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CONTENIDO:
1 INTRODUCCIÓN
2 LA CONSTITUCIÓN COMO FUENTE DEL CONSTITUCIONALISMO
3 SISTEMAS CONSTITUCIONALES
3.1 El constitucionalismo liberal
3.2 El constitucionalismo social
3.3 El constitucionalismo socialista
3.4 El constitucionalismo plurinacional
4 EL CONSTITUCIONALISMO: ORGANIZACIÓN POLÍTICA
5 EL CONSTITUCIONALISMO: FILOSOFÍA POLÍTICA
6 EL CONSTITUCIONALISMO: IDEOLOGÍA
1 INTRODUCCIÓN
Desde siempre el tema "constitucional", ha sido y será tema de "actualidad", ya sea por su constante
cambio o por la juventud de la materia que aún no encuentra un estacionamiento como el derecho
mismo. De lo dicho hasta aquí debemos inferir que estamos hablando de dos cosas diferentes el
"constitucionalismo" y el "derecho" que en nuestro criterio cada cual hace lo suyo, así por ejemplo el
derecho como producto cultural se encarga de regular las relaciones jurídicas humanas con la finalidad
de alcanzar la paz social, y por otra parte el constitucionalismo como producto cultural se encarga de
regular las relaciones políticas humanas tendientes a alcanzar una organización social acorde con el
momento histórico que atraviesa cada sociedad. De allí que definimos al constitucionalismo como la
corriente de pensamiento que varía de acuerdo al espacio y el tiempo y a las características
especificas de cada sociedad, el que tiene como objeto el estudio el derecho constitucional, mismo que
se encarga de estudiar a la Constitución como una norma política que regula los destinos de las
sociedades donde entra en vigencia. Nos referimos con meridiana claridad al "Estado constitucional de
derecho", como un nuevo modelo de Estado.
Según la concepción actual la Constitución es la norma por la cual se organiza el Estado de manera
democrática y no autoritaria. Coinciden los tratadistas en la existencia de una pluralidad de concepto
que la palabra (Constitución) tiene en la doctrina.
Para Aristóteles, "la constitución es a la que debe atenderse para resolver sobre la identidad del
Estado"[2].
El ingles Albert Venn Dicey, sostiene que la Constitución comprende todas las reglas que interesan,
directa o indirectamente, el ejercicio del poder soberano del Estado[3].
Pellegrino Rossi, nos dice que "la Constitución es la ley de los países que han salido del Reino del pr
ivilegio, que han llegado a la organización de un pueblo que goza de sus libertades".
Según Black, una Constitución "es la Ley orgánica y fundamental de una nación o Estado, la cual
puede ser escrita o no escrita, estableciendo el carácter y la concepción de su gobierno, sentando los
principios básicos a los cuales su vida interna ha de conformarse, organizando el gobierno y
regulando, distribuyendo y limitando las funciones de sus diferentes departamentos, y prescribiendo la
extensión y manera de Ejercicio, y prescribiendo la extensión y manera de Ejercicio de los poderes
soberanos".
Víctor García Toma, dice: "Se define a la constitución como el instrumento político—jurídico que
contiene un conjunto de valores, principios, normas prácticas básicas destinadas a legitimar, modelar,
organizar, regular e impulsar un tipo de sociedad política. Por ende, expone un proyecto de vida
común, un estatuto de poder, una póliza de salvaguarda de los derechos fundamentales de la persona,
un orden supremo constituyente del sistema jurídico y una autorepresentación cultural del pueblo de un
Estado”[4].
3 SISTEMAS CONSTITUCIONALES
El movimiento constitucionalista distingue una corriente de pensamiento y de acción, tanto política
como filosófica, en torno a los principios fundacionales de un nuevo Estado, que son desarrollados al
interior de las constituciones y que en el plano del Derecho Comparado han permitido diferenciarlos
como sistemas constitucionales. En la actualidad existen tres sistemas principales: a) El
constitucionalismo liberal; b) El constitucionalismo social; y c) El constitucionalismo plurinacional.
En el caso boliviano este constitucionalismo se da inicio con el texto constitucional de 1825, que fue
enviado por Bolívar acompañado de un discurso que decía "¡Legisladores! Al ofreceros el Proyecto de
Constitución para Bolivia, me siento sobrecogido de confusión y timidez, porque estoy persuadido de
mi incapacidad para hacer leyes. Cuando yo considero que la sabiduría de todos los siglos no es
suficiente para componer una ley fundamental que sea perfecta, y que el más esclarecido Legislador
es la causa inmediata de la infelicidad humana, y la burla, por decirlo así, de su ministerio divino ¿qué
deberé deciros del soldado que, nacido entre esclavos y sepultado en los desiertos de su patria, no ha
visto más que cautivos con cadenas, y compañeros con armas para romperlas? ¡Yo Legislador...!
Vuestro engaño y mi compromiso se disputan la preferencia: no sé quién padezca más en este horrible
conflicto; si vosotros por los males que debéis temer de las leyes que me habéis pedido, o yo del
oprobio a que me condenáis por vuestra confianza".
El constitucionalismo social, entiende por consiguiente que tienen igual prevalencia o prioridad tanto
los principios de organización y limitación como el principio de justificación, en función de la sociedad
en su conjunto. Se caracteriza, por agregar a los derechos ciudadanos, los denominados derechos
sociales que limitaban los derechos individuales (propiedad, ganancia, utilidad, etc.), en función de las
necesidades de la convivencia social. Según esta concepción, el Estado debe cumplir una función de
promoción en beneficio de los grupos más débiles (ancianos, mujeres, niños, indígenas, etc.) y
marginales (analfabetos, menesterosos, farmaco- dependientes, etc.). En concordancia con estos
principios, se promulgaron la Constitución mexicana de Querétaro de 1917, la Constitución de Weimar
de 1919, la Constitución española de 1931 y la Constitución boliviana de 1938.
En Bolivia este constitucionalismo entra en vigencia desde el 11 de enero de 1931 fecha en que se
lleva a cabo el primer referéndum, convocado por una junta Militar de Gobierno, que dio como
resultado la modificación del texto constitucional de 1878. Es meritorio hacer notar que las decisiones
tomadas por el pueblo en ese referéndum fueron acatadas de muy buena forma por la Junta Militar de
Gobierno, encabezada por el General Carlos Blanco Galindo. De 11 propuestas planteadas nueve fue-
ron aprobadas por el pueblo e insertadas en el texto constitucional, el Recurso de Habeas Corpus, se
creó un Consejo de Economía Nacional y el Régimen Económico y Financiero, se incorporo causas y
efectos del estado de sitio, se incorporo las dietas para los senadores y diputados, se estableció un
periodo constitucional de cuatro años, se creó la Contralor- ía General, se inserto la descentralización
administrativa, se concedió la autonomía universitaria, y la Corte Suprema asume una división en dos
salas (civil y penal)[5].
Desde 1917, ya se podía apreciar un horizonte pluralista, que es la génesis del constitucionalismo
plurinacional. Que encuentra sus motivos en los momentos mismos de la independencia de cada
Estado, en el caso boliviano esto se puede apreciar con suma claridad en el acto ejecutivo del 29 de
agosto de 1825[6] en que se pone en vigencia cuatro decretos, aparentemente a favor de los indígenas
y que fueran "Dictados" por el "Libertador Presidente de la República de Colombia Libertador de la del
Perú, y encargado del supremo mando de ella, &, &, &." Simón Bolívar, en el Cuzco el 4 de julio del
mismo año y en Trujillo el 8 de abril de 1824. Entre los cuales encontramos el que elimina la autoridad
indígena que en esa época se la conocía como cacicazgo, institución que se había consolidado y
mantenido durante la colonia, asimismo encontramos otro que establece una desigual distribución de
tierras entre los españoles americanos y los indígenas.
La consolidación de este constitucionalismo se puede decir tempranamente que está conformado por
dos procesos constituyentes, Bolivia (2006—2009) y Ecuador (2008), y que tienen sus más recientes
fundamentos en la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de
17 de septiembre de 2007 (en Bolivia se ha convertido en la Ley N° 3760 del 7 de noviembre de 2007).
Estos textos constitucionales, plantean la refundación de su Estado, reivindicando el reconocimiento
explícito de las raíces milenarias de los pueblos ignorados en la fundación republicana, e intentar dar
fin al colonialismo.
Consiste en el ordenamiento jurídico de una sociedad política, mediante una Constitución escrita, cuya
supremacía significa la subordinación a sus disposiciones de todos los actos, emanados de los
poderes constituidos que forman el gobierno ordinario.
El constitucionalismo sintetiza la dimensión de las luchas históricas y los proyectos de nación libre y
soberana de un pueblo.
Enrique Quiroz Acosta, nos recuerda que: "Cuando se olvida que la sociedad es el origen y el destino
de la ley y se prefiere el formalismo al fondo de la justicia; cuando se privilegia el procedimiento con el
desprecio de la verdad intrínseca de la causa; cuando se interpreta la letra de la ley y se vicia su espíri-
tu; cuando se elude el mandato de la norma, imponiendo el soborno al recto dic tado de los
ordenamientos jurídicos, la ley pierde eficacia, autoridad y debilita su función rectora de la vida social".
Con ello, la inobservancia social de la norma invalida a la ley, al hacerla inoperante, pero también, la
aplicación arbitraria, intermitente o inequitativa de ésta, destruye su credibilidad.
Consecuentemente, el afán por la justicia debe infundir en el Derecho una función prospectiva, pues si
la ley no mantiene vigencia, anticipándose o acompasando la evolución de la sociedad; si no se
adelanta, proyectándose hacia el futuro y catalizando acciones, entonces se petrifica, se convierte en
obstáculo que ahoga las iniciativas, contradice a la realidad y limita el horizonte de progreso; en tanto,
la seguridad jurídica ha de conferirle certidumbre, permanencia y estabilidad, fijando límites al poder
del Estado, mediante el control de su ejercicio y definiéndose el alcance de los derechos, sus medios
de protección y de defensa.
El conocimiento del Derecho Constitucional, es importante para la vida cívica y sin duda
fundamentalmente para conocer la institución política de la sociedad. Todo profesional dedicado a la
vida pública, desde sus diversos ángulos, requiere, en mayor o menor medida, del conocimiento del
Derecho Constitucional.
El Estado de Derecho es un sistema; por tanto, es integral, de ahí que resulte obvio que en cuanto a
los abogados, sin excepción alguna requieren conocer, por lo menos, un mínimo indispensable del
Derecho Constitucional.
5 EL CONSTITUCIONALISMO: FILOSOFÍA POLÍTICA
El pensador norteamericano, Federico Grimke, autor de: "Naturaleza y tendencia de las instituciones
libres", menciona cuatro causas por las cuales no se pudo avanzar en el desarrollo teórico de la
"ciencia del gobierno" desde el siglo XVII al siglo XIX, a pesar de los grandes cambios económicos y
sociales que acontecieron y del que fueron testigos reputados filósofos de la política. Estas razones
fueron:
a. "No hay rama del conocimiento humano que más en alto grado exija la aplicación de la verdad
absoluta a los hechos particulares; ninguna que ofrezca igual diversidad de hechos, ni mayor dificultad
para reducidos a reglas generales"[7].
b. "La segunda razón que yo asignaría, es que el gobierno es la ciencia, no solamente de lo que es,
sino de lo que debe ser, y en adición a estas dos cosas, también de lo que debe hacerse que sea.
Reúne, pues, ella en sí misma las dificultades de todas las ciencias, y conduce a investigaciones más
complicadas que cualquiera de ellas singularmente".
c. "Otro embarazo para el adelanto de la ciencia ha nacido de la extrema negligencia que, tanto los
escritores como los hombres de Estado, han demostrado constantemente en decir todo lo que saben y
creen. Se supone que hoy muchos secretos en el gobierno que no pueden ser divulgados a la gene -
ralidad de los hombres".
d. "La última causa del retardo del progreso de la ciencia, que debo mencionar, es que, en muchos
casos, los espíritus que son particularmente aptos para entender la esfera de sus conocimientos, se
retiran de la disquisición especulativa para lanzarse en el campo de la vida activa ".
El agudo pensador resentía de la falta de una sociología política que sistematizara el conocimiento de
la sociedad en donde se desarrollan los gobiernos por el estudiado; por ello sostenía que: "los
escritores de filosofía política se han ocupado, por la mayor parte, más en estudiar lo que se llama el
mecanismo de gobierno, que en desenvolver la estructura de la sociedad" "... puesto que no siguiendo
el último procedimiento, ni podemos descifrar completamente las instituciones existentes, ni ver
claramente el camino para ligar los principios generales que pueden deducirse de ellas".
Siguiendo esta línea de pensamiento, de la importancia de conocer la realidad social como base de
todo gobierno sostiene que "todos los gobiernos dependen en gran manera de las costumbres, hábitos
y disposiciones de los pueblos entre quienes existen".
Esta conexión es más estrecha y notable en donde las instituciones son democráticas. Sin embargo,
establece una distinción importante en la influencia que la costumbre de un pueblo puede ejercer en su
gobierno.
"Pero esta dependencia es de carácter totalmente diferente en diferentes países. En algunos, las
costumbres ejercen una positiva influencia, mientras que en otros su influencia es puramente
negativa".
"Algunas veces la influencia positiva se ejerce sobre una parte del gobierno, y un departamento sufre
un cambio total mientras los otros permanecen intactos. En otros casos, no se hace una gran
alteración: la teoría del gobierno continúa como antes: pero tal es la presión y fuerza de aquel invisible
agente que llamamos opinión pública, que la conducta y proceder de todos los hombres públicos, el
tono y temperamento de la administración pública se mejora materialmente".
Según el autor solo un pueblo con un "alto grado de inteligencia popular" crea instituciones
democráticas y libres mientras que pueblos de ignorantes y apáticos solo genera instituciones
despóticas, porque no existe un control organizado sobre el gobierno; con un pueblo así no puede
haberlo.
6 EL CONSTITUCIONALISMO: IDEOLOGÍA
La concepción ideológica predominante en el siglo XIX, fue la francesa.
El art. 16° de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789—1791) estableció
que "La sociedad en la cual no está asegurada la garantía de los derechos, ni determinada la
separación de poderes, carece de Constitución".
Esta necesidad de garantías del individuo frente al accionar del Estado buscaba asegurar el conjunto
de derechos y libertades de la naciente burguesía frente al derrocado poder aristocrático y sus
privilegios que provenía de nacimiento. Los privilegios aristocráticos fueron reemplazados por los
privilegios de los burgueses que acumularon capital y que no provenían de noble cuna.
Otro de los ejes ideológicos del constitucionalismo primigenio, fue el de la idea de la soberanía popular.
Convencer que el pueblo es el verdadero detentador del poder y que solo ello puede ejercer
soberanamente. Esta concepción perdura hasta nuestros días.
La segunda mitad del siglo XX, denota una marcada tendencia a la creación de una Constitución
centrada en la consideración del individuo, en cuya cima se sitúa la dignidad del hombre y, derivada de
ella, se introduce un catálogo extenso de derechos fundamentales como derechos subjetivos,
vinculantes para todos los poderes públicos e inmediatamente aplicables.
[1] Juan Ramos Mamani, "Derecho Constitucional Contemporáneo" tomo I — Teoría Constitucional,
Editorial Bolivia dos mil; Pág. 191.
[2] Aristóteles, "La política", Edición digital, Libro III, Cap I. Pág. 30.
[3] A.V. Dicey, "introducción al estudio ele La ley v de la Constitución", París—Francia, 1902.
[4] García Toma Víctor; "Teoría del Estado y Derecho Constitucional", Editorial ADR US — 2010; Pág
440.
[5] Quiroz Quispe Jorge; "Constitución Política de Solivia y sus reformas" — comentada; editorial
Junior; La Paz - Bolivia; Pág. '235 y 238.
[6] "Colección Oficial de Leyes, Decretos, Ordenes, & de la República de Bolivia años 1825 — 1826";
La Paz — Bolivia; Imprenta Artística — Socabaya N° 20; pág. 29 — 35; edición digitalizada por google.
[7] Grimke Federico, "Naturaleza y tendencia de las instituciones libres". Librería de Rosa y Bouret
París. 1870. 1 tomos. Traductor: Florentino González.