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PARROQUIA DE SANTO TOMÁS XOCHIMILCO, OAXACA

HORA SANTA
1er DOMINGO DE ADVIENTO JESÚS EL ENVIADO DEL PADRE
1.- EXPOSICION
2.-CANTO
OFRECIMIENTO

LECTOR 1 . Iniciamos esta Hora Santa en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos. Amén
Lector. Creemos, señor, que Tu eres el camino único que conduce al Padre. Pero son muchos los hombres,
hermanos nuestros, que andan perdidos sin saber que han sido creados por Dios y para Dios. Ignoran que Tú los
has rescatado con el precio de tu Sangre. No atinan a dar sentido a su vida, y no aspiran a ocupar el lugar que Tú
les tienes preparado en tu gloria. Por nosotros, los creyentes, y por los que no te conocen, venimos a rogarte,
Señor.
Todos. Te agradecemos el regalo de la vida y el tesoro de la Fe; la alegría y la esperanza que arraigas en nuestros
corazones; el don del Amor y la ilusión que nos das de ayudarte en la salvación de nuestros hermanos.
Lector. Venimos a adorarte, Jesús, porque eres el Hijo de Dios, Uno con el Padre y el Espíritu Santo. Vives desde
siempre y para siempre. Posees la plenitud de la gracia y eres la Sabiduría y la Verdad. Junto con el Padre creaste
todas las cosas y te ha sido dado todo el poder en el cielo y en la tierra. Eres digno de adoración, gloria y alabanza
por siempre.
Todos. Por eso te agradecemos que te hayas hecho hombre; que estés formado de nuestro mismo barro; que
conozcas nuestras angustias, depresiones y miedos; que hayas saboreado nuestras mismas alegrías, ilusiones y
éxitos.
Lector. Maestro, háblanos al corazón, porque tu palabra nos alienta y nos perdona, ilumina nuestra vida y nos
hace sabios con la sabiduría de Dios.
Todos. Te queremos escuchar hoy con la atención de María de Betania; con la fe de los doce Apóstoles, con el
amor de María tu Madre, que atesoraba en su corazón tus gestos y tus palabras, para meditarlos y hacerlos vida,
Ayúdanos a mantenernos vigilantes y atentos como Ella en esta hora de adoración. Amen
CANTO

JESÚS, EL ENVIADO DEL PADRE

LECTOR 2
Del Evangelio según San Lucas. 4, 14-21.
Jesús vino a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga el día de sábado, le entregaron el volumen del
profeta Isaías, y halló el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido
para anunciar a los pobres la Buena Noticia. Me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los
ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor”. Enrolló el volumen, y comenzó
a decirles: “Hoy se ha cumplido esta Escritura que acaban de oír”. - Palabra del Señor.
MOMENTO DE SILENCIO
REFLEXION
Cristo ha venido, viene y ha de venir... Son tres tiempos diferentes de una sola venida. Jesús confiesa que Él es “el
enviado del Padre” (Juan 10,36). Israel esperó durante muchos siglos al que tenía que venir, y vino en Belén.
Ahora, viene cada día a su Iglesia de muchas formas, pero sobre todo por el Sacramento del Altar.
Sin embargo, aquella venida primera y la venida actual no son más que el signo y la promesa de la venida
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definitiva que se realizará al final de los tiempos, como dice el Señor en el Apocalipsis: “Miren, que vengo en
Pá gina

seguida” (Ap. 22,20). Entonces ya no habrá que esperar nada más, nada, porque se habrá realizado en todo y
para siempre el plan de la salvación...
Jesús vino antes para revelarnos el amor de Dios nuestro Padre. Y vino para dar al mundo la Buena Noticia de la
salvación, destinada a los pobres que lo fían todo de Dios.

Cristo viene ahora, en la Eucaristía especialmente, para darnos la vida: “He venido para que tengan vida, y la
tengan abundante” (Juan 10,10). Y vendrá al final para revelarnos en todo su esplendor la gloria del Padre: “Yo
les he dado la gloria que tú me diste” (Juan 17,22), “esperanza de la gloria de Dios” (Romanos 5,2), gloria
definitiva, porque “cuando aparezca Cristo, entonces también ustedes aparecerán gloriosos con él” (Colosenses
3,4)
¿Hay alguien más grande, que el Dios que envía? (SILENCIO)
¿Y hay un embajador más digno y fiel que ese Jesús, enviado por el Padre, si es su propio Hijo, y Dios como su
Padre?... (SILENCIO)

En la espera de Cristo al final de los tiempos, la esperanza más firme que tenemos es la Eucaristía, “garantía de la
gloria”, como la llama la Iglesia, conforme al encargo de San Pablo: “Cada vez que coman del Pan y beban del
Cáliz, anuncien la muerte del Señor, hasta que venga” (1Corintios 11,26)
Jesucristo Sacramentado es el mismo que vino, el que viene continuamente a su Iglesia para santificarla y el que
vendrá glorioso al final del mundo. Y la Eucaristía es el memorial que nos hace presente lo que pasó una vez y nos
dice lo que vendrá definitivamente al fin. Por eso la Eucaristía es la fuente de donde brota y la cima en que acaba
toda la vida cristiana.
MOMENTO DE SILENCIO
LECTOR TODOS
Preparemos los caminos
ya se acerca el Salvador
y salgamos, peregrinos,
al encuentro del Señor.
Ven, Señor, a libertarnos,
ven, tu pueblo a redimir;
purifica nuestras vidas
y no tardes en venir.

El rocío de los cielos


sobre el mundo va a caer,
el Mesías prometido,
hecho niño, va a nacer.
De los montes la dulzura,
de los ríos leche y miel,
de la noche será aurora
la venida de Emmanuel.

Te esperamos anhelantes
ya sabemos que vendrás;
deseamos ver tu rostro
y que vengas a reinar.
Consolaos y alegraos,
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desterrados de Sión,
Pá gina

que ya viene, ya está cerca,


él es nuestra salvación. Amén
CANTO
HABLO AL SEÑOR
LECTOR 4
En nuestra vida tendremos un encuentro cara a cara con Jesucristo y, podríamos decirlo
así, nos someterá a un examen sobre lo que ha sido nuestra vida. Decía San Juan de la
Cruz «al atardecer de la vida te examinarán del amor». Estimados míos, debemos por
tanto mantener una postura vigilante en nuestra vida de cara al cumplimiento de los dos
principales mandatos a cuyo cumplimiento nos conmina el Señor: amarás a tu Dios sobre
todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.
LECTOR TODOS
¡Cuánto que te esperó el mundo, Señor Jesús!
Y ahora, que te tiene consigo, se mantiene alejado de ti.
Lo peor es que te sientes muchas veces solo porque los tuyos no contamos contigo como debemos
Viniste para revelarnos al Padre, y el mundo vive sin Dios.
Vienes ahora en el Sacramento, y los hombres no te reciben.
Volverás glorioso un día, y nos dices que no encontrarás fe.
¿A quién iremos, Señor, si no vamos a ti?... Haz que te aceptemos ahora con fe y con amor.
¡Ven, Señor, que te abrimos las puertas de nuestro corazón!
CANTO
LECTOR 5 Y TODOS
De luz nueva se viste la tierra, porque el sol que del cielo ha venido en el seno feliz de la Virgen de su carne se
ha revestido.
El amor hizo nuevas las cosas, el Espíritu ha descendido y la sombra del que es poderoso en la Virgen su luz ha
encendido.
Ya la tierra reclama su fruto y de bodas se anuncia la alegría, el Señor que en los cielos moraba se hizo carne en
la Virgen María.
Gloria a Dios, el Señor poderoso, a su Hijo y Espíritu Santo, que en su gracia y su amor nos bendijo y a su reino
nos ha destinado. Amén
CONTEMPLACIÓN AFECTIVA
LECTOR
L. Jesús, que fuiste el Salvador prometido por el Padre. T- ¡Ven, Señor, a mi corazón!
L Jesús, a quien esperaron anhelantes los siglos. T - ¡Ven, Señor, a mi corazón!
L Jesús, que viniste un día al mundo y naciste en Belén. T - ¡Ven, Señor, a mi corazón!
L Jesús, que viviste en la tierra como uno más de nosotros. T - ¡Ven, Señor, a mi corazón!
L Jesús, que ahora nos visitas cada día en el Sacramento. T - ¡Ven, Señor, a mi corazón!
L Jesús, que volverás glorioso al final de los tiempos. T - ¡Ven, Señor, a mi corazón!
L Jesús, que eres nuestra única esperanza de salvación. T - ¡Ven, Señor, a mi corazón!
L Jesús, que quieres encontrarnos en vela y oración. T - ¡Ven, Señor, a mi corazón!
L Jesús, que eres la prenda de nuestra resurrección. T - ¡Ven, Señor, a mi corazón!
L Jesús, que vienes para llevarnos al Padre. T - ¡Ven, Señor, a mi corazón!
L Jesús, que vienes para darnos vida inmortal. T - ¡Ven, Señor, a mi corazón!
L Jesús, que nos buscas para tenernos siempre contigo. T - ¡Ven, Señor, a mi corazón!
CANTO
LECTOR 6
3

Señor Jesús, nosotros no te hacemos falta a ti, pero nosotros sin ti nos hubiéramos perdido y por eso viniste a
Pá gina

buscarnos para darnos la vida. Cada día nos visitas de nuevo con tu Gracia y te haces presente entre nosotros con
la Eucaristía. TODOS ¡Que sepamos aceptarte cada vez con más amor!
L.- Madre María, que con tu “¡Sí!” generoso trajiste el Salvador al mundo y nos lo sigues trayendo a nuestros
corazones. Haz que sepamos recibirlo con la misma fe y amor con que Tú le diste cabida en tu Corazón
Inmaculado.
TODOS: Sólo así podremos corresponder al amor infinito con que el Hijo de Dios e hijo tuyo vino a salvarnos.
CANTO
EN MI VIDA AUTOEXAMEN
LECTOR 7
Si Cristo vino al mundo y está en el mundo, ¿no merecemos el reproche del Bautista: “En medio de ustedes está
uno a quien no conocen?”… El esperado de los siglos está ahora con nosotros en su Sagrario, ¿y vamos a Él, y
sabemos llevar a todos los hermanos hacia ese Jesús, que es ahora nuestra salvación y mañana será nuestra
gloria? Al venir al mundo, el Dios invisible se hizo carne en las entrañas de María. Ahora está entre nosotros con
apariencia de pan. ¿Nos habrá de repetir el Evangelista que viene a los suyos y los suyos no le reciben?...
SILENCIO
PRECES
LECTOR
Invocamos a Jesucristo, el Enviado del Padre para nuestra salvación, y le decimos:
TODOS Bendícenos y santifícanos, Señor.
L. Jesús, Señor nuestro, que sigues ofreciendo y dando tu vida a los pobres que vienen a ti;
- nosotros queremos acogerte siempre en nuestros corazones. TODOS Bendícenos y santifícanos, Señor.
L. El mundo busca anhelante un salvador, sin reconocer que el Salvador verdadero eres Tú, el Enviado de Dios;
- haz que todos te reconozcan y den contigo en sus vidas. TODOS Bendícenos y santifícanos, Señor.
L. Ante los campos con la cosecha ya en sazón;
- suscita en tu Iglesia muchos evangelizadores, que anuncien a todos los pueblos la salvación que Tú nos has
traído y sigues ofreciendo por tu Iglesia. TODOS Bendícenos y santifícanos, Señor.
L. Que se elimine la injusticia y la guerra de la faz del mundo;
- y todas las naciones se dispongan con más facilidad a acoger el mensaje del amor que cada día nos ofreces
como una novedad con tu presencia viva en el Sacramento del Altar. TODOS Bendícenos y santifícanos, Señor.
CANTO
ORACIÓN A SANTA MARÍA
LECTOR 8 Y TODOS
Santa María, Madre de Dios, consérvame un corazón de niño, puro y cristalino como una fuente. Dame un
corazón sencillo que no saboree las tristezas; un corazón grande para entregarse, tierno en la compasión; un
corazón fiel y generoso que no olvide ningún bien ni guarde rencor por ningún mal. Fórmame un corazón
manso y humilde, amante sin pedir retorno, gozoso al desaparecer en otro corazón ante tu divino Hijo; un
corazón grande e indomable que con ninguna ingratitud se cierre, que con ninguna indiferencia se canse; un
corazón atormentado por la gloria de Jesucristo, herido de su amor, con herida que sólo se cure en el cielo.

LECTOR Y TODOS
PADRE NUESTRO…..

Señor Sacramentado, aquí en la Eucaristía repites sin cesar el prodigio de amor con que un día viniste a nosotros
en Belén. Allí no encontraste más corazones que te amasen sino los de María, José y unos cuantos pastores. Aquí
queremos que halles cabida en todos nosotros, que te amamos y te recibimos con brazos muy abiertos.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
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+ EL SEÑOR NOS BENDIGA, NOS PROTEJA Y NOS GUARDE DE TODO MAL.. AMEN
Pá gina

CANTO FINAL
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Pá gina 5

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