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SINOPSIS FILOSOFÍA

NIETZSCHE, Friedrich

El viajero y su sombra. Segunda parte de Humano, demasiado humano. Trad. cast. de


Carlos Vergara, Ed. Edaf, Madrid, 1999 (1ª ed. de 1985).

Prefacio. (11)

Dice Nietzsche que su filosofía tiene carácter retrospectivo, que se alimenta


de todo lo que hay por debajo de él, de todo lo que el filósofo va dejando atrás.
(11) (3) Este libro –comenta- va dedicado a los “espíritu libres”, a todos
aquellos que traman un nuevo tapiz a partir de todas las cosas dolorosas que van
quedando atrás. (12) A todos aquellos que sufren por el “espíritu de su pasado”.
(17) “¡Son nuestras expansiones lo que tenemos que expiar más duramente! Y si,
luego, queremos recobrar la salud, no nos queda ya elección: debemos soportar un
carga más pesada que nunca…”. (15) (3) También se habla de una “dietética” y una
“disciplina” que permitan al alma elevarse y “huir siempre de nuevo”. (17)

PRIMERA PARTE. MISCELÁNEA DE OPINIONES Y SENTENCIAS. (19)

16. “El bien induce a vivir.-Todas las cosas son enérgicos estimulantes de la
vida; este es incluso el caso de todo buen libro, escrito contra la vida.” (23)
54. “La cólera agota el alma hasta de suerte que el fondo aparece a la luz.” (37)
58. Libro como cura, tratamiento para las enfermedades que aquejan al alma, que la
constriñen con la “carga” de los dolores del pasado. Libro como liberación,
tránsito, renovación. (38) (3) (OM)
66. “Erostratismo extremado.-Podría haber Eróstratos que incendiaran su propio
templo, donde se adoran sus imágenes.” (39) (2)
75. “… El amor de sí mismo contiene… un dualismo absoluto (o una
multiplicidad) en una sola persona.” (41) (4)
99. Los poetas como educadores del alma, de todo aquello que la torna más
noble y engrandece de belleza; “vaticinadores” de un porvenir de “grandes almas”,
“armónicas y proporcionadas”, liberadas de los yugos de sus “cargas”, creativas y
sobreabundantes: “el saber y el arte fundidos en una unidad nueva”. (50-51)
113. Lawrence Sterne como el escritor-compositor de una “melodía infinita”,
“donde la forma determinada se rompe constantemente, se desplaza y se sitúa de
nuevo en lo indeterminado, de suerte que significa al mismo tiempo una cosa y otra
distinta”. (54) Escritura que mezcla la “profundidad” y la “bufonería”, excitando
el sentimiento de “incertidumbre”. Ejemplo de escritura en la que se intercambian
los papeles y el autor deviene espectador, y viceversa; obra del “espectáculo en
el espectáculo”. (55)

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122. “La buena memoria.-Algunos no llegan a ser pensadores porque su memoria
es demasiado buena.” (59)
131. El objetivo de la “música nueva” y de su “melodía infinita” “puede
comprenderse claramente si nos metemos en el mar, perdiendo, poco a poco, pie
sobre el fondo inclinado, para abandonarnos finalmente al elemento agitado: nos
vemos obligados a nadar.” (63) (4) Nietzsche habla de la música antigua como un
“vaivén” entre lo “amanerado” y lo “fogoso” que “obligaba a bailar”; y cuyas
melodías exigían al espectador una continua “circunspección”. Richard Wagner como
ejemplo de una música disoluta, capaz de “romper toda proporción matemática”.
Fecunda en “paradojas rítmicas”, huye de la “petrificación, la cristalización, el
paso de la música a las formas arquitecturales…”. (63) (4)
169. Disquisición sobre un arte de “segundo orden”: el arte burgués, cuyo
mejor ejemplo constituye la música burguesa, aquella que triunfa en medio del
gregarismo; representación de la misma cantinela, superficial y falta de
profundidad. Frente al arte de los griegos, que Nietzsche califica de superior,
por expandir la salud y el sereno entusiasmo de sí mismos en todo lo que les
rodeaba, el arte romántico es síntoma de decadencia y enfermedad. Fundamentado en
una necesidad de segundo orden: limpiar el alma de todo lo feo y horrible,
gregario y desmesurado. (72-73)
172. El poeta moderno. Otra vez, el arte griego se le aparece a Nietzsche como
el recuerdo de una época excepcional del espíritu. Los poetas antiguos eran
capaces de sublimar sus pasiones y ofrecer algo “más puro” (“nudo y desenlaces más
tiernos”). En contraposición al poeta moderno, excitador de la voluntad, el
antiguo era un “domador de la voluntad”, un “buen poema”, una “bella formación de
sí mismo”, y no “un montón de escombros de un templo”: “es objeto de triste
reflexión por qué las cosas más nobles y exquisitas se presentan ahora como
ruinas, sin el pasado y el porvenir de la perfección.” (77) (3)
173. A los ojos del filósofo, Homero, Sófocles o Teócrito son ejemplos de
aquella poesía, de aquel arte “excedente de una vida sabia y armoniosa” y “no ese
chorro bárbaro… que brota de un alma caótica e indómita…”. (77) (4)
175. Arte. “(…) lo que le importa al autor es la objeción y que se podrán leer
en él muchas cosas que aún no están escritas.” (79) (om)
200. “Original.-No es ser el primero en ver algo nuevo, sino en ver, como si
fuesen nuevas, las cosas viejas y conocidas,…, lo que distingue a los cerebros
verdaderamente originales. Quien descubre las cosas es generalmente ese ser por
completo vulgar y sin cerebro: el azar.” (88)
205. “Aire vivo.-Lo mejor y más sano que hay en las ciencias, como en las
montañas, es el aire vivo que sopla en ellas. A quienes les gusta la blandura del
espíritu (los artistas…) temen y abandonan las ciencias a causa de esta
atmósfera.”(89) (1)

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210. El artista y el criminal, la obra y el crimen. Entonces la obra puede
ayudar a cada cual a “expresar lo que tiene más oculto e íntimo”, devenir “palanca
para las bocas más cerradas”. Nietzsche dice que ciertos “acontecimientos” y
ciertos “crímenes” tienen ese valor exutorio. El filósofo le otorga precisamente
un valor negativo pues entiende que la comprensión de aquella obra nace de un
exceso de perspectiva, de un endurecimiento de la posición. (90)
211. Nietzsche considera el refluir del espíritu hacia la libertad como uno de
los instintos más firmes del espíritu, un ideal concebido como una “especie de
nomadismo intelectual”. (90-91) (4)
216. “Causa de esterilidad.-Hay espíritus extremadamente dotados que
permanecen siempre estériles sólo porque, por debilidad de carácter, son demasiado
impacientes para esperar su preñez.” (92)
219. Los griegos. Espíritu de la luz y la armoniosa serenidad no obstante con
una tendencia atávica: “el peligro de un retorno a lo asiático”, “el
desbordamiento de impulsos místicos, de salvajadas y de oscuridades elementales”.
(93-94) (II) (P)
220. Lo “verdaderamente pagano”. Fiestas del autoconocimiento de las
“pasiones” y las “malas inclinaciones”. Reglamentación estatal de todo lo que en
el griego había de “demasiado humano”. (II) (P) Los griegos nunca negaron el
“instinto natural” sino que trataron de controlarlo dedicando unos días a estas
potencias del cuerpo que necesitaban manifestarse (“liberalismo moral de la
antigüedad”). Durante la celebración de estas fiestas dionisíacas era permitida
una “descarga inofensiva” de todo lo extraño, animal, inquietante para el
espíritu: lo pregriego, lo asiático, lo barroco… (“una consideración universal
respecto a la realidad de todo lo que es humano.”) (94) (II) (P)
221. Dice Nietzsche que los “espíritus profundos y serios” eran en Grecia la
excepción, frente al pueblo, que consideraba aquellos caracteres del filósofo como
una “deformación”. Frente a Homero y a los Sofistas, que cultivan la pura
exterioridad y la pomposidad, la seducción y el artificio del efecto, el trabajo
del filósofo se antoja como aquel que “relata la historia heroica del espíritu
humano”. (95) (II)
222. Refiriéndose al carácter sagrado de ciertas esculturas de la época
arcaica griega, Nietzsche habla del nacimiento de la obra por “sustracción” y no
por “duplicación”, “adjunción”, “confusión”. Se habla de un “desarrollo gradual”
en la representación de los dioses, desde la roca o la madera hasta alcanzar una
“humanización completa”. (95) (I) (P) Cuando la divinidad moraba en los árboles y
las piedras, en los ríos y en los animales, los escultores prescindían de la forma
humana “como si se temiera cometer una impiedad”. (I) (P) Se concede al poeta el
haber troquelado en el espíritu griego una humanización de la divinidad, a fin de
volverla más accesible; pero en períodos de fervor el griego vuelve a echar mano
de lo “inquietante”, de lo que es “verdaderamente inhumano”. De este modo la

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imagen in-definida hace aparecer “el noúmeno de la divinidad”, ligado a un lugar
de forma misteriosa. Aquellas imágenes tenía que “albergar al dios” y, a la vez,
“ocultarlo”, “indicando su presencia, pero sin exponerlo”. El objetivo de esta
recreación en la materia bruta tenía como objetivo “infundir miedo en la
figuración sensible”. (I) (P) Valga como ejemplo de este recurso la imagen de un
Apolo laconio, que va provisto de cuatro manos y cuatro orejas; o el lugar
sacrosanto, la cella, que es ocultada por el períptero del templo, pero no
completamente (96): donde resulta que la “imagen es la divinidad, y al mismo
tiempo, el escondite de la divinidad.” (96-97) (I) (P) Según Nietzsche, fue la
presión de la estética y la fuerza humanas lo que hizo confundir en el espíritu
“la veneración por los dioses y por los hombres,… la alegría de dejar a Dios que
se convierta en hombre”. (97) (I) (P)
223. El arte de viajar: “(…) El que, después de un largo adiestramiento en
este arte de viajar, acabe por llegar a ser un Argos de mil ojos, terminará por
poder acompañar a todas partes a su Io –es decir, a su ego- y encontrar… en el
fondo del mar, en el bosque, las plantas y las montañas, las aventuras de este ego
que nace, evoluciona y se transforma. Así es como el conocimiento de sí mismo se
convierte en conocimiento universal, con relación a todo lo que pertenece al
pasado…”. (98) (CE)
224. “Nunca podremos comprender la profundidad de esta idea: el cristianismo
es la religión propia de la antigüedad envejecida; tiene necesidad… de viejas
civilizaciones degeneradas, sobre las que obró y supo obrar como un bálsamo.” (98)
(3ik)
237. “El viajero por la montaña habla consigo mismo.-… el espacio es ahora más
libre en torno a ti, y tu vista alcanza un horizonte más vasto…; el aire es más
puro y también más dulce…; tu paso se ha hecho más vivo y más firme, el valor y la
circunspección se han fundido…”. (105) (1i)
238. “… ¿No somos todos parecidos a estatuas a las que se han puesto cabezas
que no son las suyas?” (105)
313. “Necesidad del asno.- No se conseguirá que la multitud grite hosanna
hasta que no entre en la ciudad a horcajadas de un asno.” (122)
349. La descongelación de la voluntad. “(…) el aburrimiento es el viento de
deshielo para la voluntad congelada: ésta se despierta y comienza a suscitar un
deseo después de otro. Desear de nuevo, es el síntoma de la convalecencia y la
curación.” (134) (1)
356. “Utilidad de la enfermedad.- (…) Los escritores enfermizos… poseen, por
lo general, en sus obras, un tono de salud mucho más seguro y más igual, porque
conocen… la filosofía de la salud y la curación del alma. Conocen a los maestros
que enseñan la salud: la mañana, el bosque, el sol y los manantiales de agua
clara.” (135) (CE)

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378. “¿Qué es el genio?-Aspirar a un fin elevado y los medios para llegar a
él.” (139)
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SEGUNDA PARTE. <<EL VIAJERO Y SU SOMBRA>>. (147)

8. “… Existe el viento, que merodea por caminos prohibidos, cuchicheando, como


si buscase algo, enfadado por no encontrarlo.” (152) (1ii)
9. “(…) La teoría del libre albedrío es una invención de las clases
dirigentes.” (153)
11. Hay una tendencia en el ser humano a reunir en una unidad una serie de
fenómenos y llamar a esto “hecho”; a generar espacios “vacíos” en la actividad de
nuestro conocimiento; allí donde todo es una “corriente continua”, “homogénea”,
“indivisa e indivisible”. (4) También habría una abreviación del conocimiento que
impelería al humano a representarse las cosas más sencillas de lo que realmente
son, “separadas las unas de las otras”. (154)
31. “La vanidad como brote de un estado presocial”. A pesar de la tendencia a
la democratización y gregarización del carácter humano, en el cisma de esta
situación de comunidad y protección, surge un instinto atávico: el “instinto de
preponderancia”. (167)
33. Venganza. Cisma de un proceso de ennegrecimiento del alma que ya en las
“palabras”, en el lenguaje empieza a manifestarse como acumulación y descarga de
un pathos constreñido por el dolor. Fuerza metamórfica que se manifiesta de forma
oscura, subliminal. Impulso defensivo casi involuntario frente a todo aquello que
nos hiere, perturba, inquieta, y que forma parte de nuestro “instinto de
conservación”. (168) La respuesta violenta es una forma de “reparación” de un daño
sufrido anteriormente. (169) En el plano jurídico-estatal, a través del castigo la
sociedad “trabaja por la conservación de sí misma y da la respuesta en pro de su
legítima defensa.” (170) (4)
44. Moral. La moral se antoja entonces un medio de salvaguardar la estabilidad
y la vida de la comunidad, y en un cierto grado garantizarle “determinadas
cualidades”. Fortalecer la esperanza frente al temor por el devenir, asunto
concerniente a la religión, que inventa el “más allá con un infierno eterno”, las
“torturas del alma”, la garantía de la expiación. (175) (II)
52. Conciencia. “… La fe en la autoridad es la fuente de la conciencia: ésta
no es, pues, la voz de Dios en el pecho del hombre, sino la voz de algunos hombres
en el hombre.” (178)
152. Beethoven y Mozart. La música de Beethoven como platonismo: el compositor
reúne cadencias y melodías extraídas de la vida del pueblo y las gentes sencillas
y las transfigura como “recuerdos” de un “mundo mejor”: “la inocencia en los
sonidos”, “una música con motivo de la música”. (210) Si bien Beethoven halla su

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inspiración “oyendo música”, Mozart lo hace contemplando “la vida más animada de
las comarcas meridionales”. (210-211)
154. Música como “narcótico” que deja el alma en un estado de “embriaguez”, de
“adormecimiento” y de “deseos”. Capaz de inyectar en medio de su “serenidad”
“amargura y dolor”, “saciedad y nostalgia”. (211) (4)
160. Chopin. Expresión de un momento de “dicha” que expresa todo el contenido
de una vida. Música de la “vida en la costa”, “aburrida”, “sucia” y “malsana”, voz
del “populacho” “vocinglero” y “rapaz”. Su Barcarola como la música del dejarse
ir, del ser mecido por el vaivén del mar en una tarde estival. (213) (4)
184. Pesimismo. Atavismo del alimento en la dieta pesimista. Eco de un pasado
famélico y una mala alimentación en el rostro de los poetas y artistas alemanes,
que ven el porvenir con “ojos desanimados”. Obra cargada de “ideas negras”. (223)
En contraposición a los antepasados alemanes, los griegos constituyen para
Nietzsche un ejemplo de buena nutrición a través de la alimentación y la bebida. A
partir de esta dieta, su cerebro se hizo más “vigoroso” y “sutil” e infundieron en
todas sus obras el hálito de la belleza y la fuerza de la luz. (224)
189. El árbol de la humanidad y la razón. Metáforas telúricas para hablar de
un futuro de la humanidad cultivado a partir de la razón. (3) Nietzsche propone
llevar a cabo un aumento de la “savia” y de la “fuerza” para nutrir tanto el
conjunto como lo particular. (3) Esfuerzo de algunos pueblos antiguos por
instaurar “nuevos medios” en beneficio de la “gran colectividad humana” y del
“gran árbol frutal de la humanidad”. (3) Semillas de una sabiduría destinada a
expandirse y a difundirse a través de generaciones y pueblos (226): “(…) nos es
preciso mirar cara a cara esta tarea grandiosa que consiste en preparar la tierra
para recibir una planta de la más grande y exuberante fecundidad, y esta es una
tarea de la razón para la razón.” (227) (3)
205. “Neutralidad de la inmensidad de la naturaleza”. La conmoción del poeta.
La visión de la naturaleza (montaña, mar, bosque, desierto) como algo placentero
que, de repente, se torna perturbador. Perturbación del mutismo y la calma hacia
una naturaleza que quiere hablar. (232) (ce)
213. “(…) Pirrón:… Quiero ser desconfiado respecto a todas las palabras.”
(235)
248. “Ambigüedad.-Así como a veces sucede que al agua que corre bajo tus pies
un pequeño y brusco estremecimiento la hace espejear, como si estuviese cubierta
de escamas, así también vemos a veces en los ojos de los hombres esas
incertidumbres repentinas y esas ambigüedades, que nos hacen pensar: ¿es un
estremecimiento, una sonrisa, o ambas cosas a la vez? (248) (4)
249. “Positivo y negativo.-Este pensador no necesita que le refute nadie; él
mismo se encarga de ello.” (248)

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332. El filósofo-sol. “Grandeza”, “calma” y “luz”, tres cosas que desea el
filósofo (“pensamientos que elevan; pensamientos que tranquiliza,… pensamientos
que iluminan;… pensamientos en que todo lo que es terrenal llega a
transfigurarse….”) (277) (2)
336. Sofoclismo.- ¿Quién ha puesto más agua en su vino que los griegos? La
sobriedad, aliada a la gracia… ¡Quién pueda haga lo mismo! ¡En la vida y en el
pensamiento creador! (278) (4)
337. “El heroísmo consiste en hacer grandes cosas… El héroe lleva consigo el
deseo y la tierra santa de límites infranqueables, vayan donde vayan.” (278) (3)
338. “En ciertas comarcas de la naturaleza nos descubrimos a nosotros mismos
con un estremecimiento agradable; esta es para nosotros la forma más bella de
tener un doble.” (278) (ce)
347. “He aquí un héroe que no ha hecho otra cosa sino sacudir el árbol en
cuanto los frutos estuvieron maduros.” (280) (3)

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