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A principios del siglo XX aparecen prácticamente de forma simultánea cuatro

grandes movimientos gimnásticos que darán lugar a sus respectivas Escuelas y


Sistemas Gimnásticos (Cuadro 1), los cuales, según Richard Mandell (1981),
tuvieron su origen en las corrientes intelectuales más destacadas del siglo XIX,
como son el racionalismo, el romanticismo, el nacionalismo, la democracia y el
ideal pedagógico.
Cada una de estas tendencias se caracteriza por una serie de elementos comunes
que van a dar lugar a una concepción analítica, natural, rítmica o deportiva del
movimiento, sin embargo cada una de ellas no va a llevar asociada de forma
permanente y exclusiva en el tiempo los rasgos identificativos propios que la
caracterizan, debido a la influencia de otras tendencias surgidas, en muchos
casos, como reacción o derivación de las ya existentes.
 Escuela Sueca: Sistema analítico
Creada por Pier Henrich Ling (1776-1839) médico, militar y profesor de esgrima de
la Universidad de Luna, cuyo método se caracteriza por una concepción
anatómica, biológica y correctiva de la gimnástica, fundamentada en los dogmas y
principios científicos que fueron incorporados por él al sistema educativo (y por
extensión a la concepción gimnástica). Su "gimnasia" estaba ideada para
contribuir a una educación integral del niño desde el desarrollo anatomofisiológico
del sujeto; para preparar al soldado ante la guerra y para desarrollar el sentido
estético a través de un fortalecimiento corporal y de la corrección de los defectos
físicos. P.H. Ling desarrolló aparatos gimnásticos como la barra fija, las anillas, las
escaleras oscilantes o la soga para trepar.
El método sueco busca un modelo de salud corporal a través de la gimnasia, con
ejercicios analíticos, localizados en un núcleo articular específico y cuyas
características fundamentales son artificialidad, construcción, determinación de las
fases de ejecución en posición de partida, desarrollo y fin, excesivo estatismo,
orden y utilización de voces de mando. A pesar de estos elementos se cree que la
gimnasia sueca es un método muy simple atribuido en parte a la pobreza y
aislamiento en que habían vivido los suecos a mediados del siglo XIX.
Los ejercicios eran clasificados en tres bloques:
Otras de las características importantes de la Escuela Sueca se identifican con la
no existencia de niveles de ejecución diferenciados, el concepto de competición en
las prácticas fue relegado por el de ayuda de los miembros más aventajados en
las clases para con los menos dotados y distanciamiento respecto a la necesidad
de evaluar las aptitudes individuales o la vistosidad de las ejecuciones, ya que,
como hemos dicho anteriormente, la concepción gimnástica de la Escuela Sueca
se aproximó siempre hacia el fomento de la salud colectiva. Sólo la tenacidad de
los atletas y los métodos más científicos y competitivos emergentes en Alemania
lograrían a lo largo del siglo XX hacer de la gimnasia un deporte olímpico.
    Los contenidos originarios de la escuela sueca no fueron desarrollados en
España debido a la falta de información por parte de sus más fervientes
defensores. Lo que se hizo fue adoptar las técnicas y los ejercicios de su más
directo colaborador y continuador, su hijo Hjalmar Ling (1820-1866) quien ordena y
sistematiza la obra de su padre, estableciendo una nueva clasificación de
ejercicios con un orden fijo que constituyó un esquema de lección con una práctica
también predominantemente estática y analítica. Nos estamos refiriendo a las
famosas "Tablas de Gimnasia", cuyo objetivo principal era conseguir un efecto
correctivo que marcaría la gimnasia durante muchos años.
Evolución de la Escuela Sueca
Siguiendo la línea de evolución iniciada por Hjalmar Ling se desarrollaron
posteriormente tres nuevas manifestaciones que se enmarcan dentro de la
Corriente Neosueca:

Manifestación Técnico-Pedagógica
Se considera como la manifestación más próxima a los sistemas educativos
debido a su gran vinculación con la infancia y la Educación Física, enmarcándose
también dentro de lo que se conoce como gimnasias suaves y que pretenden
combinar el espíritu analítico y correctivo con el carácter lúdico y natural del
movimiento.
 Esta tendencia está representada por diversas autoras como Elli Björksten (1870-
1947) quien desmilitariza la concepción gimnástica de Ling en la educación de la
mujer y del niño, y otorga gran importancia a la Educación Física como disciplina
educativa en la que el movimiento debe conseguir una unidad psico-espiritual. Así
mismo esta autora busca un fortalecimiento del cuerpo y del alma, un desarrollo
de la fuerza y de la movilidad corporal, y una corrección postural a través de
movimientos más libres y armónicos que encaminen al individuo hacia una vida
sana y enérgica. Desde la perspectiva masculina debemos nombrar la figura de
Niels Bukh (1880-1950) que reaccionó contra el antiguo método Lingiano
contribuyendo a la búsqueda de una gimnasia de movimientos basados en el
dinamismo, la destreza, el aprovechamiento del tiempo y la espectacularidad de
su puesta en práctica.
    Otra representante es Elin Falk (1872-1942) quien inicia la gimnasia escolar,
caracterizada por un talante lúdico y recreativo en la que hay una combinación
entre la corrección postural del movimiento y las voces de mando como recurso
didáctico, con el dinamismo de las clases y la naturalidad motriz. También se
produce una diferenciación cronológica e incluso sexista de la educación física al
separar los contenidos gimnásticos por edad y por sexo. Su discípula Maja
Carlquist (1884-1968) continúa su obra flexibilizando todavía más el método,
dejando a los profesores la libertad para interpretar el trabajo gimnástico dentro de
un contexto lúdico, dinámico y más natural en el que se otorga una gran
importancia al desarrollo de las habilidades motrices.

El Eclecticismo
 Manifestación representada por Josef Gottfrid Thulin (1876-1965) quien, debido a
la influencia de otros sistemas gimnásticos que comenzaban a desarrollarse en
algunos países europeos, unifica las tendencias surgidas y resuelve el conflicto
suscitado entre el carácter analítico sueco y el carácter natural y deportivo que se
venía desarrollando. Además su eclecticismo no sólo fusionó diferentes
tendencias gimnásticas sino que también fue capaz de ampliar terminologías
gimnástico-pedagógicas a través de labores científicas. A este autor se le atribuye
la creación de los "ejercicios en forma de juego" y de los "cuentos gimnásticos"
conocidos hoy como "Cuentos Motores", los cuales contribuyeron, sobre todo, al
desarrollo de la Educación Física Infantil.

Manifestación Científica
Destacar a Johanenes Lindhard (1870-1947) médico y fisiólogo, cuya aportación a
la Educación Física se centra en el campo de la investigación fisiológica. Este
autor también contribuyó a la inclusión de la gimnasia en el ámbito universitario.

Consecuencias de la Escuela Sueca en la actividad física actual


La principal consecuencia del sistema analítico representativo de la Escuela
Sueca es la aparición de la gimnasia-jazz ideada en Suecia hacia 1963. En esta
nueva forma de movimiento se combina la gimnasia con la música afro y el jazz,
debido a la cada vez mayor relevancia que estaba cobrando la música como
recurso educativo en las clases de Educación Física. La música jazz evoluciona
de manera que se introduce un estilo más pop en la estructura musical, dando
lugar a diferentes tipos de gimnasia que hoy se realizan en Educación Física y en
los gimnasios. El ejemplo más representativo de la adaptación de la gimnasia jazz
es el aeróbic, tan popularmente conocido.

Escuela Alemana: Sistema rítmico


Guts Muths (1759-1859) y Friederich Ludwing Jahn (1778-1852) son considerados
como los fundadores de la escuela alemana.
G. Muths es concebido como el padre de la Gimnástica Pedagógica Moderna cuya
aportación se inspira en la antigüedad clásica, de la que toma el
término gimnástica, y se orienta hacia la construcción de ejercicios con fines
educativos y curativos. Es un sistema muy similar a la escuela sueca salvo en un
aspecto, y es que el movimiento se localiza en varios núcleos articulares
considerándose como tales ejercicios sintéticos. Según R. Mandell (1986), G.
Muths se ve fuertemente influenciado por el pensamiento racional y lógico que
imperaba en la educación escolar alemana, por lo que este autor diseña unas
tablas de ejercicios en las que se hacían constar semanalmente las actuaciones
de los alumnos en natación, saltos o en carreras con el fin de constatar sus
progresos a través de evaluaciones periódicas. Este concepto de Educación Física
supone una superación del juego motor que se ve suplantado por ejercicios
regulares prescritos por los educadores físicos de la época bajo unos cánones de
ejecución cerrados, y en base a unos tiempos y a unos lugares sistemáticamente
ideados y matemáticamente controlados. En todo momento se persigue alcanzar
un rendimiento motor en las acciones.
La delimitación racional del espacio, el tiempo, la actuación y los aparatos queda
patente en los campos deportivos de Berlín donde podían verse bosques de
postes, cuerdas, pesas y barras para colgarse, estirarse, saltar o trepar en los que
los alumnos debían rendir al máximo para superar determinadas marcas
estadísticas. Este modelo de práctica ha contribuido directamente a la aparición de
la gimnasia deportiva actual.
La concepción de la Educación Física alemana ha permitido que hoy muchos de
los elementos del deporte moderno como es la elección de materiales e
instalaciones concretas, el entrenamiento sistematizado o el tratamiento
estadístico de los datos obtenidos en la evaluación de los deportistas hayan sido
desarrollados (Mandell, 1986).
 La obra de Muths trascendió las fronteras de Alemania e influyó poderosamente
en la Educación Física de buena parte de los países europeos, llegando a
considerarse como una gimnasia educativa por su gran valor formativo. A este
autor se le atribuye también la concepción del caballo con arcos en la gimnasia
deportiva.
Por otro lado L. Jahn introdujo un carácter político, social y militar en su método,
evolucionando desde prácticas físicas llevadas a cabo al aire libre hasta prácticas
desarrolladas en locales cerrados y alejados de las ciudades. Su ideología nazi y
la exaltación de la raza germana hizo que su sistema se caracterizase por la
exclusiva preocupación de los más fuertes y por la práctica de juegos violentos
que desarrollasen la capacidad de sufrimiento y el espíritu de combatividad a
través de competiciones con carreras, saltos y luchas. Este sistema no tenía
progresiones metodológicas ni dosificaciones adecuadas del esfuerzo. Era un
método extremadamente exigente, parcialista y discriminatorio.
L. Jahn fue el diseñador y creador de las barras paralelas, las barras horizontales
y el burro de saltos, entre otros aparatos, presentes hoy en muchas salas de
gimnasia.
La Escuela Alemana influye sobre la gimnasia española entre 1940 y 1970, la cual
adquiere un talante patriótico y militar, cuyo interés es formar a individuos
políticamente correctos, fuertes, disciplinados y con un marcado espíritu nacional.

Evolución de la Escuela Alemana


Se producen dos manifestaciones que emergen como evolución de la escuela
alemana:

Manifestación Artístico-Rítmico-Pedagógica
Esta manifestación surge tras la aparición del movimiento expresionista de Munich
en el que se pretende objetivar o mostrar los procesos anímicos a través del
movimiento. Se establece una relación entre la obra artística (danza) y la
Educación Física al responsabilizar al "profesor de gimnasia" del logro de una
correcta formación físico-condicional como primer paso hacia la danza, en la cual
se expresarían los sentimientos del alma.
Comprende dos vertientes. La primera de ellas se conoce como Euritmia,
representada por Emile Jacques-Dalcroze (1865-1950) quien pone el cuerpo en
movimiento en servicio de la expresión, de la emoción y de la construcción
musical. El movimiento corporal se transforma de un movimiento sintético y
nacionalista a un movimiento que se tiene que ajustar a una estructura rítmica en
el que hay mayor libertad de movimiento y conciencia corporal, llegando incluso a
la espontaneidad.

Pero quizás la evolución más representativa fue la de Rudolf Bode (1881-1971) y


su Gimnasia Moderna. En su sistema se interrelaciona la música y el movimiento
de tal forma que el fin no es acompañar el movimiento con música y/o viceversa,
sino que a través de la manifestación de los sentimientos externos generados por
el sujeto mediante la expresión corporal se consigue un resultado totalmente
rítmico y estético. Es decir, lo que importa ahora es la expresión del alma
(representada en los sentimientos) a través del cuerpo, tomando como base la
estructura musical (no la adecuación simple del movimiento al ritmo impuesto
externamente), cuyo resultado es un movimiento rítmico y estético.
El método de Bode concede un gran valor a la música y establece como máxima
el movimiento completo, en su conjunto, en su totalidad ("orgánico"), de tal forma
que cada parte del mismo (o cada movimiento dentro de un conjunto de
movimientos) no sirve de nada independiente del resto, aunque de su correcta
realización dependan todos los demás. El objetivo es conseguir movimientos de
oscilación del peso a través del fortalecimiento corporal y del aumento de la
elasticidad.

Manifestación Técnico-Pedagógica
 La Escuela
Alemana se completa con esta manifestación, de la que son principales
exponentes Karl Gaulhofer (1885-1941) y Margarette Streicher (1891-1983),
fundadores de la Gimnasia Natural Austriaca, emergente como reacción ante los
ejercicios excesivamente militarizados y las actividades dirigidas que impiden el
correcto desarrollo del niño. Lo que se pretende con este modelo es acercarse a la
naturaleza, a su ambiente y a su comunidad para lograr una integración grupal y
una formación del carácter a través de la actividad física. Por tanto, la Educación
Física ya no se asocia tan solo a una mejora de las habilidades motrices o del
rendimiento físico, sino que pasa a ser un instrumento de formación del educando
en el que se tienen en cuenta sus posibilidades y potencialidades mediante un
proceso natural de consecución de objetivos.

Escuela Francesa: Sistema natural


La escuela francesa dio sus primeros pasos en España, con Francisco de Amorós
y Ondeano (1770-1848), máximo exponente de esta Escuela y fundador del
Instituto Pestalozziano. Sin embargo al comienzo de la guerra de la independencia
esta institución se ve obligada a desaparecer y Francisco de Amorós huye en el
exilio a Francia, donde posteriormente desarrollará su obra.
La Escuela Francesa se caracteriza por una concepción natural y utilitaria de los
ejercicios físicos. Son acciones de carácter global, en los que el cuerpo participa
como un todo en las ejecuciones y se encaminan a preparar al individuo para la
vida adulta. Se pretende una mejora de la forma física con el fin de perfeccionar
los movimientos naturales, lograr un dominio corporal en las acciones y conseguir
un cuerpo estéticamente bello.

Evolución de la Escuela Francesa


La Escuela Francesa tiene dos manifestaciones, las cuales se apoyan en estudios
científicos y en una concepción alternativa de la vida:

Manifestación científica
Representada por Esteban Marey (1830-1904) y Fernand Lagrange (1845-1909).
Se relaciona con el campo de las ciencias biológicas y se llevan a cabo
importantes estudios en los que se analizan los efectos del deporte sobre el
organismo, se desarrollan importantes teorías sobre la fatiga y se establece una
relación entre el deporte y la influencia sobre la inteligencia y el carácter del
individuo.

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