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Gino Germani

La sociología
en la América latina:
Problemas y perspectivas

TEMA.S/SOCIOLOGÍA o
{¡;)

ISUDEBA EDITORIAL UNIVERSIT-~RL.!.. DE BUENOS AIRES


SOCIOLOGJA Y CAMBIO SOCIAL EN LA A2v!E.RICA LATIN.1

resulta en realidad suficiente para servir como base o funda-


mento a un estudio del tipo propuesto. 1 Mucho más desalen-
CAPÍTULO u
1 Hay varios libros sobre la sociología latinoamericana pero
muchos de ellos reflejan una situación de 10 a 20 años atrás'. Cita-
SOCIOLOGLA Y CA..iv!BIO SOCIA.L EN LA .AMÉRICA mos: A. Povilh: Historia de la sociología en Latinoamérica México
LATINA Fondo de Cultura Económica, 1941; Nueva historia de la s~ciologíd
latinoamericana, Córdoba, Assandri, 1959; C. L6PEZ NúÑEz: Horizonte
doctrinal de la sociología hispanoamericana, Sevilla, Escuela de Es-
tudios Hispano-Americanos, 1953; C. A. EcHANOVE TRU.JILLo: La socio-
logía en Hispanoamérica, La Habana, 1953. Hay tambit:n un gran
número de artículos y de capítulos de libros dedicados al tema. Cita-
mos los principales: R. BASTIDE: •Sociology in Latín America" en
G. GuRVITCH y \V. E. MooRE: Twentieth Century Sociology, New
York, The Philosophical Library, 1945; A. PoVI.t'i"A: •La sociología la-
I. HISTORIA DE LA SOCIOLOGÍA Y CONOCIMIENTO DEL tinoamericana:o en Revue Internationale de Sociologie, vol. 1, n'?
CONTEXTO SOCL-li. EN LA A:iYrÉRICA LATINA 2/3; H. E. DAvrs: Social Science Trends in Latin America, \Vashing-
ton, America University Press, 1950, (cf. capítulo sobre sociología);
BARNEs. H. E. y BECKER,: •La sociología en la Península Ibérica y en
l. Un estudio de coniunto sobre la evolución de la socio- la America latina. II. La _.unérica latina» en Historia del pensamiento
logía en la América latma, en función de los cambiantés ras- social, México, Fondo de Cultura Económica, 1945; L. L. BERNARD:
gos de su conte.x."to social, supone la discusión previa de algu- •The social scíences as disciplines. IX. Latín Ameríca,, en EncyclJpe-
dia of the Social Sciences, New York, Macmillan, 1933; F. AZEVEDo:
nas cuestiones. •A sociología na America latina e particularmente no Brasil>, en
En pric'ller lugar, será menester preguntarse en qué me- Revista de Historia, 1950; L. C..\.RNEIRO LE.w: «El sentido de la sociolo-
dida el estado de los conocimientos sobre ambos términos del gía en las Américas" en Revista lvfexicana de Sociología, Y 1953; L.
tema -sociología y contexto social- permite realizar dicho es- MENDIETA y NúÑEZ: <Programa para la integración de las investiga-
ciones sociales en América•, en Revista 1vlexicana de Sociología, loe.
tudio. En efecto, un intento de este tipo debería apoyarse sobre cit. R. F. BEHRE:-TDT: •Problemas de investigación en el terreno de
la sólida base de trabajos relativos al desarrollo intelectual po- la sociología y la ciencia política en la América latina», en Revista
lítico y social de la región y el de sus diferentes países: en Mexicana de Sociología, XI, 1947; J. GrLLIN: «La situación de las
particular, habría que disponer de análisis de sus respectivas ciencias sociales en seis países sudamericanos» en Ciencias Sociales,
Unión Panamericana, IV, 19, 1953; H. E. DAvrs: •Un comentario al
estructuras sociales y de los cambios antiguos y recientes que punto de vista pesimista de J. Gillin sobre las ciencias sociales en
esas estructuras fueron experimentando, al par que de sus :3udaméríca», en op. cit., IV. 22, 1953; (cf. en él mismo número la
principales repercusiones en los demás ámbitos de la vida so- réplica de Gillin). R. c. vVILLU"'-'ISON: <Latín America» en J. s. Rou-
cial. Por otra parte, la historia misma de la evolución de la f:ER. Conteniporary Sociology, New York, Philosophical Library, 1960.
Tambié11 se deben consultar las colecciones de las revistas: Boletín
sociología en la reción. en cuanto a desenvolvimiento de ideas del Instituto de Sociología (Buenos Aires), desde 1942-cf. particu-
y tendencias cienlliicas, debería haber sido previamente esta- larmente el V torno; Revista Mexicana de Sociología; Sociología (San
blecida en trabajos destinados especialmente a diferentes paí- Pablo); las actas de los seis cong-.cesos Latinoamericanos de Socio-
ses, períodos o corrientes. Lo que se quiere decir es que todo logía: el primero (Buenos Aires, 1951; actas publicadas en los tomos
VI, VII y VIII del Boletín del Instituto de Sociología, de Buenos
trabajo de interpretación y de síntesis solo es posible en fun- Aíres); el segundo (Río de Janeiro, 1953; actas publicadas en Río!;
ción de una serie de estudios analíticos que le sirvan de base. el tercero (Quito, 1955; actas publicadas en Anales de la Universidad
Desgraciada.mente, nos hallamos muy lejos de esa situación Central, Quito, 1956); d cuarto (Santiago de Chile, 1957; actas pu-
blicadas en Santiago de Chile, 1957); el quinto (Montevideo, 1959,
ideal. Por cierto existe una abundante literatura sobre la his- actas todavía inéditas); el sexto (Caracas, 1962, actas publicadas en
toria y la crónica de la sociología en la .éinérica latina. En 1962 en dos volúmenes). (Los seis congresos contienen numerosos
varios casos se trata de trabajos vaiiosos. También se dispone artículos sobre la sociología en la América latina).
de obras relativas a la historia de las ideas en el ámbito de la Bajo los auspicios de UNESCO se han realizado tres seminarios
sobre enseñanza e investigación en ciencias sociales en la América
región y de muchos de sus países, obras que también ponen latina; véanse: Mesa redonda sobre la enseñanza de las ciencias
en evidencia las principales influencias y aportes extranjeros. sociales en Za América Central y las Antillas, Cuba, Universidad de
Con todo, no es exagerado afirmar que esta bibliografía no la Habana, 1955; Primer Seminario Sul-.Americano para o ensino uni-

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LA SOCIOLOGIA EN L.4. A2.1E:RICA LATINA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS SOCIOLOGiA Y CL\IBIO SOCIAL E:V LA A.\fÉRIC.I LATINA

tadora es la situación de los conocimientos en cuanto al segun- ofrecer cierta guía inicial para ordenar los aspectos más evi-
do término de Ja cuestión: las sociedades mismas, sus estruc- dentes de la evolución de la sociología. Mientras tanto, todo
turas, sus transformaciones. A pesar de la innegable abun- análisis específico, todo avance en el conocimiento de estas
dancia de literatura sobre este amplio tema no puede decirse cuestiones, deberá esperar un ulterior desarrollo de los estu-
que se cuente con contribuciones .satisfactorias y aprovecha- dios sociológicos, tanto en el campo de la estructura social,
bles. Es inevitable, pues, que muchas de las g'eneralizaciones como en el de la historia de las ideas y de la sociología del
que aquí se v-a.n a formular se basen sobre los insuficientes fun- conocimiento.
damentos ofrecidos por el estado actual de los estudios a este
respecto. II. UNIFORMIDAD Y DIVERSIDAD DEL CONTINENTE

2. La íntima conex10n entre el conocimiento sociológico 3. La segunda cuestión que debe discutirse es la legitimi-
y la sociedad en cuyo seno surge ese conocimiento ha sido dad de un estudio de conjunto referido a toda la región: en
particularmente destacada por los estudiosos de la sociología qué medida constituye ésta una unidad tanto desde el punto
latinoamericana. Es casi un lugar común, no solo el relacionar de vista del desarrollo de la sociología como con respecto a su
ciertos desarrollos intelectuales con los cambios sociales, sino «Contexto social». Parecería que la unidad de .Lilnérica latina,
la precisa imputación de determinadas corrientes filosóficas o en ambos aspectos es, en parte, una cuestión de perspectiva: es
científicas a una u otra capa social. Así, la vinculación entre posible aceptar, aunque no sin reservas, que los países que in-
positivismo, o algunas de sus corrientes, y burguesía o parti- tegran la región poseen una serie de notas comunes que los
culares grupos dentro de ésta en su primer momento de ex- singularizan en su conjunto, como una sola área sociocultural,
pansión, en muchos países latinoamericanos y particularmente frente a otras regiones del mundo, Además, es innegable la
en la Argentina, ha sido sostenida por varios autores. Podría existencia de sentimientos de pertenencia y de comunidad que
decirse a este respecto que tal actitud es hasta cierto punto se basan sobre esos rasgos compartidos. Sin embargo, tan pron-
peculiar del pensamiento sociológico latinoamericano, en tanto to como se pasa a un examen un poco más detenido de sus es-
floreció aun antes del auge de la moderna sociología del co- tructuras sociales o de su historia, aparecen divergencias: cada
nocimiento. Con toda razón, sin embargo, se ha observado que uno de ellos se nos ofrece como una sociedad con frecuencia
estas interpretaciones no pudieron fundarse sobre análisis es- dotada de rasgos muy diferenciados y a menudo contrastantes
pecíficos, justamente debido a la aludida carencia de estudios entre sí. También sería posible descubrir subregiones, --como
básicos sobre la realidad social. 2 A menudo brillantes -aun- se hace frecuentemente-- caracterizadas por una comunidad
que también contradictorias- esas interpretaciones deben con- de elementos: tipo de población, de estructura, de problemas.
siderarse como hipótesis de orden muy general, capaces de Por otra parte, el grado de desarrollo alcanzado actualmente
por los diferentes países es muy desigual, y estos mismos des-
niveles se presentan a menudo dent:i:o de un mismo país.
versitario das ciencias sociaís. Río de Janeiro, 1956; Seminario latino
americano sobre metodología de la enseñanza y la investígacíón en
sociología, ciencia política y economía en Latinoamérica. Santiago 4. Aunque no sería posible una tipología y una clasifica-
de Chile, 1958 {actas inéditas). Para los seminarios de Río de J aneiro ción ele las naciones que integran la región, será conveniente
y de Santiago de Chile, se prepararon numerosos informes naciona- por lo menos aludir a sus características diferenciales más
les, que han sido consultados. El Instituto de Sociología de la Univer- evidentes. Señalemos en primer lugar las diferencias de ta-
sidad de Buenos .Aires y la Asociación Sociológíca Argentina realizaron
una Conferencia de las Escuelas Latino Americanas de Sociología, en maño -desde Brasii, que ocupa buena parte del continente,
Buenos Aires, en 1961. Los trabajos se publicaron en las l"'nblicaciones hasta los pequeños países del Caribe- y de población -desde
clel Instituto. los 51 millones de~ mismo Brasil hasta los países con un total
El Centro Latino Americano de Pesauisas en Ciencias Sociales inferior al millón ele habitantes--; y las muy notables diver-
(Río de Janeiro), publica un releva.miento completo sobre el estaclo
actual de la sociología en la región, y dedica un tomo a cada país. gencias en el orden geográfico y climático; particularmeme el
Otras fuentes se citan más adelante. contraste entre países ecuatoriales y tropicales y países de zo-
2 R. SOLER: El pensamiento filosófico y sociológico del positi- nas templadas. Igualmente pronunciados son los contrastes en
vismo argentino. Panamá, 1961. cuanto a la estructura étnica, cultural, económica y social.

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L.J. SOCIOLOG!A EN LJ AMÉRICA L-!TINA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS SOCIOLOCJA Y CAMBIO SOCIAL EN LA AMÉRICA L-!TINA

Aquí acaso sea conveniente intentar una clasificación -aun- 6. Algunos países son altamente urbanizados, con un sr:-
que debido a la escasez de investigaciones de base, solo se tra- senta por ciento o más de población que reside en centros cla-
tará de una esquematización meramente sugestiva de la varie- s!ficados como uurbanos» (tal es el caso de Argentina, Chile,
dad de situaciones que pueden encontrarse en el continente. Uruguay. Cuba y Venezuela). A veces incluyen grandes ciu-
En una clasificación de este tipo habría que tener en cuenta dades que concentran hasta la tercera parte del total de la
por lo menos cuatro variables (en parte, interrelacionadas) : po.blación. Otros -la mayoría- poseen una población predo-
la composición de la población en cuanto a su origen étnico; nm~antemente rural. Sin embargo, cabe hacer aquí dos obser-
el grado de urbanización; el grado de industrialización y, por vac10nes: el ritmo de urbanización se ha ido 2..centuando
fin, la estructura de clases. 3 extraordinariameme en los últimos años en todo el continen-
te, 5 y en segundo lugar, varios países que presentan un alto
5. Es importante recordar que la diferenciación entre los porcentaje de población rural, poseen sin embargo numerosos
países se fue acentuando de acuerdo con el desarrollo que grandes centros urbanos; así ocurre, por ejemplo, con Brasil
el--perimentó cada nación desde el momento de su independen- y Méx~co. Aunque en la América latina, como en otras regio-
cia. A pesar de cierto paralelismo en sus respectivas evolucio- nes subdesarrolladas, el nivel de urbanización es a menudo
superior al grado de desarrollo de la industria, es indudable
nes, hubo marcadas divergencias en el ritmo de transforma-
que, en parte, uno y otro se corresponden. Así Argentina, Uru-
ción. En los últimos quince años, sin embargo, la tenden<;;ia ha guay, Chile, Cuba. Venezuela y Ecuador, los más urbanos (ex-
sido hacia una gran rapidez de cambio en la mayor parte de cepto e~, último), son también los que presentan la mayor
la región, lo que podrá producír una mayor nivelación en el proporc10n de personas ocupadas en actividades industriales.
futuro, acaso en un futuro bastante próximo. Esta diferencia Mas aquí también. otros países, porcentualmente en un nivel
de ritmo ha originado diferencias eñ el orden de las cuatro inferior, poseen un importante sector industrial: es el caso de
variables señaladas. Desde el punto de vista étnico, puede in- México y ele Brasil. Estos cambios en la estructura económica
dicarse un grupo de cinco países en los que la población es Y demográfica se han visto acompañados por modificaciones a
total o preponderantemente de origen europeo. Se trata de las veces sustanciales en su estructura de clases. Tales cambios
tres naciones en el extremo sur del continente (Argentina, han seguido naturalmente el mismo ritmo que aquélla, de
Chile y Uruguay) y, en el otro extremo, Costa Rica y Santo manera que las naciones más industrializadas y más urbani-
Domingo. Especialmente en la Argentina y Uruguay la masiva zadas son también las que se han alejado en mayor medida
emigración europea comenzada en el último cuarto del siglo del patrón tradicional de estratificación. 6 Dicho patrón, c.un-
pasado, produjo una radical transformación demográfica. Los que de ninguna manera uniforme, puede describirse como es
demás países poseen considerables proporciones de población sabido, co::no un sistema de dos clases principales: una aristo-
india o mestiza (y en algunos casos negra) y -lo que intere- c~aci~ basa~~, en general sobre la propiedad de la tierra y que
sa- entre esos grupos étnicos se cuentan a menudo núcleos e1erc1a ~~mb1en de manera exclusiva las profesiones y el po-
importantes cuyo tipo de cultura se halla más orientado hacia der pohtico, y una clase inferior, a veces dividida en varias
el tipo de vida «indomestizo» que hacia el tipo de vida euro- capas. Este modelo a menudo se veía complicado por la ure-
peo. 4 Esta población no europea, por lo demás, difiere de país ~en~ia de los ~iferentes grupos étnicos, de los cuales los grtipos
a país también en relación al tipo de estructura social de cada md1os }'." mestizos ocupan las capas inferiores; por último, la
uno de ellos. p_resencia de «Culturas plurales,, en algunos países introducía
s1st:.n:as locales de estratificación. En la actualidad, el patrón
3 Fuentes utilizadas: Th. CREVE);NA (Ed.) Materiales vara el es- tramc1onal se halla destruido o bien en proceso de transforma-
tudio éj,e la clas_e media en la A.méríca latina. Washington. ·unión Pa-
name~1cana, 19o0, 6 vol.; R. L. BEALs: •Social Stratification in Latin ción. En t:;:·es países -Argentina, Uruguay y Chile- prevalece
Amenca> en A.rr_:erican Journal of_ Sociology, LVIII, 4, 1953; CEP.u: un sistema muy similar al del Occidente europeo, con la carac-
•La_ esi:rucn~ra ael _empleo en America ~atin~> en Boletín Económi- terística de una importante clase media (en crecimiento) y un
co a~ América Laiina, vol. II, n<?. 1, 1951; ONU. Informe sobre la si-
tuación social del mundo, New York, 1957; cap. IX. 5 El porcentaje urbano era en 1925 del 33 % y en 1955 del 44 % .
4 R. L. BEALS: op. rit.. Th. CREVENNA, op. cit., R. L. BEALS, op. cit.

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SOCIOLOCU Y CAidBIO SOCIAL EN LA AMÉRIC.t LATIN,1
L.-1. SOCIOLOCl.1 E.V L-! .-!JÍÉRIC.--1. LATINA: PROBLE.iL-Js r PERSPECTIVAS

alto grado de movilidad social que, particularmente en los tividad editorial contribuyó no poco a uniformar tales influen-
sectores urbanos, introduce una gran fluidez e indetermina- cias. En segundo lugar, la uniformidad relativamente alta en
ción en las líneas de clase. También en México la estructura cuanto a las tradic10nes y a la organización umversitaria. No
«feudal» ha desaparecido y con ella la línea étnica de división. solamente influyó aquí el común legado de las universidades
En los demás países el patrón tradicional subsiste en mavor coloniales, sino también su posterior organización inspirada en
grado; sin embargo, sería sumamente inexacto generalizar a el modelo continental europeo -Francia- y, cosa de singular
este respecto. Las rnismas observaciones formuladas acerca del importancia para la sociología, la forma de reclutamiento de
grado de urbanización e industrialización deben aplicarse aquí. sus profesores, la manera de remunerarlos, el significado y el
Países como Brasil presentan grandes sectores urbanos cuya status de la enseñanza universitaria dentro de las sociedades
estratificación es semejante al tipo de las sociedades industria- latinoamericanas y la comunidad de actitudes que de todo ello
les, aunque las barreras hacia la clase alta pueden permanecer iba a resultar.
algo rígidas. Y lo mismo puede afirmarse con respecto a dife- Aunque con diferente intensidad, la evolución de la socio-
rencias regionales internas en otras naciones latinoamericanas. logía debe enfrentar problemas análogos y aun cuando el di-
ferente ritmo de desarrollo de las ciistintas sociedades supone
7. Esta breve descripción puede dar una imacren de la diferentes situaciones, distintas constelaciones de elementos
variedad de situaciones que se resumen en el térmhio «Amé- favorables o contrarios, parece todavia posible formular gene-
ralizaciones no demasiado deformantes de las múltiples reali-
rica latina»: la conclusión, sin embargo, no se formula .. en el
dades locales.
sentido de declarar imposible toda generalización en cuanto
al desarrollo de la sociología en la región. Este análisis es en 8. No es, pues, arbitrario el que exista una verdadera tra-
realidad posible, aunque dentro de las limitaciones y deforma- dición en cuanto a la existencia de una sociología latinoameri-
ciones que pueden suponerse, en virtud de los rasgos y pecu- .cana en el sentido de ciertos caracteres comunes a la mayoría
liaridades de las distintas sociedades nacionales. Esta conclu- de los estudios sociológicos de autor latinoamericano, de la
sión optimista tiene fundamento v se basa sobre los factores semejanza de actitudes, orientación y problemas en el campo
que han influido en el desenvolvimiento de la sociología en <le la sociología. Cuando los estudiosos extranjeros se han re-
.'ilnérica latina. Aden1ás de los ya mencionados -su ~rigen ferido al tema, han dado por supuesta la unidad del marco
común en el orden cultural, su sentimiento de pertenencia y referencial y esto, naturalmente, puede haber resultado de la
comunidad de destino-- debe recordarse el paralelismo en el particular perspectiva extracontinemal asumida por esos obser-
tipo de problemas sociales que cada país tuvo que 2nfrentar y vadores. iYÍas los autores de la región dan también por supues-
el carácte:c- relatíva.'Tiente común de las corrientes extranjeras ta una sociología latinoamericana y la asumen a menudo como
que ejercieron mayor influencia en su despertar y evolución un problema común. No cabe duda que los sociólogos latino-
intelectual; y también el papel continental ejercido por sus americanos son conscientes de su situación de tales y la exis-
mayores representantes, y las influencias recíprocas entre Jos tencia de una asociación regional 7 -fenómeno que no se re-
diferentes países. Es posible que esta comunidad de influjos gistra en otros continentes- constituye la institucionalización
haya sido mayor en las primeras etapas de formación de las de ese sentimiento de comunidad.
naciones latinoamericanas; sin embargo aún hoy han dejado
una huella, de manera que persisten muchas características III. TRES ETAPAS EN EL DESARROLLO DE LA SOCIOLOGÍA
comunes. Hay, además, otras circunstancias que merecen ser L.TINOAMERICANA
destacadas particularmente. En primer lugar, el hecho de la
relativa hegemonía de unos pocos centros de irradiación que 9. Tal como ha sido observado repetidas veces, 3 pueden
funcionaron a la vez como filtro, canalización y difusión de las reconocerse de manera bastante clara algunas etapas en el
corrientes intelectuales indígenas y extranjeras que afectaron
el desarrollo del pensamiento latinoamericano; así, por ejem- 7 A.sociacú)n Latino Amerícana de Sociología, fundada en 1950.
plo, en época más reciente la concentración en dos o tres países s Cf. A. PovrÑA: Historia de la sociologfo en Latinoamérica, cit.;
-España, Argentina y México- de la gran illayoría de la ac- L. L. BERNARD: op. cit. etc.

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LA SOCIOLOGJA EN L4. A.ME:RJCA LATINA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS SOCIOLOG!A :r CAMBIO SOCIAL EN LA AJ!ERICA LATINA

desarroilo de los estudios sociológicos en A.mérica latina. Ellas --como lo hace Zea 11- alrededor de los problemas plantea-
coinciden con los cambios histórico-sociales ocurridos en la dos por la historia social de estos países. por la realidad con-
región y también permiten trazar cierto paralelismo con el temporanea que defüan enfrentar y modificar y por la visión
proceso de formación de la sociología como disciplina autóno- del futuro aue deseaban y que percibían como dependiente de
ma. esa historia:-, de ese presente y de su propia ~~:pa~~ª-ad para
Dejando de lado el período colonial -en el ·que por su- ñiodfücar10:-· -- - ·- · · ··· - -----------·
puesto no faltaron "reflexiones sobre lo social"- puede seña-
larse una primera fase de pensamiento presociológico que a 11. Hay un tema único, podría decirse, y este tema único
partir de la época de las revoluciones a través de la indepen- es el de la emancipación real de los diferentes países del con-
dencia, llega hasta la institucionalización de la sociología,-con tinente su transformación en naciones dotadas ele una «rea-
la creación de las primeras cátedras, a comienzos de este siglo. lidad,. ~ de un «Ser» propio (para emplear una terminología
Este hecho marca, sin duda, el comienzo de una segunda cara a los latinoamericanos) y capaces de asumir su papel
etapa -en que se verifica la incorporación de la disciplina entre la.., demás naciones del mundo. Para qu~ este ideal se
a la enseñanza superior- y cuyo término podría fijarse en
el momento presente o acaso en la década 1950-1960, pues co- cumpla -tal es el propósito de los que se ha dado en llamar
mo se verá hay en la actualidad un proceso de cambio que es los <~realistas sociales", "2 - es necesario partir, sin embargo, de
previsible habrá de marcar el comienzo de una tercera. fase, la realidad social tal como es, sin ilusiones de mnguna espe-
de características bastante distintas con respecto al período cie. Solo así será posible acometer la gran tarea ele construir
anterior. Es posible también trazar subdivisiones dentro de las nuevas naciones.
Este rasgo -conocer la realidad nara transformaria-
los dos primeros períodos, aunque mucho menos claramente
marcadas que las etapas principales. que parece traducir el «Saber para prever» comteano, se da
sin embargo en la A.mérica latina aun antes ele la introduc-
ción del positivismo y constituyó sin duda un elemento de
IV. LA PRnIERA ETAP."- DEL DESARROLLO: gran importancia para la rápida difusión de éste, lo que acon-
EL «PENSA:YIIE::fTO PRESOCIOLÓGICO»
teció en la segunda mitad del siglo XIX.
Hay otros dos rasgos que caracterizan lo que hemos de-
10. Los cambios histórico-sociales experimentados en la no:rr...inado el «pensamiento presociológico", además de su «rea-
época de la independencia v en las borrascosas décadas oue le lismo social». En primer lugar, no se trata de escritos clasifi-
siguieron, han marcado de "manera muy considerable el conte-
nido de lo que hemos denominado «pensamiento uresociológi- cables claramente como científicos, históricos, políticos o fi-
-92"· En realidad. las ureocunaciones político-sociales se hallan losófíCüs:-ETTermmo « ensa...rniento" como ha sido observado
omnipresemes en la obra irrt.efeéi:uarGelos latinoamericanos: a guna vez, encierra en efecto un significado muy peculiar y
el tema central de sus escritos es Justamente la sociedad con- propio en la historia de las ideas en A.rnérica latina, un sentido
creta, histórica. c1ue están viviendo v aue se sienten llamados quizás próximo al de los philosophes del siglo dieciocho. 13
a transformar. Eñ Arnérica latina, -=-ctice Crawford- toda fi- Gaos la ha definido como un pensamiento que «forma parte
losofía es filosofía social. 9 Trátase de una filosofía, según las de la vida» y cuyo objeto está constituido por problemas
palabras de Korn, rn vinculada a todo lo que hay de más posi- vinculados a circunstancias ele lug:'.r y tiempo inmediatas y,
tivo, ele más real, de más práctico en la vida, filosofía penetra- por lo tanto, de resolucién urgente; pero con una peculiaridad:
da de las necesidades sociales, morales e intelectuales. Toda a pesar de ser éste su objeto, la forma en que el mismo es
la historia de las ideas ele este período puede hacerse girar tratado asume «los métodos y el estilo de la filosofía y de la

9 R. CRAWFORD: A cenrnry of Latin American thought; Cambrid- 11 L. ZEA: Dos etapas del pensamiento en Hispanoamérica, Mé-
ge, Harvard University Press. 1944. xico, El Colegía de Mé:dco, 1949.
10
Apud. F. Ru.M:.:;:ao: Soóre la filosofía en América Buenos Ai- 12 -~- PovrFt.t: Historia, cit.
res, Raigal, 1952; pág. 23. ' 13 R. CRAWFORD: op. cit.

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SOCIOLOGJ..i Y CAMBIO SOCIAL EN LA AAíERICA LATINA
LA SOCIOLOG!A. EN LA A ..\1ÉIUCA LATINA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS

_ciencia». 14 El tercer rasgo que caracteriza esta producción que se asignó la generación siguiente, la que originó este pen-
mtelectual es el énfasis literario; en general, estos pensadores samiento presociológíco de orientación «realista» será justa-
fueron también e..""Ccelentes literatos y no era irifrecuente aue mente la de promover tal conocimiento. Lo hará con ei aparato
entre ellos se contasen poetas. La importancia concedida a las conceptual que mientr&s tanto le proporcionaban las corrien-
~alabras; ~ la belleza del estilo, a la capacidad de expresar
tes intelectuales que en Europa habían sucedido al iluminis-
ideas ongmales en contenido y forma, debía tender natural- mo. A este respecto se descubre un conjunto de influencias
mente a condicionar también el carácter de los análisis so- intelectuales inmediatas y mediatas: desde el sansimonismo
ciales q_ue constituían el objeto de sus trabajos. Pero -y es hasta los tradicionalistas, desde Herder a Hegel y Savigny, los
necesar~o aclararlo-- para el caso de los mayores represen-
ecléctícos franceses y la escuela del «Sentido común». De to-
ta:r_ues ae este grupo, de ningún modo puede decirse que las das y cada una de estas corrientes de ideas, extraerán los
e::c1gencias estéticas perjudicaron la fuerza, exactitud y vera- «pensadores» latinoamericanos sus instrumentos conceptuales
cidad de sus análisis de la realidad social, que en algunos ca- para aplicarlos a la realidad de sus propios países: «las armas
sos permanecen como modelos en su género. para combatir el ingenuo utopismo en que habían caído los
Estos tres rasgos del pensamiento presociológico -su in- ilustrados», la idea -fundamental para el desarrollo de una
tención dirigida hacia el conocimiento y la transformación de actividad científica- de que la sociedad es un dato, no re-
una realidad concreta histórica, su carácter de «pensamien- ductible al conjunto de los individuos que la integran ni a
to», sus exigencias estéticas- no dejarían de ejercer una no- sus voluntades; el sentido de la continuidad histórica v de la
table influencia en las etapas ulteriores del desarrollo de la exigencia de fidelidad a las circunstancias de lugar" y de
so~iología al definir la tarea del sociólogo, sus propósitos, sus
tiempo, la noción de una individualidad propia de cada país
metodos y su finalidad, tal como podrían ser percibidas por el y por fin la clara exigencia de fundarse sobre una ciencia de lo
público y por los sociólogos mismos. - social como instrumento de conocimiento v de transforma-
ción. 16 V

~2: Las circunstancias sociales y el clima intelectual que Echeverría, uno de los conspicuos integrantes de este
cond1c10naron el pensamiento presociológico son bien conoci- grupo, quería fundar «los rudimentos de una doctrina social
dos en sus términos generales. 15 Las élites que acometieron científica y argentina» iniciando así, como lo observa Orgaz, 11
la tarea libertadora a comienzos del siglo XIX actuaron ba io una tradición muy propia de la América latina; la concepción
·el doble impacto de los profundos cambios políticos y sociales de una «sociologi;:i nacional». En el mismo sentido Alberdí
que estaban ocurriendo en Europa y de las nuevas corrientes --en quien ya están presentes el positivismo además de la
de ideas que ya, desde el siglo anterior, habían estado pe- predominante actitud idealista e li.istorkist':l-, formula de
netrando en los países coloniales de América. Bc:::.jo la influen- manera explícita la exigencia de una ciencia social. Echeve-
cia de la Enciclopedia y de las ideas iluministas, los revo- rría, Alberdi v Sarmiento, los tres argentinos, son probable-
lucionarios intentaron transformar en modernos estados las mente los representantes más significativos de la corriente
antiguas colonias; la realidad era sin embargo otra, y años «realista»; pero este movimiento es bien perceptible en otros
de anarquía y de dictaduras siguieron al período de las re- países del continente: Lastarria en Chile, Mora en Méjico, J.
voluciones independicistas. La actitud que origina el llamado E. Saco en Cuba, A.rosemena en Panamá, todos ellos antes de
«realismo social» surge justamente de ese desencanto, de la promediar el siglo, y muchos otros después en diferentes paí-
conciencia de que el fracaso se debe al divorcio entre los sue- ses latinoamericanos.
ños del ingenuo racionalismo de los fundadores y una realidad
social inadecuada para la realización de esos ideales una rea- 13. Esta actitud era sin duda muy favorable a la incor-
lidad social que aquéllos desconocían por completo.' La tarea poración del positivismo. Es más, aun cuando no se hubiese
contado con tal antecedente en el campo de las ideas, las cir-
H J. GAos: <El pensamiento hispanoamerícano>, er. Jornadas
n9 12, Colegio . de México, Centro de Estudios Sociales, 1944 ( apud. is L. ZEA: op. cit., págs. 36-±3.
R. SOLER, op. cit.) 17 R. ORGAZ: Sociología argentina, .tI. Córdoba, Assandri, 1950,
15
Se sigue aqUÍ la interpretación de L. ZEA, op. cit. pág. 337.

20 f5 21
1

L-! SOCIOLOGJA. EN L-! A.MERIC.d LATINA.: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS


SOCIOLOGIA. Y CAMBIO SOCIAL EN L.4 AMERICA LA.TINA

no basta; otros elementos propios de la tradición universitaria 16. La vinculación de la enseñanza de la sociología con
también deben ser tenidos en cuenta. En su gran mayoría 1ª§ las facultades de filosofía no influyó menos que esa temprana
primeras cátedras se ubica..Tl en las facultades de derecho; lue- conexión con las facultades jurídicas. Gran parte del conte-
1
go, --cuando se establecieron- en las de filosofía y ciencias nido v de la orientación de la sociología en Latinoamérica,
de la educación; ésta fue la situación general hasta que se 1. aun e~ la actualidad;denvan snnplemente de esta ufüCillón
agregaron también las facultades de ciencias económicas. Se- de la materia dentro de la organización académica. Dicha in-
gún se ha observado, 22 dentro de la tradición latinoaníericana fluencia aaemas ·no- se e1erci0 en un nivel puramente intelec-
la enseñanza del derecho siempre fue percibida como vincula- 1 tual como afinidad teórica y metodológica, sino a través del
da a las ciencias sociales. No por azar, en la actualidad un gran reclutamiento de profesores y las formas concretas asumidas
número de facultades ostentan el nombre de «derecho y cien- en el e1ercicio de la enseñanza. Es necesario acordar la má-
cias sociales», aun cuando en muchos casos solo se trate de xima importancia a estos aspectos en cuanto factores en el
una escuela profesional para la formación de abqgados. La proceso de formación de la sociología en el continente latino-
enseñanza de la ciencia política (bajo el nombre de «derecho americano. Deben subrayarse aquí varios elementos correspon-
público»), de la economía, de la criminología («derecho cri- dientes, sobre todo, a las facultades de derecho y de filosofía:
Íninal»), y por fin de la filosofía del derecho, abrieron el paso a) en o-eneral el ejercicio de una cátedra universitaria no cons-
a la inclusión de la sociología. En realidad en muchos casos tituia ºuna profesión exclusiva; por el contrario, . a menud o se
existió una estrecha conexión (todavía válida como se verá) trataba de una actividad agregada a otra profesión principal;
entre esta última disciplina y la sociología. Otras veces la so- b) su desempeño proporcionaba -sobre todo-- prestigio so-
ciología figuraba como parte de «introducciones» al estudio cial y satisfacción intelectual cuando se trataba de personas
del derecho o «L.'1.troducción a las ciencias sociales» (como con particular vocación en la disciplina enseñada; e) las cá-
ocurrió por ejemplo en un famoso curso de J. A. García. 23 La
tedras en las facultades de derecho, y también en considerable
boga del derecho político debe relacionarse por supuesto con medida en las de filosofía, eran desempeñadas no solamente
las particulares necesidades de las jóvenes sociedades ameri- por profesionales en el campo jurídico, sí~ a men~1d? por
canas: la exigencia de orga..11.izar un gobierno propio y las políticos y hombres públicos prominent~~; C_rf) no ex1stia :-in
enormes dificultades y resistencias originadas por la est. uc- criterio de especialización p...:.ra la selecc10ri.:' del personal no-
tura social y cultural de aquellos países. También cabe sub- cente, en especial para los estudios no considerados «técni-
rayar de manera especial ei papel de la antropología criminal cos», y este rasgo resultaba particularmente acentuado en el
de tendencia positivista, en facilitar :a institucionalización, caso de la sociología: aquí las mismas personas podían ense-
de la sociología. Estas conexiones sirven para explicar tam- ñar simultánea o sucesivamente, por ejemplo, filosofía del de-
bién, aunque no totalmente, algunos de los temas preferidos recho, derecho político, introducción ai derecho, derecho cons-
por los autores a saber: sociología política y sociología cri- titucional, derecho criminal, etc .. y sociología; también suma-
minal. 24 mente frecuente era la asociación entre la enseñanza de la
Por últin10, también las tendencias ev-1.denciadas por el sociología y la de la historia o la filosofía. Por, otra parte,__la
«realismo social» en cuanto a la necesidad de disciplinas de- situación más común en estos casos era que ia preparac10n
dicadas exclusivamente al conocimiento de cada país y de más específica del prof_esor no correspondía a la sociología,
América, influyeron desde el comienzo en la creación de c6. - sino-a la otra u otras materias, especialmente si se tr2taba de
tedras ' 5 y más tarde llegaron a la inclusión de materias cuya disciplinas correspondientes a algún ejercicio profesional; e)
denorninación y contenido específico, se referían a la «Socio- debe agregarse que aun cuando se tratara de profesores de-
logía nacional y latinoamericana,,. dicados exclusívamente a la enseñanza, en la mayoría de los
casos también se daba simultaneidad en el ejercicio de cáte-
z, L. L. BER?-LIBD. ov. cit.
23
J. A. G..\Rcü, introducción a las ciencias sociales, Buenos Ai- dras casi siempre de distintas disciplinas; este hecho se re-
res, Claridad, 1938. laciona con el nivel de remuneraciones, que requería este do-
2
* R. SOLER, op. cit. ble o triple desempeño de cátedras; f) por último, el tipo de
.:~ Cf. R. BERNAL JrMÉNEZ, La sociología latinoamericana, cit.
estructura social solía reflejarse en el origen social del pro-
24
i6 25
LA SOCIOLOGJA EN L.4. AMÉRICA LATINA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS SOCIOLOG!A Y CAMBIO SOCIAL EN LA AMÉRICA LATINA.

cunstancias históricas de las sociedades americanas represen-


taban por sí solas suficiente incentivo para la adopción de una V. LA SEGUNDA ETAPA DEL DESARROLLO: LA SOCIOLOGÍA EN
doctrina que respondía de manera admirable a las necesidades LAS UNIVERSIDADES /

de la época y a las de sus élites. Romero habla de un «posi-


tivismo ambiental», que o:arranca de la sociedad como pro- 14. El predominio del positivismo, como se dijo, coinci-
ducto espontáneo y vivo», un «positivismo en acción» expre- dió con la época de organización nacional; aproximadamente y
sión de una época constructiva, justamente de la época en que con diferencias según los países, desde la segunda mitad del
las Repúblicas americanas «Se hallaban en la urgencia de siglo pasado. Es tarribTen--en.ese-momento cuando se reorgani- \
constituir las bases efectivas y concretas de la convivencia v .zan las universidades existentes o se van creando nuevas uni- \¡
en la necesidad de organizar la explotación de sus recursos versidades. Y es desde fines de siglo cuando la sociología ad- '
naturales, de manera que la proyección del interés colectivo quiere stahls universitario. iniciándose así una segunda fase
hacia lo social, lo político y lo económico coincidía con el es- -universitaria- de los estudios rnciológicos.
píritu del movimiento positivista». 18 Existían en la América latina numerosas universidades
Esta influencia positivista se extendió a todos los países fundadas durante la colonia; a ellas se fueron agregando otrc:..s
de Á-'\.mérica latina, aun cuando fueron las características lo- en épocas posteriores. Sin embargo, durante las borrascosas
cales. no sólo de tipo intelectual, sino -sobre todo- políticas décadas de guerras civiles y tiranías que siguieron a la inde-
y sociales, las que condicionaron las particulares formas y la pendencia, las actividades universitarias se vieron en general
orientación asumidas por el positivismo en cada caso. «Se severamente restringidas o del todo abolidas. En la rec:rgani-
puede hablar de un positivismo hispanoamericano; pero tam- zación y en las nuevas fundaciones que tuvieron lugar en
bién con el mismo derecho, de un positivismo mexicano, ar- muchos países, la sociología halló una amplia acogida.
gentino. uruguayo, chileno, peruano, boliviano o cubano. En Y en 1877 se crea en Caracas un «Instituto de Ciencias
cada una de las interpretaciones que se ofrecieron late siempre Sociales" en el que actúan Hostos y otros; 20 desde 1882 fun-
el conjunto de problemas propios de quienes realizan la in- ciona una cátedra de sociología en la Universidad de Bogo-
terpretación,. 19 En sociología deben, sobre todo, distinguirse tá; 21 en 1896 en Buenos Aires, en 1900 en Asunción del Para-
dos maneras en la aceptación del positivismo. Por un lado, las guay, en 1906 en Ecuador y así en los restantes países, de
obras generales, especulativas o teóricas -generalmente vin- manera que al alcanzarse el primer cuarto de siglo la ense-
culadas a la enseñanza universitaria- en las que se da una ñanza universitaria de la sociología se hallaba establecida
prácticamente en todos los países y en varios de ellos se con-
actitud más bien ecléctica, con predominio al comienzo de las
taba con cierto número de cátedras en las diferentes univer-
varias tendencias positivistas; por el otro, un conjunto consi- sidades y facultades de cada país. La institucionaiización uni-
derable de trabajos que siguen en cierto sentido la tradición versitaria de la sociología se produjo algo más tardíamente en
abierta por los «realistas sociales,,, la tradición de la «Socio- el Brasil -1925-, pero desde 1930 cobró un ritmo muy rá- -
logía nacional y latinoamericana», que también influyó en la pido, de manera que se multiplicaron las cátedras y se insta-
sociología académica. En estos trabajos, las corrientes positi- laron las primeras escuelas específicas de sociología (en 1933
vistas representan el aparato conceptual utilizado por los au- la Eschola Livre de Sao Paulo) precediendo así en unos veinte
tores para su tarea de descripción o de explicación de los años al resto de los países en este as~ecto.
fenómenos sociales concretos que se proponían como objeto
de estudio. Es aquí donde se da en mayor grado esa adapta- 15. Los mismos factores que habían impulsado el «pen-
ción selectiva de las concepciones positivistas; un eclecticismo samiento presociológico» y la acentació11 y utilización del po-
de los conceptos, guiado por las necesidades de la observación sitivismo, explican naturalmente este rápido df'sarrollo. Pero
y la explicación.
~ 0 J. L. SALCEDo·B..\STARDo, Informe sobre la enseñanza de las
.ciencias socíales en Yenezuela, informe preparado para el Semi':lario
18
F. Ro:Mrno, op. cit., pág. 12. de la UNESCO en Río de Janeiro, 1956.
19
21 R. BERNAL JrMÉNEZ, Informe sobre la enseñanza de las cien-
L. ZEA, op. cit., pág. 47. cias sociales en Colombia, Seminario cit.
22
LA SOCIOLOC!A EN .LA AMtRICA LATINA: PROBLE...W:AS Y PERSPECTIVAS SOCIOLOCJA Y CA.HE/O SOCIAL EN L4 A.MtRICA L4TIN.1.

fesorado; éste se reclutaba con suma frecuencia --o de ma- Bastirle 21 una evidente preocupación por étre a Za page. De
nera exclusiva- en los grui:ios de la clase superior, siendo consiguiente, un rasgo bastante común de la literatura socio-
bastante difícil el acceso para los miembros de la naciente y lógica fue su eclecticismo. Si en los últimos anos del siglo xrx:
muy pequeña clase media, y prácticamente nulo para el resto y en los primeros del actual predominó el pensamiento :gosi-
de la población. El reclutamiento de los alumnos ,era muy pa- tívista -según los casos, de Comte, Spencer u otros-- luego
recido, aunque menos estricto. La situación descripta corres- otras corrientes neopositivistas o no positivi.stas fueron in-
ponde en su plenitud a la época de organización de las UJJ_i- troduciéndose en las cátedras y se mezclaron con aquéllas o
verswadesy s1ñ-aua.a se·1u.e-·m:oamcando en tiempos más las sustituyeron. Todos los principales nombres de los soció-
recientes; sm embargo, caoe observar que, excepto en cuanto logos europeos -franceses, italianos, alemanes e ingleses-
ál último punto, relativo al origen social de los profesores, y de los norteamericanos -hasta las obras de un Ross o un
en los demás aspectos persiste todavía en un número consi- Cooley- fueron conocidos y citados. Más tarde, al cobrar
aerabkde-umversidades latinoamericanas. Han aparecido impulso la reacción antipositivista, otras corrientes de ca-
recientemente nuevas tendenciasy,_estareriovación en la or- rácter filosofico orientaron a menudo la ensenanza v la lite-
ganización universitaria -que toca también a la sociología- ratura. Si no habíá.-e5pecialización en la cátedra,_tªfilPQ.CD
marca probablemente el comienzo de la tercera etapa en el la había en cuanto a publicaciones: los mismos autores escri-
desarrolio de esta disciplina en la región. Mas con respecto oen' obras ae. sociología, filosofía, derecho o historía y a me-
al segundo de los períodos, iniciado con el establecimiento nudo se continúa la tradición del interés político asociado a
de las primeras cátedras de sociología, esta situación es la todas aquellas disciplinas. Y la influencia recíproca de las
que describe más fielmente la realidad. perspectivas, lenguaje y conceptos de estas disciplinas es vi-
Debe tenerse en cuenta que esta característica de la en- sible en tal literatura.
señanza universitaria no ímpidié que se publicara una consi- Al señalar esta dUsencia de especialización y diferencia-
ción en las vocac10nes ele los autores y en el ejercicio de la
derable literatura sociológica vinculada directa o indirecta-
ensenanza, es necesario recordar que la misma no deja de ser
mente con dicha enseñanza. Muchos profesores publicaron sus un poco de refle30 del carácter aenciclooédico» v mal definido
cursos y otros tratados y compendios, y no faltaron también de la sociología del siglo xrx y aun de la situación de la disd-
obras dedicadas a temas especiales. Es por ello que, con res- prrilaeneT pnmer terríOCfel presente siglo en varTosPaiSes
pecto a este período, se habla de una fase de «especialización europeos: en parücular su mc1erta posición en la estrÜctlira
sociológica" o de «Sociología sistemática» .'.!s y sin duda lo fue, univeiSitaria:· su-Viñcülaci6n conotra·s-denCias- sOCiaies~-su
cuando se la compara con los ras.gas menos precisos del pe- fodavía -estrecha ·conexión con fa füüs6fía. . . - . ---- ---
ríodo anterior, y con el estado de la sociología en otros países En los países latinoamericanos se agregaban, además de las
durante las primeras décadas de este siglo. En esta literatura circunstancias relativas al reclutamíemo de profesores v c2-
de origen universitario no ha de hallarse originalidad, aun- rácter de la enseñanza, aludidas en párrafos anteriores, "otros
que puedan señalarse varias excepciones a esta regla general. hechos que contribuían a reforzar los obstáculos para la for-
'Tuvo, sin embargo, el mérito de trasmitir a menudo_ de __ma- mación de vocaciones exclusivas en el campo de la socioiogía.
nera organizada y sistemanca el conocrmieIJ.t.Q_sociológico de Cabe citar aquí el hecho -meramente demográfico-- del re-
la epoca, teniendo en cuenta a veces particulares aplicaciones ducido volumen numérico de las élites intelectuales en mu-
a 1a ·realidad latinoamericana. chos países de la región, la universal escasez de personal do-
cente para sus numerosas y crecientes universidades. Por
17. Durante esas R.rímeras décadas, logró reflejar de ma- último -tal como ocurrió en todos los países- los profesores
nera bastante fiel el estado de las teorías sociológicas tal co- y todos aqueilos que trabajaban en sociología, eran autodi-
mo se iban.formlllando en los centros europeos e incluso en dactos en cuanto a esta disciplina, aun cuando poseyeran for-
NOrtea:m.érica. A ineñüaoer-á. visible, "éómG también lo anota mación académica en otras carreras. Este hecho, que no im-
2
ª A. PovrÑA, Historia, cit. 2r R. BAsTIDE, op. cit.

26 lZ 27
LA..SbCIOLOG!A EN L'! AMÉRICA LATINA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS •0 0CIOLOGJA Y CA.HBIO SOCIAL EN LA AMÉRICA LATINA

pidió el surgimiento de brillantes figuras fue, sin duda, otro la sociología. En varios países -como ejemplo importante
elemento que influyó poderosamente en la falta de especiali- puede darse Brasil- el antipositivismo en filosofía no afectó
zación anotada y en muchos casos perjudicó seriamente la mayormente su desarrollo. Pero en muchos otros -el ejem-
enseñanza. plo típico es la Argentina- el apogeo del antipositivismo
En general la enseñanza no se vinculó a la investigación. marcó también el temporario eclipse de la sociología como
En el nivel universitario la labor de investigación fue extre- «1iscíplina-Ciéllfífica. Ademas de sus efectos esPecíficos.Jas.
madamente reducida o casi nula, con algunas importantes varias corrientes espiritualis~as, idealistas e intuicionistas,
excepciones, que se verificaron ya avanzado el segundo cuarto contribuyeron a modificar el clima intelectual, reforzando
de siglo. Esto no significa que hayan faltado trabajos de in- fenéleñéias--preexistentes, tendeii.cias_y_r-asgos.que representa-
vestigación, definida ésta en términos no técnicos. En rea- oañ-Tyrepresénfan) un obstáculo para la formación V macfu-
lidad podrían indicarse muchas obras de gran importancia y rac10n CiéunaaC11filcl"Cieñffficaensociología. Tales repercu-
valor científico. Se trata en su mayoría de estudios a menudo siones de tipo más difuso y general, que afectaron sobre t0do
colindantes con lo literarw o lo hístóri_co, estudios de tipo al mundo académico, a los intelectuales y al público culto,
impresiomsta, trabajos en los que -sobre todo- se refleja no se limitaron a unos pocos países sino que con mayor o
la tradicion del ..:pensamiento» de la prrmera etapa: descnp- menor intensidad influyeron en gran parte de América latina.
c1ones v analísrs de determmados sectores de la «realidad so- .Un importante sector del movimiento antinositivista f11e
cial» estudios cuva fmahdad exclusiva era el conocimiento mucho mas allá de la superación de ciertas corrientes filosó-
füsto~1c6 o sociogfaf1co de esa mISma reafüiad concreta, y n~ fl~~- o _ge una reacción a las ·poSíCTOñes--<;Cie!.l!fü~a.§_~ cie l_os
laverfücaCion de__fíI]::JófeSis_ o_ teoríaS-cJg__yªll.d.e.-z._g_e_neral.--El epígonos del positivismo. Si por un lado significó t:na reno-
papel dé los conceptos soc101ogicos era en todo caso el facili- vación de los estucllOSY una maduración del pensamiento fi-
tar o permitir tal conocimiento concreto y no el de comprobar losórico en la América latina, por el otro también implicó la
su validez con la intención de contribuir así al avance de la irrupción de un irracionalismo extremo que no solo atacaqa
teoría sociológica. Predominó, en otros términos, la idea de la ai-~Cienfi!IcTSffio,, sino que tendía a desprestigiar toda actitud
«Sociología nacional», -y, como se vera, esta concepc10n aún científica. Los nota61es cambios producidos en cuanto a los
domina. Por otra parte muchos trabajos, aun teniendo signi- fundamentos de la ciencia desde comienzos de siglo, fueron
ficado. sociológico, r.o se realizaron en conexión cordas teorías interpretados lisa y llanamente como «bancarrota de la cien-
e hl:pótesi~ de__esta \llsciplil1a, fueron a menud9_~~~!_1jbu_c!ónes cia» y esta actitud afectó Je manera particular a las ciencias
not comoleto desvinculadas de la marcha del desarrollo de la del hombre: desde la. biología, en la que cobró auge el vita-
socfologfa;-n:ecnas- por-personas no formadas en ~a c!_isciplina. lismo, hasta la psicología con el predominio del bergsonismo,
y otras formas posteriores de intuicionismo y sobre todo la
18. En esta segunda fase que estarnos describiendo, debe sociología. Si en una ciencia más establecida como la biología.
asiimarse :rran inmortancia al acento ai.-itipositivista que carac- esta postura fue solo compartida por intelectuales (y no por
terizó cierta parte de la sociología latinoamericana en los úl- biólogos, de manera que la labor científica concreta no se vio
tlinos treinta años. afectada) todo lo contrario debía suceder con la psicología y
- Repercusiones de la superación del positivismo europeo la sociología. Por lo menos en algunos países, llegó a produ-
del sialo nasado se registraron en América latina desde los cirse una especie de sustitu-::ión del contenido concreto de
prime~os ;ños del siglo: así ocurrió po~. ej~1?plo ei: M_~::Ci~o, ambas disciplinas, por form&3 más o menos ecléc~icas de filo-
donde ya en 1904, hay un movimiento f11osof1co antiposIL1v1s- sofía.
ta. Y -cabe subrayar- no carece quizás de significado que El impacto más intenso se dio en el campo de los funda-
fuera un destacad.o sociólogo-filósofo de ese país, Antonio mentos metodológicos. La influencia preponderante fue ale-
Caso. auien encabezaba el movimiento. Las corrientes anti- mana: toda la tndición de las Geisteswissenschaften llegó a
posiÚvlstas y postpositivistas se propagaron en el campo de ser aceptada sin resPrvas. La separación radical entre «cien-
la filosofía, en toda América latina. Sin embargo, no en todas cias de la naturaleza» y «ciencias del espíritu o de la cultura"
constituyó para muchos la última y definitiva solución del
partes este hecho ejerció la misma repercusión en cuanto a

28 11 29
LA SOCIOLOGU EN LA AMERICA LATI.VA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS SOCIOLOG1A. Y C.HfBIO SOCIAL EN LA AMERICA LA.TINA.

problema, y difundió una imagen de la sociología como disci- en las cuatro causas aristotélicas, y la interpretación de esa
plina de tipo especulativo y de contenido filosófico en todo o disciplina como una versión de la «política». Todo esto acom-
en parte. Las actitudes necesarias para el desarrollo de la in- pañado por el enérgico rechazo de métodos «naturalistas»,
vestigación se vieron seriamente desalentadas: o bien se reab- considerados como expresión del materialismo y el positivis-
sorbió la sociología en la historia, o bien la afirmada inaplica- mo. Debe aclararse de manera explícita que centros universi-
bilidad de los «métodos de las ciencias naturales" a las ciencias tarios católicos de algunos países no compartieron esta posi-
del hombre, la proclamada identidad de sujeto y objeto en ción, pero indudablemente ella ejerció una influencia difusa en
sociología, el papel privilegiado de una u otra forma de in- una considerable proporción de intelectuales de esta tendencia.
tuición, significaron la eliminación de toda exigencia de ve-
rificación en el campo de las ciencias del hombre. En socio- 19. Si recordamos ahora algunos de los rasgos generales
logía podía (o mejor debía) alcanzarse la verdad por intui- de la sociología en A.rnérica latina, su escaso nivel de :;specia-
ción inmediata: completamente estéril sería la fatigosa lización y en particular su estrecha vinculación con la filoso-
búsqueda del dato para comprobar hipótesis. Imposibles o fía, la historia y el derecho, el carácter predominantemente li-
infecundos los procedimientos de generalización y explicación. terario y ensayístico de muchas obras sociológicas (cualquiera
Al extender puntos de vista de la fenomenología se declaró fuese su valor de originalidad y riqueza de observación) se
tarea previa, en sociología, determirni.r la esencia de su obje- comprenderá muy fácilmente cómo las orientaciones filosóficas
to, fondarse sobre una ontología, y la formulación de· ésta aludidas parecieron proporcionar un sólido fr!.ndamento a esa
pareció tarea propia del sociólogo. Por lo menos así se hizo manera de encarar la tarea de «investigación».
en libros y cátedras que siguen llamándose «de sociología», ~s Después ele todo, la «Comprensión" y la intuición inme-
a pesar de dedicarse de manera casi exclusiva a esta «tarea diata parecían precisamente los procedimientos puestos en
previa». práctica en los estudios «impresionistas", desde la época del
La va aludida canalización de las influencias intelectua- «pensamiento presociológicon. Ahora se podía afirmar que
les a través de tres países funcionó aquí de manera muy efi- tales procedimientos eran los únicos realmente «científicos,,.
cientP. para reforzar y difundir estas orientaciones. Casi todo para el conocimiento de lo social.
lo publicado en España, México y A.rgentina en los últimos '.20 En realidad. la sociología inspirada en esas tendencias
ó 25 aúos, puede clasificarse grosso modo en ellas. Se publicó filosóficas fue p<...rticularmerne estéril en cuanto a trabajos
todo Dilthey, obras de Ríckert y \iVinclelband, muchos libros
concretos-:-íoS que en general se realizaron fuera desu ámbi-
de Scheller, Vierkandt, Spann, Freyer, Spranger y natural- to~Se--tratabaSobre_todO_de_una-:SociólÜgia--de ia cátedra~; y
mente gran parte de Husserl y otros fenomenólogos. En época
más reciente, Sartre, Heidegger, M"rleau-Ponty y otros, que se dedicó de manera casi exclusiva a los tratados, a los pro-
también hallaron amplia acogida en la enseñanza sociológica. blemas metodológicos, o a la interminable discusión de las
Cabe agregar como es obvio los trabajos de autores latino- «cuestiones previas». Se comprende cómo, en los centros don-
1
americanos o españoles; estos últimos -particularmente Or- !
_s:le ll¡:;g§ a prevalecer, desalentó todo rigor en la investigación,
tega y Gasset- influyeron de manera considerable en la acep- o la investi~_Lón..misma.
tación de las corrientes germanas en filosofía y sociología. Todo esto ocurría precisamente cuando se iban a pro-
Además de esta influencia, en la A.rgentina y en algunos otros ducir en Europa y América del Norte hechos nuevos de sin-
centros, un- impacto análogo sobre la sociología se originó en gular significado. Por un lado, la sociología mundial estaba
el neotomismo, matizado en varias formas con el espiritua- tomando nuevos rumbos: la generación de los gra.:ides 1,eóri-
lismo y la fenomenología de origen alemán: así no fueron cos -Durkheim, Pareto, ·weber, Simmel y otros- parecía
infrecuentes en el país nombrado cursos de sociología basados haberse cerrado. Si algunos de ellos habían podido umr bri-
llantemente teoría e investigación, ahora se trataba d.:; conti-
~ 3 Cf. G. GERM.rnr, La sociología científica, :Yiéxico, Universidad nuar su obra otorgando mayor eficacia y rigor a los métodos
Nacional Autónoma, 1956, cap. I; G. GE...'<MA"I, <Cna década de discu- y asegurando a la vez un avance teórico de carácter acumu-
siones metodológicas en la América latina•, en Boletín del Jnst-ituto
de Sociología, Buenos Aires, 1956. lativo a través de una fecunda interacción entre hipótesis, in-

30 20 91
'-'-'-
LA SOCIOLOC!.1 EY L-'l .4MÉRICH. ·V!'.TINA: .PROBLEMAS Y .PERSPECTIVAS SOCIOLOG!A Y CAMBIO SOCIAL EN LA AMÉRICA LATINA

vestigación. nuevos esquemas conceptuales, nuevas investi- si la calificación de «Científica» debe adjudicarse únicamente
gaciones. a una disciplina que acepte los mismos fundamentos metodo-
Por otro lado 1a creciente interpenetración entre la sociolo- lógicos básicos de la ciencia en general, aun cuando pueda
gía europea y la norteamericana, micfada desde la década del luego diferenciarse, en ciertos aspectos, de las ciencias llama-
tremfü e--füferiSiñcaoaba]o él:lmpacfo de fa segunda guerra das «naturales»; o bien debe extenderse también a las lla-
m~~dia~=T~p~ic~ ~~~!!~a'§:~-ii~~ P~()~Un~as~j -~ar'có ~roba­ J.Uadas ciencias de la cultura o del espíritu. En las presentes
Olemente los albores de una a:sociología niiina1ah-~decir, circunstancias se trata de saber si debe abandonarse el tipo
el-comfenfo .de -1a supéradón aelas connotaciones nacfonaies de sociología universitaria que todavía dorr.dna la región para
que. nabfan caracferizado-su··a.esaITO.l.TO. hasta ese momento. adoptar la orientación asumida en los últimos quince años en
Es-615-v'io-que este proceso implicaba algo más que un puro los centros más avanzados de nivel internacional.
desenvolvimiento intelectual: el volumen y la intensidad de La situación actual podría en efecto describirse en los si-
los cambios sociales contemporáneos y el nuevo significado guientes términos: por un lado, en muchas de las universi-
que iban adquiriendo las ciencias del hombre como único ins- dades el estado de la disciplina es aproximadamente el que
trumento racional frente a esos cambios. se ha descrito en la sección anterior: enseñanza de tipo es-
Se multiplicaban así también en muchos países europeos peculativo, contenido, ecléctico y límites mal definidos; escasa
los estudios concretos, la «tecnificafión» de los métodos, la especialización del personal docente; reducida labor de inves-
diferenciación interna de la sociologia, y paralelamente,· a pe- tigaeión y en todo caso carácter más bien ccliterario» e «im-
sar de las sólidas tradiciones académicas del Viejo Mundo y presionista» de la misma; escaso conocimiento de la moderna
de sus resistencias. se renovaba la estructura organizativa en metodología de la investigación; organización universitaria
el nivel universi~io, con la creación de modernos institutos inadecuada para satisfacer los requerimientos actuales de la
de investigaciones y escuelas especialmente dedicadas a la enseñanza y la investigación en sociología. Por otro lado, han
ensenanza C!e la soc1oíc)gia. En Estados Omdos sru;g1an nuevos ido surgiendo en algunos países institutos y escuelas en los
desarrollos teóricos, que significaban a la vez una superación que se han incorporado o se tratan de incorporar las orienta-
del «provincialismo» y, en gran medida, del planless empi- ciones recientes, tratando de lograr una adecuación al nivel
ricism. internacional. Dos de estos centros -cabe agregar- han sur-
Por supuesto, :esta nueva fase «mundial» de la sociología gido por iniciativa de UNESCO, de los gobiernos de Chile y
encuentra abiertos muchos problemas; no es el menor entre Brasil (donde residen) y de las restantes Repúblicas del con-
ellos el vincular de manera articulada teoría e ir1vestigación tinente, y su finalidad es la de servir a toda la región. Coe-
en niveles de creciente generalidad; la etapa de los «inventa- xisten entonces en América latina en la actualidad dos tipos
rios» cualquiera que sea c;u utilidad práctica. Pero estos pro- de sociología, y el problema planteado por esta coexistencia
blemas y muchos ot:rns son los que presenta y debe presentar es sumamente complejo. No se trata en efecto solamente de
una ciencia en movimiento. «modernizar» cierta parte de la sociología en América latina,
¿Cuál era y cuál es, mientras tanto, la reacción de la so- sino de decidir un cambio de actitudes, una reorientación en
ciología latinoamericana frente a las nuevas orientaciones? el orden de los valores, la adopción de una diferente posición
La contestación a esta pregunta nos lleva a lo que hemos con- científica al par que cambios sustanciales en cuanto a organi-
siderado como una tercera etapa en el desenvolvimiento de zación material y a comvosición del personal docente y de
la sociología en .i:\mérica latina. investigación. En e~to se halla también implícito (quizás) un
problema de generaciones.
21. Un estudio del desarrollo de la sociolo5ía en la región
VI. TERCERA ET-WA DEL DESARROLLO'. COMIENZOS DE LA no podría concluirse sin un análisis de los factores que influ-
SOCIOLOGÍA CIENTÍFICA yen en la situación actual y que ponen una vez más en estie-
cha conexión elementos inmanentes a la ciencia misma y ele-
20. El título de esta sección qmzas no sea aceptado por mentos c'Jrrespondientes a su «Contexto social». Un primer
todos los sociólogos de América latina. Se discutirá, en efecto, elemento es la manera en que muchos sociólogos (que podría-

-i 1 33
L4 SOCJOLOGJA EN L!. .·LHÉRICA LATINA: PROBLEAUS Y PERSPECTIVAS SOCIOLOGJA Y CAMBIO SOCIAL EN LA AMÉRICA LATINA

mos denominar «tradicionales") y una parte del ambiente pública» 30 y se supone que se trata de una sociología «prag-
académico en general, perciben la sociología reciente. En esta mática» o «aplicada». El concebir toda investigación empírica
percepción hay varios elementos. El primero se debe simple- como «aplicación», se relaciona directamente con la idea di-
mente a deficiencias de información. Si en el pasado la lite- fundida en América latina de una subdivisión interna de la
ratura sociológica latinoamericana logró proporcionar y trans- sociología, en «teoría o pura» y «aplicada». Esta últi.1TI.a es
mit~~ un~ información adecuada al estado c~nterilporáneo de concebida dentro de la tradición de la «Sociología nacional» y
la cl1sc1plma, en las últimas décadas tal literatura ha ido de- se agota en el conocimiento de un objeto histórico y geográ-
teriorándose: en la práctica ha quedado detenida en el estado ficamente de~erminado; es «sociograffa,, y no tiene ningún
en que se hallaba la sociología hace unos veinticinco años. eg propósito de favorecer generalizaciones de más alto nivel.
De este modo no es infrecuente encontrar en América latina
22. Esta circunstancia se relaciona con otro elemento:
sociólogos que desconocen problemas, conceptos, métodos que cierta noción de investigación básica en sociología. Se habla
son corrientemente discutidos en los centros científicos de de «investigar» pero al parecer este término se emplea en el
Europa y Estados Unidos. Con la excepción de algunas obras mismo sentido que «investigación» en filosofía (por ejemplo)
de antrop?logos sociales, y ele algún otro texto, muy poco se a saber, como elaboración de ideas, pero no como compro-
ha traducido al castellano (aunque recientemente esta situa- bación mediante la observación o el experimento 31 •
ción se está modificando). Es posible que tal deterioro se de- , Es probable que en esta manera de concebir la investiga-
ba a la creciente especialización de la sociología, al eñorme ción se refleje también la posición espiritualista que se seña-
aun;~nto de la literatura, a su lenguaje más técnico, al tipo de ló anteriormente. Se asemeja en efecto a la separación entre
proo1emas: elementos todos que suponen un obstáculo para «Sociografía,, y usociología pura" corriente en Alemania hace
personas formadas en las humanidades o en las ciencia~ iu- tres décadas en que se concebía la sociología pura como una
rídicas. La falta de información se acompaña a menudo "de «Ciencia filosóüca». Pero es ta.inbién la imagen correspondien-
ciertas informaciones fragmentarias e incorrectas. Por eiem- te al tipo de labor que tradicionalmente ha ido desempeñando
plo, t?da la labor de investigación en la sociología actu~l es la sociología universitaria. A menudo las nuevas orientacio-
conocida como «Sociometrfa,, o como «encuestas de opinión nes en sociología son percibidas como correspondientes a la
«Sociología norteamericana» definida como «práctica». Se le
09
• En una muestra del 50 por ciento de las cátedras de socio- opone así una orientación europea, de tipo «teórico», «desin-
lo~1a e~si:entes en Argentína en 1958 los libros incluidos en las bi-
bllografias indicadas para los estudiantes, se distribuían ae la si- teresado», más elaborada desde el punto de vista de la madu-
guiente manera:
Obras sociológicas correspondientes al desarrollo teó- so El libro que es tenido como representatívo de las nuevas
rico anterior a 1930 .... , , .. , .. , ... , ... , . . . . . . . . . . 27 % tendencias metodológicas es la obra de Lunclberg, Social Research
Obras sociológicas correspondientes al desarrollo teó- (la edición inglesa de 1942 fue traducida al castellano en 1949) ; los
rico de los años 1930-55 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 % trabajos ele Moreno son conocidos a través de Gurvitch y de un ar·
Obras predominantemente filosóficas o de otras di.::ci- tículo traducido al castellano. Estas observaciones solo se aplican,
plinas sociales, correspondientes al desarrollo teÓri- naturalmente, a los sociólogos ajenos <? la tendencia morlerna y a
co anterior a 1930 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26 % cierto sector de los intelectuales. Tras la nublicación en castellano
Obras predominantemente filosóficas o de otras disci-
plinas sociales. correspondientes al desarrollo i:eónco
de la obra de Sorokin, Fads and Foibles tn Modern Sociology casi
simultánea a la eC.ición en i.riglés, es posible que este libro se con-
de los años 1930-35 ...... , . , .. , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 % vierta para mucha gente en el principal canal ele información sobre
la <sociología moderna>. Esta clase de información errónea se en-
100 % cuentra también en otras partes; véase por ejemplo el libro ele Gold-
~n. la actualidad (1962), la situación ha mejorado, pero los ras- mann, Sciences Hm,wines et philosophie, París, PUF., 1954 (también
gos ~dicados s~guen predominando en vanas ele las universidades del traducido al castellano).
mter10r ~el pa1s. Datos extraídos de G. Germani y J. P. Graciarena:
La ense;ianza y la investigación en Sociología, Ciencías Políticas y si El impacto del cambio social sobre el desarrollo de las cien-
Econo;nia en la A.rgentina, Buenos Aíres, Insututo de Sociología. 19S8. cias sociales es bastante cl&ro en el Brasil. Véase L. A. CosTA. PINTO
Publ. mterna nº S. ~ · Y R. CAR::-<EIRO, As Ciéncias Sociais no Brasil, Río de Janeiro, CA.PES,
1955.

34 22 35
SOCIOLOGJA Y CAMBIO SOCIAL EN L1 AMÉRICA LATJNA
L4. SOCIOLOGU EN L-1 AJiERICA LJTIN-1.: .PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS

rez filosófica. Se enfrentan aquí los estereotipos nacionales cambio, una explicación de los procesos que tan profunda-
asignados respectivamente a los Estados Unidos y a América mente afectan la vida individual y colectiva.
latina: los norteamericanos prácticos, técnicos, estrechamente Es obvio que estas actitudes del público hacia la sociolo-
especializados, poco dados a la especulación pu::a, al arte, a lo gía, si por un lado tienden a romper las resistencias académi-
«Superior»; todo lo contrario del latinoamericano, de espíritu cas y a renovar la enseñanza y la investigación, por otro re-
filosófico, literario, propenso a las humanidades, al pensa- presentan un peligro para el desarrollo de una sociología
miento de tipo general, no constreñido en angostas especiali- científica. El énfasis sobre las aplicaciones prácticas y la for-
zaciones. De este modo se acompañan a menudo en las actitu- mación de profesionales podría perjudicar el surgimiento de
des hacia la sociología actual, todas las ambivalencias políticas la investigación básica en sociología. Y esto, sobre todo si te-
y emocionales que caracterizan para muchos latinoamericanos nemos en cuenta las tradiciones existentes a este respecto en
sus relaciones con los Estados U nidos. la región. Nada más significativo aquí que la actitud de la
Han llegado así a enfrentarse, por lo menos en un sector sociología «tradicional» frente a estas demandas del público;
del ambiente universitario y para muchos intelectuales, dos no deja de insistir en la necesidad de la mvestígación, pero la
imágenes opuestas de la sociología, ambas por completo ale- concibe, como se ha visto, como «Sociografía,,, «Sociología na-
jadas de la realidad. cion,al», sin mayores repercusiones sobre la «Sociología pura,,,
Estas falsas imágenes peseen una gran importancia en quedando así protegida de cambios la esfera actual del profe-
tanto influyen sobre los grupos que ejercen el poder de deci-
sión en todo lo que afecta al futuro de la enseñanza y la in- sor universitario.
vestigación en sociología; son fuentes de inseguridad en cuan- Igualmente perjudiciales son las expectativas acríticas que
to al carácter de la sociología, su contenido, sus métodos, sus rodean a la sociología, la urgencia de soluciones casi milagro-
requerimientos dentro de la organización académica. sas que se esperan de ella, agregado todo esto al desconoci-
miento de sus métodos de investigación, de los requisitos or-
23. Por otra parte, y como factor que ejerce una presion ganizativos y técnicos que demanda, y del grado de entrena-
poderosa, el proceso de rápido cambio que están experimen- miento y especialización que supone la actividad científica en
tando las sociedades latinoamericanas, impulsa hacia una re- sociología. 32
novación de los estudios sociológicos: urbanización, industria- A esta constelación de actitudes, favorables y contrarias
lización, incorporación de masas humanas al tipo de vida de al desarrollo de la sociología científica, hay que agregar la si-
las sociedades industriales, integración política de grandes tuación material: falta de personal, de recursos, de fuentes
sectores de la población, han creado no solo una multiplici- bibliográficas; y la organización universitaria, a menudo poco
dad de problemas, sino que han alterado también la estructu- adecuada para las nuevas necesidades.
ra de clase, y en particular el origen social tanto del estudian-
te universitario, como del profesor y de las élites intelectuales. 24. Con todo, en los últimos años se han ido realizando
De este modo, por un lado las actitudes «Contemplativas» avances considerables. Han surgido varias escuelas especiali-
vLnculadas por ejemplo a las de tipo aristocrático, ceden el zadas en sociología, y este hecho tiene un particular significa-
paso a una mayor inclinación hacia los estudios empíricos, do, pues implica la superación de la imagen tradicional y la
para una formación más científica. Por otra parte estos estu- formación de un personal con formación sistemática en la dis-
dios son reclamados directamente desde diferentes sectores ciplina. También han surgido institutos de investigación real-
con finalidades de inmediata aplicación: la industria pide ex- mente funcionantes y no de mera existencia formal, como
pertos en relaciones laborales o en estudios de mercado; el
ocurría con frecuencia en el pasado. La obra de los organis-
estado y otros organismos educacionales, de previsión, sani-
tarios, etcétera, solicitan expertos en investigaciones sociales ~- F. FERNANDES ha descrito recientemente una situación seme-
o en relaciones humanas, en relaciones públicas, en organi- jante: <Ü padrao de trabalho científico dos sociologos brasileirOS>,
zación. Por lo demás, se espera que la sociología pueda dar Minas Gerais, Edición de Revista Brasileíra de Estudos Políticos
una respuesta a los dilemas que plantea la sociedad en rápido 1958.

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Z3 37
L! SOCIOLOCi-1 E.V LJ A.WéRICA LATINA.: PROBLE.HAS Y PERSPECTIVAS

mos internacionales con sus organismos regionales, sus re-


uniones y seminarios, y en general la mayor comunicación con CAPÍTULO III
los centros más avanzados, está dando sus frutos. Algunos paí-
ses se hallan mucho más avanzados que otros y no sería posi-
ble examinar aquí en detalle estas situaciones nacionales. Pero LA INVESTIGACióN SOCIAL EN LOS PA.íSES
el estado de la sociología en la región puede· ser ·descrito, sin MENOS DESARROLLADOS: EL CASO DE AMÉRICA
demasiado wíshful t.rinking, como promisorio para el desarro- LATINA.
llo de la sociología científica.

(1959)

I. PRERREQUISITOS DE LA INVESTIGACIÓN SOCLU; EN LOS


PAÍSES MENOS DESARROLLADOS

· Los problemas suscitados por la investigación acerca de


las implicaciones de la industrialización y el cambio tecnoló.-
gico no pueden separarse netamente de los relacionados con
la investigación social en general --definida la «investigación
social» por su fundamentación en principios metodológicos de
carácter científico y por la utilización de avanzados procedi-
mientos técnicos adecuados a los temas que la ocupan. En el
estudio de los efectos del cambio tecnológíco suelen surgir
problemas vinculados con el tipo o "estilo" de investigación
social por utilizar, con las técnicas más apropiadas o con el
orden de prioridad que debe asignarse a los diferentes temas
que ha de encarar la investigación. Sin embargo, estos pro-
blemas constituyen solo un aspecto de las cuestiones genera-
les relativas a la posibilidad y desarrollo de la investigación
social en los países menos desarrollados. Algunas de estas
cuestiones son, probablemente, muy generales. Otras son en-
démicas en ciertas áreas caracterizadas por rasgos culturales
comunes o por niveles similares de evolución socio-económica.
Tras haber examinado en forma sumaria algunas de las con-
diciones generales que se presume unidas a la investigación
social, nos referiremos en particular a América latina.
Las condiciones generales que afectan a la posibilidad y
desarrollo del conocimiento científico en general y de la in-
vestigación social en particular han sido examinadas en dife-
rentes estudios. Aquí solo señalaremos ciertos aspectos de e"os
estudios y recordaremos, al mismo tiempo, que los problemas
teóricos y prácticos que surgen con la investigación social en

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