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Hasta ahora hemos encontrado algunos huecos en las habilidades del hemisferio
izquierdo:
Tiene problemascon las imágenes simétricas (como en el dibujo de las caras y la
copa).
Le cuesta asimilar las percepcionesinvertidas (como en el retrato de Stravinsky
puesto cabeza abajo);
Se niega a procesar percepcionesdemasiado lentas y complicadas (como en el dibujo
de contornos, puro y modificado).
Hemos aprovechadotodos estos puntos débiles para darle al hemisferio derecho una
oportunidad de procesar la informaciónvisual sin interferencias del dominante
hemisferio izquierdo.
El siguiente capítulo tiene como objetivo restablecer la captación de la unidad de
espacios y formas en lacomposición, que todos teníamos de niños.
EL ESPACIO NEGATIVO
Antes de empezar: Dedica cinco o diez minutos a hacer un dibujo de contorno puro de
cualquier objetocomplicado, como preparación para el paso al modo-D.
Recuerda que el hemisferio derecho prefiere complejidad.
En dibujo, se entiende por composición el modo en que el artista ordena y distribuye los
componentes dela imagen.
Las partes fundamentales de una composición son las formas positivas (los objetos
ofiguras), los espacios negativos (zonas vacías) y el formato (la longitud y anchura
relativas de los bordesde la superficie).
Para componer un dibujo, el artista sitúa las formas positivas y los espaciosnegativos
dentro del formato.
El formato (que generalmente esun papel rectangular) influye considerablemente en la
distribución de formas y espacios dentro de la misma.
Los artistas experimentados se dan perfecta cuenta de la importancia del formato. Sin
embargo, losestudiantes de dibujo parecen curiosamente indiferentes a los límites del
papel.
Como tu atención estádirigida casi exclusivamente a los objetos o figuras que estás
dibujando, parece queconsideramos que los bordesdel papel no existen, así como no
existen límites en el espacio real que rodea a los objetos.
Este descuido es causa de problemas para casi todos los estudiantes que empiezan.
El problema másgrave es la incapacidad de unificar dos componentes básicos: los
espacios y las formas.
DIBUJAR EL ESPACIO NEGATIVO: CUANDO EL ESPACIO TOMA FORMA
Ahora vamos a aprovechar otro punto débil del modo-I.
El hemisferio izquierdo no está bien equipado paratratar con el espacio vacío.
No puedes nombrarlo, reconocerlo ni hacerlo coincidir con categoríasmemorizadas;
carece de símbolos preparados para ello.
De hecho, el hemisferio izquierdo parece aburrirsecon los espacios y se niega a hacerse
cargo de ellos, pasándoselos al hemisferio derecho.
Al hemisferio derecho no parece molestarle los espacios; es más ecléctico, más flexible.
Para el hemisferio derecho, los espacios y los objetos, lo conocido y lo desconocido, lo
nombrable y lo innombrable, todo es lo mismo.
Todo es interesante ysiademás la informaciónvisual que llega a la retina es extraña y
complicada, mucho mejor.
2. Para reforzar la idea de que en el dibujo los espacios se deben ver como formas,
repase el dibujocon el lápiz, consciente y deliberadamente, acentuando las formas
de los espacios, incluyendo los bordesdel papel, que son parte del espacio
negativo.
3. Dirija ahora la mirada a una de estas zonas, hasta que pueda usted verla como
una forma. Lellevará algo de tiempo.
El hemisferio izquierdo, al encontrarse una forma para la que no tiene
nombre,empleará unos momentos en tratar de reconocerla. Incapaz de atribuirle
nada conocido a la forma delespacio se verá obligado a decir: «No sé lo que es; este
tipo de cosas no me parecen útiles, y si piensasseguir mirándola tendrás que
encargarte tú (el hemisferio derecho) de ello. A mí no me interesa».
¡Muy bien!Eso es lo que queríamos.
Sigue mirando una de las formas y
acabarás entendiéndola como una forma.