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Durante la tercera semana del mes de febrero de 1945 las fuerzas Aliadas de la RAF (Real Air Force
británica) y de la USAF (United States Air Force norteamericana), procedieron al bombardeo de la
ciudad de Dresde. La operación, dirigida por Arthur Travers Harris conocido a menudo por la
prensa como «Bomber» Harris (Bombardero Harris) y dentro de la propia RAF como «Butcher»
Harris (Carnicero Harris), Comandante en Jefe del Comando de Bombarderos de la Real Fuerza
Aérea durante la última mitad de la Segunda Guerra Mundial. Logró imponer los “bombardeos en
alfombra”, que los nazis habían inaugurado durante la guerra de 1936-39 que siguió al golpe de
estado militar que acabaría con la República española. Los resultados obtenidos en los bombardeos
de Golpejar y el famoso de Guernica, habían seducido a este hombre que se vanagloriaba de su falta
de sensibilidad. La combinación de las bombas explosivas con las incendiarias convertían a ese
cóctel asesino en algo arrasador, la “tormenta de fuego”. Nada quedaba en pie.
Los días 13, 14 y 15 de febrero de 1945, un diluvio de bombas cayó sobre la antigua capital de
Sajonia, conocida como la “Florencia del Elba”, que fue en gran parte arrasada.
Las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos (USAF) y la Real Fuerza Aérea británica (RAF)
utilizaron bombas «HE» (high explosive), de gran potencia explosiva, unas con un régimen de
detonación supersónico, y otras con un régimen de detonación de relojería. También se utilizaron
bombas incendiarias, «IB» (incendiary bombs), varios millares de bombas incendiarias, en
particular a la “Termita”1, ya que el uso del fósforo era discutido. La combinación de ambos tipos
de bombas, provocaría un verdadero infierno, principalmente en el centro de la ciudad, causando la
muerte de miles de ciudadanos y de refugiados.
En una noche y dos días fueron efectuados cuatro “raides” sobre la ciudad, lanzando un total de
2'431 toneladas de bombas HE y 1´475,9 toneladas de bombas IB.
1 Termita es un tipo de composición pirotécnica de aluminio y un óxido metálico, generalmente de hierro, el cual
produce una reacción “aluminotérmica” conocida como reacción termita, La ignición produce temperaturas
extremamente elevadas y una vez iniciada es casi imposible de apagar.
2 El Avro Lancaster, era un avión bombardero pesado de precisión. Era principalmente un bombardero de noche
debido a su concepción poco defensiva que lo hacia más vulnerable durante el día para los cazas enemigos.
3 El de Havilland DH.98 Mosquito fue un avión militar polivalente británico. Curiosamente construido en gran parte
de madera, sorprendió al alto mando militar, al descubrir que era casi imposible de detectar por el radar. Fue
adaptado a muchas otras funciones durante la guerra, incluyendo la de señalizador de blancos.
Trayectoria seguida por los aviones de la RAF desde Lincolnshire hasta Dresde
A las 21:51 del martes de carnaval, 13 de febrero de 1945, en una noche clara, fría e invernal, las
sirenas de alarma antiaérea de Dresde comenzaron a aullar por la 175ª vez en lo que iba de guerra,
creando el pánico entre los habitantes que no esperaban, ni estaban suficientemente preparados,
para un ataque aéreo. Como en ataques anteriores los habitantes de la ciudad se dirigieron a los
sótanos de sus casas o bloques de viviendas y a los raros “búnkeres” disponibles.
4 Las blockbuster eran bombas de dos toneladas, llamadas así por su capacidad de destruir una manzana de edificios
entera.
No debemos olvidar los numerosos monumentos históricos del Barroco tardío dañados. Entre ellos:
El códice sufrió daños importantes por el agua, pero fue meticulosamente restaurado. Sin embargo,
algunas de las páginas fueron devueltas fuera de secuencia a la caja protectora de vidrio. Se han
mantenido así porque el daño causado por el agua hizo que algunas de las áreas pintadas se
adhirieran al vidrio. El documento, pre hispánico, ha jugado un papel clave en el desciframiento de
los glifos mayas.
Los ataques nocturnos de la RAF británica del 13 y 14 de febrero, fueron retomados por la USAF el
mismo 14 de febrero. El día había amanecido nublado, pero pese a las condiciones atmosféricas
desfavorables, 311 bombarderos B-17 Flying Fortresses, de la 1a División del 8° Comando de
Bombarderos de la USAF, escoltados por 200 cazas P-51 "Mustang" hicieron el viaje hasta la
capital de Sajonia.
No se pudo alertar a la población, pues tanto el sistema de sirenas de alarma como los servicios
radiofónicos estaban fuera de uso. De las 12:17 a las 12:31, los bombarderos B-17 y los cazas
escolta P-51 "Mustang" sobrevolando la ciudad de Dresde en llamas, en un cielo cubierto de nubes
y hollín, utilizando el radar H2X para apuntar, lanzaron 1.800 bombas explosivas y minas (474,5
toneladas) y 136.800 bombas incendiarias (296,5 toneladas). Sus objetivos eran algunas industrias
de armamento y, una vez más, la estación Central y el taller de manutención ferroviaria de Dresde
en Friedrichstadt. El hospital y los barrios circundantes también fueron afectados a causa del
funcionamiento deficiente de los radares.
Debido a un frente meteorológico, dos grupos de bombarderos se desviaron unos 100 km al suroeste
y después de la avería del radar de aproximación, bombardearon una parte de Praga pensando que
era Dresde.
En Neustadt de Sajonia, a unos 35 km de distancia de Dresde, el 14 de febrero cayó una lluvia de
ceniza provocada por los ataques nocturnos.
El 15 de febrero, hacia las 10:15, se derrumbó la Frauenkirche (Iglesia de Nuestra Señora), que
había ardido completamente después de los bombardeos de la víspera.
Poco más de una hora y media más tarde, 211 bombarderos B-17 de la USAF, efectuaron un nuevo
6 Hydrierwerk = Planta de licuación. Los alemanes practicaron la licuación de carbón, que es un proceso de
conversión de carbón en hidrocarburos líquidos, para producir combustibles líquidos que reemplazaban la gasolina..
Equipos de rescate en las calles de Dresde sembradas de cadáveres carbonizados
Después vino el problema para recuperar los cuerpos sepultados bajo cientos de kilos de escombros,
el de la identificación de los cadáveres y el de su entierro.
Cuando subió la temperatura en primavera, el hedor comenzó a ser insoportable. Los cementerios
de la ciudad no daban abasto. La vida de los sobrevivientes era angustiosa y agotadora. La
identificación de los cuerpos era penosa, aún más los de las mujeres, pues llevaban sus documentos
en los bolsos que habían quedado lejos de sus cuerpos y se confundían con los de otras. Ante la
dificultad de retirar las centenas de cuerpos que aún se encontraban en los sótanos, en mayoría
muertos por asfixia, se decidió incinerarlos “in situ”, utilizando lanzallamas,
Desde el inicio de la guerra Dresde no había sufrido prácticamente ningún ataque importante. Los
historiadores son unánimes en subrayar la belleza de la ciudad. La creencia de los habitantes en la
imposibilidad de un ataque masivo era generalizada y los refugiados provenientes del Este se
dirigían espontáneamente a Dresde. Por otra parte la ciudad se conocía en la Alemania en guerra
como «Lazarett-Stadt» (la ciudad-hospital). Contaba 22 escuelas y edificios públicos convertidos en
hospitales,para curar a los heridos del frente, además de los grandes hospitales de la ciudad. Su
techo estaba pintado de blanco con una cruz roja, tranquilizando aún más a los habitantes. En
consecuencia, contrariamente a otras grandes ciudades, no había un plan amplio de protección con
grandes refugios antiaéreos y las actividades militares en la ciudad eran prácticamente inexistentes.
7 Una playa de maniobras o patio de maniobras, es una estación ferroviaria especial para la ordenación
(descomposición y composición) de los trenes de carga compuestos por vagones aislados, al contrario que los
vagones en bloque. Se encuentran estas estaciones en los grandes nudos ferroviarios y las grandes ciudades
industriales o ciudades con grandes puertos.
En estas condiciones cabe preguntarse ¿Cuál fue el motivo para organizar semejantes bombardeos?
La discusión sobre si se trató de un ataque necesario, de una acción de combate válida o de un
crimen de guerra continuará durante muchos años.
Se argumentó que había fábricas importantes que seguían aportando armamento al frente. Que era
vital para ayudar en el transporte de combatientes para frenar a los soviéticos que avanzaban por el
frente del Este, pues era uno de los nudos ferroviarios alemanes más importantes, uno de los pocos
que se mantenían en funcionamiento; sin embargo el puente sobre el Río Elba que permitía conectar
los trenes con toda la región oriental no fue destruido pese a encontrarse junto al objetivo asignado.
Del 4 al 11 de febrero de 1945, tuvo lugar en el
antiguo palacio imperial de Livadia, en Yalta
(Crimea) la conferencia que reunió a los presidentes
de gobierno de la Unión Soviética, del Reino Unido
y de Estados Unidos, Iósif Stalin, Winston
Churchill y Franklin D. Roosevelt, respectivamente,
y que suele considerarse como el comienzo de la
Guerra Fría.
Esta conferencia, controvertida, sentó las bases de
la repartición territorial de las zonas arrebatadas por
los aliados a la Alemania de Hitler.
También se tomaron decisiones con respecto a las
ofensivas finales de la guerra.
Durante el desarrollo de la misma, Churchill, había
asumido un compromiso con Stalin para ayudar a
Churchill, Roosevelt y Stalin en Yalta las tropas soviéticas.
De forma retrospectiva, el ataque a Dresde parece haber tenido motivaciones que exceden lo táctico.
Por un lado la “tormenta de fuego” sobre Dresde era una demostración de que el compromiso de
Yalta se respetaba, pero también un mensaje para Stalin desvelándole la potencia de fuego y
capacidad de destrucción de los ingleses.
Por otro parecía una especie de venganza del Carnicero Harris por los 55 mil pilotos británicos que
habían sido derribados por los alemanes en los 5 años de la Segunda Guerra Mundial. Y también
una táctica para infundir terror sobre la población civil alemana, para corroer su moral y confianza y
acelerar el final de la guerra. El impacto de la devastación sobre los civiles alemanes, en opinión de
los altos mandos británicos, sería mayor si el ataque golpeaba una ciudad que hasta el momento
estaba prácticamente intacta.
Británicos y estadounidenses trataron de legitimar el ataque a la ciudad barroca presentándolo como
una necesidad militar: "Dresde era, en realidad, -escribió en marzo de 1945 el mariscal británico
Arthur Harris, responsable de planear el ataque- un montón de fábricas de armamento, un centro
administrativo intacto y un nudo estratégico de comunicaciones, todo eso ya no existe ahora".
En 1945 Dresde era el tercer nudo ferroviario de transbordo más importante del Reich. Según un
informe de la USAF, dos de las rutas que atravesaban Dresde, el eje norte-sur Berlín-Praga-Viena y
el este-oeste, a lo largo de las tierras altas de Europa central eran de especial importancia militar.
Las estaciones de Dresde-Friedrichstadt, Dresde-Neustadt y Dresde-Hauptbahnhof, estaban al
servicio de las industrias de la periferia de Dresde. La Deutsche Reichsbahn (Ferrocarriles estatales
alemanes) disponía en Dresde de un taller de reparación y uno de fabricación.
Los documentos del Archivo Estatal de Dresde permiten hacerse una idea de la importancia
económica de la industria del área metropolitana de Dresde, se mencionan 44 entidades financieras,
29 fábricas de maquinaria pesada, 13 de material electrónico, 12 plantas de la industria alimentaria
y 6 empresas de mecánica de precisión y óptica.
Especialmente relevantes desde el punto de vista estratégico-militar eran: la industria química de
Niedersedlitz incluyendo la Chemische Fabrik Goye & Co., que producía gas venenoso; la armería
Lehmann en Friedrichstadt; la industria óptica, especialmente la Zeiss-Ikon en el centro de la ciudad
y la Emil Wünsche en Reick; la acería Kelle & Hildebrandt en Großluga; la fábrica de
transformadores y aparatos de rayos X Koch & Sterzel AG, en Mickten; las fábricas de electrónica
Hnos. Bassler; y la de electrónica de radiofrecuencia Radio-Mende. En Leuben fabricaban piezas de
maquinaria las empresas Avus, MIAG y Sachsenwerk (esta última especializada en engranajes y
diferenciales). En la localidad de Zschachwitz, hoy un barrio de Dresde llamado Sporbitz, MIAG-
Mühlenbau fabricaba blindajes.
En contradicción con la afirmación del “Bombardero Harris”, solamente la Zeiss-Ikon fue
alcanzada por las bombas y ninguna estación fue destruida por la “tormenta de fuego”. Habría que
esperar los bombardeos del 2 de marzo y 17 de abril llevados a cabo por la USAF, que se
concentraron en las estaciones ferroviarias y algunas industrias de la periferia, destruyéndolas esta
vez y con escasos daños colaterales en particular en vidas humanas,
En una época sin gran difusión mediática, sin Internet ni redes sociales, también hubo afirmaciones,
más o menos fantasiosas, sobre el caso de Dresde.
Se pretendió que la ciudad había sido preservada durante mucho tiempo porque en ella habitaba una
tía de Churchill. Otros afirmaron que existía un acuerdo secreto entre los contendientes que se
habían comprometido a mantener indemnes a Oxford y a esta ciudad. Otros aseguraban que los
aliados habían decidido preservar Dresde para convertirla en la nueva capital de Alemania al final
de la guerra debido a su enorme valor cultural.
En cuanto al bombardeo, voces venidas del este, pretendieron que los aliados buscaron dejar unas
ciudades completamente devastadas en la zonas que pasarían bajo control de la URSS.
Las reacciones posteriores variaron según de qué lado de la contienda se estuviera.
El 16 de febrero, el Ministro de Propaganda, Paul Joseph Goebbels, publicó una nota de prensa que
aseguraba que Dresde no tenía industria militar y que se trataba de una ciudad cultural. Una semana
después publicó un nuevo panfleto en el que afirmaba que habían muerto 200.000 personas.
Estas cifras, puramente especulativas, sin la menor base oficial de estimación, fueron publicadas por
algunos periódicos que citaron como informadores a “fuentes privadas de Berlín”.
El historiador Frederick Taylor afirma en su libro “Dresden. Tuesday, February 13, 1945. Nueva
York, HarperCollins, 2005” que: «hay motivos para pensar que, más tarde, en marzo, varias copias
(o extractos) de un informe oficial de la policía fueron filtradas a la prensa neutral por el
ministerio de Goebbels [...] con las cifras manipuladas con un cero de más en el número de
muertos: 202.040»
Dos libros contribuyeron de manera especial a que esas afirmaciones se convirtieran en leyenda:
The Destruction of Dresden (1963) de David Irving y Slaughterhouse-Five (1969) de Kurt
Vonnegut.
El primero pretende ser un relato histórico riguroso sustentado en muy diversas fuentes
(notablemente entrevistas). La cuenta de 200.000 muertos presentada por el escritor revisionista
David Irving se basaba en un informe policial (Tagesbefehl -TB- Nr. 47) considerado actualmente
falsificado, gracias a una copia del original encontrada en Dresde por Götz Bergander.
Slaughterhouse-Five (Matadero-Cinco) fue escrita por un joven soldado norteamericano hecho
prisionero y obligado a trabajar para los nazis, que había sido alojado en un matadero. Kurt
Vonnegut utilizó su experiencia en Dresde para escribir Matadero-Cinco, en la que proporciona la
misma cifra que Irving, lo cual no es de sorprender, ya que éste fue su fuente para ello.
Vonnegut había estado ahí. Había sufrido, había visto el horror, había sobrevivido. Pero sabía que
ni él ni nadie era capaz de explicar, de comprender semejante barbarie. Por eso su novela salta en el
tiempo, hay seres venidos de otro planeta, de Tralfamador, hay paranoia. Por eso Matadero-Cinco es
una de los grandes textos bélicos de la literatura, un informal manifiesto pacifista.
Estos dos libros vinieron a constituir, para la generación de la posguerra, la referencia obligada para
todos los interesados en la historia de la Segunda Guerra Mundial y en las polémicas sobre aspectos
éticos a los que dio lugar.
Las publicaciones efectuadas por el Ministerio de Propaganda de Goebels hicieron mella en la
opinión pública mundial. Frederick Taylor escribe, en el libro ya citado, que: “esta propaganda fue
efectiva, pues no solo influenció las simpatías de los países neutros, sino que llegó incluso a la
Cámara de los Comunes británica”
Howard Cowan, corresponsal de guerra de Associated Press, publicó un artículo afirmando que los
Aliados habían recurrido a terror bombings (bombardeos terroristas). El parlamentario laborista
Richard Stokes, detractor de los “area bombings” (bombardeos en alfombra) desde hacía tiempo,
llevó la cuestión a la cámara de los comunes el 6 de marzo. Citó diarios ingleses y alemanes para
describir el horror que habitaba las calles de Dresde. Luego explicó las distintas motivaciones que
puede tener un bombardeo en medio de una guerra y se opuso a que continuaran “los bombardeos
del terror”
Las reticencias de los dirigentes militares de EE.UU y la presión de la opinión pública obligaron a
reaccionar a Winston Churchill.
El 28 de marzo de 1945, el Primer Ministro redactó un comunicado dirigido al General Hastings
Ismay y a los jefes del estado mayor británico, que no llegó a enviar y que decía lo siguiente:
Algunos de sus asesores, le aconsejaron de modificar el texto, para no hacer aparecer el aspecto
terrorista de los mismos como prioritario, por encima de objetivos militares clásicos, lo que no
dejaría de provocar algunas reacciones acusando a los responsables de crimen de guerra.
Aceptaban, sin embargo, un cambio de táctica y la suspensión de los “bombardeos en alfombra”.
El cambio de táctica, la suspensión de los bombardeos a ciudades, no tuvieron un móvil
humanitario: estaban pensando en lo que sucedería después de la guerra, en cómo harían ellos para
controlar esos territorios y de qué manera vivirían los integrantes de las fuerzas de ocupación.
Finalmente, W. Churchill, cedió a la presión de los altos mandos de la RAF y modificó el texto que
aún no se había transmitido.
Cuatro días después envió el nuevo comunicado a sus destinatarios.
El nuevo texto rezaba así:
Me parece que ha llegado el momento en que la
cuestión del llamado "bombardeo en alfombra" de
las ciudades alemanas debe ser revisado desde el
punto de vista de nuestro interés. Si tomamos el
control de una tierra totalmente arrasada, habrá
una gran escasez de alojamiento para nosotros y
nuestros aliados: y no podremos sacar materiales
de construcción de Alemania para nuestras
propias necesidades, porque habría que hacer una
provisión temporal para los propios alemanes.
Debemos procurar que nuestros ataques no nos
causen más daño a nosotros mismos a largo
plazo, que al esfuerzo de guerra del enemigo en lo
inmediato . Te ruego que me comuniques tus
puntos de vista.
Finalmente, la actitud que prevaleció entre los Aliados, fue la de evitar, durante mucho tiempo, que
se hablara demasiado de este ataque. Las atrocidades de Hiroshima, Nagasaki y el fin de la guerra
monopolizaron la conversación.
En Alemania sucedió algo similar. La sensación de “culpabilidad colectiva” por las atrocidades
cometidas por el nazismo condenó al olvido, durante años, los bombardeos aliados sobre las
poblaciones civiles en los meses finales del conflicto. Una especie de contrato tácito, hizo que los
alemanes no hablaran del estado de ruina, material y moral, en el que se encontraron.
Actualmente, los bombardeos de Dresde son comparados por algunos revisionistas o grupúsculos de
la extrema derecha con la “solución final” de los campos de concentración nazis, cuando no caen
decididamente en el negacionismo de las acusaciones contra el genocidio perpetrado por los nazis.
En la inmediata posguerra, el Ejército Rojo saqueó los museos de sus obras maestras, pero la Unión
Soviética las restituyó en los años 1950. Los cuadros fueron devueltas a la RDA en 1955 y la
Gemäldegalerie Alte Meister de Dresde fue abierta al público, de nuevo, el 3 de junio de 1956. A la
difícil situación de la posguerra siguió el régimen comunista de la RDA, cuando se emprendieron
numerosos esfuerzos de reconstrucción de la ciudad vieja.
La ciudad necesitará más de medio siglo para curar sus heridas.
El palacio Zwinger, delicado conjunto barroco con un pabellón y un arco de triunfo único en el
mundo (el Kronentor, la «puerta coronada»), fue restaurado entre 1945 y 1963 y se refleja de nuevo
en el hermoso estanque que lo rodea.
La ópera ,Semperoper, fue recuperada en varias etapas. Entre 1952 y 1956 se consolidaron las
ruinas, antes de decidir en 1977 realizar una reconstrucción idéntica al original que fue inaugurada
el 13 de marzo de 1985 con una representación de la ópera en tres actos de Carl Maria von Weber,
“Der Freischütz.” (El cazador furtivo)8, con gran carga emocional.
8 La ópera Freischütz fue creada el 18 de junio de 1821 en Berlín, debido a las tensiones políticas en Dresde, donde
von Weber estaba oficialmente en funciones, la obra tuvo un éxito inmediato, que se extendió rápidamente por toda
Europa y se convirtió en el símbolo del nacimiento de la ópera romántica alemana. Entre los muchos artistas que
fueron influenciados por Der Freischütz figura el joven Richard Wagner, que será considerado por muchos como el
sucesor de Weber.
La Frauenkirche (Iglesia de Nuestra Señora), no fue destruida directamente por las bombas, sino por
un incendio espontáneo, debido a la intensidad del calor, que se produjo en sus sótanos.
La República Democrática Alemana mantuvo sus ruinas como un monumento que recordara la
destrucción de la guerra. Después de la caída del Muro de Berlín, se comenzó la reconstrucción de
la iglesia en 1994 , finalizando esta en 2005. Para ello contribuyeron a su financiación donantes de
todo el mundo. De este modo se recaudaron alrededor de dos tercios de los costes de la
construcción, que ascendieron a 179 millones de euros. Los 65 millones restantes fueron pagados
por la ciudad de Dresde, el estado federado de Sajonia y el Estado Alemán.
A partir del 4 de enero de 1993 se comenzó a retirar, piedra a piedra, la montaña de escombros; los
sillares que aún podían ser reutilizados, se midieron, catalogaron y almacenaron. Mediante un
programa informático SIG diseñado a medida en gran parte con este fin, se pudo seguir la pista de
muchas de estas piedras recuperadas encontrando el lugar original que ocuparon en su momento. De
este modo se rescataron de los escombros 8.000 piedras o trozos de ellas, y de estas se incorporaron
3.539 a la fachada exterior. Las antiguas piedras que han sido reintegradas al edificio destacan por
su color oscuro, debido al envejecimiento, mientras que las nuevas, mayoritarias, son de color
claro9.
En una fragua londinense, Alan Smith, un herrero hijo de un piloto inglés que había participado en
el bombardeo de Dresde, construyó la nueva cruz de 8 m de altura, valorada en 500.000 euros y que
fue financiada por la empresa británica “Dresden Trust”. Durante la conmemoración en febrero de
2000 de los 55 años de la destrucción, el duque de Kent —valedor de la empresa “Dresden Trust”—
entregó la cruz a la ciudad, donde quedó custodiada hasta su colocación. El 22 de junio de 2004 se
colocó sobre la cúpula la cruz denominada Versöhnungskreuz (Cruz de la reconciliación), como
muestra de la amistad entre británicos y alemanes. De este modo, y después de 59 años, se volvió a
ver su silueta sobre la ciudad de Dresde. La vieja cruz, quemada y retorcida, se halla a la derecha
del nuevo altar.
La Frauenkirche ha vuelto a ser el edificio emblemático de Dresde a partir de 2005.
9 Cuando visité Dresde, en 2006, me sorprendió ese aspecto de la mayoría de las construcciones con una patina
oscura, que daban aspecto de “ciudad industrial contaminada” falta de limpieza. La explicación es bien diferente.
Las construcciones están hechas con piedra arenisca ferruginosa de la región. La oxidación del hierro con las
intemperies, les da ese aspecto negruzco característico.
Dresde reconstruida, en la actualidad.
El bombardeo de Dresde, 11 semanas antes de caer en posesión del Ejercito Rojo, será uno de los
episodios mas controvertidos de la acción de los aliados durante la segunda guerra mundial.
Es probable que nunca conozcamos la cifra exacta de muertos en los bombardeos.
Independientemente de ese número, las palabras de Noble Frankland, reputado historiador militar
británico y antiguo miembro del Comando de Bombardeo, sirven mejor que nada para calificar el
drama: “La destrucción de Dresde fue no solo excesiva, sino, posiblemente por el momento en que
ocurrió, innecesaria”.
Será una ilustración más de los horrores de la guerra, que no habrá impedido a los hombres de
continuar a organizar carnicerías un poco por doquier, generalmente con un trasfondo económico,
camuflado por declaraciones de “grandes principios” que poco importan a una gran mayoría de los
que servirán de carne de cañón.
Bibliografía
Matthias Gretzschel: Als Dresden im Feuersturm versank. 2. Auflage, Ellert & Richter, 2006,
Gerd R. Ueberschär: Dresden 1945. In: Gerd R. Ueberschär (Hrsg.): Orte des Grauens. Verbrechen
im Zweiten Weltkrieg. Primus Verlag, Darmstadt 2003, ISBN 3-89678-232-0, S. 37–48.
Fritz Löffler: Das alte Dresden – Geschichte seiner Bauten. E. A. Seemann, Leipzig 1981, ISBN 3-
363-00007-3.
Heinrich Magirius: Die Dresdner Frauenkirche. Jahrbuch in 15 Bänden. 1995–2011
Denis Bocquet, «Dresde: reconstruction, processus de patrimonialisation et investissement civique»,
dans Harismendy (dir.), Rénovation urbaine et patrimoine, 2010.
David Irving, La destruction de Dresde, Éd. Robert Laffont, collection Ce jour là, 1964