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El documento describe cómo Enron adoptó un nuevo sistema contable llamado "mark-to-market" en 1991 que permitía cambiar los resultados financieros de manera constante basado en estimaciones hipotéticas en lugar de valores reales, lo que facilitó la manipulación. A pesar de las preocupaciones, la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. aprobó el método propuesto por Enron en 1992, lo que les permitió ocultar información contable y manipular el valor real de la empresa. La SEC también alentó a otras empresas a adoptar este sistema contable.
El documento describe cómo Enron adoptó un nuevo sistema contable llamado "mark-to-market" en 1991 que permitía cambiar los resultados financieros de manera constante basado en estimaciones hipotéticas en lugar de valores reales, lo que facilitó la manipulación. A pesar de las preocupaciones, la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. aprobó el método propuesto por Enron en 1992, lo que les permitió ocultar información contable y manipular el valor real de la empresa. La SEC también alentó a otras empresas a adoptar este sistema contable.
El documento describe cómo Enron adoptó un nuevo sistema contable llamado "mark-to-market" en 1991 que permitía cambiar los resultados financieros de manera constante basado en estimaciones hipotéticas en lugar de valores reales, lo que facilitó la manipulación. A pesar de las preocupaciones, la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. aprobó el método propuesto por Enron en 1992, lo que les permitió ocultar información contable y manipular el valor real de la empresa. La SEC también alentó a otras empresas a adoptar este sistema contable.
Asimismo otro hecho que serviría como antecedente del escándalo de 2001,
fue la contratación de Jeffrey Skilling, el cual pidió que se adoptara el moderno
sistema contable llamado “mark-to-market” (Precio de Mercado), proponiendo que reflejaría "el valor económico real" de los activos. Esto fue adoptado por el Comité de Auditoria de Enron el 17 de mayo de 1991.Este nuevo sistema permitía cambiar los resultados de los balances de manera constante, calculando el valor de un activo según una estimación de rendimiento hipotético, lo que permitía cierta manipulación, consiguiendo así estimaciones falsas. Tan pronto como fue adoptado el nuevo método, Enron y su auditor, la firma Arthur Andersen, trabajaron para obtener el permiso para emplear ese tipo de contabilidad y, a pesar de las posibles problemas, la Securities and Exchange Commission (SEC) de los Estados Unidos aprobó el método propuesto por Enron para su comercio de contratos futuros de gas natural, el 30 de enero 1992, lo que constituyó el inicio de sus grandes fraudes, permitiéndole ser poco transparente en su información contable. A partir de ese momento, Enron podría manipular el valor real de la empresa con el aval de la autoridad regulatoria. Más aún, la SEC también alentó a que otras empresas cuyos activos pudiesen ser estimados en el futuro, adoptaran la contabilidad “mark-to- market” y así pudiesen reflejar su valor “real”