Está en la página 1de 3

Friedrich Nietzsche y el Fascismo

Selección de textos políticos de Nietzsche

Así habló Zaratustra, 1885.

Yo os enseño el superhombre. El hombre es algo que debe ser superado. ¿Qué habéis
hecho para superarlo? […]

Es tiempo de que el hombre fije su propia meta. Es tiempo de que el hombre plante la
semilla de su más alta esperanza. […]

Valerosos, despreocupados, irónicos, violentos –así nos quiere la sabiduría: es una mujer
y ama siempre únicamente a un guerrero. El varón debe ser educado para la guerra, y la
mujer, para la recreación del guerrero: todo lo demás es tontería […]

Dos cosas quiere el varón auténtico: peligro y juego. Por ello quiere él a la mujer, que es
el más peligroso de los juguetes. […]

Por mil puentes y veredas deben los hombres darse prisa a ir hacia el futuro, y se debe
implantar entre ellos cada vez más guerra y desigualdad: ¡así me hace hablar mi gran
amor! […]

Hambrienta, violente, solitaria, sin dios: así es como se quiere a sí misma la voluntad
leonina. […]

Y quien tiene que ser un creador del bien y del mal: en verdad, ése tiene que ser antes un
aniquilador y quebrantar valores. […]

El ahora y el pasado en la tierra –¡ay!, amigos míos– son para mí lo más insoportable; y
no sabría vivir si no fuera yo además un vidente de lo que tiene que venir. Un vidente, un
volente, un creador, un futuro también, y un puente hacia el futuro –y, ay, incluso, por
así decirlo, un lisiado junto a ese puente: todo eso es Zaratustra. […] Yo camino entre los
hombres como entre los fragmentos del futuro: de aquel futuro que yo contemplo. […]

El que ha llegado a conocer los viejos orígenes acabará por buscar manantiales del futuro
y nuevos orígenes. Oh hermanos mías, de aquí a poco, nuevos pueblos surgirán y nuevos
manantiales se precipitarán ruidosamente en nuevas profundidades. […]

1
¿En quiénes reside el máximo peligro para todo el futuro de los hombres? ¿No es en los
buenos y los justos? ¡Romped, destrozadme a los buenos y justos! […]

Más allá del bien y del mal, 1886.

Algo vivo quiere, antes que nada, dar libre curso a su fuerza – la vida misma es voluntad
de poder: la autoconservación es tan sólo una de las consecuencias indirectas y más
frecuentes de esto. […]

Yo desearía lo contrario, – quiero decir, un aumento tal de la amenaza representada por


Rusia que Europa tuviera que decidirse a volverse amenazadora en esa misma medida,
esto es, a adquirir una voluntad única mediante el instrumento de una nueva casta que
dominase sobre Europa, a adquirir una voluntad propia prolongada, terrible, que
pudiera proponerse metas para milenios: – para que por fin acabasen tanto la comedia,
que ha durado demasiado, de su división en pequeños Estados como sus veleidades
dinásticas y democráticas. El tiempo de la política pequeña ha pasado: ya el próximo
siglo trae consigo la lucha por el dominio de la tierra, – la coacción a hacer una política
grande. […]

Pero los auténticos filósofos son hombres que dan órdenes y legislan: dicen: “¡así debe
ser!”, son ellos los que determinan el “hacia dónde” y el “para qué” del ser humano,
disponiendo aquí del trabajo previo de todos los trabajadores filosóficos, de todos los
sojuzgadores del pasado, – ellos extienden su mano creadora hacia el futuro, y todo lo
que es y ha sido conviértese para ellos en medio, en instrumento, en martillo. Su
“conocer” es crear, su crear es legislar, su voluntad de verdad es –voluntad de poder. […]

La “explotación” no forma parte de una sociedad corrompida o imperfecta y primitiva:


forma parte de la esencia de lo vivo, como función orgánica fundamental, es una
consecuencia de la auténtica voluntad de poder, la cual es cabalmente la voluntad propia
de la vida. […]

La genealogía de la moral, 1887.

La grandeza de un “progreso” se mide, pues, por la masa de todo lo que hubo que
sacrificarle; la humanidad en cuanto masa, sacrificada al florecimiento de una única y
más fuerte especie hombre – eso sería un progreso… […]

2
He utilizado la palabra “Estado”: ya se entiende a quién me refiero – una horda
cualquiera de rubios animales de presa, una raza de conquistadores y de señores, que
organizados para la guerra, y dotados de la fuerza de organizar, coloca sin escrúpulo
alguno sus terribles zarpas sobre una población tal vez tremendamente superior en
número, pero todavía informe, todavía errabunda. Así es como, en efecto, se inicia en la
tierra el “Estado”: yo pienso que así queda refutada aquella fantasía que le hacía
comenzar con un “contrato”. Quien puede mandar, quien por naturaleza es “señor”,
quien aparece despótico en obras y gestos –¡qué tiene él que ver con contratos! […]

El Anticristo, 1888.

¿Qué es bueno? – Todo lo que eleva el sentimiento de poder, la voluntad de poder, el


poder mismo en el hombre.

¿Qué es malo? – Todo lo que procede de la debilidad.

¿Qué es felicidad? – El sentimiento de que el poder crece, de que una resistencia queda
superada.

No apaciguamiento, sino más poder; no paz ante todo sino guerra; no virtud, sino vigor
(virtud en el sentido del Renacimiento, virtù, virtud sin moralina).

Los débiles y malogrados deben perecer: artículo primero de nuestro amor a los
hombres. Y además se debe ayudarlos a perecer.

¿Qué es más dañoso que cualquier vicio? – La compasión activa con todos los malogrados
y débiles – el cristianismo… […]

Al cristianismo se le llama religión de la compasión. – La compasión es antitética de los


afectos tonificantes, que elevan la energía del sentimiento vital: causa un efecto
depresivo. Uno pierde fuerza cuando compadece. […] La compasión obstaculiza en
conjunto la ley de la evolución, que es la ley de la selección. Ella conserva lo que está
maduro para perecer, ella opone resistencia con el fin de favorecer a los desheredados y
condenados de la vida, ella le da a la vida misma, por la abundancia de cosas malogradas
de toda especie que retiene en la vida, un aspecto sombrío y dudoso. […]

También podría gustarte