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ENSAYO BIOGRÁFICO
MARTÍN LUTERO
(1483- 1546)
HISTORIA DE LA IGLESIA
HIS5110.CHL-FA2019
POR
TAMAR E. MONTILLA O.
SANTIAGO DE CHILE, CHILE
ENERO 2020
MARTÍN LUTERO, TRES MARCAS DE UN HOMBRE DE FE
Breve Introducción
El estudio y comprensión de la historia del cristianismo es una tarea de amplio alcance pues
trata mucho más que de la organización cronológica de eventos. Incluye de manera explícita la
aproximación subjetiva de los hechos relevantes del período en cuestión, los personajes
sociocultural, en la vida de Martín Lutero, son notorios desde la historia del cristianismo de su
época hasta nuestros días. Muy probablemente muchos estén en acuerdo en señalar que ha sido uno
de los hombres que mayores marcas han dejado en la fe cristiana, sin distinción de que se le
tres marcas ya sugeridas: (1) una impetuosa, por no decir desafiante, personalidad; (2) una cierta
intensidad reflexiva en relación con su teología; y, (3) el impacto que causó en diferentes ámbitos
de la vida eclesial y secular. El propósito es mostrar cómo estos tres aspectos fueron determinantes
en su vida. Además, considerar los desafíos que nos propone en las mismas dimensiones: personal,
ministerial y social. Ante esto, ¿estaremos dispuestos a ser cristianos que dejamos marcas? ¿Nuestra
Finamente indicar, que inmerso en estas tres marcas, a manera de ensayo personal
1
Un ensayo histórico permite la posibilidad de conectar hechos relevantes en determinado período de la
historia humana con perspectivas y opiniones personales, que desde la investigación y la reflexión, procuren aportes,
en este caso, a la dimensión personal, comunitaria, eclesial y teológica de la vida de servicio a Dios y su proyecto
redentor.
características generales de su entorno socio-político, obras destacadas, contribuciones importantes
y legado a la iglesia; en todos los casos, evaluando, positiva o negativamente, tales marcas desde
la perspectiva de la autora.
PRIMERA MARCA
Martín Lutero, como bien se sabe, nació en 1.483 Eisleben, Alemania. Su padre tenía una
alta expectativa de logros académicos en Martín, por lo que desde chico le hizo participar de la
educación privada, católicas, pues le entregaba la mejor educación. Fue notoria la capacidad en los
estudios, y pronto se perfiló para estudiar derecho, área en que el padre tenía sus anhelos.
En general, los historiadores parecen tener un común acuerdo2 en señalar que el carácter
de Martín Lutero era distinguido por cambios repentinos de humor, decisiones radicales y firmes;
pensamiento crítico, tenacidad en la investigación y pasión por la enseñanza, entre otros. Tal pasión
hizo que se desarrollara en él un fuerte anhelo por la comprensión del mensaje de Dios, lo que, sin
De acuerdo a González (1993), “su teología se haya tan indisolublemente unida a su vida
meditar en esta personalidad que zanjó el curso de la historia cristiana. Recuérdese, por ejemplo,
cómo se describen las razones circunstanciales que movieron a Lutero a decidirse vocacionalmente.
Procediendo del campesinado, miembro de una familia con grandes expectativas de desarrollo
profesional, dotado de aptitudes para el estudio, la reflexión y las artes; un evento natural que le
2
La bibliografía consultada, a la que se alude de manera general e indirecta, se presenta al final del ensayo.
expuso o confrontó con la vida y la muerte, lo llevó a abandonar sus estudios de derecho y dedicarse
poco aceptadas o bien vistas. Sus decisiones poco consideradas. Pocas veces estas personas cuentan
con la adecuada orientación para invertir sus energías e ímpetu en la adecuada elaboración de sus
“tesis” y reflexiones trascendentes. Sin embargo, para bien del mismo Lutero y del cristianismo,
contó con eventuales guías en las etapas iniciales de sus incursiones en la fe. Resalta, por ejemplo,
el caso de Johann Von Staupitz3, superior de Lutero, quien le orientó a dedicarse a mayor cantidad
de trabajo para distraerse de su excesiva reflexión y le ordenó que comenzara a enseñar a algún
Es adecuado indicar que Lutero parece haber encontrado un equilibrio adecuado entre vida
establecer relación matrimonial, así como familiar; relación con la academia (sus estudiantes, sus
profesores); y con los pensadores de la época, al menos en las primeras etapas de su vida adulta y
como teólogo.
La vida personal de Martín Lutero puede presentarnos algunos desafíos. Al menos, es así
para quien suscribe. En esto, dejar algunas preguntas reflexivas: ¿Se interpretan adecuadamente las
circunstancias alrededor encontrando en ellas formas del llamado de Dios para la vida personal?
Por el contrario, si se tiene una visión calamitosa ante lo que ocurre, ¿determina ésta la comprensión
de los cambios de rumbos que Dios anima a dar? ¿Se logra distinguir a las personas que pueden
historia personal, los hechos y las circunstancias externas en las manos de Dios para que él ayude
a una vida comprometida con Dios y su obra? Dicho de otra manera, la vida de Martín es
3
Markus Wriedt. Luther's Theology. The Cambridge Companion to Luther. Cambridge University Press, 2003.
inspiradora en el sentido de haber logrado sortear sus propias limitaciones y las contextuales, al no
Puede ser que las preguntas anteriores parezcan simples y hasta obvias. Sin embargo, en
este modo de ver, se carece de momentos de sencillez, de humidad, para bajar de lo encumbrado
de las reflexiones para mirar de forma llana la vida cotidiana que demanda de hombres y mujeres
que estén dispuestos a marcar con sus vidas comunes lo trascendente de la vida de la sociedad y de
nuestro mundo.
SEGUNDA MARCA
políticos4 que enmarcan los tiempos de Lutero: (1) A principios del siglo XVI, el mundo geopolítico
alemán era el más extenso de Europa; (2) Ocurrió la germanización del imperio, es decir, todo
giraba en torno a su cultura, formas de gobierno, lengua, por ejemplo, instaurándose una dignidad
imperial alrededor de esa socio-cultura que no dialogaba con la iglesia católica; (3) La iglesia
ocupaba un lugar superior al del imperio, visibilizado, por ejemplo, con el hecho de que el Papa era
quien coronaba al Emperador; (4) Progresiva independización del papado del imperio por causa de
la germanización; (5) Fuertes tensiones entre el deseo de centralización del gobierno y la realidad
de constantes sublevaciones y luchas de poder entre los 350 territorios que conformaban el imperio
4
Por socio-político comprender variables como sociedad, gobierno, iglesia, religión e historia del
pensamiento y los hechos.
En este entorno tan convulso, brevemente descrito, emerge Lutero con su reforma religiosa
en contraposición a los excesos que cometía la iglesia y de la cual él, de manera interna, tenía pleno
conocimiento. Ante la debilidad del emperador, y la pugna con la iglesia, lo cual aumentaba tales
vincular, de acuerdo a González (1993), a temas como la Palabra de Dios, la Ley y el Evangelio, la
condición humana, la nueva creación, la iglesia, los sacramentos y los dos reinos. Dado que la tarea
de este ensayo no es presentar un compendio de tales doctrinas, nos enfocaremos en resaltar los
aspectos relevantes de tres de ellas: (1) La justificación por la fe; (2) el sacerdocio universal del
La justificación por la fe
“Por lo tanto, ya que fuimos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos
paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros”
(Romanos 5:1-2, NTV). El espíritu joven e inquieto de Lutero pronto, en su carrera monástica, le
hizo indagar sobre algunas incoherencias entre la verdad bíblica y las prácticas clericales. El
ascetismo5, las indulgencias6, las confesiones7, los méritos por obras, entre otros, galopaban en su
espíritu que esperaba encontrar la certeza de salvación. Es a través del estudio concienzudo de los
Salmos (en especial el 22), la epístola a los Romanos y Gálatas, que llega a encontrar el sosiego
que tanto buscaba su atormentada alma. Determina, pues, que (1) su indignidad personal es tal que
no hay fórmula humana (indulgencias, penitencias, otras prácticas similares) posible para lograr
satisfacer las demandas de Dios para salvación; (2) la persona de Dios no se distingue
5
Dicho de manera sencilla, refiere a la práctica filosófica y religiosa que buscaba la purificación del espíritu por medio de la negación de los
placeres materiales, la abstinencia.
6 Remisión o absolución de pecados por alguna autoridad eclesial
7 “Lutero pensaba que era imposible que terminara de confesar todos sus pecados, por más que lo intentase. Por consiguiente le quedaban
pecados sin perdonar”. Justo González. Historia del Pensamiento Cristiano. Tomo 3. Editorial Caribe. Miami, 1993
exclusivamente por su justicia, la cual definía con tal formalidad y firmeza que la deslindaba
totalmente del amor, esencia vital del carácter de Dios Padre; (3) la Gracia de Dios es suficiente y
única para acceder a una salvación tan grande, esto es, sólo por misericordia somos salvos
(Romanos 3 y 4).
Las cuestiones aquí podrían dirigirse a los siguientes aspectos: ¿Nos hemos deslastrado del
pensamiento de la época de Lutero que presentaba a Dios como castigador? ¿Dónde ponemos
nuestros ojos y esfuerzos humanos? ¿En la gracia, en la ley, en las obras? ¿Es nuestro intenso
anhelo reflexionar en la Palabra, viva y eficaz, para comprender las verdades de Dios, su persona,
sus propósitos? Puede que necesitemos arder en nuestro corazón como Martín para comprender el
“Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a
Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz
admirable” (1 Pedro 2:9, NVI). Tres rasgos caracterizaban la iglesia romana en este asunto: (1) la
pretendida superioridad del poder pontificial sobre el poder civil; (2), la iglesia sólo debería tener
autoridad espiritual; (3) el derecho que se arroga el Papa de: interpretar el solo la Sagrada Escritura
y su superioridad sobre los concilios. Ante tales supuestos, Lutero propone y defiende, ante las
autoridades jerárquicas, no ante la iglesia como institución divina, que todos somos sacerdotes en
tanto podemos acercarnos a Dios, en tanto podemos acompañar a otros enseñándoles las verdades
divinas.
Puede que haya mucho que revisar en relación con esta doctrina. ¿Seremos capaces de dejar
el lugar del liderazgo vertical para ponernos al lado de quienes necesitan de nuestro
acompañamiento espiritual como verdaderos sacerdotes de la gracia de Dios? Oremos que nuestro
“Pero tú, permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás convencido, pues
sabes de quiénes lo aprendiste. Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte
la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada
por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que
el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra” (2 Tim 3:14-17, NVI). Para
esta sección quisiera seguir a González (1993): “La Palabra es la segunda persona de la Trinidad,
que existía en Dios desde toda la eternidad; la Palabra es el poder de Dios que se manifiesta en la
creación de todas las cosas; la Palabra es el Señor encarnado; la Palabra es las Escrituras que dan
hecho oída por los creyentes”. Magníficas expresiones para ubicarnos en la revelación especial de
Dios.
El aporte significativo de Lutero con respecto a las Escrituras radica en insistir en que la
tradición se había apropiado de un lugar que solo le correspondía al Texto Sagrado y que además
lo hacía con errores. Además, le regresa al feligrés la posibilidad natural de interpretarla sin
intermediario salvo por Cristo y el Espíritu Santo. El énfasis está, entonces, en el mensaje del plan
redentor contenido en la Biblia, el cual la coloca sobre la iglesia como autoridad de Dios. Las
Sagradas Escrituras son, pues, tratadas como revelación especial, escrita, de Dios para el ser
¿Qué se puede decir de lo anterior salvo que convendría valorar el lugar que tiene la Biblia
en medio nuestro como Palabra del Dios viviente? De pronto nos demos cuenta que hace falta el
fervor con que Martín defendió el lugar de tal Palabra en su comunidad eclesial. ¿Damos testimonio
de las Escrituras en los púlpitos, en los salones de clases, en las tertulias, en los escritos, en las
TERCERA MARCA
“Un maestro que permanece mudo cuando se enseña el error, y no obstante pretende ser un
maestro de la verdad, es peor que un fanático descarado y con su hipocresía hace más daño que
un hereje...” (Martín Lutero)
La vida de Lutero, sus luchas, aportes teológicos, entre otros, son de importancia
Adicionalmente, dio un espaldarazo a la educación para la mujer. Por otra parte, se reconoce el
aporte a la educación superior. En toda ocasión que tuvo abrió espacios para el debate, la libre
que podían ser debatidas por un estudiante en Wittenberg. Posteriormente escribió las 95 tesis
conocidas como “Disputación acerca de la determinación del valor de las indulgencias”. También
Las obras escritas que destacan por su aporte bíblico- teológico son: Las 95 tesis (1517),
Traducción de la Biblia al alemán (1522- 1534); Comentarios sobre la Epístola a los Gálatas (1519),
En el Papado de Roma (1520), Sermón de buenas obras (1520), La libertad del cristiano (1520),
La ética de Lutero tenía rasgos de dignidad humana, inclusión, vida digna, libertad,
igualdad, justicia y espíritu crítico. Hoy día, estos pueden ser interpretados como ejes
Lutero. El empeño que puso en la traducción del Nuevo Testamento, en primer lugar y luego del
Antiguo Testamento causó un impacto en varios sentidos. Recién se había inventado la imprenta,
por Gutenberg. Este monje agustino, Lutero, vio en ello una oportunidad única, no solo para la
impresión de las traducciones mencionadas, pues antes ya lo había hecho, directa o indirectamente,
con la divulgación de sus tesis y otros escritos. El caso es que, en su deseo en acercar Las Escrituras
a los colectivos, logró unificar criterios lingüísticos para que alemán fuera accesible.
El reconocimiento social del campesino. Aunque este no fue un objetivo planeado, como
tampoco lo fue la disputa con las autoridades de la iglesia católica, la consecuencia de sus posturas,
defensas y desafíos causaron impacto tanto en la jerarquía como en las bases. Estos últimos tomaron
su modelo y decidieron tomar acciones para enfrentar a sus caudillos aun cuando Lutero se deslindó
de tales esfuerzos.
La filosofía también recibió sus regalías a través de Martín Lutero. Entre ello podemos
la interpretación bíblica, la reflexión teológica que pone en diálogo el cielo y la cruz, el ejercicio
espiritualidad en los sistemas sociales que nos rodean. La vida misma, la familia, el ministerio, la
iglesia local, la escuela, la vecindad, el trabajo, la tecnología, las redes sociales, son apenas algunas
opciones abiertas a nuestra influencia. ¿Qué tanto tienen ellos, esos espacios, de nosotros?
CONCLUSIONES
El estudio de la vida y obra de Martín Lutero representan diversos desafíos para el cristiano
de hoy:
▪ El impacto en tantas y variadas áreas de la vida común, ministerial y eclesial deberían ser
colectivo.
Johnson, Paul. La Historia del Cristianismo. Liberdúplex. 1er edición. Barcelona, 2010.