación integral.

Por último, denuncia la compartimentación del


conocimiento, lo que llamamos asignaturas, y la
jerarquización de las mismas. Es decir, que las
matemáticas son más importantes que la música, el
inglés que la Educación Plástica y todo eso. Como
si se pudieran separar la física de la imaginación,
la música de las matemáticas, el lenguaje de la
historia.

Después de esta reprimenda a la escuela


(actividad en la que más tiempo se emplean
nuestros adolescentes, aparte de dormir, claro está,
y el whatsapp que no cuenta porque lo hacen
constantemente, hasta cuando están en clase, y no
sé si cuando duermen…), el libro se centra en la
búsqueda de ‘el elemento’.

El elemento es único en cada individuo, es


exclusivo de cada uno. Tu elemento sería el punto
en que confluye aquello que te gusta hacer y
aquello que se te da genial hacer. Normalmente
hay mucha gente cuyo elemento no tiene nada que
ver con las actividades que hace en la escuela y,
por tanto, no sabe cómo desarrollarlas.
Es importante que te preguntes cuál es tu elemento.
No digo que dejes de estudiar y sacar buenas notas
(si es que ese es tu caso). Pero sí que te preguntes
por aquello que te encanta hacer y lo desarrolles
aunque sea algo que no tenga cabida en la
estructura de la educación escolar que estás
recibiendo.

TAREA
Escribe, sí, como siempre:
1. ¿Qué es aquello que te encanta hacer, se te
pasan las horas y ni te enteras?
2. ¿En que eres realmente bueno?

3. ¿Tienen algún punto en común las dos


respuestas anteriores? Si no lo tienen…
invéntatelo. Invéntate una respuesta cada día
durante los próximos 20 días, aunque sean una
tontería, te sorprenderás del resultado.

Una vez hayas contestado a estas preguntas revisa


las respuestas que diste a las preguntas
relacionadas con el éxito y dime si las
modificarías o seguirían siendo las mismas.

Tal vez se te presente aquí una dificultad para


saber tu elemen - to, tal vez ya no te acuerdes o
alguien te haya ridiculizado alguna vez haciendo lo
que más te gustaba (a mi me cargaron en literatura
y ahora escribo poemas que no dejo leer a nadie,
pero sé que ese es mi elemento, aunque es un
secreto).

Te daré un consejo, ten paciencia, date tiempo, si


no sabes cuál es tu elemento pero realmente
quieres descubrirlo, pregúntate ¿qué es lo que de
verdad he venido yo a hacer aquí? Hazte esa
pregunta antes de dormirte y deja que tu coco
trabaje para ti. También puedes hacer caso a
Kafka:

“No hace falta que salgas de tu ha - bitación.


Quédate sentado ante tu mesa y escucha. Ni
siquiera hace fal- ta que escuches: simplemente,
espera. Ni siquiera hace falta que esperes:
simplemente, simplemente aprende a quedarte
callado, quieto y a solas. El mundo se te ofrecerá
libremente para que le quites la máscara. No
tiene otra opción; caerá a tus pies en éxtasis”

Franz Kafka

Y es que puede ser que necesites hacer el silencio,


permitir que la respuesta brote. Te aseguro que
está ahí, hablándote, permanece quieto y la oirás.

Y si sigue sin venirte nada, lee esto y,


sencillamente, sigue adelante, ya aflorará, eso
seguro:
“Yo no tengo ningún talento especial, sólo soy
apasionadamente curioso”. Albert Einstein
¿Qué Decides Querer?
Hay dos tareas que son preciosas para descubrir tu
elemento si es que a estas alturas aún no sabes
cuál es. Si lo sabes, razón de más para hacerlas
porque te marcarán la dirección en la que te
quieres mover.

La primera es escribir cómo sería un día de tu vida


dentro de 20 años. Ya sé que es mucho tiempo.
Pero haz el esfuerzo. También es importante que lo
escribas. La escritura tiene mucha fuerza. Hace 5
años yo describí por escrito la casa en la que vivo
ahora mismo, es igualita, y preciosa por cierto.
Cuantos más detalles ofrezcas acerca de cómo
deseas que sea tu vida, mucho mejor. Describe qué
haces, dónde vives, con quién te relacionas, cómo
fueron tus últimas vacaciones, qué vas a hacer en
el fin de semana que se avecina, qué dicen los
demás de ti, cómo te hablan, qué ropa llevas, cómo
es tu salud…todo, TODO.
TAREA
Conviértete en director de cine.
El guión es tu propia vida dentro de ¡20 años!
Describe una escena en la que vivas un día
cualquiera.
Consejo: échale tiempo, imaginación y folios.
Consejo (otro): cuando acabes haz un dibujo.
Cuélgalo en tu habitación, en un lugar que veas
todos los días.

Voy a hacer aquí un inciso porque en lo que llevo


escrito ya me ha leído más de un adulto y está
aplicándolo en su vida. Advertencia: si eres un
adulto tal vez no sea muy buena idea proyectarse a
20 años, mejor a 10 ó a 5 ¿no crees? Al menos yo
lo preferiría.

La segunda tarea tal vez te parezca un poco tétrica.


Verás, se trata de imaginar que estás en un funeral.
Ves a la gente llorar, el ataúd y todo eso. Y
entonces te das cuenta de que el que está dentro no
es otro más que tu mismo. Que mal rollo, ya lo sé.
Pero es sólo un ratito. Lo que quiero que hagas es
que imagines lo que estaría diciendo la gente sobre
ti. ¿Están tristes porque te has muerto o están
dando saltos de alegría o indiferentes? ¿Qué te
gustaría? ¿Qué dirían sobre ti si hubieras llevado
la vida plena que deseas, qué te gustaría que
dijeran sobre ti, cómo te gustarían que te
estuvieran elogiando y por qué motivos?

Al igual que en el caso anterior, hazlo por escrito.


Y cuando acabes sal a celebrar que estás vivo y
que tienes toda la vida por delante.

TAREA
1. ¿En qué términos te gustaría que estuvieran
hablando de ti en tu funeral?
2. ¿Qué logros te gustaría haber alcanzado?
3. ¿Qué te hubiera gustado haber vivido antes de
ese día?

¿Qué para qué sirve esto? Pues mira, muy sencillo,


para descubrir aquello que de verdad te importa en
la vida, lo que representan tus valores. Y esto es
crucial porque si en la tarea anterior escribiste,
por ejemplo, que tu día ideal es estar en la playa
jugando al volley y bebiendo refrescos, mientras tu
chico te da bronceador y quieres estar así toda la
vida, pero luego en tu funeral te gustaría que la
gente te recordara por las películas tan buenas que
has dirigido… entonces te tienes que replantear lo
que quieres hacer con tu vida, y ver cómo lo
compaginas todo.
La segunda tarea es el’ mapa del tesoro’, la
primera es un ‘manual de instrucciones’. Tienen
que estar relacionados. Si no concuerda, tienes que
hacer algo para que lo hagan, si no, tu vida no será
plena.

Imagino tus quejas. Lo he intentado pero nada, no


se me ocurre nada. Te voy a decir algo: en mis
clases la palabra intentar está prohibida. Como lo
oyes. ’No me digas que vas a intentar ser puntual;
sé puntual’. Intentar hacer algo es postergarlo
eternamente.

“— ¿Se puede saber que haces?


— Tío, intento hacer surf
— Pues deja de intentarlo y hazlo de una vez”.
(de la película ‘Locos por el surf ’)

Y si aún no te has convencido de que estás


completamente capacitado para hacerlo aquí te
dejo dos ejemplos buenísimos de unos alumnos de
una de mis clases:

Me despierto en mi apartamento y oigo ladridos.


Max debe de estar corriendo por casa. Apago el
despertador y oigo que hay un mensaje en mi
iPhone 20. Son mis amigos, que me dicen que si
puedo quedar mañana sábado. Por supuesto, digo
que sí. Tras el tradicional desayuno de Colacao
con galletas María (20 años y siguen genial), me
visto y me bajo al colegio “Nuevos Ministerios”, a
5 minutos de mi casa, para dar mis clases de
inglés. Mientras camino por las calles de Madrid,
pienso en lo tedioso que puede ser tener que
enseñar el Present Simple por enésima vez, pero
que aun así me gusta. Pienso también en mis hijos
Nico y Blanca a los que __________(*) ya ha
llevado al cole. Y me acuerdo de aquel 10 de abril
de 2013, en el que nuestra tutora Marta nos mandó
hacer una redacción de nuestra vida 20 años
después de esa fecha. Y, con esos recuerdos en
mente, sonrío. ¿Por qué? Porque ¡me encanta mi
vida!

* se supone que es mi novia (o mujer), aunque no


sé si algún día tendré
Andrés Rodríguez
II

Yo vivo en una casa de árbol porque de pequeño


la quería, y en mi trabajo (que soy un cantante
profesional) me dieron una mansión, pero con el
dinero que tenía (que eran 10 millones) me hice
una casa de árbol enorme, con calefacción y en
verano se estaba genial porque daba el fresco, con
un tobogán que lleva directamente a mi piscina.

En verano pues hago lo de siempre: ir haciendo


discos pero también me voy a la playa que esta
cerca de la casa del árbol.
Mi familia es genial, nos lo pasamos muy bien
jugando al bingo en las navidades.

Tengo un mono que es muy mono y se llama


Monkey: me lo llevo a todas partes conmigo y
siempre se comporta bien con la familia, les da
hasta besitos en la mejilla a mis hermanos. Para mi
es el mejor amigo del hombre porque hace de todo
y cuando me aburro pues se me abraza a la cintura
y parece un cinturón y me hace reír. En mi tiempo
libre (que no tengo mucho) veo la tele y estoy con
el móvil (bueno con el móvil estoy en todas partes
pero…) y también me voy a la playa a bañarme
con Monkey (mi mono).

Y esta es toda mi vida.


Luis Mora

No puedo acabar este capítulo sin añadir algo muy


breve pero imprescindible. Siempre, siempre,
siempre que te preguntes qué quieres y te contestes
añade esta otra pregunta: ¿para qué lo quiero?
TAREA

1. Si este capítulo te ha hecho soñar con logros o


metas, ahora pregúntate para cada una de ellas
¿para qué quiero conseguir esto?

2. Cuando lo consiga ¿cómo me voy a sentir?


¿qué voy a obtener? ¿qué me va a aportar?

3. Y no te sorprendas si después de contestar a


estas preguntas tu objetivo cambia por completo.
No consideres lo anterior como una pérdida de
tiempo. Al contrario, piensa en todo el tiempo
que te has ahorrado al no tener que perseguir
objetivos que realmente no te llevarán donde tú
quieres ir.

“Lo que un hombre piensa de sí mismo, esto es lo


que determina, o más bien indica su destino”.

Henry David Thoreau Querido Guillermo,

Nunca me ha gustado la pregunta típica que se le


hace a los niños: ‘y tú ¿qué quieres ser de
mayor?’ porque es como decir que no eres nada
ahora mismo, que necesitas ser mayor para SER
algo. Tú ya eres todo. ¿Cómo podría hacer que
entendieras esto? En tu interior ya están todas
las respuestas. Tú ya sabes lo que te apasiona.
Hemos visto juntos la película de la leyenda de
Bagger Vance, sólo quería mostrarte que existía
y que algunas cosas quedaran flotando en tu
mente. La más importante de to- das ellas es
esta: ‘dentro de todos y cada uno de nosotros hay
un swing, algo con lo que nacemos, algo que es
nuestro y solo nuestro, algo que no se puede
enseñar ni aprender, debemos mantenerlo vivo.
Con el paso del tiempo el mundo puede robar-
nos ese swing y queda enterrado en nuestro
interior bajo todos nuestros habría, podría,
debería… Hay quien llega a olvidar cuál era su
swing.’

No sé si recuerdas tu swing, tu elemento, tu


pasión, como quieras llamarlo. Pero puedes estar
seguro de que está ahí dentro de ti, espera en
silencio si aún no tienes tu respuesta, está
llamando, sólo haz el silencio que permita ser
oído.

Y, como siempre, me pregunto si yo no habré


entorpecido tu visión con la educación que te he
procurado, que es fruto de la mía. Espero que,
aunque así haya sido, tú sepas perdonarme. Y, en
cualquier caso, te creo capaz de vivir una vida
apasionada, que es la única vida que merece ser
llamada así.

Te quiero mamá
Siempre la misma historia…
¿Ya habéis descubierto quién dijo lo que escribí
más arriba? Lo de “Nuestros jóvenes de hoy en día
aman el lujo, tienen pésimos modales y desdeñan
la autoridad, muestran muy poco respeto por sus
superiores y pierden el tiempo yendo de un lado
para otro, y están siempre dispuestos a contradecir
a sus padres y tiranizar a sus maestros“

Parece muy actual ¿verdad? Podría ser cualquier


político de cualquier país, cualquier padre,
cualquier madre o abuelo o abuela.
Pues bien esto (según sus
discípulos) lo dijo…
Sócrates
Y ¿sabéis cuándo? Pues en el ¡SIGLO IV! (y
encima antes de Cristo).

Teniendo en cuenta que entre esos jóvenes a los


que se refería se encontraba nada menos que
Platón, no podemos al menos sorprendernos un
poquito.
Situaciones nuevas, nuevas generaciones…
problemas antiguos, es la misma historia que se
repite una y otra y otra vez. ¿Podríamos detener
esto? ¿Se puede cambiar? Parece tan imposible e
inalcanzable como que se resuelva el conflicto
palesti- no—israelí ¿a que si?

¿Pero sabéis qué? Antes de que el primer hombre


alcanzara la cima del Everest… ¡¡¡llegar a la cima
del Everest era imposible!!!
Capítulo III
MIÉRCOLES
Pero ¿Qué Me Pasa?
En el capítulo anterior hemos hablado de lo que es
el éxito, de lograr lo que tú quieres vivir, aquello
que deseas, quieres, anhelas, de tu felicidad, en
suma. Pero hay veces que consigues lo que quieres
y eso no te hace sentir mejor. A mí me ha pasado y
a muchas personas que conozco también. Quieres
algo y lo persigues y al final lo consigues. Pero ¿y
si te sientes vacío? Si, por ejemplo, es un jersey,
pues el esfuerzo para conseguirlo no es demasiado
grande. Pero imagina si lo que te propones es tener
un doctorado. Y luego te das cuenta de que
tampoco eso te hace feliz. Años y años tirados por
la ventana. Mucho esfuerzo, horas sin dormir.
Escucha, al final de este libro descubrirás que sea
lo que sea lo que te propones conseguir, sea cual
sea tu sueño, está en tu mano conseguirlo, puedes
conseguirlo, es más, es inevitable que lo consigas.
Por eso es tan importante elegir tus sueños, porque
se convertirán en realidad.

Consejo: ten cuidado con lo que sueñas,


inevitablemente se convertirá en realidad.
Soy ¿Lo Que Siento? ¡No
Me Fastidies Hombre!
Toda la parrafada anterior es para que veas lo
importante que es cómo te sientes. Y que en
realidad es lo único que importa. Cómo te sientes
con lo que tienes, lo que eres, con tu situación
actual, con tus amigos, en tu casa, en el instituto.
Sé que te resulta embarazoso hablar de emociones,
lo cierto es que no nos han enseñado a expresarlas.
Tenemos que guardar las formas, mantener el tipo,
y si eres un chico esto se agrava enormemente.

Pero escúchame bien, da igual cuáles sean tus


logros, puedes sentirte muy pequeño,
insignificante, aunque seas inmen- samente rico o
aunque seas el primero de tu promoción. Lo
importante es cómo te hace sentir eso que
alcanzas. Y si eso que sientes se reduce
únicamente al momento en que lo consigues y
luego pierde fuerza y necesitas enseguida otro
logro más y otro más, en una espiral sin final; o si
es algo que realmente te llena y te colma y de lo
que lo que has disfrutado incluso en el camino
para lograrlo.

¿Cómo te sientes? Sólo tú tienes las respuestas. Y


es importante que te contestes con sinceridad. Ya
sé que me estoy repitiendo. Pero es que sé, por
experiencia, que a veces necesitamos que nos
digan algo muchas veces para terminar de
creérnoslo o para asimilarlo o, simplemente, para
que no nos pase desapercibido.

Si ya has reflexionado sobre la cuestión anterior,


prepárate para leer lo siguiente. NO eres lo que
sientes. Necesitas entender esto. Ya sé que parece
contradecir el párrafo anterior pero no es así. Lo
importante es cómo te sientes pero no eres eso que
sientes. Recuerda el capítulo 1 cuando te decía que
no eres lo que haces ni lo que tienes. Pues bien,
tampoco eres lo que sientes. No eres tu tristeza ni
tu ira ni tu miedo. Porque, cuando dejes de tener
miedo seguirás siendo tú ¿verdad? Hemos
quedado en que eso que permanece es lo que de
verdad eres tú ¿lo recuerdas? Pues ahora trata de
sentirlo, sentir que tú no eres tu enfado, ni tu
ansiedad, ni tu tristeza, ni siquiera tu alegría.
TAREA

1. Cierra los ojos


2. ¿Qué emociones sientes?
3. ¿Las sientes de una en una, todas a la vez?

4. Ponle nombre a cada una. Si con alguna de


ellas no sabes o no puedes, llámala la
innombrable, o un objeto cualquiera (árbol,
humo, tenedor, lienzo).

5. Ahora pon todo eso que sientes en un saco


delante de ti (o en una estantería, o en un
sinfonier, o en una mochila, lo que quieras, sé
creativo).

¿Las ves? Están fuera


¿No te sientes más ligero? Eso tan ligero eres tú
y es ¡genial!
Ahora Que Nadie Nos Oye
Hablemos De Emociones
No obstante y, aunque no somos lo que sentimos,
son las emociones que sentimos las que van a
determinar mi éxito, mi felicidad. Ese saco que
tenías delante de ti en el ejercicio anterior. A mí a
veces tampoco me hace mucha gracia, pero bueno.
Y es que no es lo que consigo lo que me hace feliz
o infeliz, sino cómo me siento con eso que
consigo.

Pero, además, cada día, cada hora, cada minuto


del día eres feliz o no en función de lo que sientes.
Y a veces no sabes por qué pero parece que no
tienes ningún control sobre tus sentimientos y tus
emociones. Cuando tus emociones te gustan, te
hacen sentir bien, pues mola. Pero cuando ves que
estás a merced de los vaivenes de emociones
negativas y que no sabes qué hacer para
controlarlas la historia ya cambia ¿verdad?
En primer lugar voy a hablar de algo que hacemos
constantemente: juzgar las emociones, o lo que es
lo mismo, decir esta es buena y esta es mala. Lo
primero que has de saber es que las emociones no
son ni buenas ni malas. Puede ser que nos limiten o
que nos ayuden en nuestro objetivo. Pero la
emoción en sí NO es mala. Lo que TÚ haces con
esa emoción, cómo la vives, es lo que tiene un
efecto negativo o positivo. Si te enfadas porque te
insultan y te llaman ignorante y, qué sé yo, te ponen
un cero, puedes reaccionar rompiendo todos tus
libros y saliendo con tus amigos. Vale. O también
puedes reaccionar escribiendo un libro en el que
demuestres lo bien que hablas, escribes y te
expresas. En función de lo que hagas, sentir una
determinada emoción te puede impedir alcanzar
tus objetivos o te puede acercar a ellos. Incluso
puedes llegar a alcanzar cosas que para ti hubieran
resultado impensables.

“No existe ningún problema que no te aporte


simultáneamente un don. Buscas los problemas
porque necesitas sus dones”.
Richard Bach

Como las emociones que tendemos a estigmatizar


como malas o negativas son el miedo, la ira y la
tristeza, vamos a hablar un poco de ellas y de
cómo puedes entenderlas y utilizarlas a tu favor.
El Miedo
Odiamos esa sensación de tener miedo ¿verdad?
En cambio el miedo es muy útil, nos salva la vida
constantemente, si tengo miedo de quemarme no
voy a tocar una llama, si tengo miedo de perder a
un amigo no voy a hacer alguna estupidez que
ponga en peligro nuestra amistad. Por tanto el
miedo me protege, esa es su función. Pero cuando
el miedo es tan grande que no puedes controlarlo y
estás dominado por él, entonces se produce un
efecto de bloqueo que puede ser muy perjudicial
para ti. Por ejemplo, en un incendio, el miedo te
puede hacer actuar con sentido común, evitando
situaciones de peligro o te puede bloquear,
llevándote a actuar irracionalmente poniendo en
peligro tu vida. Aunque no hace falta ponerse en
situaciones tan extremas e improbables. Seguro
que el miedo está presente en tu vida en numerosos
ejemplos de tu día a día, como acercarte a una
chica o chico y entablar una conversación, hacer
una exposición oral delante de toda la clase,
participar en una obra de teatro o jugar tus minutos
correspondientes en el partido de los sábados. Si
eres de los que formas parte de ese grupo de teatro
y te encanta ser el centro de atención y que todos te
miren, puedes saltarte este apartado
tranquilamente… ¿O no? Todos tenemos
situaciones que nos resultan enormemente
incómodas por las que nos aterroriza pasar. O
tenemos que tomar una decisión que nos aterra,
cortar con el chico con el que salgo, decirle a un
amigo que esto que ha hecho te ha molestado y que
no vas a permitir que suceda nunca más, etc. El
miedo puede ser tan grande que nos paraliza
¿verdad?

TAREA

1. Haz una lista con todas aquellas cosas que te


da miedo hacer pero que te gustaría hacer. Si tu
respuesta inmediata ha sido decir ‘¡yo no le
tengo miedo a nada, si no hago esto es porque no
me da la gana!’, entonces te propongo que
escribas aquello que te gustaría hacer pero que
sabes que, si haces, te vas a sentir muy
incómodo. Esa incomodidad se llama miedo.
Aunque no quieras reconocerlo.

2. Ahora escribe una lista de todo aquello que


hiciste a pesar del miedo.

3. Si lo que has escrito en la lista 2 te salió como


querías no hace falta que añadas nada más. Si,
por el contrario, fue una experiencia que
consideras negativa para ti me gustaría pedirte
que reflex- ionaras un instante y contestaras a
estas preguntas.

¿Qué salió mal? y ¿por qué fue tan terrible?

¿Cómo podría haberlo evitado? y ¿qué podría


haber hecho diferente para que fuera un éxito?

¿Qué he aprendido de esta experiencia que, de


otro modo, no hubieras podido aprender?

TAREA
1. Revisa ahora la lista 1 de la tarea an - terior y
escribe qué podría pasar si te decides a hacer
cada una de las cosas que has escrito.

2. ¿Cómo te sentirías si todo va bien? ¿y si todo


va mal? En este último caso ¿Qué podrías
aprender de una experiencia que te fuera
negativa?

3. Pero sobre todo no dejes sin contestar esta


pregunta: ¿cuál es el precio que estás pagando
por no atreverte a hacer lo que deseas hacer?
“El hombre se descubre cuando se mide

con un obstáculo”.
Antoine de Saint—Exupéry

“Si me ponía a ello con toda mi alma y, aun así,


no funcionaba, acabaría por resignarme.

Pero si fracasaba por haberlo inten - tado sólo a


medias, iba a lamentarlo el resto de mis días”.

Haruki Murakami
Lo que te voy a decir a continuación te puede
sonar muy sencillo pero para mí fue una
revelación. Está extraído de un libro titulado
“Aunque tenga miedo hágalo igual”:

Siempre que te propongas ser mejor de lo que


eres, hacer algo nuevo, alcanzar un nuevo reto, vas
a sentir miedo.

Imagino tu decepción, pensabas que te iba a decir


cómo no tener miedo y resulta que estoy
confirmando que el miedo existe, está ahí.

¡¡¡Exacto!!!

Eso ocurre porque estás saliendo de lo que


siempre haces para atreverte a hacer algo nuevo.
Pero te ha pasado siempre. ¿Recuerdas la primera
vez que te enfrentaste a las fracciones? Que cosa
más rara ¿no? Luego te acostumbraste y vinieron
los números enteros, cuando los dominabas, te
salieron con las funciones, primer grado, luego las
de segundo… En este sentido los profesores de
matemáticas son expertos en hacerte sentir miedo
¿no crees?

El lado bueno del miedo, pues, es: me está


diciendo que estoy creciendo, si tengo miedo es
porque quiero hacer algo que hasta ahora no he
hecho (o lo he hecho y me ha salido fatal) y que
NO soy capaz de hacerlo (mejor dicho, no me
siento capaz, aunque lo soy).

Vale, pues dale la bienvenida a tu miedo a hacer


algo porque no se irá hasta…¿sabes cuándo? Hasta
que lo hagas de una vez. Esa es la única forma que
tienes de sentirte mejor. ¡Haciéndolo! ¿Por qué?
Porque al miedo que tienes ahora antes de hacerlo
hay que sumarle la rabia que te da no sentirte
capaz de hacerlo. Así que no hacerlo te hace sentir
peor que hacerlo.

Pero y ¿si me estrello? Te respondo con esto:

“Lo intestaste. Fracasaste. No importa. Inténtalo


de nuevo. Fracasa otra vez. Fracasa mejor”.
Beltor Bretch
Yo no podría expresarlo mejor.
Y todos, te lo prometo, todos sentimos miedo.
TAREA

Piensa en eso que llevas tanto tiempo deseando


hacer pero que no te atreves ¡hazlo de una vez!

TAREA

Haz todos los días algo que te resulte un poco


incómodo hacer, aunque sea un poco absurdo,
aunque sea ir a la tienda, pedir que te enseñen
todos los modelos de medias de futbol y luego
salir sin haber comprado ningunas, o acercarte a
llamar al telefonillo de alguien que te impone
mucho respeto y te da un poco de corte, o
preguntarle una duda a un profesor o lo que te
quieras inventar. Si una cosa al día te parece
mucho, al menos hazlo una vez a la semana. Es
como todo, cuanto más entrenas mejor eres.
Llegará un momento en que te atreverás a hacer
lo que de verdad quieres hacer, con sentido
común, calculando los riesgos y valorando; pero
no dejarás de hacerlo por miedo o por corte.
La Ira
Bueno, aquí tenemos otra emoción que nos da
mucha vergüenza admitir y que algunos tenéis
problemas para controlar. Además, si os domina la
ira, el enfado, puede tener dos salidas. Hacia
dentro o hacia fuera. Hacia dentro te estás
envenenando y hacia fuera te puede traer muchos
problemas.

A veces, cuando nos enfadamos, lo que nos está


pasando es que alguien hace algo que nos molesta,
nos indigna, y entonces nos irritamos con esa
persona. En realidad lo que sucede es que le
estamos dando al otro el poder de enfadarnos, de
afectarnos. Nadie puede hacerte enfadar. Tú dejas
que lo que hace o dice otra persona te haga
enfadar. Tú te enfadas a ti mismo. Imagino tu cara.
Ahora mismo te estás enfadando conmigo. Espera.
Respira. Deja que me explique. NO digo que dejes
que todo el mundo te diga lo que sea, o te trate
mal. En absoluto. Lo que digo es que a menudo
observo cómo alguien, a quien le gusta chinchar,
provoca a los que sabe que van a estallar
diciéndoles cosas que tiene ese efecto sobre ellos.
Si tú eres de los que chinchas, no tengo nada que
decirte, excepto que no te entiendo y que hay otros
modos de llamar la atención mucho más
edificantes. Pero en realidad no creo que tú seas
así porque ese es el tipo de persona que no leería
este libro. Si eres de los que estallas, o te irritas y
te llevas el cabreo a casa y a la cama y a todas
partes, párate a analizar lo feliz que estás haciendo
al que te chincha cada vez que tú estallas o
sintiéndote tan cabreado en cada cosa que haces.
Tu enfado hace daño ¿sabes a quién? A ti mismo,
en primer lugar. A ti mismo en segundo lugar. Y a
ti mismo en tercer lugar. Punto.

TAREA

En primer lugar has de saber que si te enfadas le


estás dando permiso a al- guien para que te
afecte con lo que te dice o hace o piensa; estás
admitiendo que te ha dado en un punto débil.
Estallar de ira sólo puede dejar en evidencia tu
debilidad. A menudo ser consciente de esto ya es
suficiente para enfrentarse de un modo más
calmado a una situación que antes te hacía
explotar. O, incluso, para que ni te inmutes la
próxima vez que te ocurra. Yo se lo he explicado
así a algunos de mis alumnos y el resultado fue
maravilloso.

Lo bueno de los adolescentes es que aprendéis


rapidísimo.
Veamos ahora cómo puedes hacer para que,
cuando sientas el enfado dentro de ti, puedas tener
esa emoción bajo control:
“Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu
permiso”.
Eleanor Roosevelt
TAREA

Reconocer la ira en otro (cuando lo que te enfada


es algo que te está haciendo/ diciendo otra
persona y decirte a ti mismo: esta ira no es mía,
no es para mí, no me toca, no la voy a coger). La
ves (como si fuera una cosa, imagínate que es
una bola del color que tú quieras) y dejas que se
quede fuera.

También puedes desplegar alguna estrategia para


no estallar porque sabes, por experiencia, que
cuando lo haces te sientes fatal después, o que las
consecuencias son muy negativas para ti.

Para esto último te voy a contar un truco extraído


de un libro maravilloso de Albert Espinosa (que
también es maravilloso), “El Mundo Amarillo”. El
propio autor le llama truco para no enfadarse
jamás, y explica el modo de darse cuenta de cómo
te vas enfadando poco a poco hasta que llegas a un
punto en el que no hay vuelta atrás, ‘el punto de no
retorno’, lo llama él.

Y es cierto que cuando nos estamos enfadando y


enfadando y finalmente estallamos, si pudiéramos
vernos desde fuera y ver lo absurdo de nuestra
reacción y sobre todo lo inútil (pues en la mayoría
de los casos no va a ser de ninguna utilidad),
acabaríamos deteniendo nuestro comportamiento.

Pues bien, esto más o menos es lo que Espinosa


propone:

Verte desde fuera y tener algún modo de


identificar el momento en el que estás llegando a
ese punto de no retorno (por ejemplo que te
pones colorado o que alzas la voz…).

Cuando te das cuenta de que estás ahí, decirte una


palabra clave (que previamente has elegido),
como una especie de contraseña. Por ejemplo
turrón, o cencerro, o camiseta del revés, lo que
sea, cuanto más absurda mejor. Es importante que
cuando sientas que estás llegando a ese punto de
no retorno te digas la palabra o, si ves que no eres
capaz de controlarte, le digas a alguien que te
conozca bien y sea de tu confianza que te la diga.
No pasa nada porque pienses que esto que te he
contado es una chorrada. No te lo creas si no
quieres. Tú sólo practícalo. Verás cómo alucinas.
¿Por qué? Porque funciona.
Consejo final: a veces hay que enfadarse y está
bien hacerlo.
La Tristeza
Tal vez esta sea la que más vergüenza nos da
mostrar. La tristeza está muy mal vista y a una edad
como la vuestra aún más. No hablo de llorar en un
momento puntual, que también puede estar mal
visto sobre todo en los chicos. Hablo de estar
triste. Triste por dentro. Se hace aún más duro por
el hecho de que no se suele exteriorizar.

Os avergonzáis de estar tristes, y encima os


enrabietáis con vosotros mismos.

Aquí, igual que has hecho con otras emociones, lo


que tienes que hacer en primer lugar es aceptar que
está ahí. Y en segundo, averiguar por qué está la
tristeza ahí.
TAREA

Cierra los ojos y siente la tristeza en toda su


magnitud. Métete en la emoción. Ahora imagina
que das un paso atrás y dejas toda la tristeza
ahí,delante de ti. Pregúntale qué te quiere decir,
el motivo por el que está ahí. Aunque esto te
parezca un poco de locos, de tarados (y no te
recomiendo que lo hagas delante de nadie, claro,
ni en la hora del recreo) comprobarás loeficaz
que puede llegar a ser.

Tiene un motivo, de eso puedes estar seguro.

Cuando te hable escucha atento. Y ahora


pregúntale qué quiere que tú hagas para que
pueda irse. En una palabra: negocia. Te parecerá
una cosa absurda pero, una vez más, te diré que
funciona.

Puede que todo lo que hayas leido hasta ahora te


parezca una auténtica majadería. Tal vez estés
pensando que vale, las emociones son controlables
pero, desde luego, TUS emociones son de todo
punto incontralables.

Te aseguro que si consigues ser el dueño de tus


emociones serás el dueño del mundo, de todo tu
mundo, y de cualquier mundo. Y ser el dueño no es
doblegarlas, hacerte el duro y dar la imagen de que
siempre estás bien. Eso, tarde o temprano se cae
por su propio peso. El que es dueño de sus
emociones es el que las mira de frente y las acepta
y entiende que son bombillitas que nos ayudan a
saber si estamos en nuestro camino o no.

Y sentirnos mal nunca es estar en nuestro camino.


Querido Guillermo,

De nuevo necesito hablarte, decirte, contarte. Sé


que no ne - cesitas de mí en absoluto, que todo lo
puedes descubrir y lo aprenderás por tu cuenta,
que ya tienes toda la capacidad para abrirte
paso y mucho más que abrirte paso, para ser
pleno por completo. Aun así, tengo siempre la
sensación de que podría hacerte las cosas más
fáciles, podría evitarte sufrimiento; sé, en
cambio, que has de vivir por ti mismo, que
evitarte vivir algo sería limitarte, has de vivir tus
experiencias, te harán un hombre, el hombre que
ya empiezas a ser.
Como aquel día que viniste llorando de rabia
porque un profe - sor había insultado a los niños
de la clase. Tenías la cara roja de ira y se te
notaba la carótida inflamada, igual que le
pasaba a papá de pequeño, está claro que eso lo
has heredado de él. De tu boca salían frases que
no eran propias de ti, palabrotas que nunca antes
te había escuchado. Te dije que escribieras esas
frases en un papel ¿recuerdas? Y luego lo
quemamos. Deja que tu enfado se haga humo, se
vaya…te quedaste sereno después.

En fin, vive todas las emociones que te lleguen,


no las niegues, no son buenas ni malas, en
realidad todas son buenas, todas te hablan de ti,
tienen un mensaje para ti, escúchalas, habla con
ellas, y utilízalas para encontrar tu camino, el
que te haga feliz y más humano.

Un beso enorme mamá


Hoy te deseo
Hoy te deseo
descubrir lo que te mueve, lo que te conmueve,
lo que siempre deseaste hacer,
lo que ya no puedes demorarte más en hacer,
lo que no te puedes morir sin hacer…
descubrirlo ¡y ponerse a ello!

“El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un


hombre que sabe a dónde va.”.

Antoine de Saint—Exupéry
Capítulo IV
JUEVES
Obteniendo Energía
En los tres días anteriores de esta semana tan
intensa hemos trabajado sobre la dirección.
Imagínate a ti mismo como un barco que sale de
puerto y hasta ahora ha ido más o menos dejándose
llevar por el viento. Al leer este libro te preguntas
si has sido tú quien ha decidido llegar a donde
estás o han sido otros los que te han traido. No te
preocupes por esto, lo normal es que a los 10 ó 12
años seamos lo que nuestro padres nos han hecho
ser, y estemos donde ellos han querido que
estemos. Pero es tiempo de decidir.

Así, en lo que has leido hasta ahora has tomado


conciencia de quién eres y has reflexionado sobre
lo que quieres ser y hacia donde deseas dirigirte.
Bien, pues lo que hemos hecho ha sido ni más ni
menos que trazar un mapa, ver dónde te encuentras
y establecer el lugar al que quieres dirigirte.
Digamos que ahora viajas con brújula. Mucho
mejor ¿verdad?

Y si lo que has escrito al respecto te parece una


locura inalcanzable ¡enhorabuena! eres el tipo de
ser humano que se necesita hoy en día tal y como
están las cosas.

En este capítulo lo que vamos a hacer es detectar


nuestros escapes de energía. Esto es muy
importante. Te lo voy a explicar. Observa un niño
pequeño. Se levanta lleno de energía y durante el
día la gasta toda. Cuando se acuesta se queda
dormido profundamente, si le coges el brazo y lo
dejas caer, éste caerá a plomo. Nunca volvemos a
dormir tan plácida e inocentememte como cuando
somos niños pequeños. Los niños no se preocupan
por el día siguiente, no piensan ‘hoy voy a
moverme poquito que mañana tengo un día duro y
necesito ahorrar fuerzas’. Eso es porque saben que
cuando se levanten tendran otra vez un monton de
energía para gastar. Saben que se recargan al
100% cada noche. Son como los móviles. Los
adultos somos diferentes, estamos cansados con
frecuencia, nos cuesta recuperarnos. Eso es porque
no vivimos con ilusión, y porque vivimos en el
futuro. Se nos va mucha enenrgia pensando en el
futuro, en los problemas, en las cosas
pendientes…y poco a poco vais absorbiendo eso,
os hemos enseñado a hacer lo mismo.

En este capítulo vamos a revisar aquellos puertos


en los que es posible que se te esté yendo energía,
sumideros de energía los llaman algunos autores.
¿Por qué es tan importante hacer esto? Porque
necesitamos toda la fuerza concentrada en tu
objetivo, en lo que quieres vivir. Esto tal vez
suene egoísta pero te digo de corazón que el mejor
regalo que le puedes hacer al mundo es seguir tu
sueño y cumplirlo. Sólo así podrás servir a los
demás, nadie frustrado podrá jamas ofrecer a los
demás algo valioso de verdad. Sé feliz y derrama
tu felicidad al mundo.

Ahora vamos parte por parte.


El Perdón
No te asustes por el título, no te voy a hacer que
confieses tus pecados ni nada de eso. Se trata más
bien de lo contrario.
TAREA

Te voy a pedir que hagas una lista con las cosas


que te hayan pasado y que te han impedido llegar
a donde quieres llegar, o querías llegar. Escribe
aquello que te esta limitando ahora mismo, lo
que te ha limitado hasta ahora y lo que crees que
te limitará. Al lado de cada una de las cosas de
la lista escribe el nombre del culplable o
culplables. A lo mejor no es una persona sino
simplemente ‘la vida’ o ’mi maldita mala suerte’,
lo que sea.

Tú escribe.
Te voy a poner un ejemplo:

Cuando tenía 12 años tenía una profesora de


expresión corporal; nos pidió que hicieramos una
pequeña representación libre por grupos. Dos
amigas y yo representamos un atraco a una
viejecita, con asesinato incluido. Nos reímos de lo
lindo preparándolo y representándolo. Al terminar
(esperábamos una gran ovación), la profesora nos
llamó poco menos que mentes enfermas, nos juzgó
y nos acusó de hacer humor negro (yo ni sabía qué
era eso); lo hizo delante de toda la clase y fue
humillante. ¿Habrá visto Pulp Fiction? (imposible,
esto pasó mucho antes). Si no quería atracos que lo
hubiera dicho. Chicas, haced una representación en
la que la bondad se ensalce. Nosotras no éramos
malas, nunca habíamos atracado a nadie, y mucho
menos una viejecita y mucho menos con armas de
fuego ¡¡¡por favor!!!

Reconozco que esa sombra me acompañó el resto


de mi vida y ensombreció mi yo creativo y artista.
Podría decir que si no me convertí en actriz o
escritora o guionista fue por culpa de esa
profesora. ¿Podría decirlo? Ella me llamó incapaz
una sola vez. Yo continué haciéndolo el resto de
mi vida. Hasta que aprendí. A perdonar. Y soltar.
Dejar ir. Por mí.

Ahora te toca a ti.

Perdona a tus padres, a tus profesores, a la vida.


Uno a uno. No hace falta ver a nadie, ni hablar con
nadie. Es algo que tiene lugar dentro de ti.

•••
¿Ya tienes tu lista? Supongo que estarás lleno de
rabia o de tristeza o de las dos cosas por haber
recordado tanto agravio.

Esas personas te dañaron en un momento


determinado. ¿sabes qué? Cada vez que lo evocas
eres tú quien se está haciendo daño. Tú estás
eligiendo hacerte daño cada vez que recuerdas.
Absurdo ¿no? ¿no crees que es momento de
dejarlo ir? Y no apelo a ningún sentido religioso ni
a la bondad siquiera. Apelo a tu inteligencia. Sé
listo, déjalo ir ya. No tienes que volver a ver a
ninguna de esas personas. Es un diálogo interno.
De todos modos si te cuesta mucho perdonar te
puedo proponer esto otro. A mí me funciona. Es
de un libro de Paul McKenna, al final del libro te
diré cuál es porque este tipo es un genio, lo que
pasa es que todos sus libros menos uno están en
inglés (pero merece la pena estudiar idiomas
aunque sea solo para leerlo). Allá va: cierra los
ojos, revive el suceso, ponte la peli mentalmente,
entonces haz la imagen (la pantalla de cine) más
pequeña y en blanco y negro. Entonces le pones a
la persona que te haya amargado (o te esté
amargando) la voz de un dibujo animado.

Abre los ojos. No puedes sentir rabia. Ni odio.


Magia. Te lo dije. El tal McKenna es un mago.

Así uno por uno.

A mí esa profesora me hizo sentir avergonzada una


sola vez (y seguro que su intención no era otra que
la de enseñarme a ser mejor). Yo me he sentido
avergonzada millones de veces después. Nos
podemos liberar de esa carga. Y podemos hacerlo
en un instante. Es sencillamente maravilloso. A
partir de ahora ya no podemos decir ‘yo soy así
por culpa de mi profesora’, sabemos que eso no es
cierto. Tendríamos que decir ‘yo soy así porque
elijo seguir diciendome que no merezco la pena’.
Suena tan ridículo que no podemos sino abandonar
este pensamiento.

Continuemos.
Los Demás
A veces los demás se resisten a que tú te sientas
tan bien, a que tomes el control. Atención, si estás
haciendo todo lo que te propone este libro hasta
ahora, a lo mejor hay personas que te empiezan a
mirar raro. Es normal. Inevitablemente cambiarás,
parecerás más seguro, más decidido porque, como
dice Saint — Exupéry, “el mundo entero se aparta
cuando ve pasar a un hom- bre que sabe donde
va”.

La mayoría de los que te rodean aún no ha tomado


el control ni ha tomado la responsabilidad. Según
vayas practicando lo que has ido aprendiendo en
este libro te darás cuenta de que la queja es una
actitud muy habitual,casi constante en los demás.
Se quejan de los padres, de los profesores, del
frio, de la lluvia, del calor, de todo. Y siempre que
algo les sale mal, le echarán la culpa a los demás.
La crítica es muy habitual ¿verdad? Y ahora a ti se
te hace muy evidente, con todo esto que estás
aprendiendo. Pues bien, si tu dejas de quejarte y
de criticar, inevitablementete van a mirarte raro.
Tienes que distinguir a partir de ahora a las
personas que son como tú, responsables de lo que
quieren y los que van a estar siempre criticando y
echando balones fuera.

Créeme, cuanto antes te des cuenta de esto mejor.


No hace falta ni siquiera que cambies de grupo de
amigos. Con darte cuenta de cómo es cada uno (y
aceptarlo) es suficiente. Aunque a menudo la
personas que no toman responsabilidad sobre sus
vidas no quieren que seas así y te lo pueden poner
difícil. También es posible que tú mismo/a te
canses de tanta queja y tanta tontería. Mira
alrededor. También hay mucha gente como tú, no
estas solo, únete a ellos.

A partir de ahora mira un poco desde fuera (o


desde lejos, como desde la distancia), a todas las
personas con las que te relacionas, decide con
quien quieres seguir relacionándote y con quien
no.
Vamos a por lo siguiente.

Cuando alguien te agobie, o te irrite su queja


continua, o su crítica constante… mentalmente le
pones la mano en el pecho con el brazo estirado
y gritas (en tu imaginación): ‘¡¡¡¡¡ hasta
aquí!!!!!’. Es un modo de decirle que no estás
dispuesto a dejarte invadir. Que no se te escape
el gri- to hacia fuera porque lo puedes matar de
un susto. Pero tu voz interior sí que ha de gritar.
Te sorprenderás de lo eficaz que es esto. Cuando
lo empieces a aplicar no te lo vas a creer. Y es
que escuchamos con mucho más que con las
orejas y hablamos con mucho que con la voz. Así
no te quitarán tu energía.
¡Decídete De Una Vez!
Una de las situaciones que se nos suponen más
energía es la toma de decisiones. En realidad
tomar una decisión no conlleva ningún esfuerzo, se
hace en un instante y es una acción rápida. El
desgaste lo supone precisamente la no—toma—de
—decisiones. Todo el tiempo que estás pensando,
valorando, sopesando, midiendo consecuencias,
intentando adivinar cuál es la buena decisión y
cuál es la mala. A veces (o siempre) nos
bloqueamos con las grandes decisiones, pero a
menudo también son las pequeñas decisiones las
que nos agobian (quedo con ella o no, estudio
mates o inglés, me pongo el chandal o el pantalon
corto,voy a la fiesta o me quedo viendo la tele, y
así de manera inin- terrumpida e interminable). La
persona que es decidida jamás entenderá el
sufrimiento que supone ser indeciso, no se puede
poner en el lugar de un indeciso. Así, muchas
veces, se reprende al que tarda en decidirse:
‘¡¿pero quieres espabilar de una vez?!’, se les
grita. Como si fuera tan sencillo. Y es que para el
indeciso tomar una decisión, por irrelevante que
ésta sea, puede ser un auténtico tormento.

Saberse indeciso y aceptarse es todo un avance.


Así que ese es el primer paso. No se lo tienes que
decir a todo el mundo ni utilizarlo para justificarte.
Sólo tienes que mirarte por dentro y reconocerlo
ante ti mismo. Entonces estarás dispuesto y
preparado para aplicar estrategias que te hagan
ahorrar mucho tiempo y muchas fuerzas a la hora
de decidirte.

La más eficaz que conozco es esta: deja la


decisión para el último instante.

Has leído bien. Da igual cuántas vueltas le des a


las cosas, al final te vas a decidir en el momento
en que no te quede más remedio que decidir.

Muchas personas se pasan toda la secundaria


planteándose lo que quieren estudiar cuando
acaben. Al final, como se trata de rellenar un papel
que hay que tramitar, lo cumplimentan la noche
antes y es increíble la cantidad de personas que te
dicen ‘al final, en el último momento decidí poner
periodis- mo (o teleco o derecho) en primera
opción, era lo que de verdad quería’. Una parte de
esas personas ya sabían cual era la primera opción
pero se estaban buscando razones para poner otra
cosa (lo que te recomienda un profesor, tus padres,
tus amigos…). Un ejemplo más sencillo puede ser
pedir la comida en un restaurante.

Esta me pasa mucho a mí. Hojeo la carta varias


veces, al final la cierro. ‘¿Ya sabes lo que
quieres?’ Me pregunta mi acompañante, ‘no’,
contesto,’ pero no me voy a decidir hasta que
venga el camarero’. Lo que está claro es que, una
vez que estén tomando nota tendré que decir algo y
tomaré la decisión en un solo instante. ¿Para qué
voy a desperdiciar entonces 10 minutos en los que
puedo estar charlando relajadamente?

Prueba esto, pospón la decisión hasta el límite,


hasta el momento exacto en que ha de ser tomada.
Y confía en ti. Hazlo con cosas poco trascendentes
al principio y luego ve ‘jugándotela’ un poco más.
Esas decisiones de último momento son tomadas
con la parte más sabia de nosotros y ¿sabes? son
las correctas.

Esta vez no hay que escribir nada ni ha - cer


listas ni nada de eso; lo único que hay que hacer
es practicar.

Practica, practica y practica.


Espera hasta el último momento posible y
entonces…¡¡¡toma la decisión!!!

Parece que te estoy oyendo decir ’vale, ya, pero no


puedo hacer eso con las decisiones importantes’.
Estás equivocado pero bueno, te voy a ayudar a
tomar esas decisiones que dices son taaaaan
relevantes con otra estrategia.

El caso es que tomar decisiones es como todo, una


cuestión de práctica, así que a medida que
practiques con esas decisiones ‘fáciles’ como tú
dices, más rápida y eficazmente tomarás el resto
de decisiones, las ’importantes’. Pero para que te
sientas más seguro te daré más trucos para las
‘grandes decisiones’.

Puedes hacer listas de pros y contras…si eso te


resulta entretenido…porque la verdad es que es de
todo punto inútil.

Las decisiones no se toman con listas, con


razonamientos, con lógica. Las decisiones se
toman con el corazón. Luego, mediante
razonamientos, hacemos que la razón encaje con lo
que hemos decidido. Tomemos la decisión
correcta (la que sentimos con el corazón) o la
errónea, lo que hacemos (una vez nos hemos
decantado por una) es argumentar que lo que
hemos decidido es lo adecuado. Y así nos
quedamos tranquilos.

Pero ¿cómo saber si la decisión es la buena? Muy


sencillo. Prueba esto.
Una vez más te pido que en tranquilidad cierres
los ojos y te imagines que has tomado la decisión
en un sentido, sigues una de las opciones.
Imagínate, siéntete, ¿cómo te va?

Ahora haz lo mismo con cada una de las


diferentes posibilidades u opciones. Sólo una te
hará sentir en paz. Aunque suponga un precio a
pagar. Aunque cada una de ellas excluya a las
otras y suponga una renuncia a otras cosas. Hay
una que te da paz. No razones. Sólo siente.

Si aún dudas, céntrate en tu cuerpo, escúchalo.


Debajo de tu esternón hay un punto que te habla,
por lo menos a mí me pasa. Esto no es nada
cientifico, me parece pero cuando lo escucho no
me miente nunca.

Tomar una decisión es muy sencillo. Llevarla a


cabo a veces no lo es tanto. Decidir que no quieres
estudiar lo que todo el mundo espera de ti es
sencillo. En realidad siempre lo has sabido
¿verdad? Llevar la decisión a término, eso es lo
duro. Pero a ti no te puedes mentir. NO TE DIGAS
QUE ES QUE ERES INDECISO Y QUE NO
SABES CUÁL ES LA RESPUESTA. Después de
llegar hasta aquí leyendo eso no te lo puedes
tragar.

Ya me he extendido demasiado sobre esto. Pero no


puedo dejar de mencionar esto porque es lo más
peligroso de todo este asunto.

WARNING!!!! Si no tomas tú mismo las


decisiones otro lo hará por ti. Si dejas pasar el
tiempo, las oportunidades, las cosas te sucederán
¿recuerdas lo que hablamos al principio del
capítulo sobre la responsabilidad?

¡NO tomar una decisión ya es una decisión!


Enfocarte O “El Efecto
Lupa”
Esto te va a parecer de perogrullo pero aún así me
parece muy importante incluirlo pues tengo
demasiados ejemplos alrededor de la situación
contraria. ¿Qué significa esto de enfocarse? Pues
ni más ni menos que concentrar todas tus energías
en lo que deseas, en lo que suponga tu elemento, en
tu objetivo, tu sueño. Imagina un río con un caudal
enorme, si ese caudal se divide en dos, tan sólo
contará con la mitad del agua. Si lo hace en diez su
fuerza será aún mucho menor. Pura lógica. Manten
tu caudal lo más concentrado posible. Es como si
pusieras una lupa sobre tu objetivo y concentraras
todos los rayos de luz sobre él. La temperatura se
eleva. Algo sucede, salta la chispa. Es inevitable.
Eso sí, hay que saber esperar. Un solo segundo del
100% de concentración y esfuerzo no te llevarán a
la gloria. Aguanta.
Es lo último que tengo decir sobre esto.
“El genio es 1% de inspiración y 99% de
transpiración”.
Thomas Edison

Sé que este ha sido un capítulo duro de digerir. A


lo mejor tardas semanas en hacerlo. Tómate todos
los jueves que quieras. Pero es crucial. Ahora has
tomado responsabilidad sobre tu propia vida. Lo
malo de todo esto es que ya no puedes quejarte de
lo que te pasa echando balones fuera, buscando
excusas en el exterior. Si eres honesto has de
admitir que a partir de ahora no puedes culpar a
nadie de tus decisiones incorrectas, de tu
incapacidad para hacer algo, de tus limitaciones,
de tu falta de oportunidades. Todo es tu
responsabilidad. Es una gran noticia pero nos
inhabilita el derecho a la queja. Estoy segura de
que ahora miras alrededor con ojos renovados. ¿A
que te parece que alguna de la gente que te rodea
esta constantemente quejándose y no hacen nada
para cambiar las circunstancias? Cuando termines
de leerlo, déjales este libro, ellos también lo
necesitan.

“Unas personas quieren que algo ocurra


otras sueñan con que pasará otras hacen que
suceda”.

Michael Jordan

Enhorabuena. ¿sabes lo que has hecho en este


capítulo, en este día? Pues imagina que tienes toda
tu energía y tus ganas de vivir en un depósito
(como si fueras un coche). Pues antes de poner en
práctica todo esto que has aprendido tenías el
depósito lleno de agujeros. Y hoy, paso a paso, los
has ido tapando. Ya tienes mapa y gasolina. ¿Qué
te impide, pues arrancar el motor? Lo veremos
enseguida.

Querido Guillermo,

Hay un tiempo para aprender y un tiempo para


actuar, aunque bien mirado no es posible
desligar uno de otro. Hay también un tiempo
para enseñar, para guiar, y otro para dejar en
libertad. Ojalá haya sabido dejarte espacio para
ser libre e indepediente, es el mejor regalo que se
le puede hacer a un hijo. Espero que lleves en tu
mochila todo aquello que necesitas para volar
alto y lejos, si es lo que deseas, o para recorrer
los caminos que tú decidas, cualesquiera que
éstos sean. Espero que en esa mochila no pesen
ni mi mirada ni mi juicio; mi mirada será
siempre de amor y mi juicio, de existir, no debes
tenerlo encuenta.

El único modo de no tomar las decisiones


equivocadas es to- mándolas por ti mismo. De
ese modo siempre serán las correctas.
Déjate guiar por tu corazón, pues es enorme.
Te quiero mamá
Pájaros Nacidos En Jaula
“Los pájaros nacidos en jaula creen que volar es
una enfermedad”.
Alejandro Jodorowsky

Tal vez sea una soñadora empedernida…pero


también pienso que todo pájaro, aun naciendo en
cautividad, se puede hacer consciente de sus alas y
emprender un día el vuelo.

Y para que eso suceda es suficiente un solo


instante de magia ¿no creéis?
¡¡¡Decídete ya!!!
Capítulo V
VIERNES
Pero... ¿Quién Te Crees Que
Eres? La Autoconfianza, La
Base De Todo Lo Demás
Todo lo que hemos visto hasta ahora explora lo
que eres, lo que deseas, lo que sientes, a vista de
pájaro. Es, digamos, la capa externa, aun cuando
hemos hablado de lo que sientes y cómo lo sientes.
Hay otra capa más profunda, hay algo más que
subyace en todo lo que se ha abordado
anteriormente, se trata de lo que piensas de ti
mismo. No me refiero a lo que trabajaste en el
primer capítulo, cuando descubriste que en ti hay
un núcleo que permanece a pesar de todas tus
transformaciones internas o externas. A lo que nos
vamos a referir en este capítulo es más bien a lo
que tú consideras que eres como ser humano,
cuáles son tus cualidades, tus limitaciones, tus
atributos más característicos, tus capacidades, tus
rasgos más distintivos. Esto se llama
autoconcepto, e incluye tanto la parte física
(autoimagen) como la referida a tu carácter y
habilidades. ¿Qué te parece si exploramos en tu
autoconcepto?

TAREA

Descríbete. Por dentro y por fuera. Cuén - tanos


tus puntos fuertes y tus debilidades. Y cuéntanos
tu sueño, si crees que lo vas a alcanzar y los
motivos por los que sí o por los que no.

Y sí, de nuevo te pido que lo hagas por escrito.

Lo que has descrito es lo que tú piensas de ti


mismo. Lo que crees que eres o que no eres. Pero
¿cómo puedes saber que es cierto? Decirme que
llevas contigo toda tu vida y que te conoces de
sobra… no es suficiente. Te voy a explicar muy
simplificada- mente cómo se construye el
autoconcepto. Y para eso te voy a contar cómo se
adiestra a las pulgas: se mete a la pulga bajo una
cúpula de cristal. La pulga salta y se choca contra
el techo de cristal. Salta de nuevo y se golpea de
nuevo. Se repite el suceso un número elevado de
veces. Hasta que al final, la pulga “aprende” que
“no puede” saltar más alto de lo que supone ese
techo de cristal. Es momento de retirar la cúpula.
La pulga ya no saltará más alto de lo que ha
aprendido que puede saltar. Ya está adiestrada. ¿O
deberíamos decir limitada de por vida?

Ya sé que la comparación puede dañar tu dignidad


pero, como puedes imaginar, tú eres la pulga. Una
vez, de pequeño, te dijeron, ten cuidado que ya
sabes que eres muy patoso y siempre rompes las
cosas. Una repetición de ese tipo de afirmaciones
y te conver- tirás en torpe de por vida. Seguro que
se te ocurren un montón de ejemplos que conoces y
algunos de ellos aplicados a ti; ‘es que no es muy
sociable, le gusta más estar en casa, se le da muy
mal hacer nuevos amigos’, una madre dice a una
amiga delante de su propio hijo (¡como si el niño
fuera un buzón de correos y no se estuviera
enterando de nada!). El caso es que lo registramos
todo; eso es así porque somos maravillosos y
nuestros organismos también son maravillosos, así
que no se nos escapa nada. Justamente ese es el
peligro de niños, pues lo absorben todo sin filtros,
tomándolo por verdadero.

Si hay algunos aspectos de tu personalidad que ya


has detectado como limitaciones tuyas y puedes
ver de dónde vienen ¡enhorabuena! pues te
resultará más sencillo cambiarlo. Lo malo es que
hay otros muchos aspectos de los que no somos
conscientes, como si fueran puntos ciegos.

En fin, lo que sí es absolulamente cierto es que lo


que crees de ti mismo es lo que supone tu límite, y
nunca podrás traspasarlo. Lo que sí puedo hacer es
subir ese techo, ese límite. El primer paso es
darme cuenta de dónde está situado; luego decidir
hasta dónde me gustaría subirlo; a continuación
hacer unos cuantos escalones ¡al cielo se sube con
una escalera!
La cuestión es que podemos cambiar casi
cualquier cosa (bueno, la estatura y cosas así no) a
través de lo que estás a punto de aprender con unas
técnicas muy sencillas. Pero hay algo que, como he
señalado en el título, está en la base de todo. Ese
algo es la autoconfianza. La confianza en ti mismo.
Viene a ser lo a gusto que estás siendo quien eres
en cada uno de los instantes que conforman el día.
Si te sientes bien en tu piel.

Dime ¿cómo andas de autoconfianza? De 0 a 10


¿qué te pon - drías? Si te has puesto 8 ó más
puedes pasar al capítulo siguiente directamente. Si
no es así, es hora de hacer algo al respecto.
Ahora A Soñar
¿Esto qué significa? no es que nos vayamos a
dormir. Vamos a ensoñarnos. Pero bien despiertos.
Vamos a imaginar. No me digas que tú no tienes
imaginación. Además, permíteme que te diga algo:
lo que eres ahora mismo es lo que imaginas que
puedes ser. El modo en que te comportas en todo
momento es cómo imaginas que te vas a comportar,
que te puedes comportar. Lo seguro y confiado que
eres es lo máximo que te puedes imaginar, el techo
de cristal de la pulga.

TAREA

Escribe cómo de confiado te gustaría ser,


sentirte, qué rasgos denotarían que eres la
persona segura que quieres ser, cómo hablas,
cómo te hablan los demás. Imagínate una
situación delicada, cómo la resolverías con esa
seguridad que quieres encarnar.
Ahora, como ya has hecho más veces, cierra los
ojos y disponte a vivir en tu imaginación esa
escena. Observa cómo se mueve ese nuevo yo
confiado, cómo viste, cómo habla, su forma de
mirar, cómo suena su voz, qué escucha, qué le
dicen los que le rodean, mira a ver in- cluso si
puedes reconocer algún olor; por último ¿qué te
dices a ti mismo? Ahora métete en ese nuevo yo
que has imagi- nado, en plan alien ¿entiendes?

Te ves bien ¿eh? Y te sientes mejor.

Lo de siempre, cuanto más practiques…más


mejorarás. No hay ningún misterio. No tengas la
mínima duda de que, creas o no en la eficacia de
este ejercicio, si comienzas a practicarlo y lo
haces con regularidad, de aquí a unas semanas no
te reconocerá ni tu padre. Habrá personas qué te
dirán ‘oye, ¿a ti qué te pasa?’ levantando una ceja.
Y es que sienta tan bien estar a gusto con uno
mismo… ya era hora de que alguien te lo enseñara.
Utiliza El Cuerpo A Tu
Favor
Hay una película, París, je t’aime, que contiene la
historia sobre un hombre a punto de dejar a su
mujer por otra, más guapa, más joven. Un instante
antes de que suceda, su mujer le anuncia que tiene
cáncer y que es incurable. El hombre decide
entonces hacer que sus últimos meses sean felices
y le oculta las intenciones que tenía. Se dedica a
cuidarla, a disfrutar con ella cada momento, a
darle valor, a quererla, en fin.” Y de tanto
comportarse como un hombre enamorado, al final
se volvió a enamorar…” se escucha la voz en off
del narrador.

¿Por qué te cuento esto? Porque tiene un mensaje


muy potente y muy útil para ti. Cuando queremos
cambiar algo de nosotros buscamos una
transformación interna primero; el cambio externo,
visible, suele venir a continuación. Si tú te crees,
te sientes, te ves en tu mente como alguien más
seguro y confiado, acabarás exudando esa
emoción, y los que te rodean lo percibirán con
total seguridad. Eso es un cambio de dentro hacia
fuera. Pero existe otro modo de alcanzar ese
cambio: provocándolo desde fuera hacia dentro.
Consiste en hacer “como si”. Has leido bien. Haz
como si te supieras la lección y lo poco que digas
en la pizarra sonará convincente. A lo mejor a ti
nunca te ha funcionado pero seguro que conocerás
a alguien a quien sí. Habla como si fuera un
experto…¡y lo parece! ‘Vaya morro’, pensarás.
Pero te cuento esto para que lo utilices a tu favor.

A partir de ahora compórtate como si fueras


alguien seguro. Como si estuvieras en una obra de
teatro. Y te acabará pasando como el de la
película de la que te hablé, de tanto comportarse
como alguien seguro, acabó sintiendo seguridad.

Por último te voy a hablar de las posturas


corporales, pues también te pueden ayudar en ese
cambio de fuera hacia dentro. Y es que algunas de
esas posturas o alguno gestos faciales son
incompatibles con determinadas emociones. Te
pondré un ejemplo para que lo entiendas:
acuérdate de algo triste, no sé, E.T. muriéndose o
algo más actual, que eso es de mi época. Lo que
sea que te haga sentir tristeza, ya sé que no mola
nada pero es para vencer tu incredulidad. Cuando
tengas tu tristómetro a 100 ponte a sonreír. Eso es.
Sonríe más. Sonríe como un memo. No pares.
Ahora dime qué marca tu tristómetro. Ha bajado
¿verdad? Estar triste no es compatible con la
sonrisa, aunque ésta sea apostada, es decir, de
mentira. Hay emociones incompatibles con algunas
posturas corporales. Utiliza esto a tu favor en
relación a la confianza y la seguridad en ti mismo.

¿Cómo? Muy sencillo.


TAREA

Cuando estés en una situación y no consigas


sentirte seguro y no te puedas poner a hacer el
ejercicio del apartado anterior, cerrando los ojos
y visualizan- do, sin que te tachen de tarado,
prueba esto: echa los hombros hacia atrás, muy
hacia atrás, como hacía Forest Gump en el
ejército. Y levanta la barbilla todo lo posible
pero no tanto que parezca que estás intentando
averiguar si va a empe- zar a llover.

No necesito que me digas nada.


Ya sé que funciona.

En fin, a estas alturas del libro es posible que no te


acuerdes muy bien del sujeto aquel que empezó a
leerlo, sobre todo si han pasado varias semanas y
no has dejado de practicar.

Querido Guillermo,

Hablar de esto me cuesta tanto pues siempre ha


sido mi gran lucha. La falta de confianza en mí
siempre ha minado mi vida. Nada me dolía tanto
como ver en ti una limitación que yo también
poseía. Me sentía tan responsable del legado que
te dejaba. Y me parecía injusto que tú tuvieras
que pagar por una falta que era mía. Qué
herencia más ruin para mi hijo, me decía. Por
eso intentaba insuflar en ti la fuerza y la con-
fianza en ti mismo. Tardé en darme cuenta de que
era inútil. Hay cosas que se aprenden
absorbiéndolas. Así que decidí el único camino
posible, trabajar en mí la carencia que detectaba
en ti. Sanándome, tu sanarías. Aprenderías
autoconfianza de mi actitud confiada, no de mis
palabras huecas acerca de lo importante que es
la confianza en uno mismo. Por eso tengo tanto
que agradecerte, me has hecho mejor, más feliz.
Si alguna vez eres padre, tus hijos dejarán al
descubierto tus puntos débiles, trabajarlos es el
mejor legado que les puedes dejar. Céntrate en ti,
sé egoísta un tiempo, sánate, crece, tu fuerza se
derramará entonces sin ningún esfuerzo.

Cómo te quiero mamá


No Permitas Que Otras
Personas Tengan El Poder
De Decidir Por Ti
Da igual cómo haya transcurrido tu vida hasta
ahora. Puede que sientas que nunca has tenido el
control, que siempre has vivido lo que otros te han
dictado, que te has dejado llevar. Nunca es tarde.
Es el momento. Toma las riendas. Recupera tu
poder. El que siempre has tenido.

“yo soy el dueño de mi destino; yo soy el capitán


de mi alma” William Ernest Henley
Capítulo VI
SÁBADO
¿Me Podrías Recomendar
Un Cole Para La Otra
Mente? La Piedra Rosetta O
‘La Clave De Todo’
Cuando empezamos el capítulo anterior te dije que
la autoconfianza era algo que estaba en la base de
todo lo trabajado hasta entonces. Una vez que
aprendes a encarnar a un nuevo yo más seguro y
con confianza, puedes aplicar lo mismo a
cualquier cosa que quieras adquirir, facilidad al
hablar, memoria, lo que sea.

De igual modo este capítulo aborda un aspecto que


justifica el libro en su totalidad, lo impregna. Es
algo que está presente en cada una de sus líneas.
Se trata de nuestra mente subconsciente y de la
capacidad que tenemos para modelarla, o
adiestrarla para utilizarla a nuestro favor. Tenemos
dos mentes, la consciente y la subconsciente. La
primera es la que te permite decidir leer este libro
en este preciso instante; la segunda es la que
mantiene tu corazón latiendo sin que tengas que
hacer ningún esfuerzo en mantener esa actividad, o
la que transforma en ideas los signos impresos en
el papel. Creemos que controlamos nuestra vida
con la mente consciente pero lo cierto es que lo
que somos,cómo actuamos, cómo nos sentimos y
nos percibimos, todo eso está en poder de la mente
subconsciente.

Es tan fuerte que no podemos luchar CONTRA ella


pues la batalla estaría perdida. Así, acabamos
definiéndonos a nosotros mismo como tímidos o
inseguros, cuando en realidad eso no es más que la
información que está grabada en nuestra mente
subconsciente. La buena noticia es que esa
información puede ser modificada. Borrada,
sustituida. Es casi como lo que yo hago ahora en el
ordenador, no me gusta una frase, pues la cambio o
la borro. Escribo otra que se ajusta con la idea que
yo tengo para mi libro. Soñé un libro. Ahora lo
hago realidad. Si te das cuenta eso es lo que has
estado haciendo a lo largo de los capítulos
anteriores. Te has soñado y luego has modificado
lo que pensabas de ti, lo que creías que eras, lo
que sentías en una determinada situación.

Este principio es el que se ha seguido con todas


las tareas que se han propuesto a lo largo de las
páginas que has leído. ¿Por qué no se ha expuesto
esta explicación sobre la mente subconsciente
hasta casi al final del libro? Muy sencillo. Si
hubiera empezado por esto tal vez hubieras
cerrado el libro. Sencillamente te hubiera
parecidotan increíblequenotelohubieras tragado.
Al fin y al cabotú eres un individuo del siglo XXI
y no es tan fácil dártela con queso. Además, si esto
de la mente subconsciente fuera verdad ¿no te lo
habrían explicado tus padres, tus profesores? La
cuestión es que esto no es muy conocido por
muchos adultos. Por eso no se enseña en las
escuelas.
Efectivamente, aunque nadie te lo ha dicho hasta
ahora, has de saber que encima del cuello no
tienes una mente ¡sino dos!
Una es la mente consciente y la otra es la mente
subconsciente.

El colegio o instituto al que vas normalmente sirve


para instruir a la mente consciente. Mira el número
de horas que le dedicas. En cambio, es la otra
mente, la subconsciente, la que te dirige. Si las dos
lucharan siempre ganaría (y de hecho gana) la
mente subconsciente. Como el prefijo sub no me
gusta nada en este caso (me parece un poco
peyorativo) voy a llamarla a partir de ahora Mente
Creativa, tal y como hace Ben Sweetland. Suena
mucho mejor ¿verdad?

Vamos a ver dos formas para que esta mente


Creativa empiece a entrenar y se ponga a trabajar
para ti en lugar de hacerlo en contra de ti.
Lacotorraquehayenmipuntoco
¿Tienes un cronómetro? Venga ya, no me digas que
no. Saca el móvil. Pues cronometra un minuto. Te
voy a proponer un reto imposible de alcanzar. Me
apuesto lo que quieras a que no eres capaz de
permanecer en silencio durante ese minuto.

•••
¿Qué? ¿cómo ha ido? ¿lo has conseguido? ¿has
estado en silencio?¿el minuto entero? Mientes,
bellaco. Te lo demostraré.
En realidad tenemos dos voces.
Una que utilizamos con los demás. Tú la oyes, los
demás la oyen. Se puede grabar.

Otra, que utilizamos sólo con nosotros. Los demás


no la oyen. Tú sí. Constantemente. También se
graba, aunque de un modo muy diferente. Se graba
en tu mente y en cada una de tus células. Recorre
el mismo surco mil veces, un millón, no cesa, no
se agota, no se rinde.
Como pensarás que te he hecho trampa al no
explicarte bien el reto,te propongo que lo repitas.
Así de segura estoy de mi victoria. Asi, pues,
cronometra de nuevo.

•••
No necesito que me digas el resultado. Tu silencio
es sólo aparente. Tu voz interior no puede ser
cesado.

Somos la persona con la que mas conversamos a


lo largo de nuestra vida. Merecería la pena por
tanto dedicarle un poco de tiempo a este aspecto
¿no crees?

A menudo nos hablamos a nosotros mismos de un


modo muy poco alentador. Escucho a diario a
personas decirse a sí mismas ‘soy un desastre’,
‘pero seré imbécil’, ‘qué inútil soy, otra vez he
perdido las llaves’. Y si yo lo oigo decir significa
que en su mente también está ese diálogo interno
pero con mucha más repetición.
En algunas ocasiones a lo largo de estas páginas te
he dicho que cuanto más practiques mejor te
saldrá. Esto es aplicable a todo. Es, en realidad,
un principio de entrenamiento: la repetición es la
base de la mejora. Es de cajón. Pero es así con
todo. Con to—do. Si te repites que eres un inútil…
¿lo adivinas? Acabarás siéndolo. Vigilar este
lenguaje interno y cambiarlo es vital, pues lo que
te repitas que eres,será aquello en lo que te
conviertas. Es hora de hacer confluir muchas de
las cosas que has aprendido anteriormente y que
has practicado por separado. Verás, descalificarte
es un acto que se ha convertido en natural para ti y
te pasa desapercibido.

Tal vez el origen esté en tu infancia, en tu padre, en


un profesor, en un tío abuelo con mala leche. Y a
mí ¿qué? Esa no es la cuestión. Porque tú ya has
aprendido a no echar balones fuera, a no culpar a
los demás, y a tomar responsabilidad sobre tu
propia vida. Así que olvídate de eso. ¿Tu tío
abuelo te llamó inútil mil veces? Bueno, tú lo has
hecho un millón, así que deja de culparle y haz
aquello sobre lo que tienes capacidad de cambio,
de impacto, tú mismo.

Aquí, me voy a salir de algo sobre lo que a lo


mejor has oído hablar: se trata de las
afirmaciones. Se basan en la repetición de lo que
quieres alcanzar, por ejemplo, ‘soy seguro’, si es
que eso es lo que estás tratando de cambiar en el
momento presente. Si eres una persona insegura y
te comienzas a hablar de ese modo,
probablemente, al cabo de unos días estés más que
harto de decirte esas cosas y que no pase nada. A
mí me ha sucedido esto que te cuento; y a más
personas que conozco. No digo que no le sirva a
nadie, digo que a algunos no les resulta útil, pues
las palabras son potentes únicamente cuando están
cargadas de emoción.

Además, pretendo en este apartado que aprendas a


acallar a charlatana (la voz interna que no se calla
nunca), para que tu mente subconsciente tenga
oportunidad de hablar, de dar lo mejor de sí
misma. Con eso es más que suficiente.
No hace falta que llenes tu vocabulario interno de
afirmacio - nes positivas. Es suficiente con que le
pares los pies a tu voz interna cuando te esté
diciendo algo negativo de ti o cuado, simplemente,
te esté dando la brasa en plan ‘ya te lo dije yo, la
de inglés me tiene manía y cuando me encuentre
con ese de 4º curso que me hace la vida imposible
pienso decirle que como se vuelva a meter
conmigo voy a decírselo al jefe de estudios o
mejor voy a romperle las piernas y a mi madre no
se qué le pasa pero esta insorpotable y cada día
mas se podia fijar en mi hermana que hace las
cosas mucho mejor que yo y asi estaría mas
contenta…’. Argggggg, es agotador.

Bueno, pues cuando tu mente esté así, te


recomiendo algo infalible, en serio. Repite una
palabra o dos, como un mantra, las que sean, yo
que sé, piruleta azul, chicle de bola (¿se nota que
me gustan las chuches?). Pero todo el rato,
piruletaazulpiruletaazulpiruletaazulpiruletaazulpirule
azulpiruletaazulpiruletaazulpiruletaazulpiruletaazul,
asi. La primera semana cuesta, luego sale solo. Te
sorprenderá la cantidad de energía que vas a
acumular haciendo eso. Y por fin, tu mente
subconsciente, tu mente creativa podrá empezar a
trabajar a tu favor.

“La persona más influenciable con la que


hablarás todo el día eres tú.
Ten cuidado entonces acerca de lo que dices a ti
mismo”.

Zig Ziglar
Vamos Al Cine Todos Los
Días
Las imágenes constituyen uno de los elementos a
los que es muy receptiva la mente creativa. Por
eso es una herramienta en la que vamos a
profundizar a continuación, y eso que ya la has
aplicado a lo largo de la lectura de este libro.

No voy a justificar la eficacia de las imágenes


mentales pues se han escrito un gran número de
libros sobre esto. Yo sólo te voy a explicar cómo
sacarle partido. No necesitas saber por qué
funciona, ni cuáles son los fundamentos
biólogicos, para aplicarlo y que te funcione.

No obstante, daré algunos ejemplos. Con toda


seguridad Rafa Nadal se imagina así mismo
ganando. Y con toda seguridad lo hace antes de
cada uno de los partidos que juega. En deporte es
muy fácil de imaginar ¿verdad? Hay jugadores de
baloncesto que entrenando el tiro libre sólo en su
mente consiguen mejorar su efectividad en esa
destreza. Los esquiadores de descenso o gigante
también lo hacen, los corredores, en fin,
cualquiera. Aunque hay otros muchos campos en
los que esto también se aplica y con resultados
fabulosos (empresa, crecimiento personal), no voy
a extenderme. Si has entendido lo de los tiros
libres es suficiente.

Incluso puedes hacer esto de prueba: TAREA

Seguro que hay alguna situación que te supone


mucho estrés; un examen de correr (el famoso
test de Cooper de EF), una presentación oral en
inglés, un examen de algo, un partido de futbol
contra el primer clasificado…lo que sea.

Te voy a pedir que te imagines que es - tás


atravesando esa situación. Para ello cierra los
ojos y trata de revivirla en tu imaginación. Hazlo
con todo detalle y a todo color.
Si realmente te has metido en el papel ahora
podrás observar cambios en tu estado no solo
mental sino también corporal.

A lo mejor te sudan las manos, o tienes el


corazón acelerado, o respiras con difi- cultad…
eso es así porque la mente subconsciente
simplemente no distingue entre lo que es real y lo
que es imaginado. Y tu organismo genera una
respuesta fisiológica acorde a la situación que
está ‘viviendo’, aunque sea de ma- nera
imaginaria.

A lo mejor no has conseguido completar el


ejercicio anterior porque es un poco costoso. Te
propongo otro mucho más sencillo: ¿sabes lo que
sucedería si te metieras una rodaja de limón en la
boca? Empezarías a salivar. Bien, imagínatelo. Ya
estás salivando ¿a que sí? Tu mente Creativa no
distingue entre una situación imaginaria y una que
es real. Y hace que tu cuerpo reaccione
exactamente igual en ambos casos. Alucinante
¿verdad?
Como siempre, vamos a ver cómo utilizamos esto
a tu favor.
TAREA
Imagínate cómo te gustaría vivir en un futuro.
Haz el guión de tu propia vida en un plazo
determinado de años.

Ahora haz que ese futuro sea el mejor que puedas


imaginar. Celébralo. Rodéate de las personas con
las que quieres estar.

Has conseguido lo que deseabas. ¿cómo te ves?


¿Cómo te sientes?
Recrea todo lo que puedas esa escena y añádele
color y sonidos y hasta olores.

Si la escena tiene lugar fuera de ti, enfrente,


como en una pantalla), da un paso y métete
dentro de ese nuevo yo que está en la pantalla.

Para ello lo vamos a aplicar en dos sentidos: hacia


delante y hacia atrás. Mejor dicho, hacia el futuro
y hacia el pasado.
TAREA

Recuerda una situación en el pasado en la que te


sentiste muy bien, hiciste algo tan bien que hasta
tú mismo te sorprendiste del resultado, te
felicitaron y tuviste la sensación de ser capaz
casi de cualquier cosa. Estabas como flotando.

Revívela. Una y otra vez.


Te sientes bien ¿verdad?

Cuando tengas que afrontar una situa - ción que


te parezca complicada o cuando estés agobiado
por algo o cuando quieras rendir más.

Practica esto y tendrás a tu mente Creativa


trabajando a tu favor 24 horas al día, 7 días a la
semana.
“Si puedes soñarlo, puedes hacerlo”.
Walt Disney Querido Guillermo,

Ahora ya entenderás mi insistencia, antes de que


conciliaras el sueño, en hacerte repetir frases
buenas sobre ti. Es en ese momento, previo al
sueño, en el que el subconsciente está más dócil y
receptivo a los mensajes. Así, noche tras noche,
yo te decía soy bueno y tú habías de repetir: soy
bueno; soy guapo, soy listo, soy decidido…y tú
repetías después de cada frase. Recuerdo que lo
vi en una película impactante, De criadas y se-
ñoras, y desde ese día decidí que mis hijos
estarían expuestos a ese estímulo tan sutil pero
tan efectivo.

Y cómo me conmoviste cuando, siendo tú más


consciente de todo, me hacías repetir a mí
también la letanía, soy guapa, soy lista, soy
fuerte… soy importante. Algún día, tal vez, lo
repitas con tus hijos, en una cadena que ya no
tenga fin.

Como te he dicho tantas y tantas veces mientras


tú dormías… gracias por estar en mi vida.
mamá
Are You Happy?
Pregúntate si eres feliz…¿lo eres?
Si la respuesta es sí, sigue haciendo lo mismo que
has hecho hasta ahora.
Si la respuesta es no, hazte esta pregunta (aunque
te parezca tonta):
¿quieres serlo?
Si la respuesta es no, sigue haciendo lo mismo que
has hecho hasta ahora.
Si la respuesta es ¡sí, quiero ser feliz! Entonces…
Entonces tendrás que cambiar algo ¿no crees?
Te lo resumo en esta gran cita:
“Locura es hacer lo mismo una vez tras otra y
esperar resultados diferentes”. Albert Einstein
Capítulo VII
DOMINGO
Tengo Un Plan Para Ti
Sé que este capítulo es muy breve. Tal vez te
decepcione. Pero su brevedad es intencionada. No
necesitas más. Incluso podría estar demás. Pues
todo lo que necesitabas ya lo has aprendido.
Confiar en ti debería ser suficiente. No obstante sé
que muchos agradeceréis un pequeño guión, un
último empujón,una puesta en marcha. Un último
ánimo.

Has recorrido un largo camino para llegar hasta


aquí. Te has hecho poderoso. Has reflexionado
sobre quién eres, sobre lo que quieres alcanzar,
has soñado, has explorado en tus limitaciones,
mirándolas de frente, has aprendido a utilizar tu
mente Creativa para favorecerte. Eres valiente.
Eres un explorador.
Pero ahora quiero que apliques todo esto a un
objetivo concreto. Digamos que has aprendido a
pasar ,a botar, a defender, a tirar, a contraatacar.
Pues ya sólo falta salir a jugar. Tu partido. El que
nunca acaba. El que te tiene como protagonista. Tu
propia vida.

Para ello voy a proponerte algo, elige un objetivo,


una meta, un sueño. Vas a ponerte a trabajar.

En primer lugar escríbelo. Descríbelo. Empléate a


fondo. Y ponle fecha. Ha de ser un objetivo que
sea lo suficientemente grande como para que sea
motivante, que te haga levantarte de la cama por
las mañanas sin ninguna pereza.

Aplica todo lo aprendido hasta ahora. Pregúntate


para qué lo quieres alcanzar, qué te va a aportar,
por qué es tan importante para ti, por qué ese y no
otro. Reflexiona sobre el precio a pagar por
conseguirlo.

“El costo de una cosa es la cantidad de aquello


que yo llamo vida, necesaria para adquirirla, ya
sea a corto o a largo plazo”.

Henry David Thoreau

A continuación divídelo en pasos intermedios. Por


ejemplo, si tu objetivo es a un año, escribe dónde
debes estar tres, seis y nueve meses antes de haber
alcanzado tu objetivo.

Para hacer comestible tu plan, ahora divide cada


una de las fases anteriores en tantos pasos como
quieras, cuantos más mejor. Tal vez te intimide la
idea de subir una gran montaña, pero estoy segura
de que puedes dar diez pasos. Me gusta la frase:
yo no corrí 42 kilometros, corrí 1 kilómetro 42
veces. Así, pareciera que cualquiera podría ser
capaz de correr una maratón. Y es que así es.

Dedica todos los días 1 minuto antes de dormmirte


a imaginarte ya con el objetivo conseguido,
celebrándolo. Ya sabes, es tu sesión diaria de cine;
y tú eliges la peli.
Haz un plan para esta próxima semana, en la que
establezcas acciones que vas a llevar a cabo para
acercarte a tu objetivo.

“El artista sabe lo que hace, pero para que


merezca la pena debe saltar esa barrera y hacer
lo que no sabe”.

Eduardo Chillida

Por último, toma acción. Hoy. Ya. No dejes pasar


ni un solo día sin realizar al menos una acción que
te haga sentir que caminas hacia tu sueño. Tal vez
no te sientas preparado. No importa. Haz algo.
Aunque sea mal. Aunque sea un error. No imaginas
lo crucial de este paso. Te imagino rebatiéndome.
Es mejor prepararse bien y luego empezar.
Estudiar, analizar y luego ponerse en marcha.

¡NO! Aunque te parezca absurdo, lo importante es


ponerse en marcha. Lo primero. Tu forma de
pensar es la consecuencia de la forma de enseñar y
aprender en la escuela. Ahí el error está muy mal
visto. Te lo marcan en rojo y te quitan puntos. Pero
en la vida de verdad el bolígrafo rojo no existe.
Sólo están los que caminan y los que no. Y los que
caminan, aunque sea despacio y a trompicones,
siempre llegan. Has soñado leyendo este libro, tus
mejores sueños, has deseado alcanzar ese sueño,
estoy segura. No dejes que todo se quede en eso.
El deseo, aunque sea intenso, no es suficiente. No
detengas el proceso. Empieza ya.

No quieras saberlo todo.


“Una experiencia nunca es un fracaso, pues
siempre viene a demostrar algo”.
Thomas Edison
Y la semana próxima, planifica la semana próxima.
Poco a poco. Un paso cada vez.

Revisa cada cierto tiempo tu objetivo, comprueba


si ha cambiado (esto es más frecuente de lo que
maginas y no pasa nada si lo hace). Revisa
también tus objetivos intermedios ¿a qué distancia
estás de ellos?
En realidad aquí lo que importa es que cada uno
de tus días, cada uno de tus pasos, tenga sentido.
Que no haya un solo día sin sentido. Si caminas en
la dirección adecuada, tarde o temprano llegarás a
tu destino final.

¿Y si fracasas? No existe el fracaso. Puedes


reinterpretar el concepto de error, si lo deseas.
Cuando no va como te gustaría, cuando el
resultado no es el esperado, se trata de una
experiencia de la que aprender. Pregúntate qué has
de hacer diferente la próxima vez para conseguir
lo que te habías propuesto. Y, a veces, el mayor de
los fracasos es el mayor de los maestros.

“El fracaso es, a veces más fructífero que el


éxito”.
Henry Ford

Y ¿qué pasará cuando las cosas se pongan feas?


¿cuál es el significado de los obstáculos? ¿tal vez
que no tienes que perse- guir metas tan altas? ¿que
es mejor poner los pies en el suelo? ¿o que ha
llegado el momento de ser realista?

Cada obstáculo puede ser visto como un motivo


para abandonar o como una oportunidad de
aprender, de sacar lo mejor de ti. Si juegas en
algún equipo del deporte que sea o practicas algún
deporte entenderás esto enseguida. ¿Con quién te
gustaría batirte? ¿con un adversario mucho peor
que tú? ¿o con un contrincante a tu altura? ¿cuál de
los dos sacará tu mejor juego, lo mejor de ti?

“Son las circunstancias excepcionalmente


adversas o difíciles las que otorgan al hombre la
oportunidad de crecer espiritualmente más allá

de sí mismo”.
Viktor Frankl

Y si realmente estás en el camino que deseas,


levantarte y continuar, dedicarte a lo que te
apasiona no será ningún problema. Muchos te
hablarán de esfuerzo pero es todo mentira. Al
menos en parte. Sí tendrás que continuar,
perseverar, caerte y levantarte, dedicar mucho
tiempo y muchas energías a tu meta.

Eso sí. ¿Esfuerzo? Me parece que últimamente se


está usando mucho este término, sobre todo para
hablar mal de vosotros, los jóvenes, que no sabéis
esforzaros. Pues yo os voy a decir algo que tal vez
levante ampollas: os animo a que dejéis de
esforzaros y comencéis a apasionaros. Si os
dedicáis a vuestra pasión haréis todo lo que
tengáis que hacer sin que eso suponga un esfuerzo.
Estoy segura de que sabéis a qué me refiero.

Dedícate a aquello que puedes estar horas y horas


haciendo sin que te des ni cuenta. Eso es el éxito.
“La felicidad es cuando lo que piensas, lo que
dices y lo que haces están en armonía”.
Gandhi

Respecto al tiempo que te va a llevar alcanzar lo


que deseas, recuerda lo que hablamos del efecto
lupa, cuanto más te concentres en algo más
rápidamente te llegará el resultado. Pero si
disfrutas del camino, de cada paso, del paisaje,
entonces la velocidad no tiene tanta relevancia.

“¿Qué es más importante la dirección o la


velocidad?
— La dirección. Pero ¿cuánto tiempo tardaré en
llegar?
— El necesario. Ni un segundo más , ni un
segundo menos…”.

Raimon Samsó

Por último, celebra de vez en cuando los logros


alcanzados, grandes o pequeños, no cometas el
error de ser el eterno insatisfecho. Celebra y
agradece con los que tienes alrededor. Porque
¿sabes? Eso es la vida y toda su gloria. Te deseo
que bebas todas sus mieles.

Querido Guillermo,

Ojalá este libro compense todas las fallas en que


he incurrido como madre. Me tranquiliza la
convicción de que he dado mi 100%. En ningún
trabajo me he esforzado tanto como en el de ser
madre. Ninguna tarea me ha sido un desafío
comparable. Me obligo ahora a decirme lo que
tantas veces he repetido a mis alumnos: if I’m
doing my best…there’s nothing else I can do!!!

Estoy segura de que, con lo vivido y aprendido,


unido a este libro, y sumado a tu propia guía
interior, podrás alcanzar cualquier sueño que te
propongas. No obstante, la consecución de
ningún sueño te colmará lo suficiente si no
encuentras el amor. Te deseo de corazón que
vivas a fondo todas tus aventuras amando y
siendo amado, pues no hay vacío mayor que el de
ese sueño incumplido.

Con amor y confianza mamá


EPÍLOGO
Es cierto que este libro parece un poco propulsor
del egoísmo. Está centrado en lo que tú quieres y
deseas pero ¿y los demás? ¿y tus padres? ¿acaso
no son importantes sus opiniones, sus
sentimientos?

Creo que he explicado con suficiente claridad que


si no eres feliz no podrás derramar felicidad sobre
los demás. Por eso es tan importante que cada
in¡dividuo descubra cuál es su verdadero camino y
lo recorra. Bajo esta perspectiva la vida nunca
será un fracaso. Y esto, querido lector, no todos
los demás lo van a entender.

“No sé cual es la clave del éxito, pero la clave


del fracaso es intentar agradar a todo el
mundo”.

Bill Cosby
No obstante, me gustaría añadir algo antes de
despedirnos. Pregúntate cómo se beneficia el
mundo por el hecho de que tú estés caminando
hacia tu sueño. Pregúntate qué es lo que aportarás
al mundo cuando lo consigas y lo que estás
aportando con cada paso que das. Pregúntate
también cómo iluminas las vidas de los que te
rodean con tu camino recién elegido. Si no eres
una luz para los demás replantéate tu meta. Pues
siempre que una meta es verdadera, sirve de
inspiración para los demás. Nunca dejes de
preguntarte cómo se benefician los demás de tu
sueño y siempre te mantendrás en el sendero
dorado.

Como le dijo Deepak Chopra a sus hijos:

No quiero que os centréis en sacar las mejores


notas ni en ir a las mejores universidades. Lo que
quiero de verdad es que os centréis en
preguntaros a vosotros mismos cómo podéis
servir a la humanidad, y en preguntaros a
vosotros mismos cuáles son vuestros talentos
singulares. Porque tenéis un talento singular que
no tiene nadie más, y tenéis una manera especial
de expresar ese talento y nadie más la tiene.

Imposible expresarlo mejor.

Déjame que te diga una última cosa. Si de verdad


creyeras que lo vas a conseguir soltarías este libro
y correrías de alegría. Si no lo haces es porque
aún no te crees capaz. Repite los ejercicios de
autoconfianza y tus pelis mentales hasta que te
veas con el objetivo conseguido. Porque una vez
que sabes que lo conseguirás nada podrá
impedírtelo. Así son las cosas.

Hace poco alguien me decía que alcanzar un sueño


no es imposible pero es difícil. Si eres de los que
piensa así ya puedes quemar este libro. No te
servirá de nada. Este libro, a estas alturas, no es
para el que cree que puede, es para el que sabe
que lo va a lograr.

Ha sido un placer acompañarte.


Si quieres compartir tu opinión sobre el libro o tus
experiencias para que puedan ayudar a otros
puedes escribirme en www.martaalba.com

Y la alegría lo llenó de la cabeza a los pies,


alegría de vivir y ale- gría de ser él mismo.
Porque ahora sabía otra vez quién era y de dónde
era. Había nacido de nuevo. Y lo mejor era que
quería ser precisamente quien era. Si hubiera
tenido que elegir una posibilidad entre todas, no
hubiera elegido ninguna otra. Porque ahora
sabía: en el mundo hay miles y miles de formas
de alegría, pero en el fondo todas son una sola:
la alegría de poder amar. Eran aspectos de una
misma cosa.

Michael Ende

También podría gustarte